domingo, 28 de noviembre de 2010

“Oigan, el Espíritu Santo tiene algo que decir”

Por James W. Goll

clip_image002Herramientas prácticas para ayudarnos a oír

“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca” (Mateo 7:24-25).

Seamos reales y pragmáticos en este punto mientras investigamos algunas herramientas prácticas que nos ayudarán en nuestro camino para aprender a oír mejor al Señor.

Diez herramientas efectivas para oír

Número uno: ¡No complique oír a Dios!

Oír a Dios no es complicado. Tendemos a complicar todo este tema. A continuación veremos algunos pasos sencillos que nos ayudarán a oír a Dios de una manera muy simple.

1) Sométase a su señorío

Pídale que lo ayude a silenciar sus pensamientos, deseos y opiniones. Desde ahora sólo oiga los pensamientos del Señor. Proverbios 3:5-7 dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal”. Santiago dice: “Sométanse a Dios, resistan al diablo y huirá de vosotros”. Antes de resistir, siempre hay que someterse.

2) Resista al enemigo

Use la autoridad que Jesucristo le entregó como discípulo para acallar la voz del enemigo. Aplique la sangre de Jesús sobre su vida y resista al enemigo. Se alejará de usted aterrado. ¡Grandes noticias! Si en primer lugar hace lo que Dios quiere que haga, Él hará por usted lo que no puede hacer por sí mismo.

3) Pregunte y espere la respuesta de Dios

Haga las preguntas que haya en su corazón y no tema llevarlas ante el trono de Dios. Ahora debe esperar que Él le responda. Crea que mientras se somete a Dios y resiste al enemigo, puede esperar ser lleno con el conocimiento de la voluntad de Dios, con toda sabiduría y entendimiento espiritual (Colosenses 1:9). Ahora, a veces la respuesta puede ser inmediata y otras veces demorará un poco más, pero el aspecto más importante es preguntar, esperar y recibir.

Número dos: Permita que Dios hable como Él quiera

No trate de imponerle a Dios el método que usted prefiere. Oiga con un corazón rendido. Postrarse y oír están ligados directamente. Él puede escoger hablarle de una manera que usted no acostumbra. Le hablará a través de su Palabra escrita, una persona, sueños, pensamientos, visiones, en forma audible, etc. Habiéndose sometido, resistido y preguntado, no le ordene cómo responder a su pregunta. Permita que Dios le hable como quiera.

Número tres: Confiese los pecados conocidos

El Salmo 66:18 dice: “Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado”. Si el Señor no lo oye, no recibirá la respuesta que espera, porque no puede oír su pregunta. El tercer punto de oír la voz de Dios es la piedra fundamental del cristianismo: Confiese sus pecados. Él está esperando para oír y perdonar. Confiese sus pecados a su Padre en el nombre de Jesús. Un corazón limpio es el prerrequisito para oír a Dios.

Número cuatro: ¿Obedeció lo último que Dios le dijo que hiciera?

Si aún no obedeció sus últimas órdenes, ¿por qué piensa que le dará nuevas? Él está esperando que haga lo que ya le dijo. Esta es la razón principal por la cual la gente piensa que Dios no los oye. Él ya habló y usted sabe lo que debe hacer. Ahora vaya y hágalo. Es una cuestión de obediencia. Regresar y terminar sus últimas órdenes puede ser una palabra de sabiduría que necesita para continuar su camino.

Número cinco: Tome la iniciativa

Dios usará a otros para confirmar su guía, pero debemos aprender a oír la voz del Señor por nosotros mismos. Dios es celoso y quiere que usted le hable. Afírmese en su propia identidad en Cristo. Debe darse cuenta que es un hijo o hija del Creador del universo en su propio derecho. Él prometió guiar a los suyos y nos entregó su precioso Espíritu Santo para ser nuestro guía. ¿Él lo está guiando? No dependa equivocadamente de los demás. Al mismo tiempo, no salte en la zanja opuesta como alguien exagerado que cultiva un espíritu independiente y rebelde. Ya lo tiene y debe aprender a hablar con Dios por sí mismo.

Número seis: No hable de su palabra demasiado pronto

Este es un punto verdaderamente sabio. ¡Desearía haberlo conocido antes en mi vida! Creo que el soñador José podría haber deseado lo mimo. El propósito principal de esperar es ayudarlo a reconocer los errores que no son obvios. ¿Alguna vez consideró que Dios podría querer compartir un secreto con un amigo confiable? ¿Consideró pedirle permiso antes de abrir su boca y repetir todo lo que sabe?

Demasiadas veces Dios nos habla algo que ocurrirá antes que suceda. Su palabra viene para prepararnos y cambiarnos para ser vasos calificados para hacer lo que nos habló. Nos preparará para lo que viene.

Número siete: Dios confirmará lo que le está diciendo

Debe darse cuenta que Dios usa a otros para confirmar su palabra. Es parte de su red de protección. 2 Corintios 13:1 establece que Dios confirmará su palabra por medio de dos o tres testigos. Esta verdad particular se repite tres veces en la Biblia. Dios confirmará su palabra por medio de testigos o por el testimonio de dos o tres más. ¡Esto es maravilloso! Si realmente es Dios, hablará lo mismo o de una manera similar más de una vez. En otras palabras, no debe salir corriendo ni bien recibe una palabra. Si realmente viene de Dios, necesita ser confirmada. Descanse en ese hecho. Crea que el Señor hablará por medio de aquellos que están en autoridad sobre su vida. Confíe en el Señor y ore por aquellos que están en autoridad. Hay seguridad en la multitud de consejo.

Número ocho: Reconozca las imitaciones

Satanás ama imitar. Él no tiene nada original porque sólo es una copia. Es una imitación. ¿Qué significa esto? Quiere decir que afuera hay algo auténtico y real. El enemigo sólo imita lo real. Falsifica dinero. ¿Por qué? Porque existe dinero real que tiene poder.

¿Por qué el enemigo imita las voces, lo oculto, las experiencias y aún los encuentros sobrenaturales? Porque nuestro Señor tiene el poder real, los sueños reales, millares de ángeles y el verdadero sistema de guía.

Dios es un ser sobrenatural. La gente nació para rechazar todo aquello que sólo la voz del Padre puede llenar. Pero debe cuidarse de las imitaciones que vienen desde el lado oscuro porque existen para atraparlo. ¡Repréndalas en el nombre de Jesús!

Número nueve: Practique oír la voz de Dios

Sí, practique oír la voz de Dios y será más fácil. Es como levantar el teléfono y reconocer la voz de un amigo. Usted sabe que es su voz porque está acostumbrado a oírla.

Si quiero conocer la voz del Señor, debo pasar tiempo a solas con Él. Hoy la voz del Espíritu Santo es amorosa conmigo. No quisiera entristecerlo. Debemos aprender a conocer la voz de nuestro Maestro y eso sólo ocurre pasando tiempo a solas con Él. Cuanto más practique, más fácil será.

Número diez: Cultive una relación de intimidad

Desde la perspectiva de Dios, la razón más importante para oír su voz no se limita a hacer lo correcto, implica conocer la Fuente. Si no tiene una buena comunicación con una persona, no tendrá una relación vibrante con ella.

La verdadera guía requiere mantenerse cerca del Guía. Crecemos mejor en el conocimiento del Señor cuando nos habla. Mientras lo oímos y obedecemos su palabra, agradamos su corazón. Nuestra relación con el Padre va más allá que la información, guía, sueños, visiones, ángeles y todo el mundo sobrenatural. Va mucho más allá de eso.

Todo tiene que ver con la intimidad con Jesús. Los dones del Espíritu son aperitivos para aumentar nuestro deseo por recibir más de Él. La voz de Dios se usa para crear una necesidad más profunda en nuestro interior para que podamos establecer una comunión íntima con Él. La razón para oír su voz es realmente simple: Cultivar una relación de intimidad con nuestro Padre. Él quiere tener comunión con nosotros aún más de lo que nosotros queremos estar con Él. Acérquese, porque Él se está acercando a usted.

