miércoles, 27 de enero de 2010

“Arando a través del año de fuego”

 

Por Barbie Breathitt

clip_image001Es tiempo de arar a través del año de fuego. El fuego de la gloria de Dios viene para limpiar y purificar. Él es un Dios asombroso y celoso a quien debemos reverenciar. Su santidad desata el bautismo de fuego y nos entrega el Espíritu de santidad. La presencia de Dios es un fuego consumidor que produce justicia, paz y entendimiento espiritual. ¿Quién entre nosotros puede vivir permanentemente con la apariencia de su fuego consumidor?

“Los pecadores están aterrados en Sión; el temblor atrapa a los impíos: ¿Quién de nosotros puede habitar en el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros puede habitar en la hoguera eterna? Sólo el que procede con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal” (Isaías 33:14-15).

Este Dios nos hará habitar en los lugares altos de favor con Jesús como nuestra roca y fortaleza (Isaías 33:16). Si honramos a Dios en todo lo que decimos y hacemos, nuestras necesidades se suplirán por sus riquezas en gloria. Cuanto más conocemos a Dios, más lo honramos, lo reverenciamos y lo tememos.

“El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor” (Isaías 11:2).

Mientras que los siete Espíritus de Dios encienden nuestras vidas con la presencia santa del Señor, nos deleitaremos en el temor del Señor. Dejaremos de juzgar por lo que ven nuestros ojos y ya no tomaremos decisiones por lo que oyen nuestros oídos. Como estamos vestidos con vestiduras de justicia y con el cinturón de la fidelidad, daremos gracia a los pobres y tomaremos decisiones justas con los menos afortunados y afligidos. Entonces nuestras palabras de aliento estarán cargadas de autoridad que convencerá a los perversos de sus caminos errados (Isaías 11:3-4).

El fuego que revela el corazón

Necesitamos abrazar el fuego y permitir que queme todo pecado y cada ofensa. Las ofensas vienen para revelar las cosas que están ocultas de la luz de Dios en las áreas oscuras de nuestro corazón y el fuego removerá asuntos como los celos, las heridas, la aflicción, el desengaño y la pena provocados por la traición; haciendo que no podamos resolver la ira y la amargura. Existe una conexión espiritual y física entre las actitudes nocivas negativas y la enfermedad física.

La Biblia nos dice que seamos diligentes para guardar nuestros corazones puros y limpios, porque desde el corazón brotan los asuntos de la vida. El espíritu o aliento del hombre es la lámpara del Señor, buscando las profundidades de su corazón. Abriendo completamente nuestro corazón ante la lámpara poderosa del Señor para buscarla, nos sanaremos del pasado y nos moveremos triunfantes hacia nuestro destino.

“Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos; no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano” (Juan 2:23-25).

Existen demasiados creyentes que abandonaron la Iglesia. Esto es debido a que el rechazo, los malos entendidos, las envidias, los abusos de autoridad y el control, los hirieron y ofendieron. “¿También ustedes quieren marcharse? Señor, contestó Simón Pedro, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Juan 6:67-69).

El Espíritu de Santidad volverá nuestro corazón hacia el arrepentimiento y la restauración. “Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su inocencia en este asunto” (2 Corintios 7:11).

Me desperté y oí la voz de Dios que me dijo: “Madera, Heno y Hojarazca…”

El rey Nabucodonosor calentó el horno siete veces más de lo usual, aunque el calor no afectó a los amigos de Daniel cuando cayeron dentro del fuego consumidor. Pero el fuego mató instantáneamente a los hombres fornidos del mundo que los ataron y arrojaron dentro del horno.

“Sadrac, Mesac y Abednego le respondieron a Nabucodonosor: ¡No hace falta que nos defendamos ante Su Majestad! Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua. Ante la respuesta de Sadrac, Mesac y Abednego, Nabucodonosor se puso muy furioso y cambió su actitud hacia ellos. Mandó entonces que se calentara el horno siete veces más de lo normal, y que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a los tres jóvenes y los arrojaran al horno en llamas. Fue así como los arrojaron al horno con sus mantos, sandalias, turbantes y todo, es decir, tal y como estaban vestidos. Tan inmediata fue la orden del rey, y tan caliente estaba el horno, que las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego, los cuales, atados de pies y manos, cayeron dentro del horno en llamas” (Daniel 3:16-23).

Dios nos está refinando, no como la plata, sino en el horno de la aflicción por causa de Sí mismo. Esto asegurará que su nombre no sea profanado y que su gloria descansará sobre nosotros mientras operamos por el espíritu de santidad. Las obras ordenadas por Dios no se quemarán, pero su fuego revelará su gloria.

Me desperté cuando oí la voz de Dios que me decía: “Madera, Heno y Hojarazca”

Este es el año donde el fuego de Dios consumirá las obras que hicimos en la carne y no fueron inspiradas por Él.

“Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego” (1 Corintios 3:12-15).

Las fallas fundamentales y los asuntos del corazón como la lujuria, los celos, la envidia, la ira, la amargura y la competencia, será revelada y removida. Esto nos permitirá reedificar sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Cristo Jesús como la piedra angular. Los apóstoles y profetas son el fundamento de la Iglesia. Cuando la Iglesia está edificada sobre el fundamento de los cinco ministerios, apóstol, profeta, maestro, pastor y evangelista moviéndose en ciclos, se libera la sabiduría espiritual.

“En cambio, hablamos con sabiduría entre los que han alcanzado madurez, pero no con la sabiduría de este mundo ni con la de sus gobernantes, los cuales terminarán en nada” (1 Corintios 2:6).

Este es el año para arar y romper el barbecho del terreno

Debemos tener un celo fresco del Espíritu Santo descansando sobre nosotros con Jesús como el centro de nuestras vidas. Debemos darle a Dios el primer lugar en nuestra vida, honrándolo con nuestro tiempo. Este es el año para arar y revolver el barbecho en nuestras vidas, como se hace con un buey. Cuanto más profundo vaya el arado, más malezas y cizaña se removerán de nuestro territorio de influencia. Interceda, ore, decrete y declare sus profecías y promesas proféticas.

Mientras esperamos en el Señor, nos fortalecemos y nuestro corazón se llena de coraje. Seremos capaces de caminar y correr con el Señor sin cansarnos o debilitarnos. Dios renovará nuestras fuerzas y nos dará alas de águilas para volar por encima de las dificultades. Dios le da fuerzas al cansado y a aquellos que no las tienen, les aumenta su poder. La intercesión y la oración permiten que Cristo sea formado en nosotros.

“Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (Gálatas 4:19). Es tiempo de meterle fuego a los arbustos, las cizañas y las malezas para arar, rompiendo el terreno improductivo en nuestras vidas. “¡Siembren para ustedes justicia! ¡Cosechen el fruto del amor, y pónganse a labrar el barbecho! ¡Ya es tiempo de buscar al Señor!, hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia” (Oseas 10:12).

La intercesión desatará revelación e impresiones proféticas sobre cómo y qué orar para recibir respuestas. “Por eso, extiende tu mano para sanar y hacer señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús. Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno” (Hechos 4:30-31).

Barbie L. Breathitt

“Misiones cumplidas: Cuando es de Dios, no permitirá que se vaya de ti”

 

Por Cindy McGill

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Dios está diseñando nuestros caminos, hay cosas que se están preparando para nosotros que aún no vimos ni se nos revelaron. Nuestros días en el futuro están llenos de esperanza, poder discernimiento y paz. Es el Dios de toda esperanza y toda paz. Cuando podemos descansar en su habilidad para guiarnos, podemos mantener una actitud de paz y recibir la revelación que necesitamos para los días por venir.

Nuestra ciudadanía está en el Cielo. Para ejemplificar mi lugar sentada junto a Jesús en los Cielos, utilizaba la imagen de la butaca de un teatro, pero ahora creo que es un sofá. Es el lugar para estirarse, sabiendo que Él está en control absoluto. Él es capaz de hacer cosas en y a través de nosotros para las cuales no tenemos la menor habilidad. Nuestro trabajo es dejar de luchar y el trabajo de Él es alcanzar cosas abundantes que están más allá de lo común “para, en y a través de nosotros”.

Él está financiando proyectos del Reino

Él está financiando los proyectos de su Reino. Los recursos en el Cielo no están limitados. Hay ideas que están naciendo para alcanzar al mundo con el mensaje de la verdad y Dios está entregando las finanzas necesarias para que puedan hacerlo. Algunos recibieron asignaciones para realizar cosas creativas, pero estuvieron escondidas por una percepción de “falta de fondos”. Si tan sólo comenzáramos, luego el dinero y la gente se presentarían para ayudar.

Observar las manos de Dios operando edifica nuestra fe, reuniendo todas las piezas para extender su Reino para alcanzar este mundo que busca la verdad. Nuestra confianza se fortalece en estos tiempos para darnos la fe para los días por venir.

Cuando es de Dios, no permitirá que se vaya

Cuando Dios nos dirige a hacer algo que edifica su Reino, no permitirá que se aleje de nosotros. Recientemente completamos un documental sobre los sueños, en el cual trabajamos durante siete años. Llevamos nuestras cámaras a las calles para entrevistar a la gente acerca de sus sueños y les entregamos las interpretaciones que oímos de Dios acerca de los sueños y los soñadores.

