jueves, 30 de abril de 2009

“¡No abandones! ¡Es tiempo para ponerte de acuerdo con la Corte del Cielo!”

 

Por Sandie Freed

clip_image002Estamos en un tiempo donde Dios trae a la luz algo nuevo. Cuando oímos esta declaración la recibimos de inmediato y la creemos con todo nuestro corazón, ¿Cierto? Después de todo, ¡esa es la respuesta de todo buen cristiano! Sin embargo, cuando caemos a nuestra realidad, es un escenario completamente diferente. El nacimiento es un proceso, ¡eso sin considerar el compromiso necesario para la concepción! Podría escribir un artículo diferente sobre ese sólo tema, enfocado en la intimidad, el tiempo ante el trono y el pacto con el Señor para concebir su propósito. Existen muchas estrategias en el trono para cumplir nuestro propósito y destino (incluido dar a luz el propósito de Dios) que están a nuestra disposición si pasamos tiempo en intimidad con el Señor. Uno de mis libros recientes, “Estrategias desde el trono celestial: Reclamando la vida que Dios quiere para nosotros”, ahora está disponible para ayudarnos a oír desde el Cielo y comenzar a echar a andar el proceso de Dios.

Siento como si fuera más proactivo en el proceso de concreción de mi destino, ¿usted no? Quiero decir, justo ahora, piense acerca de ello. ¿Cuánto procesamiento necesitamos en realidad? Me detuve hoy y medité acerca de la palabra proceso. Lo que vino a mi mente fue la “carne procesada” y el “queso procesado”. ¡Esto es lo que se hace para procesar algo por completo! Comencé a cambiar mis pensamientos. Pude cambiar desde mi mentalidad natural a la mentalidad del espíritu y volver a enfocarme en lo que realmente significa estar involucrado en un “proceso”.

Seriamente, luego comencé a considerar un caso judicial y el concepto del “debido proceso legal”. ¿Se ha dado cuenta que existe una corte Celestial que activamente condena a nuestro enemigo? Amados, Dios está en control y ya derrotó al acusador de los hermanos a nuestro favor. Daniel 7 habla del Anciano de días, sentado en el trono de la Corte Celestial, destronando al poder del anticristo y su sistema sobre la tierra.

El Señor no sólo es el juez, es el “jurado” que ejecuta el juicio en contra de nuestros enemigos, especialmente el anticristo. Actualmente, el enemigo no tiene el “debido proceso legal”, porque ya está condenado en los Cielos como culpable. Sin embargo, como santos recibimos el debido proceso en la ley de Dios, ¡su proceso cumpliendo su Palabra en nuestras circunstancias!

El anticristo

Para dejarlo claro, el anticristo es satanás mismo, pero también todo lo que tiene que ver con él y es, obviamente, contrario a Cristo. Satanás es el enemigo de Cristo y todo lo que involucra a Dios y a su naturaleza divina. El sistema del anticristo es una estructura demoníaca y una fortaleza bajo el dominio de satanás que infiltró los diferentes sistemas sobre la tierra: económico, político y religioso. No soy una teóloga ni una historiadora bíblica, sino una profeta que oye y declara lo que recibe. Entonces, sólo comparto lo que está en mi corazón en este tiempo. Lo que conozco en mi corazón y es cierto, es que el espíritu del anticristo está tratando de entorpecer e interrumpir nuestro proceso de apertura.

Daniel 7:25 nos dice que existe alguien que “habla en contra del Altísimo y oprimirá a los santos”. Permítame alentarlo a leer todo el capítulo 7 de Daniel. Pero, por ahora, nos enfocaremos en este verso:

“Hablará en contra del Altísimo y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las festividades y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder durante tres años y medio”.

Muchos teólogos concuerdan en este pasaje que se refiere al anticristo alardeando de su habilidad para cambiar nuestros tiempos y circunstancias, mientras “oprime a los santos”. ¡Santos como usted y yo!

Existen dos factores importantes respecto de la habilidad del anticristo y su sistema. En primer lugar, desea cambiar su tiempo y sus circunstancias para oprimirlo. Si puede oprimirlo y desalentarlo, tratará de cambiar sus circunstancias. ¿Cómo podemos hacer esto? Bueno, si estamos abatidos, es fácil alinearnos espiritualmente de la manera apropiada. En otras palabras, estamos tan oprimidos que comenzamos a ponernos de acuerdo con el espíritu del anticristo, en lugar de hacerlo con Dios. (Aparte, cuando nos ponemos de acuerdo con Dios, se produce la concepción y el nacimiento; no importa cuán intensamente esté peleando el enemigo en su contra; ¡desea abortar su propósito!)

No permita que su enemigo lo oprima, ¡échelo!

Si usted es como yo, ¡se sentirá oprimido! Si pudiera, dejaría todo, tiraría la toalla y correría en la dirección opuesta. ¡Pero no puedo hacerlo y usted tampoco! No debemos olvidar que el enemigo sólo puede intentar oprimirlo. Seguro, tratará de arrojarle todo lo que pueda en su contra para bloquear su camino hacia la victoria, pero siempre debemos recordar que Dios tiene un plan redentivo y promete llevarnos hacia su cumplimiento. Sin embargo, no podemos abandonar. En lugar de ello, debemos presionar y terminar el proceso para llegar al cumplimiento. Antes de abandonar debido a que no quiere seguir avanzando, ¡por favor siga leyendo!

Me doy cuenta que muchos de ustedes que leen este artículo están bajo opresión. Permítame explicarle el significado de la opresión en este pasaje. La palabra “oprimir” en griego significa (en un sentido mental) “afligir”. Sin embargo, podemos decir que el enemigo desea atacar nuestras mentes y oprimirnos en nuestra manera de pensar. Ustedes y yo estuvimos reprendiendo a un bombardeo en contra de nuestra mente. El enemigo lanzó en contra de su mente temor, duda e incredulidad acerca de la apertura futura. Satanás desearía que no confiáramos en Dios y, por lo tanto, caigamos en la apostasía.

La palabra “opresión” reconoce otra raíz griega que significa “fallar, decaer y posiblemente ser consumidos”. ¡Mi Dios! Piense acerca de esto por un momento. El espíritu del anticristo busca atacar nuestras mentes y consumir nuestros pensamientos. Desea que nos pongamos de acuerdo con la negatividad y la duda. Si nos ponemos de acuerdo con el enemigo, él establece una estructura de muerte sobre nuestras vidas y nos esclaviza. Amados, debemos levantarnos y destronar a satanás de nuestras mentes y pensamientos. El enemigo se mantuvo sentado sobre nuestros pensamientos por demasiado tiempo. Debemos levantarnos, echarlo y desterrarlo de nuestra mente y de todo el proceso de pensamiento.

Cómo podemos echar de nuestra mente al enemigo

Se nos enseñó a llevar todo pensamiento a la cautividad, ¿cierto? Examinemos más de cerca el siguiente pasaje, porque tiene que ver con echar a satanás de su posición de soberbia en nuestros patrones de pensamiento.

“Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:5)

¿Qué argumentos estamos derribando? ¡Derribamos las “suposiciones” acerca de lo que él puede hacernos! ¡Sí! ¿Se dio cuenta de ello antes? Para comprender esto con mayor profundidad, necesitamos volver a ver Daniel 7:25. Allí dice que satanás no sólo trata de oprimir a los santos, “piensa” cambiar nuestros tiempos y leyes. Las suposiciones o pensamientos de satanás pueden impedirle alcanzar su tiempo de apertura. Amados santos, el demonio no desea que usted salga de su ciclo en el desierto. Está tratando de cambiar la Palabra de Dios, ¡la “ley escrita” y los “decretos divinos” establecidos para su futuro!

Debemos derribar lo que satanás está pensando. Se estableció a sí mismo como algo “elevado” y cree que sus palabras acerca de nosotros se levantaron por encima de las declaraciones de Dios. ¡Nuestra parte es echar al diablo y llevar nuestros pensamientos a la cautividad para ponernos de acuerdo con lo que Cristo hizo en la cruz por nuestra redención y victoria!

Por años, leí este pasaje de una manera diferente. Apliqué demasiada presión en mi propia habilidad para controlar mis pensamientos, pero ahora me doy cuenta que satanás tuvo mucho que ver con esta guerra. Si lo echo en primer lugar y sujeto todas las palabras negativas en mi contra (palabras que están en mi mente y en el sistema de creencias), entonces también estoy echando cada palabra que habló, queriéndose exaltar a sí mismo por encima de lo que Dios declaró.

Me condené a mí misma una y otra vez por no controlar ciertos pensamientos y, finalmente, me di cuenta que el sistema del anticristo está trabajando constantemente para levantar una estructura de falsa creencia. Mi trabajo es reconocer la obra del anticristo y su sistema (sistema de falsas creencias, viejos paradigmas, dolores y traumas del pasado), luego atarlo y sujetar sus palabras, clamar por la Sangre de Jesús y declarar su obra final en mi vida y en mi mente. Sólo luego estoy capacitada para desarrollar la mente de Cristo. Amados, una vez que nos damos cuenta de esto, no necesitamos seguir sintiéndonos equivocados porque peleamos para dominar nuestros pensamientos. Ese es el diablo, puro y simple. Sin embargo, debemos entrar en guerra espiritual, atando a satanás y sus poderes que nos bombardean a diario.

