sábado, 8 de marzo de 2025

“¡Es lento, pero el cambio está llegando!”

 

Por Craig Cooney

Introducción: Mucha gente me dijo que les está resultando difícil la vida en este momento. A veces es difícil discernir lo que está pasando, pero se siente como si la vida estuviera en pausa. Te sientes atrapado en alguna área. No estás progresando ni avanzando. Sigues mostrándote fiel, haciendo lo que siempre haces, pero todo se siente triste y un poco estancado. Se esperaba que las cosas cambiaran este año, pero hasta ahora muy poco ha cambiado.

Hace unas semanas tuvimos una semana de oración y ayuno en la iglesia. El último día tuve una visión corta y la comparto a continuación como una palabra de aliento para ustedes hoy.

Oro para que experimentes la paz, la provisión y el poder de Dios, a medida que comienzas a ver un cambio.

Visión de los engranajes mecánicos

Recientemente tuve una visión de grandes engranajes mecánicos entrelazados, como los que se pueden ver en un viejo tren de vapor o en una pieza de maquinaria. Los engranajes estaban oxidados y atascados. Parecía como si no se hubieran movido en mucho tiempo. Entonces escuché un fuerte ruido. Los engranajes empezaban a rechinar juntos. Parecía que estaban cerrados. Atascados. Estáticos. Había una gran presión, una tensión o una fricción, pero muy lentamente empezaron a girar.

Al principio era muy difícil ver algún cambio significativo. El movimiento era casi imperceptible. Sin embargo, después de unos minutos comenzaron a moverse con mayor libertad y rápidamente ganaron impulso. En poco tiempo hubo una facilidad y una velocidad en sus movimientos.

Creo que esta es una imagen de la vida para muchos de ustedes. Te estuviste sintiendo atrapado durante mucho tiempo. Te costó ver algún movimiento o un impulso. Estás siguiendo los movimientos, haciendo lo que sabes hacer. Hay actividad, pero no ves avances y hay ajetreo, pero no ves progresión.

Tu energía y tu motivación para la vida, el trabajo, las relaciones y el ministerio, quedaron estancados. Incluso tu caminar con Dios se sintió insípido, rutinario y aburrido. Te costó encontrar alguna dirección o claridad. Fue inusualmente difícil escuchar la voz de Dios. Tú lo amas y en el fondo sabes que Él está contigo, pero la vida fue una lucha. Todo se sintió más difícil de lo normal. Fue así durante demasiado tiempo.

Te cansaste y te frustraste. Perdiste algo de tu pasión y tu fuego, y a veces no estás seguro de volver a recuperarlo alguna vez.

¡El cambio está a la mano!

Quiero decirles esto: “¡Es lento, pero el cambio está llegando!”. Ya comenzó. Pequeñas señales están allí ante ti, como brotes verdes que emergen a través de la tierra estéril. Sé que es difícil verlos a través de la lente de la decepción y el retraso persistentes. No quieres más falsas esperanzas. ¡Necesitas algo que cambie!

El cambio está a la vuelta de la esquina. Será casi imperceptible al principio, pero a lo largo de los meses que siguen, experimentarás gradualmente un aumento en la presencia manifiesta de Dios, las palabras proféticas, los sueños, las visiones y la dirección divina.

Las cosas comenzarán a verse diferentes. Empezarás a sentirte diferente. Habrá movimiento e impulso. Para el otoño, creo que comenzarás a caminar en un tiempo de aceleración. Las cosas cambiarán, progresarán y avanzarán muy rápidamente. Habrá una nueva sensación de libertad y alegría, esperanza y visión renovadas.

Por supuesto, habrá resistencia y guerra, pero estarás tan concentrado en lo que Dios está haciendo, que sentirás a los planes del enemigo como algo casi intrascendente.

Como un conductor de tren, escucho al Señor declarando en voz alta: “¡Todo cambia!”. Veo nuevas asignaciones, reubicaciones, reposicionamientos y realineamientos. Todo esto irá acompañado de un aumento de las interrupciones en muchos lugares. El temblor y la turbulencia se intensificarán. Habrá un rediseño de las fronteras y los límites. Pero en medio de la inquietud y la agitación, soplará un viento fresco del Espíritu sobre el pueblo de Dios.

