viernes, 21 de octubre de 2011

Pude oír al Espíritu decir: “Quiero bendecirlos”

Por Kathi Pelton

clip_image002“Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre” (Salmo 113:2).

Como cristianos, usamos la palabra bendición, más que otras palabras. Es muy común hablar de las bendiciones sobre nuestro día, nuestra familia, nuestra Iglesia, etc. Amamos orar por las bendiciones sobre nuestros seres queridos y sobre ministerios que hacen obras poderosas. A menudo nos saludamos diciendo: “Dios te bendiga”. A veces nos esforzamos en fe para “bendecir a nuestros enemigos”. Aunque hagamos esto, me pregunto cuántos de nosotros comprendemos estas acciones.

Entre los judíos, hay cientos de bendiciones que son parte de los servicios en sus sinagogas. Practican bendecir todo aquello en lo que se regocijan en sus reuniones y en su vida corporativa. Las bendiciones de los hebreos se pueden identificar fácilmente porque todas comienzan con las palabras: “Bendito seas” (birkhot atah). A menudo se la llama “Shem umalkhut” y significa, “el Nombre y la soberanía”. Esto reconoce a Adonai como Rey sobre todo el universo.

El Nombre y la Soberanía

Años atrás, uno de nuestros hijos comenzó a relacionarse con una muchacha, pero de una manera que a mi esposo y a mí nos desagradaba por completo. Cuando fui ante el Señor para buscar su consejo para manejar la situación, el Espíritu me dijo: “Quiero que los bendigas”. Inmediatamente comencé a rechazar esta voz porque estaba segura que el Señor no quería bendecir esta relación enferma. Volví a orar. Una vez más oí: “Quiero que los bendigas”.

Estaba aún más confundida y decidí hablar con mi esposo para oír lo que el Señor le decía. Cuando le dije lo que oí, comenzó a corregirme. Pero sin importar cuánto traté, no pude oír otra cosa. Al día siguiente fuimos a nuestro equipo ministerial local y compartimos con ellos la situación. Oraron y Dios les dijo lo mismo. Aunque esto iba en contra de todo lo que era apropiado y justo, comenzamos a orar bendiciéndolos. Aún hablamos bendiciones sobre ellos.

Luego de hacer esto comenzamos a ver cómo Dios se movía soberanamente en sus vidas. No hablamos de acuerdo a los aspectos negativos de su relación, soltamos el “Nombre y la Soberanía” de Dios sobre sus vidas y relaciones. La realidad era que, sin darnos cuenta, invitamos al Espíritu Santo a moverse como anhelamos en esa situación.

Inicialmente tomamos distancia de todos los aspectos de esta relación por lo que veían nuestros ojos y por nuestras creencias sobre el “noviazgo”. Pero Dios no quería que nos colocáramos en contra de lo que estaba ocurriendo, quiso que nos pusiéramos de acuerdo con su soberanía sobre sus vidas. Dejamos de enfrentarnos contra “carne y sangre” y nos pusimos de acuerdo con el Rey y su Soberanía. El Señor nos humilló y nos movió hacia su camino. Este acto de “bendición” comenzó un proceso de cambio en las vidas de ambos jóvenes que continúa hasta el día de hoy.

Bendecir a nuestros enemigos

Es fácil bendecir a los que nos aman y nos hacen bien, pero soltar una bendición sobre alguien que nos maltrata o practica cosas con las que no estamos de acuerdo, es muy difícil. A menudo buscamos bendecir a personas con las que estamos de acuerdo. Pero Jesús habló de esto como estar de acuerdo con Dios para que sus caminos se activen en nuestra vida.

“Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan. Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa. Dale a todo el que te pida, y si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. ¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aun los pecadores lo hacen así. ¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así. ¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir el mismo trato. Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasivo” (Lucas 6:27-36).

¿Esta verdad no lo ayuda mucho más bendecir a sus enemigos? Se pone de acuerdo con Dios para que su poder soberano comience a moverse en sus vidas. Gastamos demasiado tiempo y energía tratando de imaginar nuestro próximo movimiento, pensando estrategias para ver a nuestros enemigos confundidos o cómo hacer que los pródigos regresen a la casa, ¡cuando quizá sólo necesitamos bendecirlos! Creo que pasamos demasiado tiempo tratando de darle consejos al Espíritu Santo sobre cómo debería moverse y qué hacer.

Personalmente pude oír a padres que oraron miseria sobre sus hijos para que dejaran de tener apetito por el pecado. Pero, ¿por qué no dejar que el Rey del universo, quien los creó y conoce sus pensamientos, haga lo que sabe? Comencemos a bendecir a nuestros hijos que están descarriados, para que puedan conocer el Nombre y la Soberanía de Dios. Bendigamos a nuestros enemigos, gobiernos y líderes, bendigamos a los que no están de acuerdo con nosotros, aún bendigámonos nosotros mismos, porque quizá seamos quienes más necesitan que la soberanía del Señor se manifieste en nuestras vidas.