A menudo las condiciones climáticas eran extremas. Recuerdo un año donde hubo temperaturas de seis grados en las calles. Hubo momentos en los que quise dejar todo porque no tenía dinero para seguir el trabajo y por la oposición de la gente que no comprendía lo que estábamos haciendo. Me sentí muy descorazonada cuando no me permitían acceder a los lugares donde sentía que Dios nos quería llevar. Pero estaba aprendiendo algunas lecciones serias sobre vencer y persistir.

Pero esta tarea no se alejaría de mí. Cada año me sentía impulsada a seguir adelante, esto me hizo ganar más favor hasta que encontramos cada vez más personas con sueños que Dios les había entregado en verdad. Estas personas nos permitieron filmarlas. Recuerdo en un punto donde estaba sentada en un sofá durante una de las salidas, sintiéndome desalentada y con frío. Nuestro camarógrafo estaba con nosotros y parecía que no podríamos seguir avanzando. Recosté mi cabeza hacia atrás sobre el sofá y suspiré, luego oí al Señor que me dijo: “No permitas que pase otro año”.

Tengo que decirle que esto no me reconfortó. Tenía ganas de responder: “Señor, estoy haciendo todo lo que puedo, pero me siento muy débil”. Pero en mi corazón, sabía que Dios tenía todas las partes en su lugar y en un plazo de dos meses, conseguimos un productor y todo lo que necesitábamos para terminar la tarea. ¡Pudimos completarla sin esfuerzo! Ahora miraba hacia atrás y me preguntaba qué hubiera ocurrido si abandonaba porque no pude “ver” todo o si permitía que las opiniones de la gente me impidieran completar la tarea que Dios me encomendó.

Oyendo la voz del buen Pastor...

...y no oiremos la voz de otro. A menudo nos quedamos o no avanzamos porque las opiniones de los demás hablan más alto que la dirección de Dios. La gente que no recibe la tarea, no comprende la visión. Para poder cumplir lo que Dios nos pide, debemos seguir su voz y su dirección por encima de todo lo demás.

Considere a Noé, un hombre que caminó con Dios y se le pidió que hiciera algo de lo más inusual en un tiempo donde habría un desastre inminente. Génesis 6 nos cuenta sobre su obediencia al Señor a pesar de las opiniones y la burla de la gente. Noé caminó con Dios y se fundamentó en el favor con Él, por eso pudo confiar que hiciera algo que nunca antes se había realizado. Noé recibió las instrucciones e hizo exactamente lo que el Señor le había pedido. Estoy segura que Noé quedó algo perplejo cuando Dios le pidió que construyera un arca, algo que hasta ese momento nunca se había edificado. Pero lo que Dios le pidió a Noé que hiciera y el plan que le había encomendado, se desarrollaron mientras obedecía.

No limite a Dios en los días por venir

Dios tiene cosas debajo de la manga para sorprendernos. Estamos en un tiempo donde se está soltando una revelación y una creatividad increíbles. Ser uno con el Creador nos hace las personas más creativas del planeta. Las demostraciones del Reino de Dios asombrarán al mundo. Es el mayor show sobre la tierra con señales, maravillas y milagros, en los cielos y en la tierra.

Dios está haciendo que su voz sea conocida y el Espíritu Santo nos está alimentando para que podamos hacerlo posible. Sueñe en grande y persevere en ello. Mayores resultados requieren mayores riesgos. Dios nos está alentando a realizar grandes cosas. El Reino de Dios no es aburrido y Él está buscando gente que le permitirá crear a través de ellos.

Atrévase a soñar,

Cindy McGill

lunes, 18 de enero de 2010

“2010: Restauración y restitución sobre el ejército de Dios”

 

Prof. Bladimiro y Magui Wojtowicz

clip_image002Visión del 17 de enero del 2010

Durante el servicio del domingo por la mañana en el ministerio CCN en Caracas, Venezuela el Señor me entregó una visión donde pude ver un gran ejército desplegado a lo largo de un valle enorme.

En ese ejército se podían distinguir tres grupos de soldados que se encontraban en tres etapas madurativas diferentes.

En el primero, pude ver soldados recién llegados que recibían entrenamiento en su etapa de instrucción. Se los veía despreocupados y distendidos, ni siquiera les habían entregado las armas reglamentarias.

En el segundo, pude ver un grupo de soldados que tenían el uniforme completo con sus armas y su actitud era completamente diferente al grupo anterior. Su rostro reflejaba determinación y concentración, porque estaban a punto de asumir su misión asignada.

En el tercero, pude ver un grupo de soldados con una actitud completamente diferente. Se los veía muy desgastados por las heridas que recibieron en las batallas que habían atravesado. Sus armaduras estaban golpeadas y en muchos casos bastante averiadas o deformadas. Su estado de agotamiento era tal, que muchos ni tenían fuerzas para levantar sus armas.

Interpretación

El año 2010 estará marcado por una restauración completa, absoluta y total. Proféticamente, el número cinco representa la plenitud de la gracia. Pero también todo lo que se puede hacer o producir con nuestras manos y esto se relacionado con la productividad. Si el cinco representa la plenitud de la gracia y la productividad, el número diez representa el doble de ambas cosas.

Productividad personal

El Señor me mostró un gran aumento en la productividad personal que involucraba todas las áreas de la vida de una manera integral. Aún no vimos el alcance que tiene la unción, el ministerio y la asignación depositados sobre nuestras vidas. Estamos entrando en tiempos explosivos donde habrá grandes avances, más allá de nuestras fuerzas o capacidades adquiridas; serán por causa de la doble porción de la gracia del Señor sobre nosotros.

El ejército

El primer grupo de soldados, representa a las personas que están ingresando en el Cuerpo de Cristo. Su actitud relajada y despreocupada ante su nueva situación, era producto de su inocencia y reflejaba el desconocimiento sobre lo que les esperaba por delante. Era evidente que ni siquiera conocían su misión, por eso estaban tan despreocupados. Tampoco tenían el uniforme completo ni les habían entregado las armas porque no estaban listos para entrar en combate. Si hubieran recibido las armas y el uniforme antes de aprender a utilizarlos adecuadamente, podrían dañarse a sí mismos y a sus compañeros. Por eso esta etapa de entrenamiento era de instrucción para el combate y no para pasar a la acción directa.

El segundo grupo representaba el cuerpo de soldados que estaban listos para entrar en combate. Sus rostros reflejaban la determinación que sólo se puede ver cuando alguien conoce por qué está dentro de ese ejército y en ese momento específico. Todos estaban concentrados en la misión que debían realizar, dentro de su territorio asignado.

Probados y aprobados

Cada uno de ellos fue probado durante el período de instrucción y recibió la aprobación de sus superiores, por eso estaban habilitados para usar el uniforme completo y todo el armamento necesario para la guerra. Ningún oficial serio y profesional enviaría soldados a la batalla que no aprobaran el período de instrucción, porque esto sería demasiado riesgoso para ellos y para sus compañeros de milicia.

La infantería

Pero el Señor llevó mi atención de una manera especial hacia el tercer grupo, conformado por soldados cansados, abatidos y heridos. Sus armaduras estaban muy deterioradas por la cantidad y el fragor de las batallas que habían peleado. El Señor me dijo que esa era la infantería del ejército y representaba el frente de choque que tiene como misión quebrar y penetrar las defensas del enemigo. En muchos casos, estas batallas duraron demasiado tiempo y la intensidad del ataque fue tal que no lograban reponerse de sus heridas. La armadura que una vez fue brillante y lisa, ahora estaba sucia por los escombros y deteriorada por causa de los combates.

Pude ver que el Señor tenía una consideración especial hacia este grupo de avanzada. Los reunió en la cima de un monte y trató con cada uno de ellos de una manera personal. Al acercarse, los miraba al rostro y su mirada encendía una luz de esperanza en sus corazones. En ese momento pude oír una voz que declaraba desde los cielos: “¡Restauración!”.

El fluir de la gloria

El Señor juntó sus manos como si fueran un cuenco y sopló con suavidad sobre ellas. Mientras hacía esto, pude ver una corriente de oro que brotaba desde sus manos e impactaba la armadura de cada soldado. Poco a poco, pude ver cómo las marcas y abolladuras de cada armadura se iban reparando y les devolvía su brillo dorado original. El Señor me decía que ese fluido dorado que bañaba las armaduras era el revestimiento de su gloria. Pero lo más curioso era que las heridas que presentaban los soldados se sanaban por causa de la armadura.

Muchas personas dentro del Cuerpo de Cristo se encuentran en este último estado. Sostuvieron una palabra profética sobre sus vidas contra toda clase de oposición, aún cuando las circunstancias que los rodeaban eran absolutamente negativas. En muchos casos llegaron a pensar que ellos no alcanzarían lo que vieron y la cosecha vendría sobre sus hijos. Incluso llegaron a pensar que Dios se había olvidado de ellos.

El poder del silencio

Pero en la visión, el Señor se detuvo especialmente a tratar con esta gente. Me llamó mucho la atención el silencio que había durante ese encuentro cara a cara, porque solamente fue un cruce de miradas. Esto fue suficiente como para que las esperanzas comenzaran a brotar una vez más dentro de los corazones de cada persona, porque veían que el Señor siempre estuvo junto a ellos. Esa mirada no reflejaba ningún indicio de condenación, ni siquiera el menor de los reclamos. Por el contrario, se podía ver un amor tan profundo que si se emitía una palabra, podía quebrar ese ambiente de restauración.

