jueves, 28 de octubre de 2010

Profecía: ¡Es para todos!

Por John Mark Pool

clip_image002Dios nos creó a su imagen y sopló en la humanidad el primer aliento profético para que tengamos comunión eterna con Él. Nunca dejó de hablarle a su Creación. Dios nos hizo para tener compañerismo con Él y así multiplicarnos, llenarlo todo y tomar dominio de su Reino en la tierra como en el Cielo.

Para extender el Reino de Dios, les entregó dones a los hombres y le habló a su Creación. Al hablarnos, Dios escogió un canal conocido como profecía para comunicarles sus secretos a la Creación, comenzando por el hombre y hacia todos los elementos de la tierra. Tenga en mente que la gente fue creada para tener comunión con Dios. La comunicación, en su forma más básica, es hablar en cualquier forma de lenguaje con algún otro. En ese proceso, Dios comienza con su orden supremo de comunión, la humanidad, porque somos los que tenemos la carga de “tomar dominio y multiplicar” el Reino de Dios en la tierra, así como en el Cielo. La profecía es el canal más importante de los mensajes de Dios hacia su Creación.

“En verdad, nada hace el Señor omnipotente sin antes revelar sus designios a sus siervos los profetas” (Amós 3:7).

No necesitamos ser profetas para oír a Dios o profetizar sus palabras. Sí, existe un oficio de profeta que es una función en una posición de liderazgo en la administración de los dones entregados para el beneficio de toda la Iglesia. Pero no todos deberían anhelar estar en ese oficio o en algún otro oficio de liderazgo. Tenga en mente que cuanta mayor responsabilidad haya en su llamado, mayor tiene que ser el estándar de consagración en su vida. Llevar un título no equipa a la persona para las responsabilidades que acompañan el llamado de Dios. ¡Considere esto cuando desee un título en el liderazgo!

Sin embargo, si entrenamos a los jóvenes confiadamente, ayudándoles a profetizar y no sólo a anhelar un título o una posición, encajarán en el lugar donde Dios los quiere. Debemos buscar al Señor en cada parte de nuestro llamado, pero especialmente cuando comenzamos a comprender el significado de “todos deben profetizar” (1 Corintios 14).

“Así que, hermanos míos, ambicionen el don de profetizar, y no prohíban que se hable en lenguas” (1 Corintios 14:39).

Además está el oficio del profeta, pero alcanzar este oficio o título, no es nuestro objetivo en esta aventura de las asignaciones en el Reino. No podemos hacer que nadie sea un profeta, esa es una decisión de Dios. Pero podemos entrenar a muchos para que “deseen profetizar”. Piense en un equipo deportivo como el fútbol. Tienen pocos entrenadores, pero en los juegos hay más jugadores en el campo que entrenadores en el banco. Durante el juego, se combinan los jugadores y los entrenadores. Profetizar es siempre un trabajo en “equipo” para extender el Reino de Dios, no individualmente o para unos pocos escogidos.

La meta es que todos puedan oír y discernir la voz de Dios y equiparlos para hacer la obra del ministerio para que puedan cumplir su llamado. Mientras alcanzamos esto, debemos enfocarnos en el cuadro completo de todos en la familia del Señor creciendo hasta la estatura de Cristo, para que podamos ser edificados sobre la Iglesia y no sobre nuestros dones. Verdaderamente, debemos desear, ser entrenados y profetizar acerca de Jesús a un mundo en desesperación. ¡Cada uno de nosotros debe ser la palabra de Dios para un mundo herido!

En esta aventura del camino profético, es importante comprender algunos términos proféticos y cómo aplicarlos acorde a cada persona, grupos pequeños, comunidad de creyentes y todo el Reino de Dios. Mientras cada uno de nosotros madura en lo profético, cada persona debe familiarizarse con el vocabulario profético y cómo aplicarlo a la vida diaria, no sólo a un servicio en la Iglesia.

Términos proféticos básicos

Profecía

Es la comunicación dirigida por Dios hacia su pueblo. Además, la profecía es uno de los canales de comunicación sobrenatural de Dios. La profecía, como lenguaje del Señor desde el Cielo a la tierra, es predictivo para la humanidad cuando Dios habla por medio de sus profetas antes que ocurran eventos de interés sobre la tierra. Por eso se llama profecía, que implica decretar los eventos antes que ocurran. Sin embargo, tan interesante como parece, la profecía no se limita a predecir los eventos terrenales futuros, es la respuesta de Dios para los eventos que preparó de antemano para bien.

Podemos pelear con la palabra profética cuando se suelta para manifestar los planes de Dios, los cuales ocurrirían de una manera diferente por sí solos. Por eso la fe en Dios es esencial en lo profético, así como una comprensión clara de nuestro rol vital como hijos de Dios.

Derribando un mito profético

Un mito que necesitamos exponer en la profecía es el dicho: “Pondré la palabra profética en el estante y si es de Dios va a pasar, pero si no, no venía de Él”. Eso no tiene un gramo de verdad respecto de la profecía de Dios y carece de fundamento bíblico.

Debemos conocer al dador de la profecía, comprender el espíritu de verdad que rodea a la palabra que dijo, como un mensaje respetable y luego, si viene del espíritu correcto (el Espíritu Santo) y no de la carne o por influencia demoníaca, comenzamos a interceder y orar para traer esta palabra a existencia. Esta es la intención de Dios. Eso significa que todas las palabras proféticas son condicionales en el nivel de nuestra participación junto a la expectativa de Dios. La profecía es la misma Palabra de Dios, inclusive su corazón. Siempre compare el mensaje que encontramos en el libro de Jonás sobre el corazón de Dios para la profecía. ¡El deseo de Dios es rescatar la Creación perdida!

Los psíquicos son falsos profetas

Amigos, no le crean a cualquiera que diga hablar por el Espíritu. Debe probarlos para ver si su espíritu viene de Dios. “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1).

El sistema del mundo, aparte de la familia de Dios, asume a los psíquicos como profetas, pero no lo son. Las palabras de los psíquicos son inspiradas por los demonios, como la adivinación. A los psíquicos les agrada ser comparados con los profetas, aunque es correcto compararlos con los falsos profetas.

En qué se diferencian los psíquicos de los profetas

Los psíquicos roban las verdades de Dios como si surgieran de sus poderes especiales, luego distorsionan y revelan estas palabras como si fueran profecías psíquicas. Dios conoce las intenciones de nuestro corazón, pero los psíquicos anhelan engañar a muchos para alejarlos del Reino de Dios. Por eso la profecía se debe tratar por el espíritu que está propagando la Palabra. Dios juzga las motivaciones e intenciones del corazón. ¡No podemos ignorar lo concerniente a los dones espirituales!

