sábado, 27 de julio de 2024

“¡Posiciónate en el ‘Tú’ del futuro!”

 


Por Faith Marie Baczko

¿No lo percibes?

Ahora Dios está sacando progresivamente a un pueblo de una vieja dinámica, para posicionarlo dentro de un nuevo paradigma, donde estarán anclados en la fuerza, la sabiduría y el entendimiento; una mayor fe y mayor gloria. Su pregunta para nosotros es: “¿No lo percibes?”. Lo nuevo de Dios opera para apuntalar nuestra vida con el potencial para transformarlas hacia sus propósitos. El futuro previsto de Dios para nuestra vida debe comenzar a orquestar y dictar nuestra trayectoria presente hacia su sueño.

Luego de recibir una revelación de Dios, es importante prestarle toda nuestra atención a medida que aumenta y se expande en alcance, mientras perseveramos por más. Nuestros ojos y oídos tienden a ver y a escuchar solo lo que nuestra mente fue programada para buscar. Por tanto, el alcance de nuestra comprensión puede ser muy limitado. Al prestar nuestra atención a la revelación que Dios planeó para nuestra vida, comenzaremos a ver más y a mirar hacia mayores posibilidades de las que hemos experimentado hasta ahora.

Si no nos resistimos a Él, Dios esculpirá y moldeará nuestra vida para sus propósitos. Nuestro yo futuro es (o debería ser), el plano de la intención de Dios diseñado para nosotros. Su propósito es crear una obra maestra de nuestra vida que sea una réplica de su Hijo en nosotros. Está siendo removido de nuestra vida todo lo que no es de Él.

Es importante prestarle toda nuestra atención a la imagen profética de la persona que Dios está creando y basarnos en ella para establecer nuestro futuro. Es hora de comprometernos con Dios sobre lo que debemos llegar a ser. Como servimos al Dios de lo imposible, no hay límites para su plan en nuestra vida. Con la fe como el motor de nuestro caminar, nuestra mente se ampliará para visualizar las cosas más grandes y la posibilidad de parecer imposibles.

Los santos apostólicos de Dios representan a su Reino como embajadores del Rey. Es importante ahora ser audaces acerca de nuestra identidad (aquello para lo que Dios nos creó). No podemos permitir que el miedo dicte quiénes somos. En esta hora todos deben conocer su identidad y a qué están llamados, independientemente de los detractores. Elimina la imagen antigua que usaste en los últimos años, la imagen con la que otros trataron de marcarte. ¡Retírala con confianza!

Es importante que ahora dejes ir el pasado y el odre viejo, y abraces la dinámica del futuro preparada por Dios para ti. Cambia tu perspectiva desde el presente hacia el futuro y comienza a ver y a percibir las cosas que Dios tiene esperando en el futuro: las nuevas conexiones, las nuevas esferas y las nuevas amistades, listas para recibir todo lo que se depositó en ti. Sin embargo, ciertas cosas deben terminar y las puertas deben cerrarse, para que surjan nuevos comienzos.

Entrando en una temporada de plenitud

Estamos entrando en una temporada de nivelación en nuestro entendimiento, en nuestro ministerio, en nuestro conocimiento y en nuestra aprehensión de la majestad y el poder de Cristo. Dios se mostrará en nosotros de maneras que no hemos visto antes. Una nueva unción espera a los que perciben, a los que siguen adelante, a los que esperan y creen por “más”. Este es un nuevo lugar donde la luz y la vida de Cristo (depositada y creciendo dentro de nosotros a lo largo de los años), está lista para ser liberada. Nuestras copas están a punto de rebosar.

Aquellos de nosotros que percibimos y nos movemos en sincronía con Dios, ahora estamos entrando en una temporada de plenitud, donde la vida de Cristo estallará y se desbordará en nuestra vida, en todas las esferas donde recibimos influencia. Estamos entrando en los días gloriosos del “Día del poder del Señor”.

Liberando su Luz

Isaías 60:1-3: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”.