Como probablemente usted conoce, Job 41:34 describe a satanás como aquel que contempla a todos con “desdén” y como “rey de todos los soberbios”. Amados, satanás desea elevarse por encima de todo lo que Dios declaró sobre usted. Es orgulloso y jactancioso en sus intentos para hacernos inclinar ante él y creer sus mentiras. (Recuerde, en Daniel 7 el espíritu del anticristo se jactaba de su habilidad para oprimir a los santos). Santos del Altísimo, debemos levantarnos y resistirlo, echarlo de cualquier suposición que lo exalte en nuestra vida. Job describió al leviatán como el “dragón” que trabajaba con el anticristo. Cuando trabajan juntos, se combinan para traer confusión y hechicería, haciéndonos dudar de Dios y sus promesas.

El proceso

En el diccionario Webster, un proceso se define como “una serie sistemática de acciones dirigidas hacia un final: como el proceso de homogeneizar la leche”. La leche homogeneizada nos da una idea natural de lo necesario para hacer que algo sea útil y sirva para un propósito; lo mismo sucede con nosotros. Dios permite que seamos procesados. En otras palabras, nos permite atravesar una serie de acciones para llevarnos hacia un “final” o un “final esperado”.

El diccionario Webster también se refiere al “debido proceso legal”; es el lugar donde podemos apelar espiritualmente ante la corte Celestial para procesar nuestro caso ante el Anciano de días. ¿Qué debemos pedir?

1. ¡Clame por la Sangre de Jesús!

Fuimos comprados por un gran precio, la Sangre de Jesús. Como Él pagó por nuestra redención, podemos ser sanados y restaurados. Si estamos cansados y oprimidos, podemos apelar al Anciano de días y recordarle a Él la sangre del pacto.

2. Podemos ordenarle a nuestro enemigo que sea destronado de nuestras mentes y pensamientos

Si satanás ocupó una posición, podemos destronarlo hoy. Tratará de cambiar su tiempo de apertura con pensamientos de ansiedad, duda y temor a equivocarnos. Sin embargo, tenemos la mente de Cristo (vez 1 Corintios 2:16). ¡Colóquese toda la armadura y ordénele al demonio que se vaya!

3. ¡Conozca que el Anciano de días regresó del futuro!

En mi libro reciente, Estrategias desde el Trono Celestial, hablo de la habilidad de Dios para ver nuestro futuro y cómo traerlo de vuelta a nuestros días para alentarnos a alcanzar nuestro potencial. Amados, ¡Dios conoce que usted tiene las semillas del destino dentro suyo y es capaz de tomar su monte! Háblele a la montaña que impide su apertura y posee su futuro.

4. El Anciano de días está sentado sobre sus circunstancias y el “juicio está montado” en contra de su enemigo (Daniel 7:26)

En otras palabras, ¡el enemigo está derrotado! Cuando atrape esta revelación, ¡se levantará y comenzará a brillar!

Amado creyente, este proceso que está experimentando tiene el propósito de desarrollar una “palabra procedente”. Jesús desarrolló una palabra procedente en medio del desierto. ¿Recuerda? Satanás lo estaba tentando y le dijo: “…Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).

Hoy necesitamos esa palabra procedente. Cuando usamos este ejemplo, como Jesús lo hizo, nuestro enemigo es derrotado. De hecho, ¡el Anciano de días declaró su victoria antes de nuestro nacimiento! Entonces, póngase de acuerdo con lo que Él decretó y comience a declarar su victoria hoy… ¡Ya está hecha en la corte Celestial!

Mi oración por usted:

Padre Dios, sé que nos elegiste para un tiempo como este. Somos como la reina Ester, ungida para un tiempo y una estación como esta para proclamar un decreto divino en contra de nuestro enemigo. Oro para que fortalezcas a cada lector con tu Espíritu de Poder. Oro para todos desarrollemos la mente de Cristo y seamos capacitados de una manera sobrenatural para echar cada suposición que satanás tramó para derrotarnos y hacernos abortar nuestro destino.

En el nombre de Jesús, ato cada espíritu maligno de oposición que trata de oprimir a los santos y piensa cambiar nuestros tiempos y estaciones. Clamo para cubrir con la Sangre de Jesús a cada lector y te agradezco por la victoria completa, gracias a tu Victoria en la Cruz. Continuaremos sometiendo nuestras vidas y pensamientos a la obediencia de Cristo y concretar nuestro destino en victoria total y en acuerdo con su Palabra. Amén.

Sandie Freed

“Dios te pregunta: ¿Quién dices que Soy?”

 

Por Kathi Pelton

Kathi_Pelton Recientemente, mi esposo y yo estuvimos acompañando a dos de nuestros mejores amigos en el entierro de su hijo Jason. Los acompañamos a lo largo de esa breve enfermedad hasta su deceso, encontrando que esas pocas semanas fueron agonizantes y hermosas al mismo tiempo. El dolor y la pena fueron verdaderamente agonizantes, aún así, mientras manteníamos nuestros ojos fijos en Aquel que es fiel para siempre, pudimos ver su verdadera belleza.

Mientras observábamos el ataúd de Jason descendiendo dentro de la tumba, sus dos hijas pequeñas (de dos y nueve años) se acercaron tanto como pudieron para decirle adiós a su papá por última vez. La escena conmovía a los corazones más duros y en medio de eso, pude oír al Señor susurrándome: “¿Quién crees que Soy?”

Fidelidad y verdad

“Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino sólo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es el Verbo de Dios. Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. Las gobernará con puño de hierro. Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:11-16)

Aunque a menudo no comprendemos los pensamientos de Dios o sus caminos, nuestro espíritu sabe sin lugar a dudas que Él es fiel y verdadero para siempre. ¿Dios es fiel para nuestros amigos que perdieron a su hijo en el comienzo de su vida? ¿Él es verdadero, aún cuando existen muchas promesas que no se cumplieron y fueron enterradas junto con ese joven? Aunque mi mente no pudo comprender, mi espíritu clamaba: “Sí… ¡Él continúa siendo fiel y verdadero!”

La noche que murió Jason, tuve un breve encuentro durante el mismo momento de su muerte que impactó mi vida. Este encuentro no fue como una visión o un sueño, fue como si me hubieran llevado hacia otro sitio por un breve tiempo. En este encuentro, estaba de pie en un lugar con remolinos de colores donde había un hombre con el pelo rizado justo delante de mí. Supe en mi espíritu que era Jason. Me estiré para atraparlo, pero al hacerlo, él vio algo que no pude ver y gritó: “¡Mi Esposo!”; corriendo hacia Aquel que obviamente podía ver con claridad. Las palabras de Jason, “¡Mi Esposo!”, me atravesaron como una carga eléctrica e instantáneamente terminó el encuentro.

Esta breve experiencia literalmente le impartió a mi espíritu algo muy hermoso e íntimo, tan lleno de vida que me es difícil describir. Esas palabras, “¡Mi Esposo!”, cargaban la plenitud de la esperanza como ninguna otra cosa que experimenté. Fue como oír la esperanza de toda la creación completarse en ese momento y en una vida. Estuve observando algunos video clips de los soldados americanos que regresaban de Irak, abrazando a sus esposas e hijos, incluso a sus compañeros y los compraré con lo que oí decir a Jason. Él corrió hacia Aquel que es fiel y verdadero para siempre, Aquel que cumple cada promesa con sólo una de las manifestaciones de su belleza y Aquel que es el único Rey de reyes y Señor de señores.

El Dios de Betel

Este mes señala un 10° aniversario en mi vida. En abril de 1998 estuve confinada en un hospital por 60 días, por causa de un severo trastorno alimentario. Aunque era esposa de un pastor y madre de cuatro niños, tenía un problema que nunca había tratado en mi vida. Les pedí a mi esposo y a la familia de nuestra iglesia que me ayudaran a ingresar a un centro cristiano de tratamiento para poder recuperarme y obtener la ayuda que necesitaba.

Me casé joven siendo una cristiana recién convertida. Dentro del primer año de nuestro matrimonio, mi esposo y yo fuimos a la Escuela bíblica juntos para estudiar misiones. Debido al hecho que crecí en un hogar abusivo y disfuncional desde niña, tuve que tomarme el tiempo para permitirle al Señor que sanara los años de dolor y las heridas que recibí. Pero éramos jóvenes y estábamos enamorados entre nosotros y con Jesús, por eso queríamos transformar al mundo.

Durante nuestros años en la Escuela bíblica, no supe cómo tratar con el dolor que surgía desde mi pasado y no pude comprender la compasión que Jesús tenía por los corazones quebrantados. Rápidamente desarrollé una mentalidad religiosa donde los cristianos no tenían sitos quebrados. ¡Qué jóvenes éramos! Por lo tanto, mi salida fue desarrollar un trastorno alimentario que duró más de 15 años, alejándome de la salud y llenándome de vergüenza.

Cuando llegué al punto de la desesperación donde fui capaz de humillarme y pedir ayuda, sabiendo que muchos no lo comprenderían, entré en un tiempo y un espacio en mi vida al cual llamé: “Mi Betel”.

El Dios que habla

“…y al lugar donde Dios le había hablado lo llamó Betel” (Génesis 35:15)

Aunque al mirar hacia atrás, el tiempo que pasé en el centro de tratamiento fue “la noche oscura de mi alma”, también puedo decir que llegó a ser mi Betel. Esto quiere decir “Casa de Dios” y en este tiempo y espacio, Él me habló con la mayor claridad que nunca antes y llegó a ser “mi Casa de Dios”. Comencé a aprender quién era para mí. Aunque lo llamaba mi Salvador y Amigo, en ese tiempo, comencé a experimentarlo como mi Salvador y Amigo.

