lunes, 16 de diciembre de 2019

Paternidad espiritual



Prof. Dr. Bladimiro Wojtowicz

Lucas 15:11-13: “Un hombre tenía dos hijos, continuó Jesús. El menor de ellos le dijo a su padre: Papá, dame lo que me toca de la herencia. Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia”.

El verdadero fundamento
Con este pasaje comienza uno de los relatos de Jesús más citados de las Escrituras, popularmente conocido como la “parábola del hijo pródigo”. Si bien todos sabemos cómo termina esta historia, quiero concentrarme en el inicio de la misma, porque allí queda reflejada la actitud del hijo menor hacia la herencia de su familia. Este es uno de los conceptos más difíciles de comprender en el mundo occidental, porque generalmente se lo limita a los bienes materiales. Sin embargo, antes esto no era así. No podía haber una herencia que no marcara a los herederos para continuar con las virtudes del linaje al cual pertenecían. Entre el capital heredado se encontraban los bienes materiales, aunque esto nunca fue clave a la hora de determinar las características de la vida futura de los herederos. Cuando llegaba el momento de impartir la bendición sobre el primogénito, este era el mayor capital con el cual podía contar una persona. ¿Las palabras de un anciano que casi no veía eran más importantes que los bienes materiales? ¡Exacto! Esas palabras, quizá pronunciadas con labios temblorosos y expresivos, marcarían la continuidad del heredero dentro de los fundamentos que sustentaban al linaje que nació en el corazón de Dios.

Depósito de bendición
La pelea entre Jacob y Esaú no fue por dos ovejas, cuatro cabras y diez vaquitas lecheras. Si bien Esaú era el heredero natural de la bendición de la primogenitura, Jacob siempre desarrolló la actitud correcta hacia los fundamentos sobre los cuales descansaba el linaje de Abraham. Dentro de la cabeza de Esaú, su herencia se reducía a todo lo que podía ver con sus ojos naturales, por eso menospreció la bendición de su padre. Las palabras que impartían los patriarcas sobre sus hijos no eran inocentes, estaban cargadas con el capital de autoridad espiritual que se acumulaba con cada generación. En otras palabras, cuando Isaac puso sus manos sobre la cabeza de Jacob, en realidad eran sus manos y las de su padre Abraham a través de él. Eso mismo ocurrió cuando Jacob impartió la bendición sobre sus hijos. En este caso fueron las manos de Abraham, las de Isaac y las de Jacob posándose sobre cada uno de sus herederos.

En el pasaje de 2 Crónicas 34:1-2 podemos ver con claridad el poder que tiene este depósito de bendición para determinar el destino glorioso de una nación: “Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén treinta y un años. Josías hizo lo que agrada al Señor, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle”. Este buen ejemplo no era otra cosa que el fundamento sobre el cual se asentaba el linaje de Abraham. Durante todos los días de su vida, Josías se dedicó a remover de Judá todos los fundamentos y costumbres extrañas que desviaban al pueblo de la bendición del linaje al cual pertenecían. Cuando el pasaje dice que “no se desvió del ejemplo de David en el más mínimo detalle”, se refiere a todo lo bueno que Dios estableció en su vida. Sin duda David cometió una multitud de errores graves a lo largo de su reinado, pero Josías supo rescatar el valor de la verdadera herencia que reposaba sobre el linaje de Abraham: “La calidad de su relación con Dios”. Ese era el verdadero capital de inversión que les garantizaba a los herederos que caminarían bajo la bendición de Dios.

Capital de vida
La fuerte influencia del materialismo en nuestra sociedad post moderna lleva a los herederos a concentrarse sólo en los bienes materiales, en lugar de pesar el “capital de vida” que los padres les imparten a sus hijos. Cuando era niño amaba al pastor de nuestra congregación. En mi mente de niño, mi pastor era un héroe con poderes sobrenaturales, capaz hacer todas las cosas que hacían los súper héroes de las revistas de historietas y mucho más. En esos días hablaba de mi pastor con la misma vehemencia y admiración con la que cualquier niño hablaría hoy del súper héroe de moda. Trataba de imitarlo en todo lo que hacía, desde su manera de caminar, su forma de hablar, cómo le daba la mano a la gente (tenía una mano gigantesca, así que un apretón de manos no se olvidaba así nomás), cómo predicaba, etc. Aunque tenía sólo cinco años de edad, ponía atención a todos esos detalles que para mí eran más que importantes. Recuerdo que una vez a la salida de un servicio de domingo, escuché a un líder de la congregación hablando mal de él. Comencé a mirarlo fijamente hasta que no me pude contener más y solté una serie de palabras que no puedo reproducir en este artículo. ¡Cómo se le ocurría decir que mi pastor estaba demasiado viejo para seguir al frente de la congregación! Desde ya que eso me garantizó una buena zurra al llegar a mi casa, pero no iba a permitir que se hablara así de mi pastor.

El Ford A
Recuerdo que todos los sábados por la tarde reunía a los niños entre 5 y 10 años (entre quienes estaba yo) y nos subía a un “Ford A” que parecía recién salido del último capítulo de la serie “Los intocables”. En ambos costados le había pintado una gran cruz roja y en letras azules decía “felicidad comienza con fe”. Nunca sabíamos hacia dónde iríamos cada sábado, aunque tampoco nos importaba demasiado porque estábamos seguros que era el lugar correcto porque así lo decía nuestro pastor. Cuando crecí me enteré que convocaba a los niños porque los adultos nunca lo querían acompañar. Siempre llegábamos a una plaza y en esos tiempos era el lugar de recreación de todas las familias que vivían cerca, porque no había TV por cable ni consolas de juegos electrónicos.