Bendiga su nación

Con frecuencia me quedo muda cuando oigo a algunos cristianos hablando de nuestro presidente en USA. Escuché desde palabras derogatorias, chistes, acusaciones y aún maldiciones sobre su vida. ¿Cómo ayuda esto? Una vez más, no tiene que estar de acuerdo con las acciones y creencias de una persona para bendecirla. Necesitamos comenzar a asumir una postura de bendición mientras hablamos sobre nuestros líderes y gobernantes. Permitamos que Dios sea soberano sobre nuestra nación y nuestro gobierno. Cuando oye a un creyente hablar maldiciones y chistes sobre alguien o algo con lo que no están de acuerdo, no dude en hablarle sobre el poder de la bendición.

La experiencia que tuvimos con mi esposo acerca de nuestros hijos fue una de las elecciones más difíciles que hayamos enfrentado. Esta persona que se involucró con mi hijo era un engaño para su destino, su caminar con Dios y su relación con nosotros. Si nos parábamos en contra de ellos, los habríamos perdido. Pero al bendecirlos, ganamos otro hijo. ¿Qué pasaría si todos los creyentes en nuestra nación comenzaran a bendecir a nuestros líderes? Quizá la gente se volcaría hacia el corazón de Dios.

Lucas 6:36 nos enseña a mostrar misericordia. Hagamos un compromiso para mostrar misericordia, así como nuestro Padre muestra misericordia. Amemos, bendigamos y oremos por aquellos que necesitan misericordia. Quizá comience a llover misericordia y bendiciones sobre los hogares en nuestras naciones. Que los cielos comiencen a llenarse con el sonido del pueblo de Dios hablando bendiciones. Saturemos nuestras naciones, familias, Iglesias y ciudades con un coro de bendiciones.

“Diles a Aarón y a sus hijos que impartan la bendición a los israelitas con estas palabras: El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, para que yo los bendiga” (Números 6:23-27).

Pongamos el Nombre del Señor sobre nuestros líderes, familias y naciones para que el Señor pueda manifestarse y moverse en sus vidas.

¡Hablo bendición sobre usted y sus seres queridos!

Kathi Pelton

“Es tiempo de honrar y agradecer a Dios”

Por John Belt

clip_image001Ojos que reconocen

Mateo 13:16-17: “Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen. Porque les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron”.

Necesitamos ojos para ver y oídos para oír que nos permitan percibir y comprender lo que Dios está haciendo. Si tenemos la habilidad para reconocer la obra de Dios en medio nuestro, podremos honrarlo y agradecerle. Si no podemos evaluar qué está ocurriendo, no tendremos una plataforma para agradecer.

Un corazón agradecido es de suma importancia para ver a Dios moviéndose en nuestras vidas y en las de otros. La gratitud abre las puertas del Cielo y nuestros corazones para recibir su actividad en nuestras vidas. Sin la alabanza y la gratitud que abren puertas, nos estancamos. El río de la vida de Dios se detiene cuando no valoramos lo que Él hizo y está haciendo.

Si no podemos pensar sobre las cosas buenas que Él hizo en nuestras vidas, entonces nos las robaron. Todos tenemos el don de la vida. Todos tenemos la habilidad de conectarnos con Dios y ser llenos de su presencia. Todos tenemos la opción de elegirlo a Él. Tener la habilidad de elegir es uno de los mayores dones que podemos recibir. Podemos elegir entrar en su vida a través de nuestra búsqueda espiritual. Estar hambriento por Dios nos llevará a un lugar de vida y gratitud que abrirá las puertas del cielo, haciendo de nosotros un pueblo bendecido para bendecir.

Recibiendo su gloria

Isaías 12:2-3: “¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación! Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación”.

Cuando vemos lo que Dios hace, necesitamos tener un corazón que pueda recibir lo que está haciendo para beneficiarnos de lo que está ocurriendo. No hay esfuerzo para recibir del Señor, pero debemos rendir nuestra vida para recibir la de Él.

Debemos dejar ir algunas cosas que nos impiden atrapar lo eterno. Nuestra propia carne trata de alcanzar las bendiciones de Dios, pero las recibimos porque no podemos comenzar a pagar el precio. El precio que pagamos es el hambre espiritual. Cuando comenzamos a tener hambre y a buscar al Señor, nos transformamos en habitaciones de Dios.

El Espíritu Santo es el distribuidor de todo el bien y los dones de Dios. Cuando aprendemos a beber de los pozos del Espíritu Santo, somos capaces de acceder a los tesoros ilimitados de su vida y su presencia. Nos dará libremente todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad.