Profeta

Un verdadero profeta es uno de los cinco oficios de los dones de Cristo. Cuando Jesús ascendió a su trono, impartió la tarea y la administración como vocero de Dios sobre la tierra (Efesios 4:7-12). El oficio del profeta no es un don del Espíritu Santo, sino un don a través de la ascensión de Cristo. La palabra hebrea es Nabi, derivada de Naba (pronunciada naw-baw). Un nabi le dice los mensajes de Dios a la humanidad, como hacen los profetas o profetizas. Además usa Chozeh/Hozeh, pero estos términos son particularmente para el profeta vidente.

“Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones. Yo le respondí: ¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar! Pero el Señor me dijo: No digas: Soy muy joven, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene” (Jeremías 1:5-7).

En el Nuevo Testamento, la palabra original en griego es “prophayteuw”, predecir, anticipar, profetizar, alguien que habla por Dios.

Vidente

Un vidente es alguien que ve en la realidad del espíritu y profetiza lo que ve en el Reino de Dios sobre la tierra. El profeta Samuel, nuestro primer profeta mayor, fue también llamado vidente en los comienzos de su ministerio.

Más tarde, el término estándar para profeta, nabi, se usó para separarlo de sus funciones oficiales respecto de las características del profeta vidente clásico (hozeh/chozeh). (En el Antiguo Testamento, Gad, Iddo y Asaf fueron videntes).

Todos los videntes reales son profetas de Dios, pero no todos los profetas son videntes. Además, una persona como un intercesor o un salmista pueden ver en la realidad del Espíritu y esto no los establece como un vidente o un profeta. La gente que vive apasionadamente en la realidad del espíritu de Dios, a menudo se los menciona de una manera inapropiada como videntes y profetas, aún cuando pueden ver, oír y declarar lo que Dios les muestra.

El don de Profecía

También hay un don de profecía que viene del Espíritu Santo, en comparación con el oficio del profeta impartido con los “dones de la ascensión de Cristo” (Efesios 4:7-12). Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. El don del Espíritu Santo opera a nivel corporativo. Romanos 12:6 dice: “Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe”. Es interesante que de todos los dones del Espíritu Santo (como la sanidad, las lenguas, los milagros, etc.), este sea el único don que Dios nos exhorta a buscar o desear. Esto significa que es muy importante y Dios sinceramente quiere que toda su familia profetice.

Como Dios siempre está hablando, sería beneficioso aprender a utilizar apropiadamente los dones de Dios para comunicar su voluntad y sus caminos hacia los demás en nuestra esfera de influencia. Como Dios es amor, ¡qué mejor que profetizar los propósitos del Reino de Dios hacia su pueblo! Nuestra meta es llegar siempre al corazón de las personas para que cumplan la grandeza del plan de Dios para sus vidas. Cuando Dios usa un mensajero, ungido por el Espíritu Santo, para revelar su corazón sobre la vida de otro, esto lo libera de las garras del enemigo para funcionar en el nuevo plan de vida del Señor.

Obedeciendo y declarando

Al obedecer la “voz suave del Señor”, permitimos que el don del Espíritu Santo efectivamente añada una vida para la eternidad al Reino de Dios, en cualquier lugar, en cualquier momento y para cualquier persona. Puede suceder en un avión, en un centro comercial, en una cafetería o donde sea. Para mí esto es algo gracioso y sé que también lo será para usted. Siempre se nos permite hablarles el cumplimiento profético para edificación, exhortación y consolación (1 Corintios 14:3) a los que el Señor establece a nuestro alrededor. No se quede con los errores y continúe buscando lo bueno, entrenándose para fluir en esta aventura profética. Todo significa conocer que Dios quiere que anhelemos el don de profecía para que podamos extender su Reino, una persona a la vez, para que “todos puedan profetizar”.

Profetice, profetice, profetice, ¡sólo hágalo!

Así como el estudio de los idiomas extranjeros en el campo misionero, si oímos esto una vez, lo habremos oído cientos de veces, ¡lo usamos o lo perdemos!

Esto es muy cierto con los dones proféticos de Dios. Entonces, debemos buscarlos y recibir el mejor entrenamiento posible, pero por sobre todas las cosas, ¡no espere ser perfecto para profetizarle vida eterna a una persona herida! Podemos ser los últimos en hablarle la palabra a esa persona.

La gente siempre quiere un ejemplo y esto es lo que significa obedecer el “toque del Espíritu Santo en nuestro corazón”. Esta es la verdadera historia, algo que sucede más de lo que parece:

“Una voz me dijo un día que no fuera hacia mi casa a ver el juego del Súper Bowl, sino hacia el hospital a profetizarle la vida de Dios a un hombre. Obedecí con renuencia, porque no conocía al hombre del hospital. Las enfermeras me ayudaron a encontrar la habitación del anciano que estaba a punto de morir, debilitado por una cirugía. Cuando me miró a los ojos, me pidió si le podía hablar sobre la vida eterna y orar con él. Respondió susurrando que sí.

Tomé su mano débil y oramos una oración muy breve que incluyó la confesión de fe para salvación. Las lágrimas rodaron por su rostro mientras era transformado por ese brillo que sólo Dios puede expresar desde un corazón transformado. Regresé a mi casa contento y pude ver el final del juego. Más tarde recibí un llamado comunicándome que la persona que visité en el hospital había fallecido”.

¿Importa oír a Dios y obedecer su mandato de profetizar? ¡Sí! Recibí un llamado telefónico del hijo de ese anciano, agradeciéndome que Dios enviara a alguien para hablarle a su padre. Ahora sabía que tenía vida eterna.

Tenemos mucho para ganar por estar bien equipados con el asombroso “juego de herramientas” de Dios. La idea es no preocuparnos por equivocarnos al estar frente a personas que necesitan desesperadamente la vida eterna. ¡Sólo hágalo!

Sí, profetice a Jesús en medio de las tinieblas y vea cómo se enciende la luz de su amor sobre sus vidas. Cuídese porque es muy contagioso y otros cambiarán por el bien de Dios. Mientras lo hace, será energizado para profetizar con regularidad. De hecho, nuestra meta es profetizarles el plan de Dios a todas las personas que podamos. ¡Por eso todos deben profetizar!

Siempre una voz para Dios,

John Mark Pool

Pariendo los milagros: Prepárese a dar a luz los sueños de Dios

Por Paulette Reed

clip_image002Durante el año 2010, creo que veremos la multiplicación de las obras milagrosas de Dios. Mientras Él levanta una gran compañía de mujeres (Salmo 68:11), también está reuniendo hombres para que la procreación y el nacimiento de los sueños, sea sobrenaturalmente natural.

Jesús vino a dar vida… abundantemente y la vida se crea por división y multiplicación. Cuando un bebé se desarrolla, las células se dividen y multiplican para formar el “sueño”. Aún Elohiym se dividió a sí mismo para poder multiplicarse. Aún sigue haciendo lo mismo el día de hoy, multiplicándose a sí mismo mientras forma a Cristo en nuestras vidas, hasta cubrir la tierra con el conocimiento de su gloria.

