lunes, 24 de noviembre de 2008

“Moviéndonos desde el misterio hacia la claridad, aprendiendo el idioma del Cielo”

 

Por Steve Witt

(Jugando a las escondidas con Dios)

clip_image001“Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo” (Proverbios 25:2)

Los misterios de la naturaleza

Existe una leyenda urbana que establece que las abejas no deberían ser capaces de volar. Los científicos suelen concentrarse en el aspecto aerodinámico de las alas de los insectos. Obviamente, ¡las abejas siguen volando sin problemas, más allá de la opinión de los estudiosos! Es una clase de misterio.

Tengo cientos de patos y gansos viviendo en mi patio trasero. Algunos de ellos son patos domésticos que compré para incrementar nuestro pequeño criadero. Algunos años antes, quise mover a algunos de ellos hacia otro corral como a una milla de allí. Atrapé a uno de mis patos blancos más grandes, lo metí dentro de una caja en mi automóvil y lo llevé hacia su nuevo hogar.

Antes de sacarlo de la caja, el pato blanco se sorprendió y se sintió desafiado por su nuevo hogar, pero se adaptó bien. Tuve que hacer algunos trabajos y periódicamente miraba por todo el campo para chequear a mi nueva adquisición. Luego de una hora de trabajo pude ver su progreso. Cuando no logré ubicarlo, me alarmé. Pensé que se lo había comido algún zorro o una gran tortuga. Investigué de cerca, pero el pato había desaparecido. Busqué por toda la propiedad, lamentándome por la pérdida de mi pato… ¡y por los 15 dólares que me costó!

Terminé mi trabajo y regresé a casa. Compartí el misterio con mi esposa, bebiéndome un gran vaso de té helado y recostándome para descansar. ¡El pato blanco pródigo estaba sentado al lado de mi silla de jardín! Parecía enojado conmigo. Había caminado (porque era demasiado gordo para volar) cruzó rutas, saltó arroyos y atravesó campos por más de una milla hasta encontrar su camino de regreso a casa. Había escuchado historias como estas antes, pero nunca las experimenté personalmente. Es un misterio.

Parábola de la abeja

El verano pasado comencé a desear una cerveza. No soy bebedor de cerveza y tampoco me gusta. Por extraño que parezca, deseaba una sola cerveza: Guinness. ¿Puede desear algo que jamás probó? ¡Aparentemente sí! Fue un chiste en toda nuestra casa. Aunque no tuve intenciones de comprar una Guinness, la conexión extraña continuo por varias semanas.

El viernes por la mañana, a las 7:15, me llamó mi amigo profeta Marc Dupont. Comenzó a darme una palabra acerca del 2008 y, al finalizar, me recomendó que leyera un libro. Anoté el título del libro: “Profecía inoportuna”. Para poder comprar el libro que me recomendaron, pregunté el nombre del autor. Marc me respondió diciendo: “Os Guinness”. Fue uno de esos momentos extraños. Es otro misterio.

Varios días después, me devoré el libro y cambió mi vida. ¿Dios puede hablar a través de idiomas misteriosos como este? Recuerde que las abejas tampoco serían capaces de volar. Los patos encuentran su camino hacia sus hogares sin mapas y los anhelos son códigos para los libros que vendrán. Él esconde, nosotros buscamos. Él oculta, nosotros buscamos.

Existen muchos misterios en la vida. Dios es el mayor misterio, corriendo de cerca con nuestro propio destino. El desafío de la vida es resolver el misterio de la comunicación de Dios. ¿Debe ser difícil? Supongo que depende de su visión de Dios como Padre.

Fácil de encontrar

Todos mis hijos ya crecieron, pero recuerdo cuando eran niños y querían jugar a las escondidas. Ponían sus pequeñas manos sobre sus ojos y comenzaban a contar. Rápidamente, me trasladaba hacia un lugar fácil de descubrir. Típicamente, me escondía detrás de las cortinas con mis pies asomando por debajo. En unos momentos, los pequeños gritaban y me abrazaban con alegría porque habían encontrado la silueta de su papa detrás de la cortina. Todos los padres amorosos se esconden… pero no lo hacen en serio. ¡Queremos ser hallados! Es un misterio, pero no es difícil. ¡Cualquiera puede jugar y ganar! Dios es un Padre amoroso y hace lo mismo.

Considere este pasaje de Deuteronomio 30:11-14:

“Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. No está arriba en el cielo, para que preguntes: ¿Quién subirá al cielo por nosotros, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo? Tampoco está más allá del océano, para que preguntes: ¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado del océano, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo? ¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas”

Los misterios de Dios deben resolverse. Están en algún sitio. Revelan destinos, planes, estrategias y tácticas. No los mantiene escondidos y nos invita a participar. Él ama usar términos como buscar, pedir y golpear.

Confiando en el Padre

Mi padre solía jugar conmigo un juego parecido. Tenía un pote al lado de nuestra puerta de entrada. Cuando llegaba de su trabajo todos los días, vaciaba el cambio de sus bolsillos dentro del pote. Cuando llegaban las vacaciones, lo vaciábamos, lo contábamos y lo usábamos para hacer algo divertido.

Tuve mi primer trabajo a los 16 años. Un día regresé con mi primer sueldo. Mi padre sintió mi excitación por tener dinero en mi bolsillo. Me miró y me dijo: “¿Cuánto dinero tienes en tu billetera?”. No estaba totalmente seguro, pero dije: “Como treinta dólares”. Luego me dijo: “Te daré todo lo que está en ese pote por lo que tienes en tu billetera”.

Esto es poco común. Era su manera de entrenarme para asumir riesgos y tomar decisiones rápidas. Le pregunté si podía levantar el pote, porque no recordaba cuando lo vaciamos por última vez y cuánto dinero podía contener. No me lo permitió. Tenía que tomar el riesgo y hacer una decisión rápida. Me dijo que la oferta estaba corriendo rápido. Miré al pote y a sus ojos. Volví a ver la jarra y respondí: “tienes un trato”. Le entregué 30 dólares y corrí a vaciar el pote. Mi estimación rápida se confirmó más tarde: hice un buen trato. Había más de 125 dólares en el pote. ¿Sabe por qué hice el trato? ¡Mi padre me amaba y yo lo sabía! Nunca me haría una oferta que no fuera para mi beneficio. Un Dios amante nunca le hace trampas a un hijo o a una hija. Ese fue uno de los tantos tratos que hicimos a lo largo de los años. Su amor me impulsó a tomar riesgos. Me facilitaba resolver el dilema porque me amaba.

