lunes, 31 de marzo de 2025

“Debes ir detrás de todo lo que te prometí en esta temporada”

Por Lana Vawser

Levántate y permanece en la fe

Recientemente escuché al Señor que decía: “Debes ir detrás de todo lo que te prometí en esta temporada”.

Cuando el Señor dijo esto, escuché muy fuerte en mi espíritu las palabras “debes” y “todos”. Podía percibir a mi alrededor la tentación que muchos están sintiendo, al enfrentarse a Goliats de muchos tipos: “la tentación de huir, esconderse y rendirse”. Pero el Señor está llamando a su pueblo a levantarse y a permanecer en la fe.

Ef.6:13: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”.

Al inclinarme y escuchar el corazón del Señor, pude oír: “Pueblo mío, ‘deben’ ir por ‘todo’ lo que les prometí en esta temporada. A aquellos de ustedes que están sintiendo la presión de retirarse, retroceder y abandonar, les digo: ‘¡Manténganse firmes!’”. En este momento de transición significativa, debes mantenerte firme.

“Les digo que no se alimenten del reino natural. No se alimenten de las circunstancias y las palabras arraigadas en la lógica o en la opinión del hombre. Yo les digo en esta hora que es urgente e imperativo que se alimenten de mi Palabra. Les digo que no vencerán a los Goliat en sus vidas y en las tierras donde los he llamado en esta temporada por sus propias fuerzas, por su propia habilidad o por cualquier sabiduría natural y medios naturales. Les digo que a través de la revelación de Quién soy Yo, de mi Palabra y del poder de mi Espíritu, que verán que lo que parece ‘inamovible’, se vuelve ‘movible’ por mi Espíritu. Observa cómo los burladores caen ante el poder de la declaración de mi nombre y un ejército de mi pueblo que se mantiene en una fe osada”.

“Les digo en esta hora: Avancen en todo lo que hablé y firmes en todo lo que estoy hablando. Pueblo mío, yo los llamo a ustedes por la fe, tomen mi palabra y permanezcan firmes por la fe. Y donde el enemigo intentará convencerte para que no tengas la fe valiente a la que te estoy llamando, para creer por todo lo que te prometí, resiste al enemigo y mantente firme en la fe, para ver todo lo que te prometí en esta temporada”.

Ocupen la herencia que tengo para ustedes

“Les digo que los llamo a lo más alto. Te estoy llamando a subir más alto. Porque en esta hora, a los que me buscan con corazones puros y con humildad, les confiaré los secretos de mi corazón. Estoy buscando a aquellos que permanezcan en mi presencia y se deleiten en mí como su mayor recompensa (Génesis 15:1). Les digo que estoy aumentando la inteligencia en esta hora. Estoy aumentando la inteligencia (mi inteligencia y mi sabiduría), para que caminen en reinos más grandes de victoria que ya te pertenecen en mí, y para que comprendan y ocupen todo aquello a que los estoy llamando”.

“Les digo que los llamo a una postura de fe osada, para aprehender lo que les pertenece en mí. Porque yo no soy hombre para mentir (Núm. 23:19). Soy fiel para hacer todo lo que te prometí (Hebreos 10:23) y te llamo a levantarte y ponerte en pie. La presión de esta temporada y este tiempo de transición, está tratando de intimidar a muchos para que se retiren y retrocedan. Pero ahora es el momento de pararse y seguir adelante con fe. Les digo que el nivel de mi inteligencia y mi sabiduría que estoy entregando en esta hora, es para mejorar la postura y posicionarlos en la victoria, para verlos ocupar la herencia que tengo para ustedes”.

Mateo 11:12: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”.

“Porque les digo que hay nuevos puestos y asignaciones en esta temporada, y los estoy entrenando en el campo de batalla. Te estoy llevando más profundamente a la ‘capacitación de la obra’ en mí. Y a medida que te apoyas en mí y continúas caminando por la fe y no por vista (2 Corintios 5:7), manteniéndote firme y negándote a apartarte de lo que te hablé. Estoy edificando perseverancia dentro de ti, enseñándote y entrenándote para las cosas nuevas que tengo para ti y están por venir”.

