martes, 28 de octubre de 2008

“¡Viene un gran sacudón, pero no de la tierra sino del espíritu de los hombres!” ¡Las fortalezas serán sacudidas!

Por Mark Chironna

clip_image001Esta palabra fue profetizada por Mark Chironna el 11 de Marzo del 2008 en la Iglesia “The Master's Touch Internacional” en Longwood, Florida:

“¡Viene un gran sacudón, no de la tierra sino del espíritu de los hombres! ¡Las fortalezas serán sacudidas!”

El Señor Dios soltará su voz y las montañas se derretirán como cera. Prevalecerá el Dios de los truenos gloriosos y el Dios de Jacob. En esta hora viene un gran sacudón, pero no de la tierra, sino del espíritu de los hombres y las fortalezas demoníacas caerán por la palabra pronunciada desde el Cielo.

El Señor viene pronto para juzgar a sus enemigos y someterlos. Viene para vengar a sus escogidos y esconderlos bajo la sombra de su mano. En estos días su poder se liberará y su Gloria se revelará. Esta es una hora y una estación cuando las montañas se han levantado en contra de la montaña de la casa del Señor, pero no prevalecerán. Se derretirán como cera, porque el terror de Dios llenará a sus enemigos y el Señor mismo descenderá en una columna de humo para destruir y silenciar al acusador”.

Trueno de libertad

“Él hará que su voz de autoridad sea oída desde el norte hasta el sur y desde el este al oeste, visitará a su pueblo una vez más. Prepárese, el día viene y la hora está cercana, los dolores de parto y las contracciones de esta temporada pasada llegan a su final mientras eliminas tu placenta.

Mientras Dios te está transformando en algo nuevo y hace algo nuevo en la tierra, habrá un nuevo clamor por el avivamiento. Habrá un clamor fresco por restauración y un clamor fresco por la proclamación. Debido a esto, los santos levantarán su voz en una alabanza sin perturbación, porque el sonido de la alabanza será más grande de lo que nunca antes oíste en tu vida. El sonido del trueno no sólo vendrá del cielo, sino del espíritu de los santos mientras son liberados”.

Nacerá un grito de libertad

“Gritarán mientras se quiebran las cadenas. Gritarán mientras se sanan los cuerpos quebrantados. El grito del Señor regresará al campamento del ejército de Dios. Como la victoria está garantizada, el Dios todopoderoso vengará las penurias de los elegidos y juzgará rápidamente a los enemigos”, dice el Espíritu de Gracia.

Mark J. Chironna

“Movilizando el Ejército de Dios: Levantando una fuerza efectiva”

 

Por Rick Joyner

clip_image002Mientras consideramos la unción para la movilización, debemos comprender cómo se aplica esto a los números. Juan el Bautista tenía una unción para llamar y preparar a Judea para el Señor. Sin embargo, la mayoría no comienza con la habilidad para llamar a un gran número. El ministerio de Juan tampoco fue muy popular al principio. Usualmente debemos aprender a ser fieles en lo poco antes de recibir una mayor autoridad.

Las grandes Iglesias, ministerios y movimientos en el mundo, comenzaron reuniendo una docena de personas, casi siempre para orar. Si tenemos la unción para movilizar, también comenzaremos con un grupo pequeño. Dependiendo de nuestra fidelidad hacia los grupos pequeños, determinará cuánta autoridad podrá entregarnos el Señor, la cual se irá incrementando. Digo que esto es “casi siempre” así porque el Señor es soberano y no siempre lo hace de esta manera, pero usualmente es así.

En todo tiempo siempre hay gente que tiene unción pra movilizar pequeños grupos, otros para movilizar cientos, otros para miles o aún más. Si reconociéramos esto en nosotros o en otros, salvaríamos a muchos de la frustración y los errores que dispersaron al pueblo en vez de movilizarlos. Si Dios lo llamó a ser pastor de trescientos, podrá utilizar toda clase de promociones para edificar una congregación mayor, pero las cosas sucederán y terminará teniendo trescientos. Lo inverso también es cierto. Si fue llamado a liderar quinientos, aunque se divida su iglesia y sufra otros problemas que puedan afectar temporalmente a su congregación, terminará con quinientos.

Por lo tanto, si fuimos llamados a esa clase de liderazgo, necesitamos comprender lo que el Señor nos llamó a hacer y contentarnos con eso, determinándonos a hacer lo mejor que podamos donde sea que nos ubique. Si somos fieles en lo poco, en el tiempo indicado Él nos dará una mayor autoridad. Debemos asegurarnos que Él nos está promoviendo y no promovernos a nosotros mismos. Influenciar a aquellos a quienes Dios no nos llamó a tener, siempre nos traerá problemas que cualquier persona inteligente desea evitar a cualquier costo. El punto es la obediencia. Es mucho mejor ser un teniente brillante y efectivo que un general incompetente.

Una de nuestras misiones es organizar conferencias y pudimos aprender cómo esto se aplica a nosotros. Muchas de nuestras conferencias son destinadas a equipar a las personas en ministerios específicos o en los dones del Espíritu. Aprendimos a organizar conferencias y pudimos reunir a muchos miles antes, pero vimos que en las conferencias de equipamiento, trabajar con menos es mejor. Nuestra meta no es sólo reunir grupos pequeños, sino poder ver cómo cada persona es transformada, impactada y enviada como un obrero o mensajero de Cristo, mucho más poderoso que al llegar. Sin embargo, con algunas de nuestras conferencias, especialmente aquellas dedicadas a promover el intercambio en el Cuerpo de Cristo y con un enfoque general en las misiones y el evangelismo, es mejor cuando mayor es el número.

El punto que deseo tratar en este artículo es poder considerar algunos de los errores trágicos cometidos por el liderazgo cristiano.

Uno: movilizar al pueblo de Dios una y otra vez por propósitos que no fueron ordenados por Él.

Dos: movilizarlos por una causa correcta, pero hacerlo con un espíritu equivocado.

Tres: ver la movilización como una meta, en lugar de usarla para comenzar a entrenar, equipar y desplegar al pueblo para derribar las fortalezas del enemigo.

Todo esto nos llevó a muchos engaños y produjo un gran desaliento que nos llevó a perder el coraje, el combustible esencial para cualquier ejército exitoso.

Reunir grandes grupos de personas no es difícil con las técnicas de promoción adecuadas. Por esta razón desde hace mucho tiempo dejé de sorprenderme por el tamaño de las Iglesias, misiones y ministerios. El punto real es el fruto. Puede tener un gran grupo de apoyo, pero son personas con un bajo impacto que no está afectando mucho más que un grupo pequeño. Nuestra meta para la movilización debe ser levantar una fuerza efectiva para el Evangelio y la predicación del Reino de Dios.

Necesitamos seguir a aquellos que están preparando, equipando y liderando efectivamente a los que congregaron. Existen algunos grupos y congregaciones grandes que están haciendo esto, pero son raros. En Hechos 19, podemos ver que la gente estaba en confusión porque no sabían la razón por la cual estaban reunidos. Reunirse sin un propósito claro, usualmente resulta en la confusión del pueblo.


Visiones sobre reunir la Iglesia

Se estima que la mayoría de los cristianos en USA no persevera en una iglesia local. Esto es una tragedia, pero antes de ir a buscarlos para traerlos de vuelta a una relación con una iglesia vital, quizá necesitemos analizar nuestra propia iglesia. Si más de la mitad de los cristianos no encuentran un hogar en la iglesia, ¿sería posible que más de la mitad de las Iglesias se apartaron en algún grado del mandato básico que Cristo les entregó? Existen muchas razones por las cuales los cristianos dejan de congregarse en una Iglesia local, quizá ninguna de ellas sea válida, pero debemos aceptar ampliamente que gran parte de la Iglesia se apartó del liderazgo de Cristo y la gente lo sabe.

Congregar al pueblo de Dios es importante, pero también es una gran responsabilidad. Siempre debemos tener en mente que estos son Sus hijos e hijas.

Si se están congregando con nosotros, no es por causa nuestra y si somos todo lo que obtienen, pronto nos abandonarán. Congregarse no es sino el primer paso. La Iglesia nunca fue creada sólo para ser un gran corral de ovejas donde la gente se congrega y se les arroja algo de comida un par de veces a la semana. Alimentar al pueblo de Dios es un gran propósito, pero liderarlos implica mucho más que predicarles. El verdadero ministerio del Nuevo Testamento equipa a Su pueblo. Por eso la Iglesia del futuro se verá cada vez más como el ejército que está llamada a ser. Se está manifestando una gran claridad en el propósito y junto con él, un gran coraje.

