jueves, 7 de mayo de 2015

“Manteniendo un ambiente de expectación”

 Por  Dr. Sandie Freed

 

clip_image002Amado creyente, a principios del 2015 escribí un artículo titulado: “Un tiempo de expectativas respondidas y favor divino”. Quiero alentar a cada uno de ustedes a tomar tiempo y volver a leer este artículo para reiniciar su fe. El tiempo en el que estamos espera nuestro acceso al aumento y la multiplicación divina. Dondequiera que se encuentre nuestra expectativa, Dios desea llenarla.

 

Le estoy escribiendo a usted hoy porque creo que es como yo, con una fe tremenda al comienzo de cada año (o las nuevas estaciones en Dios) y después de un corto tiempo estoy ocupada (o aún fuera de foco), encontrándome una vez más con sentimientos de decepción y desesperanza. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo podemos comenzar cada temporada con una fe dinámica y al poco tiempo sentir que nuestra fe disminuyó?

 

Si no somos cuidadosos, la desesperanza y la decepción se pueden establecer fácilmente en nuestros corazones y, en consecuencia, somos como los hijos de Israel, quienes endurecieron sus corazones y fueron incrédulos. Estoy segura que usted no quiere mantenerse dentro del ciclo del desierto, ¡yo tampoco! Recientemente estaba en oración y pude oír al Señor decir que el Cuerpo debe continuar manteniendo un ambiente de expectativa. En realidad me sentí alentada por esta palabra. Me habló esperanza y creo que mientras siga leyendo este artículo, esa esperanza también comenzará a levantarse en su interior. Piense acerca del entorno de expectativa en un jardín. Para recoger una buena cosecha en un jardín, en primer lugar debemos mantenerlo. Se debe limpiar la maleza de los jardines, regarlos y cuidarlos de una manera consistente. Esto mismo ocurre con el terreno de nuestros corazones.

Cuando Dios planta una semilla de esperanza dentro de nuestros corazones, debemos clip_image004asegurarnos que las mentiras del enemigo (malezas) no interferirán en la nutrición necesaria para el crecimiento de la semilla. Esta es la razón por la cual debemos pasar tiempo de calidad con el Señor y pedirle que abra los ojos de nuestro corazón. Él es fiel para hablar y mostrarnos las áreas de nuestro corazón y nuestra mente que necesitan atención.

Un tiempo de alumbramiento

Como lo establecí en mi artículo anterior, entramos en un tiempo de alumbramiento. Esto significa que los sueños, el destino y las expectativas comienzan a fructificar. Sin embargo, todos estamos en un tiempo de embarazo diferente. Algunos de nosotros estamos en el primer trimestre. Algunos de nosotros estamos entrando en el segundo trimestre. Otros nos encontramos a punto de dar a luz. Es importante comprender que aunque algunos ya dieron a luz o están a punto de parir, no seremos abandonados en este tiempo… ¡pariremos la promesa si no desmayamos!

 

La clave es seguir manteniendo una atmósfera donde las expectativas pueden continuar elevándose hasta que la visión se cumpla por completo. También debemos ser cuidadosos en no compararnos con los demás o con sus progresos, porque esto solo alimentará más desengaño y frustración. Cada uno de nosotros tiene sus asignaciones personales del Señor y Él traerá aperturas en su tiempo divino.  

 

Como puede ver, Dios nos está dando estrategias cuando parece que nada está ocurriendo. En lo natural, un bebé se desarrolla dentro del vientre en todas las etapas diferentes, aunque no lo veamos. Con toda seguridad, existen cambios en el cuerpo de la madre que nos indica que el bebé está creciendo, pero no podemos ver nada de lo que está ocurriendo por dentro. Aunque cuando vemos a una mujer embarazada de nueve meses, es muy obvio que está lista para dar a luz. Podemos estar seguros que dentro de su vientre hay un bebé completamente desarrollado, aunque no lo podamos ver. Sin embargo, cuando nace el bebé podremos verlo sin problemas.

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Espiritualmente hablando, debemos creer que tenemos la promesa, el favor de Dios y la apertura, antes que se manifieste. Tendremos que edificarlas y vendrán, solo debemos declararlo. Como veremos en el siguiente punto: “Cave cisternas y espere la lluvia, aun cuando parece que está en plena sequía”.