Debemos anhelar ser “como Dios” en el contexto de ser un reflejo de su gloria. Debemos ser imitadores de Cristo en todo lo que Él vivió sobre la tierra, no sólo cargando el fruto del Espíritu, sino demostrando el Reino de Dios en poder.

Una gratitud profunda equivale a una mayor gloria

Salmo 140:13: “Ciertamente los justos alabarán tu nombre y los íntegros vivirán en tu presencia”.

Al ser receptores de su presencia y su gloria, podemos entrar en un profundo agradecimiento, una adoración suprema y un gran compromiso con el corazón del Señor. Recordando las obras de Dios podemos experimentar más y más sus obras en medio nuestro. Cuanto más reconocemos lo que está haciendo, más se derrama sobre nuestra vida. Reconocer que Él sigue haciendo lo que está haciendo, sin tomar las cosas a la ligera, nos permitirá acceder al siguiente nivel donde Él seguirá operando en nuestras vidas.

Los que están sedientos y hambrientos de justicia serán saciados. Todo lo que hace Dios es un hecho de su piedad y justicia amorosa. La habilidad para ver lo que Dios está haciendo, honrarlo por medio de la gratitud y tener hambre por más de su obrar, ¡paga grandes dividendos!

Cuánto más reconozcamos lo que Dios está haciendo, más podemos entrar en gratitud y más se derramará sobre nuestro corazón agradecido. ¡Más Señor!

John Belt

martes, 4 de octubre de 2011

“Alcanzamos la plenitud de un tiempo crucial en la historia de la Iglesia”

Por Paul Keith Davis

clip_image002Amados amigos

Wanda, Natalie y yo acabamos de llegar de una serie de reuniones muy fructíferas en varios países. Una de las cosas que recibimos en estas reuniones es la clara evidencia de un remanente de personas que se están posicionando para un avivamiento espiritual y un tiempo de fructificación. Existe una tremenda agitación que está ocurriendo entre varios líderes que se prepararon para este tiempo y también integrarán la compañía del pueblo de Dios que comenzará a restaurar las “herencias desoladas”.

Hageo 1:14 dice: “Y el Señor inquietó de tal manera a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y a todo el resto del pueblo, que vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor Todopoderoso”.

Esta Escritura es un retrato profético de un tiempo de restauración sobrenatural y el cumplimiento de promesas profundas que siguieron a la cautividad de Israel en Babilonia. Aunque la invitación fue masiva, sólo un pequeño remanente respondió con fidelidad y determinación. El deseo de Daniel de pelear por el cumplimiento de la profecía entregada por Jeremías provocó una visitación espiritual que agitó los corazones de Zorobabel, Josué y el remanente del pueblo de Dios.

La palabra usada para agitar en este contexto es “ur” y significa despertar, levantarse o provocar excitación, ser agitado. En contraste a dormir, la idea es la apertura de los ojos. Esta es una imagen de lo que el Señor está haciendo hoy. Esdras confirmó esta realidad en sus profecías diciendo: “Entonces los jefes de familia de Benjamín y de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, es decir, con todos aquellos en cuyo corazón Dios puso el deseo de construir el templo, se dispusieron a ir a Jerusalén” (Esdras 1:5).

El Espíritu Santo comenzó a hablarnos sobre las promesas que sostuvimos varios años en nuestros corazones. Estas promesas tratan con nosotros a nivel personal y corporativo como una generación. Bob Jones nos llamó para compartir con nosotros una revelación que recibió en el Día del Perdón. Parte de ello se relacionaba con el retraso que experimentamos en el curso de los últimos años. En sus revelaciones nos dijo que hubo un retraso de dos años en la iniciación de estas promesas debido a las circunstancias espirituales, políticas y económicas que atravesamos.

Aún así, creo que hay una compañía remanente preparada para avanzar con una medida de mayordomía de las promesas espirituales que comenzarán a provocar que nuestra generación avance hacia su lugar de destino. Estamos viendo regiones que están experimentando un avivamiento espiritual.

Sin dudas, estos son los días más profundos en la historia de la Iglesia. El Señor desplegará su victoria y recibirá su cosecha. Nuestro clamor debería ser el mismo que Abraham en Génesis 18:3: “Mi señor, si este servidor suyo cuenta con su favor, le ruego que no me pase de largo”.

Introducción

Gran parte de la obra preparatoria que está ocurriendo en el pueblo de Dios los llevará hacia un lugar de plenitud o concreción en este tiempo de entrenamiento para alcanzar la tierra del cumplimiento de las promesas. Sin embargo, aunque la preparación de la Novia continúa, estos días también estarán marcados con visitaciones divinas e imparticiones personales.