El Bell & Howell
Cuando llegábamos a la plaza teníamos una gran expectativa por lo que iba a pasar. Entonces mi pastor nos entregaba una pila de folletos con un mensaje evangelístico a cada uno de nosotros para repartirlos entre todas las personas que se encontraban en la plaza. Mientras caía la tarde, el pastor bajaba del camión un proyector enorme marca “Bell y Howell”, donde montaba unas cintas de película en unos rollos gigantes como los que había en los cines. Siempre eran capítulos de la serie evangelística que filmaba el Instituto Moody. Colocaba la pantalla y un púlpito enorme de madera en el centro de la plaza, luego comenzaba la proyección que duraba unos 30 minutos. Aunque veíamos siempre las mismas películas todos los sábados, nosotros éramos los primeros en sentarnos en el suelo a verla como si fuera la primera vez. Siempre poníamos la misma cara de admiración ante los prodigios que hacía el protagonista, haciendo pasar corriente por un par de lámparas, reproduciendo rayos azules en una gran bobina u otras cosas que para nosotros eran lo más parecido a un milagro de Dios.

La mejor ofrenda
Luego terminaba su exposición relacionando el contenido de la película con una reflexión evangelística. En ese momento el pastor apagaba el proyector y predicaba un breve mensaje, haciendo un llamado para que la gente entregara sus vidas a Cristo. Siempre había personas que respondían al llamado del Señor y entregaban sus vidas. Entonces le dábamos a cada persona nueva una carta de bienvenida y un pequeño ejemplar del evangelio de Juan o uno de Marcos, según fuera el stock en la librería de la congregación. La jornada de evangelismo terminaba cuando el pastor nos dejaba a cada uno en nuestra casa, con una ofrenda de caramelos enormes masticables de leche que nos devorábamos ni bien bajábamos del camión. Desde los días de mi niñez el Señor me estaba enseñando a disfrutar el valor de mi trabajo en el Reino. ¡Era la mejor ofrenda que alguien nos pudiera entregar en el mundo!

Sembrando sonrisas
Sin importar cuál fuera la circunstancia por la cual estuviera atravesando mi pastor, siempre tenía una sonrisa reservada para cada niño que se acercara a él. Aunque esto no era así con los religiosos que se oponían al mensaje del Evangelio. Cuando las autoridades municipales se confabulaban para oponerse al avance de la escuela o ponían trabas para que no pudiera realizar alguna actividad de evangelismo, solía llevar el púlpito hacia la plaza principal de la ciudad. A media mañana comenzaba a predicar un mensaje de arrepentimiento y santidad frente a la municipalidad, denunciando lo que le estaban haciendo. Una a una las ventanas del edificio que daban a la calle comenzaban a cerrarse con violencia, hasta que enviaban un mensajero para decirle que las autoridades lo recibirían para conversar con él. Su carácter era una especie de combinación de Elías con Juan el Bautista, era un león cuando debía confrontar a los religiosos y los corruptos, pero un cordero cuando trataba con los niños.

¿Y ahora qué hago Señor?
Como ocurre con frecuencia en ciertas denominaciones u organizaciones tradicionales, cuando los líderes envejecen y ya no están en condiciones de seguir al frente de sus congregaciones, simplemente los retiran y convocan a otro más joven que ocupe su lugar. Esto fue lo que ocurrió con mi pastor. Por alguna extraña razón a alguien se le ocurrió que cuando los hombres de Dios llegan a cierta edad y ya no pueden responder con las mismas energías que en los días de su juventud, se ponen viejos y se los debe reemplazar. ¡Qué curiosa es la mente de los hombres! Desechan el capital de inversión más grande que tienen en sus manos porque no logran ver que están ante una persona santa que caminó toda una vida con el Señor y les puede enseñar a prevalecer por encima de miles de batallas para edificar el Reino de Dios. Decidieron desprenderse de este hombre y su esposa cuando estaban en el mejor momento de sus vidas. ¿Qué hizo mi pastor? Tomó los pocos muebles que tenía y se hizo cargo de una pequeña obra misionera ubicada en un sector pobre y muy retirado de la ciudad. Aun así, todos los sábados seguía convocando a los niños de su congregación, los montaba en su pequeño e irrompible camión “Ford A” y salía a evangelizar por las plazas. Nunca faltaron niños a su alrededor que lo siguieran para hacer la obra del Reino de Dios.

Compañeros de charla
Cierto día llegué de la escuela (que funcionaba junto al salón donde nos congregábamos) y me enteré que mi pastor estaba internado en la clínica de mis padres, ubicada justo detrás de mi casa. Como era el hijo de los dueños, nadie me impedía circular a mi antojo por los pasillos. Fui hasta el cuarto donde estaba internado mi pastor y lo encontré recostado en su cama sonriendo. No recuerdo mucho sobre los temas que conversábamos, pero siempre estaban relacionados con la escuela, si me estaba portando bien, si hacía las tareas o si les obedecía a mis padres. Como era un niño, no me permitían quedarme más que una o dos horas con él antes de retirarme, aunque siempre estaba el compromiso de regresar al día siguiente para seguir la charla. Nunca recuerdo una palabra de queja o una mueca de dolor en su rostro durante nuestros encuentros diarios que se prolongaron unas dos semanas.

Por alguna extraña razón, nadie me impedía llegar hasta su habitación a la hora que fuera para hablar con él. Un día llegué de la escuela y como solía hacerlo, fui a ver a mi pastor a su habitación para conversar con él. Esa tarde cuando nos despedimos puso sus manos sobre mi cabeza y se despidió con una gran sonrisa. Cuando fui a verlo al día siguiente, encontré su cama limpia y la habitación vacía. Cuando les pregunté a las enfermeras dónde estaba mi pastor, ninguna de ellas quería decirme qué había ocurrido. En realidad, la noticia era que había partido con el Señor. Sin embargo, por alguna extraña razón, en ese momento no sentí dolor por esa separación. Había algo que nos ligaba en el espíritu y era tan fuerte que traspasó el trance de la muerte física.