Estos son pensamientos simples sobre cómo oír la voz de Dios. Espero que estas herramientas que se añaden a su vida lo lleven a oírlo mejor. ¡El Espíritu Santo tiene algo que decirle!

¡Bendiciones!

James W. Goll

“Oír y obedecer la voz del Señor será cada vez más crítico”

Por Rick Joyner

clip_image002Para comprender los tiempos, siempre trato de ir hacia el fundamento de un asunto para ver si puedo reconocer la mano de Dios en ello. El Salmo 90:17 dice: Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra de nuestras manos. Con frecuencia oro sobre esto porque no quiero ocuparme de otra cosa que no sean los negocios del Padre. Quiero saber que lo que estoy haciendo es verdaderamente su obra y que las cosas que estudio son para sus propósitos. Me interesan muchas cosas, pero no estoy aquí para entretenerme sino para hacer la voluntad de Dios, por eso busco confirmación para todo aquello en lo que estoy trabajando.

Como líder de un ministerio que atrae a mucha gente profética pasé décadas tratando de comprender la profecía y nunca encontré un lugar en las Escrituras donde el Señor estuviera obligado a repetir la profecía para confirmarla. Josías, uno de los reyes más justos de la historia de Israel, murió porque no reconoció la voz del Señor hablándole a través de una fuente inapropiada y no recibió una confirmación. Puede ser peligroso presumir cosas, especialmente al enseñar temas como principios que no están establecidos como tales en las Escrituras.

Sólo porque algo aparezca una vez en la Biblia no significa que es un principio. Sin embargo, si aparece una vez puede que sea posible. Un principio teológico básico que creo es correcto, es que si todo el peso de las Escrituras dice una cosa y hay un verso que dice lo contrario, no podemos basar nuestra teología en eso. Debemos hacerlo sobre el punto que sostiene toda la Palabra. Por supuesto que debemos tratar de entender cual parece ser una excepción, pero hasta que lo hagamos no debemos basar nuestra teología o enseñanzas en ello.

Encontramos ejemplos del Señor repitiéndose a sí mismo a la gente, pero es la excepción. Por lejos, vemos que tiende a hablar una sola vez esperando que lo oigamos y obedezcamos. No es como un padre que le repite las instrucciones a un hijo. Entonces el niño aprende que antes de obedecer tiene que oír varias veces las órdenes o que se debe elevar el tono de voz por la irritación. El Señor dijo que nuestro sí debe ser sí y nuestro no debe ser no, otra cosa diferente es una perversión (Mateo 5:37). Podemos esperar que Él les enseñe a sus hijos a oír la primera vez y lo que quiso decir la primera vez.

Oír y obedecer

Traté de enseñarles a mis hijos de la misma manera para que oyeran y obedecieran la primera vez que les hablaba sin discutir, a menos que no me oyeran con claridad. Nunca les impedí que me preguntaran lo que no entendían, pero no les permití desafiar mis instrucciones a menos que hubiera una causa de fuerza mayor que pensaran que era suficiente como para hacerme cambiar mis instrucciones. Aprendí esto durante mi instrucción militar y como piloto.

Cuando estaba en la infantería me dijeron que si no obedecía las órdenes, podría morir y aquellos que estaban bajo mis órdenes también podrían terminar igual. Pero también podría poner en riesgo a toda la fuerza por mi desobediencia. Si me asignaban una posición y cuando llegaba allí me movía hacia una cercaba, podría caer bajo el fuego amigo. ¿Por qué? Si observaban fuego desde una posición donde no habían enviado a nadie, pensarían que es un enemigo. Cuanto más intensa fuera la situación, más peligroso sería desoír las instrucciones y no obedecerlas.

Como piloto si me decían que debía estar a una determinada altitud y dirección, podría verme ocupando el mismo espacio y al mismo tiempo que otro avión, algo muy peligroso. En el vuelo de combate, si no se encuentra en la dirección y la altura asignada, lo considerarían un enemigo y podría ser derribado por sus propias fuerzas de infantería en tierra.

A medida que nos acercamos al fin de este tiempo, oír y obedecer la voz del Señor será cada vez más crítica y en el tiempo correcto será una cuestión de vida o muerte. Como el énfasis de nuestro ministerio es conocer la voz del Señor desde nuestros comienzos y llevamos décadas buscando conocer cada vez más su voz, creo que como ministerio tenemos una gran ventaja sobre casi todos los que conozco. Sin embargo, pude oír repetidamente al Señor que debemos conocer su voz mucho mejor que hoy para poder atravesar los tiempos que vienen.

Rick Joyner

domingo, 21 de noviembre de 2010

“2011: Guía para estos días, ¿qué está haciendo Dios?”

Por Bobby Conner

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En este tiempo de oscuridad y tinieblas profundas, muchos están tropezando en desesperación, abrumados por la confusión y la duda. Sin embargo, como seguidores de Jesús tienen una oportunidad asombrosa: “Debemos atrapar las claves de la sabiduría divina, conociendo cómo alentarnos en el Señor, sin tambalear o temer, sino avanzando con velocidad hacia nuestro destino y acceder a la ayuda del Cielo para vencer las pruebas y las adversidades por venir”.

Ester 4:14 dice: “Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como éste!”. También recuerde que el Reino de Dios está en usted para un tiempo como éste.

Nunca dude esto: “Dios mismo lo escogió para estar en la tierra en un tiempo tan crucial de la historia como este. Este es su destino, levántese, afírmese por la Verdad y haga una diferencia en el mundo. Usted es sal y luz, el Espíritu Santo lo ungió con una unción poderosa para operar. Está dotado de una manera única para navegar por estos tiempos, guiado por el Espíritu de Verdad” (vea Nehemías 9:20).

¡Prepárese para contemplar las obras del Señor!

Muchos tienen preguntas sobre los tiempos y las estaciones. ¿Cuál es esta estación? ¡Es la estación de la cosecha! Pablo nos informa que no debemos engañarnos porque cosecharemos lo que sembramos. Esto es extremadamente alentador porque muchos estuvieron ocupados por años en la intercesión, orando para que Dios llene la tierra con su gloria y clamando para que Jesús les entregue su recompensa. Muchos se unieron implorándole al Cielo para ver la gloria del Reino de Dios. Este es un tiempo de oraciones respondidas (vea 2 Corintios 6:2 e Isaías 49:8). Tendrá respuesta el clamor corporativo “venga tu Reino, sea hecho en la tierra como en el Cielo”.

Al acercarnos al final de los tiempos descubrimos que habrá una estación de gran cosecha, entramos en este tiempo con gozo y confianza, con gritos de alegría y adoración. Este no es tiempo para estar en derrota o desánimo, estamos llamados a caminar en libertad en cada área de nuestra vida. Por tanto, nuestro corazón debe llenarse de gozo y victoria.

El Salmo 126:1-6 dice: “Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando. Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: El Señor ha hecho grandes cosas por ellos. Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría. Ahora, Señor, haz volver a nuestros cautivos como haces volver los arroyos del desierto. El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas”.

¡Comenzó la gran cosecha! Este es el tiempo para entrar en los campos de cosecha del Señor, “contemplaremos sus obras”. Hechos 1:8 declara que recibimos el Espíritu de Dios por propósito y poder. Seremos herramientas efectivas en el campo de la cosecha.

Recientemente estaba clamando al Señor sobre el Salmo 90:16-17: “Oh Señor, ¡que aparezcan tus obras!”. Repetí esta oración varias veces, cuando repentinamente el Señor me habló y dijo: “¡Ve a trabajar!”. Si queremos ver las obras del Señor debemos trabajar en sus campos de cosecha. Enfrente estos días con confianza, conociendo que no estamos solos en la tarea que nos asignó, el Señor está con nosotros (vea Josué 1:9).

Multitudes se hacen las mismas preguntas:

¿Qué dice Dios? ¿Cuál es la palabra del Señor para el 2011? La hora crítica en la que vivimos demanda que sepamos lo que Dios está hablando. Por eso esta es una pregunta excepcionalmente importante. Sin embargo, hay una pregunta mucho más importante.

¿Qué está haciendo Dios?