¡Me encanta que nuestro Padre celestial nunca se da por vencido con nosotros! Gálatas 4:19 dice: “Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes”. Amado, el Espíritu Santo se está moviendo sobre su pueblo, el poder del Altísimo está esperando el término de la gestación de las semillas depositadas milagrosamente en los vientres espirituales de muchos. ¡Es tiempo que ocurran los nacimientos santos!

Prepárese para parir los sueños de Dios

Desafortunadamente, la necesidad única de procrear los milagros estuvo ausente muchas veces en el Cuerpo de Cristo, porque los hombres y las mujeres no sirvieron en unidad. Como sabemos, Jesús y el Padre son uno. Este es el único camino por el cual podemos alcanzar nuestra verdadera individualidad al mezclarnos unos con otros. Aunque esto sea una paradoja. Pero Jesús dijo: “Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17:22). Por tanto, no fuimos creados para vivir y funcionar independientemente, sino con interdependencia. De hecho, la Iglesia misma nació de la unidad de los 120 (hombres y mujeres) en el aposento alto.

Durante este tiempo de restauración, las semillas milagrosas en los vientres del pueblo de Dios están esperando para explotar con las buenas nuevas. Pero mientras estamos en trabajo de parto, el tiempo y la posición apropiada son cruciales. Mientras una gran compañía se prepara para dar a luz los sueños de Dios, es importante que estén cubiertos y nutridos por los hombres de Dios. ¡Como uno y para uno!

Amigos, si esto parece oscuro por un tiempo, afírmense mientras el Creador los cubre. Proteja estos sueños en su corazón.

Corra con sus sueños

Mientras caminamos en un tiempo de fructificación, recuerde que es importante encontrar a alguien con quien compartir los sueños de Dios. Por supuesto, no debemos compartirlos con aquellos que puedan tratar de matar a los recién nacidos. En lugar de ello, debemos encontrar a aquellos en los que confiamos y comparten nuestra manera de pensar. ¿Recuerda cómo la virgen María corrió donde Elizabeth para compartir con ella sobre el nacimiento de su milagro? Las Escrituras dicen que María se apuró y corrió con su sueño. Cuando lo hizo, el milagro saltó dentro del vientre de Elizabeth, ¡Alleluya! De hecho, Lucas 1 dice que Elizabeth fue llena con el Espíritu Santo. Amado, María encontró alguien con quien compartir la carga del testimonio de la verdad.

Me siento triste cuando oigo a la gente hablar de sus sueños, a menudo con palabras proféticas que los cubren, pero sin hacer nada acerca de ellos. Amigos, seamos como María, oigamos la Palabra de Dios, creamos, oremos y luego activemos nuestras rodillas y nuestros pies para correr por nuestras promesas. Tengamos en mente que aquellos que Dios pone a nuestro alrededor, pueden ser nuestras parteras espirituales. Pueden ser las personas que Dios envía para ayudarnos a proteger nuestro “bebé”, como ocurrió con Moisés en Éxodo 1.

Mientras ora para entrar en trabajo de parto por su milagro, veamos algunos de los procesos necesarios para que ese gran evento pueda ocurrir.

Preparación

En primer lugar, la preparación es crucial. Si el bebé/sueño es demasiado pequeño, el Señor podrá hacerlo esperar en lo oculto, dentro del vientre de Dios, hasta que crezca. Él traerá a otros a su alrededor para alimentar y nutrir el sueño, infundiéndole amor para hacer que crezca el milagro. Si el bebé/sueño es demasiado grande, el Gran Doctor puede darle más apoyo. La parturienta (usted) debe mantenerse en paz, por eso confiar en la guía de los demás es muy importante. ¡Enfóquese en Jesús!

Digamos, por ejemplo, que un sueño enorme está depositado en una Iglesia o ministerio pequeño, luego el Cuerpo debe mantenerse en unidad, como si fueran fuertes en número. Es por medio de su intercesión que se apartan los impedimentos para que el parto sea suave.

No desprecie los pequeños comienzos. Recuerde, todo lo que ve ahora estuvo escondido hasta el momento de su nacimiento. Los sueños se manifestaron en lo visible desde lo invisible. Mientras pesa estas cosas en su corazón, ¿puede visualizar al hermoso bebé/sueño para que se pueda ver? Trate de pensar que su imaginación santificada es la imagen del Ultrasonido del Padre celestial.

Posición

La humildad es la posición perfecta para que pueda nacer cualquier milagro. Quién sabe, quizá sea guiado hacia un pequeño establo en lugar de ir a una maternidad de alta complejidad. Los comienzos humildes son de Dios, aún su Hijo se vació a sí mismo y se hizo pobre por causa nuestra. En otras palabras, dejó a un lado la gloria y se ubicó voluntariamente bajo en poder de su Padre. Supo que debía aceptar las penalidades, el aislamiento, el maltrato y la incomprensión, fue enviado como amor para los hombres sin amor. Vino para que en su pobreza, pudiéramos ser ricos.

Veamos la posición de Elías. Ciertamente, su posición humilde en 1 Reyes 18 no es una coincidencia. La Palabra inspirada nos muestra una posición importante a la hora de parir. ¡Se llama oración! Inclinarse y mantenerse así es extremadamente significativo con Cristo mismo, así como con Elías. En 1 Reyes vemos a Elías inclinado. Estaba orando para que retornaran las lluvias de bendición sobre Israel. ¿Necesitamos que regresen las lluvias de bendiciones sobre la Iglesia hoy? Pujar funciona. La posición y la persistencia de Elías dio su fruto. ¿Qué de Moisés, el hombre más humilde sobre la tierra que guió a dos o tres millones de personas?

Amigos, les estoy diciendo que el avivamiento que viene requerirá una mega gracia para sostenerse, por eso debemos humillarnos, porque sabemos que Dios le da gracia a los humildes.

Sólo cree

Lucas 1:37 dice: “Nada es imposible para Dios”. Alleluya, la expectación es el invernadero para los milagros. Habrá momentos durante el embarazo de la visión donde clamaremos, “Señor, creo. Ayúdame en mi incredulidad” (Marcos 9:24). Esto está bien. El Señor sabe que esperar puede ser incómodo y dificultoso, pero no abandone. El tiempo de Dios es perfecto y siempre libera sus promesas. Él no es un hombre para mentir.

Mientras espera, recuerde que es crucial hablar palabras de vida sobre sus sueños y no vice versa. Recuerde a Zacarías en Lucas 1. Él era un sacerdote en el templo judío y junto a su esposa Elizabeth, eran gente muy santa. Oraron por un hijo, pero nunca pudieron ser capaces de tener uno y ahora eran demasiado viejos.