¡Abuelito, abuelito!
Desde esos días hasta hoy pasaron muchos… muchos años. Aunque hoy soy un hombre maduro y consagré mi vida al servicio del Señor, puedo ver la continuidad de ese linaje ministerial en todo lo que emprendo en el Reino. Dondequiera que voy, los niños me siguen para buscar un abrazo o darme un beso. El Señor me bendijo con una gran cantidad de hijos espirituales por todas partes. Una vez me encontraba en un servicio especial y se acercó una niña de cuatro años gritando: “¡Abuelito, abuelito!”. Como la cosa no era conmigo, continué en lo mío. Un minuto después siento que alguien me tira del pantalón y me dice: “¡Abuelito te estoy hablando!”. Miré hacia abajo y era la misma niña, la hija de uno de mis hijos espirituales que quería que la abrazara. Mientras lo hacía, el Señor me recordó los días de mi niñez, cuando yo corría a los brazos de mi pastor, sólo para que me abrazara.

No recuerdo los sermones que predicaba mi pastor, porque a la hora del servicio a los niños nos llevaban a una clase especial donde nos hacían recortar figuritas de papel para “mantenernos entretenidos”, así no molestábamos a los adultos durante el sermón. Aunque el Señor se las arregló para que aprendiera lo que necesitaba para los días por venir. Hoy, a mis cincuenta y tantos años, reconozco que peleé una gran cantidad de batallas y atravesé innumerables circunstancias difíciles a lo largo de mi vida. Sin embargo, cada vez que las cosas se ponen difíciles, cierro los ojos y recuerdo en mi mente la imagen de la sonrisa amplia y cálida de mi pastor que me aseguraba que todo iba a estar bien, mientras el Señor estuviera conmigo. Esa sonrisa y esa caricia me acompañaron durante las noches oscuras de soledad que todos atravesamos y me dieron el aliento que necesitaba para perseverar hasta ver la salida del sol, en los momentos difíciles de la vida.

La verdadera herencia
Hoy no tengo todas las cosas materiales que me gustaría tener, pero cuando miro hacia atrás puedo ver las señales de un linaje espiritual que me marcó profundamente y me permitió aprender de mis “mayores” en el Cuerpo de Cristo. Cuando hoy encuentro niños que me llaman “abuelito”, aunque tienen sus abuelos naturales, puedo estar seguro que el día que deba seguir el camino de quienes me precedieron, nunca faltarán niños sobre los cuales imponer mis manos para impartirles el manto de autoridad profética que Dios depositó sobre mis hombros desde que era niño. Por esta razón, cada vez que miro hacia atrás para repasar los días que pasaron y hacer un balance de mi vida, puedo considerarme una persona sumamente rica, porque aprendí a valorar la porción de mi herencia por la cual realmente vale la pena pelear. Hoy cada vez que impongo mis manos sobre alguien, allí también están las manos de don Juan (mi primer pastor) y las de todos los padres espirituales que Dios estableció para formar mi vida. Los bienes materiales van y vienen, pero sólo quedará en nuestras manos la verdadera herencia de bendición del linaje espiritual que nos marcó a lo largo del camino.

La paternidad en el tiempo
Bajo el Antiguo Pacto, los padres ejercían un dominio absoluto sobre sus hijos, operando como dueños del destino y las vidas de sus descendientes. En las Escrituras hay ejemplos que en nuestros días serían tomados como objeto de estudio social, porque transgreden cualquier parámetro moralmente aceptado. Cuando los ángeles visitaron a Lot en Sodoma, ocurrió lo siguiente: “Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado” (Génesis 19:4-8).

Cuando Abraham despidió a Agar y a Ismael de su casa, ocurrió lo siguiente: “Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba” (Génesis 21:14). Cuando Abraham los echó hacia el desierto, ¿era consciente que ambos no lograrían sobrevivir más de un día, solo con un odre de agua y una pieza de pan? Seguro que sí, porque había vivido toda su vida en el desierto. Cuando llegó el momento de buscarle una esposa a Isaac, queda claro que el “candidato” no intervino en lo absoluto en la elección de la mujer que sería su esposa. Su padre le encargó todo el trámite a su mayordomo. Podemos citar una cantidad de ejemplos más a lo largo del Antiguo Testamento, donde queda clara la hegemonía absoluta que ejercía un padre sobre sus hijos. Sin embargo, todos esos casos se deben analizar bajo la cultura de sus días e interpretarlos a la luz del Pacto bajo el cual se encontraban viviendo.

Cuando Jesucristo derramó su sangre en la Cruz del Calvario, estableció un Nuevo Pacto que desplazó el anterior, inaugurando la era de la Gracia. Bajo esta nueva dimensión de la manifestación del Reino, todos aquellos que nacimos de nuevo y recibimos al Espíritu Santo, podemos conocer a Dios como Padre. En el pasaje de Romanos 8:15, el apóstol Pablo declara esta verdad: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”. En otras palabras, el Espíritu Santo es quien nos revela al Padre y nos conecta con la realidad de su amor, porque fuimos adoptados como hijos.

Un punto de inflexión claro
Cuando Jesús oró por sus discípulos, sus palabras fueron: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste” (Juan 17:21-25). La mayor impartición de la Gracia que pudimos recibir como hijos, es conocer a Dios como nuestro Padre. Antes de ser enviado a la tierra, Jesús y el Padre eran uno. La diferencia es que, en el Nuevo Pacto, ahora Cristo puede decir “como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros”.

El hombre del libro negro…
El mundo no conocerá a Dios por la cantidad de personas que seamos capaces de movilizar, el nivel de riquezas que podamos mostrar o las influencias circunstanciales que podamos tener ante los poderosos de turno. Así como estar sentados en un servicio dominical durante un año escuchando al “hombre del libro negro” no nos transformará en hijos espirituales de la casa, hablarle a ese grupo de gente durante un año, tampoco transformará al “hombre del libro negro” en un padre espiritual. Hoy vemos personas que confunden al liderazgo del plano natural con la paternidad espiritual y esa misma confusión los lleva a cometer todo tipo de excesos. Bajo el Nuevo Pacto, la paternidad espiritual y la honra no se pueden imponer o exigir. Jesucristo nunca les exigió o les reclamó a sus discípulos que lo honraran. Simplemente se concentró en manifestar la revelación del amor del Padre que recibió por el Espíritu Santo. Esta fue la motivación suficiente que necesitaron todos sus discípulos para dejar toda su vida conocida y seguirlo hacia una nueva vida en el Reino. La paternidad espiritual no se puede desarrollar en un mes, en un año o en tres años… es un proceso que se va edificando entre dos personas (padre e hijo) que recibieron la misma revelación de Dios como Padre.