El Tetris del Espíritu

Mientras oraba, pude ver con claridad una imagen dinámica que representaba un juego similar al Tetris, donde caían bloques que se acomodaban para formar niveles superpuestos. Estos bloques tenían diferentes colores y tamaños. Pude discernir que representaban cosas que los hijos de Dios esperaban recibir. Llamó mucho mi atención que los bloques no caían directamente, se acomodaban durante su recorrido, para poder encajar justo en el espacio que tenían asignado.

Pude oír al Señor hablarme con claridad estas palabras: “Viene un tiempo donde todas las situaciones comienzan a encajar de una manera sobrenatural para todos aquellos que esperaron fielmente el cumplimiento de la Palabra profética sobre sus vidas”.

Palabras finales

En el año 2010 se abrió una puerta dimensional que dio comienzo a un tiempo de restauración y restitución integral sobre el Cuerpo de Cristo. Esto nos permitirá acceder a niveles cada vez mayores del conocimiento de nuestra asignación personal para este tiempo. Aprenderemos a usar nuestras armas para lograr una mayor efectividad en nuestros resultados y cómo aprovechar los beneficios de la armadura de gloria que nos cubre. Seremos cada vez más conscientes del poder restaurador que tiene la gloria con la cual estamos cubiertos sobre nuestro físico, nuestras emociones y nuestro espíritu.

¡Vamos hermano! Este es el tiempo donde podremos tocar con nuestras manos todas aquellas cosas que vimos y recibimos en nuestro espíritu por el poder de Dios.

Los amamos y bendecimos,

Prof. Bladimiro y Magui Wojtowicz

sábado, 16 de enero de 2010

“El Hall de la fe: Dios te está moviendo desde la transición hacia la posición”

 

Por Paulette Reed

clip_image002¿Alguna vez sentiste que estás en un lugar y quizá deberías estar en otro lado, pero parece como que no avanzas hacia ninguna parte? ¿Estás esperando que se abran puertas, pero no puedes hallar las llaves? Bien, creo que tengo buenas noticias para ti. Quizá estés en el “hall de la fe”. Permíteme explicarte esto.

Recientemente tuve un sueño donde estaba en un pasillo largo. Cuando le pregunté al Espíritu Santo la interpretación del sueño, pude ver miles de creyentes en ese pasillo. Amigos, no retrocedan ni se queden varados. El Señor está por hacer algo, manténganse avanzando porque Él les está mostrando el camino: la Verdad y la Luz.

Mientras caminaba por el pasillo, recuerdo que me sentía perpleja. Miraba hacia atrás y luego hacia adelante… esperando y asombrándome. Si me estiraba lo suficiente, me daba cuenta que el pasillo oscuro se iluminaba cada vez más con la distancia. Luego, un líder cristiano internacional se puso junto a mí en el pasillo y me tomó de la mano. El líder guardaba silencio mientras avanzaba y repentinamente pude ver muchas puertas, pero una de ellas estaba abierta. Caminamos a través de la puerta abierta y entramos en una oficina donde había un sofá largo y hermoso, cubierto por un brocado exquisito hecho de oro. Sentí una paz asombrosa en esta nueva oficina, porque era un lugar de reposo donde habitaba la gloria de Dios.

Simbolismo

La longitud del pasillo puede indicar la duración de un período de transición y la luz habla del grado y la naturaleza de la revelación que recibimos a lo largo del camino. El ancho nos da una idea del espacio disponible para maniobrar mientras caminamos. En este sueño, el pasillo era bien estrecho. Pude sentir como si debía ponerme de costado para poder deslizarme por él. Sin embargo, supe que era extremadamente importante recorrer el pasillo en lugar de tratar de escaparme. La estrechez parecía incómoda debido a la limitación de movimientos, pero en realidad me impedía ir hacia la derecha o la izquierda y me obligaba a seguir en la transición.

La caminata indica progreso o vivir en el Espíritu. También parecía un viaje o recorrido de arrepentimiento. La Gran Comisión es ir.

Cuando el líder amado me tomó de la mano, fue un símbolo de fortaleza, poder, acción y posesión. Las manos son instrumentos de trabajo y servicio, indicando las actividades ministeriales que cumplen la palabra y la voluntad de Dios. Por supuesto, una puerta abierta indica una transición, una oportunidad. Y la oficina en la que entramos, representa una posición de confianza, donde la agencia y los poderes representativos están garantizados para servirnos los unos a los otros. También representaba el ministerio quíntuple: apóstol, profeta, maestro, pastor y evangelista.

El hermoso color dorado del revestimiento de los muebles representaba las riquezas de la gloria de Dios. El oro también simboliza una capacidad de resistencia de los creyentes como vencedores, una santidad inmutable así como sabiduría y justicia. El brocado de lana tenía un diseño elaborado, uno que tenía un patrón que sobresalía especialmente por encima del resto. En interpretación de sueños, un sofá indica seguridad, un lugar cómodo donde sentarse y descansar. Sentarse representa gobierno, posición, concentración, recibimiento, lugar de autoridad, poder, contrato de negocios, acuerdo y el Reino del Señor.

El pasillo oscuro

Amado, en los pasillos de la vida el Señor redefine y ajusta las reglas necesarias para que podamos ser transformados de gloria en gloria. Mientras estamos en el pasillo, el Espíritu Santo nos da tiempo para enfocarnos y orar por la dirección correcta. Podemos sentirnos descarriados porque nunca estuvimos en este camino. Pero cuán maravilloso es que el Rey de gloria tome nuestra mano y nos enseñe un nuevo camino. Un camino donde nunca antes estuvimos.

Desde ya que los pasillos de Dios representan la transición. Son un lugar donde el Señor conecta el sitio donde estuvimos con el lugar hacia dónde vamos. Aunque la Palabra nos dice que no debemos mirar hacia atrás, también nos dice: “no olviden”. Iglesia, no debemos olvidar de dónde salimos. No olvides todo lo que Dios hizo por nosotros. Mantén un corazón agradecido, sabiendo que si sufrimos con Jesús, también seremos glorificados junto con Él. El Señor quiere edificar un puente entre nuestro pasado y nuestro futuro para catapultarnos hacia nuestro destino.

Llaves para el Reino

Estas son algunas llaves para abrir aquellas puertas al final del pasillo de tu Padre celestial. Estas puertas sólo las puede abrir Dios y ningún hombre las puede cerrar (Apocalipsis 3:8). Oh, atrapar esto es demasiado crucial para la Iglesia mientras avanza hacia nuevos oficios.

No murmurar o podemos seguir en el pasillo cuarenta años más.

Afírmate en las promesas de Dios. No podemos ver bien en un pasillo en penumbras, pero vivimos por fe y no por vista.

Mantente enfocado en el Rey, cuando Él tiene nuestra atención, puede ajustar nuestra visión e iluminar nuestro camino (Proverbios 4:18).

No te detengas, ¡sigue en movimiento! En tiempos de transición… no podemos sentarnos en los pasillos de la vida. Podemos encontrarnos retrocediendo y avanzando en la intercesión. Está bien cuando existe un reposo interior, una paz que sobrepasa todo entendimiento.

Dos cosas que podemos hacer mientras estamos en el pasillo, comer y beber la Palabra Viva.

¡Avance! Mira brevemente hacia atrás, incitado por el Espíritu Santo, mientras usas tus experiencias del pasado como conexiones para tu futuro. Deja que el Maestro Alfarero moldee tus pruebas y las transforme en puentes, cruzando hacia la plenitud y la santidad.

Confíe en Jesús, Él trabaja en nosotros para su voluntad y sus buenos propósitos (Filipenses 2:13).

Sé adaptable, permitiendo el proceso de restauración. El Señor no puede poner lo viejo en odres nuevos porque se romperá. Él perfeccionará su amor en nosotros, no a medias, sino por completo.

Encuentra tu identidad en Cristo cuando parece que estás sólo en el pasillo. Dios les expuso todas las cosas a sus discípulos en privado (Marcos 4:34).

Presta atención a la estrategia del Pastor, sin moverte hasta que tengas una dirección. Cuando dudes, no te muevas.

Presta atención a las puertas que abre Dios, no a las de los hombres.

¡Sigue al Rey! Cuando te sientas un poco apretado, en lugares estrechos, estás siendo impulsado a buscar al Señor. Luego te tomará de la mano y te llenará con esperanza, expectativa y revelación.

Conserva un corazón agradecido y cuando veas la puerta abierta, atraviésala sin temor, sólo con gratitud y un gozo indecible.

Tu hall de la fe personal

Debe preguntarse en qué parte del pasillo se encuentra… ¿al comienzo, en la mitad o al final? El discernimiento ayuda porque cuando un corredor conoce la distancia de la carrera, está preparado para marcar el paso y usar las llaves que necesite. Mantiene sus ojos fijos en el premio, sabiendo que la tenacidad se incrementa mientras recibe chispazos del arco iris radiante de luz al final de la pista.