Al vivir rodeada de otras sesenta vidas quebrantadas, comencé a descubrir la belleza de la humildad y la dependencia. Pude ver muchachas jóvenes y mujeres que vivieron muchos sufrimientos, encontrándose cara a cara con la compasión de Cristo y el amor de su Padre Celestial. Yo era una de ellas. Aunque algunas no lo recuerdan, aquellas que sí lo hicieron, hoy son pilares en la Casa de Dios. Tienen una gran compasión por los quebrantados y una comprensión de la misericordia de Dios como pocas.

En este tiempo nuestro Dios les está hablando a aquellos que tienen oídos para oír. Percibo que este tiempo marcará para muchos una experiencia como la de Betel, donde Dios le habló a su pueblo y será como un altar en sus vidas, trasladándolas de las tinieblas a la luz.

El Dios que vence

“Luego oí en el cielo un gran clamor: Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte” (Apocalipsis 12:10-11)

Recientemente pude darme cuenta con precisión que Dios está llamando a los quebrantados y a los que se sintieron en las tinieblas, a pararse en la Luz de su amor y ser transformados. Estos serán los pilares llamados “vencedores” y conocerán a Aquel que es fiel y verdadero, Aquel que escribió en su muslo las palabras “Rey de reyes y Señor de señores”.

“Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona. Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 3:11-13)

Así como su nombre está escrito en su muslo, será escrito sobre nuestras vidas mientras vencemos al acusador del pueblo de Dios. Estamos en una especie de campo de entrenamiento donde estamos aprendiendo a vencer al mundo para que podamos ir hacia el mundo y no ser vencidos por él. Es un tiempo muy vulnerable porque enfrentamos lugares de oscuridad. Aún así, estamos ganando autoridad a través de una gran adversidad y somos preparados como un gran ejército de vencedores… a través de la Sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio.

El Dios que guarda sus promesas

Aunque muchos de nosotros entramos en este año creyendo con gran excitación que ingresábamos en un nuevo día, para muchos no sucedió como lo esperábamos. Estoy segura que nuestros amigos que perdieron a su hijo no pensaron que este nuevo día comenzaría con una pérdida semejante. También estoy seguro que muchos de ustedes que leen esto no esperaban enfrentar algunas de las pruebas por las que tuvieron que pasar en los primeros meses del año. ¡Pero no se desanime! Cuando los israelitas cruzaron el Jordán hacia la tierra que Dios les prometió, lo primero que encontraron fueron muros fortificados y enemigos enormes. Recuerde lo que Josué dijo no mucho más allá de cruzar el Jordán:

“Ante esto, Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra ante el arca del pacto del Señor. Lo acompañaban los jefes de Israel, quienes también mostraban su dolor y estaban consternados. Josué le reclamó a Dios: Señor y Dios, ¿por qué hiciste que este pueblo cruzara el Jordán, y luego lo entregaste en manos de los amorreos para que lo destruyeran? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del río! Dime, Señor, ¿qué puedo decir ahora que Israel ha huido de sus enemigos?” (Josué 7:6-8)

Aún los grandes hombres de fe como Josué cuestionaron los caminos de Dios. Él nunca había dicho que no enfrentaríamos grandes batallas, dijo que ganaríamos grandes batallas. Creo que la familia de Jason aún no vio el final de la historia de su vida. ¡Su vida será conocida como una victoria! Las batallas que está enfrentando hoy pueden ser fieras y verse como si lo fueran a vencer… pero por medio de la Sangre del Cordero y de su testimonio, ¡Usted vencerá!

Hay una gran autoridad en este tiempo descendiendo sobre aquellos que enfrentan esas pruebas y vencen. Dios está creando pilares en su casa. ¡Los pilares existen para sostener las cosas! Cuando las tormentas vengan y las batallas arrecien, los pilares sostendrán el edificio que está bajo ataque.

Entonces, ¿Quien dice que es Dios? Yo digo que es el Rey de reyes y Señor de señores. Digo que es fiel y verdadero, aún cuando no podamos comprender. Digo que es el Dios que guarda sus promesas, el Dios que nos da la victoria y el Dios que sana nuestras heridas. ¡Él es el gran Yo Soy! Es el autor y consumador de nuestra fe, el principio y el fin; y nuestro Padre eterno.

Dios le está preguntando, “¿Quién dices que Soy?”

Kathi Pelton

lunes, 20 de abril de 2009

“Gríteles ‘gracia’ a sus muros de Jericó”

 

Por Garris Elkins

clip_image002Cuando los hijos de Israel entraron en la tierra prometida encontraron 10 ciudades que se atravesaban en su camino. La primera ciudad era Jericó. En Josué 6:2, Dios dice: “Te entregué Jericó”. Esta era una victoria prometida. Israel aún no era un ejército, simplemente era un grupo que vagaba por el desierto con una promesa. No tenían un ejército. Sus recursos disminuyeron con los años en el desierto. Su única arma para la guerra era su obediencia a Dios.

El punto focal fue el grito

La Iglesia debe pararse ante el 2009 con una postura similar. Enfrentamos nuestra Jericó que se atraviesa en nuestro camino. Los sistemas del mundo son inestables. El temor financiero trata de seducir al pueblo de Dios para atemorizarlo. Hay una gran cantidad de muros en el camino hacia la promesa. Dios está posicionando a su Iglesia para derribar esos muros como lo hizo en Jericó.

Todos conocemos la historia de Jericó (Josué 6). Esta era una ciudad amurallada y no había forma de entrar. Dios instruyó a Israel para que marchara alrededor de la ciudad una vez durante seis días. En el séptimo, debían rodear la ciudad siete veces gritando y luego obtendrían la victoria. El grito fue el punto focal en la historia. 1.5 millones de voces que se levantaron al mismo tiempo. Este fue un grito de gracia. Un grito que dijo: “Nuestra única esperanza es que Dios se muestre”.

Este grito de gracia fue maravillosamente desesperado porque Israel no tenía forma de entrar en Jericó a menos que Dios hiciera por ellos lo que era imposible de realizar en sus fuerzas. Esa es la naturaleza de la gracia, porque suelta el favor de Dios que trae la victoria. Cuando gritamos “gracia” ante nuestro Jericó, Dios suelta un favor sobrenatural que ningún muro puede resistir.

En esta historia sobre Jericó perdemos el tamaño y la dimensión de lo que ocurrió. La ciudad de Jericó cubría una extensión de seis acres de terreno. Considerando las fortificaciones exteriores, la medida de toda la ciudad era de nueve acres en total. Cuando ocurrió este evento, los hijos de Israel eran como 1.5 millones de personas. Esta es la población relativa de ciudades como Dallas, Filadelfia, Phoenix y San Diego.

Trate de atrapar la imagen de lo que sucedió en Jericó. Una ciudad de nueve acres rodeada por 1.5 millones de personas. Decenas de miles de personas en profundidad, tanto como alcanzaran a ver, era una masa rotativa que envolvía los nueve acres. No era una línea de gente, sino una masa humana.

Por seis días nadie dijo nada. Por seis días Israel caminó alrededor de la ciudad un día a la vez. En el séptimo día caminaron alrededor de la ciudad siete veces. Este no fue un evento silencioso, no se puede mover a toda esta gente en silencio. El sonido de 1.5 millones de personas marchando fue poderoso y estridente. La tierra se sacudió. La nube de polvo producida por todos esos pies sobre la tierra se vería como la mayor de las tormentas.

Al séptimo día, cuando se completaron las siete vueltas a Jericó, se levantaron 1.5 millones de voces y les gritaron a los muros. La Palabra dice que los muros de la ciudad cayeron.

“Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas, y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó, sin ceder ni un centímetro, y tomó la ciudad” (Josué 6:20)

Este no fue un grito de timidez, sino un grito prolongado mientras Israel cerraba filas sobre los nueve acres de terreno. Puedo ver gente corriendo y gritando con sus brazos en alto. 1.5 millones de personas avanzando con determinación y cerrando la brecha sobre los cascotes que se usaron para definir la ciudad de Jericó. Este primer obstáculo fue borrado del mapa.

Gríteles “gracia” a los muros de su Jericó

“¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? ¡Ante Zorobabel sólo eres una llanura! Y él sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza” (Zacarías 4:7)

¿Dónde están los muros de su Jericó para el 2009? Esos muros no caerán por la sabiduría o la razón humanas. Un programa nuevo en la Iglesia tampoco lo hará. Sólo el grito de gracia los derribará. El grito de gracia en obediencia a Dios era el arma de guerra sobrenatural para Israel. Cuando gritamos gracia, establecemos que sólo si Dios se muestra podemos movernos hacia adelante.

En el 2009, Dios le pide a su pueblo que tome posturas proféticas inusuales para desarrollar actos inusuales de obediencia. Dios nos pide que les gritemos “gracia” a los muros que se interponen en el camino hacia su promesa. Este no debe ser un grito tímido: es fuerte y sin pedir disculpas. Viene luego de días de prolongada obediencia marchando en el desierto.

Muchos individuos y ministerios marcharon sobre el polvo demasiado tiempo, pero ahora tenemos un plan de victoria ante nosotros. El plan para este tiempo es el mismo plan para la victoria registrado en la historia: el plan de batalla siempre es un plan de gracia.

