Por Andrew Towe
Personalmente, no me gustan los trucos o incluso los pequeños dichos rítmicos y pegadizos que puedan hacerme sonar como si estuviera comercializando la palabra de Dios, y el Señor lo sabe. Después de decirle varias veces que no me gusta rimar cuando profetizo, últimamente persistió en hablarme con rimas proféticas.
No hay duda de que Dios tiene sentido del humor. Me recordó que toda una división en el Antiguo Testamento se llama “escritos poéticos”. Estuvo impresionando mi corazón para que superara mis preferencias. No se trata de mí; ¡se trata de Él! Además, Él dijo que hablara sus palabras de la manera como me las entregó. Me resigné a la idea de que si la gente comienza a describirme como el profeta “Dr. Seuss” (un escritor famoso de libros para niños), no importa, siempre y cuando esté obedeciendo a Dios. (¡No te preocupes, Él no me llevó a hablar de huevos verdes y jamón!).
Aquí está la palabra poética de una sola línea que me entregó el Señor y con la que luché mucho: “¡Mayo no es un momento para jugar! ¡Es el tiempo para orar! A partir de mayo y continuando en la temporada del verano, ‘cruzarán umbrales’ en los planes que tengo para ustedes. Estos próximos meses serán cruciales para lo que hay en Mi corazón para ustedes”.
Dios me encargó la responsabilidad de entregarle esta palabra a su pueblo para esta hora crítica: “Hay muchas promesas proféticas que penden de una bisagra”.
Luego, Dios me mostró la visión de una puerta. La mejor manera de describirlo, es que la puerta se parecía a las que se encuentran en las cocinas de los restaurantes, capaz de girar libremente en ambas direcciones. Al igual que esa puerta, las promesas proféticas pueden inclinarse en cualquier dirección, dependiendo de las oraciones de su pueblo.
Santiago 5:16: “… La oración eficaz del justo (creyente) puede mucho (cuando se pone en acción y se hace efectiva por Dios, es dinámica y puede tener un poder tremendo)”.
¿Qué sucede cuando la Iglesia
ora?
¿Qué pasa cuando la Iglesia ora? Un ejemplo está en Hechos 12, cuando la Iglesia oró sin cesar, y como resultado de su oración, se detuvo el complot del enemigo.
Tuvo lugar cuando Pedro fue arrestado después de la ejecución de Santiago. Herodes vio que a los judíos les agradaba perseguir a los seguidores de Jesús, y con gran astucia política determinó que Pedro sería el siguiente. Sin embargo, la noche antes de que Pedro fuera juzgado, la Iglesia se reunió para orar por una intervención; Dios escuchó sus oraciones y envió un ángel a la celda de la cárcel donde Pedro estaba encadenado y durmiendo entre dos guardias. El ángel sacó a Pedro sano y salvo de la prisión, abriendo puertas para que Pedro las atravesara.
Después de la fuga milagrosa de Pedro, fue a la casa donde estaban orando, y cuando lo vieron, se asombraron de cómo Dios respondió a su oración. Así como lo hizo con los que oraron por Pedro, Dios te va a dejar asombrado por su respuesta a tus oraciones.
¿Por qué deberías orar? La respuesta es simple: Jesús te dijo que oraras.
Lucas 18:1: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”.
Una de las armas más efectivas que el enemigo usa contra los creyentes, es convencerlos de que sus oraciones no importan. Si puede lograr su objetivo de desarmar a la Iglesia a través de la falta de oración, entonces habrá ganado una ventaja sobre tu vida.
Los discípulos descubrieron que el secreto del poder de Jesús se encontraba en su vida de oración. Le pidieron que “les enseñara a orar” (Lucas 11:1). No preguntaron cómo construir iglesias, hacer milagros, resucitar a los muertos o ninguna de las otras peticiones que podrían haber hecho. Entendieron que, si sabían cómo orar, entonces todas las demás cosas fluirían desde su vida de oración. Esto es cierto para ti.
¿Importan mis oraciones? ¿Dios no va a hacer lo que
quiera, ya sea que yo ore o no?
La respuesta corta es “sí”, tus oraciones sí importan. Introducen la agenda de Dios y desatan su Reino en la Tierra.
Las oraciones de Moisés y Aarón trajeron un cambio sobre una nación que estaba en el camino hacia la destrucción. Las oraciones de Ana dieron a luz a un Samuel, que produjo un movimiento puro y profético. Las oraciones de Mardoqueo y Ester salvaron al pueblo de Dios de la destrucción. Entonces, ¿qué pueden hacer tus oraciones? ¡Tus oraciones pueden cambiar naciones, romper maldiciones generacionales y dar a luz un despertar espiritual!
¡Este es tu momento!
Dios está buscando a alguien que se pare en la brecha y sea el intercesor que bombardee el cielo y les abra la puerta a las promesas proféticas en nombre de toda la tierra. ¡Este es tu momento! Toma nota de esta verdad: Dios tiene planes para tu futuro, pero el enemigo tiene complots para frustrar la agenda de Dios. Tienes que tomar una decisión. Elige hoy convertirte en el guerrero de Dios y cerrar la brecha a través de la oración.
Esta es una temporada para el nacimiento de las promesas proféticas. No es casualidad que el Día de la Madre se celebre en mayo y el Día del Padre en junio. Es una imagen profética de la temporada de fructificación y el nacimiento de sus promesas. ¡Cada movimiento de Dios nace por la oración!
Después de que Elías hiciera descender fuego del cielo, se colocó en posición de parto, con la cabeza entre las rodillas, y comenzó a orar (1 Reyes 18:42). Escuchó la abundancia de la lluvia, a pesar de que no había ninguna nube a la vista. Su tenacidad en la oración le puso fin a una sequía de tres años y medio, y dio a luz la lluvia abundante que cambió la economía de la nación. ¿Y si Elías no hubiera orado? ¿Habría llovido? ¿Qué pasa si no oras? ¿Habrá un avance y un cumplimiento del destino?
Tus oraciones pueden cambiar el clima y el futuro de una nación. El tiempo del juego terminó. Los guerreros se están levantando. ¡Mayo no es un tiempo para jugar! ¡Es hora de orar!
Andrew
Towe