Una de las razones por la que me enfoco en el tema de la movilización este año, es porque viene una gran movilización del pueblo de Dios. Por más de veinte años pude ver en muchas visiones, aún a pequeñas congregaciones de pueblo tan repletas de gente que los equipos de sonido debían ubicarse fuera del templo por causa de la multitud. Pude ver que ocurría por todo el país. En las ciudades, las Iglesias rentaban estadios para contener a las multitudes. Al mismo tiempo, había un gran mover desde cientos a miles de grupos en los hogares que ayudaban a equipar a estas multitudes, encontrar sus llamados y dones del Espíritu, para ubicarlos en su lugar dentro del Cuerpo de Cristo.

Estas no son sólo multitudes y números, son individuos, hijos e hijas de Dios mismo. Manejar algo de esta magnitud en la Iglesia está más allá de cualquier organización o habilidad humana. El Señor será la cabeza de Su Cuerpo y actualmente sostiene el universo con Su Palabra. Él puede hacer esto. Pero ahora es el tiempo de prepararnos para esto, aprendiendo a habitar en Él.

“Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán” (Salmo 32:6).

Los tontos quieren esperar hasta que surja el avivamiento para prepararse. Los sabios nunca pierden su tiempo. Los sabios también saben que si algo sucede demasiado rápido o demasiado fácil, es porque carece de significado. Si se retrasa, es porque el Señor nos está dando más tiempo y lo necesitamos.

Rick Joyner

lunes, 20 de octubre de 2008

“…como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y la puerta de los Caballos”

 

Por Kathi Pelton

“Disfruten la comida y las bebidas dulces…
…no se lamenten ni lloren…
…y no se aflijan…’

clip_image002La Puerta de las Aguas

“…Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y le pidió al maestro Esdras traer el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de Moisés. Así que el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras llevó la ley ante la asamblea, que estaba compuesta de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender la lectura, y la leyó en presencia de ellos en la plaza que está frente a la puerta del Agua. Todo el pueblo estaba muy atento a la lectura del libro de la ley.

El maestro Esdras se puso de pie sobre una plataforma de madera construida para la ocasión. A su derecha estaban Matatías, Semá, Anías, Urías, Jilquías y Maseías; a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. Esdras, a quien la gente podía ver porque él estaba en un lugar más alto, abrió el libro y todo el pueblo se puso de pie. Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: ¡Amén y amén! Luego adoraron al Señor, inclinándose hasta tocar el suelo con la frente” (Nehemías 8:1-6)

El Cuerpo de Cristo se encuentra en un tiempo de transición hacia una nueva postura en un nuevo día. Mientras avanzamos hacia este tiempo, Dios nos está entregando una revelación a través del capítulo ocho de Nehemías, acerca de lo que está haciendo. El Espíritu Santo continuamente me lleva hacia este capítulo para instruirme acerca de este tiempo. Volvamos a ver el primer verso del pasaje:

“...Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y le pidió al maestro Esdras traer el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de Moisés”

“Todo el pueblo se reunió como un sólo hombre…”

En esta hora existe un remanente del pueblo de Dios en la tierra que está permitiendo que el Espíritu Santo los lleve a través del proceso de transición hacia este nuevo tiempo y hacia esta nueva posición. Es muy importante para todos nosotros permitir que el Señor nos guíe a lo largo de todo el proceso. Aún cuando en la realidad natural no estemos todos juntos en el mismo sitio, creo que en la realidad del espíritu somos como un sólo hombre ante este lugar llamado “la puerta de las Aguas” (una de las diez puertas del muro que rodeaba a la ciudad antigua de Jerusalén). Esta nueva postura tiene una unidad corporativa que trasciende la localización física y nos lleva hacia una postura de “espíritu a espíritu”.

Limpiarse por la Palabra y cambiar viejas vestiduras

En la Escritura, la Puerta de las Aguas representa la obra purificadora de la Palabra de Dios (Juan 15:3, Efesios 5:26), el lugar donde se administraba justicia y donde también se hacían los juramentos. La Palabra de Dios y su poder purificador son vitales para nosotros: una nueva pasión y un anhelo en el corazón del pueblo de Dios. Él desea limpiarnos de la temporada pasada, lavándonos con Su Palabra y entregándonos nuevas vestiduras para este nuevo tiempo.

“Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor, y a Satanás, que estaba a su mano derecha como parte acusadora. El ángel del Señor le dijo a Satanás: ¡Que te reprenda el Señor que ha escogido a Jerusalén! ¡Que el Señor te reprenda, Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón rescatado del fuego? Josué estaba vestido con ropas sucias en presencia del ángel. Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle: ¡Quítenle las ropas sucias! Y a Josué le dijo: Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas. Entonces dije yo: ¡Pónganle también un turbante limpio en la cabeza! Y le pusieron en la cabeza un turbante limpio, y lo vistieron, mientras el ángel del Señor permanecía de pie. Luego el ángel del Señor le hizo esta advertencia a Josué: Así dice el Señor Todopoderoso: Si andas en mis caminos y me cumples como sacerdote, entonces gobernarás mi templo y te harás cargo de mis atrios. ¡Yo te concederé un lugar entre estos que están aquí!” (Zacarías 3:1-7)

¿Cómo podremos caminar en Sus caminos o guardar Sus mandamientos sin la Palabra de Dios? Dios nos está pidiendo que atravesemos esta Puerta de las Aguas y permitamos que Su Palabra entre en nuestras reuniones, en nuestras familias y en nuestras vidas para enseñarnos y limpiarnos. Está a punto de soltar una gran autoridad sobre Su casa, pero primero debemos regresar a Sus “caminos” y a Sus “demandas”. A través de esta obra de gracia, no obras, debemos ubicarnos para permitir que se pueda realizar esta obra del Espíritu Santo en nosotros.

En Nehemías 8:9-12, cuando Esdras le leyó la Ley a todo el pueblo reunido en la plaza, delante de la Puerta de las Aguas, la gente se postró y comenzó a llorar porque recibieron un espíritu de entendimiento. Comenzaron a recordar los caminos de Dios y a arrepentirse por la manera como cayeron de la verdad. Pero Dios había ordenado que ese día terminara con regocijo y no con lamentos, porque Su pueblo recuperó el sentido.

“Al oír las palabras de la ley, la gente comenzó a llorar. Por eso el gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras, y los levitas que enseñaban al pueblo, les dijeron: No lloren ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios. Luego Nehemías añadió: Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza. También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo. Les decían: ¡Tranquilos! ¡No estén tristes, que éste es un día santo! Así que todo el pueblo se fue a comer y beber y compartir su comida, felices de haber comprendido lo que se les había enseñado” (Nehemías 8:9-12)

¡Este es un día de celebración!

Aunque estamos viviendo tiempos similares, donde Dios está en el proceso de traer un gran alineamiento y arrepentimiento a Su pueblo, necesitamos regocijarnos en esto y no estancarnos en la auto condenación, culpa, vergüenza y lamentos interminables, porque Dios trajo luz para liberarnos de todas las tinieblas que nos mantuvieron detenidos en los ciclos antiguos y destructivos. Es muy importante no permitir que sus emociones lo gobiernen o que cualquier mentira del pasado le diga “quién es”. Vuelva a la verdad. ¿Qué dice el Señor acerca de usted? ¿Cuáles son Sus promesas en su vida? ¿Qué dice acerca de su ciudad o su nación? Esta es la verdad que nos liberará de las mentiras oscuras que nos hicieron tropezar cuando tratamos de correr.

Dios está pulverizando estos pesos que le impidieron a Su pueblo marchar como Su ejército emergente. Estos pesos fatigaron a Sus fieles, pero con el poder de Su palabra, estas piedras de tropiezo son removidas de nuestros pies.

¡Celebre! Este es el tiempo para celebrar Su gracia y misericordia. Recuerde, Él disciplina a quienes ama. En la luz de Su Palabra son expuestas todas las mentiras que creímos y las obras oscuras que hicimos, trayendo libertad y restauración. Este es un tiempo para ver, entender y arrepentirse rápidamente. También recibimos un espíritu de entendimiento que renueva nuestra mente y alinea nuestras vidas. Esto nos lleva a celebrar Su bondad y misericordia. Una vez más, Dios nos está haciendo conocer Su Palabra y esto nos producirá un gran gozo. No sólo está trayendo Su Palabra escrita, también Su palabra rhema.