 

Cavando cisternas

Un estudio rápido de 2 Reyes 3 lo alentará. Echémosle un vistazo. El capítulo comienza con Joram, el Rey de Israel, reuniéndose con Josafat, el rey de Judá y el rey de Edom, para ir a la batalla en contra de Moab. Luego del séptimo día de marcha se quedaron sin agua y sin provisiones. Se encontraron en un dilema terrible. Leamos sus respuestas ante esa situación:

 

2 Reyes 3:10: ¡Ay!, exclamó el rey de Israel. ¡El Señor ha reunido a tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas!”. 

 

2 Reyes 3:11: Pero Josafat preguntó: ¿Acaso no hay aquí un profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él? Un oficial del rey de Israel contestó: Aquí cerca está Eliseo hijo de Safat, el que servía a Elías.

 

2 Reyes 3:12: Pues él puede darnos palabra del Señor, comentó Josafat. Así que el rey de Israel fue a ver a Eliseo, acompañado del rey Josafat y del rey de Edom.

 

Gracias a Dios que Josafat, el rey de Judá, demostró algún nivel de fe. Les sugirió a los demás que buscara al Señor a través de Eliseo, el profeta. Eliseo fue el siervo de Elías, quien había derramado agua sobre sus manos. Me gusta reflexionar sobre este punto de la siguiente manera: Eliseo tenía una unción para los asuntos relacionados con el agua. ¡El área en la cual sirvió una vez se transformó en una herramienta poderosa de la unción! Siga leyendo, porque esto realmente lo bendecirá.

 

Tráiganme un tañidor

Me encanta la manera como respondió Eliseo cuando los tres reyes le pidieron ayuda. ¡Pidió un tañidor! Sí, tenía un arpista para que creara un ambiente de adoración. Durante la adoración, la mano del Señor vino sobre Eliseo y dijo:

 

En fin, ¡que me traigan un músico! Mientras el músico tañía el arpa, la mano del Señor vino sobre Eliseo, y éste dijo: Así dice el Señor: Abran zanjas por todo este valle, pues aunque no vean viento ni lluvia, dice el Señor, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales. Esto es poca cosa para el Señor, que además entregará a Moab en manos de ustedes. De hecho, ustedes destruirán todas las ciudades fortificadas y las otras ciudades principales. Cortarán los mejores árboles, cegarán los manantiales y sembrarán de piedras los campos fértiles” (2 Reyes 3:15-19).

 

Este es un pasaje asombroso que en este día nos habla sobre el poder de la adoración. Cuando estamos secos, debemos adorar. Cuando todo parece no tener esperanza, debemos adorar. Cuando necesitamos un milagro, debemos adorar. Cuando adoramos, la mano del Señor viene sobre nosotros y recibimos lo que necesitamos.

 

clip_image008¿Pudo notar en el pasaje anterior que Dios entregó dirección profética y la selló con una promesa para ellos? Sí, el Señor dijo que comenzaran a cavar cisternas, aun cuando no veían al viento o las lluvias, el valle se llenaría de agua suficiente para ellos y para sus caballos. Amado, aun cuando no podamos ver las promesas cumplidas, ¡Dios las está cumpliendo! Sí, comience a cavar sus cisternas. Aun si no ve nada ocurriendo en lo natural, ¡Dios es fiel para cumplir su Palabra!

 

Dios les dijo: “Esto es algo sencillo para Mí”. Sí, es fácil para Dios mover nuestro monte. Es fácil para Él cumplir su promesa. Todo lo que tenemos que hacer es cumplir nuestra parte comenzando a cavar. Si actuamos sobre su Palabra y creemos lo que Él dice, Dios hará su parte. Cuando adoramos estamos cavando esas cisternas. Cada vez que intercedemos, estamos cavando cisternas. Renovar nuestra mente hacia las verdades de la Palabra de Dios es cavar cisternas. Creer su Palabra y aplicar fe a las promesas es otro ejemplo de cavar cisternas. Dios nos promete hoy lo mismo que les prometió a esos tres reyes, llenándonos de poder para derrotar a nuestros enemigos.

 

La tierra fluyó con agua

Las Escrituras establecen que la mañana siguiente (después que cavaron sus cisternas) la tierra fluía agua desde Edom. El predecesor de Eliseo había orado para llamar a existencia las nubes de lluvia. Eliseo obtuvo el agua de la nada, ¡pero el agua fluía! Ordinariamente, el agua fluye debido a la lluvia, pero no había agua, por lo menos ahí. ¿Qué hubiera ocurrido si no hubieran cavado esas cisternas?