Sin dudas, debemos tener oídos para oír lo que Dios está diciendo, ¡pero es extremadamente importante tener ojos para ver lo que Él está haciendo! Pídale al Espíritu de Dios que abra sus ojos espirituales para ver las obras y los caminos de Dios (vea Efesios 1:17-18). El plan y el propósito de Dios es soltar sus ojos y oídos para ver y oír (vea Mateo 13:16).

Nadie puede ser neutral o no estar comprometido, estos días reclama que nos paremos firmes ante la verdad. Espero que usted se sienta profundamente estimulado y movilizado para buscar la revelación del Señor con todo nuestro corazón. Si nos comprometemos a poner todo nuestro corazón en las cosas de Dios tendremos una gran recompensa.

Jeremías 29:12-13 dice: “Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón”. Dependa del Espíritu de Verdad para que sea su Guía y su Maestro, le dará revelación y entendimiento.

Juan 14:26 dice: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho”.

Estos son días oscuros y peligrosos (vea 2 Timoteo 3:1) y necesitamos con desesperación la guía divina (vea Salmo 119:130). Pídale al Espíritu Santo que le imparta revelación y entendimiento sobre lo que está hablando (Santiago 1:5). Permita que el Espíritu de Verdad lo guíe profundamente hacia la Sabiduría de los tiempos. Sí, un abismo llama a otro abismo en este tiempo decisivo de la historia (vea Salmo 42:7). Este es un tiempo donde se manifestará el Maná escondido (vea Apocalipsis 2:17).

Nadie debe estar ocioso porque este es un tiempo de avance y promoción en el Reino de Dios. Active su mente para que pueda transformar al mundo, dejando de pelear para seguir haciendo lo mismo. Estamos ungidos para ser catalizadores de cambios extremos. Así como el joven David, con el corazón de un guerrero confrontó las burlas de Goliat, reconocerá que existe una “causa divina” (vea 1 Samuel 17:29).

El Espíritu de Dios revelará los secretos del corazón de Dios a los que lo busquen (vea Deuteronomio 29:29). Enfrente el futuro con fe, conociendo que el Dios todopoderoso le entregó su Espíritu para instruirnos en el camino que debemos seguir (vea Nehemías 9:20). Nadie necesita tropezar en la oscuridad, todos podemos caminar con coraje en la luz revelada de la voluntad de Dios (Salmo 119:105).

Confíe, ¡el Espíritu de Dios está obrando!

¡Está revelando el poder de Dios! Prepárese para contemplar la evidencia de la obra de Dios. Él está respondiendo el clamor del Salmo 90:16-17: “¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos, y tu esplendor a sus descendientes! Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra de nuestras manos”.

El clamor desesperado de las multitudes continúa ascendiendo ante el Cielo, el pueblo de Dios está cansado de los rituales, debilitado por las palabras huecas, su clamor es ver la mano de Dios moviéndose en la tierra, contemplando el Señor en su esplendor y poder. Las palabras huecas y los programas pulidos no son suficientes para traer la gloria de Dios y desatar el poder de su Reino. Es tiempo para la acción (vea 1 Corintios 4:20).

Si vamos a ver la revelación del Reino de Dios, es imperativo que tengamos una demostración verdadera de su poder: “Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de éste crucificado. Es más, me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo. No les hablé ni les prediqué con palabras sabias y elocuentes sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana sino del poder de Dios” (1 Corintios 2:1-5).

¡El clamor profundo de sus corazones por contemplar el poder de Dios recibirá respuesta! El Espíritu de Dios revelará su corazón operando poderosamente en estos días. El Señor dijo: “¡Mi pueblo tendrá hambre de poder por las razones correctas!”.

Prepárese para ser un instrumento en las manos del Maestro y llene su corazón con una fe atrevida, con una confianza inconmovible en el Espíritu de Dios que habita dentro de usted para que cumpla todo lo que está asignado para su vida. Esta es la seguridad y la confianza que tenemos por medio de Cristo en Dios. Esto no quiere decir que somos firmes porque calificamos por nuestra habilidad personal o por cualquier cosa que surja de nosotros, nuestro poder y suficiencia vienen de Dios.

2 Corintios 3:4-6 dice: “Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida”.

Que nuestra expectativa aumente más y más, esperando ver señales y maravillas que asombrarán la mente de los hombres (vea Efesios 3:20-21). Es tiempo para que la humanidad contemple con asombro el poder de Dios de una manera atrevida e inconfundible (vea Hechos 3:10).

Se está agitando una gran excitación en los cielos, millares de ángeles se están preparando para moverse a favor del pueblo de Dios. Espere asombrarse por la realidad de Dios. Estamos viendo dos eventos desarrollándose al mismo tiempo: los que están cayendo y los que tienen cada vez más hambre por el Dios viviente.

El amor radical produce un celo ardiente

Cristo revela que una de las características de los últimos días será que el amor de muchos se enfriará. “Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Sin embargo, el Señor tendrá su cosecha, sus trabajadores serán abrazados por su pasión y poder, así como los primeros discípulos trastornaron el mundo para Cristo. Nosotros experimentaremos lo mismo.

El Señor nos está llamando a volvernos a Él, arrepintiéndonos y amándolo con todo nuestro corazón para vivir en un amor radical. Apocalipsis 2:4-5 dice: “Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro”.

Desde el corazón de la Iglesia se está levantando un anhelo cada vez mayor por vivir en la presencia de Dios. Esto resulta en un alejamiento drástico de la lujuria de la carne, buscando agradar al Señor en cada área de su vida.

Colosenses 1:9-10 dice: “Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios”.

Dios reclama una respuesta genuina ante lo que está diciendo y haciendo, nadie puede ser neutral o apático. Dios está llamando a sus guerreros para que defiendan la fe con un celo ardiente: “Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud” (Salmo 110:3).

Bobby Conner

“¿No oíste?”

Por Keith Miller

clip_image002Es tiempo de aplicar el conocimiento de la grandeza de Dios sobre su vida

Isaías 40:28-29 dice: “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil”.

¡Isaías 40 es la descripción más grandiosa de Dios jamás escrita! Luego de haber invertido gran parte de este capítulo describiendo a su pueblo, su poder, su grandeza y su gloria, Dios muestra a través del profeta Isaías, particularmente en estos dos versos y los dos siguientes, cómo atraer su conocimiento para transformar nuestras vidas.

¿Por qué? Porque es posible creer en el poder infinito de Dios y sentir al mismo tiempo que es capaz de suplir nuestras necesidades personales. Aquí aprendemos que Él comprometió todo su poder infinito en fortalecernos, consolarnos y salvarnos. Comprender esto, conociendo su grandeza y oyendo verdaderamente lo que ya sabemos, debería persuadirnos que Él no se olvidó de nada. Él ve todas las cosas, las escondidas, las que se ven y las que no se ven.

Nuestra fortaleza será como el día

Desde hace varios meses, el Señor me tiene declarando que está trayendo una nueva profundidad de su fortaleza sobre su Iglesia. Fortalecerá su Iglesia. La Iglesia es su plan y no el plan del hombre. Los planes e intenciones de los proyectos del hombre no son nada, porque el consejo del Señor permanecerá para siempre, los pensamientos de su corazón perduran por generaciones.

El Salmo 33:11 dice: “Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos”. Nuestros planes sólo nos llevan al desgaste. Los planes de Dios fluyen con transformación y fortaleza, poder infinito y sabiduría insondable.

Isaías 40:30-31 dice: “Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”.

Él le está diciendo a su Iglesia: “¿No sabías? ¿No oíste? ¿No viste? Yo soy el Señor. ¡Yo soy Dios! ¡Soy el Creador de los confines de la tierra, el Dios eterno! ¡Mi entendimiento es insondable! ¿Quién como Yo? Yo no duermo ni me preocupo. ¿Quién puede detenerme? ¿No lo sabes? ¿No oíste que le doy poder al débil y al cansado? Le doy fuerzas a aquellos que no las tienen. No sólo les doy fuerzas, las aumento. ¡Multiplico las fuerzas y las hago abundar!”.

