sábado, 25 de julio de 2009

“Esta semana comienza un camino muy angosto”

 

Por Chuck Pierce

clip_image002Amados apasionados:

Te bendigo y le agradezco a Dios por tu vida. Recientemente en nuestra reunión de oración de madrugada, comencé a profetizar acerca de un camino muy estrecho que viene para nosotros. Cuando Norma Sarvis oyó este tiempo de oración en Israel, quedó asombrada. Escribió lo siguiente:

“En el judaísmo tradicional, el tiempo entre el 17 de Tammuz y el 9 de Av, se llama ‘bein ha Metzarim’ y se traduce entre lugares estrechos o estados de un stress profundo. Surge de Lamentaciones 1:3: ‘Humillada, cargada de cadenas, Judá marchó al exilio. Una más entre las naciones, no encuentra reposo. Todos sus perseguidores la acosan, la ponen en aprietos’”.

La frase ‘la ponen en aprietos’ se puede traducir como ‘entre lugares estrechos o bajo presión’. Tradicionalmente es un tiempo de lamento de 3 semanas en el judaísmo que conmemora la caída de los muros de Jerusalén el 17 de Tammuz y la destrucción del Templo el 9 de Av. Es un tiempo de lamento donde no se celebran bodas, conforme a otros tiempos de la tradición de los lamentos. Mientras oraba esta mañana, la palabra que surgió el Martes por la mañana (acerca de caminar por lugares estrechos para que podamos ascender), me di cuenta que el 17 de Tammuz comienza el 9 de Julio y aún en el judaísmo es un lugar estrecho. Debemos ver que no haya brechas en nuestros muros durante este tiempo. Debemos caminar en fe, sin temor o lamentos. Pero debemos poner atención a los lugares estrechos y al bien de Dios en esos lugares estrechos.

Se está formando un nuevo corredor

Aquí vemos una porción de la revelación que surgió proféticamente el Martes por la mañana. Pudimos oír al Señor diciendo:

“Se está formando un nuevo corredor y estrecharé tu camino. Debes estrechar tus deseos. Estoy santificando los deseos y estrechando el corredor por donde caminarás. Estás entrando en nuevos alineamientos y asignaciones para llegar a un lugar que te llevará hacia la realidad que aún no conoces. Saldrás de un lugar oscuro hacia un lugar de luz, pero el corredor donde estuviste se está comenzando a estrechar, para impulsarte hacia el nuevo”.

“Este es el día de mi llamado gedeónico. Hay un clarín, se está soltando el llamado de Gedeón sobre la tierra. Es urgente que Mis Gedeones oigan el llamado. Hay un llamado que viene sobre la realidad terrenal para separar los deseos de Mi pueblo. Los deseos de Mi pueblo están enredados con sus propios deseos. En los próximos 3 meses, comenzaré a separar los deseos de Mi pueblo para que me puedan seguir”.

“Comenzaste con Mi deseo para llegar hacia el nuevo nivel, pero los deseos de la temporada pasada están pasando y te estás entretejiendo con el llamado que te hago hoy. Debes separar tus deseos, comenzando desde ahora, para que pueda sacarte y llevarte hacia ese lugar”.

Un tiempo de estrechez

“Los equipos y las tropas que tengo se estrecharán, porque este será un tiempo de estrechez. El corredor se está estrechando en medio de este sonido. ¡Oye! Oye con cuidado, porque el llamado de este clarín ahora se está extendiendo y será como en los días de Gedeón. La unción que soltaré será como la de Gedeón para vencer a los madianitas que te robaron en los últimos siete días y te asaltaron en el tiempo de cosecha”.

“Debes saber que hay una gran separación que tiene que ocurrir para arrojar al enemigo que tienes por delante y atrapar tu tiempo oportuno. Estoy reorganizando el llamado de mi pueblo para que su oportunidad se pueda ver de una manera diferente. Oye hoy el llamado del clarín y conoce que es el tiempo de Gedeón sobre mi pueblo”.

“Considera el llamado y levántate hoy para entrar en el corredor estrecho. Muchas cosas caerán a tu derecha e izquierda, aún tu cuerpo cambiará para llevarte en estos tres meses para que puedas acceder al lugar que tengo para ti”.

Para los afro descendientes:

“Te traje desde las costas de África hacia esta tierra para levantarte en este tiempo. Pero ahora les digo a los africanos que están en esta tierra: te haré oír el llamado de esta tierra donde te traje. Anhelaste regresar a la tierra de tus padres y llenar ese hueco de pérdida, fragmentación y amargura que hay en ti. Ahora tu llamado vendrá desde esta tierra. Te levantarás y comenzarás a moverte de una manera. No te moverás en la realidad política como piensas, sino desde la realidad celestial que está esperando para venir sobre ti”.

A los españoles que tienen descendientes españoles:

“Está surgiendo tu llamado. Quiero que explores las cosas del Espíritu en esta tierra, así que comenzará una exploración en ti. Por tanto, la aventura que está dentro de ti, ahora se despertará de una nueva manera. El llamado profético y la pasión en ti, van a entremezclar y producir un nuevo favor. Haré surgir el don de liderazgo y guiarás a Mi pueblo”.

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

“Qué podemos aprender de lo que Jesús nunca dijo o hizo”

 

Por Al Thomas

clip_image002[4]Jesús nunca buscó consejo de nadie

Imagine a Jesús susurrándole a alguno de sus discípulos, “¿cómo lo estoy haciendo?” o “¿qué tal prediqué este sermón?”. A menudo le pedimos consejo a la gente, pero Jesús nunca lo hizo. Esto no significa que nunca debemos pedirle consejo a alguien más. La Biblia nos alienta a ello.

Uno de sus discípulos dijo: “ya podemos ver que sabes todas las cosas, y que ni siquiera necesitas que nadie te haga preguntas. Por esto creemos que saliste de Dios” (Juan 16:30). Con demasiada frecuencia tratamos de obtener la respuesta a nuestros problemas comentándolos con todos o, en un acto final de desesperación por la presión, tratamos de resolverlos por nuestra cuenta, antes de buscar fervientemente a Dios (Santiago 5:16). Por supuesto que debemos orar los unos por los otros, pero Jesús ya tiene la respuesta para cada problema que debemos enfrentar. Cuando oye nuestras oraciones, nunca se voltea hacia un ángel para decirle: “Oye, esta es una oración difícil y no sé cómo manejarla, ¿tú qué opinas?”.

Jesús nunca pidió consejo porque nunca lo necesitó. Algunos no piden consejo por causa del orgullo, pero Jesús era manso y humilde (Mateo 11:28-30), por eso nos dice que debemos ser como Él. Después de buscar una multitud de consejeros (Proverbios 11:14), quizá pueda obtener su respuesta, pero el mejor consejo que podemos conseguir viene directamente de Dios. Él está disponible y continua hablando hoy (Juan 14:14). También le hablará a usted (Juan 10:4).