La obra refinadora del Espíritu Santo continuará hasta que regrese el Señor. Sin embargo, existen encrucijadas en la historia humana marcadas por una visitación divina y un derramar espiritual que generó cosechas de almas y grandes medidas de verdad y entendimiento de la Palabra de Dios. Esto se cumplió a través de personas que rindieron sus vidas a Dios y llegaron a ser mayordomos confiables de su revelación y su poder.

Debemos llegar a esa encrucijada que ahora está ante nosotros. Debemos aprovechar cada oportunidad para permitir que el Espíritu Santo extraiga de nuestra alma cada impedimento y estorbo potencial. Debemos clamar como David: “Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno” (Salmo 139:23-24).

Avivamiento con los jóvenes

Las revelaciones iniciales que recibimos el Día del Perdón comenzaban con una visión para los adultos jóvenes. Quedó claro que lo que Dios está haciendo hoy involucra a toda la Iglesia. Cada grupo etario, cada comunidad étnica y demográfica está llamada a su puesto debido en esta hora, quizá la más crucial en la historia de la Iglesia. No obstante, las impresiones reveladoras vuelven a enfatizar el corazón de Dios para movilizar un ejército de jóvenes con una fe y una pasión radicales.

Esto también queda evidenciado por el énfasis dado a este grupo por el adversario para tratar de pervertir y corromper a la generación joven. Actualmente la batalla por nuestros niños está arreciando. Debemos movilizarnos para enfrentar este desafío y llamado por la verdadera forma de cristianismo que está llena tanto del Espíritu como de poder. Esta es la única respuesta que podemos ofrecer para ganar esta generación. Así como lo predijo el profeta Joel: “Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel, que yo soy el Señor su Dios, y no hay otro fuera de mí. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo! Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes” (Joel 2:27-28).

Una vez más, el Señor desea enfatizar la lucha porque la presión sobre los jóvenes es importante. El Señor quiere impartirnos una medida de fe saturada de un gozo indecible y llena de gloria. 1 Pedro 1:7-8 declara: “El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso…”.

A lo largo de la historia de la Iglesia hubo encrucijadas donde los niños y los adultos jóvenes fueron usados para desatar las manifestaciones del Espíritu Santo sobre toda una generación. Una de las mejor conocidas en nuestra generación es el derramar que ocurrió bajo el liderazgo H.A.Baker, registrada en su libro “Visiones más allá del velo”.

Esta historia fascinante refleja a un grupo de jóvenes que fueron visitados por el Espíritu del Señor, experimentando visiones y revelaciones del Señor que los transformaron radicalmente a ellos y a sus comunidades. Hay otros ejemplos de esta realidad, pero esta parece capturer nuestra atención e imaginación como un modelo profético del deseo de Dios de derramar su Espíritu sobre toda carne.

Parte de la introducción de “Visiones más allá del velo” dice:

“¿Visiones? … ¿En el siglo XX? Podría minimizar las visiones de otras personas encogiéndose de hombros. Pero cuando se trata de un niño lo hará detenerse y pensar. Sólo que en este caso no era un niño sino muchos. Los niños que mendigaban en las calles, luego de llegar a la misión de rescate Adulam, le pidieron a Dios que se revelara a ellos. Este libro registra el resultado de la expectativa fiel de estos huérfanos jóvenes. Aunque eran analfabetos, tuvieron revelaciones y visiones sobre el Cielo sorpresivamente apegadas al relato bíblico. ¡Un libro verdaderamente notable sobre un Dios verdaderamente notable!”.

La visitación

“La mañana de la reunión de oración duró más de lo usual. Los niños mayores dejaron el salón de reunión para comenzar sus estudios en la sala de clases, mientras los pequeños seguían orando profundamente de rodillas. El Señor estaba cercano y todos percibimos la presencia del Espíritu Santo entre nosotros. Algunos de los que se habían retirado regresaron al cuarto”.

“Las lágrimas comenzaron a caer por los rostros de todos los presentes mientras caían bajo la convicción de pecado, algo por lo que estuvimos orando mucho tiempo, con sus brazos en alto clamaron al Señor por perdón. Una persona tras otra cayó bajo el poder del Espíritu Santo hasta que más de veinte quedaron tirados en el piso. Cuando vi que el que el Señor estaba realizando algo inusual entre nosotros, me dirigí hacia la sala de estudio y les dije a los muchachos que si querían unirse a nosotros para orar les perdonaría la tarea”.

“En poco tiempo la maestra china quedó sola en su escritorio. Todos sus alumnos regresaron al cuarto de oración y ahora estaban entusiasmados orando y alabando al Señor. Cuando la maestra se dio cuenta que no tenía nada más que hacer, decidió retirarse a su casa. No la invite a ir donde estaban los niños, aunque estuvo con nosotros largo tiempo, no se interesaba por las cosas espirituales. Había recorrido un corto trayecto hacia su casa cuando regresó. Al entrar en el cuarto de oración se dio cuenta que todos estaban demasiado ocupados en sus propios asuntos con el Señor. Se ubicó en un rincón del salón y por primera vez en su vida se arrodilló para tratar de orar”.

