Por Andrew Towe
Recientemente tuve una visión de una corona majestuosa que era removida de algunas cabezas y depositada sobre la cabeza de otro. Recordé el pasaje: “Dios es el que juzga: a unos humilla y a otros exalta” (Salmo 75:7).
Y el Señor me dijo: “Esta es una temporada de mi trasferencia. Estoy coronando a los que estuvieron ocultos, y ahora saldrán a la luz. Es el tiempo de la cosecha. Estoy separando la cizaña del trigo. La reivindicación está llegando para aquellos que esquivaron las lanzas de la envidia y las jabalinas de los celos. Estoy colocando la corona de mi favor sobre sus cabezas”.
Una temporada de exposición, avance y aceleración significativos
Además, Él dijo: “Hay una exposición significativa que viene junto con Mi cambio divino. El temblor se debe a Mi cambio. ¡No teman! Los líderes espirituales y políticos continuarán siendo removidos mientras cambio a Mi gente hacia la temporada de avance y aceleración. No tengas miedo. Mantén tu mirada en Mí mientras te guío. Los ardientes serán elevados hacia nuevos lugares de autoridad. Despojaré de la corona del poder y la posición de aquellos que se negaron a escuchar Mi voz”.
La venganza es mía… ¡Yo pagaré!
Observa lo que el Señor le dijo a Saúl, rey de Israel: “‘El Señor me envió a ungirte como rey sobre su pueblo Israel. Así que pon atención al mensaje del Señor’. Así dice el Señor Todopoderoso: ‘He decidido castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues no lo dejaron pasar cuando salía de Egipto’” (1 Samuel 15:2-3).
La versión Reina Valera dice: “...me acuerdo de lo que Amalec le hizo a Israel...” (1 Sam.15:2). Dios tampoco olvidó cómo el enemigo te atacó en un momento donde eras débil, y ordenó que sea juzgado. “...Mía es la venganza; yo pagaré...” (Heb.10:30).
Un cambio de reyes
Saúl era rey de Israel y ordenó la destrucción de todos los amalecitas, pero perdonó a Agag, el rey de los amalecitas. Saúl y el pueblo también tomaron las riquezas de la nación amalecita, que debía ser destruida por completo (1 Sam.15:3). Se interpuso en el camino de la venganza de Dios contra el enemigo. El profeta Samuel se enfrentó a Saúl por su flagrante desobediencia a Dios. Saúl culpó al pueblo. Estaba más preocupado por la aprobación de los hombres que por la de Dios.
“Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl le agarró el borde del manto, y se lo arrancó” (1 Sam.15:28).
Ese día, Dios le quitó el reino a Saúl y le quitó la unción. Como entonces, en esta temporada actual de exposición y sacudidas, Dios está haciendo cambios. Además, el Señor me habló diciendo que Él está cambiando de marcha en esta hora, ya que un vehículo debe cambiar de marcha para acelerar la velocidad.
Escondidos, ¡prepárense para su revelación!
Saúl fue genuinamente ungido por Dios en un tiempo, pero su orgullo lo destruyó. Su desobediencia le costó a Saúl la unción, su posición y eventualmente su vida. Pero Dios había encontrado un hombre según su propio corazón, que se convertiría en rey en lugar de Saúl. David había estado escondido en el campo de los pastores, buscando a Dios.
Al igual que David, muchos de ustedes también estuvieron escondidos. Dios les está diciendo que se preparen para su revelación. A diferencia de Saúl, porque te importa más la presencia del Señor que una posición o la alabanza del hombre, te elevarás hacia una nueva autoridad.
El mayor avance de tu vida y una temporada para recuperar todo
También escuché al Espíritu del Señor que decía: “Estás a punto de experimentar el mayor avance de tu vida, y recuperarás todo lo que tomó el enemigo”.
En el libro de 1 Samuel se registra que David y sus hombres regresaron a su campamento (Siclag), para descubrir que había sido quemado por el fuego. David se enteró de que los amalecitas cometieron este acto ruin contra él y sus hombres, el mismo pueblo al que Dios había ordenado destruir a Saúl. Lamentablemente, algunos de ustedes estuvieron cosechando las consecuencias de las decisiones de una generación anterior.
David buscó la guía del Señor. La instrucción del Señor es el arma secreta de todo creyente. Dios dijo: “...Persíguelos, porque ciertamente los alcanzarás y los recuperarás a todos” (1 Sam. 30:8). Dios está declarando lo mismo hoy: “Las maldiciones generacionales y el espíritu de fracaso fueron quebrados en tu vida. Eres más que un conquistador. Lo recuperarás todo”.
“David recuperó todo lo que los amalecitas habían tomado, y rescató a sus dos esposas. No faltó nada: ni pequeño ni grande, ni hijo ni hija, ni nada de lo que habían tomado. David recuperó todo. También recuperó todos los rebaños y manadas, y sus hombres los condujeron por delante del resto del ganado. Dijeron: ‘Este botín es de David’” (1 Sam.30:18-20).
Esta es una temporada de recuperación. Verás que todo lo que parecía perdido o robado será devuelto, y poseerás el botín del enemigo. El Señor te recompensará por tu obediencia, como lo hizo con David.
Pasarás la prueba
Irónicamente, fue un amalecita el que vino a David para informarle de la muerte de Saúl, diciéndole: “...tomé la corona que estaba sobre su cabeza, y el brazalete que estaba en su brazo, y los he traído aquí a mi señor” (2 Sam.1:10).
Cabe destacar que el amalecita que despojó a Saúl de su corona y su brazalete de sello, era de la nación que a Saúl se le había ordenado destruir por completo.
“¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor?, le reclamó David. Y en seguida llamó a uno de sus hombres y le ordenó: ‘¡Anda, mátalo!’. Aquél cumplió la orden y lo mató” (2 Sam.1:14-15).
Cuando la prueba llegó ante David, no perdonó al amalecita como Saúl había perdonado al rey Agag. David pasó la prueba, y tú también la pasarás. Estás siendo coronado con el favor del Señor, mientras que el juicio está siendo dispensado sobre tu enemigo.
La transferencia sobrenatural de Dios ya comenzó. ¡Reclámala hoy!
Andrew Towe