martes, 24 de mayo de 2022

“¡El Señor se acordó!”

Por Betty King

Amados santos

La historia de Rut, la moabita, y Noemí es conocida en el Cuerpo de Cristo. Es una de las mayores historias de redención de todos los tiempos. Ilustra de manera maravillosa que no importa cuál sea tu trasfondo personal o familiar, si te alineas con los propósitos de Dios, entonces Él puede romper todas y cada una de las maldiciones que te siguieron a lo largo de la vida y posicionarte para dar a luz un legado que nunca se desvanecerá. 

A medida que el Cuerpo de Cristo se prepara para dar a luz lo que prometió en esta temporada, hay algunas lecciones y principios vitales de la historia de Rut que debemos aplicar. Quiero compartir con ustedes algunas de las más importantes para este tiempo y que el Señor me señaló recientemente. Tomamos nuestro texto de Rut 2, comenzando en el verso 8.

Escucharás, ¿no?

Rut 2:8 dice: “Entonces Booz le dijo a Rut: ‘Escucha, hija mía. No vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criadas’”.

Debido a las muchas cosas que están sucediendo en el mundo y en todo el Cuerpo de Cristo en la actualidad, sin duda te encontrarás rodeado de voces que claman por tu atención. Si no eres capaz de filtrarlas, te encontrarás rodeado de mucho ruido y posibles distracciones. Sin embargo, el Padre prometió que nunca nos dejará ni nos abandonará, y nos ofreció su Palabra como una lámpara a nuestros pies que nos guiará fuera del ruido y la distracción.

En esta época hay un rocío sobre su Palabra que trae consigo una frescura de enfoque y dirección. Es esencial que profundicemos en la Palabra para sacar todo lo que contiene. Cuando nos apoderamos de ella en su plenitud, nuestra fe choca con su verdad; nos encontramos caminando hacia ambientes cargados de sobrenaturalidad y hacia nuevos grados de liberación. Así fue el caso de Rut.

Rut y Noemí habían regresado de Moab para reconstruir sus vidas. Habrían estado rodeadas de muchas personas con preguntas, sugerencias, opiniones e ideas. Sin embargo, en Rut 2:8, Rut se encontró de repente en una conversación cara a cara con la única persona que, de hecho, cambiaría el curso de su vida para siempre. Lo primero que le dijo cuando su destino con él comenzaba a desarrollarse fue: “Me escucharás, hija mía, ¿verdad?”.

Booz sabía lo que le convenía a Rut y era importante que ella escuchara su voz en ese momento y no la de los demás. Cuando entramos en las conversaciones con Dios que están a punto de cambiar nuestras vidas para siempre, Él busca que confirmemos claramente en nuestro interior que estamos dispuestos a escucharlo y que estamos preparados para romper con el ruido y con toda voz que compita con la suya. Cuando estemos realmente preparados para escucharlo, Él nos hablará y nos dirá lo que nos conviene.

Límites dados por Dios: Posicionados para la nueva temporada

Booz entonces le dio instrucciones a Rut, estableciendo límites claros sobre lo que debía y no debía hacer. Sus instrucciones eran estratégicas y su obediencia a ellas la pondría en la posición correcta para lo que iba a seguir. Cuando nos presentamos ante el Señor para escuchar, debemos estar preparados para oír y aceptar sus límites estratégicos para la temporada que viene. No tiene sentido que pidamos las instrucciones del Señor, las recibamos y luego sigamos adelante con nuestra propia voluntad o que definamos lo que creemos que va a funcionar en nuestros propios términos. Sólo dentro de los límites dados por Dios accederemos con seguridad a la unción y la fuerza necesarias para la temporada.

A Rut se le dice claramente en qué lugar y con qué compañía encontrará protección y provisión, y dónde puede actuar con seguridad, sin caer en conflictos o controversias que puedan herirla, descarrilarla o descalificarla para un acenso futuro. Hoy en día realmente necesitamos prestar atención a la voz y la dirección de Dios sobre dónde estar y con quién estar, para evitar problemas y heridas innecesarias, y mantenernos en el camino de la libertad espiritual.

Booz le dijo a Rut que se mantuviera cerca de sus mujeres jóvenes. Este era un entorno y una experiencia nuevos para ella, pero como fue designada por la persona correcta y de la manera correcta, encajó. Cuando operamos bajo la dirección y la autoridad de Dios, Él acelera nuestra transición hacia los nuevos ambientes hacia donde nos llama. Al estar entre las mujeres jóvenes, Rut también habría obtenido una comprensión más profunda de la autoridad de Booz y de cómo operaba, preparándola para conocer, honrar y trabajar con él en su futura relación. Del mismo modo, cuando nos colocamos correctamente, no sólo se nos provee, también se nos prepara para las futuras dimensiones de nuestra vida y nuestro llamado.

Lugares de Gracia: Encuentra tu campo

Rut 2:9 dice: “… fíjate bien en el campo donde se esté cosechando, y síguelas. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas y bebe del agua que los criados hayan sacado”.