“...pero los que conozcan a su Dios se le opondrán con firmeza” (Daniel 11:32b)

Es esencial que cada creyente se inscriba en la escuela de interpretación. Las preguntas acerca de Dios y cualquier asunto humano, deben responderse. Es fácil perder la esperanza por los sueños o circunstancias que no tienen sentido. Dios nos está invitando a una vida de descubrimiento… resolviendo el misterio. Para aquellos que se inscriban, entrarán en una vida de epifanías y revelaciones gloriosas. Hoy en día, muchos matrimonios terminan debido a un enfoque inadecuado de las relaciones. Los misterios llenan el matrimonio y deben ser tratados. Hace falta tiempo y energía, pero sobre todo, ¿cualquier cosa de valor no requiere una inversión?

El temor caló profundo en la cultura de nuestros días. Pensamientos de terrorismo, hipotecas y los vaivenes de la economía en general, así como la disolución de los valores culturales, mantienen a muchos en una prisión de preocupaciones. Uno de los mayores crecimientos en la industria farmacéutica en los Estados Unidos se genera alrededor de los trastornos del sueño. El accidente reciente de la estrella de cine Heath Ledger, cuando murió por causa de la mezcla accidental de tranquilizantes, es una metáfora de nuestros tiempos. La gente no tiene descanso. Tienen muchas preguntas. Necesitan gente pionera que conozca el camino y estén dispuestos a ayudar a otros a encontrarlo.

El número de invierno del 2008 del Leadership Journal, tenía un artículo interesante respecto de los musulmanes convertidos al cristianismo. El artículo trataba un tema muy común: los musulmanes están intrigados por el estilo de vida de los cristianos. El estilo de vida sobrenatural “pro mujer, un Dios amante y ser lleno de amor”, atraía a aquellos que estaban buscando. Encuentran algo que para ellos es un misterio. Encuentran que la experiencia cristiana parece enfatizar a un Dios amante, en contraste con la visión musulmana de un Dios castigador. Dios está revelando lo que antes era un misterio para muchos. Están descubriendo lo que muchos cristianos descubrieron: Jesús vino para declarar el “año favorable”, en lugar del “día del juicio”. El porcentaje de favor es de 365 a uno. Él es mucho más favorable que juzgador.

Trucos del Cielo

Aparentemente, Dios ama los acertijos. ¿Por qué usa el misterio? Investigo esto en mi libro reciente, “Voces: comprendiendo y respondiendo al lenguaje del Cielo”. En el capítulo uno, relato una historia de mi hijo a la edad de dos años. Era un típico pequeño, lleno de energía y deseoso de jugar. Muchas veces, al regresar del trabajo sólo quería descansar. Pero él quería jugar y me quería fuera del sofá. Me quedaba allí y le pedía que corriera a darme un abrazo. Pero él respondía: “¡No!” Como yo quería salir de mi posición de descanso, traté por todos los medios de lograr que se me acercara. Lo llamé y le dije entre dientes: “Josh, ve a darm un abra…”. Continué repitiendo esta frase una y otra vez. Él sintió curiosidad y se acercó lentamente, estudió mis labios, trató de comprender lo que su papá le decía. ¡Llegó hasta pararse frente a mí! Sin importarle haber caído en mi trampa a través de ese misterio, lo levanté y comencé a hacerle cosquillas. Comenzó a llamar a su mamá. El misterio tiene el poder para atraerte. Dios lo usa para atraernos hacia Él y revelarnos Sus propósitos. Alguna vez oyó un sonido desde el Cielo que dice algo como: “¿Ven cerc a mmmm?” Muchos de nosotros no deseamos apartar el tiempo, pagar el precio y seguir la voz.


El deseo es necesario

Moisés vivió en el desierto por cuarenta años. Su vida dio un vuelco violento por una voz que provenía desde una zarza ardiente. La Biblia dice: “…así que pensó: ¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza. Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: ¡Moisés, Moisés! Aquí me tienes, respondió” (Éxodo 3:3-4). En este caso, un simple acercamiento le proveyó una puerta para la revelación. El misterio de la zarza ardiente se resolvió tomando un breve tiempo de reflexión. Dios lo vio y respondió. ¿Es posible que esa “intencionalidad” sea necesaria para resolver muchos misterios? Si sólo nos detuviéramos y deseáramos comprender, ¿podríamos resolver los misterios de la vida? Muchos de nosotros estamos frustrados y decimos: “Si Dios realmente quiere esto, sería más claro”. Una mirada a los Evangelios nos muestra con claridad que gran parte del tiempo los discípulos estaban confundidos sobre las intenciones de Jesús. Son frecuentes las frases como: “…y ellos no sabían qué les quería decir”.

Jesús comenzó a estimular la curiosidad respecto de la siguiente fase del plan de Dios, por medio de esta comunicación encriptada acerca de su partida y la llegada del Espíritu Santo (Lucas 24:49). Cuando apareció en Hechos 2, Jesús se había ido y ellos esperaban pacientemente… un misterio. Ciento veinte personas estaban espiritualmente secuestradas en el aposento alto, excitadas, unificadas y probablemente llenas de curiosidad. El Espíritu Santo vino en poder, acompañado de manifestaciones inusuales. Los seguidores de Cristo experimentaron las lenguas y estaban aparentemente ebrios, con una nueva habilidad para comunicarse en diecisiete lenguas diferentes. El misterio de la nueva era del Reino se había develado.

Preguntas que necesitan respuestas

Este día histórico hizo surgir dos grandes preguntas en la iglesia naciente: “¿Qué significa esto?” y “¿Qué debemos hacer?” Estos siempre serán los dos grandes misterios que la Iglesia deberá resolver. Son las mismas preguntas que la gente se hace hoy ante cada misterio en la vida. En la medida que la Iglesia pueda responder a estas preguntas, será la influencia que tendrá sobre la cultura de nuestros días. Las preguntas demandan sabiduría, pero en un nivel más profundo, apuntan a la gente profética. La gente que escuche a Dios, gobernará sus días. Serán las luces. Serán los guías.

Nuestra sociedad enfrenta muchos dilemas hoy día. La batalla entre la medicina tradicional y la medicina alternativa está arreciando, con una creciente influencia de los alimentos orgánicos y los tratamientos alternativos. La ecología y los negocios están comenzando a unirse. Estos antiguos enemigos están encontrando un terreno en común para resolver los misterios por medio de alianzas simbióticas. Los Evangélicos y los Carismáticos están derribando muros y la diferencia entre ellos es cada vez más difícil de detectar.