Palabras finales
Las palabras de Jesús establecen un corolario sobre este punto y cierran toda discusión: “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste”. Es inconcebible que en la Iglesia actual todavía haya líderes que ejercen la paternidad espiritual según los parámetros del Antiguo Pacto, comportándose como amos y señores de la gente. El apóstol Pablo fue claro cuando advirtió que vendrían líderes que le “prohibirían a la gente hacer una cantidad de cosas” (permitiendo arbitrariamente según su criterio de juicio personal aquellas que consideran correctas). Nunca debemos confiarle la formación de nuestra vida a alguien que nos impone una “paternidad forzada” y mucho menos cuando nos exija que debemos honrarlo. La paternidad en la Iglesia no es un “cargo” y la honra no es un “impuesto” que los discípulos deben pagar. Jesucristo inspiró la honra de sus discípulos, porque verdaderamente les mostró al Padre mientras estuvo con ellos.

Si usted atravesó alguna de estas situaciones negativas, tómese un tiempo de intimidad con el Espíritu Santo y pídale que le revele el amor que el Padre le impartió cuando fue adoptado como hijo, el día que Cristo entró en su espíritu para darle una nueva vida. Luego renuncie a todo sentimiento negativo hacia personas que ejercieron la paternidad sobre su vida de la manera incorrecta y avance en la nueva impartición del amor de Dios que el Espíritu Santo le entregó.

“El procesamiento y las responsabilidades de los profetas de Dios”




Por Jennifer Eivaz

Mientras observamos a los profetas de hoy, tanto los establecidos como los que van surgiendo, pienso que sería apropiado proveer instrucción sobre los diferentes procesos y responsabilidades de los profetas de Dios en el Nuevo Testamento. Ser profeta no es el rol glamoroso que muchos piensan, aunque a veces puede parecer que es así. Conocer el futuro por el Espíritu de Dios, experimentar una plétora de señales y maravillas inusuales y encontrar la dimensión de los ángeles, son algunas de las recompensas por todas las dificultades y complicaciones que atraviesan los profetas.

Surgiendo desde un lugar de oscuridad
La mayoría de los profetas en la Biblia parecen surgir desde la nada y desde lugares de humildad. Por ejemplo, Moisés dejó su vida acomodada en el palacio del rey de Egipto y vivió humildemente como un pastor en el desierto durante cuarenta años, antes de surgir como el libertador de Israel.

Algo similar ocurrió con Elías, quien apareció desde la profundidad del desierto (ver 1 Reyes 17:1-7) para consolar al perverso rey Acab. Luego estuvo Amós, un pastor y un campesino solitario, que no fue reconocido por los profetas más establecidos (Amós 7:14-15). El ignorado Amós fue enviado por Dios para advertirle a todo Israel y llamarlos al arrepentimiento, con la misma autoridad que los otros profetas.

J. Lee Grady, editor asociado de la revista Charisma, escribió: “Elías atravesó un tiempo de prueba y preparación, pero el proceso está oculto a nuestros ojos. Los verdaderos profetas atravesarán períodos de ocultamiento y quebrantamiento intenso. Dios debe tratar con el orgullo, la codicia y el egoísmo. El profeta también debe aprender a vivir en un lugar de comunión íntima con Dios, donde no lo afectarán las alabanzas de los hombres”.

Es verdad que típicamente los profetas son retenidos en lo oculto hasta llegar el tiempo de su revelación pública. En el lugar de oscuridad podemos sentirnos como si se estuviera trabajando para exponer todas las condiciones del corazón que pudiéramos tener, tanto las buenas como las malas.

Este procesamiento, acumulado a lo largo de muchos años, pretende revelar nuestro verdadero carácter y edificar nuestra integridad. Si esto se pierde, se ignora o se evita, un profeta puede asumir su rol, pero no terminará bien. Dios parece ocuparse más del corazón que de la plataforma y la espectacularidad del ministerio público.

Humildad y guerra
Recuerdo haber sido probada severamente por un grupo de profetas y pastores que no vivían vidas puras y parecía que solo yo tenía el coraje de confrontarlos. Sintiéndome engreída por la auto justificación, luego me encontré en situaciones que dejaron expuestas mis propias motivaciones impuras y tuve que aprender algunas lecciones reales en la gracia.

¿Mencioné antes sobre la guerra espiritual que deben soportar los profetas? Esta no es del tipo ordinario. Es un tipo de guerra que es muy personal y ridícula, una guerra que solo podemos comentar con muy pocas personas maduras que son muy confiables. Los profetas no están exentos de las dificultades severas, pero parece que soportan mucho más que todos. Sin embargo, con cada dificultad, hay una expectativa divina para vencer, porque cada victoria es el catalizador para la promoción espiritual y el aumento genuino de la autoridad (Apocalipsis 2:26).

Los profetas aprenden a obedecer las directivas del Espíritu de Cristo a cualquier costo, incluso cuando no las comprendan. Jesús insiste en una postura de humildad y en la obediencia instantánea de sus profetas. Hablamos cuando Él dice que hablemos. Obedecemos cuando no es conveniente. Los tratos de Dios con todos sus profetas son muy personales y buscan tocar las cuerdas del corazón.

Entonces, ¿por qué usted o cualquier otro soportan esto? Porque es el único camino para experimentarlo por lo que realmente es y conocer auténticamente sus caminos. Un profeta que carga una autoridad pesada, puede hacerlo porque conoce a Dios y lo conocen bien (Daniel 11:32).