Percibo al Señor diciendo: “Vuelve a sonar, vuelve a danzar y regocíjate una vez más”. Se están quebrando las ataduras de la temporada anterior y las limitaciones que mantuvieron al pueblo de Dios en pequeñas ataduras (y pequeños niveles de autoridad). Su gente está lista para correr con nuevas fuerza y visión, pero no delante o aparte de Él, sino a su lado.

El año de los Caballos y la Puerta de los Caballos

El mes pasado oí una voz profética que dijo que el 2008 es el “año de los caballos” y lo conectó con el pasaje de Jeremías 12. También oí al Señor hablándome acerca de los caballos, así que mis oídos se alertaron cuando Él me habló estas palabras. Tanbién encontré que la puerta de los Caballos estaba cerca de la puerta de las Aguas y comencé a buscar al Señor acerca de esta conexión. Esto es lo que sentí que el Espíritu Santo dijo acerca de este asunto:

“Si los que corren a pie han hecho que te canses, ¿cómo competirás con los caballos? Si te sientes confiado en una tierra tranquila, ¿qué harás en la espesura del Jordán?” (Jeremías 12:5)

Estamos en un tiempo de preparación que nos está equipando para correr y no cansarnos como sucedió en la temporada pasada. Muchos de nosotros corrimos en nuestras fuerzas e iniciamos muchas cosas en nuestro propio entendimiento, eso nos llevó a estropearlo todo. Echamos todo a perder en lo que describíamos como un “país seguro” (espiritualmente hablando). Pero el ejército de Dios está en lo que describiríamos como una especie de campo de entrenamiento para preparnos para “competir contra los caballos” (adversarios mayores a los que conocemos).

En Mateo 24 leemos acerca de cómo, en los últimos días, aumentará la maldad y el amor de muchos se enfriará. Dios está haciendo un trabajo profundo en nuestros corazones y una limpieza para que, mientras aumente la maldad, nuestros corazones no decaigan y nuestro amor no se enfríe. Aquellas cosas con las cuales peleamos en el pasado, palidecerán en comparación con aquello que debemos enfrentar en los días por venir. Esto no debe desalentarnos y causarnos temor, sino aquietarnos y llevarnos de regreso al temor del Señor para que no perdamos nuestro corazón en los días por venir. Creo que el alineamiento al cual Dios nos está llevando por medio de la purificación de Su Palabra, es nuestra preparación para “competir con los caballos”, sin ser derrotados.

Recuerde que en la temporada pasada, muchos de nosotros caminamos en un camino muy independiente al del resto del Cuerpo de Cristo. En esta postura nos cansamos rápidamente. Pero como vemos en Nehemías 8, se reunieron como “un solo hombre”. En este tiempo se nos enseñó cómo es la unidad corporativa. No seremos capaces de enfrentar los días por venir fuera de esta unidad corporativa, pero mientras nos unimos como un sólo hombre y un sólo ejército, enfrentaremos la fuerza de los “caballos” (adversarios poderosos) sin cansarnos. Veremos victorias tras victorias, mientras nos movemos como un sólo cuerpo y con un solo corazón.

Los caballos de Dios están listos para soltarse

Cuando inicialmente oí la palabra “Este es el año de los caballos…”, me quedé asombrada porque era una confirmación de la visión que el Señor me había entregado recientemente. Personalmente creo que aunque pelearemos contra adversarios que tienen la fuerza de los caballos, también veremos a los caballos de Dios corriendo durante estos días.

El mes pasado, mientras un equipo ministraba a mi esposo, una de las mujeres comenzó a profetizar sobre su vida diciendo que él es como un caballo de carreras, como Sea Biscuit o Phar Lap (dos caballos de carreras que fueron campeones, aunque no se esperaba que fueran grandes, terminaron siendo ganadores). Los detalles de esta profecía fueron muy exactos. El día siguiente a esta profecía estaba orando sobre esa palabra y comencé a tener una visión sobre mi esposo, pero también era para muchos que estuvieron relegados por muchos años.

Esta es la visión de la pista de caballos con los caballos corriendo:

Pude ver una pista de caballos y a los caballos corriendo alrededor de ese óvalo. Estaban en una condición asombrosa, brillosos y fuertes. Estos caballos fueron criados para pistas de carreras. Todo lo que conocían era pasar la vida corriendo en círculos y tratando de adelantarse a los demás caballos. La vida de estos caballos consistía en establos, rejas, frenos, riendas, jinetes y paseos en círculos.

Luego pude ver personas que se acercaban y sacaban estos caballos de la pista para llevarlos hacia sus establos individuales. En cada establo les quitaban a los caballos todo el atuendo de carrera (riendas, frenos, orejeras, etc). Luego les quitaban el calzado y los dejaban descansar por un tiempo. Luego llevaban a cada animal a una nueva reja, pero la atravesaban desvestidos, sin ningún accesorio de carrera o calzado para correr por la pista. Tampoco había jinetes montándolos. Mientras estos caballos entraban por las rejas, estaban muy agitados porque se sentían desnudos y sin equipo para la carrera que los esperaba. Los caballos estaban inquietos, mirando hacia abajo a sus cascos desnudos, estaban muy incómodos y preocupados por sus lomos vacíos.

Luego fui llevada hacia las puertas y vi que no se abrían hacia la pista de carreras, sino hacia campo abierto. Como los caballos miraban hacia abajo y hacia atrás, no se dieron cuenta que estaban a punto de ser libres para correr todos juntos hacia campo abierto ni bien se abriera la reja. En este punto oí una voz que les decía a los caballos: “Dejen de mirar lo que perdieron y miren hacia adelante, ¡vuelvan a soñar! Recuerden los sueños de su juventud, cuando corrían en libertad y prepárense para correr como el viento. Aunque fueron criados en cautividad, están destinados para correr en libertad”.

Aunque nunca oí el disparo de salida y nunca vi que las puertas se abrían para liberar a los caballos, sentí que este año era el tiempo para que estos “caballos” resucitaran a los sueños de su juventud y a la verdadera identidad con la cual fueron creados. La vida de la pista de carreras marcó en ellos una “manera de pensar circular” y a menudo se detenían en maneras de pensar que les impedían ir más allá de la pista. Se habían acostumbrado a estar juntos y a correr solos para obtener una victoria individual. Supe que estos caballos correrían juntos como potros salvajes, pero sólo bajo el liderazgo del Creador.

Creo que este año, muchos hombres y mujeres (especialmente hombres) que vivieron corriendo de una manera antinatural por la misma pista en círculos, serán despojados de todos los impedimentos y herramientas humanas necesarias para vivir esta clase de vida. Serán preparados para correr en libertad, como fueron creados originalmente. Nunca más correrán solos para ganancia de sus “dueños”, correrán juntos con su Creador para el beneficio de todos.

La puerta de las Aguas y la puerta de los Caballos

Mientras investigaba el significado de estas puertas, leí un artículo en un website llamado “Las puertas de Jerusalén” por J. R. Church. En este artículo, el autor profundizaba acerca del significado de la puerta de las Aguas y la puerta de los Caballos:

“El caballo era uno de los principales medios de transporte: un trabajador al servicio de la humanidad. Asimismo, el significado espiritual de esta puerta nos enseña que no debemos servir a los hombres. En la puerta de las Aguas, adoramos a Dios y en la puerta de los Caballos, servimos a la humanidad”.

Pude sentir en mi espíritu que hay dos puertas espirituales que se abrieron en este tiempo. Una es la puerta de las Aguas, donde nos reuniremos en unidad para adorar y ser enseñados por el Señor, para luego celebrar en una comunión íntima. La segunda puerta es la puerta de los Caballos, donde la fe que recuperamos en la puerta de las Aguas se pone en acción mientras muchos comienzan a servir a la humanidad en humildad y amor.

“De igual manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino? Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:25-26)

Reunámonos todos juntos en la puerta de las Aguas para ser purificados por Su Palabra, celebrando con la familia de Dios y luego permitamos que el Señor nos reúna en la puerta de los Caballos para agregar Sus obras de servicio a nuestra fe. Juntos seremos adoradores de Dios en verdad y unidad para amar tanto a Dios como a la humanidad.

Kathi Pelton

“Intimidad: la clave para desatar la cosecha y llevar Su corazón de amor a las naciones”

Por Catherine Brown

“Fuimos llamados como embajadores apostólicos para llevar Su corazón a las naciones para que puedan experimentar el amor de Su corazón”

clip_image001“…Yo les digo: ¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura…” (Juan 4:35b)

En una visión reciente que recibí, algunas personas se acercaban al Señor y trataban de tocar el borde de su manto, así como la mujer que tuvo flujo de sangre por doce años (Marcos 5:25). Me golpeó la carga tan pesada que tenían estas personas y cuánto el Señor anhelaba sanarlos, sólo con una mirada de amor de Sus ojos. ¿Alguna vez estuvo en la posición de inclinarse y tratar de alcanzar al Señor en su desesperación por obtener ayuda? Es muy importante saber que Él está siempre deseoso y dispuesto a levantar nuestras cabezas e inundar nuestro ser con Su poder sanador. Como si fuera una afirmación, el Señor me dijo en la visión: “Mira mis manos, mira mi rostro”.

