Por Garris Elkins
Recientemente estuve enseñando en una escuela de entrenamiento para líderes emergentes en California. Durante una sesión de preguntas y respuestas, alguien me preguntó: “¿Qué ve para el año 2014?”. Respondí diciendo que al final de cada año, normalmente pido y espero una palabra del Señor para el año siguiente. Sin embargo, no tenía una palabra específica para ese tiempo. Mientras respondía la pregunta, el Señor me entregó una imagen.
Pude ver una gran hoja de papel que cubría un gran escritorio. La hoja era tan grande que se extendía más allá de los límites visibles de la línea del horizonte hasta que desaparecía. El papel era blanco y brillante. No había nada escrito en ese papel, era una hoja en blanco.
Al siguiente día, cuando regresé a casa luego de mi viaje, la imagen volvió otra vez. Esta vez pude ver una pluma enorme, como esas que se usaban en la antigüedad, descendiendo en la imagen para descansar sobre la superficie del papel en blanco. Cuando la pluma quedó suspendida sobre el papel, el Señor comenzó a hablarme.
“Quiero que escribas un futuro extenso”
“Quiero que escribas algo nuevo. No sólo borré las palabras del pasado. En lugar de ello, te entregué un nuevo lugar para escribir algo fresco para tu vida. Esto es algo nuevo que te estoy invitando a escribir. Esta es tu asignación. Quiero que escribas un futuro extenso, un futuro que a simple vista pudiera parecer presuntuoso. Te doy permiso para presumir en mi bondad”.
“Escribe como una persona que descubrió mi amor por primera vez. Quiero que escribas con excitación, sin puntuación. Quiero que tu escritura te quite el aliento por la anticipación y la expectativa, una escritura que fluya desde una excitación creciente por lo que podrías llegar a ser”.
“Te prometí en mi Palabra que te daría los deseos de tu corazón. Instruí a David para que escribiera estas palabras: ‘Regocíjate en el Señor y te daré los deseos de tu corazón’. Te estoy diciendo que te regocijes en Mí mientras escribes y te concederé los deseos de tu corazón. Mientras escribes, tu inspiración vendrá de los niveles crecientes de tu regocijo en Mí. Escribe como un amante escribiría desde las profundidades de una pasión compartida. Escribe desde tu deleite en Mí y permite que tu pasión por Mí inspire tu texto”.
Cuando el Señor terminó de hablarme, la pluma seguía suspendida sobre la hora de papel. Sentí que la pluma estaba esperando por una mano que la alcanzara y la tomara para comenzar a escribir.
Los deseos de nuestro corazón se purifican cuando primero nos deleitamos en Él
Dios nos proveyó papel, pluma y tinta profética. Quiere que creamos que Él es atento hacia sus hijos escribiendo un nuevo futuro mientras nos observa. Nuestro deleite en el Señor protegerá lo que escribiremos. Los deseos de nuestro corazón se purifican cuando primero nos deleitamos en Él. Nuestro deleite en Dios debe preceder nuestro deseo por un nuevo futuro, si queremos que nuestro deseo se mantenga puro.
Recoja la pluma y comience a escribir:
• Escriba un nuevo futuro para su familia.
• Escriba un nuevo futuro para su salud.
• Escriba un nuevo futuro para sus hijos.
• Escriba un nuevo futuro para sus finanzas.
• Escriba un nuevo futuro para su nación.
• Escriba un nuevo futuro para su sueño.
• Escriba un nuevo futuro para su ministerio.
• Escriba un nuevo futuro para su ciudad.
¡Escriba! ¡Escriba! Escriba deleitándose en la bondad de Dios
Las palabras que escriba invitarán a las promesas de Dios para que se manifiesten y se unan al texto por su futuro. Este nuevo escrito será la historia del nuevo capítulo en su vida que se manifestará a partir del 2014.
Garris Elkins
(www.elijahlist.com)
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