Por Deborah Perkins
Recientemente, en un encuentro inusual durante la oración, el Padre me llevó en el espíritu a la cocina de una casa. Quería mostrarme dos ataques insidiosos que el enemigo estaba usando para profanar el Cuerpo de Cristo.
Aunque la mayoría de las veces interpreto las “cocinas” como los lugares de preparación profética para el ministerio, en este caso el Padre dijo que la cocina representaba el “centro neurálgico del hogar”, es decir, los corazones y las mentes de los creyentes. Cuando el Padre me llevó a la cocina, me horroricé al ver a las ratas corriendo por el suelo.
Omnívoros impuros
Las ratas estaban contaminando esta cocina con su impureza. El Señor dijo que estos roedores representaban criaturas demoníacas que “olían la dulzura del maná fresco”. Aun cuando se publicaban las unciones, las enseñanzas y las comisiones de esta nueva era, estas ratas eran arrastradas hacia la cocina para devorarlas y profanarlas.
En la visión pude ver que, si bien los creyentes podían cerrar las puertas espirituales de sus casas contra los devoradores más grandes, parecidos a los leones, a menudo no eran conscientes de la infiltración y la contaminación causadas por estas alimañas más pequeñas y ocultas.
Se dejaron inadvertidamente bocados de comida sabrosa alrededor de los gabinetes de la cocina. Estos bocados podrían representar pepitas de sabiduría, visiones dadas por Dios o planos para el ministerio que deberían de haber sellado para su protección. Como las perlas ante los cerdos, las visiones no fueron bien guardadas. Corrían el riesgo de ser contaminados por la brujería, los celos, las falsas acusaciones, los alineamientos equivocados y otras estrategias del enemigo.
Creo que el Señor está diciendo que, en este tiempo de avanzar hacia la frescura de las nuevas unciones, los llamados y las visiones, ¡es imperativo que selles los planes espirituales que Él te entregó! No compartas tu visión con las personas equivocadas; no permitas que lo bueno o lo precioso para ti, sea devorado por los infiltrados demoníacos.
Guarda cuidadosamente lo que recibiste, a medida que cruzas hacia nuevas asignaciones, recordando que la unción que llevas, simultáneamente sacará apoyo y oposición en la dimensión espiritual. No todos están destinados a seguirte. No todos están destinados a participar de lo que el Señor te entregó o a sentarte a tu mesa. Se necesita sabiduría y discernimiento (Judas 1:12).
Sellando las visiones
Sellar las visiones, me recordó mi padre, era tan simple como volver a sellar una bolsa de comida o volver a tapar un recipiente para evitar que se vuelva rancio. Coloca tu visión, tu llamado y tu destino bajo la sangre de Jesucristo todos los días, para evitar que los “roedores” demoníacos devoren la dulzura y la abundancia de tu maná espiritual. No entregues lo santo a aquellos que no tienen en cuenta la santidad. ¡No asumas que todos comparten tu llamado!
Al meditar en esto con el Señor, Él me mostró que estamos en un período de tiempo muy parecido a la transición de Isaías 3 a Isaías 4. Se está juzgando a los soberbios e inicuos, mientras los que temen al Señor están recibiendo revelaciones aún mayores del hermoso y glorioso “renuevo” que es Jesucristo.
Cristo es el verdadero Esposo de las siete mujeres (siete iglesias) que le temen y llevan su nombre. Se están derramando profundas imparticiones del amor del Señor sobre aquellos que permanecen en lugares de descanso, permaneciendo con Él. Sin embargo, el Espíritu de justicia y el Espíritu de fuego también están obrando, separando lo santo de lo común y marcando al remanente santo que le pertenece exclusivamente al Señor (Isaías 4:2-4). Debemos movernos a través de las puertas abiertas en el temor del Señor y con sabiduría (Isaías 62).
Pensamientos impuros y el único
antídoto seguro
El Padre entonces reveló una segunda capa de significado dentro de la misma visión. Vi que las infestaciones de las ratas se debían, en algunos casos, a pensamientos impuros que los creyentes tenían en sus mentes.
Los pensamientos de malicia, egoísmo, falta de perdón o amargura, eran como basura. Podían permanecer ocultos en los rincones oscuros y cerrados de la mente durante meses o incluso años. Vi que los pensamientos impuros y las palabras de chisme o división que resultaban, se pudrirían, apestarían y contaminarían a muchos si no se eliminaban. Las ratas o las alimañas se sentían atraídas por los pensamientos impuros, tanto como por la unción. ¡Se darían un festín con lo que quedara desatendido!
Creo que para algunos que están caminando con el Señor, es hora de “limpiar con chorros de agua” los armarios más íntimos de la mente y el corazón, lavando todo pensamiento contaminante con el agua viva de la Palabra. Las ratas también tendrán que ser exterminadas. No es sorprendente que cuando le pregunté al Señor qué “veneno” eliminaría a las ratas, me dijo que el “veneno” era la Palabra de Dios.
Toda cocina necesita una limpieza periódica y exhaustiva para mantenerse higiénica. La limpieza regular también es necesaria en el ámbito espiritual. La salvación y la liberación son procesos continuos (Filipenses 2:12). Un tiempo de engaño cultural generalizado y la contaminación, requiere que los creyentes estén profundamente inmersos en la Palabra de Dios y en la oración, el único antídoto seguro.
La saturación en la Palabra de Dios asestará un golpe preventivo contra las infestaciones demoníacas de las mentes y los corazones. Los creyentes están llamados a llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5). La Palabra de Dios nunca regresa vacía, la Palabra hablada es tu arma de guerra (Isaías 55:11; Salmos 149:6).
Cuiden sus corazones y sus mentes
Hay un fuerte llamado en el espíritu para asumir la responsabilidad de tus pensamientos y actitudes. Guarda tu corazón. ¡No te vuelvas pasivo! Rechaza todas las mentiras, enfócate en la verdad y mantente firme en tu identidad en Cristo. Observa con quién te estás asociando, a medida que avanzas en este momento. Tu visión y tu destino no serán compartidos por todos. Sin embargo, todos tienen un papel único que desempeñar, asignado por Dios.
Al terminar esta visión inusual, recibí varias
Escrituras clave:
Proverbios 4:21-22: “No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo”.
Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”.
Efesios 4:29-32: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
Colosenses 3:15-17: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.
Padre, hoy ruego por Tus santos y amados hijos e hijas. Que descansen en el lugar protegido de Tu ardiente dosel de gloria, confiando en Tu Palabra para limpiar toda contaminación del cuerpo, el alma o el espíritu. Los justos tienen muchas dificultades, pero Tú los libras de todas ellas. Nadie que se refugie en Ti será condenado. Enséñanos el temor del Señor. Guarda nuestras lenguas del mal y libra nuestras vidas de todo ataque invisible del enemigo. ¡Gracias por exponer el mal y separar para ti a un pueblo puro y santo que se aferra a Ti con amor! Amén.
Deborah
Perkins
No hay comentarios:
Publicar un comentario