Luego, apareció el ángel Gabriel. Zacarías tuvo miedo, pero el ángel le dijo: “No tengas miedo, Zacarías, pues ha sido escuchada tu oración. Tu esposa Elisabeth te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque él será un gran hombre delante del Señor. Jamás tomará vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento. Hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. Él irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor” (Lucas 1:13-17).

Zacarías debía tener fe y agradecerle a Dios por las buenas noticias, pero no estaba convencido. Le dijo al ángel que él y Elizabeth eran demasiado viejos como para tener hijos. Debido a esta falta de fe, el ángel le dijo a Zacarías que no podría hablar hasta que naciera su hijo. Ahora sabemos que en la lengua está el poder de la vida, por eso Zacarías no pudo hablar palabras de muerte. Dios lo enmudeció para que no pudiera dar lugar a la incredulidad.

Asumir una posición de fe, así como permanecer sentado en los lugares celestiales, es crucial para dar a luz los milagros. ¿Dónde estamos sentados? Conforme a Efesios 2:6, en lugares celestiales. Este es el lugar más seguro donde podemos estar para que nuestros sueños no se entorpezcan o impidan por los obstáculos terrenales. Amado, ¿se encuentra en posición para dar a luz la vida/avivamiento?

Puje, puje, puje

En lo natural, el embarazo puede ser divertido y excitante durante los primeros meses. Queremos correr y compartir nuestro gozo con nuestros amigos y familiares. Cantamos, danzamos y decretamos algo que se debe establecer (Job 22:28). Ah, pero los tiempos finales parecen ser los más difíciles. No más danzas y no más carreras, el sólo hecho de atarnos los zapatos parece demandarnos esfuerzos tremendos.

Parir en el Espíritu puede ser como eso. Pero amado, no se desespere por hacer las cosas bien. En Isaías 66:9, la Palabra nos muestra que servimos a un Dios que libera. Dice: “¿Podría yo abrir la matriz y no provocar el parto?, dice el Señor. ¿O cerraría yo el seno materno, siendo que yo hago dar a luz?, dice tu Dios”.

Amado, le digo hoy que aún cuando sea difícil y requiera mucho esfuerzo, ¡puje, puje, puje! ¿Qué sucede si los sueños de Dios no se dan a luz? Qué triste sería que sus propósitos no se cumplieran. Qué triste que un toque del Cielo no llegara a la tierra porque alguien tiró la toalla.

Manténgase conectado con el cordón umbilical celestial y alimente su espíritu para que sus sueños se puedan nutrir. El mundo necesita la multiplicación de milagros. Las naciones devastadas necesitan un par de panes y algunos peces. Este es el tiempo, esta es la hora para que la Iglesia brille para Jesús.

Escrituras para meditar:

Semana uno: Salmo 68:11

Semana dos: Lucas 1

Semana tres: Efesios 2 y 3

Semana cuatro: Job 22:28

Paulette Reed

jueves, 21 de octubre de 2010

“2010: El amanecer de un nuevo día y un año para pararse ante las ventanas abiertas del cielo”

Por Garris Elkins

clip_image002Amanecer de un nuevo día

Recientemente hice una oración simple: “Señor, muéstrame qué vendrá en el 2010”. Tan pronto como pronuncié estas palabras, recibí una imagen. Pude ver a alguien parado dentro de una especie de castillo, una edificación de piedra desde donde me miraba a través de una ventana larga de forma circular. Esta persona miraba hacia un horizonte distante. Justo comenzaba el amanecer de un nuevo día.

El reflejo de la luz temprana iluminaba su rostro. La ventana estaba en una posición elevada, muchos pisos por encima del terreno. Desde el lugar donde estaba esta persona se podía ver el amanecer antes que los que se encontraban durmiendo en la oscuridad a nivel del terreno. Esta imagen me recordó cuando vuelo aviones. Vuelo mi avión hacia un aeropuerto distante, justo antes de la salida del sol. En la medida que me aproximo a mi destino, vuelo hacia los primeros rayos del nuevo día.

Mientras continuaba reflexionando sobre los que estaba observando, comencé a darme cuenta que esta era la imagen para el 2010. Dios desea posicionar a su pueblo en un lugar más elevado de revelación para que puedan ver lo que viene. Este lugar elevado cambiaría su perspectiva.

“2010, un año para estar ante las ventanas abiertas del cielo”

Mientras contemplaba la imagen de este nuevo amanecer, pude oír al Señor diciendo: “2010 será un año donde abriré las ventanas de los cielos. Si lo deseas, puedes subir más alto y te permitiré ver las cosas que planifiqué. 2010 será un año para ver la aproximación del futuro si aceptas mi invitación para subir hacia el lugar más elevado y te ubicas ante la ventana abierta de mi propósito y visión”.

“Te llevé dentro de mí y te hice mío, un heredero de la promesa, antes que dieras el primer hacia tu destino. Te entregué todo antes que pudieras realizar las obras de mi mano. En este nuevo amanecer habrá señales de un propósito más elevado que quiero que vea mi pueblo en el próximo año. En el 2010 busca las señales que se manifestarán en los sistemas del reino terrenal. Estas señales reflejarán mi corazón”.

Viene una plenitud de gozo

“Aún no está sobre ti la plenitud de mi presencia. Como dice mi Palabra, ‘el llanto puede durar toda la noche, pero el gozo viene por la mañana’. Te estoy pidiendo que mires en la oscuridad y profetices un nuevo día. Mientras profetizas, mi gozo caerá sobre tu campamento. Estoy enviando un gozo sobre mi pueblo que parecerá prematuro. Este gozo del cielo se levantará en ti como el amanecer de un nuevo día”.

“Viene una plenitud de gozo para mi pueblo que será tan brillante como el sol del mediodía. Podrás ver este nuevo amanecer de gozo mientras el mundo duerme en una noche de letargo sin esperanza. Los sonidos de tu gozo se podrán oír en los campos de oscuridad antes que llegue el nuevo día. Comenzarás a danzar mientras se acerca el amanecer. Acércate a la ventana del cielo y mira lo que estoy por hacer”.

“Si mi pueblo, llamado por mi Nombre, se humilla ante Mí y busca Mi rostro en este nuevo día, haré algo nuevo en medio de ellos. Desde la ventana del cielo podrás ver el nuevo amanecer de gozo antes que se manifieste en la dimensión natural. Todos los nuevos amaneceres aparecen en el cielo antes de ser vistos en la tierra”.

“Ven y acércate a la ventana del cielo y mira cómo se manifiesta mi corazón y mi propósito para el 2010”.

Garris Elkins

“Liberándote de la mano que te estrangula”

Por Luke Holter

clip_image001Los últimos meses estudié la creación y el poder creativo de Dios como en relación a toda la creación. Sentí como si el Señor me estuviera dando una revelación sobre un área que sacudió por completo mi manera de interactuar con Dios y con la gente.