“La reunión continuó durante una hora porque los niños no demostraron el deseo de retirarse. No tenía nada que hacer o decir, el Señor estaba en completo control y sólo trataba de seguirlo”.

“Mientras los niños veían en sus visiones la tragedia del infierno, la desesperanza de los perdidos y la maldad indescriptible del diablo y sus demonios, el clamor agonizante iba más allá de lo que había experimentado antes. Era increíblemente real para ellos. En sus visiones muchos se vieron encadenados y arrastrados hacia el infierno, una realidad terriblemente desagradable. Mientras se daban cuenta que eran pecadores en manos del diablo para castigarlos, se llenaron de terror. Pero la gracia del Señor para liberarlos también era así de real. El gozo, la risa y la paz que recibieron y saber de lo que fueron rescatados, fue una experiencia que estoy seguro nunca olvidarán…”.

“En los primeros días nadie le prestó mucha atención a comer o dormir. Cuando los jóvenes comenzaban a orar, el poder de Dios descendía y muchos caían al piso. Era imposible comer en los horarios regulares sin interferir con la obra del Espíritu Santo. Mientras el poder de Dios les permitía levantarse, varios podían ir a comer y descansar por un tiempo, pero luego regresaban al cuarto de oración para volver a caer bajo el poder del Espíritu Santo”.

“Una cosa es cierta. Todo lo que se nos demandó como misioneros durante este mover del Espíritu Santo fue que nos mantuviéramos al margen sin interferir con su obra maravillosa. Nuestra parte fue abrir nuestros propios corazones para que también pudiéramos experimentar profundamente las bendiciones celestiales que se estaban derramando sobre nosotros”.

“Desde el mismo comienzo de nuestra experiencia con el Espíritu Santo esta vez, las manifestaciones, las visiones y revelaciones, estaban más allá de nuestra propia experiencia y conocimiento. Mi esposa y yo nos dijimos que el único recurso que teníamos era creer que Dios era mayor que el diablo. Confiamos en la promesa de Dios: ‘¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!’ (Lucas 11:11-13).

Se levantó un ataque terrible de las tinieblas contra los jóvenes en esta generación. Gran parte de esta guerra se pelea en el ámbito de las comunicaciones contemporáneas. Sin embargo, donde la maldad abunda, sobreabundará la gracia (Romanos 5:20). La luz siempre vencerá a las tinieblas. Nuestro llamado actual como Cuerpo de creyentes es ser luz para este mundo e iluminarlo con la revelación presente. Daniel pudo ver esta generación y profetizar: “Los sabios resplandecerán con el brillo de la bóveda celeste; los que instruyen a las multitudes en el camino de la justicia brillarán como las estrellas por toda la eternidad” (Daniel 12:3).

Gozo indecible y lleno de gloria

En la visión de Bob sobre esta realidad, los jóvenes estaban gozosos mientras tenían encuentros personales con el Señor. En la experiencia los jóvenes gritaban: “Gozo indecible y lleno de gloria”, enfatizando esta escritura en 1 Pedro y el deseo de Dios de manifestar este aspecto de su plan durante el siguiente mover del Espíritu.

En su forma más genuina, el gozo es una sensación de bienestar que está más allá de las circunstancias. Los que mantienen esta posición en sus corazones y reconocen la soberanía de Dios, comenzarán a experimentar medidas de gloria en el tiempo que viene.

Los campus en los colegios continuarán siendo visitados por el Espíritu de Dios para despertar a la generación joven a la realidad de la verdadera vida cristiana. Muchos de los campeones de mañana serán identificados en estos ambientes y preparados para ser usados por el Espíritu Santo, aún en su juventud. Esto será parte de la restauración de nuestra herencia que ha sido desolada. Isaías profetizó: “Así dice el Señor: En el momento propicio te respondí, y en el día de salvación te ayudé. Ahora te guardaré, y haré de ti un pacto para el pueblo, para que restaures el país y repartas las propiedades asoladas; para que digas a los cautivos: ¡Salgan!, y a los que viven en tinieblas: ¡Están en libertad! Junto a los caminos pastarán y en todo cerro árido hallarán pastos” (Isaías 49:8-9).

Muchas de las universidades de Norteamérica fueron inicialmente fundadas como instituciones para preparar gente que lleve el Evangelio de Jesucristo a todas las naciones de la tierra. Este mandato volverá a recuperarse con misioneros modernos que serán comisionados y capacitados con una unción para los tiempos finales. Estos individuos no tendrán sólo una buena teología sino un encuentro vivencial que los habrá transformado.