Los misterios se resolvieron a un ritmo record en los últimos veinte años. La Iglesia necesita estar al frente de la revolución del descubrimiento. ¿Dónde está la gente que oirá la voz del Cielo? Dios nos llamó a resolver los acertijos de la vida. Nehemías tuvo un plan para reedificar a Jerusalén. Daniel recibió la revelación acerca de su rey y el futuro de su reino. José salvo a Egipto y aseguró al pueblo judío durante el tiempo de hambre. El film “Evan Todopoderoso”, trae a nuestro tiempo un desafío del pasado. Es la historia de un congresista recién electo que recibe un llamado como el de Noé para el siglo XXI. La película es cómica pero profética. Evan recibió cada vez más claridad mientras era cada vez más desafiado por la voluntad de Dios para su vida. ¿Experimentaremos la interpretación de la comunicación de Dios en nuestras vidas? ¿Tomaremos el tiempo para oír… apartarnos y responder a la voz del Cielo? Nuestros futuros pueden estar determinados por la manera como respondamos a esta pregunta.

Algunos misterios tomarán tiempo. Los desafíos de hoy pueden ser muy complejos, demandando un nivel de sabiduría salomónico. ¿Cómo trataremos con los misterios extremos? Creo que 1 Corintios tiene la solución. Cuando se encuentra algo que viene en un lenguaje extraño, ¿qué hace? Considere este pasaje que le habla a un misterio común en la Iglesia de Corinto:

“Porque el que habla en lenguas no habla a los demás sino a Dios. En realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu… ¡Quién sabe cuántos idiomas hay en el mundo, y ninguno carece de sentido! Pero si no capto el sentido de lo que alguien dice, seré como un extranjero para el que me habla, y él lo será para mí… Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga” (1 Corintios 14:2, 10-11, 13)

Los misterios vienen de muchas formas. Los misterios deben interpretarse. La carga está sobre nosotros. Estamos aprendiendo a ser intérpretes. Como un lenguaje extranjero, los acertijos de hoy necesitarán interpretación. Pablo nos dice que al recibir un acertijo, “debemos orar para interpretarlo”. Una vida de intimidad comenzará a revelar los misterios de los tiempos. Ingrese a la escuela de idiomas de Dios. Entréguese a comprender Su voz.

Aprendiendo un idioma

Existen componentes básicos para aprender cualquier idioma. Aprender el lenguaje del Cielo es algo similar. Aquí vemos los cinco pasos para aprender con éxito cualquier misterio… incluido el idioma:

1.Motivación. Sea Francés, Alemán o Celestial, debemos anhelar profundamente poder comprender el idioma.

2.Equipamiento. La Biblia es el libro de idiomas de Dios. Estúdielo y aprenda cómo hace para comunicarse. Se asombrará por lo que descubrirá acerca del idioma del Cielo a través de la Biblia.

3.Entorno. Desarrolle una cultura de Iglesia que celebre la voz y la comunicación del Cielo.

4.Humildad. Cada idioma te hará ser más humilde mientras comienzas a hablar ese sonido. No temas fallar. Encuentra un entorno que aliente y celebre el riesgo.

5.Tiempo. Los cursos acelerados te darán un entendimiento anémico. Son pequeños cortocircuitos. Toma el tiempo necesario para hacerlo bien.

¡Aprende la lengua de Dios!

¿Dónde está el liderazgo de la Iglesia? ¿Cómo hará el liderazgo para cambiar el futuro? ¿Cuál es el modelo correcto para edificar una verdadera cultura del Reino? ¿Las situaciones trágicas cambiarán radicalmente nuestra manera de vivir? ¿Cuál es mi verdadero destino? ¿Cuál será el futuro de mis hijos?

Todos estos son misterios… ¿está listo para resolverlos? Quizá no comprendamos nada acerca de los patos y las abejas, pero Dios anhela ayudarnos a resolver algunos de los grandes misterios de la vida. ¿Desea apartarse, ser curioso, acercarse y oír el corazón de Dios?

Steve Witt

“Cuidado: Está entrando en su Tierra Prometida, cuídese de no murmurar y guarde todas sus relaciones”

 

Por Bill Yount

clip_image001“Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: ‘¿Qué vamos a beber?’” (Éxodo 15:24)

Los israelitas comenzaron a llorar y a clamar cuando oyeron los reportes negativos de los diez espías, en el mismo umbral de la tierra prometida.

“En sus murmuraciones contra Moisés y Aarón, la comunidad decía: ¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto!” (Números 14:2)

“Luego Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca, y Moisés dijo: ¡Escuchen, rebeldes! ¿Acaso tenemos que sacarles agua de esta roca?” (Números 20:10). Como resultado de la ira de Moisés en contra del pueblo, golpeó la roca en lugar de hablarle y eso le costó el acceso a la Tierra Prometida. El libro de Números podría llamarse el “libro de la murmuración”, porque los israelitas se mantuvieron murmurando contra Dios y contra Moisés.

¡Entrando en la Tierra Prometida!

Luego de pasar 35 años en la misma congregación, aprendí muy tarde en mi vida que Dios valora mucho más nuestras relaciones que nuestros sueños y visiones. Si su sueño o visión no se cumple, revise sus relaciones porque creo que heredaremos nuestra tierra prometida a través de nuestras relaciones. No sólo necesitamos a Dios para entrar en la Tierra Prometida, nos necesitamos los unos a los otros. “Donde no hay visión, el pueblo perece” (Proverbios 29:18). Podríamos ponerlo al revés y decir: “Sin pueblo, su visión perecerá”.

Su tierra prometida o su visión no son sólo para usted. ¡También es para otros! Aprendo que Dios utiliza gente para ayudarme a alcanzar mi sueño y llevarme hacia mi destino y propósito. Pude verlo utilizando a toda clase de personas, aún a gente que no me agradaba mucho. Pude ver a Dios usando a algunos de mis enemigos para lanzarme hacia mi propósito y destino divino. Encuentre a un amigo valioso y dígale: “¡Te necesito para que me ayudes a entrar en mi tierra prometida!”.

¡Tus relaciones actuales afectarán a tus hijos, a tus nietos y a las generaciones venideras!

Si tuviera que rehacer mi vida (en cuanto a mis sueños y visiones personales y para nuestra iglesia), cuidaría mucho más mis relaciones. Cuando comienzo a enfocarme en nuestra visión y le doy mucha más importancia que a nuestras relaciones, comenzamos a perder terreno. Cuando comenzamos a perder nuestras relaciones, comenzamos a abortar nuestra visión y nuestro destino.