La palabra sobreabundar significa extremadamente ricos. Habla de sobreabundar en fuerzas. ¡Asombroso! Un río de su fuerza, poder y autoridad fluyendo sobre nosotros, multiplicándose cada vez más.

¿Está viviendo como alguien que conoce y oyó lo que declara el Creador todopoderoso? Sin importar lo que dice la gente, sin importar lo que pudiera parecer. Sin importar los intentos del enemigo para tratar de robarle sus fuerzas. ¿No oyó? Él está trayendo un cambio: ¡renueva nuestro poder y fortaleza! Hará que se desate el viento fresco del Espíritu Santo para que haya mayores avivamientos mientras se desarrolla su plan para su Iglesia.

¡Anímese!

Fortalézcase en el Señor y en el poder de su fuerza. El Señor está por realizar cosas maravillosas en la tierra. ¡No tema! Fortalézcase hoy por el río abundante de su poder.

La Iglesia está cambiando, se está renovando y llenando de poder. Dios tendrá para sí mismo una Iglesia sin arrugas y sin manchas. Está formando para sí mismo un cuerpo de creyentes que expresarán la plenitud de Cristo sobre la tierra. Equipará, llenará de poder y madurará a la gente para caminar y expresar la plenitud de Cristo. Fortalecerá a la Iglesia para extender la victoria de Jesús sobre aquellos que están atados y arrasados por el enemigo.

¡Libertad! ¡Intervención divina! ¡Vidas cambiadas para siempre!

¿No oíste? ¿No te enteraste?

Él es el Dios eterno. El Señor. ¡Él es el Dios creador! ¿Quién y qué podrá detenerlo? ¿Quién le puede enseñar o aconsejar?

Estoy excitado por lo que el Señor me está mostrando y compartiré más en las próximas semanas y meses, mientras Él nos aparta de los planes de nuestro corazón para ligarnos a los de Él, parándonos sobre el río de su consejo, sabiduría, fuerza y poder. Donde Dios comenzó una buena obra en la Iglesia, es fiel para completarla continuamente hasta el día de Jesucristo, desarrollándonos y perfeccionándonos hasta llegar a la plenitud (vez Filipenses 1:6). ¡El propósito del Señor prevalece!

Keith Miller

domingo, 14 de noviembre de 2010

“Mire fijo a los ojos a su enemigo hasta que se retire”

Por Chuck Pierce

clip_image002Amados amigos:

Esta es una palabra profética que recibimos el miércoles pasado por la noche, durante nuestra vigilia de intercesión por Israel.

El Salmo 110:1-2 dice: “Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. ¡Que el Señor extienda desde Sión el poder de tu cetro! ¡Domina tú en medio de tus enemigos!”.

El Señor dice: “Viene una victoria por medio del Espíritu Santo. No te muevas de tu posición conmigo durante los próximos días. Mantente posicionado conmigo porque dominarás desde ese lugar de victoria. Te entrego un cetro para dominar sobre tus enemigos y ellos no dominarán sobre ti. Te estoy entregando dominio junto a Mí”.

“Donde el enemigo te dijo, ‘el Señor no reina’, Yo digo que te estoy sentando en lugares celestiales con Cristo para que puedas ver dónde reinas con Él. Abre tus ojos y ven aquí arriba. Estuviste demasiado por debajo de tu nivel. Estoy abriendo las puertas del coraje. Mira a tu alrededor para ver quien tiene problemas para resistir y aliéntalo. Cuando uno del Cuerpo sufre, todo el Cuerpo sufre. Cuando uno prospera, todo el Cuerpo prospera”.

Chris Hardy entregó una visión: “Veo cables de batería. Tus baterías se agotaron y recibiste un empujón sólo para avanzar un poco más. Cuando quitaste ese cable de batería el auto arrancó, las luces se encendieron y las ruedas comenzaron a rodar. Avanzaste un poco más por el empujón que recibiste en el nombre del Señor. Alguien no sabe cómo arrancar mañana. Estás ansioso por saber cómo seguirás en movimiento. El Señor te dice: Descansa en mí y arrancarás mañana, recorrerás el camino que Yo quiero. Obsérvame mientras inicio todos los procesos mañana para que puedas moverte hacia adelante con un ritmo diferente al de hoy”.

Mirando fijo a los ojos

Luego pude ver que nos levantábamos y avanzábamos, pero el camino estaba cercado por lobos. Repentinamente el Señor dijo: “Mírenlos a los ojos, mírenlos a los ojos, porque estos lobos te gruñeron y te hicieron retroceder del lugar que alcanzaste en el pasado. ¡Pero te digo que debes mirarlos fijo a los ojos! Concéntrate por una vez en tu enemigo y mientras lo haces, comienza a decirle ‘¡retrocede hacia la cueva de la cual saliste, retrocede, retrocede!’. Afírmate y mira lo que ocurre mientras tu voz toma autoridad sobre los lobos y los voraces que te estuvieron devorando. Diles, ‘retírense y quédense quietos porque procedo en el nombre del Señor’”.

“Notas de desaliento estuvieron sonando a tu alrededor y tienen un sonido melodioso que intentó arrullarte para que cierres tus ojos en el camino y apartarte de tu senda. Este es un tiempo para despertar. Las notas están cambiando porque tus ojos se están abriendo. Ya no temes para decir ‘retrocede o retírate’. No tienes que aniquilar al enemigo, sólo debes decirle a la parte voraz de los planes del enemigo ante ti que se retiren porque estás subiendo hacia un lugar más alto para ver. Declara, ‘enemigo, ¡retírate!’”.

John Dickson cantó:

Levántate, levántate y recibe nuevas fuerzas.

Levántate, guerrero poderoso.

Levántate, levántate y recibe nuevas fuerzas, ¡corre hacia la línea de batalla!

Yo les estoy dando fuerzas y poder a aquellas piedras pequeñas en tu mano.

Oh, los gigantes están cayendo, poderoso guerrero.

Hoy los gigantes están cayendo.

Yo puse un mensaje poderoso en tu voz.

Se está levantando un sonido nuevo.

Se está levantando un sonido en ti. Déjalo salir.

Que atraviese la noche. Que se descubra el amanecer.

Levántate, guerrero poderoso.

Levántate con tu piedra en tu honda.

Puse una nueva canción dentro de ti.

La Luz es la sanidad

Amber Pierce profetizó: “La luz es la sanidad. Las tinieblas son ese espíritu de enfermedad que te impide avanzar. Cada vez que sientas que llegas a un punto donde subes hacia otro nivel, ese espíritu de enfermedad te dejará fuera. Pero la luz está quemando esa enfermedad en ti. Esa luz es la sanidad que te hará subir hacia el próximo nivel. ¡Deja que tu luz brille! Permite que la sanidad se manifieste como el día. Deja que brote como el amanecer. Hacia el mediodía me manifestaré en la situación en la que te encuentras y podrás tener paz y dirección. Deja que la luz se manifieste y su sanidad surja como la luz del nuevo día que estará allí mañana”.

El Espíritu continuó declarando: “No debes temer enfrentar al lobo que está en la puerta. No permitas que el temor te paralice. Cuando te llenas de temor y te paralizas, a veces alguien viene y te atrapa. ¡Dile que estás vivo a cualquier cosa que esté pululando a tu alrededor que piensa que estás muerto! Dile a los buitres que no estás muerto y estás en movimiento”.

Declara en voz alta: Buitres, ¡no soy la comida que ustedes creen que soy!

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

“Mire fijo a los ojos a su enemigo hasta que se retire”

Por Chuck Pierce

clip_image002Amados amigos:

Esta es una palabra profética que recibimos el miércoles pasado por la noche, durante nuestra vigilia de intercesión por Israel.

El Salmo 110:1-2 dice: “Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. ¡Que el Señor extienda desde Sión el poder de tu cetro! ¡Domina tú en medio de tus enemigos!”.

El Señor dice: “Viene una victoria por medio del Espíritu Santo. No te muevas de tu posición conmigo durante los próximos días. Mantente posicionado conmigo porque dominarás desde ese lugar de victoria. Te entrego un cetro para dominar sobre tus enemigos y ellos no dominarán sobre ti. Te estoy entregando dominio junto a Mí”.

