lunes, 24 de enero de 2022

“2022: El fin del silencio y el comienzo del rugido”

 

Por Kathi Pelton

Palabra profética recibida el 23 de diciembre del 2021 

El rugido del León de Judá

Hace dos días estaba editando un capítulo que escribí para un próximo libro profético al que me pidieron que contribuyera. Mientras releía una sección que se refería a los 400 años de silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, repentinamente el Espíritu Santo me habló con claridad. Dijo una frase que me atrapó de inmediato. Escuché: “Este es el fin del ‘silencio de los corderos’ y ahora comienza el ‘rugido del León de Judá’”.

Cuando oí la palabra “silencio”, vi varias cosas. Primero, en el Reino celestial, vi una guerra espiritual sobre la tierra, porque el enemigo estaba tratando de silenciar a la Iglesia. En segundo lugar, vi las leyes y los mandatos humanos que se pusieron en marcha para silenciar a la Iglesia. En tercer lugar, vi hombres y mujeres profundamente desilusionados, creyendo que sus oraciones cayeron en saco roto, como si Dios no hubiera escuchado sus oraciones. Por último, vi cómo el mensaje del Cordero de Dios era silenciado de los oídos de muchos que podían ser liberados a través de la salvación por la gracia.

El Pacto del Mayflower y una nación cristiana

Me parece interesante que estemos en una época (en los Estados Unidos) donde muchas personas estuvieron reconociendo y realizando actos proféticos y viajes espirituales, en relación con el 400 aniversario del Pacto del Mayflower, y el pacto que los peregrinos hicieron con Dios cuando comenzaron su vida en Plymouth, Massachusetts. El 2021 también marcó 400 años desde el primer Día de Acción de Gracias (que todos entendemos que salió terriblemente mal en 1622, cuando ocurrió la Masacre de Jamestown). Hubo muchos viajes de arrepentimiento por parte de los creyentes este año pasado respecto a la ruptura de pactos con Dios y con los nativos americanos. Muchos fueron guiados por el Espíritu para reescribir y entrar en los pactos originales hechos con Dios, respecto a su deseo e intención para nuestra gran nación: ¡que fuera una nación cristiana!

Personalmente creo que hubo una gran guerra en el Reino celestial y en el reino terrenal para detener lo que Dios comenzó hace 400 años. Fue una guerra para silenciar a los corderos, los seguidores de Jesucristo. Esta guerra a menudo no percibida (o guerra no discernida/no reconocida) resultó en lo que estamos viendo hoy: desunión con el hombre y con Dios, pactos rotos con el hombre y con Dios, y el mal sosteniendo la voz más fuerte, mientras los seguidores de Cristo son silenciados.

¡El anuncio que escuché (“este es el fin del ‘silencio de los corderos’ y ahora comienza el ‘rugido del León de Judá’”), es un punto de inflexión! Al igual que la llegada de Juan el Bautista después de 400 años, desde las últimas palabras del libro de Malaquías.

Tomemos un momento para releer las palabras en Malaquías 4 (las palabras finales antes de los 400 años de silencio bíblico):

“Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados. El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados, y bajo sus pies quedarán hechos polvo, dice el Señor Todopoderoso. Acuérdense de la ley de mi siervo Moisés. Recuerden los preceptos y las leyes que le di en Horeb para todo Israel”.

“Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible. Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total” (Malaquías 4:2-6).

Uno caerá, el otro florecerá

El fin del silencio llega con la entrada de Juan el Bautista, la “voz precursora” que predicó el juicio final de Dios y bautizó a los seguidores arrepentidos, preparándolos para el mismo. Su mensaje desencadenó un nuevo nivel de guerra por parte del enemigo, para silenciar a las ovejas del rebaño de Dios. Sin embargo, su mensaje (a través de muchos mensajeros) pasó de generación en generación. La guerra para silenciar el mensaje y diluir su verdad central, creando una Iglesia tibia, es más feroz que nunca. El mensaje del temor del Señor que lleva a los hombres al arrepentimiento, fue trágicamente silenciado de la comprensión de la mayoría de la humanidad.

Aunque no sé ni pretendo saber cómo Dios cambiará esto, presiento que está a punto de rugir sobre los malvados y los justos por igual. Uno caerá y el otro florecerá. El Señor me dio Proverbios 29 para confirmar esto: “Cuando los justos están en el poder, el pueblo se alegra. Pero cuando los impíos están en el poder, gimen” (Proverbios 29:2).

Las naciones de ovejas se regocijarán y florecerán, mientras que las naciones de cabras harán que su pueblo gima en la opresión y la miseria. Proverbios 29 continúa diciendo: “Cuando los malvados están en la autoridad, el pecado florece, pero los justos vivirán para ver su caída” (Proverbios 29:16).

Veremos la caída de muchos malvados que ocupan puestos de autoridad en todos los ámbitos de la sociedad (desde la Iglesia hasta las finanzas y el gobierno). El florecimiento del pecado será disminuido por el estruendo. El florecimiento del arrepentimiento y el temor del Señor se escuchará en la tierra. El Espíritu de Elías que restablece los corazones de los padres hacia sus hijos y los corazones de los hijos hacia sus padres, y el mensaje no diluido de Juan el Bautista, ya no serán silenciados cuando se escuche el rugido del León de Judá.

Finalmente, presiento que Dios hará algo en los Estados Unidos que será en respuesta a su rugido, que finalmente resonará a través de muchas naciones para traer el temor del Señor y el florecimiento del Evangelio de Jesucristo.

Kathi Pelton

(www.elijahlist.com)

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