Aprendí que la visión descansa mucho más en la gente que en los líderes. ¡Por eso los líderes están llamados a equipar y fortalecer los sueños y las visiones de la gente! También aprendí que las decisiones que ponen en peligro nuestras relaciones por causa de la visión o de lo que queremos, afectan directamente a nuestros hijos. Creo que una de las razones por las cuales la generación joven perdió el interés por la iglesia en nuestros días, es por la forma como nos dañamos unos a otros. Nuestros ataques y heridas sembrados en nuestras relaciones se multiplican y son cosechadas por nuestros hijos y nietos, afectando a las generaciones venideras.

¡Se está derramando un nuevo fundamento en el Cuerpo de Cristo!

Recientemente tuve una visión acerca de un camión de cemento estacionando fuera de la Casa de Dios. Estaba allí para comenzar a derramar un fundamento fresco y nuevo en lugar del viejo fundamento, porque estaba quebrado y echado a perder y no podía soportar lo que estaba por venir: el peso de la Gloria de Dios. Sentí al Señor diciéndonos a todos en Su Cuerpo que nos paráramos y rodeáramos este nuevo fundamento que se estaba derramando de una manera fresca. Se nos ordenó estirar nuestros brazos y levantar las manos de los demás, sin tocar el fundamento fresco hasta que hubiera fraguado. El Señor dijo: “¡No toquen nada! ¡Esta es mi obra y no la obra de los hombres!”.

Mientras levantábamos con firmeza las manos de los demás, muchos de nosotros queríamos hacer preguntas acerca de lo que debíamos hacer, como “Señor, ¿qué hay de la visión que nos entregaste?”. Sentí que el Señor respondía: “¡Sólo sosténganse unos a otros!”. También hicimos muchas otras preguntas como, “Señor, ¿qué pasa con esto o aquello?”. Cada pregunta que hacíamos recibía la misma respuesta: “¡Sólo sosténganse unos a otros!”. ¡Esa era la visión celestial que Dios tenía para cada uno de nosotros!

¡Cuídese para que sus dones no lo separen de la gente!

Estoy aprendiendo que Jesús murió más por la gente que por mi sueño o mi visión. A menudo, la gente me escribe y me dice que sus pastores o líderes no están abiertos a lo profético. Les digo, “¿Pueden bajar el tono de sus palabras lo suficiente como para que sus pastores puedan recibir al menos una parte de la palabra en vez de no recibir nada?”. Creo que esto no implica comprometer la Palabra del Señor. ¿Qué hay de bueno en tener una palabra del Señor si nadie es capaz de recibirla? Creo que cuando oímos de Dios, podemos declarar de una manera amorosa lo que recibimos para que todos puedan estar abiertos a ello, ¡incluso a los niños!

Después de pasar los últimos 35 años en la misma congregación, aprendí a remitir las palabras que recibo a los líderes que están sobre mí. Cuando no están de acuerdo, voy al Señor y me doy cuenta que Él está más interesado en moldear mi carácter a Su imagen y en refinar mi don profético a través de mis líderes. Después de todo este tiempo, ahora tengo un ministerio de alcance mundial y siempre estaré aprendiendo a través de mi liderazgo y de la gente que me rodea, ajustando mi don y mi llamado.

Por otro lado, ahora estoy en el liderazgo de nuestra iglesia. Nunca permita que su don se coloque entre usted y la autoridad que Dios estableció en su vida o sobre la gente que lo rodea. Permita que Dios use a la gente en su vida para refinarlo, mientras es conformado a la imagen de Jesús. Si el Señor lo guía a salir de su congregación por alguna razón, primero comparta con amor la razón que fundamenta su partida con su pastor y retírese con la bendición de su pastor ¡para que pueda ser de bendición por donde quiera que vaya!

¡Puede estar a una relación de distancia de su herencia! ¡Asegúrese de amar a todos, incluyendo a sus enemigos! ¡Es tiempo de avanzar!

Bill Yount

lunes, 17 de noviembre de 2008

“Dios me habló en mi baño: ¡El tiempo de la aceleración está al alcance de la mano!”

 

Por Taffie Furr

clip_image002El reloj está adelantado

En el mes de Enero pasado y por un período de tres o cuatro días, cada vez que miraba el reloj en mi cuarto de baño, estaba adelantado exactamente una hora. Este es el relato: “comencé a notar que la hora estaba equivocada y lo ajusté en la hora correcta. La siguiente vez que entré al baño, me di cuenta que la hora volvía a estar equivocada. También me di cuenta que no sólo estaba mal, sino que estaba una hora adelantado. Exactamente una hora adelantado. Pensé, ¿qué pasará con este reloj?”

Mi baño es uno de los lugares en la casa donde paso mucho tiempo en oración y adoración. De hecho, paso demasiado tiempo allí en la presencia del Señor y muchas veces, con sólo caminar hacia ese cuarto, comienzo a oír Su voz hablándome en mi interior y trayéndome revelación. Para mi tiene sentido que si Dios quiere llamar mi atención alterando la hora de un reloj, tendría que ser en ese cuarto en particular.

Me llevó tres o cuatro días darme cuenta que este no era un desperfecto común. Quiero decir, después de todo, ¿un reloj puede adelantarse exactamente una hora, a pesar de las correcciones que se le hagan? El Señor quería hablarme algo a través de ese reloj. Cuando finalmente lo atrapé, le pregunté al Señor qué quería que viera en mi reloj e irónicamente me dijo: “El tiempo de la aceleración está al alcance de la mano”.

Cuando me di cuenta que el Señor me hablaba a través del adelanto de la hora en el reloj, volví a corregir la hora por última vez y no volvió a alterarse, dando la hora correcta desde ese momento. Aún en la manera que Dios elige para hablarnos, sigue siendo creativo.

Cuando predicaron Juan el Bautista y Jesús que “el Reino de los Cielos se ha acercado”, no decían “el Reino de los Cielos está en camino” o “se está acercando”. Decían: “está aquí, ya llegó”. Al decir que algo “está a la mano”, significa que “está disponible ahora mismo”.

Para recibir lo que Dios nos está mostrando, debemos reconocer la oportunidad de la accesibilidad hacia lo que Él nos está mostrando. Por esta razón, estar alerta por los tiempos, las estaciones y sus imparticiones, es de vital importancia para el Cuerpo de Cristo. El Señor nos habló hace un tiempo sobre la aceleración que viene hacia nosotros. Nos estuvo preparando para poder reconocerla y buscarla con expectación. Ahora nos dice que la manifestación del tiempo de la aceleración está aquí y está sobre nosotros. Quiere que reconozcamos su presencia para poder recibirlo y caminar en todo lo que Él quiere que Su aceleración traiga sobre nosotros.

