Por Nate Johnston
A principios de octubre, pude oír al Señor declarando: “¡Es tiempo para migrar!”. La autoridad de sus palabras cambió todas las
cosas en los cielos. Algo cambió dramáticamente, pero ¿qué? Muchas personas
estuvieron profetizando sobre el comienzo de una nueva era que comenzó en el
año nuevo judío 5780 y definitivamente sentí que así fue.
¿Cuál fue el
cambio? Creo que fue el cambio de la larga temporada de transición hacia una
nueva era y un nuevo día de movimiento y movimientos. ¡Entramos en el tiempo de
migración global!
Usted fue trasladado desde la preparación hacia la
posesión y la ocupación
En biología, la migración es
el término que se usa para describir a los animales, así como a los pájaros que
viajan desde una localización física hacia otra, siguiendo las estaciones. La
migración o inmigración humana se refiere al movimiento de gente desde una
localización hacia otra, para conquistar o colonizar. ¿Cuál es la diferencia
entre el tiempo donde estuvimos y la temporada en la que estamos ahora?
En esta transición,
Dios se enfocó en remover todos los patrones y métodos antiguos, la manera de
hacer las cosas y las maneras de pensar. Dios lo está removiendo de las
antiguas asignaciones y mantos, cortando las ataduras y los ciclos antiguos. Pude
ver al Señor sanando las heridas y los traumas, instalando la nueva identidad,
despertando nueva autoridad y preparándolo para la tierra prometida y las “cosas nuevas” que usted sabe que vienen.
Sin embargo, la
migración es la próxima fase del proceso hacia la posición donde Dios lo mueve
a nivel espiritual y físico, para habitar y ocupar aquello que le prometió. La
migración es donde usted les dice adiós a las limitaciones pasadas y comienza a
caminar en la nueva libertad y en una autoridad que no había conocido. Es donde
usted comienza a caminar en su nueva unción, manto y esfera de influencia. La
migración es donde usted se afirma en su nuevo rol y oficio, para comenzar a
funcionar, operar, soñar y pensar de manera diferente.
La migración es
donde las promesas largamente esperadas comienzan a encajar juntas y cambian a
su favor, porque es el tiempo para dar a luz y manifestar luego de una temporada
larga de pujos. Aquí es donde usted posee la tierra prometida y no solo habla
sobre ella. ¡Aquí es donde usted mide la tierra, persigue el sueño y ocupa el
territorio nuevo que Dios le entregó!
Hay ciudades y naciones con su nombre sobre ellas
También hay muchos
creyentes que están migrando físicamente ahora a nivel regional, nacional o
internacional. Eso viene como respuesta a su clamor por las naciones y su
llamado gubernamental para cambiar y discipular a las naciones.
Hace poco Dios me
mostró una visión con asientos vacíos y otros asientos con impostores sentados
en lugares de poder por todo el globo. Estos eran asientos hacia donde Dios
está moviendo a su pueblo, para que ocupen lo que no se administró
correctamente y expulsar a los impostores de esos lugares de poder. Hay
ciudades y naciones con su nombre escrito sobre ellas, preparándose para su
llegada y sacudiendo la atmósfera para que el Rey de gloria pueda entrar y ser
recibido en avivamiento.
Se terminó su exilio: Usted superó el lugar donde
se encuentra
Así como los
israelitas llegaron al límite entre el desierto y Canaán (la Tierra prometida),
luego de 40 años de espera, nosotros ahora estamos ante el abismo de un nuevo
día… finalmente. La dificultad es que muchos de nosotros estuvimos esperando
tanto tiempo que eso se convirtió en una especie de norma, ¿no es así? Quizá
usted ni siquiera sintió el cambio en absoluto y no puede ver ningún camino
hacia adelante. Ese también fue el desafío que enfrentaron los israelitas. Le
llevó un tiempo a Egipto salir de ellos, porque habían nacido en la esclavitud,
pero ahora fue la espera que había infiltrado lentamente su visión y su opinión
acerca del futuro.
Muchas personas
estuvieron esperando en un tiempo de exilio demasiado tiempo y cuando
finalmente llega el momento de dejarlo ir, puede ser intimidante. Finalmente,
Dios le da luz verde y los próximos pasos a seguir, pero usted se congela por
el temor, aferrado extrañamente por la seguridad del tiempo de espera, más allá
de lo limitante que pueda ser. Ahora superó el ambiente en el que se encuentra
y llegó el momento de moverse, sin importar cómo se vea para usted, porque
seguir allí ya no será conductivo para su destino.
Cuando nos resistimos
a darle la bienvenida y plantar nuestros pies profundamente fuera del temor, el
resultado natural es la amargura y la frustración. Comenzamos a culpar a Dios
por sentirnos perdidos mientras otros prosperan, cuando fuimos nosotros los que
pisamos los frenos. La apertura que estuvo esperando ver y el cumplimiento que
estuvo esperando experimentar, dependen de su decisión de avanzar, a pesar de
no comprender hacia dónde se está moviendo. ¡Confíe en Dios que será mejor que
lo que usted piensa!
Dejando ir la temporada “inconclusa”
La otra dificultad
que muchos creyentes enfrentan cuando migran, es su angustia por abandonar el
lugar, la gente y los viejos tiempos detrás de ellos. Recientemente, mi esposa
y yo estuvimos orando con amigos que están atravesando un tiempo de reubicación
o migración. Cuando miré a mi amiga, le dije algo extraño: “Necesitas perdonar la tierra. Fue un lugar difícil para
ti, acompañado de mucha guerra y puertas cerradas, pero ahora terminaste bien”. Ella respondió: “Lo
difícil es dejar atrás lo que debía ocurrir en esta estación, los sueños
inconclusos e incumplidos”.