Esta es la hora de luchar

“El enemigo está tratando de sacarte del proceso. El enemigo está intentando intimidarte para hacer que te retires, para que ya no continúes subiendo más alto en la sabiduría celestial, el discernimiento y la inteligencia que tengo para ti en esta hora. No debes sentarte y esperar a que pase la batalla; debes levantarte y permanecer en mí y en la victoria que es tuya en mí. Ahora es el momento de luchar. Esta es la hora para levantarte y luchar. Porque muchos de ustedes en esta hora se están sintiendo tentados para ser arrullados para dormir en la complacencia y esperar hasta que pase la tormenta. Pero Yo te digo que debes levantarte y estar firme. Debes levantarte y luchar”.

“En esta hora estoy exponiendo áreas del corazón donde muchos estuvieron luchando desde un lugar de incredulidad y no encontraron la fuerza para resistir, porque sus corazones estuvieron lidiando con la incredulidad. Les digo, abracen el fuego purificador sobre sus corazones en esta hora y obsérvenme continuar desarraigando la incredulidad profunda. Porque les digo que hay muchos que ni siquiera creen que luchan por la victoria en mí. Hay muchos en esta temporada que están luchando desde el lugar de la emoción y permitiendo que los guíen sus emociones. Te digo, pueblo mío, ¡tómenme en mi Palabra!”.

“Mantente firme en mi Palabra. ¿De qué estoy hablando? ¿Qué he dicho? Mi Palabra es la verdad suprema y la victoria fue comprada para ustedes en mí. Pase lo que pase, ¡quédate! Permanece en Mi Palabra. Te digo que a medida que continúes firme en mi Palabra y en lo que hablé. Donde muchos de ustedes sintieron que la confusión casi los dejó fuera de combate, serán establecidos en la claridad de mi dirección divina, de maneras que no conocieron hasta ahora”.

Es hora de entrar y salir

“¡Hay un aumento en la herencia! ¡Hay un aumento en la herencia! La intimidación está tratando de impedir que muchos de ustedes aumenten y hereden lo que tengo para darles en este momento. ¡Surgir! ¡Surgir! ¡Surgir! Mantente firme y, por la fe, avanza en pos de lo que te llamé a hacer. Dejen de permitir que la intimidación, la confusión y el miedo los persigan y los expulsen de todo lo que tengo para ustedes. Tú eres cabeza y no cola (Deuteronomio 28:13). Eres un vencedor en mí (1 Juan 5:4), y es hora de intervenir. Es hora de dar un paso al frente. Es hora de entrar y salir de la expansión que tengo para ti en esta hora. No te alejes con miedo de lo que te prometí y a lo que te estoy llamando. Debes levantarte, estar de pie y saber que yo estoy con ustedes y voy delante de ustedes”. 

“Porque hay muchos en esta hora a los que promuevo por su humildad y su pureza delante de mí, por su fidelidad y su intimidad conmigo. Los estoy llevando hacia su promoción y mayor favor por el bien de mi reino y mi gloria, mis obras en la tierra y mi voluntad cumplida. Muchos de ellos se enfrentaron a los mayores embates de sus vidas en los últimos años, que se han intensificado en los últimos meses. Les digo que el cruce comenzó. El invierno que conociste. La oscuridad de la batalla para ‘permanecer’, simplemente está llegando a su fin”.

“Ustedes van a ocupar de nuevas maneras y en nuevos territorios. Sí, hay nuevos gigantes en las nuevas tierras, pero yo les digo que hay una fuerza, una resistencia, un refrigerio, una sanidad, una claridad y una restauración que están recibiendo. No entrarás en las nuevas tierras y en los nuevos territorios que te haré ocupar y estés en un lugar donde apenas sobrevives. Observa en esta hora cómo te restauro repentinamente de manera sobrenatural, para moverte hacia todo lo nuevo que tengo para ti. ¡Ese momento es ahora!”.

Lana Vawser

(www.elijahlist.com)


“¡Las montañas se están moviendo!