¿Qué significa para nosotros que el tiempo de la aceleración está a la mano? Significa que las puertas del cielo están abiertas y las cosas inesperadas comenzarán a surgir: ¡de repente! Las cosas inesperadas son aquellas promesas y aperturas que estuvimos esperando.

La aceleración en su casa y compartir lo que tenemos

En mi propia casa, recientemente vimos la confirmación de la sobreabundancia financiera. En una semana recibimos cinco cheques por un total de mil dólares, aparte de nuestro ingreso normal. Sacando una ofrenda de un hermano conocido, los otros eran de varios negocios que nos enviaron diferentes montos a nuestro nombre. ¡Alabado sea Dios! Aunque esta fue una gran bendición para mi familia, también creo que este es el comienzo de la sobreabundancia que vendrá sobre todo el Cuerpo de Cristo. El área de las finanzas es sólo una rama de nuestra vida donde fluirá la aceleración.

El Espíritu del Señor me dijo: “La mano poderosa de Dios está trayendo aceleración a nuestras casas y con ella, vendrá la abundancia, la liberación y la comunión íntima que es desea tu corazón”.

Nuestro Padre amado ciertamente quiere alegrarse y regocijarse en todo lo que derrama sobre nosotros. Es bueno y justo que celebremos a Dios por todas Sus bendiciones. Como padres, nos sentimos muy gratificados al ver a nuestros hijos disfrutando de aquellas cosas que les entregamos. Nuestro Padre también se deleita cuando nos gozamos en Sus bendiciones.

Muchas veces, es fácil quedar atrapado en la excitación y el gozo de la bendición, olvidándonos que todavía existe un lugar para la mayordomía responsable. La última mitad de Lucas 12:48 dice: “… A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más”.

Mientras cada uno de nosotros experimenta el derramar de la aceleración y llena nuestras vidas, desde la rama de la provisión como en ser posicionados hacia nuestro destino en el Señor, debemos recordar nuestra responsabilidad en todo lo que el Padre nos entrega. Recordemos siempre nuestra responsabilidad para manejar apropiadamente y con sabiduría todo lo que se nos entrega. Cuando hacemos esto, nuestros corazones mantendrán al Dador por encima del don.

Hechos 4:32 dice: “Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían”

Todo lo que el Señor nos entrega tiene un propósito mayor que enriquecernos personalmente. Como vemos en Hechos 4:32, la Iglesia temprana comprendió esto muy bien. No veían lo que tenían sólo para ellos. Compartían todo lo que tenían y por causa de su generosidad desinteresada, no había necesidad entre ellos.

1 Corintios 12:7: “A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás”.

El Señor no sólo anhela que compartamos nuestras bendiciones materiales con otros, también nos instruye a compartir cada don del Espíritu Santo. En Mateo 10:8, se nos recuerda que Jesús les enseñaba a Sus discípulos diciendo: “…Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente”.

El Espíritu Santo nos entrega cada don conforme a Su voluntad para que todos nos beneficiemos con su distribución. La ganancia de cada don se encuentra en compartirlo. Por ejemplo, ¿qué ganancia hay en el don de sanidad si uno no lo comparte con quienes lo necesitan?

Aunque el Señor nos haya bendecido con provisión financiera, dones específicos, una unción determinada, liberación, sanidad y nos haya posicionado con solidez en un llamado o en un testimonio, todo lo que compartamos con los demás nos dará mayores beneficios. ¡Wow! ¡Cuán asombroso es el Señor en todos Sus caminos! Es muy excitante saber que cuando el Señor piensa en uno, está pensando en todos y cuando bendice a uno, ¡desea bendecir a todos!

Debemos regocijarnos con gratitud al recibir nuestra porción en este tiempo de aceleración, comprendiendo esto: la aceleración que se soltó en la vida de uno, busca que su buen fruto fluya sobre las vidas de muchos.

Dios está diciendo: “Las compuertas están abiertas, se soltó la inundación”

A Su servicio,

Taffie Furr

“¡Repentinamente, me encontré sobre el pecho de Jesús!”

 

“El corazón de Dios es el muro de los lamentos”

Por Jill Austin

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“¡Estaba dentro de Su corazón! ¡El incienso! El aroma pesado y pegajoso comenzó a saturar mis sentidos”

Repentinamente, me encontré sobre el pecho de Jesús. Como Juan, el Amado, pude sentir mi rostro sobre su vestidura de lino: era lo más suave sobre mi rostro. Pude oír Su corazón, el sonido de la eternidad, esa cámara gigantesca de amor, mientras me abrazaba. Me sentí muy amada y protegida.

Esta intimidad de Su corazón caló profundo dentro de mi corazón. Me estaba recostando profundamente dentro de Su corazón. Pude sentir sus brazos rodeándome. Y luego, pude sentir cómo se abría Su corazón. Entré en el mismo corazón de Jesús: la habitación eterna de de este tremendo sentir.

Este sentir está resonando por toda la eternidad con toda clase de sonidos y ritmos. Es adoración celestial. ¡Adoración! ¡La gloria! Su corazón era una cámara de resonancia de las oraciones. ¡Un tabernáculo de gloria! ¡El anciano de días! ¡El Rey judío!

“El incienso… el aroma pesado y pegajoso… el canto”

¡Estaba dentro de su corazón! ¡El incienso! El olor pesado y pegajoso que saturaba mis sentidos. ¡El canto! Hubo un despertar en mi corazón por estas oraciones antiguas hacia Dios. ¡Santo! Iba cada vez más profundo dentro de ese humo pegajoso. Comencé a percibir que estas paredes y este tabernáculo no estaban hechos de piedra, sino de carne.

Su corazón era gigantesco. Existe un muro gigantesco, como el “muro de los lamentos celestial”. Cada nombre, cada persona, cada cara, cada destino, cada sueño está escrito en el muro del corazón del Señor. Pero luego pude oír a los intercesores desde la tierra clamando por los perdidos.

Pude oír el clamor: “¡Oh Señor! Padre! ¡Él no te conoce! Señor, ¡mi madre está sufriendo demasiado dolor! Señor, ¡mis hijos!”. Pude oír el clamor y el llanto de los intercesores, clamando por los perdidos. “Señor, ¿escuchas su clamor? ¿Los salvarás?” Hay demasiado dolor. Demasiada angustia”.

¡El muro de los lamentos celestial!

