Por Keith Miller
“Te levantarás y tendrás piedad de Sión, pues ya es tiempo de que la compadezcas. ¡Ha llegado el momento señalado!” (Salmo 102:13).
Amo este pasaje de las Escrituras. Por supuesto que digo esto de cada pasaje de las Escrituras que el Señor me revela. Quiero tomar un momento para compartir unos pasajes y algunos pensamientos acerca del favor del Señor. El favor es una bendición increíble del Señor. El favor de Dios es una de las cosas más poderosas que puede haber sobre nuestra vida. Es el toque sobrenatural de Dios sobre nuestra vida y nuestro trabajo. El favor marca nuestra vida como algo especial. Hace que nosotros y nuestra vida se eleven por encima de lo ordinario para establecernos en esta verdad: “Porque tú eres su gloria y su poder; por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza” (Salmo 89:17).
El favor divino es la clave hacia el éxito verdadero que perdura. Por tanto, deberíamos orar por el favor y recibirlo por fe. Quiero que note que Dios desea bendecirnos con su favor. “De todo corazón busco tu rostro; compadécete de mí conforme a tu promesa” (Salmo 119:58). En el Salmo 102:13, Sión representa a la Iglesia. ¡Note que ese tiempo establecido ha llegado!
Éste no es sólo un tiempo más, sino un tiempo establecido. Cuando vemos las palabras “tiempo establecido” en hebreo, la Biblia de letras azules describe su significado como:
1) Lugar señalado, tiempo señalado, lugar de reunión
a) Tiempo señalado
1) Tiempo señalado en general
2) Estación sagrada, fiesta establecida, estación señalada
b) Reunión establecida
c) Lugar establecido
d) Señal o signo establecido
e) Tabernáculo de reunión
Esto es muy poderoso. ¡Un tiempo, lugar o reunión señalada! Vayamos un paso más adelante. “Señalado” significa pre-determinado o cita establecida. Espero que atrape esto. En un tiempo señalado, ¡el Señor favorecerá a Sión y ese tiempo ha llegado! ¡Wow! Podría escribir páginas y páginas de pasajes y pensamientos acerca del favor.
¡Favor!
Por ejemplo, el Salmo 5:12 dice: “Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad”.
Vemos al favor como un escudo que nos rodea. No sólo delante de nosotros, sino a nuestro alrededor.
El Salmo 89:17 dice: “Porque tú eres su gloria y su poder; por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza”.
Veamos dos pasajes más:
“Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra de nuestras manos” (Salmo 90:17).
“El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera” (Proverbios 16:15).
Podemos ver en estos pasajes de las Escrituras que el favor es una bendición maravillosa del Señor. Oro para que se desate en su corazón una sed profunda para pedir y creer que el favor de Dios se derramará sobre su vida.
¡Favor! ¡Favor! ¡Favor!
Keith Miller
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