Cuando la gente se acercaba al Señor buscaba sus manos, pero en ningún momento buscaron Su rostro de amor. Muchas veces leemos cómo Jesús toma a otros de la mano y los sana. Su mirada de amor destruye las cadenas de la enfermedad, la esclavitud y la opresión del pecado e incluso emplaza a la muerte para que responda ante la vida de resurrección. Mientras analizaba cómo nuestras manos son empleadas para hacer obras, el Señor me dijo: “Toda la fructificación fluye desde la intimidad con mi persona”.

Somos sanados para cosechar y cada uno de los hijos de Dios tiene un testimonio del Cristo Resucitado que bendecirá a otros cuando lo compartan. El Señor Jesús desea que tengamos una mentalidad de adoración que abrace las obras santas. Desde este sitio de seguridad relacional, el Espíritu Santo producirá Su testimonio de Cristo a través de nosotros. Si tratamos de cosechar desde cualquier otra perspectiva que no sea Su amor, corremos el peligro de saltar en el vacío. La intimidad con Dios es todo y, sin esto, no tenemos nada de valor que ofrecerle al mundo.

No podemos esperar ser las manos de Jesús si nunca vimos Su rostro y no podemos ver Su rostro sin recibir sus manos heridas. En esto encontramos la paradoja de la gracia. En primer lugar, ver la Cruz se relaciona con creer y al hacer esto, lo percibimos y lo vemos con mayor claridad. Al mirar fijamente el amor de Cristo, somos bendecidos para recibir al Padre. Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9b).

Cara a cara

En medio de esta experiencia de revelación, tuve otra visión hermosa sobre una buena amiga que fue usada por el Señor para encender un avivamiento en varias naciones, incluyendo Mozambique. Jesús estaba cara a cara con ella, mientras ríos de agua viva fluían desde el ombligo de Jesús hacia su persona. Mientras estaba cerca de ella con su mirada de amor, pude ver Su amor fluyendo de nación en nación para que volvieran a nacer. Esta imagen no es sólo para uno, sino para todos aquellos que respondan al llamado del Maestro de predicar el Evangelio del Reino y hacer discípulos a todas las naciones. Se me ocurre que las experiencias más profundas que tenemos, tienen lugar en lo más profundo de nuestros corazones, donde el Señor crea momentos de comunión santa con nosotros y donde siempre somos transformados.

Jesús anhela tener encuentros personales cara a cara con cada uno de nosotros. Cuando nos acercamos a Su rostro, estamos en condiciones y somos motivados a ser Sus manos para alcanzar a un mundo herido. El nacimiento de las multitudes surge del lugar secreto. Es el lugar de Cristo, el Novio Rey, donde Su ser interior cautiva nuestros corazones y nos enamora, inundándonos con Su amor. Estar cara a cara es un lugar donde somos capaces de confiar plenamente en Dios y descansar completamente en Su amor.

Pasar tiempo a solas con Cristo nos capacita para rendirnos en adoración a la voluntad de Dios. Buscar el corazón de Dios es la fase previa para manifestar Su poder en nuestras vidas y a través de ellas hacia las naciones de la tierra. Dios nos pide restaurar el altar de la devoción como una respuesta interna a Su gloria. La manifestación externa de esa devoción será el fruto que permanecerá por toda la eternidad.

La mirada interior de Cristo es una experiencia multifacética, un momento secreto, una cita santa y un lugar privado de nuestro peregrinar, donde Cristo llega a ser nuestro todo y las distracciones se alejan en el silencio de nuestra comunión con nuestro Salvador. El lugar de intimidad de Cristo se puede describir como un sitio de rendición y encuentros divinos, cuando nuestros corazones conocen al Señor en adoración y obediencia absoluta a Su voluntad. El lugar de intimidad habla de un tiempo, un lugar o una estación donde nuestras almas se saturan en la presencia de Dios y, desde allí, reciben una comisión fresca para caminar y trabajar con nuestro Redentor.

Cada uno de nosotros es guiado hacia una satisfacción fresca de nuestra necesidad de ser inundados por el maná celestial: la sustancia que sólo se puede encontrar en el reposo del Señor. El escritor de Cantares nos dice que el Novio fue cautivado “con una mirada de nuestros ojos”. Dios anhela remover el velo de nuestros ojos para que podemos conocerlo más. En momentos santos como esos, el Señor nos recuerda que Él es todopoderoso, omnisciente, eterno y lleno de un amor incondicional. El Señor es cautivado por Su hermosa Novia, pero quizá no siempre comprendamos completamente cuán profundo nos ama nuestro Rey de Reyes.

Cara a cara es sentir lo mismo que Él

Recientemente, mientras esperaba a Jesús, me recordó que debía descansar en Su amor y no preocuparme por el “nuevo objetivo”. Mientras pesaba mi deseo profundo por ser uno con mi Señor, me di cuenta que necesitaba detenerme y respirar profundamente Su presencia, permitiéndome recibir Su amor. Dios comenzó a hablarme que aquellos que están en los campos de batalla deben hallar descanso en compañía del Comandante de los ejércitos del Cielo. Dios me habló de su gran anhelo para que los líderes solitarios se acerquen y lo encuentren a Él, permitiéndole que llene los espacios vacíos. Él me habló de Su gracia para desmantelar cada sitio de defensa en nuestros corazones y permitir que Su amor nos llene.

Cuando Dios nos encuentra en esa clase de encuentros, es una experiencia particular única. Para el pecador o el santo que busca al Salvador, “mirarán a Aquel en quien fueron atravesados” y recibirán la magnificente gracia de Cristo como recompensa. Uno de mis versos favoritos y más amados en la Biblia es cuando Jesús miró al hombre rico: “…Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme” (Marcos 10:21). Probablemente, Jesús sabía antes que hablara que el joven rico no podía hacer lo que era necesario: dar todo por Cristo, pero ni siquiera este rechazo podía hacer que Jesús lo dejara de amar.

Pasar tiempo en la presencia de Dios abre los surcos de nuestros corazones, plantando profundamente las semillas de Su palabra y Su voluntad en nuestro ser para llevar mucho fruto en el tiempo señalado. Cuando estamos a solas con Dios, puede podarnos y alimentarnos, alineando nuestras mentes, voluntades y emociones con Su perfecto plan para nuestras vidas. Jesús suaviza los lugares áridos en nosotros y refresca los lugares secos cuando hacemos tiempo para adorarlo. Reajusta nuestra visión spiritual en los lugares donde estamos cegados a Su compasión, para que podamos ser capaces de ver las cosas desde Su perspectiva y no desde la nuestra. Sus ojos de fuego son irresistibles y nos atraen hacia Él mismo, confrontando nuestras conciencias para que nos inclinemos en humildad reverente. ¡Jesús quiere que sepamos que humilde implica ser amado!

Existen tres altares: diligencia, deber y devoción

En una visión, pude ver tres altares en el Cielo. Uno se llamaba “diligencia”, el otro “deber” y el tercero “devoción”. Cada altar celestial era verdaderamente exquisito y ardía con una llama de diferente tamaño. Pero devoción era el que más brillaba. Estos altares representaban el testimonio (diligencia), las obras (deber) y la adoración (devoción). El altar de la diligencia es donde la norma de Su amor opera en nuestras acciones. El altar del deber es un altar de gracia donde la fe y la acción se encuentran para hacer buenas obras y la humildad nos permite emular la obediencia de Cristo.

En el altar de la devoción pude ver joyas hermosas en las llamas. Este es un altar de amor y adoración, donde podemos invertir nuestras vidas, trayéndole mucho gozo al Señor. En este altar, el fuego de la Roca de los Tiempos desciende para refinar las joyas preciosas de nuestra fe, generando la imagen de Cristo en nosotros. La devoción a Cristo desata la atmósfera del Cielo en el corazón de un adorador.