¡Este es el momento para que brille el pueblo de Dios! En Isaías 60:1, la palabra resplandecer es el término hebreo “or” que se traduce como “convertirse en luz”. Significa “resplandeciente, luminoso, glorioso y encendido” (Bible Hub, Strong’s H215).

¡El Señor se levantará sobre ti!

En este mismo verso, la palabra levántate es “zarach”, que significa “irradiar (o disparar rayos), salir (como el sol)” (Bible Hub, Strong’s H2224). ¡Su gloria se verá sobre ti! El Señor se levantará como la gloria del sol sobre un ejército preparado de siervos humildes. El resplandor de su gloria se verá y se notará en los amantes de Dios que se postraron. Su luz irradiará desde tu espíritu humano, disparando rayos de su gloria y su poder. ¡La palabra usada es “kabod” y representa a su gloria pesada que aparecerá sobre ti!

Cuando nosotros, como su templo, hablamos bajo la unción del Señor para declarar su Palabra con autoridad, ¡Se libera su luz! ¡Llamamos a lo que no es como si fuera, haciendo que el futuro choque y se estrelle contra el presente!

La Palabra de Dios se mueve decididamente con fuerza, más rápido que la velocidad de la luz, ya que Él es la fuente de la luz. ¡Jesucristo está presente en el “ahora”, está fuera del tiempo y entra en el tiempo a su voluntad!

Isaías 55:11: “… así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.

¡Este es el tiempo para decretar su Palabra y liberar su luz y su bondad desbordante en la oscuridad! Dios está obrando en el caos para cambiar las circunstancias según su agenda, para cambiar las estaciones, reconstruir, realinear, reordenar, reestructurar, establecer nuevos cimientos y restaurar los caminos antiguos de justicia. ¡Este es el tiempo para cosechar todos los años que sembramos con lágrimas! Es importante escuchar atentamente lo que Dios nos diría en estos tiempos, acerca de nuestro caminar y nuestro propósito.

Capturando el corazón de la cosecha

Esta hora será definida por el ministerio quíntuple. Los evangelistas y los maestros están siendo llamados especialmente a la vanguardia, para reunirse y discipular. Es imperativo capturar el corazón de la cosecha y discipularlos en la Palabra de Dios, para construir cimientos sólidos en sus vidas, donde no puedan ser recapturados o perdidos.

Esta es una hora para la gloria y los milagros. Dios quiere lucirse en sus hijos y mostrarse fuerte en su nombre. Una profunda oscuridad puede cubrir la tierra, pero Dios preparó a las personas que no le temen. Están ciegos a ella, porque caminan por una gran fe, empapados en el aceite de su presencia. Donde abunda la iniquidad, resplandecen presentando el orden de Dios. ¡Donde prevalece el mal, la bondad de Dios prevalece y vence!

Jesús necesita un pueblo dispuesto a caminar sin miedo en la oscuridad, como Él lo haría. Nada puede capturarlo, nada puede detenerlo u obstaculizarlo, nada puede impedir que se manifieste su voluntad. Nada puede impedir que la fuerza y el poder del evangelio de salvación sean liberados como un diluvio sobre la tierra. Él es Dios, Él es el Salvador y nada puede impedir que estalle cuando y donde quiera. Puede haber estado en silencio por un tiempo, pero en su hora señalada, Dios es imparable.

Practica estas cosas

Medita en la palabra, ora en lenguas, adora y alaba. La práctica diaria de estas cosas edificará nuestro espíritu humano en un lugar donde el superpoder de Dios crece y habita, listo para ser despachado y distribuido según su voluntad. La adoración, la alabanza y la oración en lenguas trabajan para llenar nuestras copas con toda la bondad de Dios.

La hora exige que un pueblo salga de la intimidación y la timidez, que libere al Espíritu de Dios que está cautivo en él, obstaculizado por el miedo y la incredulidad.