 

Por Deborah Perkins

La cima de una montaña se convirtió en la cresta de una ola

Marcos 11:23: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.

Juan 4:21 y 24: “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.

Recientemente tuve un sueño que creo traerá esperanza para muchos que estuvieron orando para que sucedan cosas imposibles. En el sueño, yo estaba en casa estudiando Juan 4 en profundidad. Entonces, casi al instante, me llevaron a la cima de una montaña en Suiza. Para mí, Suiza representa tanto un territorio neutral como un lugar de exquisita belleza, esperanza y promesa. El Señor me ministró una gracia profunda en la cima de una montaña suiza hace treinta y ocho años.

En el sueño, era primavera o verano. La montaña era verde y rocosa, y mucha gente estaba conmigo en la cumbre bajo el sol de la tarde. Repentinamente, toda la montaña comenzó a moverse. Al leer Marcos 11 a lo largo de los años, a menudo imaginaba montañas que eran elevadas y arrojadas al mar, ¡pero nunca antes me había imaginado que sucediera así! El pico de la montaña se convirtió en la cresta de una ola. El suelo justo debajo de la cumbre comenzó a ser empujado hacia adentro, a medida que la ola se formaba con la forma de un barril. ¡La tierra se dobló y la montaña se dobló con una flexibilidad que parecía naturalmente imposible!

Entonces una gran roca cayó desde la cima, como si estuviera comenzando una avalancha. En respuesta, bajé unos escalones a la derecha para refugiarme bajo un gran afloramiento rocoso. Cuando llegué a este lugar protegido, vi una puerta blanca que conectaba con una montaña adyacente. Esta puerta era un “punto de entrada” a Suiza, un paso fronterizo. Había mucha gente al otro lado de la puerta tratando de entrar. Por una cuestión de vida o muerte, se consideraba más seguro estar en la montaña suiza donde me encontraba, que en su pico gemelo.

Permiso concedido

Una joven madre entre la multitud me suplicó que dejara entrar a su familia, pero no tenía documentación. La llevé a un lado para explicarle que la entrada ilegal no era posible. Había parámetros legales para el proceso de inmigración y ella simplemente no cumplía con los requisitos. Por supuesto, estaba molesta por esto. En ese momento, sin embargo, la madre recibió una llamada telefónica. Le pasaron un viejo auricular telefónico negro, por encima de la multitud.

Al atender su llamado, fui transportada en el Espíritu para ver a la persona que estaba al otro lado. Era un anciano alto, amable y canoso que se encontraba en medio de un pueblo cercano de Suiza. Parecía que tenía las credenciales, la autoridad y la buena voluntad para admitir a cualquiera que quisiera como su amigo. Sonriéndome, el hombre le dio permiso a la mujer y a su familia para entrar y readmitirme también (yo había cruzado la frontera para hablar con la mujer). Aquí terminó el sueño.

¡Las montañas se mueven!

Cuando desperté, escuché al Señor que decía: “¡Las montañas se están moviendo y se concedió el permiso para que entres en tu tierra prometida!”. Entonces el Señor me instó a compartir esta palabra, diciendo que hay algunos de ustedes que se enfrentaron a una montaña de imposibilidad que no mostró ninguna señal de movimiento. Hiciste tu parte, le dijiste a la montaña que se mueva, pero se quedó obstinadamente quieta. Tus decretos se sintieron ineficaces y tu fe se ha visto afectada. Sin embargo, todo puede cambiar en un día.

Te profetizo que la misma montaña en la que te sentiste “atrapado” todos estos años, se convertirá en la misma ola que te acelerará hacia tu tierra prometida. ¡El Señor está quitando toda maldición de manera repentina e inesperada, trayéndote a la tierra de tu bendición! Hubo un tiempo divino para tu liberación y no se demorará.

Veo que los obstáculos legales se están eliminando para algunos de ustedes, a medida que una autoridad superior activa su llamado liberando favor. Veo a familias enteras a quienes se les concede acceso a sus promesas, donde los “guardias fronterizos demoníacos” las dejaron fuera. Veo el gozo del Señor siendo liberado con un favor y una bendición tan injustificados que no solo te impactará a ti, sino también a los que te rodean. ¡Veo venir una libertad que abarca más de lo que soñaste que era posible!

