Por Craig Cooney
Introducción: Mucha gente me dijo que les está resultando difícil la vida en este momento. A veces es difícil discernir lo que está pasando, pero se siente como si la vida estuviera en pausa. Te sientes atrapado en alguna área. No estás progresando ni avanzando. Sigues mostrándote fiel, haciendo lo que siempre haces, pero todo se siente triste y un poco estancado. Se esperaba que las cosas cambiaran este año, pero hasta ahora muy poco ha cambiado.
Hace unas semanas tuvimos una semana de oración y ayuno en la iglesia. El último día tuve una visión corta y la comparto a continuación como una palabra de aliento para ustedes hoy.
Oro para que experimentes la paz, la provisión y el poder de Dios, a medida que comienzas a ver un cambio.
Visión de los engranajes mecánicos
Recientemente tuve una visión de grandes engranajes mecánicos entrelazados, como los que se pueden ver en un viejo tren de vapor o en una pieza de maquinaria. Los engranajes estaban oxidados y atascados. Parecía como si no se hubieran movido en mucho tiempo. Entonces escuché un fuerte ruido. Los engranajes empezaban a rechinar juntos. Parecía que estaban cerrados. Atascados. Estáticos. Había una gran presión, una tensión o una fricción, pero muy lentamente empezaron a girar.
Al principio era muy difícil ver algún cambio significativo. El movimiento era casi imperceptible. Sin embargo, después de unos minutos comenzaron a moverse con mayor libertad y rápidamente ganaron impulso. En poco tiempo hubo una facilidad y una velocidad en sus movimientos.
Creo que esta es una imagen de la vida para muchos de ustedes. Te estuviste sintiendo atrapado durante mucho tiempo. Te costó ver algún movimiento o un impulso. Estás siguiendo los movimientos, haciendo lo que sabes hacer. Hay actividad, pero no ves avances y hay ajetreo, pero no ves progresión.
Tu energía y tu motivación para la vida, el trabajo, las relaciones y el ministerio, quedaron estancados. Incluso tu caminar con Dios se sintió insípido, rutinario y aburrido. Te costó encontrar alguna dirección o claridad. Fue inusualmente difícil escuchar la voz de Dios. Tú lo amas y en el fondo sabes que Él está contigo, pero la vida fue una lucha. Todo se sintió más difícil de lo normal. Fue así durante demasiado tiempo.
Te cansaste y te frustraste. Perdiste algo de tu pasión y tu fuego, y a veces no estás seguro de volver a recuperarlo alguna vez.
¡El cambio está a la mano!
Quiero decirles esto: “¡Es lento, pero el cambio está llegando!”. Ya comenzó. Pequeñas señales están allí ante ti, como brotes verdes que emergen a través de la tierra estéril. Sé que es difícil verlos a través de la lente de la decepción y el retraso persistentes. No quieres más falsas esperanzas. ¡Necesitas algo que cambie!
El cambio está a la vuelta de la esquina. Será casi imperceptible al principio, pero a lo largo de los meses que siguen, experimentarás gradualmente un aumento en la presencia manifiesta de Dios, las palabras proféticas, los sueños, las visiones y la dirección divina.
Las cosas comenzarán a verse diferentes. Empezarás a sentirte diferente. Habrá movimiento e impulso. Para el otoño, creo que comenzarás a caminar en un tiempo de aceleración. Las cosas cambiarán, progresarán y avanzarán muy rápidamente. Habrá una nueva sensación de libertad y alegría, esperanza y visión renovadas.
Por supuesto, habrá resistencia y guerra, pero estarás tan concentrado en lo que Dios está haciendo, que sentirás a los planes del enemigo como algo casi intrascendente.
Como un conductor de tren, escucho al Señor declarando en voz alta: “¡Todo cambia!”. Veo nuevas asignaciones, reubicaciones, reposicionamientos y realineamientos. Todo esto irá acompañado de un aumento de las interrupciones en muchos lugares. El temblor y la turbulencia se intensificarán. Habrá un rediseño de las fronteras y los límites. Pero en medio de la inquietud y la agitación, soplará un viento fresco del Espíritu sobre el pueblo de Dios.
Estamos entrando en un tiempo de refrigerio y restauración. El despertar es conmovedor. El sonido de la salvación se escuchará a través de las naciones.
¡El largo verano ha terminado! Recogerás tu
cosecha
No te desanimes ahora. Permaneciste fiel en la espera de la temporada del
desierto y serás recompensado por esa fidelidad. No te rendiste, por tanto,
cosecharás una cosecha. Mantuviste tu corazón puro y verás a Dios moviéndose. El
largo invierno está a punto de terminar. La esterilidad se está rompiendo. La
pesadez se está levantando. Las cosas están cambiando. Fue lento… pero se avecina un cambio.
Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.
Isaías 43:19: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.
Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.
Juan 20:29: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
Cantares 2:11–13: “Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven”.
Craig Cooney