“Donde el enemigo te dijo, ‘el Señor no reina’, Yo digo que te estoy sentando en lugares celestiales con Cristo para que puedas ver dónde reinas con Él. Abre tus ojos y ven aquí arriba. Estuviste demasiado por debajo de tu nivel. Estoy abriendo las puertas del coraje. Mira a tu alrededor para ver quien tiene problemas para resistir y aliéntalo. Cuando uno del Cuerpo sufre, todo el Cuerpo sufre. Cuando uno prospera, todo el Cuerpo prospera”.

Chris Hardy entregó una visión: “Veo cables de batería. Tus baterías se agotaron y recibiste un empujón sólo para avanzar un poco más. Cuando quitaste ese cable de batería el auto arrancó, las luces se encendieron y las ruedas comenzaron a rodar. Avanzaste un poco más por el empujón que recibiste en el nombre del Señor. Alguien no sabe cómo arrancar mañana. Estás ansioso por saber cómo seguirás en movimiento. El Señor te dice: Descansa en mí y arrancarás mañana, recorrerás el camino que Yo quiero. Obsérvame mientras inicio todos los procesos mañana para que puedas moverte hacia adelante con un ritmo diferente al de hoy”.

Mirando fijo a los ojos

Luego pude ver que nos levantábamos y avanzábamos, pero el camino estaba cercado por lobos. Repentinamente el Señor dijo: “Mírenlos a los ojos, mírenlos a los ojos, porque estos lobos te gruñeron y te hicieron retroceder del lugar que alcanzaste en el pasado. ¡Pero te digo que debes mirarlos fijo a los ojos! Concéntrate por una vez en tu enemigo y mientras lo haces, comienza a decirle ‘¡retrocede hacia la cueva de la cual saliste, retrocede, retrocede!’. Afírmate y mira lo que ocurre mientras tu voz toma autoridad sobre los lobos y los voraces que te estuvieron devorando. Diles, ‘retírense y quédense quietos porque procedo en el nombre del Señor’”.

“Notas de desaliento estuvieron sonando a tu alrededor y tienen un sonido melodioso que intentó arrullarte para que cierres tus ojos en el camino y apartarte de tu senda. Este es un tiempo para despertar. Las notas están cambiando porque tus ojos se están abriendo. Ya no temes para decir ‘retrocede o retírate’. No tienes que aniquilar al enemigo, sólo debes decirle a la parte voraz de los planes del enemigo ante ti que se retiren porque estás subiendo hacia un lugar más alto para ver. Declara, ‘enemigo, ¡retírate!’”.

John Dickson cantó:

Levántate, levántate y recibe nuevas fuerzas.

Levántate, guerrero poderoso.

Levántate, levántate y recibe nuevas fuerzas, ¡corre hacia la línea de batalla!

Yo les estoy dando fuerzas y poder a aquellas piedras pequeñas en tu mano.

Oh, los gigantes están cayendo, poderoso guerrero.

Hoy los gigantes están cayendo.

Yo puse un mensaje poderoso en tu voz.

Se está levantando un sonido nuevo.

Se está levantando un sonido en ti. Déjalo salir.

Que atraviese la noche. Que se descubra el amanecer.

Levántate, guerrero poderoso.

Levántate con tu piedra en tu honda.

Puse una nueva canción dentro de ti.

La Luz es la sanidad

Amber Pierce profetizó: “La luz es la sanidad. Las tinieblas son ese espíritu de enfermedad que te impide avanzar. Cada vez que sientas que llegas a un punto donde subes hacia otro nivel, ese espíritu de enfermedad te dejará fuera. Pero la luz está quemando esa enfermedad en ti. Esa luz es la sanidad que te hará subir hacia el próximo nivel. ¡Deja que tu luz brille! Permite que la sanidad se manifieste como el día. Deja que brote como el amanecer. Hacia el mediodía me manifestaré en la situación en la que te encuentras y podrás tener paz y dirección. Deja que la luz se manifieste y su sanidad surja como la luz del nuevo día que estará allí mañana”.

El Espíritu continuó declarando: “No debes temer enfrentar al lobo que está en la puerta. No permitas que el temor te paralice. Cuando te llenas de temor y te paralizas, a veces alguien viene y te atrapa. ¡Dile que estás vivo a cualquier cosa que esté pululando a tu alrededor que piensa que estás muerto! Dile a los buitres que no estás muerto y estás en movimiento”.

Declara en voz alta: Buitres, ¡no soy la comida que ustedes creen que soy!

Bendiciones,

Chuck D. Pierce

“Venciendo a su Goliat: Peleando por el siguiente nivel de apertura y autoridad”

Por Matt Sorger

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Dios está a punto de promover gente hacia un nuevo nivel de autoridad, influencia y poder. Habrá una gran necesidad en los próximos días por un liderazgo piadoso que guíe al Cuerpo de Cristo. Dios no sólo quiere que conozcamos y entendamos cómo acceder al próximo nivel, sino cómo sostener el crecimiento que nos entrega. Una cosa es acceder a un lugar y otra mantener los cielos abiertos.

Atravesando el lugar de contención

Dios está llevando a su pueblo hacia una realidad de autoridad superior, pero algo que debemos saber es que esto no ocurrirá sin pelear. Antes que David pudiera recibir su corona real de autoridad, primero tuvo que enfrentar a Goliat. Tiempo atrás fue ungido para ser rey, pero antes de poder pararse en su destino y avanzar hacia el próximo nivel de autoridad, tenía que enfrentar a Goliat. El aumento y la promoción no vienen sin pelear.

1 Samuel 17:23-26 dice: “Mientras conversaban, Goliat, el gran guerrero filisteo de Gat, salió de entre las filas para repetir su desafío y David lo oyó. Cuando los israelitas vieron a Goliat, huyeron despavoridos. Algunos decían: ¿Ven a ese hombre que sale a desafiar a Israel? A quien lo venza y lo mate, el rey lo colmará de riquezas. Además, le dará su hija como esposa, y su familia quedará exenta de impuestos aquí en Israel. David preguntó a los que estaban con él: ¿Qué dicen que le darán a quien mate a ese filisteo y salve así el honor de Israel? ¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente?”.

Antes de pararse en el próximo nivel que Dios preparó para usted, debe enfrentar al Goliat que tiene por delante y derribarlo. Su siguiente nivel no llegará sin un conflicto. Comprenda esto sobre su gigante: Siempre le hablará. Tratará de intimidarlo, limitarlo e impedirle poseer lo que le pertenece en Dios. Hablará palabras como: “¿Quién crees que eres? ¿Crees que Dios tiene un destino para tí? ¿Crees que Dios te podrá usar alguna vez?”. Las palabras que oyes estarán en relación con el área de la batalla que está enfrentando. “¿Crees que eres libre? ¿Crees que las cosas cambiarán? Las cosas no cambiarán. Seguirás dando vueltas alrededor de este monte. No eres nada. ¡Deja todo y vete!”.

Unción y apertura sustentables

Aquellos que se moverán hacia una realidad superior de autoridad necesitan comprender que un manto y unción sustentables no son posibles sin pasar pruebas. La unción sin pruebas no es sustentable. Dios no quiere darnos sólo una unción temporal y una apertura momentánea. Quiere que seamos capaces de sostenerla. El factor de sustentabilidad es crucial en esta hora. Debemos pelear por el aumento y sostenerlo.

Antes de la promoción debe caminar a través del lugar de la contención. Debe contender con su gigante y obtener la victoria sobre él antes que la unción se suelte para manifestar una medida más grande de autoridad. Dios ungió lo que fue probado en la vida de David.

1 Samuel 17:36-39: “Si este siervo de su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente. El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. Anda, pues, dijo Saúl, y que el Señor te acompañe. Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le entregó también un casco de bronce y le puso una coraza. David se ciñó la espada sobre la armadura e intentó caminar, pero no pudo porque no estaba acostumbrado. No puedo andar con todo esto, le dijo a Saúl; no estoy entrenado para ello. De modo que se quitó todo aquello”.