Claridad, fuerza y avance

Sin embargo, también percibo una advertencia: “¡El cambio que buscas puede no venir de la forma como lo esperas o de la manera como lo deseas!”. En una parte anterior del sueño, mientras miraba desde la cumbre una hermosa vista de las otras montañas, noté senderos anchos y pavimentados en otra cumbre, a kilómetros de distancia. Anhelaba caminar allí, pero no había tiempo suficiente para llegar antes del atardecer. Como todos nosotros, si hubiera tenido la oportunidad, habría elegido el camino más fácil. Sin embargo, en el sueño fue la montaña más desafiante la que trajo un mayor avance. Curiosamente, se cree que una de las raíces de donde surge el nombre Suiza, se deriva de un antiguo nombre germánico que significa “fuerza” o una palabra celta para “despeje o limpieza”.

Profetizo que tendrás “claridad en la incertidumbre y fuerza y avance en sus cambios súbitos”. No tienes que temer. Sabrás qué hacer y dónde estar en el momento adecuado. Tu obediencia a lo que el Espíritu de Dios te dice, también resultará en libertad para los demás.

Juan 4: Un cambio de mentalidad

En Juan 4 (el texto clave resaltado en el sueño), Jesús “tuvo que viajar a través de Samaria” (v.4) para encontrarse con la mujer en el pozo. Tenía una cita predeterminada con el destino en territorio enemigo. A la ofensiva, Jesús desbloqueó un avance personal y regional utilizando las armas del ayuno, la oración, las palabras proféticas de conocimiento, la compasión y los decretos bíblicos, para alcanzar a una mujer que, según todos los informes, estaba fuera de toda posibilidad de ser alcanzada por la bendición del Padre.

Ella era un “remanente cautivo”, descendiente de los israelitas infieles que se habían casado con extranjeros después de que Asiria invadiera Israel en el año 722 A.C. Era despreciada y considerada impura por los judíos. Su pueblo no había establecido el culto religioso en Jerusalén, sino en el monte Gerizim, la montaña de las bendiciones a la que se hace referencia en Deuteronomio 11.

Vivía en Sicar (de la raíz hebrea de la palabra shekar, que significa “bebida fuerte” [Strong's H7941] y denota embriaguez). Estaba ubicada en la ladera oriental del monte Ebal “el monte de la maldición” (Deuteronomio 11:29) o en la ciudad de Siquem, en “el valle entre las montañas de la bendición y la maldición”. En el momento de la visitación y el avance, este pueblo “borracho” (cerca del antiguo pozo de Jacob), se convirtió en un pozo espiritual de agua viva.

En un breve encuentro, Jesús convirtió la vida de esta mujer, que parecía estar maldita, en una bendición. Su montaña de vergüenza fue removida y su fe impactó a toda la región (Juan 4:39). El milagro estaba en su mentalidad. Todo cambió tan pronto como comprendió que la “montaña” no era un lugar externo, sino una posesión interna. Creo que algunos de ustedes están a punto de ver cómo sus oraciones y sus decretos convierten una maldición de larga data, en una bendición. ¡El cielo está a la ofensiva para liberar a los cautivos!

Tu fe es el convertidor catalítico que le da nueva vida a las situaciones tóxicas. Como lo hizo en Samaria, Dios ahora está entregando una nueva revelación que convierte a los creyentes cansados, en reformadores activos. Los nuevos testimonios que se están dando ahora, impactarán a las familias, las ciudades y las naciones para el Reino de Dios. Finalmente, escuché al Señor que decía: “No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad” (Hechos 18:9-10).

Sigan adorando, sigan hablando, sigan decretando que su montaña se moverá. Construye un altar de adoración al Señor en tu “Monte Ebal” (Deuteronomio 27:3; Josué 24:1). El enemigo obstaculizó tu testimonio, pero Dios está en movimiento. Dios ya hizo provisión para tu protección y tu liberación. Mateo 17:20: “… porque de cierto os digo que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”.