Jesús enseñó: “Benditos los de corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5). Cuando el altar de la devoción arde más, nuestros corazones son purificados porque pasamos tiempo en Su presencia santa. La pureza eterna del amor de Jesús revela Su corazón en nosotros y podemos verlo como verdaderamente es. Esta “visión” no tiene que ver con lo físico, sino con estar anclado en una relación de pacto por conocerlo a Él y ser conocido por Él. Amarlo a Él crea un deseo desesperado en nosotros por tener más de Él y este deseo profundo se transforma en un catalizador para una transformación Divina en nuestras vidas. Cuando habitamos en el amor, reflejaremos Su brillo.

El verdadero discipulado sólo busca ser como el Maestro. Convertir a otros no es nuestra meta principal. Aún así, afectaremos positivamente a otros con el mensaje de salvación del Reino cuando rendimos nuestras vidas en honor a Dios. Atrapar lo que Jesús conquistó con Su sangre, no tiene que ver con nuestro conocimiento revelador o con la claridad de nuestra teología. Es la evidencia de nuestro ser extasiado por su santo amor y por el deseo de ser suyos lo que hará que los perdidos y los pródigos descubran al Rey Redentor. ¿Cómo se verá esa evidencia? Simplemente es el amor santo y abnegado que no tiene una agenda terrenal.

Corremos hacia la presencia de Dios por muchas razones y el Señor anhela que salgamos de este encuentro con Su pasión por las multitudes y por Su Novia. Fuimos llamados como embajadores apostólicos para llevar Su corazón de amor a las naciones, para que ellas puedan experimentar el amor de Su corazón. El Espíritu Santo alinea nuestros corazones con el corazón del Padre. Fuimos ungidos, señalados y enviados a amar, enseñar, predicar y testificar acerca del Cristo resucitado, haciendo discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que obedezcan en todo al Señor. Mi oración para cada uno de ustedes es que nuestro camino de fe fluya desde los encuentros cara a cara con el Señor.

Dios lo bendiga mientras descubre (o redescubre) hoy Su amor hacia su vida.

Catherine Brown

miércoles, 15 de octubre de 2008

“Un Dios celoso: Su deseo es amarnos y protegernos a lo largo de la vida”

 

Por Francis Frangipane

clip_image001¿Alguna vez sintió resistencia espiritual, como si algún poder mucho mayor que usted se opusiera deliberadamente ante su éxito? A menudo asumimos que es el diablo peleando en contra de nosotros. Permítame sugerirle que en algunas ocasiones, aquello que está delante de su camino puede no ser el enemigo, sino el celo de Dios.

¿El Todopoderoso nos cela? Sí. A menudo el Señor se describe asimismo en la Biblia como “un Dios celoso” (Éxodo 20:5, 34:14; Deuteronomio 4:24, 5:9, etc). Debemos esperar que sea celoso porque fuimos creados para agradarlo. Mientras Su amor protector y proveedor nos acepta como somos, llega el momento cuando Él comienza a confrontar los dioses falsos y los ídolos que gobiernan en nuestros corazones. De hecho, nada que impida el acceso total del Señor a nuestras almas puede permanecer en pie dentro nosotros, porque se transformará en Su enemigo.

La revelación en la que Su celo peleará en contra de nuestros ídolos puede ser aterradora si amamos el pecado, pero también puede ser liberadora si deseamos tener intimidad con Él. No nos permitirá alcanzar la realización en nada que esté fuera de Él.

Vea Su mandamiento en Éxodo: “Ten mucho cuidado de no hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra que vas a ocupar, pues de lo contrario serán para ti una trampa. Derriba sus altares, y haz pedazos sus piedras sagradas y sus imágenes de la diosa Aserá. No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso” (Éxodo 34:12-14).

Escuchemos el corazón de Dios con temor reverente. El mismo nombre del Señor es “Celo”. Esto es clave en Su naturaleza. De hecho, es una abominación que los dioses falsos puedan ocupar nuestros corazones porque somos templo de Dios.

Una tierra de ídolos

Israel cometió muchos pecados, pero el peor fue involucrarse en la adoración de ídolos (idolatría), más allá de todos los demás, sometía a prueba el corazón de Dios. ¿Cómo se relaciona esto con nosotros? Podemos pensar que no tenemos dioses ajenos en nuestra sociedad. Pero sí los tenemos. Aunque usualmente no están en nuestras plazas, lo ídolos en nuestra tierra nos demandan lo mismo. De hecho, nuestra nación está llena de dioses falsos que influencian tanto nuestras acciones como nuestros pensamientos. Como fuimos creados para adorar a Dios enfocados en la pureza, Él debe confrontar los ídolos en nuestros corazones. Desde Su punto de vista, la idolatría es infidelidad.

Recordemos la palabra del Señor: “Nadie puede servir a dos señores”. Uno de nuestros ídolos más dominantes en nuestra cultura es la obsesión por las riquezas. Aún cuando nuestra moneda dice: “En Dios confiamos”, descansamos más en el dólar que en Dios. De hecho, mientras billones en el mundo se mueren de hambre, somos adictos a gastar nuestras riquezas de una manera egoísta, sólo en nosotros mismos.

Jesús dijo en Mateo 6:24: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”. Dios y no el dinero, debe ser nuestro Señor. Si diezmamos, le damos a los pobres y no permitimos que el dinero nos gobierne, ciertamente las riquezas serán nuestro siervo y una bendición para nosotros y para los demás. Pero si permitimos que las riquezas nos gobiernen, mamón puede llegar a ser un dios falso que añadirá stress y codicia a nuestra existencia. Recuerde: Jesús no dijo que no debíamos tener dinero, sino que no debíamos servir al dinero. La voz de mamón debe acallarse si el Señor es nuestro Amo.

Desposados con un Señor

Considere la influencia poderosa que tienen el entretenimiento, los deportes, la moda y la búsqueda del éxito y el materialismo sobre la sociedad Americana. Si el Señor tiene que competir con nuestras pasiones, entonces estamos levantando ídolos en nuestros corazones. El temor también es un ídolo poderoso que gobierna muchas almas, especialmente durante estos tiempos.

Debemos ver el celo de Dios como Su deseo de amarnos y protegernos en la vida. Él no es afectado por las tinieblas, los elementos malvados que contiene el celo humano. Pero aún con nuestro entendimiento finito, sabemos que el celo es una respuesta a la infidelidad de alguien amado. Cuando surge el celo, fácilmente puede transformarse en un fuego consumidor. Si esto le sucedió a usted, entonces sabrá cuánto le afecta nuestra infidelidad al corazón del Señor. Ciertamente, Pablo estaba pensando acerca de esto cuando escribió: “El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura” (2 Corintios 11:2).

Santiago 4:5 dice: “¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?”. También dice: “¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios” (Santiago 4:4).

El celo del Señor desea nuestro espíritu, nos llama a ser uno con Él, donde viviremos con temor y radiantes como Su esposa en la tierra. A veces, cuando busco al Señor, lo llamo por uno de sus nombres “celoso”. Tiene un efecto profundo en mi corazón. Sé que Él me conoce y me ama. Mientras me rindo a Él, realmente puedo entrar profundamente en las cámaras de Su amor. Aunque debo buscar otras cosas a expensas de mi tiempo con Él, aún mientras escribo esto, siento el fuego de Su celo. Me siento quebrantado y eso me capacita para avanzar con éxito solamente hacia Él.

El ídolo de la inmoralidad lasciva

Discutimos al ídolo mamón y mencionamos otros ídolos como el temor y la mundanalidad. Pero permítame hablar cándidamente acerca de otro falso dios: el ídolo poderoso de la sexualidad desenfrenada.

Recuerde, anteriormente leímos en Éxodo 34 que el Señor ordenó cortar los ídolos de Asera. Esta era la diosa de la fertilidad, adorada por las antiguas naciones paganas que rodeaban a Israel. Eran demonios que infectaron la sexualidad humana y la pervirtieron hasta que hoy el sexo llegó a ser un objeto central de adoración.

Quizá hoy en América no tengamos el culto a Asera o los palos de la fertilidad en las esquinas de las calles, pero ciertamente la realidad de la sexualidad humana está siendo sometida por las tinieblas. La sexualidad es el cebo para vender una miríada de productos que en sí mismos, no tienen nada que ver con el sexo. Es el poder demoníaco que está corrompiendo a millones de personas en nuestro mundo.

Permítame ser muy llano: Si está viendo películas u otra clase de medios que glorifiquen la lascivia o la sexualidad pervertida, está sirviendo a un ídolo demoníaco. Amigos, no se comprometan con los programas de entretenimiento inmorales. No se comprometan con la sensualidad que surge de las industrias de la moda y la música. Póngale un filtro a su Internet para que no lo sorprendan. Tome el control sobre las películas en los canales de cable que llevan la inmoralidad hacia su casa. Una cosa lleva a la otra y pronto se encontrará bajo el poder de una influencia corruptora y adictiva que literalmente consumirá su alma.