Una palabra de Él vale más que mil palabras de consejo de cualquiera. Recibí muchas palabras de aliento de amigos y consejeros, pero cuando Dios me habló recientemente y dijo: “Al, te amo y te haré atravesar esto”, mi corazón se llenó de gozo. Busque una palabra fresca del Cielo… está revoloteando sobre su vida ahora.

Jesús nunca cambió su manera de pensar

Jesús nunca llamó aparte a alguno de sus discípulos para decirle: “¿recuerdas lo que te dije el otro día? Bueno, estuve pensando en eso y estaba equivocado. Esto es lo que en realidad quise decir…” o “tuve una segunda opinión sobre lo que dije ayer y cambié mi manera de pensar”. Esto quiere decir que Jesús nunca cambiará lo que piensa cuando lo escogió (Juan 15:16), lo usó (Juan 20:21) o lo perdonó (Efesios 1:7). Una vez que lo dice, así es.

Quizá Jesús le hizo algunas promesas años atrás y algunas de ellas aún no se cumplieron, pero Él nunca cambia su pensamiento. Aún nuestros mayores líderes admiten que cambian de opinión acerca de algunos temas clave, pero Jesús nunca lo hizo. Nunca cambia de opinión porque nunca comete un error. Su llamado no es un error (1 Tesalonisenses 5:24). Cuando Él le dijo algo, significa lo que quiso decir (Hebreos 13:8) porque Él nunca cambia. Jesús hizo todo bien (Marcos 7:37) y eso quiere decir que usted también puede hacerlo.

Cuando usted dice algo, hágalo (1 Juan 2: 5-6). Jesús está formando una Iglesia poderosa, segura y confiable, sin arrugas ni manchas (Efesios 5:27). ¿No siente confianza? Ponga su confianza en Él. Tenga fe en Él (1 Tesalonisenses 5:24), porque lo ayudará. Él lo ama y lo hará llegar.

Jesús nunca se apresuró

Isaías 28:16b dice: “…el que confíe no andará desorientado”. Jesús nunca se apresuró. Nunca les dijo a sus discípulos que comenzaran a correr para poder llegar a tiempo a la siguiente ciudad. El pueblo de Dios necesita calmarse y tener comunión con Él. Hoy hay muchos que están ocupados buscando ministración o ministrando a otros. Pero la Iglesia temprana hacía algo que pocos hacen o aún conocen en nuestros días: ministraron al Señor.

Si quiere oír a Dios, debe sentarse a sus pies. Para ministrar efectivamente a otros, debemos ministrar primero al Señor. Cuando lo ministra a Él, le hablará: “…Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado” (Hechos 13:2). Cuando ministra al Señor, Él le dará tanta paz y contentamiento como nunca antes conoció o se imaginó, allí sabrá qué hacer (Juan 8:29).

A menos que ministre en primer lugar a Dios, casi todo lo que haga estará contaminado con la carne y no con su Unción. Algunos lo entendieron mal, Él no está buscando “líderes voluntarios” (Mateo 20:16). Sí, Dios quiere salvar a toda la humanidad, pero no llamó a todos a ser líderes. Sin embargo, si lo llamó a ser un líder, debe aprender a ministrarlo a Él antes de ministrar a cualquier otro. Allí es donde podrá oír su voz y es cuando aprenderá a no apresurarse, simplemente verá a Jesús obrando (Juan 5:19).

Esto no significa que debe vaciar su mente o entrar en un estado de meditación, sino llenar su mente con su Palabra (Salmo 119:140).

Nunca mostró temor personal

¿Por qué? Nunca lo tuvo. Cuando teme al Señor, no temerá a ninguna otra cosa. “…Nunca te dejaré; jamás te abandonaré… ¿Qué me puede hacer un simple mortal?” (Hebreos 13:5-6). Nuestro Señor nunca mostró temor personal porque conocía a su Padre, en qué manera Dios lo cuidaba. Debemos tener el “temor del Señor”.

Proverbios 8:13 dice: “Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso”. El temor del Señor es tener una gran reverencia por Él y odiar al diablo. Cuando teme a Dios, el ángel del Señor acampa a su alrededor (Salmo 34:7) y nunca temerá a los hombres.

Podemos resumir el “temor del Señor” en una palabra: obediencia (1 Pedro 1:14). Jesús fue completamente obediente a su Padre. Al hacer esto, no habrá temor, descansará en paz y dormirá a salvo (Salmo 4:8). Al hacer como Él hizo, podemos esperar los mismos resultados. Él dijo que podíamos lograrlo (Juan 20:21).

Al Thomas

lunes, 20 de julio de 2009

“Nuevos graneros, nuevos cuencos, nuevos odres… ¡este derramar es diferente a cualquier otro!”

 

Por Danny Steyne

clip_image001“Ni echa nadie vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, el vino nuevo hará reventar los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos” (Lucas 5:37-38)

¡Lo que va a venir está aquí!

En los últimos meses pude ver al Señor estableciendo las cosas en un nuevo nivel. Creo que no es sólo para recoger la Cosecha, sino para retenerla.

No es suficiente con ver fruto. No debemos dejar que el fruto caiga en el campo, ¡debe permanecer! ¿Cómo podemos sostener la presencia de Dios, la frescura, la simplicidad de su presencia, su poder y su amor?

Regionalmente, estuvimos caminando a través de una palabra que Graham Cooke nos entregó a mi esposa Karen y a mí acerca de “edificar un prototipo de Iglesia, algo nunca antes visto, sin un modelo y sin otro lugar donde mirar, más que a Dios”.

A principios de Febrero, Dios me indicó con claridad que el prototipo iba más lejos que algo que nunca antes se había realizado, ¡en realidad era el comienzo de algo que estaba a punto de llegar! Era un odre nuevo, un proceso directamente involucrado en la obediencia y la sumisión al Espíritu Santo. Era el lugar que anhelé desde que comencé a caminar como cristiano. Era el lugar de una extrema incapacidad, una dependencia extrema y un abandono completo y total a sus propósitos.

Ofendiendo a algunos, ¡pero bendiciendo a muchos más!

Comenzamos a creer que Jesús realmente “lideró” la Iglesia y, como resultado, nos regocijamos con las cosas que hizo, sin disculparse con el espíritu religioso de ellos. Ofendió a algunos, ¡pero bendijo a muchos más! Nos habló para que tengamos el propósito de establecer su Reino soltando el amor, el gozo, la libertad, el poder y la gloria cada noventa millas por todo el mundo Occidental. ¡Elevó la apuesta de sostener simplemente una visión a alcanzar los 6,6 billones para que atrapen su misma mente! Nos pareció audaz en ese momento y llegó a ser evidente cuando lo habló ahora.

Muchos están listos para ser cosechados, pero los silos con todo el equipaje del lenguaje y la estructura religiosa, tendrán muchas dificultades para responder a la Cosecha.

Estamos ante un tiempo de gran Cosecha y no podremos utilizar los odres viejos para tratar de contenerla.

¡Los graneros que guardaron la cosecha en los años pasados no podrán contener esta cosecha! Dios está reformando completamente los lugares que va a llenar. No es un trabajo de remodelación, ¡es un trabajo de demolición y reconstrucción!

“Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar” (Jeremías 1:10)

“Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía” (Juan 15:2)

Muchos experimentaron la demolición en medio de ellos, preguntándose si es posible que Dios estuviera allí, creyendo más que era el enemigo quien les estaba robando. Pero la poda es la promesa de Dios para todos aquellos que serán usados en gran manera. Ser transformados de Gloria en Gloria es el propósito de Dios, ¡a veces eso involucra remover las ramas que nos distraen de su Gloria!

“Luego, los habitantes de la ciudad le dijeron a Eliseo: Señor, como usted puede ver, nuestra ciudad está bien ubicada, pero el agua es mala, y por eso la tierra ha quedado estéril. Tráiganme una vasija nueva, y échenle sal, les ordenó Eliseo. Cuando se la entregaron, Eliseo fue al manantial y, arrojando allí la sal, exclamó: Así dice el Señor: ¡Yo purifico esta agua para que nunca más cause muerte ni esterilidad!” (2 Reyes 2:19-21)

¡Es el tiempo para los nuevos cuencos!

Eliseo, el profeta recién ordenado en Israel, fue llamado para hacer su primer milagro en la Tierra Prometida. Es interesante notar que fue en el mismo lugar donde ocurrió la primera victoria de Israel años atrás. ¡Jericó! Justo a las afueras de Jericó, ¡hay un pequeño arroyo que tiene un maravilloso flujo de agua constante! Se ve tan refrescante, tan atractivo y tan lleno de promesas y de vida, ¡pero envenenaba toda la región! Me imagino a la gente pasando su tiempo orando para que el arroyo se limpie. Así, toda la comunidad se reunió para discutir algunas soluciones posibles para resolver la situación del arroyo.

Es como si muchos se hubieran ido a Jerusalén a sacrificar algo con la esperanza que las aguas se purificaran. Se suponía que debía ser un proveedor de vida. Se suponía que debía ser algo que resultaría en fruto para la comunidad y fuera suficiente como para que pudieran vivir de lo que se soltara como resultado de esta agua. Eventualmente, creo que la gente se rindió; se dieron cuenta que el agua no era buena y todas las consideraciones acerca de cómo purificarla, no funcionaron. Pero los hombres de la ciudad, aquellos que se sentaban en las puertas, los líderes, seguían presionados por la sanidad de las aguas. Por alguna razón, sostenían la esperanza que esto proveería vida y sustento para toda la comunidad y sus familias.

De la misma manera, muchos se fueron de la Iglesia creyendo que tiene demasiados problemas. Pero hay algunos que están esperando un milagro. Aquellos con un sentimiento fresco que Dios quebrará el patrón de la improductividad y la esterilidad, ¡soltándolo a Él dentro de la mezcla donde todo cambia!

¡Ese día está aquí!

Quizá estos vasos estén tatuados o se vean completamente diferentes a lo que esperamos, ¡pero pueden ser los asnos que lleven al Señor hacia su pueblo!

El último recurso es Eliseo. El gran profeta Eliseo estuvo justo allí el día de ayer, pero no hizo nada. Quizá le preguntaron y posiblemente trató de orar y hacer lo mismo que funcionó antes, ¡pero no funcionó esta vez! Quizá un profeta “nuevo” no consideraría lo que se había hecho antes; ¡quizá consideraría lo que nunca antes se había hecho! Quizá pensó y actuó de una manera nueva. Quizá oiría algo de Dios y simplemente no haría lo que sentían que necesitaba hacer, ¡pero haría lo que Dios quería que hiciera!

Quizá en lugar de profetizar que el agua nunca volvería a dar vida, creería que sí lo haría, porque algo diseñado para dar vida debería dar vida. ¡Y nada menos que eso sería una perversión de las intenciones de Dios en la tierra!

¿Puedes hacer algo Eliseo?

Quizá la conversación fuera algo así: “¿Me pueden traer un cuenco?”, dijo Eliseo. “Oh, que sea uno sin ideas preconcebidas. Debe ser uno nuevo. No debe tener idea alguna de lo que voy a realizar con el. Debe ser uno que no tenga gusto a sobras”. Recibiría como respuesta: “Eso llevaría mucho tiempo Eliseo. Mi esposa tiene uno nuevo en muy buen estado. ¿Realmente importa eso?”.

Eliseo dice: “¡Sí!, ¡Realmente importa! Quiero un cuenco nuevo. Quiero algo que no tenga otra historia más que el torno del alfarero; ninguna otra historia más que el horno; ninguna otra historia más que la simplicidad de saber que hay un destino futuro. No estoy seguro cómo se cumplirá eso, ¡sólo que un día se cumplirá el propósito de Dios!”

Eliseo toma el cuenco nuevo. Aquel que no tenía una historia pasada, sino que miraba hacia la promesa que tenían por delante. El cuenco que no recordaba las cosas para las cuales se había usado y no tenía un archivo donde buscar los avivamientos que comenzaron en el pasado. ¿Derramó sal? No, ¡llenó el cuenco con sal! Declaró proféticamente: ¡lo que envenenaba las tierras del enemigo, purificará las fuentes de vida!

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee” (Mateo 5:13)

Jesús declararía más adelante que nosotros somos la sal de la tierra. Declararía que salaríamos todo, no que nos quedaríamos dentro de los cuencos, ¡cambiaríamos la naturaleza de todas las cosas que tocáramos! Pablo señaló que somos vasos, potes o cuencos, ¡destinados a ser llenos con la presencia de Jesús!

“Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros” (2 Corintios 4:7)

Eliseo hablaba dentro de la enseñanza errada que dice que todo lo que necesitábamos era más poder. No necesitamos más poder; la Iglesia temprana nunca pidió más poder. El Espíritu Santo se derramó por completo en Pentecostés, ¿cómo puede obtener más que el todo? La Iglesia temprana pidió sólo una cosa: Haznos más salados, haznos más osados.

“Ahora, Señor, toma en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos el proclamar tu palabra sin temor alguno” (Hechos 4:29)

Anulando la religión y la incredulidad

Hace un año, estaba sentado en un cuarto con un gran candado que me habían entregado algunos intercesores como un mensaje profético, algunos meses atrás. Me dijeron que tenía la autoridad para abrir dos cosas con dos candados, pero debía oír de Dios cuáles eran esas dos cosas.

Cuando lo oí hablarme, pensé: “Dios, parece muy audaz. ¿Cómo puedo abrirlo? ¡Es demasiado grande!”

Me dijo que abriera el primer asunto. Lo llamó religión, religiosidad farisaica. El segundo asunto fue la incredulidad con la cual el espíritu de este siglo había cegado las mentes de aquellos que no creían.

¿Cómo Señor?

“¿Cómo Señor?”. Los candados se abrieron y de una manera poco ceremoniosa, supe que algo ocurrió en el espíritu. Me dijo que al abrir estas dos cosas, se desataría la Cosecha. ¡Los creyentes volverían a ser creyentes, funcionando sin religiosidad y con una gran fe!

