Por Victoria Boyson
Repentinamente, a través del Espíritu me di cuenta de
un evento trascendental que estaba ocurriendo en la dimensión espiritual. Sin
aliento, vi a lo lejos tres caballos que salían de una caverna del monte del
Señor.
El primer caballo
El primer caballo tenía cabeza de buey y era fuerte y grande. Mientras lo
soltaban en la tierra, proclamaba continuamente: “¡Vengan
a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y hallarán descanso
en Mí!”.
Parecía moverse sin rumbo por la tierra, pero su camino era estratégico. Mientras
llamaba al pueblo, iba arrastrando un arado enorme. Nadie pareció siquiera
notarlo mientras penetraba profundamente en la tierra, estableciendo un
espíritu hambriento de arrepentimiento en la tierra seca.
El segundo caballo
El segundo caballo desatado en la tierra tenía la cabeza de un hermoso
león. Su melena era enorme, rodeando su cabeza de paz. Sentí que podía perderme
en él. Cerca de él no sentí absolutamente ningún temor. Era muy majestuoso
y vino a la tierra para entregar un entendimiento y un aprecio más claros por
la verdadera reverencia y el temor al Señor.
Pude verlo devorando los libros de historia del hombre y lanzando el “tiempo de la cruz” sobre la tierra, dando a
luz a un nuevo comienzo para la Iglesia. ¡Verdaderamente entenderían el
verdadero poder en la Cruz de Jesús! Como un bebé, comenzarían a caminar como
Él siempre supo que lo harían. La cruz será su grito de guerra, su himno. Y
mientras luchaban por el Reino de los Cielos, ¡la Cruz sería su victoria!
Observé a la gente tratando de subirse a este caballo para tratar de montar
sobre sus crines, pero él les recordó que el Señor conoce la diferencia entre
aquellos que verdaderamente le pertenecen y aquellos con corazones perversos,
que solo buscan usarlo para manipular y controlar. Con un movimiento de su
melena, se deshizo de todos los que intentaron controlarlo. No era un títere.
Las personas ya no dirían que hablaban en el nombre de Dios, si ni siquiera
lo conocían. Ya no evitarían que sus hijos lo recibieran. Ya no tratarían de
controlar a los siervos del Señor ni dominar a su Novia. ¡Él está haciendo
que su casa sea incontrolable!
El tercer caballo
El tercer caballo llevaba cabeza de águila. Con plumas blancas y lisas que
adornaban su rostro, el águila consolaba a quienes la necesitaban, pero también
traía un tremendo fuego sobre la tierra. Dondequiera que iba el águila,
purificaba la escoria de la Iglesia y todos los cristianos se regocijaban con
su obra.
Todos los ministerios creados por el hombre caerían bajo el fuego del
águila. Ella nos enseñó la gran importancia del señorío de Dios, trayendo la
alarma necesaria para muchos ministerios que servían y adoraban la alabanza del
hombre, pero aún no estaban sometidos al Señor.
Este es el movimiento de su Reino y el cumplimiento de la Escritura: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea
tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra” (Mateo 6:9–10).
La Reforma viene a prepararnos para el Reino de los Cielos. ¡Su
voluntad es su gobierno y debemos estar listos para recibir su gobierno! Él
tiene el derecho de gobernar a su creación. Su amor por nosotros y nuestro amor
por Él, claman para que su reino se establezca en la tierra. ¡Él está
respondiendo a nuestras oraciones!
“¿De dónde vinieron todos estos
profetas?”
El Padre dice: “¡Cuántos profetas! ¡Cuántos profetas! ¿De
dónde vinieron todos estos profetas? ¡Yo no los envié! ¿De dónde salieron?
Ellos hablan por Mí, pero Yo no los conozco”.
“Aquellos que Me siguen reconocerán la voz de un
impostor. Traeré una reforma radical sobre Mis hijos y sobre aquellos que son
llamados a hablar por Mí. La reforma se extenderá a través de Mi casa como un
servicio de limpieza”.
“Mis águilas están aquí para consolar, proteger y
también para traer fuego sobre Mi casa. Desataré Mi fuego sagrado en y a
través de ellos. Me verás en el fuego si dejas que te limpie y elimine la
sujeción del mundo de tu mente. ¡Eres Mío y no te compartiré con nadie más!”.
“Iglesia, regocíjense en esta noticia. ¡Vengo a ti!
Vengo a reclamar lo que es Mío. Mi Novia está despertando y ha comenzado a
buscarme. No te preocupes. No lo he olvidado. Yo soy para ustedes, estaré con ustedes
y compartiré Mi gloria con ustedes. Eso es lo que elijo hacer”.