Las imposibilidades se están convirtiendo en avances

Ora y decreta conmigo: “¡Padre, gracias por las bendiciones que me alcanzan! (Deuteronomio 28:2). Creo que mis decretos son poderosos y eficaces contra esta montaña que el enemigo usó contra mí. Me arrepiento por las veces que dudé de Tu bondad o me desesperé por mi avance. Por fe, le digo a esta montaña de oposición: ‘¡Hazte a un lado! ¡Las imposibilidades se están convirtiendo en avances, y mis avances son mis testimonios!’”.

“Ordeno que toda resistencia sea quebrantada en el nombre de Jesús. Todas las lagunas legales que bloquean mi progreso, deben ceder ante la Palabra del Señor. El miedo obstinado y el orgullo arrogante deben caer. ¡No seré avergonzado ni humillado, porque el Señor está de mi parte! Ato a los espíritus de engaño y autoprotección, en el poderoso nombre de Jesús. Continuaré adorando a Dios en Espíritu y en verdad. Estoy de acuerdo con tus caminos. Señor: ¡convierte esta maldición en una bendición!”.

“Gracias Dios, porque la incredulidad se está convirtiendo en fe, y las imposibilidades se inclinan ante Aquel que hace todas las cosas posibles. Te pido que cambies toda mentalidad demoníaca que se oponga a Ti, incluida cualquier mentalidad impía dentro de mí, para que aquellos que fueron alejados de su destino, ahora puedan cruzar la frontera y entrar plenamente en su llamado” (Filipenses 3:12-15).

Gracias porque nunca nos dejas ni nos abandonas. ¡Oro para que cada lector sea bendecido con una gran apertura!

Deborah Perkins

(www.elijahlist.com)

 

sábado, 8 de marzo de 2025

“¡Es lento, pero el cambio está llegando!”

 

Por Craig Cooney

Introducción: Mucha gente me dijo que les está resultando difícil la vida en este momento. A veces es difícil discernir lo que está pasando, pero se siente como si la vida estuviera en pausa. Te sientes atrapado en alguna área. No estás progresando ni avanzando. Sigues mostrándote fiel, haciendo lo que siempre haces, pero todo se siente triste y un poco estancado. Se esperaba que las cosas cambiaran este año, pero hasta ahora muy poco ha cambiado.

Hace unas semanas tuvimos una semana de oración y ayuno en la iglesia. El último día tuve una visión corta y la comparto a continuación como una palabra de aliento para ustedes hoy.

Oro para que experimentes la paz, la provisión y el poder de Dios, a medida que comienzas a ver un cambio.

Visión de los engranajes mecánicos

Recientemente tuve una visión de grandes engranajes mecánicos entrelazados, como los que se pueden ver en un viejo tren de vapor o en una pieza de maquinaria. Los engranajes estaban oxidados y atascados. Parecía como si no se hubieran movido en mucho tiempo. Entonces escuché un fuerte ruido. Los engranajes empezaban a rechinar juntos. Parecía que estaban cerrados. Atascados. Estáticos. Había una gran presión, una tensión o una fricción, pero muy lentamente empezaron a girar.

Al principio era muy difícil ver algún cambio significativo. El movimiento era casi imperceptible. Sin embargo, después de unos minutos comenzaron a moverse con mayor libertad y rápidamente ganaron impulso. En poco tiempo hubo una facilidad y una velocidad en sus movimientos.

Creo que esta es una imagen de la vida para muchos de ustedes. Te estuviste sintiendo atrapado durante mucho tiempo. Te costó ver algún movimiento o un impulso. Estás siguiendo los movimientos, haciendo lo que sabes hacer. Hay actividad, pero no ves avances y hay ajetreo, pero no ves progresión.

Tu energía y tu motivación para la vida, el trabajo, las relaciones y el ministerio, quedaron estancados. Incluso tu caminar con Dios se sintió insípido, rutinario y aburrido. Te costó encontrar alguna dirección o claridad. Fue inusualmente difícil escuchar la voz de Dios. Tú lo amas y en el fondo sabes que Él está contigo, pero la vida fue una lucha. Todo se sintió más difícil de lo normal. Fue así durante demasiado tiempo.