Estamos entrando en un tiempo de refrigerio y restauración. El despertar es conmovedor. El sonido de la salvación se escuchará a través de las naciones.

¡El largo verano ha terminado! Recogerás tu cosecha

No te desanimes ahora. Permaneciste fiel en la espera de la temporada del desierto y serás recompensado por esa fidelidad. No te rendiste, por tanto, cosecharás una cosecha. Mantuviste tu corazón puro y verás a Dios moviéndose. El largo invierno está a punto de terminar. La esterilidad se está rompiendo. La pesadez se está levantando. Las cosas están cambiando. Fue lento… pero se avecina un cambio.

Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.

Isaías 43:19: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.

Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

Juan 20:29: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.

Cantares 2:11–13: “Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven”.

Craig Cooney

(www.elijahlist.com)

 

 

“Movidos por el susurro y no por el viento”

 

Por Sara Whitten

Izar las velas

“Este es un tiempo para derribar y edificar”. El Señor me conmovió con esas palabras. Estuve indagando en esa declaración, cuando fui atrapada por una imagen.

Al instante vi la imagen de una vela desplegada y azotada por un viento tempestuoso. La embarcación a la que estaba atada era impulsada impotente por la tormenta. Luego doblaron la vela y la arriaron, y aunque la tormenta todavía arreciaba, su poder para mover el barco disminuyó de manera considerable.

En la Concordancia Strong, “hacer bajar algo”, es la palabra griega “kataferó” (G2702): “En el mundo grecorromano, el concepto de hacer bajar algo, podía asociarse tanto con acciones físicas, como arriar una vela o derribar a un enemigo, como con acciones metafóricas, como superar una discusión o derrotar a un rival”.

Comencé a leer sobre navegar por las tormentas en la naturaleza, porque Dios a menudo nos muestra parábolas a nuestro alrededor a través de su mundo creado.

En la navegación, cuando parece que comienza una tormenta, lo primero que hay que hacer es “rizar” (arriar) las velas. Este es un término utilizado para describir el proceso de plegar o enrollar una vela, para que su área de superficie se reduzca considerablemente, conservando la vela y minimizando la influencia de la fuerza del viento de la tormenta sobre el barco. Esto lo protege contra ráfagas inesperadas o cambios de viento que podrían volcar la embarcación.

Los ataques del enemigo a menudo se sienten como tormentas. Son ruidosos, desorientadores y están llenos de amenazas para robar, matar y destruir. Estamos tan ocupados tratando de mirar la tormenta, que a veces nos olvidamos de mirar el barco: “¡nosotros!”. ¿Seguimos a toda vela? ¿Estamos siendo arrastrados por todo lo que el enemigo está trayendo contra nosotros?

“Izar” es regular el tamaño o la longitud de algo. Cuando “izamos nuestras velas” espiritualmente, regulamos el tamaño y la duración de la influencia que el enemigo tiene sobre nuestra respuesta. Quizá la tormenta todavía esté sucediendo a nuestro alrededor, pero nos conmueve menos. Podemos tomar lo que el enemigo esperaba que nos volcara y vencer.

Déjate mover por el susurro y no por el viento

A medida que disminuye nuestro enfoque en la tormenta, hacemos un cambio importante: nos conmueve el susurro y no el viento. Esto me recuerda a Elías, a quien encontramos escondido en una cueva en 1 Reyes 19. Fuera de la cueva se oía todo tipo de clamores amenazantes.

1 Reyes 19:11-13: “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?”.

Elías, que conocía la voz del Señor, sabía que no se movía por el viento poderoso. Esperó. Fue conmovido por el “suave susurro”. La palabra para susurro es “qol” y puede significar “sonido” o “voz” (G6963, Strong). Es la misma palabra que se encuentra en Génesis 3:8: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”.

Estos sonidos del Señor en el huerto llegaron después de una tormenta metafórica, diferente a la del enemigo que llevó a la humanidad a la caída. En este caso, fueron movidos por la tormenta en lugar del sonido (o el susurro) del Señor.

Pedro se enfrentó a una escena similar. Él y los discípulos estaban en medio de una tormenta que, sin duda, era ruidosa y caótica. Mateo 14:24 dice que el viento levantaba olas que los golpeaban. Pero en medio del viento, se oyó un sonido. Al pasar, Jesús dijo: “¡Ánimo! Soy yo. No teman” (v.27). Pedro, al salir de la barca, tenía la opción de ser abrumado por el viento de la tormenta o ser conmovido por el “ven” de Jesús.