Estudié la historia de Sansón y aprendí que la palabra hebrea para la “fuerza de Sansón”, es la misma palabra para Espíritu Santo. La palabra hebrea que describe la fuerza de Sansón es Ruaj y significa literalmente viento o espíritu de Dios. En Jueces 14:19, podemos ver que el “Espíritu” (o el Ruaj) del Señor, tomó control de Sansón y fue hacia Ascalón y mató a treinta de sus hombres.

Hablé con muchos santos que estuvieron peleando contra el espíritu de depresión que los llevó hasta el final. La gente literalmente sintió como si la depresión estranguló el color y la belleza en sus vidas y sus congregaciones. Yo mismo tuve que pelear contra esta atadura cerrada y hermética. Finalmente el Señor me ayudó a vencer y ahora sé que quiere ayudarlo a usted también.

Cuando meditaba en oración, conversando con el Espíritu Santo, me habló y me dijo: “¡Tienes la habilidad para pedir que te dé fuerzas para vencer! Me necesitas para ayudarte a resistir al pecado, perseguir la santidad, adorar a Dios o aún amarlo a Él. ¡Soy el Espíritu de adopción! Tengo la habilidad por medio del acto de salvación para activarte como hijo de Dios. Activo las promesas de Dios en tu vida”.

Aunque pueda sonar simple, esta realidad penetró mi corazón. Me di cuenta que el Espíritu Santo activa las promesas de Dios. Esto significa que cada promesa que Dios nos entrega en la Palabra, es accesible para nosotros por medio del Espíritu Santo. La Palabra penetra el terreno de nuestro cuerpo, mente y alma, pero el Espíritu Santo hace llover sobre esa semilla, haciéndola brotar.

El Señor me dijo: “¡Hay demasiada vida dentro de ti esperando el momento para brotar!”. Tenemos tesoros escondidos en vasos de barro y el Espíritu Santo puede exponer esos tesoros cuando los necesitemos. Así como Sansón necesitó fuerzas para vencer, nosotros necesitamos fuerzas para vencer. ¡Necesitamos que el Ruaj sea nuestra porción! Sentí que el Espíritu Santo dijo: “Puedes clamar a Mí para que te ayude”.

El viaje

El Espíritu me guió hacia el pasaje de Isaías 6, donde dice: “Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria”. El Espíritu Santo me llevó en un viaje donde me mostró toda la tierra llena de la gloria de Dios. Cada fibra y molécula estaba llena de la gloria de Dios. Me di cuenta que todos tenían la gloria de Dios escondida en sus cuerpos, mentes y almas. Cuando el Espíritu Santo sople sobre ella, la gloria de Dios podría literalmente brotar en algunos, guiándolos hacia la salvación.

Pude ver a todos los pecadores recibiendo revelación al mismo tiempo, mientras la gloria de Dios brotaba en ellos y los guiaba hacia la salvación. Luego el Espíritu Santo me llevó hacia un hospital y me encontraba en el consultorio del doctor, mientras diagnosticaba en la gente toda clase de enfermedades terminales. Comencé a caminar por ahí y a clamar para que se manifieste la gloria de Dios en cada uno. En ese momento comenzaron a sanarse.

Luego el Espíritu Santo me llevó en una visión hacia una escena de Hechos 5:12-16: Por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo; y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón. Nadie entre el pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque los elogiaban. Y seguía aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor. Era tal la multitud de hombres y mujeres, que hasta sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en colchonetas y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas.

Había tanta fe que la sombra de Pedro sanaba a los enfermos y los quebrantados. Esto fue porque el cuerpo físico de Pedro y la gloria de Dios estaban ligados literalmente. Toda la tierra está llena de su gloria. Cuando edificamos una relación de intimidad con Jesús, caminamos en un nivel real de gloria y poder.

¿Nos sentimos desafiados a creer? Esta es la pregunta real que el Espíritu Santo nos hace. ¿Se siente desafiado a creer que es parte de la generación actual que caminará en la belleza, el poder y el amor de Jesús sobre la tierra? Toda la creación espera con gran expectación la revelación de los hijos de Dios. ¿Permitiremos que la verdad penetre nuestros corazones? ¿Seremos revelados? ¿Permitiremos que el Espíritu Santo sea nuestra porción y nos lleve de fortaleza en fortaleza?

Luke Holter

martes, 12 de octubre de 2010

“Espere, reciba y haga el ministerio del Señor”

Por Rick Joyner

clip_image002Con toda seguridad, nuestros ministerios desempeñan un rol ayudando a la Iglesia a comprender su ministerio. Sin embargo, el abuso y el uso equivocado de los títulos espirituales afectaron terriblemente nuestra reputación en estos tiempos. Es difícil no encontrar a alguien en el ministerio que no se proclame apóstol, obispo o profeta. Se volvió tan extraño encontrar a alguien que se presenta como “pastor” que cuando lo veo, inmediatamente lo respeto y confío en él, sólo por su modestia.

Aún así, estamos en un tiempo donde estos ministerios serán restaurados en la Iglesia y podríamos perder el propósito de Dios si no los esperamos. Deberíamos buscarlos para reconocerlos y recibirlos. Si recibimos a un profeta como tal, obtendremos la recompensa del profeta, pero si recibimos a un profeta como maestro, sólo recibiremos una enseñanza. Eso mismo ocurre con los demás ministerios. Si recibimos a un apóstol como un maestro, sólo recibiremos una enseñanza. Sin embargo, si recibimos a un maestro como un apóstol, recibiremos un liderazgo equivocado. Debido a esto, existe una responsabilidad en el liderazgo por “conocer a los que trabajan en su entorno”.

Una vez más, hay un lugar y aún una necesidad para usar los títulos ministeriales, incluso el Apóstol Pablo defendió su apostolado con determinación. Aún así, hizo esto por la gente, no sólo por sí mismo. No hubo auto promoción o pompa en su defensa, sino el espíritu de un padre que les enseñaba a sus hijos. Hay una gracia, dignidad y sabiduría elevadas a las que accedemos, como un sello de los mensajeros verdaderos enviados por el Rey.

Asimismo, las revelaciones, sueños o visiones que vienen de Él, tienen la misma gracia y dignidad. En este tiempo el Señor lidera por llamado y no por imposición. Tiene la autoridad para hacer lo que Él quiere pero, como vemos en Apocalipsis 3:20, está fuera de su propia Iglesia golpeando para ver si alguien lo oye y se abre a Él. La razón para esto es porque estamos en el tiempo donde está buscando a los que serán herederos con Él, quienes obedecerán porque aman la verdad y no sólo por compulsión. Por esta razón, nunca deberíamos sentirnos presionados a actuar, aún por una revelación profética verdadera, sino llamados a responder. Hay momentos cuando podemos recibir una advertencia sobre algo que requiere acción, pero aún aquellos que vienen en la dignidad y la gracia del Señor, deben hacer un llamado a responder, sin presionar a la gente, como leemos en Santiago 3.