El Señor creó la sexualidad con el propósito de la reproducción natural. La reproducción es el diseño de Dios, pero satán manipuló el propósito de Dios para atar a la gente a su identidad carnal. Una vez que somos atados, nos encontramos atrapados en un hambre irresistible, insaciable y cada vez más creciente por las formas más perversas de sexualidad, ninguna de ellas persigue el propósito de la reproducción o la realización del matrimonio.

Amado, no tolere las puertas abiertas a la obscenidad inmoral. Capture las primeras inclinaciones hacia la sensualidad, porque ella lo guiará hacia la seducción y muchas vidas fueron destruidas por este ídolo. Si cae, arrepiéntase y vuelva a levantarse (vea Miqueas 7:7-8). Recuerde, Dios quiere que destruya al ídolo de la lascivia sexual y no que este lo destruya a usted. ¡Debe ser agresivo y pelear firmemente en su contra!

Antes de orar, hagamos un repaso: Dios desea celosamente su corazón. Él siempre está buscando gente que le sea fiel en su espíritu. También nos llama a derribar y destruir los ídolos que ejercen influencia sobre nosotros.

Oremos: “Señor Jesús, someto mi corazón a Ti. Quiero un corazón libre de ídolos, libre de dioses falsos, libre de señores demoníacos. Padre, me arrepiento por permitir a los ídolos en mi corazón. En el nombre de Jesús, tomo autoridad sobre todo espíritu inmundo que ganó acceso sobre mi vida a través de mi compromiso. Señor, quiero que seas el único que se sienta en el templo de mi corazón”.

Francis Frangipane

“¡Crea en esperanza contra esperanza! Dios está de su lado y lo verá avanzar”

 

Por Joni Ames

clip_image001“Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: ¡Así de numerosa será tu descendencia!” (Romanos 4:18)

En tiempos recientes, el enemigo lanzó una nueva versión de un antiguo “ataque terrorista” hacia el Cuerpo de Cristo para introducir un espíritu de desesperanza acerca del futuro. Este ataque trata de hacernos creer que no tenemos un futuro. Bueno, el enemigo es un mentiroso. Contrariamente a lo que el enemigo intenta mostrarnos en lo que debemos tener esperanza, crea en el Dios de toda esperanza, ¡Él siempre está de su lado! Jeremías 29:11 nos dice que Dios conoce los planes que tiene para nosotros, ¡para darnos esperanza y un futuro!

Si está atravesando una crisis en su vida o simplemente está en una encrucijada de fe, no está solo. Cada ser humano atraviesa tiempos de ansiedad, temor y preocupación. Pero no abandone ni escoja seguir un camino de depresión y desesperanza. Así como hizo Abraham: “¡Crea en esperanza contra esperanza!”

El Señor está en los milagros. ¡Jesús arruinó cada funeral que se le atravesó! Aunque haya recibido una “sentencia de muerte” de alguna parte, sepa que su esperanza está en el Señor, ¡el Dios de toda esperanza!

“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)

No permita que el enemigo lo haga abandonar su puesto

Las aflicciones, los dramas y los traumas son parte de la vida. Atravesar “estas cosas” no significa estar en alguna clase de pecado o desliz. La Biblia dice: “Llueve sobre justos e injustos”. Aún cuando la situación que está atravesando sea por su “propia responsabilidad”, el corazón de Dios para usted es: refinamiento y restauración. No permita que usted mismo y otros lo inunden de condenación. La convicción es la obra del Espíritu Santo. La condenación es la obra del enemigo, quien miente y es padre de mentiras. Dios reprende a aquellos que ama, ¡por eso no quedará atrás cuando pase a la eternidad!

Si está pasando por un tiempo de acusaciones falsas, ¡no permita que el enemigo lo haga abandonar su puesto! ¡Afírmese! “Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto. La paciencia es el remedio para los grandes errores” (Eclesiastés 10:4). El Señor será tu abogado defensor. ¡No permitas que el enemigo te haga perder tu puesto! ¡No abandones! ¡Atrapa rápido lo que tienes! ¡No permitas que el enemigo te lo robe!

“Ya que has guardado mi mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora de tentación, que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven en la tierra. Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona. Al que salga vencedor lo haré columna del templo de mi Dios, y ya no saldrá jamás de allí. Sobre él grabaré el nombre de mi Dios y el nombre de la nueva Jerusalén, ciudad de mi Dios, la que baja del cielo de parte de mi Dios; y también grabaré sobre él mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:10-12)

El antiguo dicho dice: “Todo aquello que no nos mata, nos fortalece”, y es cierto. En la medida que nuestra fe sea probada, nuestros músculos espirituales serán ejercitados y fortalecidos.

Dios está en nuestra “guarida”

A veces, cuando atravesamos ciertas cosas, pensamos que Dios nos “abandonó” o nos “dejó de amar”. Lo concreto es que todos atravesamos situaciones. Simplemente, ¡algunas personas lo expresan más que otras! Sin embargo, todos atravesamos por pruebas.

“Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes” (1 Pedro 4:12-14)

Dios nunca dijo que alejaría las pruebas de nosotros. En lugar de eso, estaría en medio de ellas junto a nosotros, en nuestra guarida o en nuestro horno más caliente. Cuando vemos las noticias, parece que todo el mundo que nos rodea se está poniendo cada vez más loco y desquiciado. Cuando la vida parece dura, aún para aquellos que conocemos al Señor, nos lleva a preguntarnos ¡cómo es posible que alguien pueda atravesar esa clase de situaciones sin Él! ¡No se aparte de su fe en este tiempo! ¡Aférrese a los cuernos del altar para salvar su vida! ¡No permita que se vaya!


Sepa que Dios está de su lado

¡No permita que su mente corra con furia! Recuerde, ¡Jesús derramó Su Sangre para rescatarlo del pecado, las debilidades, las enfermedades y los ataques del enemigo! Colosenses 1:21 dice: “En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos”.

“Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado” (Hebreos 10:35-38)

¿Recibió la hostilidad de otros?

Jesús también (vea Hebreos 12:1-4).

¿Tiene que esperar?

“Si se mantienen firmes, se salvarán” (Lucas 21:19).

Santiago 1:2-4 dice: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”.

¿Sufrió pérdidas?

“Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo” (Filipenses 3:8)

¡Aprenda que nada lo puede separar del amor de Dios! (Vea Romanos 8:38-39 y 2 Timoteo 1:12)

Que se diga de nosotros lo mismo que se dijo de Abraham: “Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido” (Romanos 4:20-21)

Cualquiera sea la situación que deba atravesar, ¡sepa que Dios está de su lado, lo ama y lo acompañará durante todo el proceso! No importa cómo se vea.

¡Crea en esperanza contra esperanza!

Joni Ames

miércoles, 8 de octubre de 2008

“5769: Un año de abundancia en medio del sufrimiento”

 

Por Chuck Pierce

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¡Algunos de ustedes están siendo muy sacudidos en su economía! Recientemente, Susan Stanfield, a quien muchos de ustedes visitaron aquí, dijo esto: “Tuve un sueño donde el enemigo trataba de adivinar mi futuro leyéndome la palma de la mano. El Señor interrumpió este escenario enviando una desviación. Antes que el enemigo pudiera dirigirme, sonó mi alarma para la oración del martes por la mañana. Pegué un salto y dije: ‘Señor, mi vida y los tiempos están en tus manos y no en las obras de mis manos o en la lectura de la palma de mis manos’”.

¡Los espíritus ocultos siempre están ligados al dinero y la adivinación opera con finanzas! Reconozca que hay mucha manipulación en las voces de la nación ligadas a las finanzas.

En Junio el Señor me habló de una manera diferente acerca de los sistemas financieros del mundo y dijo que nuestra Bolsa de Valores sería confundida hacia el 18 de Septiembre. Me dijo: “El gobierno intervendrá. Esto creará un realineamiento de las economías de todo el mundo”.

¡Estos son tiempos excitantes, pero peligrosos! ¡Invierta con sabiduría! ¡Los próximos 5 meses son clave!

Para saber cómo orar, ¡analice quién invierte y dónde lo hace! Manténgase atento al 4 de Octubre de una manera muy intensa. Esta situación está fijando un nuevo curso para nuestra nación. Mientras el gobierno propone un “recorte” del sistema financiero de la nación, esto nos hace preguntar en qué lugar encuentra finanzas una nación endeudada para “recortar” un sistema endeudado. ¡La persona que gobernará en los días por venir será clave!

