Por Yvon Attia
Cuando mi esposo y yo empezamos a buscar el corazón de Dios para este mes, comenzó a surgir un sentimiento de emoción.
Oímos tres palabras concretas: alabanza, adoración y acción de gracias. Comenzamos a escuchar a Dios que decía: “Están entrando en el mes de la culminación. Es un mes donde verán el cumplimiento de la palabra que les entregué los meses anteriores, donde yo iba a asignar y desasignar. Está sucediendo, y ustedes están poseyendo su herencia”.
“Verán que muchas cosas que comenzaron, se completarán en el mes de julio. El vuelco se completará. La marea cambió. Verás que cuando adores, alabes y me des las gracias por lo que comencé a hacer en los meses anteriores, las cosas llegarán a su plena realización en este mes de julio”.
Un tiempo para esperar en el Señor
Mientras el Señor decía estas palabras, comenzaron a surgir visiones. La primera visión fue de un gran campo que había sido destruido por diferentes tipos de langostas. Recordé que las langostas destructoras fueron mencionadas en el libro de Joel:
“Lo que dejaron las langostas grandes lo devoraron las langostas pequeñas; lo que dejaron las langostas pequeñas se lo comieron las larvas; y lo que dejaron las larvas se lo comieron las orugas” (Joel 1:4).
Entonces el profeta Joel declaró: “Los campos yacen devastados, reseca está la tierra; han sido arrasados los cereales, se ha secado el vino nuevo y agotado el aceite” (Joel 1:10).
Muchos en los días de Joel no podían ver una salida. Joel empezó a ver que la era estaba vacía de grano y los lagares estaban vacíos de vino. Sin embargo, incluso en esos días oscuros, el profeta Joel nunca perdió la esperanza, llamó al pueblo de Israel a volver su corazón al Señor, a apartarse de sus malos caminos y a mirar al Señor. El Señor recibió su arrepentimiento y declaró la restauración.
Restauración divina, alabanza y acción de gracias
Este es un mes de restauración divina a través de la adoración dirigida por el Espíritu, la alabanza y la acción de gracias. En el mes de julio nuestra adoración individual y corporativa moverá a Dios a remover y destruir los obstáculos demoníacos que le impidieron al pueblo de Dios entrar en sus promesas. Es un tiempo de adoración abundante y de verdadera adoración.
Mientras oraba, Dios seguía declarando que en el mes de julio tendrá lugar una restauración increíble, incluso en situaciones desesperadas donde parece imposible que ocurra la restauración. Como Cuerpo de Cristo, estamos a punto de experimentar la mayor demostración de la fidelidad de Dios.
Promesas cumplidas
No es una coincidencia que el Espíritu de Dios nos haya estado hablando en julio de la finalización y la restauración a través de la adoración, la alabanza y la acción de gracias. El mes de julio es el séptimo mes y el número siete tiene un profundo significado bíblico en las Escrituras. A menudo el siete simboliza la culminación o la perfección. Génesis nos dice que Dios creó los cielos y la tierra en seis días y, al terminar, Dios descansó en el séptimo día (ver Génesis 1, 2:1-2).
El número siete también acompaña con frecuencia el cumplimiento de las promesas o los juramentos. De hecho, la palabra hebrea para jurar es “shaba”. Tiene su origen en “sheba”, que es la palabra hebrea que significa “siete”.
El libro de Josué nos da otro ejemplo del número siete y su correlación con las promesas. Dios prometió a Josué que Él mismo derribaría las murallas fortificadas de Jericó, si Josué y su ejército marchaban alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días, y luego siete veces en el séptimo día, con siete sacerdotes tocando siete trompetas. Después de que Josué siguió exactamente las órdenes del Señor, los muros de Jericó cayeron, tal como el Señor había prometido (ver Josué 6).
¡Los muros de la distracción se derrumbarán!
Mientras oraba, Dios dijo: “Prepárate, porque se derrumbarán en el mes de julio los muros de distracción y de prueba que te obstaculizaron, mientras adoras, alabas y das gracias”. La autoridad que se le dio a Cristo, comenzará a manifestarse en la vida de muchos de manera nueva y tangible.
El libro de Hebreos nos recuerda esta verdad: “el que sirve en el santuario, es decir, en el verdadero tabernáculo levantado por el Señor y no por ningún ser humano” (Hebreos 8:2). Así que, Dios se está preparando para tomar autoridad sobre todas las áreas y nada quedará fuera. Nuestra única respuesta es adorar, dar gracias y alabar. Hemos entrado en una gran temporada de restauración perfecta que comenzó a manifestarse en este mes de julio.
¡Tu temporada de invierno terminó! Prepárate para volver a soñar
Mientras estaba en oración, esto es lo que escuché decir a Dios:
“Julio será un mes de acción de gracias, regocijo y adoración. Caerás sobre tu rostro en adoración, porque mi bondad se derramará y te bañará. Porque estoy a punto de enviar lluvia (lluvia abundante), en este mes, para demostrar Mi fidelidad y Mi amor. La lluvia que fue retenida, retrasada y obstaculizada, será liberada. Tanto la lluvia temprana como la lluvia tardía serán derramadas y te ‘asombrán’ mientras me adoras. Estarás fuera de ti mientras Mis bendiciones abundantes comienzan a acumularse en cada área de tu vida”.
“Tu temporada de invierno terminó, porque yo te pagaré los años que se comieron las langostas. Rompan en alabanza, rompan en adoración, porque estoy haciendo una cosa nueva. Estoy quitando la escasez de entre ustedes. Prorrumpan en alabanza, prorrumpan en adoración, porque estoy quitando la desgracia y restaurando la honra. Estoy quitando la vergüenza y desatando un nuevo derramar de Mi Espíritu”.
“Prepárate para empezar a soñar de nuevo (para soñar conmigo), viendo lo que veo y sintiendo lo que siento. No más destrucción y ruina, porque he visto tu clamor. Estás alineado con Mi perfección y Mi amor. ¡La victoria está llegando! Sólo adora, alaba y dame las gracias. ¡Está terminado!”.
Yvon Attia
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