Luego pude oír la respuesta del corazón del Señor. ¡Estaba quebrantado! Su “muro de los lamentos celestial”, era como si todo el muro estuviera sangrando, clamando y gimiendo desde las profundidades de su ser. A cada uno de los nombres escritos en su corazón les decía: “Yo conozco tus circunstancias. Conozco íntimamente a cada uno. Siento tu dolor. ¡Conozco la angustia! Conozco el dolor por el cual estás atravesando. ¿Vendrás a mi? ¡No me olvidé de ti! ¡Ven a mi! Te amo”.

Sonidos de guerra

Luego aparecieron sonidos de guerra. Eran los sonidos de guerra que surgieron cuando chocaron el Reino de Dios y las tinieblas. Luego pude ver al ejército de las tinieblas de todas las naciones de la tierra rodeando a esta gran ciudad. ¡Oí un clamor! ¡Un clamor desde estos muros antiguos! La voz de Raquel, ¡clamando y gimiendo por sus hijos!

Luego hubo otro sonido, muy profundo desde el corazón del Señor. Era un sonido de gemidos, un sonido de trabajo de parto. Luego oí el sonido de los mártires de debajo del trono que clamaban: “¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo? ¿Vengarás nuestra sangre?”

Luego surgió el sonido de los demonios, ¡destruyendo! El sonido de los demonios de suicidio, desesperanza y depresión diciendo: “¡Te destruiré!”. Eran los sonidos de los cuerpos enfermos, violados y destruidos. Los sonidos de la gente atormentada y demonizada que clamaba por libertad y liberación.

Eran los lamentos de los atormentados y los perdidos. Aún en el corazón Celestial los perdidos clamaban, “¿Hay un Dios? ¿No siente mi dolor? ¿Por qué nací? Quiero morir. Me duele demasiado la vida!”

Pude oír la gran orquestación de estas oraciones y la adoración culminando en un crescendo de guerra. ¡Qué gloria y qué misterio asombroso! Luego el Señor intercedía y despachaba ángeles guerreros. Los cielos estaban en guerra.

Su mismo corazón es el “muro de los lamentos celestial”. Clamando, proclamando y provocando la manifestación del gran amor de su corazón. Dijo: “Les ordeno a mis ángeles que vayan y peleen para libertar a los cautivos. ¡Hay demasiados que necesitan venir a mí! Hay demasiados perdidos”.

Luego dijo: “Si quieres ver mi corazón, la clave para la autoridad apostólica es el amor. Si quieres moverte en señales y maravillas, necesitas conocer mi corazón. Si quieres ver una apertura en el cielo sobre territorios y ciudades enteras, necesitas moverte con este amor de resurrección radical”.

“Necesitas oír lo que oigo. Necesitas sentir lo que siento. ¿Tendrás mi compasión? Necesitas tener mi corazón. ¿Quieres ser un libertador? ¿Me permitirás tomar mi espada, abrir, cortar y circuncidar tu corazón, para que puedas sentir y sangrar? Así tu corazón también será un “muro de los lamentos celestial”.

“¿Sentirás el dolor por los quebrantados y los perdidos, para que puedas interceder y clamar profundamente con gemidos en oración? ¿Ayudarás a dar a luz mi corazón?”

¿Puedo escribir sus nombres en tu corazón? ¿Deseas llegar a ser un amante? ¿Amarás con mi amor? Te estoy llamando al “muro de los lamentos celestial”.

Jill Austin

domingo, 2 de noviembre de 2008

¡Dios quiere que tenga su Espíritu Santo porque quiere enseñarle a derribar gigantes!

 

(También a hallar lo perdido y levantar a los muertos)


Por Keith Miller

clip_image001¿Qué lo detiene de ser todo lo que está llamado a ser en Cristo? ¿No anhela que la apertura sea tan grande que pueda derribar a los gigantes que lo detuvieron? Estoy aquí para decirle que Dios quiere fortalecerlo con el poder del Espíritu Santo para derribar a aquellos gigantes en su vida y así avanzar hacia su victoria en cada area de desafío y necesidad. No sólo eso, Él quiere fortalecerlo para que sus hijos e hijas no tengan que pelear con esos gigantes y puedan experimentar la plenitud de las promesas de Dios para ellos.

Si, ¡puede hacer resplandecer una autopista de avivamiento ahora mismo en su vida para la cosecha de las generaciones que vendrán! ¡Jesús iluminó el camino! Todo está allí, el camino para la apertura y el fortalecimiento por el efecto del poder operativo de Cristo en y a través de usted. Pablo les escribe a los Tesalonisenses que ellos creían en la Palabra y, por ello, era efectiva sobre sus vidas.

“Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra humana sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes” (1 Tesalonisenses 2:13)

El Señor está enviando una unción poderosa para la cosecha, está levantando y enviando a los santos hacia nuevas dimensiones del poder operativo de Cristo en sus vidas. ¡Está levantando un ejército poderoso de señales, maravillas y milagros! Si, usted está destinado a ser una señal, una maravilla y un milagro. ¡Sólo tiene que estar lo suficientemente hambriento para glorificarlo a Él! ¿Está hambriento? ¿Quiere ser una señal, una maravilla y un milagro para la gloria del Señor y para la cosecha de almas como nunca antes se vio en la historia?

Dios quiere activar las obras de Cristo a través de usted, obras que soltarán al Espíritu Santo para el avivamiento, ¡no sólo en la tierra, sino en su corazón! Si, ¡Él pondrá sobre su vida un manto de poder para ejercer dominio que lo soltará en las señales, maravillas y sanidades para Su Gloria! ¿Y esta unción? ¡Es para cosechar! Una cosecha de corazones entregados a Él para la cosecha de almas. Dios quiere fortalecerlo como una señal y una maravilla andante para sus hijos. Quiere favorecerlo para influenciar algunos miles de almas.

¡No será vencido porque Cristo venció! ¿Por qué perder tiempo enfocándose en lo que están haciendo los gigantes? ¿Por qué no enfocarse en quien es Dios, en lo que está haciendo y en lo que puede hacer a través de usted por la operación de Su poder: el mismo que derrotará toda estrategia del enemigo que impidió cualquier apertura en su vida? Vivimos un tiempo de aceleración donde confío que Dios restaurará rápidamente aquellas cosas que perdimos. ¡Las obras de Cristo estallarán en su vida y a través de ella, con un fortalecimiento fresco de Su poder! Esta no será sólo una temporada, ¡sino una apertura constante!

¿Lo desea?

clip_image003Por dondequiera que viajo y en nuestras propias reuniones, escucho más y más relatos acerca del poder de Dios operando a través de los santos para el avivamiento y la cosecha que vendrán. Dios está trabajando con señales, maravillas y milagros poderosos por medio de Su pueblo: adultos, ancianos y niños. Familias enteras se están moviendo en el efecto operativo de Su poder.