Amigos, en los pasillos de la vida la fe se transforma en nuestra posesión personal. En el pasillo Jesús aumenta nuestra paciencia, perspectiva y propósito. Si en este momento tu pasillo parece un poco oscuro, recuerda que en las tinieblas es donde más brilla la luz. Por eso necesitas tanto la luz como las tinieblas para poder proyectar tu sombra, así como Pedro.

Pude ver personas muy débiles en el pasillo… al final de un año (ciclo), el final de una parte de tu viaje con Jesús. ¡Resiste, eres un campeón del Dios Altísimo! Deja que Isaías 57:10 te hable vida el día de hoy: “De tanto andar te cansaste, pero no dijiste: Hasta aquí llego. Lograste renovar tus fuerzas; por eso no desmayaste”.

Amado, regocíjate. El Rey viene a tomarte de la mano y caminarás junto con Él en la luz de su gloria. Jesús es la puerta. Él te está llevando desde la transición hacia la posición… hacia el cristianismo apostólico.

Paulette Reed

viernes, 15 de enero de 2010

“Volverás a regocijarte”

 

Por Cindy Trimm

clip_image002Mateo 2:10-11 dice: “Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra”.

Te estoy anunciando que Dios está trabajando a tu favor. Ya soltó tu provisión. Pon atención a tu momento profético cuando el propósito converja con tu destino. Dios te está ubicando en posición, no sólo para recibir tu milagro de provisión, sino para poder bendecir a otros.

Tu milagro ya está en marcha. Algo bueno está por suceder contigo. Dios ya profetizó tu destino y ahora es una fuerza dinámica que te está impulsando y moviéndote hacia una dirección profética: un código postal espiritual.

Hechos 17:26 dice: “De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios”.

Según Hechos 17:26, la Biblia establece que Dios, antes del tiempo, determinó tu código postal espiritual, ese lugar espiritual y esa localización geográfica; cuando entres en ese escenario, todo lo que te rodea comenzará a alinearse.

Que el enemigo no seduzca tu alma, porque tratará de desalentarte y convencerte para que te muevas de ese lugar. Tus provisiones vendrán si permaneces escondido en la perfecta voluntad de Dios. No reduzcas la habilidad de Dios para proveerte un trabajo. Él suplirá todas tus necesidades conforme a sus riquezas en gloria por Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Sigue confiando en Él.

Dios está preparando algo grande y te tiene en mente. Persevera en Él, porque nunca te dejará ni te abandonará. Aún como las estrellas fueron una señal para los pastores y los sabios, Dios también te mostrará una señal: Te probará que está cerca de ti. Volverás a regocijarte. Que la presencia del Señor reviva en tu adoración. No permitas que las circunstancias cierren tu espíritu.

Abre tu corazón como un regalo hacia Él. Adóralo y vuelve a presentar tu cuerpo como un sacrificio vivo. Sí, Él es la razón para este tiempo. Pero tú eres la razón por la cual Él vino. Te regocijarás con una exuberancia angelical: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (Lucas 2:14)

Bendiciones,

Dr. Cindy Trimm

lunes, 11 de enero de 2010

“No estén ansiosos por nada, nada… ¡nada!”

 

Por Bobby Conner

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La cultura actual es un caldero de temores, stress y ansiedad. El nerviosismo y la preocupación invadieron nuestra vida de negocios, nuestra vida social, nuestros hogares y aún penetró dentro de la Iglesia. Vivimos con rumores silentes en nuestras almas: ¿Qué pasa si pierdo mi trabajo? ¿Qué pasa si mis hijos se descarrían? ¿Qué pasa si él, ella o nosotros no podemos…?

Debemos trabajar cada vez más y por más tiempo cada año, pero al mismo tiempo hallamos cada vez menos y menos paz. Enfrentamos más y más preguntas sin respuesta, sólo para hallar más y más razones para temer. Nos preocupamos porque la guerra y el terror pudieran atacar en cualquier momento y en cualquier lugar. Nos preocupamos cómo hacer para manejar nuestra economía agitada. Nos preocupamos sobre nuestra salud y cómo mantenernos jóvenes. Tenemos stress en nuestros trabajos y nos estresamos por temor a perderlo o cuando no lo tenemos.

Nuestras familias pueden ser un lugar de reposo o un lugar de ansiedad, especialmente considerando a nuestros hijos. Alguien dijo alguna vez: “Una madre es tan feliz como su hijo más triste” y esto también es cierto respecto de los padres. Todos llevamos a nuestros seres queridos en nuestros corazones, sus batallas son las nuestras y agregan stress y ansiedad a la carga que llevamos. De hecho, la ansiedad parece la manera de ser de la sociedad actual y esto también parece ser así para los creyentes. El temor, la depresión y la preocupación, son comunes en la vida diaria de la mayoría de los cristianos; pero según la Palabra de Dios, ¡ninguno de ellos es bienvenido en el alma de los creyentes!

La Biblia nos ordena no estar ansiosos por nada y no temer. Examinemos la Biblia y tomemos nota de las veces que el Señor nos ordena no temer, incluyendo a los grandes héroes de la fe:

Génesis 15:1: “No temas, Abram”

Números 21:34: “Moisés, no temas”

Josué 8:1: “Josué, no temas”

Daniel 10:12: “Daniel, no temas”

Mateo 1:20: “José, hijo de David, no temas”

Lucas 1:13: “No temas, Zacarías”

Lucas 1:30: “No temas, María”

Lucas 5:10: “No temas, Simón”

Hechos 27:24: “No temas, Pablo”

El Señor instruyó a su pueblo, las ovejas de su prado, para que no temieran:

Isaías 41:14: “No teman… hombres de Israel”

Joel 2:21: “Tierra, no temas”

Sofonías 3:16: “Jerusalén, no temas”

Lucas 12:32: “No temas, manada pequeña”

Juan 12:15: “No temas, hija de Sión”

Además, note todas las veces que los hombres y mujeres justos de fe alentaron al pueblo de Dios para que no temiera:

Génesis 50:19: José les dijo, “no teman”

Éxodo 20:20: Moisés le dijo al pueblo, “no teman”

Josué 10:25: Y Josué les dijo, “no teman”

1 Samuel 12:20: Y Samuel le dijo al pueblo, “no teman”

2 Samuel 9:7: Y David les dijo, “no teman”

1 Reyes 17:13: Y Elías le dijo, “no temas”

No debemos caer en condenación si el temor y la ansiedad están arraigados en nuestras almas, pero necesitamos encontrar la solución que erradicará de una vez y para siempre estos pecados que nos acosan.

El stress no es una enfermedad, sino un pecado

Vemos comerciales que prometen alivio para el stress y la depresión, también podemos comprar píldoras para casi cualquier enfermedad mental o física. La ansiedad relacionada con el stress llegó a ser tan familiar y aceptada que se incorporó a nuestra vida diaria. Desafortunadamente, dejamos de reconocer a la ansiedad y el stress por lo que realmente son: pecados. Medicamos el stress pero no cambiamos los hábitos de temor que lo provocaron. No se engañe: el temor y la ansiedad son pecados. Esencialmente, el temor es un rechazo obstinado a confiar en la bondad de Dios o descansar en su poder. La ansiedad es un sub-producto de la incredulidad. Es un “ataque de pánico” espiritual del infierno que mata silenciosamente a decenas de miles todos los días.

No podrá hallar la cura para la ansiedad en una píldora. Una pastilla puede atenuar sentimientos incómodos y ajustar la química del cerebro, pero no podrá tratar la raíz espiritual del problema físico. Su serotonina puede estar baja… pero seguro que su fe en Dios también está baja. No podrá vencer el temor por medio de un libro de auto ayuda. Las enseñanzas almáticas pueden ajustar los patrones cognitivos y de comportamiento por un tiempo, pero el alma no se puede curar a sí misma, sin importar cuán determinados estemos hacia el cambio. La creencia que podemos ejercer el poder de nuestra voluntad para cambiar o redimirnos a nosotros mismos, es exactamente lo que el Señor vino a revertir en el Calvario.

Y, desafortunadamente, no conquistará el temor y la preocupación por medio de una impartición divina o la unción, tampoco asistiendo a una conferencia de gloria. Algunos creyentes desarrollan una dependencia de la unción de otros o aún del buen consejo y la oración, cuando el Señor nos pide a cada uno de nosotros que aprendamos a beber de su pozo dentro de nosotros, buscando al Espíritu Santo como nuestro Maestro y Consolador.

¿Cuál es el antídoto infalible contra la ansiedad? ¿Cómo arrepentirnos y ser sanos del asedio del pecado de temor? ¿Cómo levantarnos por encima del stress y habitar continuamente en la paz divina que Cristo alcanzó para nosotros en la Cruz? ¿Dónde podemos encontrar el antídoto para la ansiedad? ¿Dónde podemos encontrar la cura final para el temor?

El antídoto para los pensamientos o las emociones negativas es simple: debemos obedecer la Palabra de Dios. La única cura para el temor y la ansiedad está en la Palabra, la persona de Cristo. Pablo declara en Filipenses 4:6-7: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.