 

Lo más probable era que no hubiera agua, ¿por qué no arriesgarse escavar? ¿Por qué no creemos en Dios cuando nos hace una promesa, aun cuando las desigualdades se amontonan en contra del milagro? Tengo la certeza que los tres reyes estaban excitados con cavar esas cisternas, aun si les tomara un tiempo. Entonces consiguieron el agua para alcanzar la victoria sobre sus enemigos. Amado, esta historia continúa poniéndose cada vez mejor. Siga leyendo, ahora descubramos otro propósito para esta agua más allá de beber. Dios siempre suple en abundancia. Cuando Dios responde las oraciones, aumentó las bendiciones en nuestra mente.

 

La victoria sobre Moab

Cuando los moabitas oyeron que los reyes venían en contra de ellos, se dispusieron en formación para la batalla y se pararon en el límite.  Cuando se despertaron la mañana siguiente, el sol brillaba sobre el agua del otro lado y los moabitas lo vieron como si fuera sangre. Razonaron que los reyes se habían asesinado entre sí y se apresuraron para tomar el botín. Sin embargo, cuando se acercaron al campo de los israelitas, éstos se levantaron poderosamente en contra de ellos. Los israelitas los asesinaron a lo largo de todo el camino de regreso hacia su propia tierra.

 

Cuando el rey de Moab vio que perdía la batalla, tomó a setecientos de sus guerreros escogidos que esgrimían espadas para meterlos en la batalla y producir una apertura, pero no pudo. Cuando le falló el último plan de batalla, el rey de Moab hizo algo bárbaro y brutal. Tomó a su propio hijo, el heredero al trono y lo ofreció a sus falsos dioses en sacrificio sobre el muro... sin provecho alguno. Luego el rey moabita abandonó la tierra y hacia el final de este capítulo, Moab fue completamente derrotada.

 

¡Cave esas cisternas!

Es tiempo para creer la Palabra del Señor y comenzar a cavar esas cisternas. Pero también debemos recordar que afirmarnos en las promesas de Dios incluye un nivel de guerra espiritual. Pablo alentó a su hijo espiritual Timoteo con esa clave importante: Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla y mantengas la fe y una buena conciencia” (1 Timoteo 1:18-19).

 

En otras palabras, para cada uno de nosotros hoy, necesitamos tomar nuestras promesas y nuestras palabras proféticas que hablan respecto de la certeza de nuestro futuro y emprender la guerra por ellas. Dios le dijo a Israel que su herencia era la Tierra Prometida, sin embargo tuvieron que desalojar a sus enemigos para poseer su promesa.


En mi último libro “Silenciando al acusador: Ocho mentiras que satanás usa contra los cristianos”, expongo las seducciones del enemigo y cómo habla mentiras en contra de nosotros respecto de nuestro destino. Otro libro que recomiendo ampliamente es “Ladrones de destinos: Derrote los espíritus de seducción y alcance su propósito en Dios”. En ambos libros hablo del hecho que “Dios volvió del futuro”.

 

Con esto quiero decir que cuando Dios habla una promesa a nuestro corazón por medio de la Palabra escrita, una profecía o aún por medio de una enseñanza, Él ya estuvo en nuestro futuro y nos vio experimentando esa promesa o esa apertura. Luego nos visita y nos entrega una promesa sobre la cual afirmarnos y pelear, especialmente recordarle al diablo que ya fue derrotado. En ese momento entramos en acuerdo con su Palabra para recibir y creer esas promesas por las cuales estamos cavando cisternas.

 

clip_image010Una vez más, el Señor lo está animando a afirmarse, sostener sus promesas y mantener una atmósfera de fe y expectativa. ¡Sí, resista en fe! Debe creer que lo que dice el Señor es verdad. Él es fiel y promete cumplir todo lo que le habló a su corazón. Aun cuando no pueda verlas, aun cuando parezcan muy lejanas e inalcanzables, ¡extiéndase hacia Él hoy! Debe creerle a Él hoy. Mantenga su atmósfera de expectativa. ¡Deseche toda mentira y cada maleza que haya en su jardín de fe y crea… crea… crea…! No hay nada difícil para Dios.

 

Amados hermanos, me pongo de acuerdo para creer con ustedes por su tiempo de apertura.

 

Siempre en Él,

 

Sandie Freed

(www.elijahlist.com)

 

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