Las culturas en las que vivimos están esperando ver la provisión milagrosa de Dios manifestándose en su pueblo. Somos los que poseemos el grito de gracia. El sonido de la gracia está esperando para sacudir cada ciudad y cada nación sobre la tierra.

Hoy, mientras se para frente a los muros de su Jericó, grite fuerte la palabra “gracia”. Con ese grito de gracia se desmantelarán los muros de los campamentos atravesados en el camino de la promesa.

• Reúna sus impuestos y grite gracia sobre ellos.

• Párese con su esposa y grite gracia sobre su futuro.

• Grite gracia sobre su muchacho rebelde.

• Reúna a su equipo ministerial gritando largo y tendido la palabra de gracia sobre cada obstáculo que se interponga en el camino de su visión y su llamado.

• Párese en los lugares altos de su ciudad y grite gracia sobre los quebrantados y los perdidos.

Una vez que grite la gracia de Dios, camine directo hacia adelante y vea su gloria. Bajo sus pies estarán los escombros del temor y la imposibilidad.

Garris Elkins

“Oración para introducirnos en la vida abundante”

 

Por Paul Cox

clip_image002La siguiente “oración para introducirnos a la vida abundante”, fue escrita por Paul Cox el año pasado en Octubre del 2008, mientras se encontraba en Australia:

Oración para introducirnos en la vida abundante

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por perjudicarlos y rodearlos con su red (Job 19:6-26).

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que bloquearon y tapiaron sus caminos, dirigiendo sus pasos hacia las tinieblas.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por avergonzarlos al desvestirlos de su gloria y remover las coronas de sus cabezas.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por destruirlos y demolerlos por todas partes, destruyendo su esperanza y acabándolos.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por ser su enemigo y lo culparon por enfurecerse contra ellos, enviando tropas en su contra o tropas para abrir caminos para atacarlos, acampando alrededor de sus cuerpos y sus moradas.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que tuvieron un corazón temeroso e incrédulo que los llevó a apartarse del camino de santidad. Te pido por la restauración de las sendas antiguas donde la alegría y el gozo se apoderaban de nosotros. Abrazo mi derecho de primogenitura para caminar conociendo al Señor.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional por las creencias perversas donde estuvimos operando en nuestra mentalidad superficial, donde tratamos de hacer las cosas por nosotros mismos. Señor, elijo trabajar en tu conocimiento, entendimiento, sabiduría y discernimiento. Señor, elijo trabajar contigo para cambiar mis caminos para poder caminar en las sendas antiguas establecidas antes de la caída. Elijo caminar en tu sanidad y permitir que tu fortaleza fluya desde tu Agua de vida (Isaías 35).

Me arrepiento por mí y por toda mi línea generacional que utilizaron sus sentidos físicos y espirituales por caminos errados, eligiendo operar sólo en su mente natural. Señor, quiebra toda la iniquidad que fluyó desde esas decisiones ignorando tu mente, corazón y voluntad. Señor, también te pido que remuevas toda la iniquidad de los sentidos que Dios me dio.

Señor, te pido que restaures mi habilidad para usar todos mis sentidos para discernir tu mente, tu corazón y tu voluntad.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por remover de ellos a sus amigos, familiares y empleos, poniendo a la gente en contra de ellos hasta menospreciarlos y odiarlos hasta la muerte.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que culparon a Dios por herirlos y perseguirlos.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que desearon que sus acusaciones en contra de Dios y sus sufrimientos, se registraran en piedra para siempre.

Señor, me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que no siguieron tus caminos ni anduvieron en tus pasos. Me arrepiento por no desear caminar en tus caminos y luego no hallar descanso para mi alma (Jeremías 6:16).

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que creyeron que Dios escondía el bien de ellos y creyeron que podían ser como Él, conociendo el bien y el mal.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que rechazaron la ley del Señor y el testimonio de su Espíritu, apartándose de su sabiduría y su verdad, entrando al reino de sus propias almas (Salmo 19:7).

Me arrepiento por aquellos que confiaron en el conocimiento del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. Me arrepiento por aquellos que confiaron en su propio conocimiento.

Me arrepiento por todos aquellos en mi línea generacional que abandonaron al Señor, la Fuente de agua viva y crearon para ellos mismos cisternas rotas que no retienen agua (Jeremías 2:13).

Rechazo la aceptación de las semillas de satanás en nuestras mentes que comenzaron con la caída del hombre cuando creímos la mentira donde podíamos ser iguales a Dios.

Me arrepiento por rechazar nuestra primogenitura como hijos del Altísimo y por negarme a confiar en Él.

Rechazo la concepción de la simiente de satanás de perjuicio, conflictos y la preparación para el engaño, que dieron a luz la iniquidad y los intentos de maldad en nuestra línea generacional (Job 15:35).

Señor, remueve y sella el acceso que el enemigo ganó en el vientre para llevarnos hacia lugares celestiales errados.

Señor, remueve y restaura por tu Sangre cada parte elemental de mi vida, mi herencia y primogenitura que está atrapada en el segundo cielo. Señor, cierra las puertas de maldad del segundo cielo.

Me arrepiento por aquellos en mi familia que confiaron en la sabiduría natural de los hombres y rechazaron al Espíritu de Dios (1 Corintios 2:15). Elijo confiar en los preceptos de verdad y el Espíritu de Dios para darme la mente de Cristo, dirigiendo mi mente por el camino correcto.

Rechazo la sabiduría del hombre y me arrepiento por el orgullo en mi línea familiar que vio la sabiduría de Dios como una estupidez. Declaro el derecho para elegir el vientre de mi Padre, Jehová, quien me llamó, me justificó y me glorificó por medio de Jesús desde antes de la fundación de la tierra y antes que fueran creados los elementos espirituales.

Declaro que mi primogenitura espiritual es haber sido concebido en amor (Efesios 1:4), que recibí el Espíritu de Dios que me revela la sabiduría (1 Corintios 2:10), que recibí ojos espirituales en mi corazón para ver las riquezas de su herencia gloriosa (Efesios 1:8). Declaro que fui formado a la imagen de su glorioso Hijo. Rechazo la semilla de satanás y rechazo mi posición como hijo del padre de mentiras y asesino (Juan 8:44). Te pido Abba Padre que cierres los ojos que se abrieron cuando Adán y Eva participaron del árbol del Conocimiento del bien y el mal.

Renuncio y rechazo cada derecho perverso o autoridad otorgados a mi alma para dirigir mi mente por caminos perversos.

Me pongo de acuerdo con los planes originales de Dios donde toda sabiduría espiritual sobre el bien y el mal se origina en su Trono y se revela a mi espíritu. Me pongo de acuerdo con el Espíritu Santo para permitir que guíe mi espíritu, alma y cuerpo. Recibo la semilla del Espíritu Santo en mi espíritu que por su poder clama: “Abba Padre”.

Señor, en mi nombre y en el de mi línea familiar, me arrepiento por cuestionar la Palabra de Dios e invitar a mi vida la influencia del Leviatán, el rey del orgullo (Job 41:34).

Señor, elijo ser dirigido por tus mandamientos para que puedas ensanchar mi corazón (Salmo 119:32).

Declaro que mi Redentor vive y mientras yo siga con vida, veré a Dios por mí mismo y con mis propios ojos (Job 19:25-26).

Declaro que mi esperanza está en Ti, mi Redentor. Te pido que restaures las sendas antiguas en mí y enciende tu Luz en mí para que pueda verte con mis ojos. Te pido que restaures mi primogenitura robada, mi gloria y mi corona.

Padre, te agradezco que antes de haberme formado en el vientre de mi madre, predeterminaste mi primogenitura, la senda de gloria en la que debo caminar.

En mi nombre y en el de mi línea generacional, me arrepiento y renuncio a rechazar la verdad que Tú formaste mi ser interior y ordenaste todos los días para mí, escribiéndolos en tu libro antes que sucedieran.

Padre, en mi nombre y en el de mi línea generacional, me arrepiento y renuncio a rechazar las sendas antiguas que Tú elegiste para que transitara.

Padre, en mi nombre y en el de mi línea generacional, me arrepiento y renuncio por alinear mis pensamientos con la maldad. Señor, rechazo esos pensamientos, así como buscar el derramamiento de sangre.

Padre, declaro que fui creado temeroso y de una manera maravillosa, Tú me guiarás por el camino eterno. Declaro que todas Tus obras son maravillosas.

Señor, estoy de acuerdo con tu Palabra que dice que las armas de mi guerra no son carnales, sino poderosas en Ti para derribar fortalezas. Elijo derribar todas las imaginaciones y toda altivez que se levante en contra del conocimiento de Dios. Elijo llevar todo pensamiento a la cautividad en la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:4-6).

Señor, suelta el poder de la resurrección del Espíritu Santo para restaurarme en las sendas de santidad. Señor, que tu amor perfecto recorra todo mi ser echando fuera todo temor. Te pido Señor que repares y reemplaces cualquier parte de mi cerebro o vías neurológicas necesarias para establecer la conexión entre mi Padre celestial y los hombres.

Señor, haz que pueda habitar en el Lugar secreto del Altísimo. Declaro que mi primogenitura es para caminar con Abba Padre en el Edén, donde puedo oír su voz y regocijarme en la intimidad de la comunión con Él. Creo que Jesús me hizo participar de esta intimidad cuando rasgó el velo en el lugar santísimo. Señor, me arrepiento por mi línea generacional que trató de lograr por las obras lo que Tú me entregaste libremente por gracia. Señor, llévame hacia el lugar de descanso y paz perfecta.

