Por John Belt
En estos meses siguientes muchos estarán atravesando una transición para poder sostener una visión fresca. Debemos comenzar a vernos a nosotros mismos en el rol que desempeñaremos dentro de un año, una década y más. Mientras nos vemos a nosotros mismos en el lugar donde Dios nos estableció, necesitamos comprender el precio que pagaremos y el estilo de vida que viviremos en esos días. Mientras comenzamos a vivir de esta manera ahora, esto nos llevará hacia el lugar que Dios determinó para nosotros.
Otro nivel de transición
Habacuc 3:19 dice: “El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Al director musical. Sobre instrumentos de cuerda”. Estamos en un tiempo de transición donde habrá una visión fresca. Dios está llevando las cosas hacia otro nivel mientras perseveramos avanzando hacia un nuevo lugar en Él. Las transiciones son saludables y buenas para nosotros. Mientras nos estiramos hacia un nuevo lugar, experimentaremos un gozo fresco en ese nuevo nivel.
Es importante que abramos nuestros corazones a la visión fresca del Señor. Es demasiado fácil ir por la vida sin una dirección definida. Si permitimos que esto suceda, nos sentiremos como si estuviéramos apurados por llegar rápido a ninguna parte. Una vida sin visión está destinada a carecer de propósito. Debemos tener una visión para tener propósito. Nuestra visión principal es el Señor.
El Señor está completo en sí mismo. Cuando nos encontramos comprometidos con Él, habitando en Él, también debemos despertarnos a los deseos de su corazón. En su presencia Él derrama visión y propósito con una nueva esperanza que llena nuestras vidas. Debemos hacer que el lugar secreto con el Señor sea nuestro favorito y desde allí descubrir una nueva visión y esperanza.
Pasos prácticos
Mateo 14:28-29 dice: “Señor, si eres tú, respondió Pedro, mándame que vaya a ti sobre el agua. Ven, dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús”.
Existe demasiado ruido en el mundo. La ansiedad y las preocupaciones de esta vida se suman al enfoque en las cosas que hacen ruido y chocan con la fructificación de su Palabra en nosotros. La ansiedad mata el gozo y sofoca la vida de Dios. Estamos llamados a vivir la vida en el presente y no en el futuro. El futuro sólo está a un segundo de distancia. El presente es ahora. No sólo necesitamos visión para ver los planes que Dios tiene para nosotros en el futuro, sino la habilidad para comenzar a vivir la visión desde ahora mismo. Decrete y profetice su futuro, este es el primer paso para vivir ahora mismo.
Desatamos la vida de Dios y sus planes con nuestra propia lengua. El próximo paso es ponerle piernas prácticas a lo que hablamos. Debemos comenzar a movernos hacia este nuevo paso. Muchos profetizan y reciben profecías por años pero nunca activan estas cosas porque no conocen la mejor manera de dar pasos prácticos de fe. Necesitamos rendirnos al Espíritu Santo y hablar una palabra de vida sobre nosotros mismos para luego dar pasos de fe en lo natural.
Muchos esperan la manifestación natural de sus sueños sin sumarles acciones, responsabilidades y esfuerzos. Debemos invertirnos en espíritu, alma y cuerpo a los sueños que Dios puso en nuestros corazones. Soñar no es suficiente, necesitamos visión y revelación. Entonces, manos a la obra.
Avance en su visión
Habacuc 2:2 dice: “Y el Señor me respondió: Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido”.
Sueñe en grande y avance. Un pequeño paso es un avance. No se compare con los demás. Ni siquiera trate de caminar por el mismo camino que funcionó para otros. Dios tiene un camino hecho a su medida. No permita que otros le dicten quién es, cómo debe hacer las cosas y cómo se debe ver. Sea único. Sea diferente mientras sigue lo que el Señor derramó en su corazón. Nadie podrá hacer las cosas a su manera porque es original. Nuestras sendas son particulares.
Debe contentarse con lo que está haciendo. Descubra la visión que Dios tiene para usted. Permítale al Espíritu Santo soplar sobre su vida. Regocíjese por lo que el Señor depositó en su vida. Sólo debe ser la persona que Dios creó, porque nadie más podrá hacerlo. Comience a verse en el lugar al cual lo llamó. Sueñe con ello. Entréguese a ello como al Señor. Sírvalo a Él y a otros en la visión que lo llamó a desarrollar, haciendo que sea su instructor creativo. El Espíritu Santo es su Ayudador. El que comenzó la buena obra en usted, la completará.
John Belt
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