lunes, 31 de marzo de 2025

“¡Las montañas se están moviendo!

 

Por Deborah Perkins

La cima de una montaña se convirtió en la cresta de una ola

Marcos 11:23: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.

Juan 4:21 y 24: “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.

Recientemente tuve un sueño que creo traerá esperanza para muchos que estuvieron orando para que sucedan cosas imposibles. En el sueño, yo estaba en casa estudiando Juan 4 en profundidad. Entonces, casi al instante, me llevaron a la cima de una montaña en Suiza. Para mí, Suiza representa tanto un territorio neutral como un lugar de exquisita belleza, esperanza y promesa. El Señor me ministró una gracia profunda en la cima de una montaña suiza hace treinta y ocho años.

En el sueño, era primavera o verano. La montaña era verde y rocosa, y mucha gente estaba conmigo en la cumbre bajo el sol de la tarde. Repentinamente, toda la montaña comenzó a moverse. Al leer Marcos 11 a lo largo de los años, a menudo imaginaba montañas que eran elevadas y arrojadas al mar, ¡pero nunca antes me había imaginado que sucediera así! El pico de la montaña se convirtió en la cresta de una ola. El suelo justo debajo de la cumbre comenzó a ser empujado hacia adentro, a medida que la ola se formaba con la forma de un barril. ¡La tierra se dobló y la montaña se dobló con una flexibilidad que parecía naturalmente imposible!

Entonces una gran roca cayó desde la cima, como si estuviera comenzando una avalancha. En respuesta, bajé unos escalones a la derecha para refugiarme bajo un gran afloramiento rocoso. Cuando llegué a este lugar protegido, vi una puerta blanca que conectaba con una montaña adyacente. Esta puerta era un “punto de entrada” a Suiza, un paso fronterizo. Había mucha gente al otro lado de la puerta tratando de entrar. Por una cuestión de vida o muerte, se consideraba más seguro estar en la montaña suiza donde me encontraba, que en su pico gemelo.

Permiso concedido

Una joven madre entre la multitud me suplicó que dejara entrar a su familia, pero no tenía documentación. La llevé a un lado para explicarle que la entrada ilegal no era posible. Había parámetros legales para el proceso de inmigración y ella simplemente no cumplía con los requisitos. Por supuesto, estaba molesta por esto. En ese momento, sin embargo, la madre recibió una llamada telefónica. Le pasaron un viejo auricular telefónico negro, por encima de la multitud.

Al atender su llamado, fui transportada en el Espíritu para ver a la persona que estaba al otro lado. Era un anciano alto, amable y canoso que se encontraba en medio de un pueblo cercano de Suiza. Parecía que tenía las credenciales, la autoridad y la buena voluntad para admitir a cualquiera que quisiera como su amigo. Sonriéndome, el hombre le dio permiso a la mujer y a su familia para entrar y readmitirme también (yo había cruzado la frontera para hablar con la mujer). Aquí terminó el sueño.

¡Las montañas se mueven!

Cuando desperté, escuché al Señor que decía: “¡Las montañas se están moviendo y se concedió el permiso para que entres en tu tierra prometida!”. Entonces el Señor me instó a compartir esta palabra, diciendo que hay algunos de ustedes que se enfrentaron a una montaña de imposibilidad que no mostró ninguna señal de movimiento. Hiciste tu parte, le dijiste a la montaña que se mueva, pero se quedó obstinadamente quieta. Tus decretos se sintieron ineficaces y tu fe se ha visto afectada. Sin embargo, todo puede cambiar en un día.

Te profetizo que la misma montaña en la que te sentiste “atrapado” todos estos años, se convertirá en la misma ola que te acelerará hacia tu tierra prometida. ¡El Señor está quitando toda maldición de manera repentina e inesperada, trayéndote a la tierra de tu bendición! Hubo un tiempo divino para tu liberación y no se demorará.

Veo que los obstáculos legales se están eliminando para algunos de ustedes, a medida que una autoridad superior activa su llamado liberando favor. Veo a familias enteras a quienes se les concede acceso a sus promesas, donde los “guardias fronterizos demoníacos” las dejaron fuera. Veo el gozo del Señor siendo liberado con un favor y una bendición tan injustificados que no solo te impactará a ti, sino también a los que te rodean. ¡Veo venir una libertad que abarca más de lo que soñaste que era posible!

Claridad, fuerza y avance

Sin embargo, también percibo una advertencia: “¡El cambio que buscas puede no venir de la forma como lo esperas o de la manera como lo deseas!”. En una parte anterior del sueño, mientras miraba desde la cumbre una hermosa vista de las otras montañas, noté senderos anchos y pavimentados en otra cumbre, a kilómetros de distancia. Anhelaba caminar allí, pero no había tiempo suficiente para llegar antes del atardecer. Como todos nosotros, si hubiera tenido la oportunidad, habría elegido el camino más fácil. Sin embargo, en el sueño fue la montaña más desafiante la que trajo un mayor avance. Curiosamente, se cree que una de las raíces de donde surge el nombre Suiza, se deriva de un antiguo nombre germánico que significa “fuerza” o una palabra celta para “despeje o limpieza”.