¿Qué hacen los profetas?
Hay algunas responsabilidades de supervisión de liderazgo sobre los ministros del ministerio quíntuple, incluyendo los profetas. Leemos: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros…” (Efesios 4:11-12).

Este pasaje continúa describiendo la carga de estos ministros para promover la unidad, traer madurez, crear estabilidad, hablar la verdad y exponer las doctrinas mentirosas, llevando a todos a ser miembros funcionales del Cuerpo de Cristo (verso 13-16).

Sin embargo, los profetas se comprometerán en una serie de tareas únicas que fluirán de su marco sobrenatural:

1. Los profetas llaman y comisionan a los próximos líderes de Dios
¿Es consciente que toda autoridad en la Tierra proviene de Dios? Leemos en Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. Por esa razón, Jesús con frecuencia opera con sus profetas para identificar, llamar y establecer a los líderes en la tierra, así como Él los escogió.

2. Los profetas advierten, protegen, vigilan y preservan
El profeta Oseas nos revela que un rol clave del profeta es preservar. Oseas 12:13 dice: “Y por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado”. Moisés libertó a Israel de Egipto y la preservó por medio de su liderazgo y su intercesión.

El Apóstol John Eckhardt, autor y pastor principal de Crusaders Church, en Chicago, escribió: “La palabra preservar significa prevenir del daño, la agresión, el peligro o la maldad. También significa proteger o salvar”. También sumó a esta definición: “En Hebreo, la raíz de esta palabra es shamar. Significa dar cobertura (como con coronas), guardar, proteger, vigilar y cuidar… La palabra shamar enfatiza el elemento protector del manto del profeta”. (Tomado de “Dios sigue hablando: Cómo oír y recibir revelación de Dios para tu familia, tu Iglesia y tu comunidad”, por el Apóstol John Eckhardt.)

3. Un profeta intercede por la gente, las ciudades y las naciones
Todos los profetas son intercesores. Abraham oró, Moisés oró, Débora oró, Jeremías oró y así fue con todos los profetas. Interceder significa orar e intervenir a favor de otro. Algunos profetas prefieren derribar cosas. Hay un tiempo para esto, pero los profetas que disfrutan derribando todo, tienen un problema en sus corazones. El amor de Dios no está en sus corazones. Los profetas saludables aman edificar a la gente y edificar a la Iglesia, no lo opuesto.

4. Los profetas proclaman los cambios en los tiempos y las estaciones
Cada profeta necesita hacerse esta pregunta: “¿Qué tiempo es?”. Eso es porque un profeta observa y administra los tiempos y las estaciones, dentro de su asignación espiritual. El profeta Habacuc demuestra este concepto, indicándonos que escribamos la visión profética, incluso cuando no sea para ahora, sino para un tiempo señalado.

Habacuc 2:2-3 dice: “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”.

Dios, quien se afirma fuera del tiempo, trabaja activamente para manifestar su propósito sobre el tiempo cronológico. En el momento señalado, interrumpirá el tiempo cronológico y manifestará la visión profética. Aun así, el rol de los profetas puede ser tan diverso como cada uno de ellos. Por ejemplo, los profetas claman contra los sistemas y las estructuras injustas, dan a luz nuevos movimientos y ministerios, demandan la santidad en la Iglesia y están concentrados en manifestar la agenda de Dios.

Los profetas deben inspirar e impartir coraje, ser fuertes en el discernimiento y percibir cuando las cosas estén fuera de orden. Los profetas de Dios aman la verdad, alineando todo con la Palabra escrita para exponer los engaños, las herejías y las mentiras. Son amados y temidos, pero juegan un rol vital en el Cuerpo de Cristo.

Si usted es un profeta, el propósito de este artículo es ayudarlo a solidificar su rol e identidad, trayendo claridad esperanzadora y consuelo durante los tiempos de dificultades. El hecho es que lo necesitamos. Como lo necesitamos, animo a todas las personas y en todas partes, que oren y amen a sus profetas.

Jennifer Eivaz




lunes, 2 de diciembre de 2019

“Este año se adelanta la Navidad”



Por Mary Dorian

Una noche, antes de quedarme dormida, pude oír al Señor que decía: “¡Este año la Navidad llega antes!”. Estaba tan sorprendida por oír esto del Señor y esperé con gozo expectante oír más sobre lo que Él quería decir. Luego continuó: “Dile a mi pueblo que permita que se eleve su expectativa, así como ocurre cuando los niños esperan que llegue la Navidad; contando los días con expectativa y esperanza”.

“Este año, aquellas cosas por las que estuvieron esperando y orando con diligencia, llegarán y se manifestarán incluso más rápido y de manera anticipada que Navidad. Pude oír el clamor y sentí la frustración, mientras se preguntaban si verían las circunstancias y a sus seres queridos sanados y transformados, o las familias volviéndose a unir mientras se manifiesta la apertura financiera. Se preguntaron si verían a sus hijos libres de las drogas y sanidad en sus relaciones”.

Habrá muchas respuestas para orar, mientras esperamos experimentar algo bueno que estuvimos esperando.

En Jeremías 33:3 dice: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Luego en el verso 11 dice: “… el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan: Den gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno. Yo cambiaré la suerte de este país, afirma el Señor, y volverá a ser como al principio”.

Década de revelación
En este año nuevo hebreo 5780, se nos dice: “Abre bien tu boca que el Señor la llenará”. La próxima década 2020-2030, será de una revelación maravillosa y brillante. El tiempo del desierto se terminó. Ya no habrá más huesos secos en el desierto. Esta década será un tiempo de aceite y vino. El aceite es simbólico de la unción del Espíritu Santo, su energía y su poder sobrenatural. El vino simboliza el gozo y el amor íntimo con la Novia.