“Confíen en Mí… las naciones se están realineando!”

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

“¡Dios suplirá el petróleo! ... ¡La tierra está llena de la abundancia del Señor!”

Mahesh Chavda

“Prepárate para subir mañana a la cumbre del monte Sinaí, y presentarte allí ante mí... El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre… En seguida Moisés se inclinó hasta el suelo, y oró al Señor de la siguiente manera: Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia” (Éxodo 34:2, 5, 8-9)

Éxodo 34 registra una de las visitaciones más gloriosas en la Escritura. Moisés había pasado 40 días en la presencia manifiesta de Dios, recibiendo los planos para el Tabernáculo y las tablas de piedra grabadas con la Ley. Cuando Moisés descendió del monte, encontró a los israelitas en rebelión e idolatría ante un becerro de oro; en su ira, quebró las mismas tablas que Dios había grabado con su propia mano.

Aún así, Dios lo llamó a subir una vez más y en esa visitación, hubo un nivel de gloria aún mayor que el anterior. La primera vez, Dios reveló su ley y su santidad, pero en esta segunda visitación, Él les reveló su carácter, su nombre y su gloria a Moisés y a las generaciones siguientes. Tan grande fue su encuentro que cuando Moisés regresó a la gente, su cara literalmente brillaba por la gloria.

¿Cuántos de ustedes echaron a perder algo grande? Aliéntese. Dios nos está llamando otra vez ante su presencia. La religión nos hizo creer que nuestras caídas nos excluyen de una visitación divina. Pero la única respuesta para nuestras fallas es el poder de la resurrección que viene directamente desde la gloria. Dios es amor y en su misericordia, nos vuelve a invitar a entrar en su presencia para que podamos ser transformados de gloria en gloria.

Estamos en un tiempo de visitación, todo lo que necesitamos es entrar en él. Esto es lo que estuvimos pidiendo para la Iglesia, para nuestras familias y para nuestra nación. Quizá lo echamos a perder, quizá nos pasó como a Moisés y destruimos o derribamos los dones y los llamados que el Señor nos entregó. Pero en esta hora dice: “Prepárate. Levántate. Preséntate ante mí”

El lugar de la identidad

¿Por qué Dios nos vuelve a llamar? Porque está buscando un pueblo, un real sacerdocio, cuyos corazones armonizarán con el suyo y soltarán su voluntad sobre la tierra, así como en el Cielo. La primera transformación que ocurre en la gloria de Dios es una revelación fresca de su amor. Entramos en una comprensión profunda de su amor y eso despierta un amor mayor por Él que nos hace un conducto para que su amor fluya hacia otros. Más importante, cuando tenemos una revelación de su amor, descubrimos nuestra verdadera identidad.

Nací en el seno de una familia Hindú que tiene raíces de 800 años de antigüedad, hasta donde se pudo comprobar. Nadie en mi familia abandonó la tradición de la fe del Hinduismo. Pero cuando tenía dieciséis años de edad, un misionero me entregó un Nuevo Testamento a cambio de una taza de agua. Mientras leía ese libro increíble, encontré que desafiaba todo aquello en lo cual creía, pero sabía que era la fuente de verdad que estaba buscando. Luché por varios días acerca de la decisión de darle la espalda al orgullo de mi herencia familiar antes de responder al Evangelio. Finalmente decidí que el costo era demasiado elevado y cerré mi pequeño Nuevo Testamento, pensando que era la última vez que lo haría.

Inmediatamente quedé inconsciente. Pude oír que mi cabeza pegaba contra la mesa mientras mi espíritu se elevaba hacia un lugar más maravilloso. Allí, pude ver la fuente de todo el amor, todo el poder y toda la gloria. Mi corazón fue consumido por un fuego viviente que no puedo describir. Fui sumergido y bautizado por completo en el amor y el gozo. Me arruinó de la manera más espléndida. Todas mis preocupaciones terrenales palidecieron en comparación con la realidad de la presencia asombrosa de Dios y su amor.

Luego la Fuente de todo amor y vida me habló diciéndome: “Mi pequeño hermano”. En ese momento mi identidad cayó en completa perspectiva. Era parte de la familia de Dios y no quería otra cosa sino entregar mi vida por completo a Aquel que me amaba tanto. Instantáneamente me sintonicé con mi destino divino. No importa cuáles sean nuestros antecedentes, cada creyente debe llegar al punto donde su identidad es definida y transformada por la realidad de la voluntad de Dios para cada uno de nosotros de una manera individual y para su Novia corporativa, la Iglesia.

1 Juan 3:2 dice: “Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es”.

Vivimos en un día donde nuestra identidad es desafiada constantemente por el sistema del mundo que nos rodea. Los espíritus del humanismo, el liberalismo, el ateísmo y la pluralidad religiosa, tratarán de definirnos de diferentes maneras. Pero Dios nos está desafiando a levantarnos para que nuestras identidades sean transformadas, redefinidas y reafirmadas. No permita que nadie más defina su identidad, salvo la Palabra de Dios. Jesús es la Palabra viviente y el Rey de gloria. Su presencia nos define: Somos una nación santa, un pueblo escogido y un real sacerdocio.

Su gloria cambia nuestras prioridades

Su gloria cambia nuestras prioridades. Las preocupaciones y las agendas terrenales deben inclinarse ante la gloria del Cordero de Dios. Su presencia transforma nuestros valores, nuestra dirección y cada perspectiva que es incongruente con su voluntad y propósito. Cuanto más seamos una persona de la presencia de Dios, más se expandirán nuestros corazones para llevarla hacia los demás. Cuando Moisés subió al monte Sinaí por segunda vez, oró: “Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia” (Éxodo 34:9).

Moisés tenía motivos suficientes para abandonar a Israel en sus pecados, pero entre su ira y su petición, pudo ver la gloria. El corazón de Moisés se expandió y su oración ahora resonó con la grandeza revelada del amor y la misericordia de Dios.

Hoy tenemos un privilegio aún mayor que el de Moisés. Tenemos la revelación plena del amor del Padre en la persona de Cristo. Somos la morada del Espíritu Santo. La asombrosa Sangre del Cordero fue derramada, entonces tenemos una invitación abierta hacia la presencia de Dios. Como Moisés, su presencia cambia nuestro corazón, transforma nuestro carácter y nos entrega sus oraciones. El énfasis ya no está en nosotros mismos, sino en bendecir a otros: Nuestros hijos y nuestra nación. Somos intercesores y un punto de contacto con la misericordia de Dios, sus milagros y su poder para tocar la tierra.

La tierra está llena del bien del Señor

Cuánto más entramos en su presencia, más podremos conocer la asombrosa grandeza de nuestro Dios. Cuando nos sintonizamos con el Rey de gloria, cambian nuestras expectativas. Regocíjese en la maravilla de Dios y en su corazón; sus pensamientos, sus emociones y sus acciones, serán congruentes con la Shekinah. Este es el lugar donde habitan los milagros. Mientras buscamos la abundancia de la gloria de Dios, eso nos redefine a nosotros mismos y a nuestro mundo, delineando nuestra realidad por la verdad de su Palabra.

En este contexto comparto la visión que el Señor me entregó varias semanas atrás. Pude ver una gran vasija con una gran lanza dentro de ella. La vasija estaba llena de aceite y la lanza estaba ardiendo como una antorcha. Le pregunté al Señor: ¿Qué significa? Me dio el Salmo 33:5-7: “La tierra está llena de la abundancia de Dios”. Esta palabra vino hacia mí en un fluir de gloria Celestial. Dios; quien le habló a los cielos para que existieran, Dios, quien reunió las aguas del mar; Dios, quien guardó las profundidades en su depósito; nuestro asombroso Dios está definiendo nuestra realidad con su Palabra. La tierra está llena de la abundancia del Señor.

Ahora hay muchas Fuentes que dicen que América se está vaciando de tal manera que todas nuestras riquezas están yendo hacia los dictadores de Medio Oriente. Pero creo que Dios está levantando a su representante del Jefe de los Montes, su Iglesia, que ha visto su gloria y resuena con su asombrosa presencia para hablar con autoridad, declarando las cosas que aún no son: La tierra está llena del bien del Señor. Por lo tanto, alrededor de nuestra costa Atlántica, en el Golfo, en América, la tierra descansa sobre miles de millones de barriles de petróleo porque el pueblo de Dios está declarando proféticamente nuestra herencia por causa del Evangelio.