En mi propia familia estamos viendo milagros y aperturas increíbles. Recientemente vimos uno particularmente excitante, en lo que llamaríamos “apertura de restauración”. Esto es excitante porque nada es demasiado pequeño o insignificante para Dios. Él conoce nuestros corazones y cuánto abunda Su amor en esta restauración. En su tiempo, por supuesto, fue grande en las revelaciones que me entregó para estas enseñanzas. Más que nada, esta experiencia me recordó cuán importante es posicionarnos para oír al Señor y luego pararnos en Su voluntad para ver la manifestación de Su poder.

Recientemente nuestra hija mayor pasó un fin de semana en el lago de una represa. Allison perdió su anillo de matrimonio en algún lugar del lago y llorando llamó a mi esposa Janet, pidiéndole que orara para que pudera encontrarlo. Dijo que buscaron por más de una hora, pero el agua era muy turbia y profunda como para encontrarlo. Mis hijos Josh y Justin bucearon repetidamente, tratando de alcanzar el fondo del lago para ver si podían palpar el anillo, pero cada vez que lo hacían, subían con lodo y musgo en sus manos. Buscaron por más de dos horas, pero no lo hallaron. Sin embargo, Janet comenzó a orar en lenguas en casa y Dios le dijo que oraran allí en el lago. “Llámalos”, le dijo, “y diles que me pregunten a Mí dónde está el anillo”.

Janet los llamó por su celular y le dijo a Allison que reuniera a todos en un círculo para preguntarle al Espíritu Santo dónde estaba el anillo. Josh lideró a todos en oración. Inmediatamente después de orar, concentraron la búsqueda en el lago, pero Josh sintió al Señor guiándolo. Cada vez que se movía en el agua, el Señor le dijo que lo hiciera en una u otra dirección, un poco hacia la derecha o hacia la izquierda y así, Josh sintió que debía bucear. Luego, cuando se metió en el agua y tanteando el fondo del lago a ciegas con sus manos, sintió algo en el barro. Escarbó y levantó algo desde el fondo. Cuando lo llevó a la superficie, era el anillo de Allison.

Era un lago gigantezco, encontrar un anillo era como hallar una aguja en un pajar o buscar un lente de contacto en el océano, pero la obediencia y la confianza en la sabiduría y el poder de Dios hicieron que sucediera lo imposible (según nuestros ojos naturales). Este no fue como el milagro por medio del cual Eliseo hizo flotar el hacha de hierro (2 Reyes 6:1-6).

El poder y la sabiduría de Dios son asombrosos. Este es sólo un pequeño ejemplo de lo que podemos esperar como Sus hijos fieles. Podemos esperar que nos fortalezca desde lo alto para subir hacia la realidad de lo imposible y hacia nuevas dimensiones del poder operativo de Cristo. Si puede confiar en Él y moverse en obediencia a Su voluntad, activará las obras de Cristo a través de usted para cosechar aún lo que perdió. Si, aún su anillo de matrimonio. Nada es demasiado pequeño o muy grande para que Él pueda recuperarlo.

Un tiempo de grandes oportunidades

clip_image004¡Sea un saltador de muros!

¿Cómo quiere saltar el muro? ¡Estamos ingresando en un tiempo de apertura permanente de nuevas oportunidades! ¡Favor, Gracia, Favor, Gracia! Es el tiempo de las grandes oportunidades. Es el tiempo de las puertas abiertas, favor y gracia divinos. ¡Dobles porciones! Doble favor, doble gracia, doble cosecha. ¡Gracia exponencial, (gracia-gracia) x (gracia-gracia) y mucho más! Expere bendiciones exponenciales en sus aperturas. Espere fe sobre fe sobre fe para levantarse. Espere un avance de poder en poder y de gloria en gloria, mientras Dios abre puertas imposibles para el avance de Su reino y Su gloria.

Mientras estaba en Minnesota con Patricia King, el Señor dijo: “Quiero traer favor e influencia para que las personas sean voces efectivas sobre la tierra”. Usted se asombrará por la manera como Dios lo usará. Creo que Dios les dará a Sus fieles mucha influencia para la cosecha. Abrirá puertas de oportunidades para que Su pueblo gane posiciones de influencia para que sus voces puedan ser efectivas. Por ejemplo, si quiere ser electo alcalde de su ciudad para interceder por ella o si necesita una explosion en su trabajo para ser promovido, Dios abrirá los oídos de la influencia para la cosecha de cientos, si no de miles. Todo tiene que ver con el crecimiento exponencial de las obras de Cristo en usted y, mientras avanza, el Señor mantendrá las puertas abiertas. Abrirá los oídos correctos, las puertas correctas y pondrá alfombras de bienvenida, aún sobre un terreno reseco.

Empujando la cosecha: ¡avance!

“La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros, les dijo a sus discípulos. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” (Mateo 9:37-38)

En este texto, vemos la palabra “Señor” en el contexto de la cosecha. La traducción griega de Señor utilizada aquí, significa: “Uno que puede fortalecer a los cosechadores, uno que puede supervisar literalmente la cosecha, uno que puede ser fortalecido para cosechar”. Es interesante que la palabra griega que traduce “enviar” es ekballo, cuya raíz significa “forzarlos”. Ballo es la palabra de la cual se deriva el término “balístico”. Esto nos permite ver la fuerza y el sentido de urgencia al forzar o empujar a los obreros hacia Su cosecha. Podemos ser el instrumento que Dios usará, pero Él es la fuerza motriz para la cosecha. Vemos esta misma palabra utilizada en el contexto de Marcos 1:12, describiendo las acciones de Cristo luego de ser lleno del Espíritu Santo en el río Jordán donde “inmediatamente el Espíritu lo llevó hacia el desierto”.

Con ese sentido de urgencia, Jesús no nos envía sin equiparnos. No, nos entregará Su poder operativo y Su autoridad para ayudarnos a recoger la cosecha rápidamente. ¡Va delante de la cosecha y nos está fortaleciendo para ella!

Recibirá una nueva autoridad

“…Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 10:1)

El Señor de la cosecha nos llena de poder para cosechar promesas dormidas y volver a excavar viejos pozos en lugares desolados para ver Su cosecha. Nos entrega determinación para echar fuera todo impedimento para la apertura, restaurando aquellos sueños y visiones que creíamos perdidas. ¡Nos está llenando de poder y nos está enviando rápidamente!

“Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos” (Mateo 10:5)


¿Enviarnos dónde?

“Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel” (verso 6).

¿A hacer qué?

“Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: El reino de los cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” (versos 7 y 8).

