martes, 12 de abril de 2011

“Este es el tiempo para dar a luz lo que Dios depositó dentro de ti”

Por Tiffany Ann Lewis

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Lucas 1:28-42b: “El ángel se acercó a ella y le dijo: ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo… y bendito el hijo que darás a luz…”.

Se la conoce por varios nombres como virgen María, santa María, madre María, María, la madre de Jesús, etc. En verdad, María, Miriam en hebreo, era sólo un ama de casa judía promedio que le dijo sí al llamado que Dios tenía para su vida. Literalmente, permitió que la voluntad de Dios se manifestara en su vida. ¿Eso es todo? ¿Esa es toda la historia o quizá hay más que el Señor nos quiere hablar hoy en este pasaje?

2 Timoteo 3:16-17 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra”. Por tanto, aunque las Escrituras revelan el significado histórico del nacimiento de Cristo a través de María, ¿podría tener algún significado espiritual que podamos aplicar a nuestra vida? Veamos qué nos revela la Biblia en este tiempo. Creo que todos tenemos el llamado a llevar el fruto del Señor en nuestro vientre espiritual.

Eres altamente favorecido y aceptado: ¡sólo debes decir sí!

Su nombre significa “rebelión” aunque ella no se rebeló contra el Espíritu Santo. En lugar de ello, se sometió al llamado especial que el Señor eligió para ella. Al decirle sí a Dios, jugó un papel muy valioso en la reconciliación del hombre con el Padre, luego de la rebelión en el Edén. Qué juego de palabras divertido. 2 Corintios 5:18 nos dice que recibimos el ministerio de la reconciliación. Por tanto, así como María, cuando le decimos sí a todo lo que Dios nos pide que hagamos, también debemos jugar un papel muy valioso en la reconciliación del hombre con Él.

“… ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo…” (Lucas 1:28). A través de este pasaje surgen varios pensamientos desde la mente humana. Esos pensamientos pueden tender a idolatrar a María y apartarla de ser una sierva promedio. Esta mentalidad corre por todo el Cuerpo de Cristo hoy y tiende a sobre espiritualizar a los individuos, enfocándonos en la persona y no en el poder de Dios.

Volviendo a nuestro pasaje, la frase particular “altamente favorecida” (Strong NT: 5487) sólo se usa vez más en el Nuevo Testamento... en Efesios 1:6. Aquí se traduce como ser aceptado (Strong NT: 5487): “Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado” (Efesios 1:3-6).

Como escribí, el Espíritu Santo me está mostrando que hay muchos que leen este artículo que no sienten el amor y la aceptación del Padre celestial. ¿Eres uno de ellos? ¿Es tan difícil para ti creer que eres aceptado en Cristo? Quizá tu pasado está hablando y te recuerda lo que hiciste o quizá aún las obras del día te hacen sentir que no mereces su amor y aceptación. Si es así, por favor vuelve a leer Efesios 1:3-6 y permite que la Verdad de la Palabra de Dios hable sobre tu pasado, presente y futuro. Fuimos aceptados en el Amado y sólo su Sangre, no lo que hicimos o declaramos, nos limpia y perdona nuestros pecados hoy, mañana y por siempre.

“Señor, oro para que tu Palabra los limpie hoy y establezca en ellos tu Verdad, para que conozcan que son aceptados en el Amado. En el Nombre de Jesús, Amén”.

Todo es por gracia

El significado central de “altamente favorecido” y “ser aceptado” es la palabra griega para gracia, charis (Strong NT: 5485). Gracia significa favor inmerecido y bendiciones inesperadas que es un don gratuito de nuestro buen Dios. La entrega de una manera gratuita… no tenemos que ganarla.

Amigos, todos fuimos aceptados en el Amado. Por tanto, somos altamente favorecidos y fuimos elegidos para dar a luz lo que Dios estableció dentro de nosotros. Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. Somos una obra de Dios, creada para hacer algo, para dar a luz las obras que depositó dentro de nosotros para un mundo perdido y agonizante. No para ser aceptados por Dios, sino porque fuimos aceptados.

Es interesante notar que en Hechos 4:33, gracia/charis tenía el poder para completar la misión que Jesús les entregó a los apóstoles para ser sus testigos hasta el fin del mundo. “Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos…”. Esta misma gracia es nuestra hoy. Fuimos elegidos y creados con un propósito y recibimos la gracia para terminar la obra a través de Jesucristo.

Amado, espiritualmente hablando, ¡está embarazado!

“¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz!” (Lucas 1:42). Bendito era el fruto del vientre de María y bendito es nuestro fruto. Fuimos creados para manifestar a Jesús en este mundo, así como María lo hizo primero en el plano natural, nosotros lo haremos en el sobrenatural. En las Escrituras, el vientre a menudo se refiere a un lugar dentro de la mujer donde se origina y se desarrolla el niño. Ese es el caso cuando hablamos de María concibiendo del Espíritu Santo para dar a luz al Hijo de Dios, el Mesías. Sin embargo, esta palabra tiene un contenido más profundo.

En griego, la palabra usada para vientre es koilia (Strong NT: 2836). Esta palabra se usa para hablar del vientre, donde un niño es concebido y alimentado. Sin embargo, la misma palabra también se usa para hablar del lugar más profundo del hombre: el corazón, el alma y el asiento de nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad. Juan 7:38 dice: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva”.

Amado, espiritualmente hablando, estás embarazado. El agua de vida brotará de tu vientre espiritual, tu corazón, para traerte refrigerio espiritual. Este es el fruto que Dios estableció dentro de ti y te predestinó para manifestar. Dios te entregó el potencial para dar fruto abundante para que tu Padre celestial sea glorificado.

Jesús le dijo a Pedro: “Alimenta Mis ovejas”. Quizá alimentes a los hijos de Dios con una canción que llegará a ser disco de platino y se mantenga entre los 40 primeros puestos varias semanas, alcanzando muchas almas por medio de la música. Quizá sea un mensaje como los de Billy Graham, trayendo multitudes a Jesucristo a través de palabras y verdades poderosas. Quizá la manera de alimentarlos sería un abrazo para alguien herido, revelando el amor del Padre. Quizá sea una palabra de aliento para un compañero de trabajo que lo fortalezca para volver a creer, etc. Todo esto revelará la piedad del Rey hacia otros. Sin importar de qué se trate, al hacerlo en el Nombre de Jesús, estás dando a luz al Mesías desde tu vientre espiritual para un mundo en gran necesidad… un mundo que necesita venir a la salvación.

Hagamos estas declaraciones sobre nosotros mismos:

Espero que el que comenzó la buena obra en mí la completará.

Espero que suceda lo que dijo Dios.

Espero que broten de mí los ríos de agua viva.

Espero que ser un testigo hasta el fin del mundo.

Y el pueblo de Dios dice: ¡Amén!

El poder del Espíritu Santo

¿Cómo es posible esto? Por medio del poder del Espíritu Santo. “¿Cómo podrá suceder esto, le preguntó María al ángel, puesto que soy virgen? El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra…” (Lucas 1:34-35a). Dios depositó algo dentro de cada uno de nosotros cuando recibimos al Espíritu Santo en el nuevo nacimiento.

Jesús les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén que descendiera el Espíritu Santo sobre cada uno de ellos y les diera poder. “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8). La palabra griega que se usa aquí para poder es la misma que se usó para describir el poder que vino sobre María y la cubrió. Esa palabra es dunamis (Strong NT: 1411). Es la fortaleza, habilidad y poder de Dios que reside en nosotros como resultado del Espíritu Santo sobre nuestra vida. Recuerde, Gabriel le dijo a María que el Espíritu Santo vendría sobre ella. En ambos versos, venir y sobre son las mismas palabras en griego. La palabra para venir es Strong NT: 1904 y sobre es Strong NT: 1909.

Tienes un propósito, fuiste escogido para llevar a Cristo hacia otros y darles esperanza. “A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27).

Piensa en esto por un momento, Cristo en ti, la esperanza de gloria. Es interesante notar que el equivalente hebreo de la palabra “en” ti en este pasaje es la letra hebrea beit. La letra beit se puede usar como un prefijo que significa en y como. Dios es con nosotros y a través de nosotros en el poder del Espíritu Santo. Es interesante que beit es el pictograma de una casa. Aquí puedes ver la conexión: habitas en una casa. Entonces, podríamos llamar al vientre como la casa del feto. Qué gran misterio… ¡Cristo en nosotros, la esperanza de gloria!

Nuestra vida en Cristo es nuestro ministerio de reconciliación

Este es un tiempo para dar a luz lo que Dios estableció dentro de nosotros. Amado, Jesús hizo un hogar en nosotros por medio del poder del Espíritu Santo. Tiene planes y propósitos que creó para nosotros y debemos manifestarlos. Nos escogió para llevarlo y entregarlo en un mundo perdido y agonizante. Somos su creación y las buenas obras que Dios creó para que camináramos en ellas, es ser los hombres y mujeres que Él creó. Tu vida en Cristo es tu ministerio de reconciliación, dondequiera que vayas o lo que hagas, viviendo tu vida como la persona única que Dios creó para llevar mucho fruto para la gloria del Padre.

Alégrate por ser muy favorecido, el Señor está contigo. Bendito eres y bendito el fruto de tu vientre espiritual. Amén y amén.

Tiffany Ann Lewis

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