La juventud de esta generación descubrirá la exuberancia y el gozo en Dios, algo que el espíritu de este siglo no puede sustituir. Descubrirán que el mejor viaje de todos es caminar con Jesús y conocerlo en intimidad. Las drogas, el alcohol y otras adicciones no podrán cautivar a este grupo.

Panel de siete jueces

La siguiente visión resalta a un panel de siete jueces ordenados por Dios y comisionados para comenzar a juzgar las profecías para determinar cuáles son del Señor y cuáles no. Pudo ver seis hombres y una mujer sirviendo en esta capacidad. Actualmente hay un fluir de la revelación profética que se está distribuyendo por toda la Iglesia. Muchas de las cosas que se están profetizando provienen del Espíritu Santo, pero otras surgen de la imaginación de la gente o una mezcla de ambas.

Durante tiempos bíblicos el sonido de la trompeta era crucial. Sus vidas dependían de la claridad del sonido para que el pueblo pudiera saber cómo estar preparado. Había un sonido de trompeta para la guerra y otro sonido para la convocatoria santa. Nuestro llamado actual es para que nuestra trompeta sea clara, concisa y precisa. Esto comenzará a eliminar gran parte de la confusión que ahora existe.

Nuestra generación está desesperada por una palabra profética más segura. Debemos desarrollarnos en esta área. A través de estas revelaciones el Señor está enfatizando su deseo de proveer las impresiones espirituales que necesitamos para afrontar este desafío. En esencia, el Señor desea remover la levadura de nuestra revelación profética para que podamos ver con mayor claridad el camino que tenemos por delante y la preparación necesaria para colaborar con Él.

Durante el ministerio profético de Ezequiel había muchas personas que profetizaban visiones y hacían declaraciones proféticas falsas. El río se contaminó por las agendas de los hombres. Aún así, el Señor prometió un tiempo de restauración cuando hombres y mujeres estarían firmes ante Dios para decir sólo lo que Él quiere que digan. Ezequiel registró: “Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: Se cumple el tiempo, pero no la visión? Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel. Y adviérteles también: Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones. Pues ya no habrá visiones engañosas ni predicciones que susciten falsas expectativas en el pueblo de Israel. Porque yo, el Señor, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el Señor omnipotente” (Ezequiel 12:22-25).

El número siete significa plenitud y cumplimiento. Ver los siete jueces no significa que sean sólo siete personas que cargarán con la responsabilidad, aunque esa sea una posibilidad. En lugar de ello, creemos que es una comisión que está llegando a la Iglesia junto con la medida de gracia para concretarla.

Todo el Cuerpo de Cristo en el mundo está experimentando esta medida de sabiduría y entendimiento para discernir su voz y separarla de las demás. El Señor prometió: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano” (Juan 10:27-28).

El Espíritu de revelación es fundamentalmente esencial para erradicar el estupor que ciega nuestros ojos y nos impide oír claramente con nuestros oídos. Si Dios no nos ilumina estamos condenados a repetir los errores y fallas del pasado. La generación de Moisés perdió su puerta de oportunidad porque no tuvieron ojos para ver, oídos para oír y un corazón para comprender el propósito de Dios (Deuteronomio 29:4).

La palabra viviente

La separación entre lo puro e impuro y entre lo precioso y lo profano, sólo puede realizarse por la manifestación de la Palabra viviente. Hebreos 4:12 establece: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Estos días veremos al Señor regresando como la Palabra viviente para separar el espíritu del alma y juzgar los pensamientos y las intenciones de los corazones de los hombres. Muchas de nuestras declaraciones proféticas están determinadas por la sinceridad de nuestros corazones. Simplemente no podemos permitir que las ambiciones egoístas o las agendas personales dicten el fluir de la revelación profética.

El profeta Micaías es un maravilloso ejemplo espiritual de este tipo de ministerio que está surgiendo hoy. Este hombre de Dios vivió durante los días de Acab y Jezabel. En una ocasión Acab invitó al rey justo Josafat a participar con él en una guerra para retomar Ramot de Galaad, un territorio que le pertenecía a Israel por derecho. Sin embargo, este objetivo no tendría lugar bajo su liderazgo injusto, sino en un tiempo apropiado.

Josafat quiso buscar al Señor para que determine la voluntad de Dios en ese camino. Sin embargo, Acab llamó a 400 de sus profetas ante los reyes. Cada uno profetizó según los deseos de Acab. Algo en el corazón de Josafat no estaba conforme con esta perspectiva. Le preguntó si no había alguien más que se contactara con el Cielo para declarar la voluntad de Dios. Acab dijo: “Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; sólo me anuncia desastres. Se trata de Micaías hijo de Imlá. No digas eso, replicó Josafat” (1 Reyes 22:8).