Como mujer joven y viuda, Rut podría haber sido vulnerable trabajando en un campo entre jóvenes. Podría haber atraído la atención de ellos involuntariamente, y su propio quebranto podría haberla llevado a buscar atención. Sin embargo, Booz la ayudó en sus circunstancias al ordenarles a los jóvenes que no la tocaran. Su campo era un lugar donde ella podía trabajar y refrescarse, sin ser violada o profanada y donde sus heridas no se reabrirían fácilmente.

Se le dijo que fuera detrás de las jóvenes y bebiera de lo que los jóvenes habían sacado, lo que significa que con el tiempo habría tenido que interactuar con todos ellos y habría aprendido a trabajar con todos. Los jóvenes sabrían que Booz se interesaba por su bienestar y habrían actuado para asegurarse de que estuviera bien cuidada y protegida mientras estuviera allí. Ella se habría acostumbrado más a las costumbres de los israelitas y habría comenzado a alejarse de sus costumbres y hábitos moabitas.

Dios tiene personas y lugares con las gracias necesarias para manejar las cargas que llevamos y los problemas por los que pasamos. Allí podemos ser sanados con seguridad de las heridas del pasado, ser limpiados de problemas profundos en nuestras líneas de sangre y desarrollar las disciplinas que necesitamos para lo que vamos a heredar. Necesitamos encontrar los campos que Dios hizo para nosotros y trabajar en ellos de manera fiel y obediente.

En la Iglesia de hoy, algunos corrieron detrás de muchos líderes diferentes a través de muchos campos diferentes y no tuvieron liberación de eso e incluso fueron heridos por eso. Si este es tu caso, tal vez sea el momento de repensar tu enfoque. Tal vez es tiempo de ser leal a tu Iglesia local, si ese es el campo donde Dios te puso, y donde Él instruyó a los vigilantes para protegerte y prepararte para tu liberación y tu herencia.

El favor de hoy es el fruto de la semilla de ayer

Rut 2:10: “Rut se inclinó hacia la tierra, se postró sobre su rostro y exclamó: ‘¿Cómo es que le he caído tan bien a usted, hasta el punto de fijarse en mí, siendo sólo una extranjera?’”.

Después de que Booz habló con Rut, ella le preguntó abiertamente por qué había recibido su favor. Era lo suficientemente humilde como para reconocer que había llegado a un lugar de favor inusual y estaba desesperada por continuar la conversación con Booz para poder entenderlo mejor y, por tanto, asociarse con él y cultivarlo. Booz le respondió que había oído hablar de todo lo que había hecho por Noemí, de su sacrificio y su lealtad, y que Dios le pagaría el bien que había hecho (véase Rut 2:11-12).

Permanecer en la conversación con Booz y no dar por sentado su favor, ayudó a Rut a desentrañar el misterio que había detrás del favor y a asociarse con el desarrollo de la narrativa en la que se estaba convirtiendo. Ella pudo ver allí mismo cómo su alineación con el Dios de Israel estaba cambiando el curso de su vida para mejor y liberándola de las maldiciones de su linaje.

Si nos mantenemos en conversación con Dios, Él nos ayudará a desentrañar las narrativas que se desarrollan en nuestra vida, mostrándonos cómo asociarnos conscientemente con los cambios que romperán las maldiciones. Nada de lo que Rut había hecho se había olvidado y todo lo bueno que había hecho en el pasado, hablaba ahora por ella. Lo mismo ocurre ahora. El favor de hoy es el fruto de la semilla de ayer. Dios se acordó. Pregúntale qué es lo que te favoreció para que puedas entender sus pensamientos y sus caminos, y asociarte con Él para el siguiente nivel de liberación.

Una invitación a su mesa

Rut 2:14 dice: “A la hora de comer, Booz le dijo: ‘Ven acá. Sírvete pan y moja tu bocado en el vinagre. Cuando Rut se sentó con los segadores, Booz le ofreció grano tostado. Ella comió, quedó satisfecha, y hasta le sobró’”.

Cuando Rut fue invitada a la mesa de Booz, tuvo lugar una conversación mientras comían pan mojado en vinagre. El vinagre representa la amargura del sufrimiento, y la conversación representa el proceso de comprender el significado y el valor de ese sufrimiento para poder superarlo. Abordar la amargura del pasado es necesario para liberarse de los viejos patrones de pensamiento y comportamiento que se formaron en torno a él, y para romper las maldiciones que lo acompañaron.

Después del vinagre viene el grano. Cuando los asuntos del pasado fueron tratados, entonces viene la provisión para el futuro. Este mismo proceso traerá la liberación de la provisión en el Cuerpo de Cristo. Muy pronto, muchos de ustedes que están leyendo esto comenzarán a ver la provisión para la construcción de la Iglesia, a medida que vayan superando los viejos patrones. La provisión del Señor está en su lugar, Él sabe quién la tiene y cómo movilizarla.

La invitación a su mesa es una invitación a la conversación y a la amistad. Cuando Él te hable, asegúrate de mantener la conversación. Amigos, continúen la conversación; Él les revela sus secretos a sus amigos. En esta época, ojalá escuchemos y nos asociemos con el Espíritu Santo para entender sus estrategias, porque verdaderamente el Señor se acordó de su pueblo. ¡Maranatha, Jesús!

Betty King

(www.elijahlist.com)

 

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