Profetizo que tendrás “claridad en la incertidumbre y fuerza y avance en sus cambios súbitos”. No tienes que temer. Sabrás qué hacer y dónde estar en el momento adecuado. Tu obediencia a lo que el Espíritu de Dios te dice, también resultará en libertad para los demás.

Juan 4: Un cambio de mentalidad

En Juan 4 (el texto clave resaltado en el sueño), Jesús “tuvo que viajar a través de Samaria” (v.4) para encontrarse con la mujer en el pozo. Tenía una cita predeterminada con el destino en territorio enemigo. A la ofensiva, Jesús desbloqueó un avance personal y regional utilizando las armas del ayuno, la oración, las palabras proféticas de conocimiento, la compasión y los decretos bíblicos, para alcanzar a una mujer que, según todos los informes, estaba fuera de toda posibilidad de ser alcanzada por la bendición del Padre.

Ella era un “remanente cautivo”, descendiente de los israelitas infieles que se habían casado con extranjeros después de que Asiria invadiera Israel en el año 722 A.C. Era despreciada y considerada impura por los judíos. Su pueblo no había establecido el culto religioso en Jerusalén, sino en el monte Gerizim, la montaña de las bendiciones a la que se hace referencia en Deuteronomio 11.

Vivía en Sicar (de la raíz hebrea de la palabra shekar, que significa “bebida fuerte” [Strong's H7941] y denota embriaguez). Estaba ubicada en la ladera oriental del monte Ebal “el monte de la maldición” (Deuteronomio 11:29) o en la ciudad de Siquem, en “el valle entre las montañas de la bendición y la maldición”. En el momento de la visitación y el avance, este pueblo “borracho” (cerca del antiguo pozo de Jacob), se convirtió en un pozo espiritual de agua viva.

En un breve encuentro, Jesús convirtió la vida de esta mujer, que parecía estar maldita, en una bendición. Su montaña de vergüenza fue removida y su fe impactó a toda la región (Juan 4:39). El milagro estaba en su mentalidad. Todo cambió tan pronto como comprendió que la “montaña” no era un lugar externo, sino una posesión interna. Creo que algunos de ustedes están a punto de ver cómo sus oraciones y sus decretos convierten una maldición de larga data, en una bendición. ¡El cielo está a la ofensiva para liberar a los cautivos!

Tu fe es el convertidor catalítico que le da nueva vida a las situaciones tóxicas. Como lo hizo en Samaria, Dios ahora está entregando una nueva revelación que convierte a los creyentes cansados, en reformadores activos. Los nuevos testimonios que se están dando ahora, impactarán a las familias, las ciudades y las naciones para el Reino de Dios. Finalmente, escuché al Señor que decía: “No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad” (Hechos 18:9-10).

Sigan adorando, sigan hablando, sigan decretando que su montaña se moverá. Construye un altar de adoración al Señor en tu “Monte Ebal” (Deuteronomio 27:3; Josué 24:1). El enemigo obstaculizó tu testimonio, pero Dios está en movimiento. Dios ya hizo provisión para tu protección y tu liberación. Mateo 17:20: “… porque de cierto os digo que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”.

Las imposibilidades se están convirtiendo en avances

Ora y decreta conmigo: “¡Padre, gracias por las bendiciones que me alcanzan! (Deuteronomio 28:2). Creo que mis decretos son poderosos y eficaces contra esta montaña que el enemigo usó contra mí. Me arrepiento por las veces que dudé de Tu bondad o me desesperé por mi avance. Por fe, le digo a esta montaña de oposición: ‘¡Hazte a un lado! ¡Las imposibilidades se están convirtiendo en avances, y mis avances son mis testimonios!’”.

“Ordeno que toda resistencia sea quebrantada en el nombre de Jesús. Todas las lagunas legales que bloquean mi progreso, deben ceder ante la Palabra del Señor. El miedo obstinado y el orgullo arrogante deben caer. ¡No seré avergonzado ni humillado, porque el Señor está de mi parte! Ato a los espíritus de engaño y autoprotección, en el poderoso nombre de Jesús. Continuaré adorando a Dios en Espíritu y en verdad. Estoy de acuerdo con tus caminos. Señor: ¡convierte esta maldición en una bendición!”.

“Gracias Dios, porque la incredulidad se está convirtiendo en fe, y las imposibilidades se inclinan ante Aquel que hace todas las cosas posibles. Te pido que cambies toda mentalidad demoníaca que se oponga a Ti, incluida cualquier mentalidad impía dentro de mí, para que aquellos que fueron alejados de su destino, ahora puedan cruzar la frontera y entrar plenamente en su llamado” (Filipenses 3:12-15).

Gracias porque nunca nos dejas ni nos abandonas. ¡Oro para que cada lector sea bendecido con una gran apertura!

Deborah Perkins

(www.elijahlist.com)

 

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