“Vuélvete a Mí, llámame. ¿No dice Mi Palabra que si
deseas sabiduría me la debes pedir? (ver Santiago 1:5). Ven a Mí y apártate del
engaño. Te recompensaré con Mi palabra segura... una palabra de Mi corazón”.
“Aléjate de las multitudes y busca solo Mi rostro. Yo
soy el único que puede darte la vida que buscas; Yo soy el único que puede
perdonar tu pecado y restaurar tu alma. Ven, y llenaré tu corazón vacío.
Aléjate del amor del hombre y búscame por lo que Soy, y nunca volverás a ser el
mismo”.
“Ríndete a Mi juicio mientras te lo ofrezco y
experimentarás un amor por Mí que no sabías que existía. Esta es tu hora de
conocerme como realmente Soy”.
“¡Ven a Mí! Escucha a los que hablan por Mí. Los
conocerán porque ellos te conducirán hacia Mí”.
“En verdad, estás cansado. Trataste de trabajar en Mi
fuerza, pero sigues cayendo en la tuya. Ven ahora. Ríndete al ministerio de Mi
yugo. Deja que haga lo que quiera en tu corazón y en tu mente. Yo me encargaré
de que estés a salvo de tus enemigos, confía en Mí. Este tiempo es imperativo.
Tu tiempo en Mi presencia te transformará y cambiará cada aspecto de tu vida”.
“Permanece en Mí y tus enemigos se desintegrarán
delante de ti. El arrepentimiento te llevará hacia Mí, hacia Mi presencia.
Permanece en Mí y Yo te injertaré en Mis manos y en Mis pies”.
“Seremos uno, y tu trabajo se convertirá en el Mío. Lo
haremos juntos y todo en tu vida cambiará. Entrégame tu trabajo a Mí, entrégame
tu corazón a Mí. Ríndelo todo. Estoy aquí con un estandarte de amor para que
entres en Mi lugar secreto, y seré tuyo y tú serás Mi amado”.
“Ustedes oran y me suplican que haga Mi voluntad en la
tierra. En verdad, nadie entenderá Mi voluntad a menos que Me
conozca. Mi voluntad está contigo y en tu mismo corazón. Al decirle ‘sí’ a
Mi voluntad en tu corazón, abrumaré tu vida con la fuerza gozosa y la paz que
anhelas”.
“Me libraré de los soberbios que quieren ser vistos
como importantes, haciendo cosas importantes para Mí. Pero solo Yo levantaré a
aquellos que encuentren sus vidas en Mí. A menos que rindan su voluntad a la
Mía, siempre serán vulnerables al control de otros que quieren dejar de lado su
victoria”.
“Refiné a mis águilas en el fuego de mi amor y lo suportaron
maravillosamente. ¡Esta hora es verdaderamente de ellas! Aparté este tiempo
para que se levanten. Yo los preparé para esta hora y derramé Mi verdad y Mi entendimiento
en ellas, porque Mi Novia Me necesita. Mi Novia piensa que Me conoce, pero le mintieron. ¡Es
hora de que ella me ame como Yo Soy!”.
“El juicio se levantó sobre Mi Esposa como dagas, pero
ellos serán juzgados por su propio juicio. Serán gobernados por su propia falta
de misericordia. El orgullo los llevará hacia su humillación, pero incluso
entonces, si solo se rinden, los lavaré en Mi amor y los sanaré en Mí”.
“¡Esta es tu hora, amado! Acéptame como realmente Soy.
Permanece en Mí y Yo Me revelaré a tu vida. Permíteme lavar la mancha de tu
rebelión y tu orgullo. Inclínate Conmigo y verás el mundo que te prometí.
Anhelo que me conozcas”.
Tu misión estará cumplida
“Estás cansado porque la batalla fue difícil y larga.
Piensas que te olvidé o que negaste Mis promesas de alguna manera, pero estuve
contigo todo el tiempo. Yo soy tu fuente. Yo estuve contigo, proveyéndote de
todo lo que necesitas para soportar. Regocíjate en la victoria y lucha por las
promesas a las que renunciaste. Tu misión es la fe, cuando perdiste toda
esperanza. ¡Estoy haciendo un guerrero y te estoy entrenando para confiar!”.
“No quieres creer, pero ¿qué opción tienes? ¿Qué ganarías
si te rindes? Me siento atraído por tu quebrantamiento. Nunca negaré el
arrepentimiento quebrantado. De hecho, el parto puede ser intenso, ¡pero el
bebé nacerá!”.
“Vengan a Mí, tengan fe en Mí, y permítanme darles
refugio bajo la bóveda de Mis alas. ¡Refúgiense en Mí, pídanme y yo les enviaré
un ejército!”.
Victoria Boyson
(www.elijahlist.com)