Te cansaste y te frustraste. Perdiste algo de tu pasión y tu fuego, y a veces no estás seguro de volver a recuperarlo alguna vez.

¡El cambio está a la mano!

Quiero decirles esto: “¡Es lento, pero el cambio está llegando!”. Ya comenzó. Pequeñas señales están allí ante ti, como brotes verdes que emergen a través de la tierra estéril. Sé que es difícil verlos a través de la lente de la decepción y el retraso persistentes. No quieres más falsas esperanzas. ¡Necesitas algo que cambie!

El cambio está a la vuelta de la esquina. Será casi imperceptible al principio, pero a lo largo de los meses que siguen, experimentarás gradualmente un aumento en la presencia manifiesta de Dios, las palabras proféticas, los sueños, las visiones y la dirección divina.

Las cosas comenzarán a verse diferentes. Empezarás a sentirte diferente. Habrá movimiento e impulso. Para el otoño, creo que comenzarás a caminar en un tiempo de aceleración. Las cosas cambiarán, progresarán y avanzarán muy rápidamente. Habrá una nueva sensación de libertad y alegría, esperanza y visión renovadas.

Por supuesto, habrá resistencia y guerra, pero estarás tan concentrado en lo que Dios está haciendo, que sentirás a los planes del enemigo como algo casi intrascendente.

Como un conductor de tren, escucho al Señor declarando en voz alta: “¡Todo cambia!”. Veo nuevas asignaciones, reubicaciones, reposicionamientos y realineamientos. Todo esto irá acompañado de un aumento de las interrupciones en muchos lugares. El temblor y la turbulencia se intensificarán. Habrá un rediseño de las fronteras y los límites. Pero en medio de la inquietud y la agitación, soplará un viento fresco del Espíritu sobre el pueblo de Dios.

Estamos entrando en un tiempo de refrigerio y restauración. El despertar es conmovedor. El sonido de la salvación se escuchará a través de las naciones.

¡El largo verano ha terminado! Recogerás tu cosecha

No te desanimes ahora. Permaneciste fiel en la espera de la temporada del desierto y serás recompensado por esa fidelidad. No te rendiste, por tanto, cosecharás una cosecha. Mantuviste tu corazón puro y verás a Dios moviéndose. El largo invierno está a punto de terminar. La esterilidad se está rompiendo. La pesadez se está levantando. Las cosas están cambiando. Fue lento… pero se avecina un cambio.

Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.

Isaías 43:19: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.

Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

Juan 20:29: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.

Cantares 2:11–13: “Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven”.

Craig Cooney

(www.elijahlist.com)

 

 

“Movidos por el susurro y no por el viento”

 

Por Sara Whitten

Izar las velas

“Este es un tiempo para derribar y edificar”. El Señor me conmovió con esas palabras. Estuve indagando en esa declaración, cuando fui atrapada por una imagen.

Al instante vi la imagen de una vela desplegada y azotada por un viento tempestuoso. La embarcación a la que estaba atada era impulsada impotente por la tormenta. Luego doblaron la vela y la arriaron, y aunque la tormenta todavía arreciaba, su poder para mover el barco disminuyó de manera considerable.

En la Concordancia Strong, “hacer bajar algo”, es la palabra griega “kataferó” (G2702): “En el mundo grecorromano, el concepto de hacer bajar algo, podía asociarse tanto con acciones físicas, como arriar una vela o derribar a un enemigo, como con acciones metafóricas, como superar una discusión o derrotar a un rival”.

Comencé a leer sobre navegar por las tormentas en la naturaleza, porque Dios a menudo nos muestra parábolas a nuestro alrededor a través de su mundo creado.

En la navegación, cuando parece que comienza una tormenta, lo primero que hay que hacer es “rizar” (arriar) las velas. Este es un término utilizado para describir el proceso de plegar o enrollar una vela, para que su área de superficie se reduzca considerablemente, conservando la vela y minimizando la influencia de la fuerza del viento de la tormenta sobre el barco. Esto lo protege contra ráfagas inesperadas o cambios de viento que podrían volcar la embarcación.