Había un profeta dispuesto a decir sólo lo que Dios estaba diciendo y su nombre era Micaías. Este profeta valiente soportó una presión abrumadora de los demás profetas para mantenerse como una voz profética justa en Judá e Israel. 1 Reyes 22:13-14 dice: “Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió: Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos. Pero Micaías repuso: Tan cierto como que vive el Señor, ten la seguridad de que yo le anunciaré al rey lo que el Señor me diga”.

Micaías le entregó a Acab y Josafat su visión donde un espíritu de engaño salía del trono de Dios para posarse sobre Acab y sus profetas. Es importante comprender que estas voces eran profetas hebreos que se suponía estaban entrenados y equipados para ser la voz de Dios sobre Israel. Pero debido a las motivaciones incorrectas, Dios permitió que un espíritu de engaño prevaleciera para llevar a Acab hacia la muerte.

Micaías profetizó el desastre de esta misión, la caída final y la muerte de Acab. Con claridad, este rey enfurecido que prometió recompensar a Micaías con la cárcel, dijo: “Díganles que les ordeno echar en la cárcel a ese tipo, y no darle más que pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos. Micaías manifestó: Si regresas sin contratiempos, el Señor no ha hablado por medio de mí. ¡Tomen nota todos ustedes de lo que estoy diciendo!” (1 Reyes 22:27-28).

La fuerza y la fortaleza de Micaías es un modelo profético para el panel de “jueces” que traerán separación en los días por venir. Todas las voces proféticas tienen la oportunidad de permitir que ocurra esta separación en nosotros para que nuestras propias voces sean puras y sin adulterar.

El número siete

El siete es un número con un significado profético principal para este año. El siete surge de una palabra que significa plenitud y cumplimiento. Se usa por primera vez en Génesis 2:2, cuando Dios descansó después de terminar su tarea.

Dios descansó al séptimo día porque su obra fue completa y perfecta. Sin embargo, podemos interpretar esta aplicación al significado de este año como un tiempo de plenitud medible de los tratos de preparación de Dios en nuestras vidas antes de la implementación de su plan.

La provisión de Dios en y a través del Señor Jesús es completa y perfecta. Podemos aspirar a la vida que demostró en la tierra y al ministerio de poder que desarrolló, pero sólo a través de la sumisión al Espíritu Santo. El siete también es una representación simbólica de los siete Espíritus de Dios que descansan sobre los “hijos del Reino” (Mateo 13:38).

En Zacarías 4:6-7 y 9-10, el profeta declaró: “Así que el ángel me dijo: Ésta es la palabra del Señor para Zorobabel: No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso. ¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? ¡Ante Zorobabel sólo eres una llanura! Y él sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza… Zorobabel ha puesto los cimientos de este templo, y él mismo terminará de construirlo. ¡Así sabrán que me ha enviado a ustedes el Señor Todopoderoso! Cuando vean la plomada en las manos de Zorobabel, se alegrarán los que menospreciaron los días de los modestos comienzos. ¡Éstos son los siete ojos del Señor, que recorren toda la tierra!”.

Los Siete Espíritus de Dios se regocijarán cuando vean la demostración de un río de justicia en la Iglesia. Esa es la función de los siete jueces que comenzarán a separar la verdad de los preceptos de los hombres. Esta obra comenzará a preparar a la Novia de Cristo sin arrugas y sin manchas para que pueda ser una con el Novio. En este tiempo del Espíritu comenzará el proceso en una mayor medida.

Cuando llega un tiempo de cumplimiento nacerá un día de nuevos comienzos. El Señor tiene puntos donde hubo “tiempos de cumplimiento” en la historia del hombre cuando su Espíritu derramó un entendimiento fresco sobre su naturaleza y su carácter. Los resultados siempre serán una cosecha de almas y una gran influencia en lugares celestiales. Este tiempo de cumplimiento nos lanzará en un tiempo como ese.

Alguien dijo alguna vez que el tiempo fue creado para que todas las cosas no pudieran ocurrir a la vez. Con claridad, la historia de la Iglesia valida que estuvimos en una recuperación progresiva de la herencia perdida y la maduración del Cuerpo de gente para caminar como “hijos del Reino”. Además tenemos la promesa bíblica que resalta la habilidad de Dios para redimir el tiempo perdido y hacer rápidamente lo que percibimos que duraría mucho tiempo.

Después de 40 años, el peregrinar de Israel se terminó y surgió un nuevo comienzo. Asimismo, nuestra generación vio en 1967 la restauración profetizada de Jerusalén en las manos del pueblo judío. Eso dio comienzo a un ciclo completo que marcó otro día de nuevos comienzos, tanto para Israel como para la Iglesia.

Esta realidad también tiene implicaciones significativas con el entorno político y nuestra participación en la guerra contra el terrorismo. El Señor enfatizó con claridad que si su Pueblo ora por nuestro presidente y nuestros ejércitos, hará algo milagroso que nos permitirá salir como nación de Iraq en victoria y honor, no derrotados y avergonzados.