Dios unge en su vida todo lo que fue probado. Dios ungió el tiro de honda de David, no la armadura de Saúl. David no podía vencer la batalla con la armadura de Saúl porque no había sido probada en su vida. David peleó con el león y el oso usando su honda y piedras en el desierto, por eso Dios ungió lo que había sido probado.

La promoción surgirá desde sus pruebas y batallas. Las pequeñas batallas lo entrenarán para vencer las grandes batallas. ¡Alégrese! ¡Las áreas de sus mayores pruebas serán las de su mayor unción! Las mismas asignaciones que el adversario tiene en contra de su vida están a punto de volverse en su contra. Dios está por soltar una unción y una gloria más profundas donde tuvo los niveles más profundos de guerra y contienda.

Mientras Isaac entraba en la tierra de su herencia en Génesis 26, vemos que su tierra comenzaba en un lugar desértico. Mientras plantaba y sembraba semillas en esa tierra llegó a ser muy próspero y fructífero. Dios aceleró su cosecha y en el mismo año cosechó cien veces más. Pero Dios tenía un mayor crecimiento para él.

Los filisteos lo envidiaban y comenzaron a cerrar los pozos de Abraham. Para que Isaac pudiera acceder a un siguiente nivel de fructificación en su herencia, tuvo que pelear con los filisteos. Mientras cavaba los pozos, el primero se llamó Esek que significa contención. El siguiente pozo se llamó Sitnah que significa enemistad. El tercer pozo se llamó Rehobot que significa habitación. Mientras Isaac perseveraba y avanzaba, Dios hizo habitación para que sea fructífero en la tierra.

La clave para la apertura de Isaac fue la perseverancia. Mientras perseveramos a través del lugar de contención, Dios hará habitación para nosotros y nos hará fructificar en la tierra de nuestra herencia. Vienen el aumento y la promoción, pero no sin pelear. Para vencer en esta batalla debemos perseverar hasta el final.

Estamos en un tiempo donde muchos están enfrentando a sus Goliats. Están en tiempos de presión y resistencia espiritual. Dependiendo de lo que hagan en esta batalla, se determinará su próxima estación. Sostendrán lo que Dios les entregó y experimentarán su crecimiento o perderán aquello que se les confió.

Usualmente la mayor pelea está justo antes de la mayor apertura. Aquí es donde la gente suele dejar todo. Están justo en el límite para moverse hacia el siguiente nivel, pero es donde se sienten más débiles y cansados. Cuanto más se niegue a dejar todo, Dios se asegurará de acelerarlo hacia su próximo nivel de herencia. Por eso debe ponerse contento cuando vea la contención espiritual en su vida. Eso significa que está a las puertas de su apertura y promoción. Pero debemos hacer las elecciones correctas y orar hacia la victoria.

El poder del quebrantamiento

Dios quiere que comprendamos el poder del quebrantamiento. Existe una gran diferencia entre la culpa mundana y el arrepentimiento piadoso, entre el quebrantamiento del mundo y el de Dios. Permítame darle un ejemplo en la realidad del liderazgo.

El corazón de Saúl se llenó de ira, inseguridad, celos, odio, asesinato, rebelión, temor a los hombres y hechicería. Cuando Saúl fue confrontado por su pecado lo reconoció. Vemos esto en 1 Samuel 15:30: “Pequé”. Pero inmediatamente dijo: “Pero te pido que por ahora me sigas reconociendo ante los ancianos de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa conmigo para adorar al Señor tu Dios”. Saúl estaba más preocupado por su reputación ante el pueblo que por ofender a Dios y perder al Espíritu Santo. Sentía culpa carnal. Una culpa mundana será una pena por ser descubierto y tener consecuencias. Pero no es una verdadera convicción de pecado. Cuando un líder se preocupa más por su honor y reconocimiento público que por entristecer el corazón de Dios, no hay arrepentimiento verdadero.

Ahí estaba David, un hombre que no era perfecto. Cometió algunos pecados terribles como adulterio y asesinato. Pero la Biblia lo sigue describiendo como un hombre según el corazón de Dios. ¿Por qué? No fue por su perfección, sino por la profundidad de su arrepentimiento piadoso. La preocupación central de David no era su reputación. El Salmo 51 nos muestra el corazón de David cuando clama a Dios para que no quite al Espíritu Santo de su vida. La preocupación principal de David era entristecer el corazón de Dios y perder al Espíritu Santo. Esta fue la diferencia entre el corazón de David y el de Saúl. Unos se preocupaban por su honor y reputación ante los hombres, los otros por el corazón y la presencia de Dios.

La razón por la cual Saúl perdió su manto y su unción fue porque su corazón se encalleció y perdió toda posibilidad de convicción de pecado. Mientras David perseveró y afrontó las consecuencias de su pecado, la razón por la cual fue capaz de sostener su manto y su unción se debió a la profundidad de su quebrantamiento espiritual. Para ser capaces de mantener y sostener el aumento, la unción y el manto que Dios nos entrega debemos tener el corazón de David, preocupándonos más por el corazón de Dios y por un corazón santo quebrantado en humildad ante el Señor. El quebrantamiento es lo que sostiene tanto a los líderes como a la Iglesia en esta hora.

Debemos ser capaces de sostener el aumento que Dios está por entregarnos. Muchos estuvieron bajo presión espiritual porque están enfrentando gigantes que nunca enfrentaron. Por eso Dios quiere promoverlos en autoridad dentro del Reino. Con la prueba viene la posibilidad para la promoción, dependiendo de lo que hagamos con esa prueba.

Las claves para movernos hacia un nuevo nivel serán nuestra habilidad para perseverar y nuestro nivel de verdadero quebrantamiento sobre lo que realmente entristece el corazón de Dios. Mientras enfrentamos y derribamos a nuestros Goliats, nos posicionaremos ante el Señor para el aumento, la multiplicación y la fructificación. La Iglesia necesita un liderazgo piadoso en esta hora. Desde el verdadero quebrantamiento surgirá una unción fresca que traerá una gran apertura en las vidas del pueblo de Dios.

Oración

Espere en el Señor y permítale que se manifieste en cada área de batalla en su vida. Ore la Palabra. Pase tiempo en adoración. Tome decisiones piadosas y deseche todo pecado de su vida. Ore esta oración conmigo.

Señor, someto y rindo cada área de mi vida ante tus pies. Tomo la decisión de vivir de una manera que te agrade. Perdóname por todos mis pecados y transgresiones. Muéstrame todas las áreas de mi vida donde te ofendí. Desata un quebrantamiento piadoso en mi corazón. Quiero preocuparme más por lo que Tú sientes. Dame las fuerzas para perseverar y el quebrantamiento piadoso que necesito para sostener tu crecimiento en mi vida.

Señor, que el adversario no tenga nada en mí. En el nombre de Jesús, tomo autoridad sobre cada Goliat en mi vida que está tratando de intimidarme para impedirme avanzar. Le ordeno que caiga ahora en el nombre de Jesús, Amén.

Matt Sorger

domingo, 7 de noviembre de 2010

“El destino es una elección, no es azar”

Por Kim Clement

clip_image002Destino

Todos tenemos uno y la mayoría de nosotros asumimos que el azar o la suerte pueden guiar nuestro destino. ¿Qué es el destino? ¿Qué es el azar? Nuestras decisiones y acciones hacen la diferencia ¿Cómo sabemos si estamos caminando hacia nuestro destino mientras tomamos estas decisiones?

Nuestro destino está determinado por nuestras elecciones, no por el azar. Douglas Adams, un escritor británico, escribió una vez: “Rara vez llego al lugar donde quiero ir, pero siempre termino en el sitio donde necesito estar”. Una palabra que se usa comúnmente es casualidad. Esta es una aptitud para descubrir cosas que se desean por accidente, es la facultad de hacer descubrimientos afortunados pero accidentalmente. Como profeta, a menudo me siento así, sin embargo no es el azar o descubrir cosas por accidente, es develar un misterio mientras el espíritu humano busca su destino en la vida. Prefiero llamarlo sagacidad. ¿Qué significa? Es la agudeza de discernimiento y la rapidez de percepción… o capacidad profética. ¿Cuántos de nosotros somos lo suficientemente sagaces para conocer que en nuestras decisiones rodamos hacia nuestro destino?

