Por Lana Vawser
Recientemente, el Señor me habló durante la noche acerca del nivel de guerra que muchos estuvieron enfrentando los últimos meses. Pude sentir que muchos estuvieron cansados y sintiendo realmente la presión de la guerra… como si el asalto los fuera a derribar. Estuvieron sintiendo la intensidad del “retroceso” que el enemigo estuvo trayendo, pero también están reconociendo los sonidos del inminente avance del Espíritu de Dios.
Entonces oí al Señor que decía: “Hay toda una nueva tierra de operación conmigo delante de ti. No estás muriendo y quedando fuera por estos ataques; estás subiendo más alto y entrando más profundo en Mí”.
“Te estoy dando a luz”
Entonces, repentinamente tuve una visión. Vi la presión del ataque y para muchos, estaba en todos los lados. Para otros, la presión del ataque se sentía sofocante. A pesar de que podía sentir y ver la intensidad del ataque en esta visión, mi espíritu estaba casi saltando de emoción por el movimiento del Espíritu Santo. Era tan claro para mí que el enemigo estuvo presionando fuertemente, debido al umbral que estaban cruzando.
Reconocí en ese momento que nosotros, como pueblo de Dios, nos hemos encontrado con otro cambio en esta nueva era. Nos encontramos con otro momento donde se cruza un umbral y se entra en una nueva dimensión. Y el enemigo estuvo tratando de impedir ese “cruce” para muchas personas.
En la visión, donde la presión se desató duramente contra el pueblo de Dios, pude ver la mano del Señor que descendía y con un gran golpe, movió violentamente su mano sobre el ataque del enemigo. El ataque de repente se convirtió en un canal de parto. Donde hubo una presión tan intensa, un ataque demasiado intenso, el movimiento de la mano de Dios no sólo ponía al ataque de cabeza; todo lo que el enemigo quería para mal, el Señor lo estaba revirtiendo para bien.
Mientras observaba al pueblo de Dios moviéndose detrás de este canal de parto, me recordó un encuentro que tuve hace bastante tiempo, donde el Señor me habló sobre la nueva era en la que hemos entrado. Me dijo que una de las cosas que veríamos en esta nueva era sería el nacimiento del pueblo de Dios, despierto y caminando en una intimidad más profunda con el Señor, en su autoridad y en su identidad, como nunca antes.
En este momento de encuentro, recuerdo que Él dijo: “Yo te estoy dando a luz”. Repentinamente, esas palabras volvieron hacia mí en esta visión. El Señor está cambiando el intenso ataque que muchos de ustedes estuvieron enfrentando. Está ocurriendo un nacimiento y ese nacimiento eres tú llegando a ser quien Él te creó para ser, en formas más grandes.
¡El Señor está reajustando todo! Estás saliendo más fuerte que nunca
Mientras observaba al pueblo de Dios moviéndose a través del canal de parto, vi estas palabras: “Estoy reajustando todo”. Hay un realineamiento y un reposicionamiento sucediendo ahora mismo, a un paso acelerado. El Señor está reajustando lo que necesita ser reajustado, está realineando y restaurando todo.
En este encuentro, también hubo un gran énfasis en el Señor restaurando las almas de muchos. Mientras se movían a través del canal de nacimiento, se estaba manifestando una sanidad y una liberación mayor.
Estas palabras me rodearon: “Estás saliendo más fuerte que nunca”. Cantar de los Cantares 8:5: “¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; allí tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolores la que te dio a luz”. Hay una fuerza sobrenatural que se formó en la profunda dependencia de Jesús. Muchos están entrando en esto mientras salen del canal de parto.
Pude escuchar el aliento de su corazón: “Estás saliendo más fuerte que nunca en Mí”. Entonces recibí la comprensión de lo que Él estaba hablando. No sólo hay un cruce hacia nuevas dimensiones que está ocurriendo en este momento, también hay un cambio de “salir del desierto”, en el que muchos están entrando.