Jesús dijo: somos la sal de la tierra

Las fuentes son la Iglesia, los lugares que deberían producir vida y sólo se pueden sanar con una cosa: sal. Esta sería una infección de sal en los graneros sin una idea preconcebida acerca de cómo sucedería. El protocolo sólo lo nivelaría con el espíritu religioso reinante.

Jesús usó una especie de protocolo diferente. Se llamaba “como en el Cielo”. Caminó en el templo en la plenitud de su ministerio y ofendió al espíritu religioso. ¡Nunca lo aplacó! Jesús nunca apaciguó este espíritu, nunca cayó en sus manos y nunca fue manipulado por él, ¡nunca!

La única manera de ver surgir la vida en las fuentes actuales es por la sal que se suelta en ellas para poder purificar las aguas. La sanidad santa de la sal destruirá el veneno del espíritu religioso. Puede ser duro cuando sucede, pero la sal trae vida.

La sal es un golpe para el sistema. La sal penetra y quema toda infección. Sana las heridas, ¡pero también se manifiesta con audacia!

La autoridad que tenemos, es la autoridad de Jesús mismo. Él la modeló. Sus discípulos la modelaron. A lo largo de la historia de la Iglesia, fue modelada para oír de Dios en cada generación. Lo que hizo Martín Lutero en la “reforma”, ¡otros lo están haciendo en la “restauración” actual!

Ezequías, un rey de quien la Escritura dice que “hizo lo justo delante del Señor como su padre David”, destruyó un antiguo monumento que recordaba un avivamiento pasado porque produjo idolatría en los corazones del pueblo (2 Reyes 18:4). ¡Los nuevos movimientos de avivamiento no pueden ocurrir si permanecen los ídolos de los antiguos! El avivamiento del cual formó parte, la historia lo llama rebelión. Se rebeló en contra del rey de Asiria, la persona exitosa de la región y el fundamento de Babel que se levantaría orgullosamente contra Dios. Esta fue la fuente del imperio babilónico que mantuvo cautivo al pueblo de Dios dentro de los muros de la impiedad y el orgullo religioso que parecía exitoso.

En esta hora de Cosecha, Dios está levantando un pueblo que se rebele contra ese ídolo de éxito y orgullo, para comenzar a hablar de reforma. Está levantando un pueblo que se afirmará en la restauración del corazón y los propósitos de Dios mientras se transforman en la sal que nunca perdió su sabor. Serán audaces como leones y no temerán a los fariseos que se acomodaron a la religión.

Aquellos que revelen la mayor cantidad de sal en sí mismos, habrán muerto a sus propios propósitos. Lo que sale de sus bocas es la audacia del Cielo que traerá una gran oposición, pero eso no importa. Saben que son sal y saben que sólo a través de la sal la gente puede ser libre, sin compromisos y sin palabras religiosas, secas y carentes de sentido, ¡sólo la verdad!

Dios está levantando “cuencos nuevos”. Los está sacando de la Casa del Alfarero. Algunos pensaron que fueron puestos en un estante y sus ideas del destino de Dios no encajaron en las estructuras existentes. ¿Algunos se preguntaron si el horno fue en vano o si fue para un tiempo como este? La amplia mayoría de la Iglesia no ha visto lo que se está por soltar.

Están aquellos que estuvieron escondidos y esperaron por este tiempo. ¡Ahora el Padre está ordenando que traigan estos “cuencos nuevos” para servir la vida que transformará las estructuras secas en la Novia de Cristo! Será un derramar poco convencional porque sólo están preocupados por derramar sal en el veneno de la incredulidad y la religión, trayendo Vida y Luz, Jesús mismo, ¡sobre la tierra!

Oremos: “Señor, cuando la intimidación esté allí, levántanos con audacia y con amor purificador para vencer las tinieblas. No nos vuelvas a esconder en el aposento alto. Entréganos las calles, entréganos las ciudades, entréganos las naciones. ¡Danos una fe radical, llena de audacia y que desate tu Presencia en la tierra! Si tenemos autoridad para atar y desatar, entonces desatamos nuestros temores y soltamos la audacia desde el Cielo sobre la tierra a través de los cuencos que no tienen ideas preconcebidas”.

Danny Steyne

“Dios está cambiando toda nuestra estructura, toda nuestra economía. ¡Es una economía de Gracia!”

 

Por Kim Clement

clip_image002Las palabras siguientes fueron profetizadas el 20 de Abril del 2008 en Long Island, New York.

“Si temes perder tu propiedad, mira cómo la salvo para ti. Habrá un movimiento extraño desde la jefatura. Dirán, ‘démosle ayuda’”. Y Dios dijo: “Será tan inusual que la gente dirá, ‘Es loco’”. Pero Dios dice: “Te daré un descanso y te mantendré dentro del curso”. No tienes que agendar el capítulo 11 de la bancarrota; ¡agendarás el Capítulo 11 de Hebreos y te unirás a los que están en ese hall de la fama!

“Canta con los jóvenes y con el sonido que ellos están trayendo a esta casa. Tú dices, ‘tenemos jóvenes, tenemos jóvenes’, pero ahora te daré la juventud rebelde. Canta con los jóvenes”.

“Estoy trayendo desde los calabozos, estoy sacando desde tus calabozos a los potenciales reyes de Israel. Estoy sacando de sus cuevas a aquellos que tocaron el arpa, incluso en la presencia de la ira, aún en la presencia del odio. Estoy sacando de sus cuevas a los Davides de esta hora que fueron ungidos para ser reyes en el mercado”.

“Tus hijos e hijas, tus nietos que aún no llegaron, están a punto de regresar al sonido de la pequeña flauta. Tus hijos vendrán de las cuevas, indómitos, pero con sus corazones desoxidados. Porque tocaron continuamente las cuerdas del arpa espiritual que se estableció allí cuando eran pequeños en la casa, tus hijos. Este lugar será una habitación para los jóvenes, hombres y mujeres, rebeldes y heridos”. Lo veo, lo veo. Lo vi antes y lo vuelvo a ver.

Mira, ¡la nube de la abundancia ya está aquí!

Obispo, tuviste a muchos que vinieron y profetizaron en tu plataforma. Muchos vinieron con bazofias, pero Dios dice: “Aprendiste a lavarlo, aprendiste a tomar la manguera”. Dios dice: “No debes quedarte, debes cavar pozos”. Como ves, Elías le dijo a los reyes de Judá e Israel: “Vayan y caven pozos en su valle de necesidad y en su valle de deseo, sólo caven pozos”.

Ellos dicen: “¿De dónde vendrá? ¿De dónde vendrá la lluvia? ¿De dónde vendrá? ¿La lluvia vendrá de las nubes? ¿Vendrá del viento?”. ¡No! Eso es demasiado obvio. Los mismos avivamientos no traerán las mismas cosechas; el mismo estilo de avivamiento no lo traerá. Elías le dijo a los reyes: “Vuelvan a sus valles de necesidad donde no hay agua; caven pozos y esperen”. Querían saber cuál era la estrategia que lo haría posible.