Aprendí que cuando me sentía impulsado a hacer algo rápido, no era del Señor y la acción usualmente estaba equivocada. Al Señor, quien ve el final desde el principio, nada lo toma con la guardia baja como para proceder apresuradamente. Conozco innumerables citas bíblicas de exhortaciones a esperar en el Señor y ser pacientes, pero no conozco una sola que nos impulse a apresurarnos. Después de muchas experiencias y cometer muchos errores, aprendí ciertas cosas sobre cómo habla y lidera el Señor.

Ahora vemos aquí un principio importante y esencial para el verdadero ministerio, pero desaparece ante lo que muchos perciben debería ser la manera de operar. El Espíritu Santo es el “ayudador” y no el “hacedor”. Cuando la gente dice que ninguno de ellos está involucrado en el ministerio, se equivocan porque este es el verdadero ministerio. Esta combinación no sólo es correcta, sino necesaria. Si el Señor hubiera querido que el ministerio fuera 100% su persona, sin ninguna participación nuestra, nunca se habría ido y no hubiera dejado a nadie para hacer nada.

Como lo discutimos antes, en Lucas 10 vemos al Señor enviando a sus discípulos de dos en dos a predicar el Evangelio, sanar a los enfermos y echar fuera demonios. Fueron tan exitosos que cuando regresaron, Jesús les dijo que vio a satanás caer desde el cielo como un rayo. Sin embargo, no es sino hasta el siguiente capítulo, Lucas 11, que los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. ¡Hicieron todo esto y aún no sabían cómo orar!

Estos discípulos estaban lejos de ser perfectos o aún maduros, cuando el Señor les confió una autoridad tan extraordinaria. Aún así, dudo que alguno de los que recibieron sanidad, liberación u oyeron las buenas nuevas del Reino de Dios, se quejara. Justo antes que Jesús fuera crucificado, los discípulos discutían quién era el más grande, aunque fueron los líderes de la Iglesia a través de uno de los momentos formativos más delicados unas semanas más tarde. Muchos años después, algunos de ellos cometieron errores extraordinarios como el de Pedro, quien fue reprendido por el joven apóstol de Antioquía porque “seguía en condenación”.

Seríamos locos si pretendemos la perfección en el ministerio o el liderazgo, sin importar su madurez. Nuestra esperanza no debe estar en los vasos, sino en el tesoro que está dentro de esos vasos, el Espíritu Santo. Si mantenemos nuestra confianza en Él, no dependeremos demasiado de la gente y no seremos decepcionados. Si los ministerios y los líderes son verdaderos siervos, no buscarán edificar la confianza de la gente en ellos, sino en el Señor. Jesús mismo es el único fundamento perdurable sobre el que podemos edificar. Si edificamos sobre la confianza de la gente en nosotros en lugar del Señor, habremos fallado junto con el fundamento, porque nadie sino Jesucristo puede llevar esa carga.

Esto es importante porque la mentalidad perfeccionista, basada más en la confianza en nosotros mismos que en el Señor, les impide a muchos entrar en sus llamados o ministerios. No debemos ser perfectos para ser usados por el Señor, somos perfeccionados porque Él nos usa.

Rick Joyner

“¡Cuatro palabras proféticas que se están cumpliendo ahora mismo!”

Por Doug Addison

clip_image002Quiero actualizar cuatro palabras proféticas que entregué en los últimos meses, mientras vemos que comienzan a cumplirse. El año pasado profeticé que Dios nos hizo atravesar un desierto desde el año 2006. También vi que en la primavera del 2010, algo nuevo se estaba soltando que comenzaría a catapultar a la gente en un nuevo tiempo. Pude ver un gran realineamiento de gente en el Reino de Dios e identifiqué un ataque que venía para robar la identidad. Estas son las palabras originales:

El desierto que comenzó en el 2006

Varios años atrás, el Señor me habló junto con otros, sobre algo nuevo que venía del Cielo y se soltaría sobre la tierra durante el 2005. Hablé esto por dondequiera que iba, ayudándolos a prepararse para el avivamiento que sabíamos vendría. Luego llegó el 2005 y pasó sin que hubiera nada nuevo. De hecho, todo comenzó como lo opuesto. No comprendí en ese momento pero Bob Jones, un profeta amigo, me dijo que no estaba equivocado con lo que profeticé. Me dijo que vendría de una manera diferente a todo lo que esperaba.

En septiembre del 2009 tuve un sueño profético donde oí la voz audible de Dios diciéndome que realmente quería traer algo nuevo en el 2005, pero la mayoría de los cristianos no estaban listos para recibirlo. Debido a ello, Dios nos llevó por un desierto diseñado para revelar nuestras motivaciones, sanarnos y prepararnos para sus mayores intenciones.

El primer mes del desierto comenzó en enero del 2006. En mi vida y ministerio, puedo ver el calendario y darme cuenta que las cosas ocurrieron completamente opuestas a lo que esperaba o había oído de Dios. Tratamos de comenzar un centro de alcance en Hollywood, pero repentinamente fue como golpear un muro de ladrillos. Como resultado de ello, nos mudamos y vivimos tres años en Moravian Falls, North Carolina. Recibí noticias similares de mucha gente que experimentó lo mismo en el 2006.

El desierto se termina el primer día de la primavera

Estaba hablando en una conferencia en Albuquerque, New Mexico, en enero del 2006 con Heidi Baker y Mel Tari, cuando este desierto comenzó oficialmente. Justo ese mes, el primer día de primavera (20 de marzo del 2010), estuve en Albuquerque una vez más hablando en la misma congregación con Mel Tari. ¡Dios me recordó que 50 meses atrás (enero del 2006) comenzó el desierto y me dijo que el primer día de la primavera del 2010, el tiempo del desierto había finalizado!

Adelantando la primavera

Como parte de la visión profética que Dios me entregó para el 2010, me mostró que cuando adelantemos los relojes para ahorrar luz de día, comenzaríamos a “adelantar la primavera” espiritualmente. Luego, cuando retrasáramos los relojes una vez más, las cosas comenzarían a “caer en su lugar”. Esto está ocurriendo justo ahora. Lo pude experimentar personalmente, mientras veo comenzar a cumplirse las palabras proféticas y las promesas que Dios me entregó. Muchas personas me dicen que sienten nuevas energías, vibraciones y esperanza espiritual.

Estamos comenzando a ver avivamientos en las áreas ministeriales, los negocios, las finanzas y las relaciones. Muchos comenzarán a ver cambios casi de inmediato. Este es el tiempo para comenzar algo nuevo. Comience una nueva dieta, haga ejercicios, inicie un negocio, un ministerio o escriba un libro nuevo. Este es un tiempo para nuevos comienzos, mientras las estrategias del Cielo llegan a la tierra.

Isaías 43:19 dice: “¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados”.