Mucha gente estuvo en un tiempo de desierto demasiado tiempo, pero el Señor está diciendo que hay un cambio en esta temporada; es tiempo de salir. Estás saliendo a un lugar de mayor intimidad y fortaleza en el Señor que hasta ahora no conociste.
Cambio divino
Estas palabras me rodearon: “Estás entrando conmigo en una tierra de operación completamente nueva”. Mientras le preguntaba al Señor a qué se refería, escuché: “Cambio divino de imagen”. El Señor entonces comenzó a mostrarme que hay un movimiento profundo y sagrado de su Espíritu ahora mismo, donde Él está llevando a su gente hacia una “tierra de operación” completamente nueva con Él. Está cambiando las cosas, está cambiando las cosas. Hay un nacimiento de movimientos de su Espíritu a través de su pueblo, en lo que ellos llevan y en lo que Él tiene que poner sus manos. Esto será totalmente diferente de como ellos operaron y construyeron antes con Él.
Vino sobre mí el peso del momento de lo que el Señor está dando a luz. Había un silencio sagrado. Era una quietud que llevaba el peso del temor del Señor. Me quedé muy quieta en ese momento, reconociendo que, en toda esta nueva tierra de operación, debe haber un lugar de “silencio santo” ante el Señor, para escuchar y recibir la sabiduría que Él está desatando; para saber cómo movernos con Él y operar con Él en esta nueva tierra y en este nuevo edificio. No puede haber lugar para la presunción o la suposición. Debemos llegar a un lugar profundo de rendición en Él, para escuchar cómo Él se está moviendo y construyendo, y cómo se ve eso.
Instantáneamente, supe que esto era lo otro que el enemigo teme tanto. Lo aterroriza el nacimiento del pueblo de Dios, surgiendo como un ejército poderoso. También lo aterroriza el nacimiento que Dios está produciendo a través de su pueblo en estos nuevos y hermosos movimientos de su Espíritu.
Construyendo Arcas de la Gloria de Dios
Entonces vi en esta visión que Jesús le estaba dando instrucciones a su pueblo para lo que Él estaba construyendo (a aquellos que estaban en el silencio santo, escuchando lo que Él está hablando y pidiendo su sabiduría). Yo estaba viendo al Señor dando dimensiones, instrucciones y sabiduría; y su pueblo estaba construyendo y moviéndose de acuerdo a sus instrucciones. Algunos parecían nerviosos, porque no construyeron antes de esta manera. Era demasiado nuevo. Pero Él los tomó de la mano y con una sonrisa les dijo: “Confíen en Mí. Síganme. Apóyense en Mí”.
Entonces vi que lo que se estaba construyendo parecían “arcas”. Me recordó al arca de Noé. El Señor habló de nuevo: “Están naciendo arcas de mi gloria y se están construyendo por todo el mundo”. Yo sabía que estas arcas que Él estaba construyendo y dando a luz en este momento, iban a llevar su gloria hasta un nivel que nunca habíamos visto antes... la gloria Shekinah, que ni siquiera es imaginable para la mente humana.
En ese momento me di cuenta, más que nunca, por qué el enemigo estuvo presionando tan fuerte contra tantos creyentes. La gloria de Dios está llegando de una manera que aún no hemos visto. Él está construyendo y dando a luz ahora mismo, y el enemigo está tratando de dar a luz a un “bebé muerto”. El Señor está dando a luz el nacimiento más grande que jamás hayamos visto (en y desde la quietud de escucharlo a Él, siguiendo su dirección) ... Es imperativo que no corramos adelante en esta hora, sino que vayamos despacio en la quietud con Él, para escuchar lo que Él está diciendo y su sabiduría sobre cómo está construyendo y dando a luz.
Viene el Rey de gloria (Salmo 24). No hemos visto nada todavía, comparado con lo que viene. Pero Él está viniendo y el peso de su gloria, que veremos y experimentaremos, será sin precedentes.
¡Es tiempo de estar listos!
Lana Vawser