El Espíritu dice: “Estoy enviando a mi gente profética en mi Nombre que declararán el futuro. Serán tanto intencionales como valientes. Verán desde mi perspectiva los cambios, las estaciones y las cosas nuevas que vendrán. La palabra rhema que hablan será más precisa que una espada de dos filos. Todos los niveles de influencia serán alcanzados por estas declaraciones, especialmente en Hollywood, y estas palabras proféticas no volverán a Mí hasta que hayan cumplido todo lo que las envié a realizar”.

La presencia de Dios
El Señor no mira el tiempo como nosotros lo hacemos. Medimos el tiempo en horas, días, semanas, meses y años. Entonces, cuando me hablan del próximo año, tengo la impresión que el Señor estaba hablando de la década 2020-2030. Durante esta próxima década, creo que la presencia tangible del Padre se sentirá de una manera extraordinaria en las Iglesias por todo el mundo, pero además en algunos lugares muy inusuales.

Dios visitó la tierra por medio de Jesús; Emanuel, Dios con nosotros. Ahora será experimentado de maneras asombrosas y sobrenaturales en esta nueva década. Mucha gente sentirá su gloria, la esencia de este amor profundo. El mundo está gimiendo y esperando conocer al Señor y Él se moverá de maneras maravillosas y hermosas.

La gloria de Dios y su presencia tocará a esta generación de jóvenes, especialmente a aquellos que están en grandes colegios y universidades por toda nuestra nación. Puedo ver millones con sus manos alzadas, reunidos en las plazas, los auditorios, los salones de clases y por todos los campus, orando y adorando al Señor. Puedo verlos a ellos literalmente cargando cruces y la Palabra de Dios como si fueran tesoros, diciendo: “¡Esto es aquello que estuvimos buscando, conocer a Dios y recibir a Cristo!”. A través de ellos, cambiarán muchas vidas.

Pocas cosas más
Habacuc 2:14 dice: “Porque, así como las aguas cubren los mares, así también se llenará la tierra del conocimiento de la gloria del Señor”. La tierra está compuesta mayormente por agua. Todavía hay muchos misterios esperando ser revelados en los mares y océanos. Los científicos encontrarán muchos descubrimientos en las aguas que beneficiarán a la humanidad en esta nueva década. Cosas como la cura de enfermedades, nuevas maneras de hacer crecer cosas, nuevos materiales para hacer cosas y la cosecha de muchos recursos naturales y gemas.

Hay mucho para aprender y muchos tesoros para extraer, incluso la información científica sobre la luz y la longevidad. El cáncer será tratado de maneras nuevas en esta nueva generación. Habrá éxitos en el tratamiento del cáncer de una vez por todas, sin que haya recurrencias. Creo que la Iglesia liderará el camino en esto, porque la sanidad y los milagros se verán por toda nuestra nación. ¡Cuántas cosas maravillosas veremos y haremos para el Reino!

La nación de Corea del Norte resucitará. Su pueblo se despertará y se levantará para echar a todos los controles. Otras naciones harán lo mismo. Las naciones que estuvieron cerradas se abrirán para recibir el Evangelio y algunas serán ganadas para Cristo en un día. Hay mucho más: El Cuerpo de Cristo no solo se levantará en esta década (todos sus miembros completamente despiertos), ¡todos se elevarán! El Cuerpo de Cristo estará seguro en la experiencia de estar sentado con Cristo y fluirá el poder de la resurrección. Sí, fluirá a través de usted y de mí.

Oro para que el Padre de gloria, el Dios de nuestro Señor Jesucristo, le imparta las riquezas del Espíritu de sabiduría y revelación, para que lo conozcan al profundizar su relación de intimidad con Él. Oro para que la luz de Dios ilumine los ojos de su imaginación, inundándolo con luz hasta que experimente la revelación completa de la esperanza de su llamado. Esa es la riqueza de la herencia gloriosa de Dios que Él encuentra en nosotros, sus santos.

Efesios 1:17-19 dice: “Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz”.

Mary Dorian

“¿Qué es un dromedario? Dios me mostró qué están trayendo”



Por Darren Canning

Isaías 60:5-6 dice: “Verás esto y te pondrás radiante de alegría; vibrará tu corazón y se henchirá de gozo; porque te traerán los tesoros del mar, y te llegarán las riquezas de las naciones. Te llenarás con caravanas de camellos, con dromedarios de Madián y de Efa. Vendrán todos los de Sabá, cargando oro e incienso y proclamando las alabanzas del Señor”.
     
El otro día, mientras me despertaba, escuché una y otra vez la palabra “dromedario, dromedario, dromedario”. Honestamente había olvidado el significado de esta palabra. Sabía que era una referencia a la Biblia, pero no podía recordar su significado, entonces fui a buscarlo. El dromedario es una especie particular de camello. Es un camello con una sola joroba, originario de Arabia y fue domesticado para el trabajo hace más de 3000 años. Son conocidos por su habilidad para cargar grandes pesos por distancias prolongadas.

“Vienen los camellos”     
Quizá oyó a alguien que profetizó “vienen los camellos”. Esto quiere decir que esa provisión está llegando hacia su casa. Comencé a notar a los camellos varios años atrás. Cada vez que noté uno, se despertaba una excitación dentro de mí y supe que venía una apertura financiera. Pude ver un camello en un cartel y luego de dos días, recibí una gran provisión financiera de manera inesperada.
     
Por ejemplo, días atrás estaba observando una película antigua donde alguien vestía un traje que el personaje principal en la película admiraba. Le preguntaba: “¿Por qué este material es tan suave?”. El hombre le respondió que era “pelo de camello”. Toda mi familia es consciente del significado profético del camello, entonces cuando oyeron esto, nos reímos porque Dios nos estaba diciendo que esperemos una apertura financiera rápida y así fue. Al día siguiente, comenzó a llegar dinero de manera inesperada a nuestra cuenta hasta sumar 1000 dólares.
     