Más que conquistadores

Estamos atrapados en un cambio y en una estación significativa de la historia. Con cualquier transición hacia un nuevo territorio, habrá luchas para adaptarse a lo nuevo. Pero a pesar de todo, Dios estará obrando para aumentar nuestra capacidad de contener más de su gloria y mantener el nuevo terreno que planea confiarnos. Con perseverancia, la vida cambiará si elegimos no rendirnos, si abrazamos la buena batalla de la fe y fijamos nuestros ojos en Jesús. Nos encontraremos funcionando en nuevos niveles y en nuevas esferas en la vida y el ministerio.

Triunfaremos en la fe al abrirnos paso a través de la resistencia espiritual que viene de todos lados y avanzando en el poder de Dios, y con su unción (la unción que rompe el yugo de la pobreza, la vergüenza, la escasez, el miedo y la culpa). ¡Sigue adelante! Desvía las flechas satánicas diseñadas para hacerte tropezar y apagarte. Levántate en la energía de Cristo y grita como Pablo: “¡En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó!” (véase Romanos 8:37).

El premio es para el que se apodera de la vida y hace que su futuro se ajuste a las promesas de Dios con fe, en lugar de aquel que permite que lo venzan el pasado y las circunstancias de la vida. El premio es para el que sigue adelante con coraje, el que a pesar del miedo recibe la corona. ¡Ha llegado tu momento! ¿Qué vas a hacer?

¡Que tu fe sea grande!

Hay numerosos testimonios de personas que escucharon el llamado de Dios (la voz apacible y delicada), y dieron sus vidas por la gloria mayor; para continuar realizando cosas asombrosas para Él. Escucharon, percibieron lo nuevo, obedecieron y actuaron. Dieron un paso de fe con valentía y llevaron la eternidad hacia la realidad presente. Sus vidas contaban con algo mucho más grande que ellos mismos y su pequeño mundo. Eran soñadores que soñaban posibilidades, más que imposibilidades.

Tu llamado y tu sueño deben llegar a ser tan grandes dentro de ti, que no puedan ser contenidos o cerrados por nadie o por nada, y dices como Jeremías: “… no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude” (Jeremías 20:9). Tu fe creará un lugar más grande en ti para que Dios lo ocupe y rompa las ataduras destinadas a mantenerte pequeño y mediocre. Deja que tu fe se vuelva grande, sólida y musculosa. La fe es musculosa y destruirá todas las barreras y montañas que se interpongan en tu camino.

Rompiendo limitaciones y poseyendo tus promesas

Apunta siempre a lo más alto. ¡Ve por el oro! Dios necesita que creas en la herencia que Él preparó para ti. Tu parte es clave en el plan en desarrollo, destinado a traer el Reino a la Tierra. No tiene la intención de bendecirte solo a ti; otras personas están esperando los tesoros que Dios depositó en ti para ellos. ¡Están esperando que estalle la unción en tu vida! Dios necesita que poseas tus promesas. ¡Él está buscando un retorno de su inversión en ti! Él te necesita en ese país que puso en tu corazón; necesita que tengas esa casa y comiences ese ministerio; Él necesita que escribas ese libro.

La obra asombrosa de Dios en la Creación fue hecha por fe y con la Palabra hablada (ver Hebreos 11:3). ¡Nosotros debemos hacer lo mismo! A través de Él, háblale al futuro que tiene para ti y llámalo a existencia; crea tu mundo con Dios por la fe. Habla de tu destino. Despierta los dones de Dios dentro de ti. Los patriarcas de la antigüedad tenían los mismos miedos que todos nosotros, pero siguieron adelante y cambiaron el mundo.

El Señor te está diciendo: “Estuviste funcionando en un cierto nivel limitado durante mucho tiempo, debido a las restricciones y las limitaciones. Tus limitaciones percibidas en las finanzas, la salud, la educación, el sexo, la falta de afirmación o el reconocimiento de tu llamado o tu don. Llegó el momento de dar un paso hacia adelante y pasar al siguiente nivel. Arriésgate, pega el salto y observa cómo te atrapo. Debajo de ti siempre estarán mis brazos eternos. Siempre te apoyaré cuando vea tus pasos de fe. La fe te hará escalar las montañas con facilidad, mientras Mis manos te sostienen y te llevan”.

Faith Marie Baczko

(www.elijahlist.com)

 

 

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