martes, 18 de agosto de 2020

“¡Es tiempo para la restauración multi generacional!”



Por Crystal Wade

Recientemente estaba pensando sobre las brechas generacionales y cómo existieron siempre. La idea de la brecha generacional no es un concepto nuevo, aunque varias trompetas en los medios la hacen sonar muy fuerte. Algunos desafíos profundos entre las generaciones surgen de la realidad, donde nuestro Padre celestial le asignó diferentes mandatos generacionales a cada generación. Estos mandatos son únicos, así como las generaciones son únicas.

La brecha generacional se define como “las diferencias de opiniones, valores, etc., entre la gente joven y los mayores” (Merriam-Webster Dictionary). La razón por la cual siempre existe una brecha generacional, es porque nuestro Padre establece un mandato, su orden judicial, que marca el alcance de los diseños para los destinos corporativos en cada generación.

Dios llamó a cada generación hacia adelante y les ordenó cumplir sus especificaciones para construir edificios, garantizándoles dones, llamados, designaciones, etc, para poder cumplirlos. El mandato de cada generación para alcanzar un fundamento específico, está conectado con la generación anterior. Aunque cada generación sucesiva tiene un mayor alcance y una perspectiva diferente.

Mateo 12:41-42 dice: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar”.

Parte del todo
La buena noticia es que una persona, como la reina de Saba o pocas personas, como los hombres de Nínive, pueden acceder a puntos de apertura en su mandato generacional, ¡incluso si toda la generación fracasa! Sin embargo, es mucho más fluido, poderosamente fácil y veloz, si la mayoría de la generación decide completar la parte que Dios le asignó, en lugar de dejar la carga sobre los hombros de uno o dos, como el caso de Josué y Caleb.

Diferentes generaciones, la misma promesa
Volviendo al mandato original específico del Padre establecido en los corazones de cada generación, todas están llamadas a edificar más y mejor que la generación anterior; respetando y honrando a la generación precedente. Esa es su naturaleza.

Piense en Abraham, Isaac y Jacob
Hebreos 11:9 dice: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa…”.

Cada uno de ellos compartió la misma promesa que se basaba en el mandato dado por Dios a cada generación sucesiva, haciéndolo más grande y mejor, respetando y honrando a los padres y madres que los precedieron. El Padre edificó generacionalmente y esa es la realidad central que la mentalidad occidental no comprendió; y creo que es una de las razones principales por la cual vemos una decadencia tan rápida en nuestras culturas.

Reconozcamos y tomemos en serio:
1. El Padre edifica generacionalmente.
2. Estableció un mandato generacional específico en cada generación.
3. El mandato generacional edifica sobre las promesas y el trabajo de las generaciones previas.
4. El mandato generacional es único en su forma y función en cada generación.

La brecha generacional está lista para servirnos e impulsarnos hacia nuestro destino corporativo y generacional.

Removió el reproche
Cuando una generación no cumple con el mandato generacional que Dios le dio, su fracaso crea un reproche que produce corazones rotos. Con frecuencia no hay energía para cumplir el mandato, así como un endurecimiento del corazón que le impide a esa generación, y a la siguiente, entrar en las fases del mandato que Dios les entregó; incluyendo la porción de la Tierra Prometida (Hebreos 3:7-11). Es una realidad que todos, cada generación, nos hemos alejado de su gloria.

El Padre le estuvo hablando a mi espíritu durante meses sobre su intervención y su adjudicación a nuestro favor. “Estoy removiendo el reproche de Egipto de tus generaciones y garantizando mi gracia para la restauración”. Esto es lo que el Señor le habló a mi espíritu. Este es el don del Señor, precipitando una restauración multi generacional. Nos está atrayendo hacia sí mismo, en una conexión íntima y nos está dando una afirmación de su pacto para nuestros corazones. Está removiendo profundamente de nuestros corazones lo que no nos pertenece (lugares de corrupción e idolatría, etc.) y renovando lo que sí nos pertenece (Él y su pacto con promesas). (Ver Hebreos 10:16-17).