Los sabios de Oriente siguieron a la estrella hasta su destino. ¿Cuál es la estrella que lo guiará hacia su destino? Sólo necesita una estrella. Moisés e Israel siguieron una nube en el día y una columna de fuego durante la noche. Cuando Jonás era guiado hacia su destino en medio de una tormenta, pasó tres días dentro de un pez monstruoso.

Uno de los poetas, cuyas fábulas fueron piezas de lujo de la literatura francesa, Jean de La Fontaine, escribió, “una persona a menudo encuentra su destino cuando sigue el camino que rechaza”. Consideren el tema del destino y la determinación. “Algunos están destinados al éxito y otros están determinados para ganar”. Pero los que están destinados al éxito sin determinación, nunca obtendrán lo que necesitan para ganar: carácter.

2 Pedro 1:3-11 dice: “… Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados. Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.

Quiero que se dé cuenta que el lugar más perfecto para estar en su vida, es estar en el lugar correcto, en el tiempo correcto, por la razón correcta y en la estación correcta, puede estar más cerca de ese lugar de lo que parece. También le quiero recordar que tiene un gran destino que Dios apartó para usted desde mucho antes de nacer.

Hay una diferencia entre su propósito y su destino. Su propósito es su llamado presente, su destino es su elección final.

Elección–Destino:

Su destino es su elección final. ¿Qué es lo que Dios eligió para que realizara finalmente en la Tierra? ¿Cuál es su elección final? ¿Para qué fue escogido desde antes de nacer? Ese es su destino.

Llamado–Propósito:

¿Qué está llamado a hacer ahora mismo en su vida? Su propósito es cumplir su llamado presente, porque podría ser una piedra fundamental hacia su destino.

En su elemento:

David estaba en su elemento cuando se encontraba en el campo con su arpa y su honda, matando osos y leones o cantando canciones para Dios. Un día el profeta Samuel vino hacia él y proclamó: “Te unjo como rey de Israel”. Desde ese punto en adelante, se desató el destino de David. Era un hombre escogido desde antes de su nacimiento, pero su llamado estaba dormido. Estaba estancado hasta que la palabra profética llegó a su vida. Una vez que el Espíritu Santo sopla sobre su vida, todo lo que está dormido y sin voz, repentinamente vuelve a la vida. Esto no sólo atraerá lo bueno, le enviará una señal a las tinieblas que está en el camino hacia la posesión de su dominio.

Hay algo dentro de usted que no se soltó. Hay un destino en su interior que aún desconoce y para el cual fue escogido desde antes de nacer. Pero repentinamente tiene una teofanía y Dios sopla dentro de su ser y le habla. Inmediatamente ese destino se desata. Esa es la belleza de la palabra y la presencia profética en su vida.

Cuando Samuel profetizó e impuso sus manos sobre David y le dijo “eres el rey de Israel”, no se sentó en el trono de inmediato. No, las Escrituras dicen que le tomó años a David llegar al trono para ser coronado como rey de Judá y luego sobre todo Israel. Es importante que usted se dé cuenta de esto, porque David vivió su destino mientras servía a su propósito. ¿Cómo ocurrió esto?

En primer lugar, fue escogido y ungido para ser rey de Israel, rey de Sión. Pero es un joven. Volvió a los campos hasta que un día oyó que un gigante gritaba en contra del pueblo de Israel. Repentinamente, algo se despertó en David y comenzó a ser más atrevido, declarando cosas que nunca antes soñaba que podía llegar a decir. David comenzó a hablarle a la gente y a decir: “¡Lo derribaré!”.

Esta osadía provocó ira y celos entre sus hermanos. Le respondieron: “¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que debes estar en el campo cuidando las ovejas de nuestro padre”. Fueron provocados a celos, porque eso es lo que ocurre cuando la osadía de Dios viene sobre su vida al conocer su destino. Entonces David dijo: “Quiero tener una oportunidad de pelear contra este gigante”. El resto es historia.

Desde este punto en adelante, el llamado de David es ministrar al rey Saúl en el palacio como uno de los músicos de la corte real. Ahora, usted puede decir, “¿no fue ungido para ser rey sobre Israel?”. Eso es cierto, pero debe comprender que debía cumplir su llamado antes de sentarse en su elección final.

¿Cuál es su propósito actual?

¿Cuál es su propósito actual? David fue llamado a interpretar el arpa y luego a ser escudero, su propósito era servir en esa capacidad, aún cuando fue escogido como rey.

Su propósito siempre es temporal, nunca es permanente. En otras palabras, su propósito actual es servir a su llamado actual. Si está llamado a trabajar en una estación de servicio (aún cuando sepa que su destino final sea tener su propia empresa), luego su propósito es servir en esa capacidad con todo su corazón. Lo que está haciendo ahora mismo puede ser para un tiempo específico porque Dios lo está guiando hacia su destino. Pero si no cumple su llamado, nunca alcanzará su destino.

Quiero compartir eso con usted porque muchos no se dieron cuenta que si mantienen sus ojos en su destino, en su elección y cumplen su propósito actual, lo que está llamado a hacer con él, barrer pisos en algún lugar o realizar un trabajo secular, es lo que están llamados a hacer por un tiempo hasta llegar al lugar de sus destinos finales.

2 Pedro 1:5-9: “Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados”.

Pedro dice, “el que carece de estas cosas es corto de vista”. Cada persona que tiene un llamado y un destino en la vida (esto atañe a toda la raza humana), debe tener ciertas cualidades para que tengan visión y una percepción aguda. Sin percepción no puede progresar. Sin visión queda desprotegido. Pedro les dice: “si les faltan estas cosas…”. ¿Qué cosas? Diligencia, fe, virtud, conocimiento, dominio propio, perseverancia, bondad y compañerismo. Parece que estas son cosas simples, pero Pedro dice: “si no las tiene…”. El mandato fundamental y los principios que Cristo nos enseñó, es que si no los tenemos, nuestra vista es muy corta. Carecer de visión implica no ver más allá, por eso no puede avanzar y progresará lentamente. Esto es muy importante. Dijo: “Usted tiene visión corta o aún ceguera cuando no tiene virtud, bondad y amor fraternal, olvidándose que fue limpio de todos sus pecados del pasado”. Ahora, esto es lo que quiero que atrape: “Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás” (2 Pedro 1:10).

Esto es así porque cuando está seguro de su llamado y su elección, nunca tropezará. La palabra “tropezar” no significa que no pecará o nunca cometerá un error, nada de eso. Significa que si llegara a caer o cometer un error, pero finalmente se levanta y vuelve a sus funciones, esto lo guiará hacia su destino.

Kim Clement

“Abrumados por las circunstancias”

Por Victoria Boyson

clip_image002“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.  Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:2-4).

La historia de Cenicienta es intensa, porque muchas de las claves en el relato se pueden encontrar en las vidas del pueblo de Dios que levantó para su gloria y su propósito. Una nota especial para todos los hombres: antes que dejen de leer este artículo porque dije Cenicienta, por favor sígame y le mostraré un ejemplo de Cenicienta en las Escrituras.

Cenicienta era una muchacha cuya madre había muerto cuando era niña, pero su padre rico la amaba mucho; vivía bien y gozaba de su favor y su amor. En verdad, su vida era bendecida y tenía todo lo que necesitaba, pero su padre no pensaba así. Se volvió a casar para darle una madre y una familia. Pero murió poco tiempo después de volver a casarse.

Estoy segura que su padre no tenía cómo saber que devastaría la vida de su hija por la decisión que había tomado al volver a casarse. De repente, con la muerte de su padre, su vida se alteró trágicamente. No sólo había perdido a su padre, su casa y su posición en su familia, fue despojada de su propia identidad personal.