La respuesta para el stress y la ansiedad no es la medicación, sino el Maestro. Este es el patrón que necesitamos aprender: mientras nos enfocamos en nuestro interior y en nuestra voluntad, encontraremos a Cristo y podremos establecer nuestros afectos en Él. Así ajustaremos nuestros pensamientos a la Palabra, descubriendo que habitamos en paz. ¡Este es el andar de vencedor de Enoc! La presencia de Cristo en nosotros es nuestra seguridad que podemos vivir en paz, aún en tiempos de presión y turbulencia. La promesa es mucho más que sólo atravesar tiempos difíciles, Él nos promete perfecta paz y contentamiento constante.

¿Cómo esto puede ser verdad? Es verdad porque el Reino de Dios está dentro de nosotros. El Príncipe de Paz habita en nosotros. Tenemos un derecho adquirido por sangre para caminar de una manera ininterrumpida en el shalom, libres de toda ansiedad y temor, por la presencia viviente de Cristo en nuestro templo.

¿Esto suena demasiado bueno para ser cierto? Sin importar lo que nuestra mente o nuestro corazón pudieran argumentar, las Escrituras son siempre ciertas y están llenas de ejemplos de personas viviendo en paz en medio de situaciones desesperantes. Abraham creyó en Dios, aún mientras levantaba el cuchillo sobre Isaac. Caleb y Josué creyeron en las promesas de Dios luego de 40 años en el desierto. ¡María creyó en la Palabra de Dios y aunque no había conocido a ningún hombre, su alma se regocijó!

Cristo mismo creyó en su Padre, aún durante su crucifixión. Cuando venció al pecado, el temor y la muerte en el Calvario, podemos vencer junto con Él. Estamos unidos con Él en su muerte, entonces también estamos unidos con Él en su resurrección. La Cruz anuló el poder del temor y la ansiedad: no tendrían más poder legal sobre nuestras almas, a menos que lo permitamos.

Debemos arrepentirnos por permitir que el temor y la ansiedad gobiernen nuestra vida. Podemos y debemos experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento humano. En nuestra comunión con su resurrección, recibimos acceso amplio a la perfecta paz. ¿Cómo podemos habitar en su paz a pesar de la experiencia diaria? Manteniendo nuestra mente, voluntad y emociones fijas en Cristo.

Siempre que sus emociones lo remuevan de la paz, pida perdón y regrese al corazón de su Amado que está dentro de su Palabra. Cuando su voluntad lo separe de la paz, pida perdón y regrese a la dependencia radical en la buena voluntad de su Amado que está en su Palabra.

Considere la promesa en Isaías 26:3-4: “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”.

Nunca dude que Dios es bueno y hace el bien (Nahúm 1:7): “Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia y protector de los que en él confían”. Esta es la Roca sobre la cual estará firme cuando las tormentas se crucen en su camino (Mateo 7:24-27). Sin embargo, a pesar de las tormentas, los planes y propósitos de Dios para usted son maravillosos (Jeremías 29:11): “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.

Debe distinguir entre las verdades de Dios y los hechos de su existencia; si elige confiar en el Señor, no importa lo que sienta o perciba. No se detenga en los hechos de su vida, no piense sobre los hechos de su vida y no deposite sus emociones sobre los hechos de su vida… descanse sobre las verdades de estas Escrituras maravillosas y habitará en paz.

A pesar de la preocupación y la ansiedad, mantenga esto en mente: “La compasión y la misericordia del Señor son asombrosas” (Lamentaciones 3:20-24). Cuando recuerdo esto, tengo esperanzas. No me consumí porque su compasión no me falló, son nuevas cada mañana. ¡Grande es su fidelidad!

Su campo de batalla no son las circunstancias de su vida, para nada. El verdadero campo de batalla del enemigo es su mente, su voluntad y sus emociones. Al mantener sus pensamientos y corazón enfocados en las cosas buenas, protegerá su alma del ataque de las tinieblas.

Filipenses 4:8-9: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes”.

Pablo escribió: “No estén ansiosos por nada” (Filipenses 4:6). Debemos seguir enfocados en Cristo y en su Reino inconmovible si queremos habitar en paz durante estos días de caos (Mateo 6:33-34): “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”.

No existe una guerra mayor que habitar con el Príncipe de Paz. El Dios de paz aplastará a nuestros enemigos debajo de nuestros pies (Romanos 16:20). En el momento que sintamos la pérdida de la paz, debemos arrepentirnos y pedirle al Perdonador que nos inunde con su paz. No debemos dudar, Él traerá paz porque siempre guarda sus promesas.

La locura de los medios de comunicación

Una de las avenidas más poderosas para la confusión y el caos en nuestra alma son los medios de comunicación: televisión, cine, periódicos y revistas. La mayoría de los medios de comunicación tienen una agenda que está muy alejada de los planes y propósitos de Dios, para moldear las mentes de los desprevenidos. Casi todos están motivados por las agendas políticas: reportar toda la verdad ya no es honorable, porque dejó de ser la máxima de los periodistas.

Aunque la Escritura nos advierte que debemos mantener nuestra mente en lo santo, somos bombardeados constantemente por malas noticias, el caos, la desinformación, la censura y los reportes conflictivos. No tenemos otra fuente de Verdad que pueda traer estabilidad y esperanza para cada corazón, esa fuente de Buenas Noticias es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es poderosa y perfecta.

Salmo 19:1-11: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol. Y éste, como novio que sale de la cámara nupcial, se apresta, cual atleta, a recorrer el camino. Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor”.

“La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos. El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Las sentencias del Señor son verdaderas: todas ellas son justas. Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa”.

Este es el tiempo para presentar la Verdad real que liberará a los corazones de la ansiedad: Cristo estableció que debemos conocer la verdad y ella nos hará libres. Aunque muchos no viven en libertad por causa del pánico que desarrollan al ver las noticias que predicen el desastre y las tinieblas. Este no es un tiempo para correr temerosos, sino para afirmarse en fe. No necesitamos tropezar en la oscuridad sino caminar en la luz (Salmo 119:130).

Elija establecer nuestra mente en las Buenas Noticias, no en los medios de comunicación. Elija que sus emociones se glorifiquen en la Cruz, no en las pérdidas de Wall Street. Elija afirmar su voluntad en las promesas del Señor, no en el declive resbaloso de los “tal vez...”.

En un mundo sacudido por los desastres financieros, ambientales y políticos, debemos estar calmados como seguidores del Príncipe de Paz, señalándole constantemente a los hombres a Cristo, la Roca. Durante este tiempo de sacudones, debemos mantenernos firmes: nada sorprende a Dios. Él no está sentado en los Cielos, frotándose las manos, diciendo: “¡Nunca vi venir eso!”. En lo temporal, Dios tiene todo bajo control. Leí el final del libro y allí no hay sorpresas: ¡ganamos porque Cristo ganó! En Cristo, somos más que vencedores (Romanos 8:37). Estamos llamados a vivir como más que vencedores, no como víctimas (1 Juan 4:4). La promesa de Isaías 54:17 establece que ningún arma en contra nuestra funcionará.

Elija este día creer la Palabra y alejarse de la duda, el temor y la incredulidad. Elija arrepentirse este día, porque el temor es pecado. Al actuar así, acusamos a Dios por su falta de fidelidad, por ser descuidado, por ignorarnos, por olvidarnos y por no amarnos. Arrepiéntase del temor y reciba la longanimidad de nuestro Padre, quien nunca lo abandonará. Su amor perfecto, sin importar la circunstancia, aleja el temor. El amor es más fuerte que la misma muerte.

Estos días fueron profetizados

Estoy shockeado por ver cómo el Cuerpo de Cristo está sacudido por las situaciones económicas y políticas, como si hubieran tomado a la Iglesia con la guardia baja. ¿No leímos la Palabra de Dios? No debería sorprendernos porque estamos enfrentando los últimos tiempos. La Palabra de Dios nos informa que en los últimos días, el mundo enfrentaría problemas desconocidos y tiempos peligrosos. ¿Por qué nos sorprendemos por los desastres globales, las guerras, los terremotos y las enfermedades pandémicas? Una y otra vez, la Biblia nos advierte con claridad sobre los últimos días.

2 Timoteo 3:1-5: “Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!”.

Estos días fueron profetizados, pero Jesús dijo: “No teman” (Lucas 21:9). Como seguidores de Cristo no debemos temer. Cristo también nos advirtió que, debido a las condiciones del mundo, “Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo, porque los cuerpos celestes serán sacudidos” (Lucas 21:26). Desafortunadamente, esto está ocurriendo en nuestros días. No sólo estos eventos generarán temor en el mundo, sino expectativa por las dificultades que harán desfallecer los corazones de los hombres.

De hecho, los doctores reportan que las fallas cardíacas es la causa principal de enfermedad en los EEUU. El stress y la angustia resultantes de las preocupaciones de este mundo son muy reales. Sin embargo, Dios nos invita a ir hacia Él y arrojar todas nuestras preocupaciones a sus pies, recordándonos que su yugo es fácil y su carga es ligera. Debemos calmarnos y enfocarnos en Cristo. El Salmo 46:10-11 nos advierte: “Estén quietos y conozcan que Soy Dios”.