Dios tiene un lenguaje que es muy diferente al nuestro. Como pueblo de Dios pasamos nuestras vidas tratando de comprender la manera como Él habla. Al buscarlo a Él, es muy excitante poder oírlo. Cuando Dios habla nunca nos miente o trata de engañarnos. Todo lo que nos dice es lo que quiere decir, por eso se levanta un gozo en nuestros corazones cuando lo hace. Este gozo y esta paz que viene de su voz, es una de las maneras para reconocer su voz. Dios es bueno y su voz es maravillosa.
     
Cuando oí “dromedario”, una palabra que normalmente no uso y luego aprendí que es un camello, espero la apertura. Cuando la oí una y otra vez, es como si Dios me la estuviera gritando y espero un gran avivamiento. Ciertamente puedo usarla y estoy seguro que muchos se ustedes también pueden usar esta apertura.
     
Mi ministerio es de fe, entonces espero que vengan los camellos cada semana cargando provisión para mi tienda. Creo que los camellos representan la apertura angelical. Creo que hay ángeles de finanzas y provisión asignados a nuestras vidas. Abraham reconoció esto cuando le dijo a su siervo que fuera a la tierra de sus padres para hallar una esposa para su hijo Isaac. Le dijo que Dios enviaría a su ángel delante de él para prosperarlo en su camino.
     
Génesis 24:40 dice: “Él me respondió: El Señor, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él hará prosperar tu viaje para que consigas para mi hijo una esposa que pertenezca a la familia de mi padre”.
     
Muchos de ustedes están viendo cosas similares y se están preguntando si Dios habla de esta manera. Lo hace y soy uno de los que está muy contento que lo haga. Dios es un Padre bueno que nos permite oír su voz.

¿Qué le está diciendo Dios hoy?     
¿Qué le está diciendo Dios hoy? Quizá usted está viendo la aparición de un patrón mientras analiza su vida. ¿Estuvo oyendo algo, pero sin comprender su significado? Continúe perseverando en Él. Continúe pidiéndole revelación. Creo que Dios quiere darle revelación. La revelación en realidad es solo la perspectiva y la solución de Dios para nuestras preguntas sobre la vida. No solo creo que Dios tiene las respuestas a nuestras preguntas, también creo que planta las preguntas para que busquemos respuestas particulares. Hizo esto conmigo muchas veces.
     
Ezequiel 47:6-8 dice: “Entonces me preguntó: ‘¿Lo has visto, hijo de hombre?’. En seguida me hizo volver a la orilla del río, y al llegar vi que en sus márgenes había muchos árboles. Allí me dijo: Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces”.
     
En este pasaje vemos que Dios le está preguntando a un hombre qué es lo que ve. No solo planta una pregunta, Dios le entrega la respuesta. Esta es la clase de relación que quiero con Dios. Quiero que Él plante las preguntas y las respuestas. Vendrá mucha sabiduría y revelación.     

Oro por usted hoy y le pido a Dios que abra su corazón y su mente para oír su voz. También oro para que venga la apertura en su provisión. Muchas veces la mayoría de nosotros necesitamos una gran apertura en nuestras vidas. Yo me pongo de acuerdo con usted hoy por todo lo que está esperando, para desatar una apertura en el camino y el tiempo de Dios.

Darren Canning

viernes, 22 de noviembre de 2019

“¡Los profetas como Abdías están saliendo de sus cuevas!”



Por Ella Onakoya

Hay un mover poderoso del Espíritu de Dios que se está desatando para poner a muchas personas a la vanguardia de sus destinos, propósitos y llamados. Creo que Dios me mostró un grupo de profetas tipo Abdías que Él estableció para ser enviados o están siendo enviados en este tiempo. Estos profetas simbolizan los que fueron escondidos por Abdías en la cueva para escapar de la ira de Jezabel, donde los alimentaba con pan y agua (1 Reyes 18:4).

Son los hombres y las mujeres que estuvieron escondidos por un tiempo para ser preparados. Esta gente fue fiel en buscar a Dios y su corazón durante un tiempo aparentemente muy prolongado. Fueron podados en su carácter, mientras eran llenos con el poder glorioso del Espíritu Santo. Mientras estaban en ese tiempo de ocultamiento, fueron alimentados por la Palabra y el Espíritu de Dios.

También son personas que están siendo enviadas debido a la decisión soberana de la gracia de Dios. Se levantó una necesidad en el Reino debido al aumento de las tinieblas sobre la tierra y a la negación de algunas personas para entrar en sus destinos. El Señor soberano está levantando su Reino para llenarlo con el envío de un ejército de profetas como Abdías que le están diciendo “sí” a la luz, para eliminar las tinieblas. Estos son los portadores de luz de Dios y sus flechas se disparan al corazón de las tinieblas con precisión y propósito.

Se levantan los evangelistas
Unas semanas atrás tuve un sueño muy vívido donde pude ver a muchos creyentes que eran trasladados desde diferentes naciones para ubicarse en una fila, muy cerca unos de otros. Parecían impulsados por la propia mano de Dios. Cada uno de ellos declaraba su llamado como evangelistas y mencionaban las naciones desde donde venían.

Mientras declaraban su llamado evangelístico, percibí que no eran presumidos, asumieron el costo y se determinaron a ponerse de acuerdo con el Cielo para cumplir su llamado evangelístico.

Quedé asombrada cuando uno de estos evangelistas se puso de pie para compartir que cerca de 300 personas acababan de ser asesinadas en la nación de donde provenía. En el sueño percibí que la gente que describía eran mártires, pero a pesar de esto, el evangelista asumió el costo. Afirmaba que, a pesar de la situación, le había entregado su voz al Señor para declarar el mensaje del Evangelio, sin importar lo que pudiera venir.

Me desperté del sueño con asombro y una sensación que lo que Dios hará se verá como algo nuevo a los ojos de muchas personas. Dios enviará a muchos hombres y mujeres desconocidos, porque hay un llamado para salir y levantarse de las cuevas para predicar el Evangelio. Muchas de estas personas señaladas y marcadas por este llamado, serán usadas por Dios con grandes señales y maravillas. Pude oír en mi espíritu que son aquellos cuyas bocas fueron liberadas para declarar el misterio de Cristo a cada nación debajo del Cielo.