Ella misma no había cambiado. Pero por las acciones de su familia adoptiva, la hija que antes era amada y favorecida, ahora era una sirvienta. No la volvieron a amar u honrar, la rechazaron y abusaron, aislándola en su propia casa.

Una cosa es que le robaran y la echaran, pero tener que quedarse a servir a aquellos que la robaron, es algo diferente. Quedarse sentada mientras observaba a los demás disfrutando o aún maltratando las cosas que una vez había cuidado tanto, habría sido muy difícil. Y el anhelo de sentirse parte de la familia que nunca se cumpliría, es como experimentar una herida continua que no se sana. La forzaría a hacer cualquier cosa con tal que la amaran. Cuanto más trataba de lograrlo, más la rechazaban.

Acorde con algunas versiones de esta historia clásica, Cenicienta trató de ir a un baile real en el palacio con su madre y sus hermanas adoptivas, vestida con un traje viejo de su madre. Sus hermanas, alentadas por su madre, rasgaron su vestido en pedazos, dejándolo hecho jirones. Literalmente la desnudaron emocional y físicamente de todo lo que conocía y era en la vida, dejándola sin nada. Estaba aturdida, emocionalmente atontada, sola y devastada por sus acciones.

Pero aquí su historia dio un giro sorpresivo. En el momento que llegó a su punto más bajo se encontró con su hada madrina, quien comenzó a transformar el mundo de Cenicienta. El hada madrina vino hacia ella en un momento de desesperación y le mostró su amor, lo que más necesitaba Cenicienta.

Versión masculina de Cenicienta

Si recuerda la historia de José en Génesis 37 y 39-45, era el hijo más amado y favorecido por su padre, Jacob. Su madre había muerto cuando nació su hermano menor, pero aún tenía el amor de su padre, ¡y cómo lo amaba Jacob! Le entregó a José muchos privilegios y dones que sus hermanos no tenían, pero por encima de eso, le entregó todo su amor (Génesis 37:3). Esto creó un gran celo en sus hermanos hacia su persona. Lo odiaban por ello, tanto que planearon matarlo (Génesis 37:20). A través de un giro del destino, en lugar de asesinarlo, lo vendieron como esclavo, quizá un giro peor que la muerte (Génesis 37:21-28).

José pasó 13 años como esclavo, siendo propiedad de otra persona o en la cárcel. Fue acusado de degenerado por irse detrás de la mujer de su amo, cuando en realidad ocurrió lo opuesto (Génesis 39:6-20). Su vida fue despojada física y emocionalmente. Ya no era el hijo más amado y favorecido, ahora era esclavo y estaba en prisión por error.

Si alguien tenía el derecho de estar enojado y amargado, era José. El Señor le mostró visiones y sueños asombrosos sobre todo lo que haría en el futuro (Génesis 37:5-11), aunque su vida corrió en la dirección opuesta algunos años. Parecía como si Dios lo hubiera engañado, pero José afincó su fe en Dios (Génesis 39:2-5 y 39:21-23).

Todo lo que perdió y las cosas que le hicieron, se transformaron en la preparación para el cumplimiento de sus sueños. Les dijo a sus hermanos, “Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas” (Génesis 45:5). Continuó, “Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto” (Génesis 45:8).

Reflexionando con los años que José pasó en Egipto, en lugar de maldecir a sus hermanos por todo lo que tuvo que pasar, pudo ver sus acciones horribles como herramientas en las manos del Señor para prepararlo para rescatar a millones (Génesis 45:6-7). La vida de José cambió dramáticamente, yendo de ser el hijo favorito de su padre hasta ser un esclavo y prisionero. Pero desde allí llegó a ser el segundo en el poder en Egipto (Génesis 45:8).

La transformación de Cenicienta fue tanto rápida como contundente. Pasó de ser una hija amada y luego esclava, a ser una princesa que gobernó junto a su esposo. Ambos fueron despojados de todo lo que conocían y amaban, pero vemos al final que todo el proceso que tuvieron que atravesar, los preparó y equipó para su gran destino.

¿Por qué Dios permitió que José atravesara semejantes pruebas? En las Escrituras encontramos ejemplos de aquellos que se levantaron sin una preparación, sólo para caer y perder la visión de lo que realmente importa.

El rey Salomón, el hijo del rey David, fue el hombre más rico y sabio de la historia (1 Reyes 3:11-14). Heredó el reino de su padre, que de hecho era enorme y Dios lo bendijo con mucho más (1 Reyes 3:11-14). Sin embargo, no tenía la preparación para el trono que tuvo su padre. David fue de ser pastor (1 Samuel 16:11) a ser guerrero (1 Samuel 18:5-7), luego yerno del rey (1 Samuel 18:17-27), luego un fugitivo que escapaba por su vida (1 Samuel 19-24), luego vivió en cuevas (1 Samuel 22:1-2), luego se hizo el loco (1 Samuel 21:13), llevó a sus esposas con él (1 Samuel 30:1-5), fue rechazado y aborrecido (1 Samuel 4-8) y finalmente accedió al trono sobre todo Israel (2 Samuel 5:1-5).

Sin embargo, vemos en la vida del rey Salomón que como no tuvo que pasar por lo que pasó su padre, se apartó de Dios hacia el final de su vida (1 Reyes 11:4-6). “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?” (Marcos 8:36). ¿De qué le sirvieron a Salomón toda su sabiduría, sus riquezas y su fama, si le costaron su relación con Dios?

Aferrarse al amor de Dios

Muchos de ustedes atravesaron procesos de despojo similares. Están confundidos y heridos, quizá se sintieron abandonados por Dios. Las cosas que nos hieren más a menudo, son las continuas traiciones de aquellos que deberían amarnos, pero no lo hicieron. Es doloroso ver la dureza de los demás en contra nuestra cuando no tenemos nada que ver con el asunto. A veces nos sentimos psicológicamente abatidos debido a las acciones de otros.

Aunque nos despojaron, robaron o traicionaron, seguimos aferrados a Dios, porque atravesar nuestra angustia personal sin Él, es mucho más inconcebible. En medio de nuestra desesperación, nos damos cuenta que conservamos lo único que realmente importa: seguimos teniendo a Dios. Luego, Él llegó a ser nuestro todo y nos sentimos como las personas más ricas en el mundo.

Es más, a través de todas nuestras pruebas, estamos siendo preparados para nuestro destino grandioso. Un día, como José, miraremos hacia atrás y veremos este tiempo donde Dios usó toda clase de recursos para prepararnos para el futuro. Conocer nuestro destino fue grandioso, Él quiso que estuviera preparado, por eso no caeremos cuando llegue la prueba real: el éxito. Así tampoco Dios nos dejará en medio de todas las bendiciones que anhela entregarnos, necesita establecer el fundamento de nuestra vida, afirmándonos sólidamente en Él. Por eso probó nuestra fe al máximo.

Si usted está en circunstancias similares, entonces debe saber que su Padre celestial lo ama profundamente y está descansando en la palma de su mano. Su vida le pertenece a Él y verá que está listo para recibir las bendiciones indecibles que tiene preparadas para usted, anticipando su destino. Usted es su hijo amado y favorecido, le pertenece a Él porque es su creación especial.

Quizá pueda ver imágenes de su propia vida en la historia de Cenicienta o la historia de José le es demasiado familiar. Cualquiera sea el grado de relación con ellas, recuerde que su historia cambia mientras se afirma en Dios. Nuestra historia también toma un nuevo y rico propósito cuando nos encontramos con Dios. Él hace todas las cosas nuevas, aún los eventos más dolorosos de nuestro pasado. El Padre hace bellezas desde las cenizas de nuestra vida (Isaías 61:3). Dondequiera que se encuentre, ríndale sus cenizas a Él y verá cómo hace algo hermoso con su vida.

Por favor, ore conmigo: Padre amado, te necesito. Eres todo lo que tengo, eres todo para mí. Consuélame y haz algo hermoso con mi vida. Me rindo por completo en tus manos y te pido que me llenes con tu Espíritu. Recibo todo lo que tengas para mí con brazos abiertos porque sé que viene de Ti y confío en Ti con toda mi vida.

Victoria Boyson