No sugiero que debemos ser pasivos; sin embargo, debemos abandonar los temores y ansiedades que vienen por no confiar en Dios. Uno de los títulos para Mesías es “Emanuel”, que significa: Dios con nosotros. Jesús prometió estar con nosotros “hasta el fin de los tiempos” (Mateo 28:20). En algún punto, debemos aceptar el poder de las promesas de Cristo. ¡Él está con nosotros siempre! No confiar en la promesa es rechazar el carácter de la naturaleza divina y este no es un asunto menor.

Jesús dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana” (Mateo 11:28-30).

Amigo, ¡corra hacia Él! Eche sus cargas sobre Él, ¡porque verdaderamente cuidará de usted!

Quiebre su adicción al stress. ¡Arrepiéntase! La Palabra promete que el Dios de paz aplastará a satanás bajo nuestros pies (Romanos 16:20). Crea eso y confíe en Él. Arrepiéntase del temor y la ansiedad, admitiendo que son pecados.

Quiebre las ataduras del temor y la ansiedad para poder caminar como hijo o hija de Dios, sin estar ansioso por nada. No está llamado a enfrentar estos días con un corazón en tinieblas. Por el contrario, está llamado a tener un corazón lleno de la luz divina. No tema a las tinieblas porque nuestro Dios reina.

Usted no está solo, ni enfrentará el futuro sin la ayuda de Dios (Josué 1:9). Es un hijo de Dios, llamado y comisionado para vivir en la luz (1 Juan 1:5-7). Nunca, nunca se olvide que está llamado a ser cabeza y no cola (Deuteronomio 28:13). El enemigo de nuestras almas trata de enfocarnos en los problemas para alejarnos de las promesas de Dios.

Aléjese de los problemas y vuélvase hacia las promesas. Aléjese de cualquier pensamiento, sentimiento o intención que no le traiga paz.

¿Cómo podemos cambiar? Arrepiéntase y el Perdonador lo llenará de su paz; esto no falla.

Los noticieros de la noche pintan una escena continua de oscuridad y es fácil sentir las tinieblas rezumando en nuestra cultura ahora mismo. Pero debemos establecer nuestra mente en las cosas de arriba. Debemos pensar en buenas cosas. Levántese, salga de la oscuridad, sacúdase la modorra y enfóquese en Cristo. Este cambio en nuestra alma hacia la Palabra de Dios nos alejará del espíritu de temor y echará fuera toda ansiedad.

Tiempo de grandes potenciales y posibilidades

Sí, los tiempos son difíciles, pero aunque sean tiempos duros, Dios sigue trabajando en todas las cosas para bien. Su Palabra y sus promesas no cambian sólo porque la bolsa de valores baja y sus ganancias no son lo que solían ser. Tiempos difíciles no significan tiempos malos, sólo implica que debemos aplicar la fe, manteniéndonos aferrados a Dios, sin perder nuestro gozo, ¡porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza!

Los tiempos de oscuridad de hoy están forjando los líderes de mañana. Si ve luz donde otros ven tinieblas, su fe inspirará a otros a seguirlo en el futuro (Isaías 50:4). Estos tiempos no serán sencillos, pero debemos afirmarnos en la Palabra de Dios: “Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada” (Hebreos 10:35). La recompensa será grande para aquellos que confían en Dios.

Estamos en el umbral de muchas nuevas aperturas en lo natural y también en el Reino de Dios, especialmente en los tres a cinco años venideros. Considere la tecnología. El Espíritu de Dios está entregando revelaciones y sabiduría. Los nuevos científicos están desarrollando nuevas fuentes de energía que tienen emisiones cero y utilizan recursos abundantemente disponibles. El petróleo seguirá siendo necesario y las noticias que establecen que se está abandonando el petróleo, están equivocadas. En Brasil se descubrieron enormes campos de petróleo mar adentro, incluso los yacimientos de Dakota y Canadá ofrecen energía a menores costos.

Se están haciendo nuevos descubrimientos en la investigación médica. Se descubrirá la cura para muchas enfermedades devastadoras, incluyendo el cáncer y el Alzheimer. Me sentí fortalecido por una visión reciente, donde aparecía una formula justo delante de mis ojos. Pregunté, “¿qué era eso?”. La respuesta fue que era la cura para el SIDA. Espere ver descubrimientos genuinos en esta área. Estos descubrimientos tienen el potencial para ser tan asombrosos como la vacuna de Jonas Salk para erradicar la polio.

¿Quiere ser parte de todos estos descubrimientos maravillosos, no sólo en la ciencia sino en las artes y los medios de comunicación, además del gobierno y cada parte de la cultura? Pelear con el Señor nos hará prevalecer, aún en el conocimiento de inventos ingeniosos (Proverbios 8:12). Mientras obedecemos a los mandamientos de Dios, su bendición nos cubrirá (Deuteronomio 28:1-20), pero sepa esto: no prosperará en este tiempo si continúa habitando en el pecado de la ansiedad en lugar de hacerlo en la paz de Dios. Es mientras buscamos en primer lugar al Reino de Dios que todas las cosas nos serán añadidas (Mateo 6:33).

Ore conmigo esta oración con todo su corazón:

“Señor, perdóname por el pecado de ansiedad. Renuncio al temor. Perdonador, ven hacia los lugares de ansiedad y temor en mis emociones y pensamientos. Vuelvo mi voluntad hacia ti para que fijes mi corazón y mi mente con el tuyo. Declaro que mi alma es Tu prosperidad. Elijo este día creer Tu Palabra y confiar que prometiste cuidarme. Creo en esta promesa. Vengo hacia ti y confío por completo en tu amor y tu cuidado”.

En el Nombre de Jesús. Amén.

Bobby Conner

viernes, 8 de enero de 2010

“Rendición, sacrificio y entrega, liberan la Luz de su gloria”

 

Por Catherine Brown

clip_image002Juan 1:14 dice: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

Mientras buscaba al Señor en oración, tuve una visión de Jesús donde lo pude ver entregando una estrella, como si fuera un racimo de luz que salía desde su mano. La experiencia reveló a Cristo en los lugares celestiales y desde este punto de ventaja, pude ver el efecto de la luz de Cristo mientras explotaba con gran poder y belleza sobre la tierra. La luz era como una estrella fugaz, atravesando el cielo mientras se dirigía hacia la tierra.

Le pregunté a Jesús, “¿Qué es esto?”

Me respondió, “Hija, es la luz de mi gloria”.

Pude ver la gloria del Señor tocando la tierra y explotando en varias naciones, incluyendo gran parte de Sudamérica y África. Para mi asombro, Europa parecía quedar en una gran oscuridad, no obstante, en mi corazón quería hacerle otra pregunta, “Señor, ¿qué libera la luz de tu gloria?”. Jesús me respondió, “rendición, sacrificio y entrega”.

Esta es una palabra profética que me entregó el Señor: “Rendición”

“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy”. (Juan 17:24). “No hay una demanda sobre tu vida para que entres en la realidad de mi gloria, porque viene hacia ti como una invitación de pacto. Ningún hombre se puede gloriar en mi presencia, todos los hombres que se rindan ante mi gloria, podrán participar de las bendiciones que fluyen sobre aquellos que habitan en el lugar de comunión junto conmigo”.

“Mi gloria es poder y mi poder debe descansar dentro del corazón rendido ante mi señorío o el corazón se corromperá por la tentación del orgullo. Deseo derramar nuevos niveles de mi poder sobre mi pueblo; cada oleada nueva de mi gloria es precedida por una profunda rendición hacia Mí”.

“La mente del hombre debe acceder al gobierno del Rey de reyes. La carne del hombre debe abrazar la renovación adquirida en el Calvario para liberar la nueva vida de resurrección, santificada por el poder del sacrificio de mi sangre. El corazón del hombre debe volver a ser un altar de la fe simple sobre el cual podré edificar mi Reino por la gracia y la gloria”.

“Sacrificio”

“Mi gloria viene sobre la tierra en humildad. El amor sacrificial y la justicia son los fundamentos sobre los cuales se afirma mi santidad y mi gloria. Como soy en mi Padre y mi Padre en Mí, así llamo a la Iglesia a entrar en la realidad de mi pacto de gloria. Te cubriré con mi gloria para que puedas experimentar la plenitud de la intimidad santa conmigo. Mi amada Novia será hermosa en mi gloria”.

“Entrega”

“Estoy entre ustedes como el que sirve. Sigo entre ustedes como el que sirve y llamé a mi Iglesia a entregarse a la adoración, a testificar y a trabajar. Amado de Dios, si rindes las expectativas de tu yo y te centras en Mí, cumpliré los deseos de Dios en tu corazón. Entra en una dispensación fresca de mi gracia y permite que mi gloria descanse sobre ti por fe. Camina en el temor reverente ante Mí y te permitiré abrazar este derramar fresco de la revelación de mi gloria”.

Una invitación de Jesús

“Vengan todos los débiles, mi gloria los refrescará. Vengan todos los heridos, mi gloria los sanará. Vengan todos los sedientos, mi gloria les dará agua de vida. Vengan todos los que tienen hambre de Mí, mi gloria los llenará, los sostendrá y fluirá a través de ellos para alcanzar las multitudes”.

“No permitas que tu corazón se aflija, confía en Dios y confía en Mí. Mi gloria llenará de poder a mi Iglesia para los tiempos por venir. Mi gloria consume las tinieblas y libera a Mi pueblo de todas las opresiones y ataduras del enemigo para llevarlos hacia el Reino de mi Padre”.