Es más seguro en las profundidades

Nunca es fácil salir a una tormenta. La verdad que se ilustra poderosamente en esta historia es que, en medio de la tormenta, es más seguro ir hacia lo profundo con el Señor, que correr hacia las aguas poco profundas. En mi investigación sobre la navegación, me encontré con un consejo interesante de North Sails: “Si bien correr para cubrirse parece la opción preferida, el peligro radica en quedar atrapado en la tormenta cerca de la costa, sin el espacio para maniobrar o huir” (North Sails, “Cómo navegar con seguridad a través de una tormenta”).

Al enemigo le encantaría que abortáramos nuestra misión, que tiráramos la toalla y corriéramos hacia la tierra, porque las aguas se volvieron demasiado tempestuosas. La verdad es que tenemos más (¡no menos!) posibilidades de naufragar en las costas de una fe mediocre. Estamos más seguros en las profundidades. Cuando dejamos de ser arrastrados como respuesta al caos amenazante del enemigo, podemos movernos en respuesta al susurro mucho más suave del Señor.

No dejes que las tormentas de esta estación te hagan buscar aguas poco profundas. Mantén el rumbo y espera el susurro.

Preguntas de encuentro:

Señor, ¿cuáles son las mentiras “fanfarronas” del enemigo que estoy permitiendo que llenen mis velas y me conmuevan?

Espíritu Santo, ¿qué verdad quieres decirme a través de estas mentiras?

Señor, ¿podrías mostrarme cómo estoy siendo tentado para ir hacia las aguas poco profundas?

Jesús, ¿cómo es profundizar contigo?

¿Qué susurro me estás hablando a través de la tormenta?

Sara Whitten

(www.elijahlist.com)

viernes, 21 de febrero de 2025

“¡Toma lo que está en tus manos y golpea!”

 

Por Yvon Attia

Es hora de actuar

Cuando comencé a orar por febrero, escuché tres veces esta palabra extraña en mi espíritu: “Golpea, Golpea, Golpea”. Al principio estaba confundido, pensando: “Señor, ¿quién golpeará a quién?”. Entonces escuché una frase extraña: “Es hora de actuar”.

El Espíritu Santo me llevó al libro de Éxodo, y mientras leía, mis ojos se posaron en este verso: “Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios” (Éxodo 2:24-25). Lo interesante es el número del capítulo y el verso: 2:25. Estamos en febrero, el segundo (2) mes de 2025. Así que, realmente sentí que este era un mensaje directo del Señor. Al continuar leyendo, me encontré con el siguiente verso y fue entonces cuando escuché: “Golpea, Golpea, Golpea”.

Éxodo 3:20–21: “Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías”.

Juicio divino sobre la opresión

Veremos el juicio divino sobre cada entidad que mantuvo oprimido al pueblo de Dios. En el libro del Éxodo, Egipto sirve como una metáfora de la opresión, la esclavitud y el cautiverio. Representa el lugar de la esclavitud y el sufrimiento, donde los israelitas fueron sometidos a un trato duro bajo el gobierno del faraón. El propósito de la opresión era impedir que el pueblo de Dios creciera, ya que su número había aumentado de setenta a más de dos millones, y evitar que lo adoraran.

Éxodo 1:5-7: “Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra”.

Éxodo 1:8-9: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros”.

Éxodo 1:12: “Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel”.

A continuación, el faraón tomó medidas drásticas

Éxodo 1:11: “Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés”.

Éxodo 1:15-16: “Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva”.

Como resultado, Dios levantó un libertador y golpeó a los dioses de Egipto. ¿Cómo sabemos que este golpe fue de Dios? Hubo intensificación, profecía, distinción y propósito.

Intensificación: Si bien las ranas, las langostas, las moscas y los mosquitos eran conocidos en Egipto, se intensificaron mucho más allá de cualquier ocurrencia ordinaria.

Profecía: Moisés profetizó el momento de la llegada y la partida de las plagas.

Distinción: Las plagas no ocurrieron en la tierra de Gosén, donde vivían los israelitas (haciendo una distinción entre los israelitas y los egipcios).