Pero fueron y obedecieron la voz de Dios, como lo hicieron ustedes. Y comenzaron a cavar pozos, aunque no podían hacer nada más para prepararse para algo acerca de lo cual soñaron y algo que esta casa proclamó. Aún así, no vieron señales en el cielo. “¿Dónde están aquellos que les pedí que buscaran una nube? Miren, ya está allí”. La ceguera hizo que no pudieran ver la nube. Cuando Elías le habló a su sirviente y le dijo: “Ve y busca una nube, busca una señal”. La razón por la cual nunca vio una señal fue porque estaba ciego por tres años y medio de hambruna. El hambre los ciega, la necesidad los ciega.

La nube ya estaba allí. Porque el profeta dijo: “No oigo el sonido de un goteo, oigo el sonido de la abundancia”. Por lo tanto, la nube no debe ser pequeña. Nadie ha visto la nube, pero está en el cielo. Nadie la vio. Y Dios dijo: “Cuando puedas ver la nube, corre por tu vida, porque la aceleración comenzará desde este punto”, dice el Señor.

Ahora hable acerca de la abundancia. Usted dice: “Profeta, este es el peor momento para hablar de abundancia. Este es el tiempo equivocado, ¿no estamos en recesión?”. “¿Qué dijeron? ¡Me abofetearon! No declaren lo que dicen los medios. Los exhorto a obedecerme y hablar lo que dice el profeta: ‘¡No hay recesión!’. ¿Por qué? Porque en un día puedo cambiar todas las cosas”, dice el Señor.

“La abundancia de la que estoy hablando removerá a aquellos que se mantuvieron parados en el camino de mi libertad y dijeron, ‘No permitiremos a nadie más en esta plataforma’. No, no debes decirme a quién poner sobre esta plataforma”, dice el Espíritu de Dios. Debes cavar pozos, debes cavar grandes pozos, tus hombres deben quedarse contigo. Deben cavar contigo. ¿De qué estás hablando Kim? “Te preparaste para contener la lluvia. Cuando venga, nunca más abandonará el valle y el lugar donde te establecí”, dice el Espíritu del Dios viviente.

“¡Tu tecnología será tan avanzada que tu internet y tu página explotarán!”

“Los ojos de los ciegos se abrirán”, dice el Señor. “Las personas que se fueron peleados de tu congregación, regresarán. Dirán, ‘escupe en el suelo y pon el barro sobre nuestros ojos para que recuperemos la vista’”.

Dios dice: “Esto es lo que te digo hoy, de cada burla, de todo lo que se habló y de todo lo que se escupió en el terreno, lo tomaré y formaré el barro para abrir los ojos de New York, abriré los ojos de Long Island”.

Dios dice: “Abriré los ojos de cada isla. Tú dirás, ‘¿Que sucedió?’ De repente Elías profetizó, ‘vuelvan a su valle. Vuelvan a su valle, caven grandes pozos y esperen’”. El Espíritu de Dios dice: “De repente y en las primeras horas de la mañana, desde Edom llegó el agua. Vendrá una abundancia, no de los diezmos de la Iglesia, no de las ofrendas de los santos; vendrá desde Edom, porque desbloqueo algo y vendrá desde los lugares no santos, desde los lugares religiosos y desde la ciudad de New York, aún desde lugares más lejanos. Dirás, ‘¿Dónde? ¿Cómo?’”.

Dios dice: “Las traeré, vendrán y dirán, ‘¡Todo fue pagado! ¡Todo está limpio! Podemos volver a edificar, podemos volver a edificar, podemos volver a edificar, ¡sí! Tus hijos, los hombres y mujeres jóvenes de esta ciudad, ¡ocuparán este lugar!”

Por favor, no tome esto a la ligera (aunque sé que no lo está haciendo), alguien comenzó a menospreciar la profecía porque parece que no se cumple. “Te rodeé con gente muy buena, pero vendrán algunos más. Vendrán, no desde las instituciones religiosas, serán enseñadas por los caminos del mundo”.

“Tu tecnología será tan avanzada que tu internet explotará. Verán y dirán que la gente que te estoy enviando es innovadora, creativa y joven. Llevarán esto desde un asunto de millones de dólares a un asunto de miles de millones de dólares”. ¿Por qué? La gente no grita con eso porque no quieren unir “billones” con “Iglesia”. Si no cambiamos nuestra mente, nos quedaremos allí sólo con los “millones”. ¿Piensas que millones es mucho?

Dios está cambiando toda nuestra estructura, toda nuestra economía. “Existe una economía de gracia. Es todo un sistema nuevo que se está levantando”, dice el Señor.

“Toda una nueva rama de computadoras que son más veloces que el rayo. La gente dirá, ‘no, esto es del diablo’”. Dios dice: “¡Es mi obra! Esta computadora y toda esta tecnología alcanzará toda la tierra. Cada ser en la tierra será alcanzado por esta velocidad absurda. Hará posible que los hombres y las mujeres en India o en las naciones del tercer mundo, ¡puedan oír el Evangelio en segundos!”

“Esto comenzará a ocurrir fuera de New York y Seattle, comenzará a ocurrir. Te digo esto porque te daré y ya te entregué jóvenes que están tan capacitados, serás uno de los primeros en contar con esta tecnología. La usarás y la transformarás en una cuestión de billones de dólares. ¿Por qué?”. Dios dice: “Para que seas capaz de capitalizarte, tienes que ser capaz de dar. ¡Será como en los días de Moisés cuando le dijeron a la gente que dejara de dar porque había demasiado!”

¿Puedes imaginarte esto? ¡Dejen de dar porque tenemos demasiado!

“Y ellos dijeron, ‘morirán antes de esto’. ¡Mis siervos no mueren tan fácilmente! Porque aquello que te angustiaba y por lo cual soñaste, oraste y clamaste, cambiará… no en el 2008, en el 2009”.

Se traerá la luz espiritual desde Manhattan y Broadway

“Sucederá algo específico en tu cuerpo físico que lo cambiará”. ¿Por qué? Dios dice: “Probaré que los cambios y las metamorfosis que están ocurriendo en el Reino, también ocurrirán con mi siervo. Las lágrimas se transformarán en risa y en gozo. Lo difícil se transformará en sencillo. Como te mantuviste flexible, el profeta está aquí en esta mañana sólo para ti y para tu casa”. Por eso traje a mi equipo para que tocara conmigo, porque hay una marcha y un ejército que irá delante de ti preparando el camino.

“Pero comprarás 19 propiedades, no sólo en Long Island, sino en todo Manhattan, así como en otros lugares, para difundir mis temas a través de varios caminos, dramas y programas de radio. Entrará en Broadway una nueva línea de emisoras que traerán luz espiritual sobre toda la región que está dominada y sostenida bajo un yugo”, ¡dice el Señor! “¿Puedes ver la luz? ¿Puedes ver la luz? ¿Puedes ver la luz?”

“Quiero que Broadway se incendie espiritualmente. Necesitas propiedades, 19 propiedades”. Cuando Dios habla una palabra, alguien tiene que pelear. Se está desarrollando una pelea por la vida de la ciudad. Este será un emporio de la juventud. Estarás en la ciudad. Él te está preparando, practicaste y practicaste, ¿preparándote para qué? Para el mercado.