“El mundo fue creado en gloria. En la gloria fuiste llamado y en la gloria me seguirás y me servirás, estaré contigo aún hasta el fin de los tiempos. Mi gloria nunca te fallará y llenará toda la tierra con salvaciones, milagros, señales y maravillas. Estoy derramando mi gloria radiante sobre mi Novia”.

Catherine Brown

“2010 y el resto de la década: Una visión del corazón de Dios para el Cuerpo de Cristo y la Cosecha”

 

Por Munday Martin

clip_image002Estamos ingresando en una nueva década. El otro día le preguntaba al Espíritu Santo que me revelara lo que hará en el Cuerpo de Cristo a partir del 2010 y por el resto de la década. Comenzó a revelarme por el Espíritu de Sabiduría y Revelación lo que está por ocurrir. Mucho de lo que Él compartió conmigo, es una palabra para el Cuerpo de Cristo. Esto es lo que comenzó a mostrarme:

Nos levantaremos juntos en la Gloria y esto se activará para caminar en la vida diaria como lo hizo Jesús

El mensaje del Reino que se entregó en la década pasada, fue para prepararnos para la restitución de todas las cosas que se nos habló en Hechos 3:21: “Es necesario que él permanezca en el cielo hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos por medio de sus santos profetas”. Los hijos e hijas de Dios oyeron acerca de usar las llaves del Reino y caminar en las dinámicas del trono, para aprender a caminar en un estilo de vida en la tierra, así como es en el Cielo. La luz de su gloria viene sobre una Novia guerrera radical que peleará con las fuerzas de las tinieblas que les robó a muchos su identidad en Cristo.

Ahora estamos emergiendo desde las ruinas del cristianismo pasivo. Fuimos exiliados de la mentalidad donde esperamos el rapto para que nos rescate de las tinieblas, en vez de tomar nuestro lugar y vencer hasta que vayamos a estar con Jesús. Estamos aprendiendo que la profundidad de las tinieblas es una realidad que continuará rodeándonos. Sin embargo, Isaías 60:2 aclara que cuando las cosas se ponen más negras, debemos prepararnos para la explosión de luz. “Mira, las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria!”. Sí, algún día seremos arrebatados en los aires para encontrarnos con el Señor, pero ese día no vendrá hasta que Dios restaure todas las cosas.

Mientras aprendemos a ser el tabernáculo viviente de David y usar las llaves del Reino que nos pertenecen por derecho, caminaremos en la misma unción en la que caminó Pedro, donde aún su sombra sanaba a la gente cuando los cubría. Caminaremos en los mismos milagros, señales y maravillas en las que caminó Jesús. Gran parte del Cuerpo no se dio cuenta que tienen un ministerio de milagros dentro de sí y relegaron sus derechos divinos del Reino, observando a otros con ministerios de milagros, cuando ellos mismos podían cargar la atmósfera del Cielo donde quiera que iban.

“Paternidad” y “equipamiento” serán la norma en la Iglesia por todo el mundo en el 2010 y más allá. La mentalidad del “hombre de Dios” está penetrando la Iglesia en las naciones. Con esto quiero decir que muchos, por años, colocaron a los hombres y mujeres de Dios sobre pedestales y los reverenciaron en exceso, llegándolos a adorar. Dios está quebrando la percepción en sus ovejas donde deben esperar que el “hombre de Dios” llegue a su ciudad y produzca un avivamiento. Todo el Cuerpo de Cristo se levantará en la gloria y se activará para caminar en la vida diaria con un ministerio de milagros, profecías, señales y maravillas. Se está levantando y brillando la familia de Dios, donde edificará su dignidad y honor.

Observen los estallidos de gozo por todo el continente americano

Se soltará una señal ahora mismo que embriagará a la gente que sufrió dentro del Cuerpo de Cristo. Observa las explosiones de gozo por todo el continente. ¡Mira las explosiones de gozo!

Recientemente, mientras respiraba su fragancia a mirra por todo mi cuarto, el Señor me dijo que ahora mismo está soltando el aceite del gozo. Muchos están por experimentar el vino nuevo del gozo que nunca antes se derramó, aún a través de las líneas denominacionales. Para muchos, esto durará días y días. El Salmo 104:15 dice que Dios entrega el vino que alegra el corazón, el aceite que hace brillar el rostro y el pan que sustenta la vida.

Observe la señal del derramamiento del vino del Espíritu Santo. También preste atención a la señal del vino y el aceite, mientras Dios vuelve a hacer llover maná en las reuniones. El aceite caerá físicamente cada vez con mayor frecuencia sobre la gente de lo que se conoce ahora en algunas Iglesias. Aparte de recibir esta impartición de la gloria, se soltará una nueva osadía, fortaleza y confianza para cumplir nuestro mandato en el Reino, sin importar dónde nos encontremos. No importa el vecindario donde nos encontremos, la nación o el reino donde estamos, porque todos los reinos de este mundo serán de nuestro Dios. El Señor me dijo que visitará ciudades en todo el continente americano con manifestaciones similares a las de Toronto. Me mostró fuegos artificiales y me dijo que para el 4 de Julio del 2010, habrá una nueva independencia sobre su Esposa en todo el continente.


El Cuerpo ayudará a cambiar el paradigma de los hombres acerca de Jesús

Prepárense para ver éxodos masivos de creyentes que quedaron detrás de las viejas tradiciones que hicieron inefectiva la Palabra de Dios. Los creyentes dejarán atrás su Egipto de religión vana para entrar en un terreno de plenitud. Los que tienen la visión de “centros de gloria” y “centros de entrenamiento” en sus corazones para este tiempo, están justo en la mira del Espíritu de Dios. Se cumplirá la palabra de Bob Jones acerca de mil millones de jóvenes llegando a los pies de Cristo en el 2020 y debemos prepararnos para entrenar a aquellos que salieron de las ataduras de la religión o de estilos de vida alternativos.

El Señor me dijo: “Estoy a punto de moverme en las subculturas de América”. Así como eligió salvar a muchos hippies en los 60 y 70, prepárese para ver aún a los periódicos declarando que comenzó la Revolución de Jesús para el 2014. Invadirá a la juventud en los escenarios de rock, invadirá la cultura del hip-hop y también invadirá Hollywood y MTV. Prepárese para ver a los profetas de Dios del hip-hop. Prepárese para ver a los DJ profetas de Dios de la música tecno. Aún pude ver avivamientos de sanidad ocurriendo en las disco de América y Europa.

Observe mientras el Señor comienza a cambiar la cultura por la cultura de su Reino Celestial. El Cuerpo ayudará a cambiar los paradigmas de los hombres acerca de Jesús. Los que se dedicaron a lo oculto, se encontrarán con la presencia de Dios en el mercado y en las calles. Las multitudes que están en la Nueva Era, comenzarán a oír que la Iglesia es un lugar donde pueden ir para sanarse, ser amados y hallar libertad en el maravilloso nombre de Jesús. ¡Se desatará un avivamiento masivo de sanidades!

Una década de cosechas sin precedentes

Se manifestará la restauración perfecta en un nivel gubernamental. Donde el líder de una nación caiga, los hijos de la luz tendrán el privilegio de ocupar esa posición. Las naciones comenzarán a ver el nuevo liderazgo mientras Dios lo restaura. Donde caiga una persona perversa de los medios, prepárese para ver a un hijo de luz tomando esa posición con una autoridad siete veces mayor. El cumplimiento de Isaías 60 ocurrirá a escala masiva.

Esta será una década de una cosecha sin precedentes que la Iglesia y el mundo nunca vieron. Dios dice: “Oí el rugido de la creación por la manifestación de los hijos de Dios y estoy a punto de provocar un avivamiento en los medios que sacudirá los cielos y la tierra que ningún hombre podrá detener. Invadirá el mundo musulmán, a los budistas y a la cultura hindú a través de los medios de comunicación y el internet, con el poder y la gloria del Reino”.

Dios también me mostró que la nación de Israel entrará en un nuevo tiempo de cosecha. Esta ola de sanidad de gloria vendrá sobre muchas Iglesias mesiánicas en Israel y provocará un gran afluente de judíos y árabes que recibirán a Jesús como su Mesías.

Ante esto decimos, “Sí, Señor y Amén. ¡Ven Espíritu Santo sobre esta generación sedienta y sé nuestra fuente! ¡Que el aceite del gozo venga sobre nuestras naciones!”

Munday Martin

sábado, 2 de enero de 2010

“El trato de la gracia de Dios: Un Nuevo mover de Dios nacerá en una gran humildad”

 

Por Jeff y Kathi Pelton

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“Cumple fielmente todos los mandamientos que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y tomes posesión de la tierra que el Señor juró a tus antepasados. Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos” (Deuteronomio 8:1-2)

“Dios, ¿por qué?”, son dos palabras que ambos oímos y hablamos muchas veces durante el año pasado. Desde el comienzo del 2009, fue un año de una gran cantidad de “por qué” para muchos en el pueblo de Dios que atravesaron procesos de prueba largos y profundos que en muchos casos duraron años. Pero, para todos nuestros “por qué”, la única respuesta del Espíritu Santo es “confía en Mí”.