Mientras avanza, ¡predique! Dios llamó a cada creyente a predicar el Evangelio con poder. Dios nos llenará de poder para predicar, sanar, limpiar y echar fuera demonios. Todo esto para cumplir Sus propósitos para cada uno de nosotros. Es un propósito multifacético porque Dios nos da otra comisión y nos libera para cumplirla, dándonos otra palabra y llevándonos hacia otro nivel de cumplimiento hasta completar la cosecha. De esta manera, vamos de cumplimiento en cumplimiento de cada palabra profética verdadera que se habló sobre nuestra vida. Su palabra será en su corazón como un fuego ardiente que quema hasta sus huesos. No podrá retroceder:

“… entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más” (Jeremías 20:9b)

Cuando la Palabra se transforma en un fuego encendido en nuestro corazón y en nuestros huesos, nuestro enfoque estará en la cosecha y no nos negaremos. Porque recibimos la Palabra con libertad y así entregamos la poderosa Palabra del Señor. Aquellos que lo reciban, lo recibirán a Él, al Señor de la cosecha. Con las obras de la Palabra en usted, asesinará a cada gigante que se pare en su camino hacia la cosecha. Aún cuando se levante un muro, podrá saltar sobre el, matar a los gigantes y alcanzar la victoria.

“Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me envió. Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo, recibirá recompensa de justo. Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les aseguro que no perderá su recompensa” (Mateo 10:40-42)

Oirán las obras de Cristo, verán las obras de Cristo, conocerán las obras de Cristo y recibirán las buenas nuevas del Evangelio. Verán la luz del fuego de la Palabra ardiendo en usted.

“Juan estaba en la cárcel, y al enterarse de lo que Cristo estaba haciendo, envió a sus discípulos a que le preguntaran: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” (Mateo 11:2 y 3)

Una vez más vemos la referencia a las “obras de Cristo” en Juan 9:4:

“Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar”

Aún estamos en ese día

clip_image006Esto habla de las obras y realizaciones poderosas y certeras de Cristo. Como aún es el día, puede hacer las obras de Cristo a través de usted, porque Jesús está dentro suyo. Él aún está en el mundo y aún es el día. Jesús dijo que mientras Él esté en el mundo, es la “luz del mundo” (Juan 9:5). Tiene luz suficiente para operar mientras la luz se encuentre en el mundo: “Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo”. Los líderes religiosos de ese día no sabían de dónde venía, pero Jesús dijo: “¡Yo Soy! Yo Soy la luz”. ¿Quién es la luz?

“Jehová es mi luz y mi salvación” (Salmo 27:1)

“Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras” (Santiago 1:17)

En efecto, Jesús estaba diciendo: “Yo Soy Dios. Soy el Jehová de luz y salvación. Soy el Padre de las luces. Mientras esté en el mundo es de día, porque Soy la luz del mundo”.

Como hijos de Dios, creyendo en el Hijo y con Su Espíritu, ¡usted tiene la luz! “Mientras tienen la luz, crean en ella, para que sean hijos de la luz. Cuando terminó de hablar” (Juan 12:36a). ¡Somos los hijos e hijas de la Luz! Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Como creyentes no debemos vivir en las tinieblas, sino vivir en Él, quien vino como la luz al mundo (Juan 12:46).

Dadores de aceite y fuego

Aquí vemos a Jesús en medio de los siete candeleros de oro:

“Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba y, al volverme, vi siete candelabros de oro. En medio de los candelabros estaba alguien semejante al Hijo del hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho” (Apocalipsis 1:12 y 13)

Los candelabros son representaciones alegóricas de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, el pueblo de Dios, los creyentes en la Luz:

“Ésta es la explicación del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias” (Apocalipsis 1:20)

Los candelabros son referencias alegóricas al templo de Jerusalén, donde había candelabros de siete brazos, tres a cada lado y uno central (vea Éxodo 25:31-37). Somos lámparas de oro, preciosas a los ojos de Dios, brillando y ardiendo continuamente habitando en Su amor.

Él derrama aceite y fuego en nosotros porque somos dispensadores de luz. La lámpara no es luz en sí misma, sólo es un instrumento para emitir la luz. La lámpara debe recibir aceite y fuego antes de poder dispensar luz. Cristo derrama el aceite ilimitado de la Unción en nosotros para que podamos brillar y arder continuamente con gloria y con amor por el mundo. Como Jeremías, no será capaz de resistir la Luz o la Palabra. No existe ningún límite a las obras de Jesús a través de usted porque Él está derramando continuamente Sus obras en su vida, el aceite enriquecido de Su unción para la cosecha.

Bíblicamente, el “siete” significa plenitud, el final de algo y el comienzo de otra cosa. ¿Quiere consumar algunas cosas en su vida? ¿Quiere que ciertas puertas se cierren y otras nuevas se abran? ¿Está cansado de dar vueltas alrededor de la misma montaña anhelando llegar a la cima, pero los obstáculos lo llevan hacia atrás? Este es el tiempo para sacudirse lo viejo, prepararse para lo nuevo y recibir las obras de Cristo en usted para los nuevos comienzos, en estos días grandiosos y poderosos de la unción para la cosecha.

No es el aceite del pasado, sino el aceite fresco de hoy. Es aceite abundante que lo llenará constantemente y reemplazará al aceite de ayer. Es fe-fe, gracia-gracia, para caminar en lo que está sucediendo hoy. ¡Hoy!

Usted es la luz del mundo. Una ciudad ubicada en la cima de una colina no se puede ocultar (Mateo 5:14)

Usted es una lámpara que no se puede volver a ocultar, porque Él lo llenará con las obras operativas de Cristo, la palabra operativa en usted como un atalaya para el mundo.

“Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa” (Mateo 5:15)

Mientras iba hacia la cruz, Jesús dijo: Yo Soy, Yo Soy la Luz del mundo. Él derrama Sus obras en usted para que sea esa luz. “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16). Él derramará mucho más de sí mismo sobre usted y no podrá volverse atrás.

Dios está encendiendo la luz, para transformar a Su pueblo en “mega lámparas de luz” que glorifiquen a Dios. ¿Quiere que el Señor se involucre en su vida hoy y encienda la luz? ¿Quiere ver señales, maravillas y milagros que respalden la predicación de Su palabra? ¿Qué le parece encontrar un pequeño anillo de oro en el fondo de un lago de imposibilidad o multiplicar un pedazo de pan para alimentar a miles? Jesús dijo: “Yo soy el Señor de la cosecha y lleno de poder a la gente para la cosecha. ¿Quiere recibir Mis obras?”

Keith Miller