Quizá usted se
sienta relacionado con esto. Quizá el lugar, el rol, la asignación o el mandato
que ha tenido, se volvieron muy difíciles. Incluso cuando sintió a Dios
moviéndolo, ha sido muy difícil dejar ir sus propias expectativas o el
sentimiento de fracaso que estuvo cargando. Es tiempo para perdonar esa
estación, dejarla ir y avanzar. Jesús les dijo a sus discípulos que limpiaran
el polvo de sus pies y avanzaran, en este tiempo usted debe hacer lo mismo.
Mientras lo hace, repentinamente encontrará el gozo fresco que necesita para
abrazar completamente el nuevo tiempo en el que se encuentra.
Recogiendo el auto nuevo
A principios de
octubre tuve un sueño donde estaba de pie ante un concesionario de autos. Le
entregué mi auto y las llaves al representante y luego esperé en la sala de
entrega. Luego de un tiempo, el representante condujo mi auto hacia mí, se
bajaba y me entregaba las llaves de un auto nuevo. Para ser honesto, miré mi
auto y estaba algo sorprendido. Era un convertible que parecía fabricado con
partes y modelos de autos diferentes, viejos y nuevos. El representante, viendo
mis dudas, me dijo: “Nate, solo entra y prueba
sus mejoras avanzadas”. Entonces
me senté en mi auto y estaba asombrado por el avance tecnológico de las mejoras
que tenía el auto. Ahí mismo supe que este auto podría hacer más e ir más lejos
que el auto anterior y posiblemente más que cualquier auto que hubiera elegido.
La migración no
siempre es una reubicación física, a veces es la activación y el encendido de
un manto o una asignación que ya estaba allí, o la mejora de un vehículo
(ministerio) por otro. Ahora mismo, muchas personas están siendo promovidas o
ya fueron promovidas, pero no esperaban que el auto se viera como se ve. Quiero
alentarlo a confiar en el diseño de Dios porque es mucho mejor que el suyo y
ahora es el tiempo para encender el motor y ver qué pueden hacer las nuevas
mejoras.
Muchos ministerios y negocios tienen que reconsiderar su visión y su
punto de vista en los próximos meses, porque debemos adaptarnos a lo que Dios
está haciendo. Debemos elegir su estela y no solo esperar que podremos seguir
haciendo negocios como siempre. Se necesita innovación para movernos con la
nueva ola que está sobre nosotros y necesitamos pedirle a Dios las nuevas
estrategias e ideas del Cielo para ayudarnos a fluir con ella.
La estela de fe y aventura
No hay un mapa en
la migración, solo una fe ciega y osada, y un hambre por ir hacia donde nos
guía la presencia del Señor. Mientras le preguntaba al Señor sobre esto, me
dijo: “Yo no doy órdenes, te doy la oportunidad
para que te muevas en fe”.
Hay una estela del
Espíritu Santo en esta migración donde, si hacemos que Él sea nuestra atracción
por encima del destino, ¡no nos perderemos nada! Muchas personas se sintieron
apremiadas en el exilio tanto tiempo que perdieron su anhelo de aventuras y su
capacidad asombro, pero ahora mismo Dios se los está devolviendo.
Alas nuevas para un tiempo nuevo
Mientras escribo
esta palabra puedo percibir que el Espíritu Santo está haciendo una obra en el
corazón de las personas que la leen. El Señor les está diciendo que aquellos
que están luchando para abrazar el tiempo nuevo de migración y avance: “Yo sé que te debilitaste durante mucho tiempo, ahora
mismo estoy renovando tu cuerpo, tu mente y tu alma, entregándote nuevas alas
para volar”.
Isaías 40:31 dice: “… pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán”.
Cuando las
mariposas Monarca migran, desarrollan alas más grandes durante el proceso. Algo
que aparentemente las derribaría, solo aumentan su tamaño. Asimismo, Dios está
usando este tiempo de migración para agrandarlo y aumentarlo. Usted solo
conoció la debilidad, pero no el aumento; la batalla, pero no la apertura. Sin
embargo, ahora Dios no solo lo está haciendo migrar en lo natural, ¡también en el
espíritu, hacia una mayor altitud!
Su familia está esperando
Debo dejar de
escribir esta palabra a medio camino, porque oí al Señor que me dijo algo que
me destruyó. Dijo: “Diles que no demoren porque
su familia está esperando”.
No estoy seguro de lo que significa esto para usted, pero yo sé que en
esta transición, una de las mayores áreas que Dios está cambiando es su propia
familia a nivel personal, así como las relaciones en las que estamos
involucrados. Dios oyó el clamor de un pueblo que anhela encontrar su tribu y
los está llevando hacia usted en este tiempo.
Ahora mismo,
muchos de ustedes estuvieron atravesando situaciones muy dolorosas mientras
Dios estuvo purgando y definiendo las relaciones y las asociaciones, para que
aquellos que nos rodean puedan resistir la profundidad donde Dios nos está
llevando. La migración fue pensada para un final repentino e incluso mayor para
las conexiones, y eso ha sido difícil. Aun así, usted necesita saber que Dios
tiene una familia esperando que vaya y haga el cambio necesario desde un
lugar/ubicación hacia otra, desde una asignación hacia otra y/o desde una comunidad
y un pueblo hacia otro.
Ore conmigo: “Señor, te
entregamos este tiempo de migración y te pedimos que nos guíes y nos entregues
la sabiduría para conocer dónde ir y cómo caminar bien en este tiempo. Dejo ir
todo lo que está detrás de mí y abrazo por completo la aventura que tengo por
delante, en el nombre de Jesús”.
Nate Johnston
No hay comentarios:
Publicar un comentario