América, la voluntad de Dios para ti no es la escasez

¿Por qué esto es importante? Hay gente que está declarando la escasez, la depresión y la ruina sobre nuestra nación. No estoy pensando sólo en el día de hoy, sino en la herencia de nuestros hijos y nietos. La mayor transferencia de riquezas en la historia está ocurriendo, mientras América envía sus riquezas hacia las dictaduras de Medio Oriente a cambio de petróleo. Sin importar el desarrollo futuro de las fuentes alternativas de energía, cada sector de la economía de nuestra nación se mueve por la energía.

¿Quiero que mis hijos y nietos vayan a rogarles a los dictadores de Medio Oriente para ver si le entregan un poco de petróleo? ¿Es esto lo que le pasaremos a la próxima generación? Esto no sólo tiene que ver con la economía o la prosperidad. Existe una perspectiva espiritual que resalta las grandes implicaciones de la lucha en la que nos encontramos por la herencia futura de esta nación.

La fortaleza y la prosperidad percibida de América afectan directamente el nivel de persecución y libertad de los cristianos de todo el mundo. Por ejemplo, en el Líbano. Mientras América tomó una posición débil, la voz de los cristianos fue casi acallada por completo. Aunque ya casi habían perdido su poder político, luego de 2000 años de historia, la misma presencia de los cristianos en el Líbano está amenazada y la nación está cayendo en las manos de los terroristas que intentan destruir a Israel.

Cuando la fortaleza de América mengua o se percibe como debilitada, se puede percibir que la persecución de los cristianos se incrementa en cualquier parte. Por otro lado, cuando América se fortalece, su misma presencia establece una atmósfera que ayuda a proteger a los cristianos, a Israel y a la predicación del Evangelio a las naciones.

No estoy interesado en la política, sino en la Palabra de Dios y en hacer retroceder al espíritu del anticristo que quiere ver a América empobrecida, derrotada y despojada de su poder para defender y proteger el Evangelio de Jesús.

Dios está llamando a un pueblo de su presencia que ha visto su gloria asombrosa para que comience a declarar en la tierra su bendición y su abundancia. Cuanto más nos metamos en la gloria, más podremos hablar creativamente. La voluntad de Dios para América no es la escasez. Una de las bendiciones es que podríamos prestarle a muchas naciones, sin pedirle un préstamo a ninguna.

Tenemos un gran Dios y nuestros hijos tendrán más que suficiente para proclamar el Evangelio con poder. Podemos atravesar temporadas y crisis, pero siento que Dios está diciendo: “No acampen en la crisis. Sólo la estamos atravesando”.

Le estaremos hablando a los depósitos y la abundancia de Dios nos bendecirá. Manténgase en su presencia y declare sobre sus hijos, sobre América y sobre cualquier lugar que el enemigo trate de declarar escasez:

“¡La tierra está llena de la abundancia del Señor!”

Mahesh Chavda

“¡Debes despertarte! Para que los sueños se vuelvan realidad”

 

Por Francis Frangipane

clip_image001Somnolencia espiritual

Sólo porque hablamos y hacemos, no significa que estemos verdaderamente despiertos. Zacarías no estaba durmiendo cuando el ángel lo levantó, como a quien se despierta de su sueño (Zacarías 4:1).

¡Quizá nosotros también necesitamos ser sacudidos de nuestra somnolencia para poseer las promesas de Dios! Asombrosamente, a pesar de las señales, las maravillas y las advertencias que nos anuncian que estamos verdaderamente en los últimos días, Jesús también dice que existe una modorra misteriosa que debemos vencer. De hecho, inmediatamente después de resaltar varias evidencias acerca del fin (vea Mateo 24), compara a la Iglesia con las vírgenes que “les dio sueño y se durmieron” (Mateo 25:5).

Vírgenes durmiendo al final de los tiempos: Esto parece incomprensible con todas las señales en los cielos y maravillas sobre la tierra, sin mencionar la creciente manifestación de la presencia de Cristo. A pesar de este fenómeno, debemos batallar contra la tendencia a dormirnos espiritualmente y desenfocarnos mientras esperamos el regreso del Señor.

Existe una actividad oculta del enemigo que embota nuestra percepción y seduce nuestro celo. Nuestra visión ocupa un lugar secundario junto a otros aspectos menos importantes de la vida. Desde el principio, la voz de satanás tuvo este efecto arrullador sobre la humanidad. La excusa de Eva por su desobediencia fue: “La serpiente me hizo olvidar” (Génesis 3:13. Traducción de Young).

Este sentido de olvido y adormecimiento, es la nube de ceguera que debemos discernir y vencer. Respecto a esto, el Espíritu Santo le habló a mi corazón a través del siguiente sueño.

“¡Despiértate! Si quieres que tu sueño se haga realidad”

Había un templo que se levantaba en un campo abierto. Mi visión del templo era lateral, como a 200 metros de distancia. No podía ver su frente, aunque estaba completamente abierto porque salía una gran luz de su interior que pulsaba como si fuera un relámpago, aunque era sólida como la luz del sol. El bloque de luz se emitía en línea recta y supe que esta luz era la gloria de Dios.

El templo estaba tan cercano que supe que con poco esfuerzo podría entrar en la gloria de Dios. Su presencia santa estaba claramente a mi alcance. También había otras directamente frente a mí que pude reconocer como gente de la iglesia. Todos parecían demasiado ocupados. Mientras el templo y su luz eran visibles y muy accesibles para todos, cada cabeza estaba inclinada y se apartaba de la luz; cada una estaba ocupara con otras cosas.

Pude oír a otra persona diciendo: “Tengo que lavar ropa”. Otra dijo: “Tengo que ir a trabajar”. Pude ver gente leyendo sus periódicos, mirando televisión y comiendo. Estaba seguro que todos podían ver la luz si querían, aún con mayor seguridad que todos nosotros que sabíamos que la gloria estaba cercana.

Incluso había algunas pocas personas que leían la Biblia y oraban, pero todos mantenían sus cabezas hacia abajo; cada uno tenía alguna clase de barrera mental entre ellos y el lugar de la presencia de Dios. De hecho, ninguno parecía capaz de pararse, voltearse y caminar con determinación, acercándose a la misma gloria de Dios.

Mientras observaba, repentinamente mi esposa levantó su cabeza y contempló el tempo en medio del campo. Se puso de pie y caminó sin pausa hacia el frente abierto. Mientras se acercaba a la luz, se formaba una vestidura de gloria y la revestía; cuanto más se acercaba, más densa era la luz que la rodeaba hasta que se paró en la entrada del templo y se volteó completamente hacia el rostro resplandeciente de Dios.

¡Oh! Me sentía muy celoso. ¡Mi esposa entró en la Gloria de Dios antes que yo! Al mismo tiempo me di cuenta que no había nada que me detuviera de acercarme a la presencia de Dios, nada excepto la pila de cosas y responsabilidades que, en verdad, gobernaban mi vida más que la voz de Dios.

Mientras empujaba estas presiones fuera de mi vida, me determiné a levantarme y entrar en el templo. Pero, para mi gran decepción, en mi sueño me levantaba y, repentinamente, ¡me desperté!

El anhelo y la desilusión dentro de mi ser parecían insoportables. Estuve tan cerca de entrar en la presencia de Dios. ¡Cómo deseaba entrar en el templo y ser envuelto por su gloria!

Clamé: “Señor, ¿por qué me despertaste?”

Instantáneamente, la palabra del Señor respondió a mi clamor. Dijo: “No llenaré la vida de mis siervos por un sueño. Si quieres que tu sueño se haga realidad, debes despertarte”.

Rompiendo con la pasividad: Estableciendo prioridades

Amado, hoy Dios nos está despertando a la realidad de su presencia. Las promesas que el Señor nos da en la Escritura, deben llegar a ser más que realidades soñadas para nosotros, reservadas sólo para más adelante. ¡Moisés frecuentó la gloria de Dios! Los setenta ancianos de Israel comieron y bebieron en la gloria resplandeciente de Dios (vez Éxodo 24:9-11). ¡Jesús reveló la gloria de Dios en el monte de la Transfiguración! Pablo dice que todos podemos cargar la gloria de Dios y ser transformados por ella (vea 2 Corintios 3:18).

Por esta razón, la Escritura dice: “Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo” (Efesios 5:14). Si verdaderamente queremos que Cristo “brille” en nosotros, debemos levantarnos de las distracciones que nos mantienen sepultados en el letargo y la oscuridad espiritual.

Justo en este momento, la presencia del Dios viviente está lo suficientemente cercana para oír el susurro de su corazón. Pero si queremos que nuestro sueño de levantarnos en la presencia de Dios se haga realidad, debemos despertarnos.

Francis Frangipane