Una cosecha de profetas

En la siguiente serie de revelaciones, Bob vio una cosecha de personas que venía desde la comunidad negra, especialmente jóvenes, que inmediatamente serán comisionados para recibir un entrenamiento y equipamiento acelerado que les permitirá operar como profetas en las naciones. Dios ordenó que surgiera un liderazgo significativo desde nuestros hermanos y hermanas negros con un énfasis en los dones de revelación y adoración profética.

Nuestro consejo es reconocer este énfasis espiritual y cooperar con el Espíritu Santo para su cumplimiento. Oí que el Señor me decía repetidamente que este tiempo generará una cosecha de cosechadores. Hay una gracia para ganar almas que se manifestará durante este nuevo comienzo con un acento en el entrenamiento y el equipamiento.

Durante Marzo del 2007, mientras dictábamos una conferencia en Inglaterra, recibí una confirmación maravillosa de esta verdad a través de Surprise Sithole. Surprise es un hombre negro de Sudáfrica y trabaja con Rolland y Heidi Baker en Iris Ministries. Escribí acerca de esta revelación en mi libro “Ángeles que congregan”. Este es un extracto:

Se levantan cosechadores

“Una confirmación final sobre la llegada de esta generación de cosecha prometida llegó sólo días antes que este libro fuera a la imprenta. Mientras estaba en Dudley, Inglaterra, para hablar en una conferencia profética me encontré con Surprise Sithole, el director africano de Socios en la Cosecha. Él ayuda a supervisar, con Rolland y Heidi Baker, a más de seis mil Iglesias a través del ministerio Iris en Mozambique, África. El Señor hizo milagros notables confirmados a través de este hombre de Dios. En mi opinión, el Señor usó a Surprise para ofrecer la afirmación final donde esta es la temporada para la cosecha de cosechadores”.

“En mi sesión comencé a hablar sobre la revelación del mandato actual de rogarle al Señor de la Cosecha para que reúna obreros en el terreno para entrenarlos y mentorearlos a través de un tiempo de equipamiento acelerado para la gran cosecha. Cuando compartí esta revelación, Surprise se sintió muy excitado y mencionó que era la primera vez que recibía una confirmación sobre una palabra que recibió tres años antes”.

“Nos contó cómo en el 2004 estuvo en un servicio y se encontró atribulado por algo que le estaba ocurriendo. Inmediatamente fue hacia su habitación en el hotel y se arrodilló en el piso para orar. Cuando lo hizo tuvo la sensación de estar ascendiendo, como si estuviera en un elevador muy rápido”.

“Cuando abrió sus ojos se dio cuenta que tenía una experiencia celestial. Delante de él estaba de pie el Anciano de días con millones de personas postradas a sus pies rendidas en adoración. La transición desde la realidad natural hacia la espiritual cambió tan dramáticamente que dudaba de lo que estaba ocurriendo. El Anciano de días le aseguró que estaba dentro de una revelación divina con un propósito estratégico”.

“Surprise se vio a sí mismo sosteniendo el fruto celestial. Cuando se dio cuenta de esto, además vio a Enoc y Elías parados a cierta distancia. Su primera inclinación fue compartir este fruto con ellos. Sin embargo, el Anciano de días le informó que el fruto no era para ellos sino para la gente en la tierra”.

“El Anciano de días le aconsejó: ‘Toma este fruto y compártelo con tus hermanos en la tierra. Diles que a los cosechadores que se levanten’. Surprise estaba abrumado por una sentencia de semejante magnitud. ‘¿Cómo?’, preguntó. El Señor respondió: ‘Vienen los dones’. Finalmente, Surprise hizo una pregunta: ‘¿Cuando?’. Con esa pregunta final los millones que estaban postrados ante el Señor se pusieron de pie y gritaron simultáneamente: ¡Ahora!”.

“Me estremecí más allá de toda descripción al oír el testimonio de Surprise sobre su experiencia celestial. Oyó directamente de labios del Señor la directiva para levantar cosechadores. Esto me dio la confirmación final de nuestro acceso a un tiempo que exhibirá tanto el fruto del Espíritu como el poder de Dios. El propósito de esta impartición será reunir una ola de cosecha consistente principalmente en cosechadores que serán usados en la gran cosecha”.

Abrazando nuestra oportunidad

“Alcanzamos la plenitud de los tiempos en la encrucijada de la historia de la Iglesia. El plan de Dios para el tiempo final es ser catapultados en movimiento con una unción de apertura. Naturalmente, esto no es todo lo que está haciendo, pero ciertamente es una parte vital”.

“El Señor ha abierto su arsenal y ha sacado las armas de su ira; el Señor omnipotente, el Todopoderoso, tiene una tarea que cumplir en el país de los babilonios” (Jeremías 50:25).

Paul Keith Davis