Dr. Paul L. Cox

lunes, 13 de abril de 2009

“Restaurando las herencias desoladas: Mandatos, comisiones y promesas”

 

Por Paul Keith Davis

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Hola amigos

Cuando me presenté ante el Señor para recibir una revelación acerca del año 2009, recibí una impresión que no fue otra promesa profética más, sino una exhortación acerca del cumplimiento de las promesas existentes. Verdaderamente, nuestra mayor necesidad apunta más hacia la concreción de las palabras proféticas actuales, en lugar de buscar otra promesa acerca del destino de esta generación. Se habló mucho, pero no vimos mucho cumplimiento de todas esas palabras. Estamos ingresando en un tiempo donde eso cambiará. Conforme a Ezequiel 12:22-23:

“Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: Se cumple el tiempo, pero no la visión? Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel. Y adviérteles también: Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones”.

En la búsqueda del Señor para este año, resaltó específicamente una variedad de mensajes reveladores que había entregado con anterioridad y están señalados para su cumplimiento durante este año y los siguientes. Gran parte de ellos tienen que ver con la restauración de nuestras herencias y con “grandes mantos” que fueron presentados en generaciones anteriores, pero no se los apropiaron en su tiempo.

El pasado mes de diciembre, nuestro ministerio realizó una conferencia titulada: Restaurando la voz de la sanidad. Nuestros invitados fueron Rick Joyner, Bill Johnson y Tom Davis. Esta fue una de las conferencias más pesadas que recuerdo haber participado en los últimos tiempos. Creo que este énfasis fue debido a nuestra habilidad para restaurar los mantos de revelación y poder que alguna vez visitaron nuestra nación. El avivamiento de “La voz de la sanidad” en los años 40’s y 50’s, fue uno de los mayores de la Iglesia, pero se perdió. El profeta Isaías le hizo a su generación la misma pregunta que Dios nos hace a nosotros: “¿Quien se pondrá en la brecha para declarar ‘Tráelo de vuelta’?”.

“Pero éste es un pueblo saqueado y despojado, todos atrapados en cuevas o encerrados en cárceles. Son saqueados, y nadie los libra; son despojados, y nadie reclama. ¿Quién de ustedes escuchará esto y prestará atención en el futuro?” (Isaías 42:22-23).

Continuaremos ese énfasis durante los primeros meses de este año con la promesa profética que podemos realizar grandes pasos hacia el cumplimiento de esta directiva. Nuestras conferencias tituladas “Revelaciones del libro abierto”, se enfocarán en la restauración de los mantos notables de revelación y poder que se necesitan con desesperación en esta generación y para continuar lo que comenzó durante la generación anterior.

Si el Señor sólo pudiera encontrar algunas personas que quisieran habitar juntos en harmonía y de acuerdo a esta meta, veríamos progresos notables en un año. Desde nuestra perspectiva, el 2009 será un año de pruebas y juicios en el mundo, pero también de grandes avances para el remanente de Dios que persevera en Él con un corazón puro y las motivaciones correctas.

Paul y Wanda Keith

Restaurando herencias desoladas

Es interesante que muchas de las cosas más significativas que sucedieron en la generación pasada, ocurrieran en regiones desérticas. Hubo una gran cantidad de visitaciones y revelaciones importantes durante los años 1960’s en el desierto de Arizona que se pueden aplicar directamente a nuestro mandato actual.

Pasamos un breve tiempo en el desierto, pero este será un muy buen tiempo para los justos. Nuestra preparación estará llegando a su final y recibiremos una nueva comisión para prepararnos para aprehender nuestra herencia desolada. Será un tiempo para el cumplimiento literal de Isaías 49:8:

“…En el momento propicio te respondí y en el día de salvación te ayudé. Ahora te guardaré y haré de ti un pacto para el pueblo, para que restaures el país y repartas las propiedades asoladas”.

El Señor nos llevó de la mano, nos guió y nos preparó para ser un pacto para la gente y luz a las naciones, para restaurar la tierra y llevar a la gente a heredar las herencias desoladas.

Piedras fundamentales para la plenitud

Aunque sería maravilloso profetizar que caminaremos en la plenitud de nuestra herencia el año que viene, creemos que es más acertado identificar a este tiempo como un período de finalización de la preparación y el mandato para cruzar. Josué fue comisionado en este lado del río, anticipando su liderazgo.

En este nuevo tiempo, muchas personas serán comisionadas con los “mantos” de otros que ministraron antes que ellos. Actualmente existe un énfasis en honrar a los padres y madres espirituales que lideraron el último gran derramar del Espíritu de Dios. Fueron pioneros que vencieron grandes dificultades para manifestar el Reino de Dios en su generación.

Aunque algunos fallaron y cometieron errores costosos, el fundamento que nos proveyeron se constituyó en nuestra plataforma de lanzamiento para el próximo mover del Espíritu. Eso abrió las puertas para que el depósito del Espíritu de Dios que ellos cargaron, pueda ser accesible para esta generación.

En nuestro ministerio enfatizamos la importancia de honrar a los ministros del avivamiento de sanidad como A. A. Allen, Alexander Dowie, John G. Lake, William Branham y otros. Algunos fueron las personas más deshonradas por la Iglesia del Siglo XX, aunque fueron usados notablemente para ganar almas y hacer milagros. Nuestro adversario intentó efectivamente neutralizar el testimonio de estas personas como pioneros al enfatizar sus errores y debilidades. Aún así, el Señor permite que un cuerpo de personas reconozca la transmisión de la influencia pionera de estos ministros y habilitarlos para cumplir las comisiones inconclusas.

Pagando el precio

Los dones espirituales son el resultado de la gracia sobrenatural adquirida en la Cruz del Calvario. Sin embargo, la madurez espiritual requiere pagar un costo en Él:

“Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista” (Apocalipsis 3:18).

El Señor siempre quiere que progresemos de gloria en gloria; desafortunadamente, la Iglesia falló históricamente en esta responsabilidad. Los hijos siempre suelen comenzar en un estándar superior al de sus padres. Ese es el principio de la herencia y la heredad. Proverbios 13:22 dice:

“El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos”.

Una vez más, se nos vuelve a presentar la oportunidad de aprehender nuestras herencias desoladas y apropiarnos de ellas para nuestra generación. Los mantos de revelación y poder que fueron presentados a las generaciones anteriores, están a nuestra disposición. Debemos pagar el precio necesario para alcanzar este lugar en Dios. Entre los aspectos importantes de esta revelación resalta la “puerta abierta de oportunidades” establecida ante nosotros para este propósito.

El Señor demostró con claridad a través de estas revelaciones que la gente recibiría la visitación de su Espíritu en este tiempo para recibir una impartición de esos “mantos”. Muchas de estas personas que surgirán en el liderazgo, aún no son conocidas o reconocidas en los grandes foros públicos. Sin embargo, son conocidos en los Cielos y fueron preparados para llevar depósitos notables de revelación y poder.

Además, esta promesa profética es para iniciar nuestra desesperación y pelear por esta herencia. Nuestro consejo es ir ante Él para que su Espíritu pueda soltarnos de la misma manera que Eliseo capturó la unción que reposaba sobre Elías.

Recientemente el Señor me entregó una revelación que trató acerca de nuestra herencia desolada. En la experiencia, me vi en un desierto en una región montañosa, excavando en un yacimiento arqueológico con la esperanza de encontrar un tesoro de gran valor. Mientras lo hacía, descubrí libros antiguos que contenían revelaciones que fueron iniciadas por líderes del pasado y aún siguen inconclusas en nuestros días. Consideré estos libros como de un valor mayor que el oro o la plata. Algunos eran más antiguos que los otros, pero supe que este sería el cumplimiento de todos los mandatos, comisiones y promesas.

Esta revelación habla de nuestra oportunidad y responsabilidad para desarrollar la tarea iniciada por la gente de la generación anterior. Así como Josué completó la comisión de Moisés, nosotros también facilitamos el cumplimiento de las promesas incompletas.

Misericordia y verdad para despertar su gloria

Este desierto es un lugar de visitación e impartición para ser establecido en misericordia y verdad. El Salmo 57:7-11 dice:

“Firme está, oh Dios, mi corazón; firme está mi corazón. Voy a cantarte salmos. ¡Despierta, alma mía! ¡Despierten, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! Te alabaré, Señor, entre los pueblos, te cantaré salmos entre las naciones. Pues tu amor es tan grande que llega a los cielos; ¡tu verdad llega hasta el firmamento! ¡Tú, oh Dios, estás sobre los cielos; tu gloria cubre toda la tierra!”.

Esta oportunidad es para abrazar el tramo final de nuestra experiencia en el desierto y estar completamente preparados para lo que vendrá. La Shekinah descendió sobre el Tabernáculo de reunión y a Moisés se le garantizó el privilegio de encontrarse cara a cara con Dios por largo tiempo. Aunque Israel no estaba aún en la tierra prometida, permanecieron en el desierto para prepararse para ocupar el territorio. Así será también en este día. Este tiempo será de visitación y señales de la gloria de Dios manifiesta entre los justos.

Los justos llevarán la gloria; habrá señales de la gloria de Dios descansando sobre sus hijos que los iluminará como el sol en el Reino de su Padre.

Realidades de gloria

Reuniones corporativas experimentarán realidades de gloria en un nivel nunca antes experimentados en esta generación.