Mientras Dios suelta las cosas nuevas desde el Cielo, experimentaremos un gran cambio de posiciones. También estamos viendo que esto ocurre. Pude oír tres palabras: Renunciar, Realinear y Reasignar. Dios está realineando a la gente ahora mismo para incrementar nuestra efectividad en el Reino. Ocurrió en mi propio ministerio y con mucha gente por todas partes. Pude ver un tablero de ajedrez y a Dios colocándonos estratégicamente para el tiempo que viene.

Robo de la identidad espiritual

En enero del 2010 entregué una palabra profética sobre el robo de la identidad espiritual. Este es un plan del enemigo para que la gente pierda su destino, atacando su identidad en Cristo. La semana pasada tuve una experiencia espiritual en medio de la noche, donde peleaba con un espíritu de las tinieblas que vino literalmente a robarle la identidad espiritual a la gente. Al principio pensé que era una venganza en mi contra por soltar la palabra profética. Pero mientras comenzaba a compartirla, recibía noticias de personas que eran atacadas por todas partes con robos.

Les robaban cosas, hackeaban sus e-mails y sitios web, quitándoles lo que les pertenecía por derecho. Cuando satanás nos ataca en un área en particular, es una señal que ese es el campo donde Dios nos quiere bendecir o usarnos para su Reino. Como Dios está soltando cosas nuevas desde el Cielo, el enemigo tratará de distraernos y hacernos creer que nada está cambiando. Esta es una mentira y necesitamos mantener los “ojos abiertos” a lo que Dios está haciendo en este tiempo por nuestras vidas.

Palabra profética: Año de destino

Estoy profetizando que el desierto se terminó, estamos ingresando en una nueva vida y encontrando nuestras identidades en Cristo como nunca antes. Este es un año de destino y comenzaremos a concretar las cosas que se nos prometieron. Este es un año que necesitamos desarrollarnos personalmente en el único camino al que Dios nos llamó. Es tiempo de tomar acción y no ser pasivo. Se están abriendo nuevas puertas de oportunidades, pero tenemos nuevas fuerzas y recursos para caminar a través de ellas. El futuro es hoy.

Mateo 7:7–8 dice: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre”.

Doug Addison

jueves, 7 de octubre de 2010

“Pídeme… dijo el Señor”

Por Tiffany Ann Lewis

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“… las riquezas del pecador se quedan para los justos” (Proverbios 13:22).

Existen cosas almacenadas para los justos que están en las manos de los impíos. Creo que estas cosas vendrán hacia nosotros a través de la oración. Amado, fuimos creados y llamados para un tiempo como este, declarando los deseos que están en nuestro corazón y pidiéndole al Rey para que venga su Reino. Permítame mostrarle qué quiero decir.

Hay varias palabras en hebreo que se traducen como oración. Una de ellas es sha'al (Strong AT: 7592). Sha'al no es la palabra habitual para oración, sin embargo, es la escogida específicamente por el Espíritu Santo.

La palabra más común para oración y de la que hablé en otro escrito, es palal. Palal significa intervenir, interceder, rogar y suplicar. Sin embargo, Sha'al es significativamente diferente. Sha'al es el significado típico que podemos pensar sobre oración: pedir, requerir, solicitar o desear. Además tiene una característica muy interesante que se pierde en la traducción y es pedir o demandar.

Vemos esta raíz (sha'al) en el pasaje supremo de las Escrituras, cuando Dios sacó a los hijos de Israel de la esclavitud por medio de la sangre del cordero, instituyendo la primera Pascua. Pero no se detuvo en la libertad, hay más… también hay una promesa.

No saldremos con las manos vacías

Dios les dijo a los hijos de Israel que no se irían de Egipto con las manos vacías. Estuvieron en cautividad por más de 400 años, sirviendo como esclavos del Faraón. ¿Qué tenían? Probablemente poco o nada, sin embargo, sus riquezas estaban depositadas literalmente en las manos de sus captores.

Las mujeres recibieron instrucciones muy específicas que debían cumplir para que se manifestara esta promesa. “… Toda mujer israelita le pedirá a su vecina, y a cualquier otra mujer que viva en su casa, objetos de oro y de plata, y ropa para vestir a sus hijos y a sus hijas. Así despojarán ustedes a los egipcios” (Éxodo 3:22).

La palabra “pedir” en el pasaje anterior es “sha'al”. Imagine por un momento que va ante la persona que lo mantiene en cautividad y le ordena que le entregue la plata, el oro y los vestidos para que pueda huir rico de su cautividad. ¡Increíble! Sin embargo, esta promesa se cumplió y vemos a Israel saliendo de la esclavitud con las riquezas del pueblo egipcio en sus manos (Éxodo 12:35-36).

¡Aleluya!

Atrape esto. Jesús, nuestro Cordero pascual, nos redimió y no saldremos de la cautividad con las manos vacías. Debemos pedir, orar y aún demandar que las riquezas de los perversos almacenaron, se manifiesten en las vidas de todos los que hicieron pacto con el Rey.

Ya está hecho. Fuimos redimidos del pecado y la tumba, pero hay mucho más. Tenemos una vida abundante de la que Jesús habló en Juan 10. Abundantemente significa que excede y supera toda la medida que necesitamos. Esto no se limita a las finanzas, Jesús vino para darnos paz sin medida, relaciones significativas, gozo y felicidad que van más allá de los límites.

Este es el tiempo de nuestra redención porque el enemigo almacenó nuestras riquezas. Nuestra justicia sólo se obtuvo por la sangre derramada de Jesucristo. Él nos hizo libres de la tumba y nos transfirió las riquezas. ¡Gloria al Cordero, el Rey de reyes!

Invitados a buscar asegurar nuestras demandas

Nuestra raíz también aparece en un lugar muy notable, el libro de Ester. El rey Asuero llamó a Ester, invitándola a presentarse ante él y le dijo: “Dime qué deseas, y te lo concederé. ¿Cuál es tu petición? ¡Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería!” (Ester 5:6)

Es interesante notar que el rey preguntó dos cosas. Primero, preguntó cuál era su petición. Segundo, preguntó cuál era su demanda. “Petition” (Strong: AT 7596), viene de la palabra sha'al y “demanda” es baqqashah (Strong: AT 1246).

Baqqashah es una petición, una demanda y significa: buscar, demandar, desear, buscar el rostro o pedir. Esta palabra retrata a alguien que está buscando pero esperando hallar y seguro en lo que él o ella están pidiendo. No es una palabra pasiva sino una acción activa, forzada y positiva. Eso es baqqashah.

Esto sacudió mi mente, pero el rey Asuero estaba invitando a Ester a demandar algo de él cuando la invitó para que pidiera algo. Aparentemente había un deseo en el corazón del rey para que Ester se asegurara de lo que estaba pidiendo. Esto revela la invitación que Jesús nos extiende a nosotros también.

Mateo 11:12 dice: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él”.