Saliendo del lugar secreto
Esta gente particular tiene una voz profética y fueron perseguidos por la operación del espíritu de Jezabel, así como ocurrió con los profetas bajo el cuidado de Abdías cuando fueron perseguidos. En consecuencia, terminaron dentro de cuevas, un símbolo del “lugar secreto” en Dios. Estos profetas estuvieron recibiendo sanidad y nutrición del Señor en su lugar secreto protegido, pero pude oír estas palabras en mi espíritu: “El tiempo de su liberación está cercano”. La mano de Dios está lista para impulsarlos a salir, porque aquello que los intimidaba fue atado por el Espíritu del Señor.

Estos son los profetas que sacudirán y transformarán naciones, produciendo la manifestación del propósito de Dios. No profetizarán por ganancia o popularidad, porque fueron refinados en el fuego de la aflicción y fueron alimentados con la Palabra pura del Señor.

Sentí muy fuerte que las fuerzas de las tinieblas que trataron de detener a estos profetas emergentes para impedir que se levantaran, fueron atadas por el Espíritu de Dios.

El espíritu de intimidación está siendo atado
Recientemente tuve un sueño donde entraba en una casa y veía un perro demoníaco. El animal me embestía para atacarme, pero por más que tratara de alcanzarme, no podía lograrlo. El Señor me mostró que el perro no podía alcanzarme porque estaba encadenado y no se podía soltar.

Cuando me desperté, recordé que en el pasado solía tener sueños donde los perros como este me ponían nervioso. En esta revelación, el Señor me mostró que está atando el espíritu de intimidación que trató de detener la manifestación de la verdadera voz profética de Dios.

Una generación que sorprenderá al mundo
Cuando caiga el fuego del avivamiento, se desatará una generación de profetas como Abdías que sorprenderán al mundo, así como Kanye West y muchos otros creyentes emergentes también nos sorprendieron. El Señor está esperando llevar a una generación de personas que fueron vistos como marginados, desechados y pecadores hacia el redil de sus profetas Abdías.

Cuando son salvos y limpios por la Sangre del Cordero, sus voces enviarán terror al campo de tinieblas y desatarán libertad. Porque cuando caiga el fuego del avivamiento, saldrán libres de sus cuevas de pecado y esclavitud.

Muchos de ustedes son conscientes de la conversión reciente de Kanye West, un músico conocido de la industria musical de Hollywood. A la luz de este artículo, pensé que es pertinente escribir que conozco su camino hacia la conversión.

A comienzos de este año, cuando leí sobre los servicios dominicales de Kanye West, inicialmente me sentí recelosa e insegura sobre sus motivos para comenzar el servicio. Supe sobre su pasado fuera del Señor y hasta ese momento no había declarado que era salvo, aunque muchos de Hollywood y otros asistían a sus servicios. El Señor me habló para que orara y viera lo que Él podía hacer. Me dijo que, sin importar las motivaciones para comenzar los servicios, si hemos orado, su voluntad era desatar un mover de su Espíritu, haciendo que Kanye West y otros se encontraran con Él.

Me sentí asombrada mientas me daba cuenta que Dios había orquestado los servicios dominicales de Kanye, como un lugar de reunión donde desatar su avivamiento. Obedecí a Dios y comencé a orar para que su fuego cayera en esas reuniones (y creo que también hay muchos otros que también están orando).

Hasta ahora miles de personas fueron salvas en sus servicios, donde los pastores predican y hacen el llamado al altar. En estas entrevistas que leí, Kanye estaba estudiando la Biblia y siendo discipulado por un pastor para recibir estudios bíblicos.

Qué gozo es oír sobre su conversión, porque la declara abiertamente y con gozo. Qué gozo es ver cómo usa su voz a través de la plataforma que Dios le entregó para cantar y hablar de quién es Dios, (nuestro Cristo, Señor y Rey), los valores cristianos para la familia y cómo vivir una vida completamente entregados a Cristo.

Encontré testimonios en YouTube de aquellos que decidieron entregar sus vidas a Cristo mientras oían su música y otros que tuvieron intentos de suicidio que fueron llenos con gozo y una esperanza nueva. Esta es una marca clara de los que son parte de este movimiento de profetas como Abdías. Su conversión desatará una nueva ola que recorrerá la tierra con la esperanza, la salvación y la verdad de quién es Dios.

Por qué orar
Creo que debemos estar atentos y orar por estos profetas, mientras nos gozamos por lo que Dios está haciendo en ellos. Creo que muchos más saldrán de la cueva de Hollywood para recibir a Jesús como Señor y Salvador. Ore por la salvación de muchos como estos. Estas son algunas de las maneras que podemos orar:

• Cuídese de no juzgar cómo Dios está usando a estos profetas o por lo repentino de su aparición. En lugar de ello, debemos afirmarnos con ellos y orar para que Cristo sea formado en sus vidas (Gálatas 4:19).

• Ore para que sean protegidos de las tentaciones y los ataques del enemigo.

• Ore para que cristianos experimentados y con ojos para ver lo que Dios está haciendo en ellos, sean enviados para discipularlos.

• Ore para que el fuego del avivamiento santo de Dios se desparrame a través de ellos y el mensaje que Dios les entregó sean impartido con valentía.

• Ore Efesios 1:15-19 sobre ellos para que crezcan en la sabiduría y la revelación de Dios, en la esperanza de sus llamados y caminen en la plenitud de su herencia divina y el poder de Cristo.

Anímese porque es el tiempo de Dios para manifestar una activación de la voz y el propósito que Dios le entregó. Usted es necesario para un tiempo como este. Oro para por una impartición del poder de Dios que lo libere de todo lo que le impidió manifestar su propósito.

Santos de Dios, ¡están saliendo de sus cuevas!

Ella Onakoya