Ahora eres absolutamente responsable por orar, apoyar y respaldar lo que va a ocurrir. En esa ciudad, en Manhattan y en todos los territorios, hay jóvenes que están clamando para ser parte de esta gran maniobra.

Dios, tu eres muy astuto, vas delante nuestro y nos maniobras para ubicarnos justo allí. Provee las propiedades, provee el espacio, provee el staff, provee a los expertos y provee el equipamiento. Vayamos y demos vuelta todo bajo la cobertura correcta, para que se den cuenta que estos no son ovejas con pieles de lobo, sino que vienen a tomarlos de las tinieblas para llevarlos hacia la luz gloriosa.

Oren por todos esos líderes que están en el frente y sobre la plataforma. Vengo por ti. Mi mandato es: “¿Qué quieres hacer? ¿Qué quieres que haga para preparar el camino?”. Él está cavando pozos. ¿Qué significa esto? “Cuando venga el agua desde Edom, no desde algún avivamiento que la contiene, tus enemigos la verán como si fuera sangre, se confundirán y huirán”, esa es la palabra del Señor. No tienes que pelear esta vez, la pelea está dentro de la abundancia que Dios está trayendo.

Se están por soltar las fuentes de energía

Para el hombre del traje: “La industria que estoy trayendo sobre muchos hombres y mujeres en tecnología, cambiará al mundo. No abandones, un sueño es algo que aún no se hizo realidad. El futuro es el futuro, pero llega a ser el presente. Al mismo tiempo, Cristo se movió de un ser futuro a un ser presente. Y mucha gente no lo aceptó y lo siguen esperando. Tu futuro se transforma en presente ahora mismo. Tómalo, no importa cuán estúpido pueda parecer, no importa lo que diga la gente, ve por ello, pelea con ello y corre con ello. Las fuentes de energía que están a punto de soltarse hará que mi pueblo sea billonario, porque tendrá una revelación de lo que está sucediendo y tendrá sabiduría”, dice el Señor.

Tengo científicos me están escribiendo: “Dime más acerca de la visión que recibiste”. Dios me detuvo y me dijo: “No puedes compartirla antes de tiempo, porque son personas codiciosas. Pero también hay hombres justos y lo haré en el momento justo para ayudarlos”.

El lugar de tu dolor será el lugar donde reinarás

Señor, aquellos que te sirvieron, resistieron y se pararon con firmeza en los tiempos de la prueba, algunos de ellos siguen allí. Hónralos. Algunos de ellos tuvieron ataques cardíacos y sus familias se quebraron. No importa, siguieron peleando. Ahora regresaron y debido a esto, te recuerdo algo que Dios le dijo a Jacob. Prediqué acerca de esto en este lugar hace 6 años. Jacob se recostó sobre una roca en un lugar llamado Luz. Estaba escapando, no tenía nada y estaba en un lugar de dolor.

Mientras se sentía dormido, Dios le habló, abrió los cielos y le dijo: “Tocarás multitudes. De ti nacerá una nación. Bendecirás al norte, al sur, al este y al oeste. De ti saldrá la bendición”. Jacob se levantó en medio del mismo desastre y en el mismo lugar, pero su percepción había cambiado. Dijo: “Cuán asombroso es este lugar de dolor. Ya no es un lugar de dolor, sino un sitio para reinar. Tomaré el mismo lugar que provocó mi dolor y lo transformaré en un lugar para reinar”.

Dios no lo sacará del desastre, lo transformará. Puede que se encuentre en un desastre hoy, pero Dios lo transformará a usted en medio de ese desastre. No pida que lo quiten de allí, sea transformado y cámbielo en un lugar donde reinar para que pueda hacer algo con ello.

Jacob tomó una piedra y no tenía dinero, no tenía nada. Dijo: “Dios estaba en este lugar y nunca me di cuenta. Ahora puedo verlo, entonces le entregaré una ofrenda”. Tomó una piedra (era todo lo que tenía), y dijo: “Esta piedra será mi columna”. Esa es la palabra del Señor para sus siervos, para sus asociados y para los hombres y mujeres de Dios.

A usted que fue apedreado, Dios está derramando aceite sobre su vida para transformarlo en una columna. Pensó que era una columna. Ahora es tan fuerte (no quiero usar la palabra, pero es la que viene a mi mente), tan fundido. No hay salida John, no hay salida. Sammy, no hay salida. Georgina, no hay salida. Ahora son columnas. Entonces, creí que era una columna. Ahora son columnas de Dios.

Veinte años más tarde, después que Jacob se fue, tomó a sus mujeres y se metió en una cantidad de problemas, Dios se apareció y le dijo: “Quiero hacerte el hombre más rico de la tierra”. Dijo: “Quiero que hagas algo” y le dio una idea para que tomara una vara de almendro y la pelara, la cortara y la colocara frente al rebaño para que produjeran exactamente lo que necesitaban producir, para que pudiera hacer una gran cantidad de dinero.

Luego llegó a ser el hombre más rico, pero así es como Dios lo presenta, le dijo: “Yo soy el Dios que me crucé en tu camino, el Dios a quien le ofreciste una piedra y una columna”. Dios la tomó y dijo: “Recuerdo exactamente lo que me diste en tu lugar de dolor. El Dios que recibió tu ofrenda como una roca que se transformó en una columna. Ahora te doy acceso a toda una nueva dimensión de prosperidad”.

Esto puede parecer espiritual, puede ser: Dios le dará ideas y todos ustedes en la línea del frente necesitan ser innovadores y creativos. Debido a lo que está sucediendo, Dios le dará sueños, visiones e ideas. Úselas, preséntelas, comience una comisión si lo desea, que se sentará porque lo que está por suceder es tan grande que me hará volar. Siento que voy a explotar. Me iré de aquí tan rápido como pueda. Me están haciendo explotar, porque su fe se conectó de repente con mi palabra profética; puedo sentirlo dentro de ti.

Kim Clement

domingo, 12 de julio de 2009

“Una Novia sin arrugas ni manchas”

 

Por Kathi Pelton

clip_image002“…para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable” (Efesios 5:26-27).

Planchando las arrugas

¿Alguna vez sintieron que estaban sobre la tabla de planchar personal de Dios y el calor de la plancha recorría toda su vida quitando las arrugas? Si es así, ¡no están solos! Personalmente, nunca fui más consciente de las manchas y arrugas en mi vida como durante los últimos seis meses. Aunque a veces esto puede llegar a ser desconcertante, las buenas noticias son que “la presión en nuestra vida” es un acto soberano de Dios, no una obra de nuestra carne o esfuerzo personal. También es la confirmación que somos parte de su Novia amada que se está preparando para Él.

Desde comienzos del 2008, parece como si Dios tuviera una botella de quitamanchas en una mano y una plancha en la otra, aplicando las dos a cada área de nuestras vidas y corazones. Pero, como dicen los comerciales de los quitamanchas, queremos que el Señor remueva cada mancha en nuestras vidas y declare: “¡Está limpio!”.