Los ataques del enemigo a menudo se sienten como tormentas. Son ruidosos, desorientadores y están llenos de amenazas para robar, matar y destruir. Estamos tan ocupados tratando de mirar la tormenta, que a veces nos olvidamos de mirar el barco: “¡nosotros!”. ¿Seguimos a toda vela? ¿Estamos siendo arrastrados por todo lo que el enemigo está trayendo contra nosotros?

“Izar” es regular el tamaño o la longitud de algo. Cuando “izamos nuestras velas” espiritualmente, regulamos el tamaño y la duración de la influencia que el enemigo tiene sobre nuestra respuesta. Quizá la tormenta todavía esté sucediendo a nuestro alrededor, pero nos conmueve menos. Podemos tomar lo que el enemigo esperaba que nos volcara y vencer.

Déjate mover por el susurro y no por el viento

A medida que disminuye nuestro enfoque en la tormenta, hacemos un cambio importante: nos conmueve el susurro y no el viento. Esto me recuerda a Elías, a quien encontramos escondido en una cueva en 1 Reyes 19. Fuera de la cueva se oía todo tipo de clamores amenazantes.

1 Reyes 19:11-13: “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?”.

Elías, que conocía la voz del Señor, sabía que no se movía por el viento poderoso. Esperó. Fue conmovido por el “suave susurro”. La palabra para susurro es “qol” y puede significar “sonido” o “voz” (G6963, Strong). Es la misma palabra que se encuentra en Génesis 3:8: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”.

Estos sonidos del Señor en el huerto llegaron después de una tormenta metafórica, diferente a la del enemigo que llevó a la humanidad a la caída. En este caso, fueron movidos por la tormenta en lugar del sonido (o el susurro) del Señor.

Pedro se enfrentó a una escena similar. Él y los discípulos estaban en medio de una tormenta que, sin duda, era ruidosa y caótica. Mateo 14:24 dice que el viento levantaba olas que los golpeaban. Pero en medio del viento, se oyó un sonido. Al pasar, Jesús dijo: “¡Ánimo! Soy yo. No teman” (v.27). Pedro, al salir de la barca, tenía la opción de ser abrumado por el viento de la tormenta o ser conmovido por el “ven” de Jesús.

Es más seguro en las profundidades

Nunca es fácil salir a una tormenta. La verdad que se ilustra poderosamente en esta historia es que, en medio de la tormenta, es más seguro ir hacia lo profundo con el Señor, que correr hacia las aguas poco profundas. En mi investigación sobre la navegación, me encontré con un consejo interesante de North Sails: “Si bien correr para cubrirse parece la opción preferida, el peligro radica en quedar atrapado en la tormenta cerca de la costa, sin el espacio para maniobrar o huir” (North Sails, “Cómo navegar con seguridad a través de una tormenta”).

Al enemigo le encantaría que abortáramos nuestra misión, que tiráramos la toalla y corriéramos hacia la tierra, porque las aguas se volvieron demasiado tempestuosas. La verdad es que tenemos más (¡no menos!) posibilidades de naufragar en las costas de una fe mediocre. Estamos más seguros en las profundidades. Cuando dejamos de ser arrastrados como respuesta al caos amenazante del enemigo, podemos movernos en respuesta al susurro mucho más suave del Señor.

No dejes que las tormentas de esta estación te hagan buscar aguas poco profundas. Mantén el rumbo y espera el susurro.

Preguntas de encuentro:

Señor, ¿cuáles son las mentiras “fanfarronas” del enemigo que estoy permitiendo que llenen mis velas y me conmuevan?

Espíritu Santo, ¿qué verdad quieres decirme a través de estas mentiras?

Señor, ¿podrías mostrarme cómo estoy siendo tentado para ir hacia las aguas poco profundas?

Jesús, ¿cómo es profundizar contigo?

¿Qué susurro me estás hablando a través de la tormenta?

Sara Whitten

(www.elijahlist.com)