Propósito: El propósito no era un “capricho de la naturaleza”, sino un juicio divino de Dios.

Éxodo 12:23: “Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir”.

El agua convertida en sangre: la importancia del Nilo

Tomemos como ejemplo la primera plaga. El río Nilo y toda el agua de Egipto se convirtieron en sangre, matando a los peces y haciendo que el agua no fuera potable (Éxodo 7:14-24).

Éxodo 7:15: “Vé por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra”.

En Egipto, el Nilo está en su punto más bajo durante mayo. Su ascenso comienza en junio y las principales aguas de inundación llegan al país en julio y agosto, con un pico en septiembre. El Nilo siempre fue el latido del corazón de Egipto. Sin este río, Egipto estaría tan desolado como los desiertos. Era una porción de bendición y fertilidad. Se escribieron himnos al Nilo. La salud económica de la tierra dependía de la fidelidad del Nilo y se le hacían ofrendas al Nilo.

El Nilo era considerado sagrado por los egipcios y sus dioses estaban asociados con el río. Por ejemplo, Khnum era considerado el guardián del Nilo. La felicidad era considerada como el “espíritu del Nilo”. Osiris era el dios del inframundo y los egipcios creían que el río Nilo era su torrente sanguíneo. Por eso el Señor convirtió el Nilo en sangre.

Éxodo 7:4: “Y Faraón no os oirá; más yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”.

Éxodo 7:14-18: “Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Vé por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río”.

“Golpea, golpea, golpea hasta que veas mi avance”

El Señor dice: “Están entrando en un mes de acuerdo y alineación. Estoy trayendo alineación divina a tu vida, en la Tierra como en el Cielo. La lucha es por tu libertad; porque tu clamor llegó delante de mí, tu gemido fue oído y tu voz penetró en los cielos. Este es el momento en el que decidí actuar, moverme y liberarte de la esclavitud. Mi rugido se oirá como el de un león, gritando: ‘¡Deja ir a mi pueblo!’”.

“Por tanto, les digo que febrero será un mes lleno de acción, porque decidí actuar en su nombre. Porque extenderé Mis manos sobre todas las fuerzas que los están sujetando, oprimiéndolos a ustedes y a su país, para traer la libertad individual y nacional. Los cautivos, pueblo mío, serán liberados, sus hijos serán liberados y vendrán a la luz”.

“Así como desafié al Faraón con el mayor despliegue de maravillas, lo haré de nuevo. Porque extenderé Mis manos y golpearé a las fuerzas de las tinieblas para liberarlos de la esclavitud. El desafío está en marcha de nuevo, porque estas entidades y fuerzas no son un desafío para Mí. Y no solo eso, te traeré al favor divino para que no te vayas con las manos vacías. Porque, así como Mi pueblo saqueó a los egipcios, ustedes saquearán al enemigo”.

“Verán una nueva manifestación de Mi poder, una que no presenciaron antes. ¡Este no es un mes para pararse y mirar, sino para asociarse Conmigo y golpear! Como Moisés que usó lo que tenía en sus manos para golpear y dividir el mar, usa lo que tienes para golpear y verás Mi gloria”.

“Este es el momento para ser tan astutos como las serpientes, pero tan inocentes como las palomas. Febrero será un mes para golpear, golpear y golpear hasta que vean Mi avance. ¡Porque tu avance está llegando, y está llegando rápido! Este es un mes donde multiplicaré mis señales y prodigios”.

Yvon Attia

(www.elijahlist.com)

 

 

“Dios está liberando tesoros escondidos”

Por Kathi Pelton

Una invitación a las orillas de la gracia y a las riquezas de Cristo

¿Alguna vez tomaste una concha marina y escuchaste lo que suena como el rugido de las aguas del océano desde su interior? A mí me trae recuerdos de la infancia, cuando encontraba un hermoso tesoro en la playa y luego experimentaba la maravilla de escuchar los sonidos del mar dentro de ella.

¿Sabías que estás invitado a caminar por las orillas de la gracia y encontrar los tesoros del Cielo todos los días?