Aunque es un esfuerzo conjunto entre Dios y su Novia, sigue siendo una obra soberana de gracia. Todo tiene que ver con su grito y con nuestra rendición, su autoridad y nuestra sumisión, su gracia y nuestra dependencia. No es un grito de ira amarga, sino una ira santa en contra de todo lo que mantuvo a su Novia alejada de su plenitud. Está gritando sobre nuestras vidas: “¡Ella es mía y no tiene otros dioses aparte de Mí!”.

Un tiempo de preparación

Nuestro Dios está preparando a su Iglesia para presentarla ante el Señor con un “esplendor glorioso” (vea Efesios 5:27). Aunque anhelamos ser santos y limpios, a menudo tratamos de prepararnos en nuestras propias fuerzas. Dios le estuvo quitando a la Novia todas las máscaras de santidad e hipocresía de la religión. Está tratando con lo interno y externo: ¡El corazón! Es como si todos nuestros “odres viejos” hubieran estallado y nos estuviera preparando para ser odres nuevos, pero el tiempo de lo viejo hacia lo nuevo, implica un tiempo de desnudez y exposición.

Hay elecciones que podemos tomar en este tiempo de desnudez: Correr, escondernos y encontrar una “cobertura”, como hicieron Adán y Eva en el Edén. O podemos quedarnos quietos y desnudos ante Dios, en absoluta dependencia de su gracia y misericordia, permitiendo que nos limpie y nos lave de todas nuestras inmundicias. Podemos elegir cosernos un delantal con hojas de higuera o permitir que la gracia que nos fue entregada por medio de Cristo nos vista y se lleve nuestra vergüenza.

Este proceso no es para avergonzarnos, sino para liberarnos de la vergüenza que tenemos escondida debajo de estas máscaras que llevamos. Es importante comprender que con cada obra profunda del Espíritu, hay una gran batalla que pelea en contra de ella. Durante este tiempo de preparación de lo viejo hacia lo nuevo (lo cual involucra la exposición de todo lo que no está cubierto por la gracia), el enemigo persiguió al pueblo de Dios para envolverlo con un manto pesado de culpa y vergüenza. Dios, en su infinita sabiduría, viene a limpiarnos con agua pura y con la verdad de su Palabra.

Clamamos como David en el Salmo 42:1-2: “Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?”.

Dios anhela que nos paremos cara a cara ante Él, vestidos sólo con la justicia de Cristo. Él quiere que no vayamos con algún vestido hecho por manos de hombre o con vergüenzas ocultas. Él se siente gozoso por cubrir nuestra vergüenza y remover nuestra iniquidad mientras nos aquieta con su amor. Deténgase por un momento y beba un trago de su agua purificadora.

Viviendo en la gracia

Algunos meses atrás, mi esposo y yo fuimos al centro histórico de nuestra ciudad para desayunar. Estacionamos nuestro auto frente a un negocio que recién había cerrado y noté dos cosas que surgieron proféticamente desde mi interior. La primera fue la dirección del negocio. Los números en la ventana eran “111”.

Cuando vi los números en la ventana del frente, instantáneamente tuve una visión de Dios con un “cronómetro” en su mano. Mientras hacía click para resetearlo, en lugar de aparecer los tres ceros (como yo esperaba), el display mostraba “111”. Dios me habló que le estaba dando a mi pueblo un comienzo fresco, pero que nunca comenzamos desde cero o de la nada. Nuestro lugar de partida es el Dios triuno, el “tres en uno”.

“Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos” (Efesios 4:4-6).

Luego noté el nombre en el vidrio del negocio: “Viviendo en la gracia”. Allí mismo oí al Espíritu del Señor diciéndome: “Si estuviera en el negocio de vender la gracia, también hubiera quebrado”.

El mensaje completo de la gracia es que es “gratuita”. Por lo tanto, ¡el negocio de Dios sigue funcionando! Mientras avanzamos en este año, estamos ingresando en el año de la manifestación de su gracia asombrosa. Debemos depender por completo sólo de su gracia. Hay un Dios y sólo uno, es el único que salva por gracia. Él nos invitó y continúa haciéndolo, a vivir una “vida en la gracia”, el lugar donde vivimos sólo por la gracia.

¡No debemos andar buscando una vestimenta porque nuestra vestidura fue provista por la justicia de Cristo! Él es nuestra cobertura. Podemos dejar ir la culpa y la vergüenza de las mascaras hechas por manos de hombre, escondiéndonos de Él. ¡Podemos conocer que somos totalmente aceptados, amados, recibidos y cubiertos!

Él reseteó el cronómetro para aquellos que están corriendo su gran carrera. Los números son 111 y permanecerán así por toda la carrera porque Él es uno (Padre, Hijo y Espíritu Santo), quien nos llevará hasta la línea de llegada.

Pablo escribió en Filipenses 3:9: “…y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe”.

Cara a cara

Ahora que se nos recordó que podemos estar ante Dios cara a cara, por medio de la gracia que nos fue entregada y por medio de la justicia de Cristo, podemos desechar cada creencia con la que nos pusimos de acuerdo concerniente a la culpa y la vergüenza.

Conozco a un joven que se casó hace poco, él es norteamericano y ella canadiense. Debido a los procesos migratorios, no pudieron casarse por un año. La separación es agonizante para la joven pareja porque están profundamente enamorados. Decidieron que el joven viajara para estar cerca de Canadá por algunos meses mientras ella trabajaba en su status migratorio.

Los padres del joven se alarmaron un poco por esto porque durante su compromiso lo más sabio era quedarse en Estados Unidos y trabajar para poder ahorrar dinero para su casamiento, porque él no podía trabajar en Canadá. Cuando sus padres le preguntaron acerca de esto, su respuesta fue: “Yo sé que no tiene sentido, ¡pero debo estar cara a cara con ella!”.

Esta es una imagen hermosa del anhelo del Señor por su Novia. Él también abandonó su hogar para estar cara a cara con ella y redimirla para Él. Hasta hoy, Él anhela tener con nosotros una intimidad cara a cara para sentir el soplo de su amor. Creo que habrá muchas cosas que el Señor nos pedirá en el futuro cercano que no tendrán sentido para la sabiduría de los hombres, en una medida mucho mayor que en el pasado. Todo tiene que ver con su anhelo por tener intimidad y estar cara a cara con su Novia.

Hay un lugar para dejar el confinamiento de aquello que conocemos y aún lo que aprendimos, para entrar en el lugar donde vivimos conforme a sus anhelos. Aunque para conocer los anhelos del Señor, debe estar muy cerca de Él, porque los susurra en momentos de intimidad.

Santo y aceptable

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2).

Finalmente, quiero alentarte a permitir que el Señor haga una obra profunda de transformación dentro de ti por medio de la renovación de tu mente. Creo que aún aquellos que se consideran amantes íntimos de Dios, pueden caer en una rutina donde comienzan a caminar por lo que aprendieron, en lugar de ser guiados por el Espíritu.

Podemos acostumbrarnos tanto a la vida Cristiana (caminando en todo lo que aprendimos) que comenzamos en su nombre porque nuestra mente volvió a tomar el control. Aunque estos pensamientos y caminos pueden estar basados en verdades bíblicas y enseñanzas piadosas, el conocimiento aparte de la guía del Espíritu, puede llevarnos a seguir una dirección en la cual el Señor no está.