Estamos ingresando en el tiempo de la historia humana profetizada por Isaías cuando predijo que habría un brillo celestial sobre los justos en medio de las tinieblas. Seremos iluminados por el Espíritu de Verdad mientras compartimos los misterios del Reino reservados para esta hora. Isaías 60:1-3 declara:

“¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Mira, las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria! Las naciones serán guiadas por tu luz, y los reyes, por tu amanecer esplendoroso”.

Hay una presencia o gloria “pesada” que el Señor intenta establecer sobre su pueblo durante los últimos días como testimonio de su virtud redentiva a las naciones. Es verdaderamente asombroso que los pecadores salvados por la gracia puedan recibir esta comisión y responsabilidad. Como profetizó Daniel, “Muchos serán purificados y perfeccionados, y quedarán limpios… pero los sabios lo entenderán todo” (Daniel 12:10).

El entendimiento que posee esta compañía será el misterio de “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria”. Sólo a través de redefinir este proceso seremos capaces de manifestar su gloria en la tierra sin que nos destruya. Si entendemos que el proceso en el cual nos encontramos es de preparación, nos dará la esperanza para nuestro llamado. Sin entender esto, seríamos proclives al desaliento, la desesperanza y los sentimientos de descalificación.

Otro propósito para resaltar esta realidad es equipar los ministerios de oración e intercesión que son la clave para desatar la provisión para el Siglo XXI. Será por medio de la oración, la alabanza y la proclamación profética que contenderemos por esta realidad. No se cumplirá por medio del esfuerzo humano, sino por una revelación del Espíritu y la activación de nuestra fe para hablar de acuerdo a los planes de Dios. Como dice Job 22:26-28:

“En el Todopoderoso te deleitarás; ante Dios levantarás tu rostro. Cuando ores, él te escuchará, y tú le cumplirás tus votos. Tendrás éxito en todo lo que emprendas, y en tus caminos brillará la luz”.

El resultado final de esta expresión de la gloria de Dios será una cosecha notable de almas, más allá de cualquier experiencia que se recuerde en la historia de la Iglesia moderna. No será sólo un mensaje para nuestra nación, sino para todas las naciones de la tierra; no será controlado o administrado por una agencia humana, sino por el liderazgo del Espíritu Santo.

La gloria separa

La rebelión de Coré fue juzgada por la gloria de Dios. Números 16:19-21 señala:

“Cuando Coré hubo reunido a toda su gente en contra de Moisés y Aarón a la entrada de la Tienda de reunión, la gloria del Señor se apareció ante todos ellos. Entonces el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: Apártense de esta gente, para que yo la consuma de una vez por todas”.

Así como la rebelión de Coré fue juzgada por la gloria de Dios, sucederá lo mismo con las semillas de rebelión que habitan dentro de nosotros como individuos y a nivel corporativo. Sólo desde este lugar seremos capaces de separar lo limpio de lo contaminado.

El stress y la agitación en el mundo se incrementarán continuamente mientras el tiempo presente llega a su plenitud y el Reino del Señor se prepara para ser revelado. La confrontación entre la luz y las tinieblas también escalará mientras aumenta la maldad. Asimismo, los hijos de la luz deben responder ofreciendo esperanza y salvación a través de la obra redentiva del Señor.

Recientemente pude ver esta escalada en un encuentro revelador. En él pude ver una puerta abierta desde las entrañas del infierno a través de la cual se soltaban hordas de espíritus malignos de una naturaleza profunda. Pude reconocer las características de algunos de ellos. Uno se parecía a Adolfo Hitler y otro era como Josef Stalin. Creo que estos representan espíritus malignos que operaron a través de estos tiranos de la historia.

Observe mientras estos espíritus se manifestaban ante la gente, entrenándolos para caminar en las tinieblas y en un nivel de maldad como nunca antes se vio en nuestra generación. Fue como si la gente era identificada y equipada para llevar “mantos” de tinieblas como nos profetizaron los ancianos acerca de los últimos días.

Mientras esto ocurría, pude oír una voz audible que decía: “Los hijos de la Luz deben responder en ese nivel”. Con esa exhortación, pude ver ángeles descendiendo desde el Cielo especialmente preparados para la confrontación del tiempo final. Fueron comisionados para encontrarse con la gente a través de visitaciones angelicales y entrenarlos para caminar bajo mantos de revelación y poder.

Luz vs tinieblas

El Reino del Señor que se caracteriza por justicia, paz y gozo, será más pronunciado en el Cuerpo de Creyentes, mientras las tinieblas siguen un curso de aceleración paralelo. Mientras estamos en este mundo, se nos advierte que no debemos participar del espíritu del mundo. ¡La luz brilla más en tiempos de oscuridad extrema!

Aquellos que se rindieron a la obra del Espíritu de Dios se desarrollarán en justicia y:

“…brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga” (Mateo 13:43)

En los últimos siglos de la historia de la Iglesia se vieron numerosas expresiones de “aperturas” espirituales que cambiaron a las siguientes generaciones. Dios usó a Martín Lutero para traer una unción de apertura que restableció la realidad donde el justo vivirá por la fe.

Siguiendo a Lutero, Juan Wesley y otros, avanzaron más allá con el mensaje de la santificación y una unción de apertura que alteró el entendimiento de sus días sobre la vida cristiana. Luego experimentamos otra apertura durante los días de William J. Seymour y el derramar de la calle Azusa. Luego de este, vino otro durante los días de William Branham y el derramar de la “Lluvia tardía”.

En este momento, estamos en el umbral de la apertura más significativa de todas que nos guiará hacia la manifestación del Cuerpo de creyentes que funcionan como hijos e hijas de Dios para hacer las obras que Él hizo. Este será el único antídoto contra las tinieblas y la maldad que permearán los años por venir. En este tiempo se nos exhorta a abrazar nuestra oportunidad para prepararnos y calificar para esta responsabilidad.

Esta generación verá la mayor demostración de gracia jamás experimentada y cada indicación señala hacia una realidad inminente. Esta generación surgirá con gritos de “gracia, gracia”.

Visión para el futuro

La Biblia enfatiza que la humanidad perecerá cuando haya falta de conocimiento espiritual y sin visión, el pueblo se desenfrena y no tiene orden. Además, el espíritu de revelación es un prerrequisito para cooperar con Dios y poder operar en sus planes para los últimos días.

A cada uno de nosotros se nos entregó una medida de fe; por lo tanto, se requiere visión espiritual para adecuar nuestra fe hacia las cosas que tienen valor espiritual. El Señor nos garantiza en este tiempo depósitos frescos de su unción de revelación para proveer claridad, visión y el verdadero conocimiento de Él. Esto comenzará a santificarnos para la batalla que vendrá.

Recientemente oí al Espíritu Santo decir: “Puedes ver las cosas como aparentan ser o puedes verlas como son en realidad”. Esta exhortación nos desafía a comenzar a ver las cosas desde la perspectiva celestial; esa fue la experiencia garantizada para Giezi cuando Eliseo oró para que sus ojos se abrieran. Cuando garantizó la unción de revelación, el siervo de Eliseo vio los montes repletos de los ejércitos Celestiales que superaban sin número al del enemigo. Repentinamente su perspectiva cambió desde el temor a la fe por la visión espiritual y por ver las cosas desde el punto de vista de Dios.

Los líderes conocerán cada vez más esta oportunidad y encontrarán una gracia profunda para entrenar y equipar al cuerpo para vivir en la revelación de las realidades Celestiales. Esto también va de la mano con el funcionamiento del panel de jueces delegados para separar la profecía verdadera de la falsa.

Se está distribuyendo entre nosotros una unción de “ocupación”. Una cosa es experimentar una apertura, pero otra completamente diferente es ocupar lo que el enemigo dejó atrás. Debemos estar preparados y movilizados con un plan de ocupación cuando consideremos varias ciudades y regiones. Recibimos la autoridad y el dominio para ocupar las áreas para las cuales tenemos revelación espiritual. Jesús dijo:

“Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: Volveré a mi casa, de donde salí. Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial” (Lucas 11:24-26).

Este tiempo resalta la importancia de formalizar un plan de ocupación movilizando al Cuerpo de Cristo. Habrá una gracia especial en este tiempo para entrenar y equipar líderes que no teman conquistar y ocupar la tierra por la cual recibieron visión espiritual.

Es una triste realidad descubrir que muchos de los lugares que alguna vez experimentaron una gran victoria espiritual ahora se transformaron en refugios para las tinieblas. Aún así, nuestra gracia para este tiempo es recuperar el terreno y recordar que el Señor de su promesa establece:

“Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas que envié contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las larvas y las orugas” (Joel 2:25).

Enfocados en lo que viene

En un sueño reciente, mi amigo Bob Jones dijo: “Aquellos que observan estrictamente la gloria pasada, tendrán poca expresión en la gloria presente, porque sólo se enfocan en algo que se está marchitando”.

“Y si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece! Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque sólo se quita en Cristo” (2 Corintios 3:11-14).

Aquellos que observan la gloria marchita de los días que pasaron, lo hacen desde una perspectiva equivocada y no comprenderán las cosas que están por acontecer. Aunque edificamos sobre el fundamento de las cosas que ocurrieron en el pasado, no podemos seguir moviéndonos exclusivamente por las expresiones de esos avivamientos. Hay algo nuevo y fresco en el horizonte que será una manifestación continua de los atributos y la gloria divina del Cielo.

Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. No podemos contentarnos con un punto de vista retrospectivo cuando la mayor gloria está por llegar. El Espíritu produce libertad y emancipación de las ataduras del pasado, proveyendo la esperanza de un futuro glorioso reposando en Él. El Espíritu Santo está equipando y supliendo a un cuerpo de gente para que vivan en libertad.

Enfocado en la luz, no en las tinieblas

Hay una exhortación que viene del Señor resaltando nuestra necesidad para concentrarnos más en las cosas que Él está preparando en lugar de hacerlo en nuestro adversario. Aunque hay mérito en conocer los planes del enemigo para movilizarnos en oración e intercesión para vencer sus artimañas, para nosotros sigue siendo imperativo establecer la promesa del Cielo para esta generación.

Nuestros medios seculares se transformaron en un canal para sembrar semillas de temor en el corazón de las personas. Asimismo, también hay ministerios fatalistas que desafortunadamente exageran la influencia de las tinieblas en esta generación, sin prestarle la atención adecuada a la luz que también será delegada para preparar y apartar a la gente. Donde abunde la maldad, sobreabundará la gracia.

La unción reveladora que descansa sobre el pueblo de Dios permitirá prevenirlos de las tinieblas que vendrán. Sin embargo, también permite una visión del depósito de virtud y gloria que se derramará con una medida sin precedentes. No nos podemos permitir concentrarnos de una manera excesiva en las tinieblas, sino abundar con anticipación en la grandeza de Dios que será demostrada. ¡La luz siempre vencerá a las tinieblas! Vivimos en un tiempo de gran oscuridad, pero nuestra directiva es concentrarnos en la Luz. Debemos levantarnos para brillar porque nuestra Luz ha llegado.

Paul Keith y Wanda Davis

“¡Se suelta el poder de la resurrección! ¡Los vientos del Cielo facilitarán los grandes cambios!”

 

Por Barbie Breathitt

clip_image002¡Profetiza a los huesos secos!

La mano poderosa de Dios trae consuelo y nos permite atravesar el desierto del valle de los huesos secos. Aprender los caminos asombrosos de Dios nos da la fortaleza para trepar por encima de los obstáculos y alcanzar los picos más altos de los montes. En el valle Dios revela el destino y el propósito, porque muchos están desarticulados, secos, estériles y muriendo en su confusión. Establecemos nuestras metas para alcanzar las cimas de los montes.

El poder de la resurrección se suelta para que podamos hablar y alentarnos a nosotros mismos en el Señor. Debemos traer nuevas esperanzas y hablarles vida a aquellos que están muertos y desesperados. En la medida que nuestros oídos se inclinen a oír la voz del Señor, sus palabras crearán abundancia. La Fuente de vida eterna nos conectará con otros que nos llenarán de poder para llegar a ser lo que estamos destinados a ser.

“La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos? Y yo le contesté: Señor omnipotente, tú lo sabes. Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor. Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida! Entonces el Señor me dijo: Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan. Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!” (Ezequiel 37:1-10)

Los vientos del Cielo traen cambios

Los vientos del Cielo facilitan los grandes cambios y unifican a aquellos que están llamados a caminar juntos; por lo tanto, se soltarán las bendiciones que el Señor ordenó.

Si buscamos intensamente el rostro glorioso de Dios, Él responderá las preguntas que haya en nuestro corazón. Pase tiempo descansando en su presencia para oír su voz. Dispóngase a despojarse y a trascender a los deseos de su carne para llegar a la unidad con el Espíritu. Dirigirá sus pasos, permitiéndole hacer los cambios necesarios que lo llevarán hacia un buen lugar.

Juan 12:26 dice: “Quien quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará”. Cuando Jesús caminó por la tierra, lo hizo revestido de humildad y derramó su vida por quienes lo amaban, pero también entregó su vida para salvar a aquellos que lo odiaban y eran sus enemigos.

Rechace las distracciones de todo aquello que trate de alejarlo del amor del Señor. Dios lo ama incondicionalmente y le ofrece su gracia para cubrir multitud de pecados. ¿Cómo podemos ofrecerles menos a quienes nos rodean?

La transición y los cambios nunca son sencillos o cómodos; para llevarnos hacia un nuevo nivel, nos estiran hasta el máximo de nuestra capacidad. Manténgase sólo enfocado en Aquel que es verdad y luz, continúe confiando en su guía y cuidado seguros. Rendirnos por completo a los propósitos de Dios en nuestras vidas nos asegura una estabilidad que el mundo no puede comprender. Así como los cuatro vientos soplan y toda la tierra tiembla, lo único que permanece inconmovible y verdadero es el Reino de Dios.

Isaías 54:10 dice: “Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, dice el Señor, que de ti se compadece”. Buscar sinceramente el amor de Dios soltará grandes impresiones, revelaciones y nuevas fuerzas para movernos con coraje hacia el cumplimiento de sus planes y propósitos divinos en la vida.

El Salmo 27:14 dice: “Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!”. En tiempos cuando los corazones desfallecerán por causa del temor, estamos llamados a mostrar el camino permitiendo que nuestra luz brille en la oscuridad, señalando hacia la libertad.

Regresará lo que perdimos

Estamos saliendo del ciclo del desierto. El Espíritu del Señor está trayendo restauración sobre aquellos que fueron heridos, maltratados, sin esperanza y atribulados en su fe.

Estamos entrando en un nuevo tiempo donde regresará todo lo perdido o robado. Aprenda a profetizar mientras el Señor ordena la victoria sobre las situaciones y las tormentas que lo rodean. David se animaba cuando veía la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Nosotros también podemos poseer esta promesa mientras olvidamos aquellas cosas que nos lastimaron y trataron de impedirnos alcanzar nuestro potencial, distrayendo nuestra atención hacia los errores del pasado.

Dios no nos mira en nuestro pecado, nuestras debilidades o en nuestras fallas. Él nos ve a través de la Sangre de Jesús. La fe mira hacia adelante esperando recibir las bendiciones y las cosas buenas de la vida. Todos obtenemos lo que esperamos. Mientras abandonamos la sequedad del desierto que intenta debilitar y drenar nuestra excitación por la vida, recibiremos un aliento fresco del Espíritu. Al prepararnos para nuestro nuevo nivel de unción, poder y favor, el Señor redireccionará nuestras sendas.

Hay una impartición fresca de “todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece”, viniendo sobre aquellos que creen; se levantarán y la declararán con confianza. ¡Que los redimidos del Señor lo declaren! Atravesar el peregrinar del desierto de la desesperanza y el despojo hacia la tierra prometida del aumento, la abundancia y el gozo, ocurre mientras nos ponemos de acuerdo con los planes del Señor para nuestra vida.

Estamos en el mismo umbral de un mover hacia realidades de gloria a través del pacto de relación con Jesús. Podemos elegir subir en la realidad de la paz, la prosperidad y el entendimiento de la revelación fresca o seguir atrapados en las peleas en las que nos encontramos batallando.

Génesis 17:2 dice: “Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera”. La multiplicación siempre es mejor que la suma porque el rango de aceleración nos dispara hacia la plenitud y fluye de inmediato. Este no es un tiempo para esperar a mañana o alguna fecha en el futuro; el tiempo es ahora.

¿Desea abrazar los cambios?

Dios nos otorgó el libre albedrío para ejercitar nuestra voluntad para traer cambios y crear un entorno para nuestras vidas que nos permita prosperar. ¿Desea abrazar los cambios necesarios para ir hacia el siguiente nivel? ¿Tomará el riesgo de romper el ciclo de la derrota? Si continúa por el mismo camino, eventualmente completará el círculo y repetirá los mismos errores una y otra vez. Para entrar en el aumento y la plenitud, debe soltar su fe para ver lo que nunca vio y poseer lo imposible.

La palabra cambio asusta un poco, pero también representa un desafío excitante para otros que quieren romper el statu quo de la normalidad y llegar a ser excepcionales.

Ore y pídale al Espíritu Santo que le revele las áreas de cambio que necesitan atención en su vida. Recíbalas y abrácelas con gratitud. Pida entendimiento y luego suéltelo desde su vida. Profetice como se le ordenó. Permita que sus huesos se sacudan, suenen y se vuelvan a unir. Tome su posición en este gran ejército de cosechadores que se está levantando para la cosecha del fin de los tiempos.

Que Dios sople sobre usted,

Barbie Breathitt

lunes, 6 de abril de 2009

Dietrich Bonhoeffer: Cristiano ejemplar y mártir

 

clip_image002Muchas personas eligen servir por imitación. Arthur Patrick analiza la vida de un hombre que escogió servir, aún al costo de su propia vida.

En la mañana de ese día, entre las cinco y las seis de la mañana, sacaron a los prisioneros de sus celdas para leerles el veredicto de la corte marcial.

“A través de la puerta entre abierta de las barracas, pude ver al Pastor Bonhoeffer, antes de quitarse su uniforme de prisionero, arrodillado sobre el suelo y orando fervientemente a su Dios. En el lugar de su ejecución, volvió a decir una oración corta, luego trepó los 120 escalones del patíbulo, con una actitud brava y compuesta”.

Con estas palabras tranquilas pero gráficas, el doctor del campo de concentración de Flossenburg, describe el final de la vida de Dietrich Bonhoeffer. Vivian Green cita al doctor mientras relata la historia de Bonhoeffer; para declarar luego que durante el siglo 20, “las Iglesias tuvieron que afrontar la persecución más brutal que jamás experimentaron en la historia, incluso mayor que en los tiempos de los emperadores paganos. Los líderes de la Rusia Bolchevique trataron de borrar la existencia de la Iglesia Ortodoxa y la dictadura Nazi trató de someter a la Iglesia a su filosofía semi pagana” (Nueva historia del cristianismo).