Me encantan las primeras horas del día. Es mi tiempo de quietud para caminar por esas orillas y encontrar estos tesoros celestiales. Algunos días es solo un momento para disfrutar de la paz y la verdad del Señor, mientras que otros días encuentro un tesoro como las conchas marinas que encontraba en mi infancia. Cuando encuentro uno de estos tesoros espirituales, pongo mi oído espiritual en él para poder escuchar el sonido de su hermosa voz.

Algunos días es la voz de su amor, otros días es el sonido de su fuerza que viene a ceñirme y otros días es su consejo y su sabiduría los que vienen a poner mis pies en el camino correcto para ese día.

Colosenses 2:2-3: “… para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.

En mi tiempo diario con el Señor se acumulan todas mis riquezas, mis riquezas eternas. Es donde llego a conocerlo de manera íntima y personal. Aquí es donde pongo mi oído en su pecho y escucho el sonido de su voz. También es donde tengo una visión diaria del misterio de Dios a través de Cristo Jesús, nuestro Salvador y Señor. 

Nunca pierdas tu asombro infantil

A medida que pasan los años, a menudo las personas pueden comenzar a ver sus tiempos devocionales diarios (en la Palabra, en la oración y en la espera en Él), más como una disciplina, en lugar de hacerlo como una experiencia refrescante de encontrar su paz y descubrir los misterios ilimitados de Cristo.

Por supuesto, hay un lugar de obediencia y disciplina en el estudio, el aprendizaje y la oración, pero nunca debemos perder la maravilla infantil de encontrar un tesoro.

Isaías 45:3: “… y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

Los tesoros eternos se encuentran en el lugar secreto

Hice mucha consejería a lo largo de mis años en el ministerio y cada vez que escucho que alguien está lidiando con muchas dudas respecto a su fe, descubro rápidamente que su tiempo personal con el Señor (y en su Palabra) quedó interrumpido por el ajetreo de la vida.

Veamos de nuevo el Isaías 45:3: “y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre”.

Los tesoros y las riquezas escondidos revelan quién es Él, ¡y que Él es el Señor! Dudamos porque no hemos buscado los tesoros que se encuentran dentro del lugar secreto. Pero encontrar tesoros escondidos requiere la acción de buscarlos. Los lugares secretos rara vez se encuentran sin buscarlos. Hay momentos donde tropezamos con tesoros escondidos o lugares secretos en el Espíritu, pero esos son dulces actos de la bondad y la gracia de Dios, como cuando lo encontré por primera vez. No estaba buscando a Dios, pero Él era un tesoro que me fue entregado por su gracia.

La mayoría de las veces, como alguien que caminó con Él durante cuarenta y tres años, encuentro sus tesoros y los lugares secretos dentro de mis tiempos intencionales, apartados para estar con Él. Es como tener un lugar cotidiano donde nos reunimos. Me siento fortalecida en mi fe cada vez que voy a encontrarme con Él.

Busca primero el Reino

La búsqueda del dinero, la imagen y las cosas temporales, se convirtieron en una búsqueda mucho mayor en la mayoría de la humanidad, que la búsqueda del tesoro eterno de Cristo, nuestro Señor. La búsqueda de las cosas temporales deja a muchas personas vacías de la verdadera felicidad y drena sus fuerzas.

Dios está invitando a su pueblo a buscar tesoros eternos. A medida que hagamos tiempo para esto, todas las demás cosas serán agregadas.

Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Dios también amonestó a Timoteo de esta manera:

1 Timoteo 6:10-12: “… porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”.

“... el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. ¡Qué trágico!

Recibimos el privilegio y la amonestación de buscar a Aquel que fue traspasado por nosotros y llevó todas nuestras penas a la Cruz. A medida que lo hagamos, todo lo que necesitemos nos será añadido. Pero si descuidamos la búsqueda de nuestro tesoro eterno, encontraremos que nuestro corazón se aleja y esto traerá consigo muchos dolores.

La fe infantil se encuentra en aquellos que caminaron sobre las orillas de la gracia y encontraron los tesoros ocultos de la vida eterna. Él nos está llamando a regresar a esas orillas, volviendo al lugar donde ponemos nuestro oído en su pecho para escucharlo una vez más. Nos está esperando en el lugar secreto de su amor.

Aquí es donde se abre ante nosotros la puerta a la vida abundante.

Kathi Pelton

(www.elijahlist.com)