En la profundidad de nuestro espíritu, sabemos que el pueblo de Dios está siendo probado y preparado para los días por venir. Pero lo que no comprendimos fue el despojo severo y total de recursos. En nuestra familia llegamos a experimentar una vida de oración y vigilia por nuestro pan diario, porque todas las fuentes naturales se habían secado. Nunca tuvimos el confort o la seguridad en nuestra propia fuerza para saber desde dónde provendría nuestra siguiente comida o la provisión para los próximos días. Después de buscar mucho consejo, luego de incontables horas de oración y luego de agotar todo razonamiento humano, oímos vez tras vez: “Estás justo donde Dios te quiere, sigue esperando al Señor”.

Pero ahora, en el último mes del año, parece que el Señor nos está dando un mayor entendimiento sobre la obra que estuvo haciendo en nuestros corazones. La respuesta se encuentra en Deuteronomio 8.

No fallaste

Recientemente estuvimos con un hombre cristiano que conocemos bien. Afirmó que le falló a su familia por las circunstancias que tuvieron que enfrentar. Este hombre trabajó duro toda su vida y siguió al Señor en todo lo que le pidió, pero aún así perdió su trabajo y todos los recursos para proveer para su familia. Sabíamos que este hombre no era un fracasado, pero él creía esto con tanta firmeza que comenzó a ser la realidad de su identidad ante sus propios ojos, en lugar de lo que su familia sabía que era cierto. Era una conclusión devastadora. Dios amaba profundamente a este hombre como un hijo amado, pero no era capaz de percibir ese amor o reconocer que era hijo de Dios.

Mientras orábamos y meditábamos acerca de esto, nos dimos cuenta que había muchas otras personas tratando con pensamientos similares. Cuando miran a los ojos de sus seres amados y se dan cuenta que no tienen nada dentro de sí para ofrecerles a sus familias o para cambiar sus situaciones dolorosas. (Esto es especialmente desalentador durante el tiempo de vacaciones, cuando se incrementa la presión de tener provisión). Muchos otros se afirmaron en fe, creyendo por cosas grandes, sólo para darse cuenta que sus mejores esfuerzos parecían no producir fruto alguno.

Mientras tratábamos de hallar algunas respuestas sobre las dificultades en nuestras vidas y en las de los demás, el Espíritu Santo nos guió hacia Deuteronomio 8 como una respuesta a la pregunta: “¿Fracasé?”.

Leamos un poco más sobre Deuteronomio 8 y veamos lo que dice el Señor: “Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor” (Verso 3).

“Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el Señor tu Dios te disciplina a ti. Cumple los mandamientos del Señor tu Dios; témelo y sigue sus caminos. Porque el Señor tu Dios te conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre”.

“Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado. Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, normas y preceptos que yo te mando hoy. Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo” (Deuteronomio 8:5-14).

Este es el dilema: si cree que su debilidad puede hacerlo fracasar, también es probable creer que puede alcanzar el éxito por sus propias fuerzas. El pueblo de Israel fue disciplinado y humillado durante su tiempo en el desierto, ¿fracasó mientras seguían la nube y la columna de fuego o recogían el maná para su sustento diario? Luego, ¿esa fue la fuerza que los llevó a atravesar el desierto por cuarenta años hasta entrar a poseer la Tierra Prometida? No, fue la fortaleza de Dios que les proveyó, los guió, les dio la victoria y los prosperó.

¿Un padre disciplina a su hijo porque cree que el muchacho es un fracaso? ¡No! Disciplinamos porque sabemos que nuestros hijos fueron creados para grandes cosas y queremos que sepan cómo oír y obedecer nuestras palabras para que algún día sepan oír y seguir las palabras de Dios. Para todos ustedes que creyeron que este tiempo de disciplina se debía a sus fracasos: ¡no son unos fracasados! Son hijos e hijas amadas del Señor a quienes les está enseñando a oír y obedecer su voz.

Sólo Dios nos entrega el poder para hacer riquezas

“…en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien. No se te ocurra pensar: Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados” (Deuteronomio 8:16-18).

En este tiempo, donde muchos creyentes se preguntaron si habían llegado a su final, en realidad fue el umbral hacia el mayor mover de Dios que jamás hayamos visto. El desierto sólo fue el comienzo del mover de Dios por el cual todos estuvimos orando, porque vendrá de una manera diferente a lo que esperamos.

¿Por qué la gente tuvo problemas para recibir a Jesús como el Mesías? Porque vino de una manera muy humilde. Su vida comenzó en un pesebre para animales y terminó en una cruz reservada para los ladrones y asesinos. Su llegada marcó un punto pivotante en la historia de la humanidad. Pero muchos no vieron Quien era en realidad y aún siguen sin verlo.

¿No seremos capaces de ver que estamos en la fase inicial de otro gran mover de Dios como nación en una mayor humildad, tanto como en la adversidad? Sea que nos confíen grandes riquezas o muchas almas salvadas (o ambas), nuestros corazones se deben preparar en humildad, para que podamos decir verdaderamente en medio de lo que los hombres llaman “éxito”: ¡Sólo Dios nos puede dar el poder para hacer todas las cosas! Somos y fuimos probados para que al final no creamos que nuestra fortaleza o nuestro poder hicieron posibles estas cosas.

No tocar

“Si llegas a olvidar al Señor tu Dios y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido. Si no obedeces al Señor tu Dios, te sucederá lo mismo que a las naciones que el Señor irá destruyendo a tu paso” (Deuteronomio 8:19-20).

Son incontables las veces que les decimos a nuestros niños: “¡No toques!”. Querían tocarlo todo y poseer todas las cosas. Parecía que la primera palabra que aprendieron fue “¡mío!”. Todo lo que nos pertenece era “mío”. Desde sus perspectivas pequeñas, todas las cosas en la casa eran suyas y estaban para tocarlas y poseerlas. Se necesita nuestra experiencia como padres para disciplinarlos y enseñarles a no manejar ciertas cosas cuando les decimos: “¡No toques!”.

Lo mismo es cierto para nosotros en este tiempo. Dios nos está enseñando lo que quiere decir con las palabras: “¡No toques!”. No debemos decir “¡mío!” sobre el mover de Dios que traerá salvación, riquezas e influencia. Debemos mantenernos en humildad y no ser nuestros propios dioses o adorar el éxito.

La historia del rey Nabucodonosor en Daniel 4 es una ilustración de los resultados de reclamar el honor para nosotros mismos. El Señor le entregó un sueño a Nabucodonosor, advirtiéndole sobre el orgullo. Daniel interpretó el sueño y le ofreció al rey la sabiduría para evitar el escenario que estaba viendo. Obviamente, Nabucodonosor no tomó en serio la advertencia para cambiar su corazón, así que veamos lo que ocurrió con su vida:

“Doce meses después, mientras daba un paseo por la terraza del palacio real de Babilonia, exclamó: ¡Miren la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra! No había terminado de hablar cuando, desde el cielo, se escuchó una voz que decía: Éste es el decreto en cuanto a ti, rey Nabucodonosor. Tu autoridad real se te ha quitado. Serás apartado de la gente y vivirás entre los animales salvajes; comerás pasto como el ganado y siete años transcurrirán hasta que reconozcas que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere” (Daniel 4:29-32).

Todos sabemos lo que ocurrió después. Luego de oír la voz, Nabucodonosor perdió la cordura y vivió como un animal por siete años, como Dios se lo advirtió. Cuando terminó ese período de humillación, Nabucodonosor recuperó la razón, su soberanía y su esplendor, pero con una perspectiva completamente diferente:

“Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios” (Daniel 4:37).

La mayoría de nosotros no llegó al lugar de la prueba por ser extremadamente orgullosos o crueles, como este rey. Sin embargo, Dios conoce la preparación que debe ocurrir dentro de nosotros antes de recibir el éxito importante en todas las áreas de nuestra vida. Los hombres y mujeres más humildes cayeron ante la seducción que viene con el poder, la riqueza y los logros. También es cierto que Dios desea trabajar en y a través de nosotros para propósitos asombrosos, pero es por su poder que alcanzaremos el éxito. Como nos encontramos ante el comienzo de un mover del Espíritu de Dios sin precedentes, es absolutamente vital que comprendamos esta verdad. Él no nos permitirá conservar ninguna traza de orgullo sobre nuestros propios esfuerzos o fuerzas en este nuevo tiempo.

Entonces, le diríamos: si se siente despojado de todo y sus mejores esfuerzos parecen conducir a nada, ¡regocíjese! Comience a agradecerle a Dios por su disciplina y humillación porque nos probó como hijos. Pídale que lo perdone por creer la mentira de sentirse un fracasado o que Él le falló. Dios lo está preparando para la grandeza que siempre destinó para sus hijos. Recuerde, en nuestra debilidad se manifiesta su fortaleza.

Oración

Padre,

En mi debilidad, manifiesta tu fortaleza.

En mi orgullo, manifiesta tu humildad.

En mis mentiras, manifiesta tu verdad.

En mis necesidades, manifiesta tu poder.

En mi pobreza, manifiesta tus riquezas.

En mi enfermedad, manifiesta tu salud.

En mi hambre, manifiesta tu plenitud.

En mi soledad, manifiesta tu presencia.

En mi muerte, ¡manifiesta tu vida!

¡Amén!

Jeff y Kathi Pelton