Por Munday Martin
En medio de la turbulencia, habrá una fe impulsada por el amor que consumirá a los amantes de Jesús en esta hora. Los avivamientos del pasado siempre estuvieron marcados antes por hombres y mujeres que consideraron crucificar sus reputaciones con el Señor y resucitaron con un amor profundo por sus generaciones.
“¡Se detuvo la turbulencia!”
Recientemente estaba en un vuelo entre Gales y Estados Unidos. Durante el vuelo comenzamos a experimentar una turbulencia espantosa. La gente se asustó. Las bebidas de todos se sacudían, la gente miraba para todas partes preocupada y el piloto decía por el intercomunicador con un tono de alarma: “Todos se deben sentar ahora mismo y ajustarse sus cinturones”. Las azafatas corrieron los carritos hacia el fondo del avión para asegurarlos.
Estaba inmerso en la gloria de Dios oyendo adoración en mi Ipod, cuando me llenó una fe alimentada por el amor. Miré a mi amigo Charles Shamp, quien se despertó por la turbulencia y le dije: “Estamos entrando en el Shalom de Dios”. En una especie de certeza embriagante, mientras el avión se sacudía con violencia. ¡Se rió! Todo ocurrió ante los 300 pasajeros que me oían gritar: “¡Se detuvo la turbulencia! Gracias”.
Al principio la gente me miraba como si estuviera loco, pero luego un silencio asombroso llenó el avión como si el viento se hubiera detenido y no hubo turbulencia durante el resto de las horas que duró el vuelo. Le di la gloria a Dios en ese vuelo mientras la gente podía oírme testificar sobre el poder de Jesús para detener los vientos luego que descendimos.
El Señor puso en mi corazón que los amantes de Jesús consumidos por la presencia de Dios dictarán los tiempos y las circunstancias en las que vivimos hoy. Los mismos “tiempos de temor” que atan a las naciones a vivir la vida típica, tendrán que inclinarse a los vientos impulsados por el amor que vienen sobre el pueblo de Dios en este tiempo. Sólo la religión vana se puede interponer en el camino de la gente completamente rendida a los vientos de cambio.
La fe impulsada por el amor
Con frecuencia aún en los ministerios e iglesias de poder, los hombres se esconden detrás de las tradiciones y el espíritu de religiosidad, edificando imperios sobre sí mismos, sin la ayuda del Espíritu Santo. En consecuencia, fuera de esas paredes hay almas agonizantes que son arrastradas hacia lo sobrenatural por los medios de comunicación y la música, las drogas y el alcoholismo, como si no hubiera una percepción en sus mentes de una “fuerza de amor” soplando en estos imperios que pueden ser su mayor adicción. Muchos no establecieron a Cristo como el centro de sus vidas en medio de esta sociedad post-moderna. Afortunadamente, estamos en una guerra de amor y aquellos que elijan someterse por completo al Espíritu Santo, combinado con carácter e integridad, revertirán estas mareas y traerán cambios para la sociedad, la cultura de las drogas, los medios de comunicación y mucho más.
El Espíritu de Dios vendrá y cubrirá a la Iglesia en el limbo entre la política y la rendición absoluta a la paz triunfante y el gozo desconocido de Dios en su fuego de amor consumidor que tratará con el espíritu de religión. Debemos comenzar a comprender que a menudo Dios no se moverá por nuestra teología, sino a pesar de ella. De hecho, muchos de los santos de la Iglesia temprana, aún antes de tener acceso a la doctrina de los apóstoles, fueron conocidos por haber sido consumidos en el libro de Cantares. Fue como si su Biblia se revelara en ellos como un libro enteramente profético sobre el amor íntimo del Novio por su Novia.
Muchos de estos santos de la Iglesia temprana caminaron en tal poder sobrenatural que transformaron al mundo, mientras al mismo tiempo eran salvajemente perseguidos. ¿Se está sintiendo perseguido? Viene un tiempo donde se manifestará el favor de Dios sobre su Iglesia mientras se levanta una fe impulsada por el amor. Cada semilla que plantó en los últimos diez años está a punto de ser cosechada en la cosecha de gloria de esta década, junto con un mover de la justicia de Dios que nos sorprenderá a todos. Pero para encontrar la justicia de Dios, en primer lugar debemos desarrollar la fe que se niega a bajar los brazos. ¡Se está levantando una Iglesia que cree fundada en la Palabra!
Amantes en la Casa de Dios
Jesús cerró la parábola del juez injusto en Lucas 18:8 diciendo: “Les digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”. Dios no se moverá en estos días en las ciudades por sus buenas obras, sino a pesar de ellas. ¿Por qué? Se está levantando la fe en el Cuerpo. Los amantes que transformarán la sociedad están bebiendo el vino de Dios en su casa. Cantares 2:4 dice: “Me llevó a la sala del banquete, y sobre mí enarboló su bandera de amor”.
Efesios 3:14-19 dice: “Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”.
El cristianismo está por explotar de los libros de texto. Ya no será más una teoría o una ideología, tampoco un club moralista del humanismo. Jesús está regresando por los amantes. Es tiempo para “permitirle besarnos con el beso de su boca”. Padre, gracias por permitir que se levante una explosión contagiosa de amor sobrenatural en el Cuerpo de Cristo que no será predicada, dirigida, asistida o preparada por ningún esfuerzo ministerial.
Cuando la gloria de Dios se muestra, el esfuerzo de los hombres producirá un avivamiento que anunciará la Gloria de Dios que traerá la restauración de todas las cosas antes del retorno triunfante de Cristo. La nube está descendiendo sobre la casa de Dios. Ahora vendrá el tiempo para que los santos manifiesten a Jesús. Muchos ya piensan que estamos locos, por eso debemos permitirle a Él que se manifieste a todas las culturas en amor. Venceremos en esta hora si abrazamos lo que dice Jesús: “Si me persiguieron a Mí, los perseguirán a ustedes”.
Además recuerde que la santidad no es un grupo de amigos que se enorgullecen de ser santos como los antiguos fariseos, sino un simple Cuerpo de creyentes que celebran la obra consumada de Cristo en la Cruz del Calvario. Manifestarán lo que creen y llenarán la tierra con la gloria de Dios a través de la fe impulsada por el amor.
Juan 7:38 dice: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva”. No espere que los cielos desciendan sobre su Iglesia o su ciudad, permita que salgan desde su interior. Sí, Señor. ¡Amén!
Munday Martin
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