sábado, 29 de junio de 2024

“Toca el clarín: Recuerda quién eres”

 

Por Alice Garza

Caballos corriendo libres

Un día estaba conduciendo, cuando vi a plena vista una tropa de caballos corriendo libremente. Todos eran de diferentes colores y corrían muy rápido, en paralelo a nuestro auto. Podía ver la libertad en sus rostros, mientras corrían con el viento. Cerré los ojos para asimilarlo todo.

Después de algún tiempo, me había olvidado de la visión, pero recientemente el Señor me trajo a la memoria esa visión abierta. Comenzó a compartir conmigo su corazón por los guerreros heridos, los soldados que fueron heridos en la batalla. Habían perdido toda esperanza y querían darse por vencidos. Su espíritu se había quebrantado. Todo lo que el enemigo planificó para mal, el Señor lo está cambiando para bien.

¡Suena la corneta!

Empecé a escuchar la canción “Suena el clarín” de Bryan Adams, en la película animada “Spirit”. Comencé a llorar por los guerreros heridos, mientras el Señor me hablaba a través de esta canción, acerca de dónde están muchos en este momento. Creo que este es el mensaje que el Señor tiene para nosotros hoy: “¡Recuerda quién eres!”.

El cielo está soltando un sonido y está sonando muy fuerte en este momento en el espíritu, para recordarnos que somos soldados del Señor. Cuando se toca la “diana” en un clarín, su propósito es despertar a los soldados y prepararlos para la formación.

A menudo hablamos de posicionarnos en lo apostólico. El sonido del clarín se utiliza para que los soldados sepan qué hora es y dirigirlos en lo que se supone que deben hacer, en diferentes momentos del día. Los soldados conocen muy bien el significado de esos diferentes sonidos. El Señor nos está revelando los tiempos y las estaciones en las que nos encontramos en este momento, para liberar la estrategia celestial.

Llevando cautivo cada pensamiento

Está hablando de libertad, libertad y libertad de todas las intrigas del enemigo. El punto focal número uno es la mentalidad, es decir, llevar cautivo cada pensamiento.

2 Corintios 10:5 dice: “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”.

La Iglesia se olvidó del Espíritu Santo

Muchos se olvidaron del Espíritu Santo. Un día soñé con una sala de estar, dentro del área del santuario de una iglesia. Siempre recuerdo que el difunto Bob Jones, un profeta vidente, decía que en los sueños “la sala de estar” representa a la “mente”. Hubo tantas doctrinas del hombre que alimentaron al Cuerpo de Cristo, que se olvidaron del Espíritu Santo.

¿Alcantarillas o pozos de Dios?

Un día, mientras estaba en la adoración, tuve un encuentro con el Señor. Empecé a ver pozos. Parecían alcantarillas en el suelo. Estaba muy emocionada, porque sabía que el Señor quería destapar los pozos de nuestra región. Pero cuando me agaché para destapar el pozo, el Señor comenzó a decirme, muy asertivamente, que lo no abriera.

Tan pronto como pude pensar en ello (la alcantarilla) en mi mente, comencé a ver en el espíritu papeles y papeles que volaban por el aire. Cuando le pregunté al Señor al respecto, me dijo que era un pozo que el hombre había creado y parecía real; pero era una falsificación de los pozos reales que vienen del Señor. Era una “doctrina de hombres” creada desde el conocimiento de la mente, y no por el Espíritu Santo y las Escrituras.

Entonces fui a abrir el otro pozo. Cuando lo hice, pude sentir y ver el Espíritu de la Verdad soplando sobre los ríos que corrían en este pozo debajo de la tierra.

El engaño de la doctrina del hombre

Como puedes ver, la doctrina del hombre procura perseguir a los creyentes para convertirlos y engañarlos, haciéndoles creer que se les están enseñando cosas nuevas con el conocimiento real de las Escrituras, y hacerles creer que están creciendo.

Mi pastor me dijo hace años que tuviera cuidado con la doctrina del hombre. Te sacará del camino donde te tiene el Señor. Muy pronto te vuelves tan engañado que piensas que eres libre, cuando en realidad no lo eres. Estás bajo una esclavitud de la que se vuelve aún más difícil liberarse, porque ni siquiera sabes que fuiste engañado, y eso ocurre porque está entrelazada con las Escrituras.

La verdad en las Escrituras solo se puede revelar a través del Espíritu Santo y no a través del conocimiento. Cuando nos movemos solo a través del conocimiento, la Palabra no será lo que debe ser. La Palabra de Dios es viva. Dios tenía la intención de que leyéramos la Palabra con la guía del Espíritu Santo. Somos transformados cuando el Espíritu Santo sopla sobre la Palabra.

Hebreos 4:12 dice: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”.

El Espíritu Santo vuelve a entrar en las iglesias

Comencé a ver al Espíritu Santo volviendo a entrar en las iglesias, recordándole a la gente el poder que tiene para traer los “vientos de cambio”. La gente se cansó y se debilitó, porque ya no hay refrigerio que pase por las iglesias. Se supone que estamos en el año de “la puerta abierta”. Es hora de que las iglesias le abran sus puertas de nuevo al Espíritu Santo. El Espíritu de la Verdad revelará todas las cosas, no solo algunas, ¡sino todas las cosas!

Juan 6:63 dice: “El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida”.

Juan 16:13-15 dice: “Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes”.

¡Es hora de tomar tu posición y ocupar la tierra!

Es hora de conquistar nuestros patrones de pensamiento para que avancemos a ocupar la tierra que siempre le perteneció al Reino de Dios. ¿No es tan asombroso cómo el Señor nos nombrara a nosotros, a sus hijos e hijas, para hacer la obra como pioneros aquí en la Tierra y cumplir su sueño?

Mateo 6:9–10 dice: “Ustedes deben orar así: ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo’”.

Mientras lees este artículo, cierra los ojos por un momento y recuerda quién eres en Él. ¡Recuerda que eres más que un conquistador para un momento como este, y que toda la oscuridad tiene que inclinarse ante el Rey de todos los reyes!

¡Reyes y sacerdotes levántense! ¡Vuelve a tomar tu posición y cierra la boca del enemigo que te mintió durante demasiado tiempo! ¡Es hora de que el cumplimiento de los sueños del Cielo se haga realidad aquí en la Tierra!

Eclesiastés 3:1-8 dice: “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar; un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz”.

Alice Garza

(www.elijahlist.com)

 

 

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