viernes, 21 de febrero de 2025

“¡Toma lo que está en tus manos y golpea!”

 

Por Yvon Attia

Es hora de actuar

Cuando comencé a orar por febrero, escuché tres veces esta palabra extraña en mi espíritu: “Golpea, Golpea, Golpea”. Al principio estaba confundido, pensando: “Señor, ¿quién golpeará a quién?”. Entonces escuché una frase extraña: “Es hora de actuar”.

El Espíritu Santo me llevó al libro de Éxodo, y mientras leía, mis ojos se posaron en este verso: “Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios” (Éxodo 2:24-25). Lo interesante es el número del capítulo y el verso: 2:25. Estamos en febrero, el segundo (2) mes de 2025. Así que, realmente sentí que este era un mensaje directo del Señor. Al continuar leyendo, me encontré con el siguiente verso y fue entonces cuando escuché: “Golpea, Golpea, Golpea”.

Éxodo 3:20–21: “Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías”.

Juicio divino sobre la opresión

Veremos el juicio divino sobre cada entidad que mantuvo oprimido al pueblo de Dios. En el libro del Éxodo, Egipto sirve como una metáfora de la opresión, la esclavitud y el cautiverio. Representa el lugar de la esclavitud y el sufrimiento, donde los israelitas fueron sometidos a un trato duro bajo el gobierno del faraón. El propósito de la opresión era impedir que el pueblo de Dios creciera, ya que su número había aumentado de setenta a más de dos millones, y evitar que lo adoraran.

Éxodo 1:5-7: “Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra”.

Éxodo 1:8-9: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros”.

Éxodo 1:12: “Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”.

A continuación, el faraón tomó medidas drásticas

Éxodo 1:11: “Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés”.

Éxodo 1:15-16: “Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva”.

Como resultado, Dios levantó un libertador y golpeó a los dioses de Egipto. ¿Cómo sabemos que este golpe fue de Dios? Hubo intensificación, profecía, distinción y propósito.

Intensificación: Si bien las ranas, las langostas, las moscas y los mosquitos eran conocidos en Egipto, se intensificaron mucho más allá de cualquier ocurrencia ordinaria.

Profecía: Moisés profetizó el momento de la llegada y la partida de las plagas.

Distinción: Las plagas no ocurrieron en la tierra de Gosén, donde vivían los israelitas (haciendo una distinción entre los israelitas y los egipcios).

Propósito: El propósito no era un “capricho de la naturaleza”, sino un juicio divino de Dios.

Éxodo 12:23: “Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir”.

El agua convertida en sangre: la importancia del Nilo

Tomemos como ejemplo la primera plaga. El río Nilo y toda el agua de Egipto se convirtieron en sangre, matando a los peces y haciendo que el agua no fuera potable (Éxodo 7:14-24).

Éxodo 7:15: “Vé por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra”.

En Egipto, el Nilo está en su punto más bajo durante mayo. Su ascenso comienza en junio y las principales aguas de inundación llegan al país en julio y agosto, con un pico en septiembre. El Nilo siempre fue el latido del corazón de Egipto. Sin este río, Egipto estaría tan desolado como los desiertos. Era una porción de bendición y fertilidad. Se escribieron himnos al Nilo. La salud económica de la tierra dependía de la fidelidad del Nilo y se le hacían ofrendas al Nilo.

El Nilo era considerado sagrado por los egipcios y sus dioses estaban asociados con el río. Por ejemplo, Khnum era considerado el guardián del Nilo. La felicidad era considerada como el “espíritu del Nilo”. Osiris era el dios del inframundo y los egipcios creían que el río Nilo era su torrente sanguíneo. Por eso el Señor convirtió el Nilo en sangre.

Éxodo 7:4: “Y Faraón no os oirá; más yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”.

Éxodo 7:14-18: “Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Vé por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río”.

“Golpea, golpea, golpea hasta que veas mi avance”

El Señor dice: “Están entrando en un mes de acuerdo y alineación. Estoy trayendo alineación divina a tu vida, en la Tierra como en el Cielo. La lucha es por tu libertad; porque tu clamor llegó delante de mí, tu gemido fue oído y tu voz penetró en los cielos. Este es el momento en el que decidí actuar, moverme y liberarte de la esclavitud. Mi rugido se oirá como el de un león, gritando: ‘¡Deja ir a mi pueblo!’”.

“Por tanto, les digo que febrero será un mes lleno de acción, porque decidí actuar en su nombre. Porque extenderé Mis manos sobre todas las fuerzas que los están sujetando, oprimiéndolos a ustedes y a su país, para traer la libertad individual y nacional. Los cautivos, pueblo mío, serán liberados, sus hijos serán liberados y vendrán a la luz”.

“Así como desafié al Faraón con el mayor despliegue de maravillas, lo haré de nuevo. Porque extenderé Mis manos y golpearé a las fuerzas de las tinieblas para liberarlos de la esclavitud. El desafío está en marcha de nuevo, porque estas entidades y fuerzas no son un desafío para Mí. Y no solo eso, te traeré al favor divino para que no te vayas con las manos vacías. Porque, así como Mi pueblo saqueó a los egipcios, ustedes saquearán al enemigo”.

“Verán una nueva manifestación de Mi poder, una que no presenciaron antes. ¡Este no es un mes para pararse y mirar, sino para asociarse Conmigo y golpear! Como Moisés que usó lo que tenía en sus manos para golpear y dividir el mar, usa lo que tienes para golpear y verás Mi gloria”.