¡Queremos conocer la voluntad de Dios que es apropiada, agradable y perfecta! No queremos asumir que la voluntad del Señor se pueda discernir por las experiencias o las enseñanzas del pasado, sino por caminar en intimidad, cara a cara, más allá de cualquier ejercicio mental o pensamiento natural. Personalmente, quiero vivir en el lugar de los “anhelos” del Señor. Quiero ser la respuesta a sus anhelos mientras Él es la respuesta a los míos. Quiero oír y moverme desde el lugar donde oigo los susurros del Señor. Fuimos invitados a esta clase de vida cara a cara que nos prepara como esa Novia, sin arrugas ni manchas.

“El Espíritu y la novia dicen: ¡Ven!; y el que escuche diga: ¡Ven! El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida” (Apocalipsis 22:17).

¡Beba profundamente!

Kathi Pelton

“Un punto de quiebre en la historia”

 

Por Jeff Beacham

clip_image002Jesús puso el mundo patas para arriba

Dos mil años atrás ocurrió el mayor punto de quiebre de la historia. ¡El nacimiento de Jesús literalmente partió la historia justo por la mitad! Aún el mundo secular actual sigue midiendo el tiempo desde su nacimiento, aunque muchos en nuestra cultura querrían remover ese hecho. ¡Pero no se discute que no hay otra persona registrada en la historia a quien se le haya concedido semejante honor!

Hubo otros puntos de quiebre en la historia desde que Jesús caminó sobre la tierra, pero ninguno tuvo el impacto en este mundo que provocaron su vida y su ministerio. ¡Él y su banda de radicales “toscos”, pusieron el mundo patas para arriba!

Señales del Reino

En Mateo 10, Jesús comisionó a sus doce discípulos y los envió de a dos para anunciar que el “Reino de los Cielos está a la mano”. Hoy, nuestro sentido contemporáneo de la frase “a la mano”, sería “cercano” o “próximo”. Sin embargo, un significado más certero de la palabra “a la mano”, sería saborear o dar una mirada a lo que está por venir.

Vino la primera vez para anunciar la venida de un Reino que no pertenecía a este mundo y prepararnos para una mayor dimensión de plenitud en algún momento en el futuro.

En el mismo contexto, Jesús luego definió esta vislumbre del Reino como una demostración del poder sobrenatural, instruyendo a sus discípulos para “… sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, sanar a los leprosos y echar fuera demonios”.

Así como un cartel puede darle una idea de lo que sucede por delante en la autopista, (un restaurant o una estación de servicios), estas serían las señales que indican el camino para el Reino mayor que está por venir.

Consumación futura

Este es un componente futurista del Libro de Apocalipsis que declara en el capítulo 21:3-4: “Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir”.

Esta es la consumación futura del cielo nuevo y la tierra nueva, reuniéndose como un Reino donde Dios habitará con su pueblo para siempre.

La similitud entre las instrucciones de Jesús hacia sus discípulos y el resultado final de Apocalipsis 21 es obvia. En ambos casos el Reino de los Cielos se encuentra con la tierra y es definido como un lugar donde no habrá sufrimiento humano o muerte. El resultado final es extremadamente mayor a un “vistazo”. Sin embargo, Jesús quiso darnos un primer vistazo 2000 años antes.

¡Nuevo tiempo, nuevo paradigma!

Hoy estamos en el umbral de un cambio de paradigma. Hay un mover fresco de su Espíritu con un énfasis en la sanidad sobrenatural, la resurrección de muertos y la liberación de influencias demoníacas que se está esparciendo rápidamente a lo largo de muchas partes del mundo occidental.

Nunca hubo falta de milagros en las naciones del tercer mundo, porque muchas de ellas no tienen el lujo que ofrecen las opciones médicas de Occidente. En muchas de estas naciones, la única opción que tienen es Dios. ¡La diferencia es la desesperación!

En tiempos recientes, el Espíritu Santo elevó el calor de la desesperación, el hambre y la pasión por la presencia de Dios y el poder para obrar milagros en Occidente. Estamos comenzando a ver el mismo nivel de señales y maravillas que estábamos acostumbrados a ver en el tercer mundo. Sin embargo, esta ola fresca de calor espiritual está liderando las manifestaciones del poder de Dios y las demostraciones del Reino.

Así como en los días de Jesús, algunos lo abrazaron con entusiasmo, pero otros se oponen fervorosamente. Algunos son cautelosos y otros se hacen preguntas.

En Mateo 11:11, Jesús dice: “Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él”. Antes, en el mismo capítulo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” (Mateo 11:3).

Si estaba bien que el mayor del Antiguo Testamento preguntara acerca de Jesús, aún después que Dios le confirmó en el Jordán por medio de una revelación especial quién era, también está bien para nosotros. Aún Jesús tuvo preguntas acerca de su propósito y su destino en el huerto de Getsemaní y luego en la Cruz, cuando clamó: “¿Por qué?”.

El presente derramar del Espíritu demostró algunos quiebres en este patrón con una confluencia de líderes involucrados en el avivamiento de Toronto y Brownsville, junto al mover apostólico y profético.

El 23 de Junio, el Servicio de la Alianza Apostólica de la que formé parte en el derramar de Florida, junto a Peter Wagner, Ché Ahn, Bill Johnson y John Arnott, es sólo un ejemplo de cómo las diferentes generaciones de avivamiento operan juntas en el presente.

De cualquier modo, si estamos de acuerdo con lo que está sucediendo o no y aún si somos indiferentes, ¡ahora mismo estamos ante un cambio innegable en la manera de hacer las cosas! ¿Podríamos estar en el umbral de otro punto de quiebre en la historia?

La nube se está moviendo

Isaías 60:2 dice: “Mira, las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria!”. Aunque esta profecía se refiere en primer lugar a Jerusalén, ¿sería mucho pensar que tiene una aplicación para este tiempo? Hoy vemos un aumento de las tinieblas sobre la economía y la sociedad, aún los cristianos sienten sus efectos, ¡pero no necesitamos entregarnos a esta negatividad!

Jeremías 17:5-8 dice: “Así dice el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor! Será como una zarza en el desierto: no se dará cuenta cuando llegue el bien. Morará en la sequedad del desierto, en tierras de sal, donde nadie habita. Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia y nunca deja de dar fruto”.

Si estamos en el umbral de otro punto de quiebre, entonces sucede lo mismo que con el pueblo de Israel cuando Dios los llevó a las orillas del Jordán, tuvieron que tomar una decisión. Pudieron quedarse del lado del desierto o cruzar el río hacia un territorio nuevo, la tierra prometida. ¡Movámonos hacia las cosas de Dios en este tiempo!

Aquellos que se mantengan en movimiento con la nube de Dios y avancen en la agenda del Reino, nunca quedarán atrás o serán redundantes en su plan para ver el Cielo y la Tierra unidos como uno sólo.

Jeff Beacham