Amado, tenemos una posición real ante el Rey del universo que recibimos por el sacrificio del Cordero. Nos llamó por nuestro nombre. Fuimos creados y llamados para un tiempo como este: orar y pedirle a Dios por lo que deseamos y demandar que esa justicia descienda sobre nuestras vidas.

Debemos pararnos en nuestra posición real y orar con osadía bíblica. El Señor quiere desesperadamente establecer su Reino en la tierra, por eso nos enseña a orar de esa manera. Ya se nos transfirió, no lo dejemos ir.

Hebreos 4:16 dice: “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”. Pidamos con osadía por más que la mitad del Reino… pidámosle a Dios que se establezca su Reino en plenitud en la tierra.

Oremos (sha'al): “Padre, te agradecemos por tu amor y fidelidad interminables. Te agradecemos Jesús por tu sacrificio. Te agradecemos por tu Espíritu Santo, por llenarnos con tu presencia. Llénanos del poder de lo alto. Satanás, te ordenamos que nos devuelvas todo. Demandamos que regresen nuestros hijos, nuestra paz, nuestro gozo, nuestra salud y nuestras finanzas. Creemos y declaramos que veremos el Reino de Dios manifestarse en la tierra. En el Nombre de nuestro Cordero Pascual, Jesús, Amén”.

Tiffany Ann Lewis

“Nuestra esperanza está en una Persona”

Por Garris Elkins

clip_image002Un ejemplo de esperanza

Mi hija Ana estudia en la Escuela de ministerio sobrenatural Betel, en Redding, California. Nuestro hogar está cerca de Medford, Oregon, a pocas horas de auto de Redding. Recientemente, Ana estuvo en casa durante un período de vacaciones de la escuela, cuando tuvo un problema en su computadora. Tuvo que enviarla de regreso a los fabricantes para su reparación. Cuando Ana tuvo de volver a la escuela, la computadora que tanto necesitaba no estaba reparada, por lo que la entrega la recibió su madre.

Ni bien nos regresaron la computadora reparada, la enviamos por el delivery postal al día siguiente. Yo tenía el número de guía y pude seguir el camino de la entrega toda la noche hasta que llegó a la oficina postal cercana al departamento de mi hija. En las siguientes 18 horas posteriores al envío de la computadora, traté de hablar con Ana por teléfono, pero no pude hablar con ella por la escasa cobertura de su celular en el área rural donde vive. Allí estaba ella, sin saber que su computadora estaba reparada y esperándola en la oficina postal local. Eventualmente, Ana recibió el mensaje y recogió su computadora. Ahí su vida regresó a la normalidad.

Así se ve la esperanza. A menudo vivimos nuestras vidas sin experimentar el poder de la esperanza porque fallamos en darnos cuenta de lo que está a nuestra disposición o lo que nos está esperando. Dios nos envió un mensaje acerca de la esperanza. Hebreos 6 nos dice que la esperanza está anclada en la eternidad, inamovible por los eventos que ocurren en la tierra. Esta esperanza no se altera por los desafíos de las circunstancias, porque está anclada en una Persona: Jesucristo.

Hebreos 6:18-20 dice: “Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec”.

Como tenemos a alguien en el futuro que dirige nuestras vidas en el presente, no tenemos que vivir en desesperación y desesperanza. Jesús no es prisionero de nuestra realidad presente. Él siempre trae esperanza cuando se revela a sí mismo en el devenir de las circunstancias de nuestra vida. Nuestro futuro viene directamente hacia nosotros desde la mano buena y amorosa de Dios, en la Persona de Jesucristo. Dondequiera que veamos y oigamos a Jesús, estamos viendo y oyendo el corazón del Padre.

Jesús se revela a sí mismo en nuestro presente

Cuando Jesús se revela a sí mismo en nuestro presente, lo hace sin insertar ningún pesar o temor en nuestra situación, porque estas no son parte de la naturaleza de Dios. El pesar y el temor son la evidencia de la desesperanza. La revelación de Dios siempre trae consigo la pureza de algo que no se puede alterar por el quebranto de esta realidad. Por eso la esperanza no está afectada por lo que ocurre en la tierra. Nuestra esperanza es una Persona que vive en la eternidad, donde no existe el tiempo.

Uno de mis mentores me dijo: “Nuestro presente es un registro de nuestro pasado reciente”. En otras palabras, no importa cuánto tratemos, nunca llegaremos al lugar llamado futuro, porque cuando llegamos allá, se convierte en nuestro presente. Nuestro presente, la única realidad en la dimensión terrenal, es una cápsula de tiempo que migra con nosotros a través de la vida. Cuando llegamos al mañana, es sólo un momento presente en el cual vivimos, no un evento futuro.

Cuando Dios se revela a sí mismo a su pueblo en el presente, lo experimentan a Él, pero no desde el futuro, sino desde la eternidad. La palabra “futuro” no está fundamentada en una perspectiva eterna. La eternidad es una dimensión sin tiempo, allí no existe el pasado, el presente o el futuro. La llegada de la esperanza a nuestras vidas viene desde una dimensión que no está limitada por el tiempo y el espacio.

Desde la perspectiva de Dios, Él ve nuestra línea de tiempo con todos los acontecimientos ocurriendo a la vez y terminados. Él ve a los hijos de Israel cruzando el Mar Rojo y a Colón navegando en 1492, todo ocurriendo al mismo tiempo. Puede ver al hombre alunizando y al siguiente año calendario ocurriendo al mismo tiempo. Dios toma sus decisiones sobre nuestras vidas desde una perspectiva eterna y perfecta, porque ve el comienzo y el final. Es el Alfa (el principio), la Omega (el final) y todo lo demás que está en el medio. Él nos ve como seremos y como somos. Desde la perspectiva de la esperanza, somos y seremos lo que ya fuimos.

Nuestra manera de ver a Dios influirá en la manera de relacionarnos con la esperanza en nuestra vida diaria. Si en nuestro pensamiento existe un Dios airado e inalcanzable, nuestro presente arrastrará esa imagen de temor a nuestra respuesta ante la vida. Si en nuestro pensamiento existe un Dios amoroso y bueno, comenzaremos a ver nuestra vida y nuestras circunstancias a través de los lentes de la perspectiva celestial de esperanza y afirmación.

La profecía es un ministerio que importa esperanza hacia las vidas de las personas. Un tema repetido en el ministerio de Pablo fue el fortalecimiento y el aliento que le daba a la Iglesia. Fortalecía a los cristianos porque se sentían débiles. Alentaba a los creyentes porque estaban desanimados. Pablo les entregó palabras de aliento que conectaron a los santos débiles y desanimados con la esperanza anclada en la eternidad, fuera del alcance de los errores humanos. Esta esperanza cambia las vidas de las personas, porque estas palabras llegan en el devenir de la línea del tiempo natural y alejan a la gente de vivir en desesperanza y desánimo, para llevarlas al fluir de la voluntad de Dios para sus vidas.

Garris Elkins