“Este es el momento para ser tan astutos como las serpientes, pero tan inocentes como las palomas. Febrero será un mes para golpear, golpear y golpear hasta que vean Mi avance. ¡Porque tu avance está llegando, y está llegando rápido! Este es un mes donde multiplicaré mis señales y prodigios”.

Yvon Attia

(www.elijahlist.com)

 

 

“Dios está liberando tesoros escondidos”

Por Kathi Pelton

Una invitación a las orillas de la gracia y a las riquezas de Cristo

¿Alguna vez tomaste una concha marina y escuchaste lo que suena como el rugido de las aguas del océano desde su interior? A mí me trae recuerdos de la infancia, cuando encontraba un hermoso tesoro en la playa y luego experimentaba la maravilla de escuchar los sonidos del mar dentro de ella.

¿Sabías que estás invitado a caminar por las orillas de la gracia y encontrar los tesoros del Cielo todos los días?

Me encantan las primeras horas del día. Es mi tiempo de quietud para caminar por esas orillas y encontrar estos tesoros celestiales. Algunos días es solo un momento para disfrutar de la paz y la verdad del Señor, mientras que otros días encuentro un tesoro como las conchas marinas que encontraba en mi infancia. Cuando encuentro uno de estos tesoros espirituales, pongo mi oído espiritual en él para poder escuchar el sonido de su hermosa voz.

Algunos días es la voz de su amor, otros días es el sonido de su fuerza que viene a ceñirme y otros días es su consejo y su sabiduría los que vienen a poner mis pies en el camino correcto para ese día.

Colosenses 2:2-3: “… para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.

En mi tiempo diario con el Señor se acumulan todas mis riquezas, mis riquezas eternas. Es donde llego a conocerlo de manera íntima y personal. Aquí es donde pongo mi oído en su pecho y escucho el sonido de su voz. También es donde tengo una visión diaria del misterio de Dios a través de Cristo Jesús, nuestro Salvador y Señor. 

Nunca pierdas tu asombro infantil

A medida que pasan los años, a menudo las personas pueden comenzar a ver sus tiempos devocionales diarios (en la Palabra, en la oración y en la espera en Él), más como una disciplina, en lugar de hacerlo como una experiencia refrescante de encontrar su paz y descubrir los misterios ilimitados de Cristo.

Por supuesto, hay un lugar de obediencia y disciplina en el estudio, el aprendizaje y la oración, pero nunca debemos perder la maravilla infantil de encontrar un tesoro.

Isaías 45:3: “… y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

Los tesoros eternos se encuentran en el lugar secreto

Hice mucha consejería a lo largo de mis años en el ministerio y cada vez que escucho que alguien está lidiando con muchas dudas respecto a su fe, descubro rápidamente que su tiempo personal con el Señor (y en su Palabra) quedó interrumpido por el ajetreo de la vida.

Veamos de nuevo el Isaías 45:3: “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”.

Los tesoros y las riquezas escondidos revelan quién es Él, ¡y que Él es el Señor! Dudamos porque no hemos buscado los tesoros que se encuentran dentro del lugar secreto. Pero encontrar tesoros escondidos requiere la acción de buscarlos. Los lugares secretos rara vez se encuentran sin buscarlos. Hay momentos donde tropezamos con tesoros escondidos o lugares secretos en el Espíritu, pero esos son dulces actos de la bondad y la gracia de Dios, como cuando lo encontré por primera vez. No estaba buscando a Dios, pero Él era un tesoro que me fue entregado por su gracia.

La mayoría de las veces, como alguien que caminó con Él durante cuarenta y tres años, encuentro sus tesoros y los lugares secretos dentro de mis tiempos intencionales, apartados para estar con Él. Es como tener un lugar cotidiano donde nos reunimos. Me siento fortalecida en mi fe cada vez que voy a encontrarme con Él.

Busca primero el Reino

La búsqueda del dinero, la imagen y las cosas temporales, se convirtieron en una búsqueda mucho mayor en la mayoría de la humanidad, que la búsqueda del tesoro eterno de Cristo, nuestro Señor. La búsqueda de las cosas temporales deja a muchas personas vacías de la verdadera felicidad y drena sus fuerzas.

Dios está invitando a su pueblo a buscar tesoros eternos. A medida que hagamos tiempo para esto, todas las demás cosas serán agregadas.

Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Dios también amonestó a Timoteo de esta manera:

1 Timoteo 6:10-12: “… porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”.

“... el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. ¡Qué trágico!

Recibimos el privilegio y la amonestación de buscar a Aquel que fue traspasado por nosotros y llevó todas nuestras penas a la Cruz. A medida que lo hagamos, todo lo que necesitemos nos será añadido. Pero si descuidamos la búsqueda de nuestro tesoro eterno, encontraremos que nuestro corazón se aleja y esto traerá consigo muchos dolores.

La fe infantil se encuentra en aquellos que caminaron sobre las orillas de la gracia y encontraron los tesoros ocultos de la vida eterna. Él nos está llamando a regresar a esas orillas, volviendo al lugar donde ponemos nuestro oído en su pecho para escucharlo una vez más. Nos está esperando en el lugar secreto de su amor.

Aquí es donde se abre ante nosotros la puerta a la vida abundante.

Kathi Pelton

(www.elijahlist.com)