Nosotros, que vivimos en naciones comparativamente estables, estamos en condiciones de ver que hoy continúa la persecución religiosa en muchas partes del mundo. La experiencia de Bonhoeffer habla poderosamente acerca de esto, pero los detalles de su tiempo están muy alejados de la memoria viva. Nosotros también debemos examinar los dilemas actuales a la luz de la Escritura y la historia.

Bonhoeffer y su tiempo

Dietrich Bonhoeffer y su hermano mellizo nacieron el 4 de Febrero de 1906, cuando era fácil creer que Tennyson estaba en lo correcto. Cuando el gran poeta se sumergió en el futuro, pudo ver que los tambores de guerra ya no resonaban y las banderas de batalla eran reemplazadas por “el Parlamento del hombre, la Federación del mundo”. Luego, en 1914, la Primera Guerra Mundial sacudió a la humanidad. Muchos líderes Cristianos nacionales en ambos lados, bendijeron la guerra porque creían que terminaría con todas las guerras.

En retrospectiva, ¿podemos ver mejor cómo las guerras niegan los valores cristianos? Aún los términos de la paz acordados en 1918 perpetuaron el sufrimiento humano y crearon las condiciones para la Segunda Guerra Mundial.

Bonhoeffer estudió la Biblia y la teología con tanta diligencia que tan sólo a los 25 años de edad, fue nombrado profesor en la Universidad de Berlín. Dos años más tarde, Adolf Hitler asumió el liderazgo de Alemania. En respuesta a las políticas Nazi’s, Bonhoeffer ayudó a establecer un “seminario subterráneo” para cultivar los valores Cristianos. Sin embargo, su rol en el seminario de la “Iglesia confesante”, le ganó la exclusión de la Universidad de Berlín. La Gestapo también cerró el seminario y encarceló a los 27 estudiantes.

Los libros de Bonhoeffer reflejan con detalle esas experiencias crueles. Algunas de las mejores se titulan: “El costo del discipulado”, “Cartas y escritos desde la prisión” y “Testamento hacia la libertad”. Demostraban con claridad por qué el teólogo y el canciller seguían un curso de colisión. Bonhoeffer alimentó una convicción sorprendente: “Sólo aquellos que obedecen pueden creer y sólo aquellos que creen pueden obedecer”. Su definición de la gracia, también es muy provocativa: “la gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Iglesia. Hoy peleamos por una gracia costosa. La gracia barata implica devaluar la grandeza del don de la salvación. Los sacramentos, el perdón de pecados y las consolaciones de la religión, se dejan a un lado a precios de liquidación… Gracia barata es la predicación del perdón sin arrepentimiento, el bautismo sin la disciplina de la Iglesia, la comunión sin la confesión, la absolución sin la confesión personal. La gracia barata es una gracia sin discipulado, la gracia sin la cruz, la gracia donde Jesucristo no vive y está encarnado en mí” (tomado de Dietrich Bonhoeffer: Testigo de Jesucristo).

Entre 1930 y 1939, Bonhoeffer viajó por Inglaterra y Norteamérica para estudiar, abrazar el ministerio pastoral y, finalmente, enseñar. Tranquilamente podría haberse quedado a una distancia segura de los dilemas de su patria. Durante 1939 en New York, concluyó que cruzar el Atlántico “fue un error”. Mientras pensaba y oraba sobre su situación personal y sobre Alemania, creyó que la voluntad de Dios para su vida era clara.

Escribió: “No tendré ningún derecho de participar en la reconstrucción de la vida Cristiana en Alemania luego de la guerra, si no comparto las pruebas de este tiempo con mi pueblo. Los cristianos en Alemania enfrentan la terrible alternativa de anhelar la derrota de la nación para que la civilización pueda sobrevivir o anhelar la victoria de su nación con la consecuente destrucción de nuestra civilización. Yo sé cuál de estas alternativas debo escoger, pero no puedo tomar esa decisión pensando en mi seguridad”.

Un asunto de familia

Poco después que Hitler llegara a ser canciller, su gobierno tramó un boicot en contra de los negocios Judíos. Estableció piquetes frente a las fábricas, tiendas y negocios de los judíos. Julie Bonhoeffer, la abuela de Dietrich de 91 años de edad, se negó a obedecer las leyes de discriminación. Ignoró a los guardias apostados fuera de un negocio judío, entró y compró fresas. Los guardias no se atrevieron a tocar a esa anciana elegante y alerta. La familia Bonhoeffer era así: Atrevida y con principios.

Más de una década después, el compromiso de la familia de Dietrich y sus asociados, los ayudaría a precipitar su muerte. Cuando Bonhoeffer regresó a su tierra el 27 de Julio de 1939, apoyó a la resistencia política en contra de Hitler. Hacia 1941, le prohibieron imprimir o publicar sus convicciones.

Aún así, se identificó con la “Operación 7” y su clamor por rescatar a los Judíos. Dos años más tarde, anunció su compromiso con María von Wedemeyer. La relación le agregó gozo, pero intensificó el peligro; la hermana de Dietrich, Christine y otros parientes, fueron arrestados durante Abril de 1943.

En la prisión de Tegel y aún en el campo de concentración de Buchenwald, Bonhoeffer parecía calmado y firme, “como un hacendado en su casa de campo”. Le hablaba a sus carceleros “con libertad, amistosamente y con claridad, como si estuviera al mando”. La gente decía que afrontaba “los días de desdicha con ecuanimidad, sonriente y con orgullo, como alguien destinado a ganar”. Pero el prisionero se preguntaba a sí mismo de una manera penetrante: “¿Realmente soy todo lo que dicen los demás acerca de mí o soy sólo lo que conozco de mí mismo? ¿Agotado, anhelante y enfermo, como un pájaro en una jaula, peleando por respirar, mientras dos manos comprimen mi cuello; anhelando los colores, las flores, las voces de los pájaros, sediento de palabras de amabilidad y amistad, sacudido por la expectativa de grandes acontecimientos, temblando con debilidad por los amigos que están a una distancia infinita; débil y vacío en la oración, en el pensamiento, en el hacer, desfalleciendo y listo para decir adiós a todo esto?”. ¿Quién soy? La sola pregunta se burlaba de él insistentemente hasta que clamó: Sea quien sea, Tú me conoces; Dios mío, ¡yo soy el que Tú conoces!

El dilema de un pacifista

¿Cómo puede un cristiano vivir y testificar en una nación controlada por hombres malvados, con un poder absoluto para destruir a otros? Bonhoeffer acariciaba ideales elevados. En una visita a América en 1930, falló tres veces el test para conducir. Un amigo le sugirió que si le daba al examinador unos $5 podría pasarlo. Pero Bonhoeffer prefirió seguir adelante insistiendo con los exámenes para obtener la licencia, antes que sobornar al oficial. El dilema sobre qué hacer acerca de Hitler era muy dificultoso, especialmente para un pacifista convencido. Bonhoeffer razonó: “Si me siento junto a un loco mientras conduce un auto hacia un grupo de peatones inocentes; como cristiano no puedo esperar tranquilo que llegue la catástrofe para luego consolar a los heridos y enterrar a los muertos. Debo tratar de hacer todo lo posible para quitarle el volante de las manos al conductor”. Cuando fue descubierto el diario del Almirante W.W. Canaris, se confirmaron las sospechas de Hitler acerca de otro complot en su contra.

Ordenó de inmediato una acción masiva al respeto. Eberhard Bethge, el biógrafo de Bonhoeffer, declaró que alrededor del 9 de Abril, cuando colgaron a Dietrich, fueron asesinados otros 5000, incluyendo a otros miembros de la familia Bonhoeffer (Enciclopedia de la religión).

Mirando hacia atrás, podemos ver el año 1945 como una bisagra de la historia. Antes que terminara ese trágico mes de Abril, Hitler celebró una ceremonia nupcial bizarra con su mujer y luego se suicidaron. Unos pocos días después, Alemania se rindió.

Bonhoeffer y nosotros

En Jesucristo, Dios se hizo humano y sufrió la muerte en la cruz. En ninguna parte el Fundador del cristianismo les garantiza a sus seguidores un pasar seguro por este mundo en conflictos. En su último sermón, registrado por Mateo, Marcos y Lucas, Jesús advirtió sobre “la angustia y la perplejidad”. Continuó: “Los hombres se desmayarán a causa del terror y de la expectación de las cosas que sobrevendrán al mundo habitado, porque los poderes de los cielos serán sacudidos” (Lucas 21:26). Pero en ese contexto, Cristo nos da dos promesas brillantes: “Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Y cuando comience la prueba final, dice: “… mirad y levantad vuestras cabezas; porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).

Antes del rescate final del pueblo de Dios, habrá un “…período de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen….” (Daniel 12:1). Las enseñanzas de Jesús ordenan mucho más que una expectativa gozosa acerca de su Segunda venida: También nos desafían a implementar con fidelidad los valores que Él ejemplificó con claridad, reforzándolos vívidamente con parábolas y relatos.

La experiencia de los martirios como el de Dietrich Bonhoeffer, nos ofrece un consejo y una advertencia para la liberación del tiempo final y su preludio. El Cristo que sufrió por nosotros, dejándonos un ejemplo donde debemos “seguir en sus pasos” (1 Pedro 2:21); también nos alienta con la buena noticia para cada “nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6).