Específicamente, está removiendo estos reproches:
Por la generación mayor: la remoción de la pena y la tristeza.
Por los Baby Boomers: la remoción del reproche y el lamento.
Por la Generación X: la remoción de la deshonra y el rechazo.
Por los Millennials: la remoción del juicio y la crítica.

Restauración de la honra
El Señor está restaurando la honra, el respeto, la fe y el entendimiento.

Oremos juntos: Espíritu Santo, por favor derrama el aceite de sanidad sobre cada uno que carga el reproche; restaura su corazón y su energía, renueva la sensibilidad de su corazón mientras lo sanas y luego lo blindas. ¡Póngase de acuerdo con el Padre y recíbalo! Abraham, Isaac y Jacob fueron capaces de edificar intencionalmente cada generación más grande y mejor, porque cada uno sabía que eran herederos de la misma promesa.

Decreto sobre usted hoy:
Ahora ustedes también deben saber que son herederos de la misma promesa, con Abraham, Isaac y Jacob, en Cristo Jesús. Así como ellos, usted fue capacitado, ungido y señalado por el Padre, con su mandato generacional y sus dones, para respetar y honrar las generaciones previas y su trabajo, mientras edifica más grande y mejor, ¡conforme al mandato específico de su generación! 

Familias completas edificadas en el cielo y en la tierra
Concluyendo, mi amiga y mentora Mary, recientemente partió hacia su morada en el Cielo. Tuvimos una brecha generacional en virtud de la edad, pero no por la fe. Ella provenía de la generación de mi abuela. Mary me recogió bajo sus alas y alimentó mi fe, mientras me impartía sabiduría y estrategia. Ella me aplaudió mientras daba mis primeros pasos de fe, pero guió mi celo joven con la sabiduría que surgía de la riqueza de su vida con el Señor y su experiencia de vida.

Cuando oí que ella había partido hacia su morada celestial, me quedé muy aturdida. Estuvo batallando con problemas de salud, pero se mantuvo fuerte en su fe por la sanidad y por su compromiso para ser un “Caleb” en su generación. Creí con ella y solo supe que en cualquier momento intervendría lo divino y estaría delante del cumplimiento de mandatos generacionales. Creo que, así como el Padre movió al Cuerpo de Cristo de manera corporativa hacia la Tierra prometida en esta generación de Josué, ella estaría ahí mismo junto con ellos.

Sucedió totalmente, pero no ocurrió como yo pensaba
Mary, como muchos de nuestros seres queridos que ahora duermen, están ante el Padre como un miembro de su familia en el Cielo. Nos están animando, a los miembros de su familia en la tierra, con todos los mandatos generacionales edificados sobre el fundamento sólido que es Jesucristo, el Señor (ver Efesios 3:14-15, Hebreos 12:1, 1 Corintios 3:10-11).

Nuestra familia, mentores y amigos ahora conocen el alcance completo del mandato generacional que Dios les hizo, que se extendía más allá de su existencia física, ¡y lo están alentando ahora para la culminación de los suyos! ¡Todo lo que completamos nos está impulsando hacia adelante! El Padre removió todo el reproche y nos garantizó la gracia y el espacio para movernos en la restauración multi generacional. ¡Ahora está fluyendo el aceite de sanidad! ¡Se levanta la honra!

Respuesta a la oración:
Padre, me pongo de acuerdo contigo y recibo la gran sanidad, honra, gracia y restauración que nos estás entregando, mientras juzgas en nombre de las generaciones y los mandatos abdicados.

Padre, confieso y renuncio donde fracasé, me rebelé y abdiqué mi parte en los mandatos generacionales, experimentando el reproche. También renuncio a las raíces de amargura, juicio y corrupción. Recibo y suelto tu perdón. Sana y llena mi corazón con tu Espíritu Santo. Consagro mi parte del mandato generacional ante ti y tus dones para cumplirlo, ¡me pongo de acuerdo contigo para recuperar, restaurar y reedificar en un nivel multi generacional, con gritos de gracia, gracia! Restaura y haz mucho más en el nombre poderoso del Señor Jesucristo, Amén.

Isaías 41:4 dice: “¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y seré el mismo hasta el fin”.

Crystal Wade


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