lunes, 8 de agosto de 2022

Para aquellos que sienten que no pasa nada”

Por Sara Whitten

Estás yendo más profundo

Esta palabra es para aquellos que sienten que tenían un cierto impulso cuando comenzaron a entrar en una nueva temporada; luego, repentinamente, se sintieron detenidos. Ahora es como si estuvieras en un patrón de espera y las cosas no progresaron. 

Dios me dio la imagen de una piscina. Esta piscina, como muchas, tenía un par de escalones que conducían al agua, cada uno de los cuales era progresivamente más profundo. Después, los escalones terminaban, la piscina se inclinaba gradualmente hacia abajo y se hacía más profunda.

Sentiste el llamado para “ir más profundo”, pero no viste aparecer más “escalones” en lo natural para hacerlo. Dios dice que el camino hacia lo “más profundo”, es simplemente seguir avanzando.

Al igual que mi visión de la piscina, llegaste a un punto donde no hay más escalones por delante, y piensas que, porque el Señor obró a través de grandes pasos en la última temporada, verás lo mismo en esta temporada. En lugar de eso, aunque sigas profundizando, es una “profundización” gradual que está ocurriendo, mientras simplemente sigues creyendo, perseverando y avanzando. La realidad espiritual es que el hecho de que no veas pasos gigantescos delante de ti, significa que ya estás lo suficientemente lejos en la piscina como para que el agua se profundice gradualmente a medida que avanzas. Para el ojo físico, puede parecer que no cambia nada, pero no es así.

No te ahogues antes de llegar a tu destino

Estaba escuchando el libro de Lisa Bevere, “Sin rival”, donde hablaba de un dato interesante que aprendió cuando se formó como socorrista: “casi la mitad de los ahogamientos se producen a menos de dos metros de la seguridad”. La razón es que se instala la desorientación y la gente entra en pánico, porque siente que el borde está fuera de su alcance. Dios dice: “No te ahogues a dos metros de tu destino”.

En un momento de Mateo 14:31, Dios te está alcanzando: “En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”. Dios te está levantando por encima del agua para que veas que estás progresando. Él todavía tiene tu próxima cita divina esperando delante de ti. La profundización no siempre viene en incrementos visibles.

Busca las señales

En una piscina hay señales colocadas con respecto a la profundidad y la seguridad. Por ejemplo: “No lanzarse, 1 metro de profundidad”. Sin esta señal, un metro puede parecer como un metro y medio, y si mides sólo alrededor de ese tamaño (como un niño), puede hacer una gran diferencia en la forma de moverte en el agua.

Dios está poniendo señales ante ti. No sólo te está recordando el progreso que hiciste para llegar a esta profundidad actual, te está guiando en lo que hay que hacer (y no hacer), en tu “profundidad” actual.

No te dejes engañar por la piscina de olas

Algunos de nosotros hemos experimentado una “piscina de olas”. Al natural, son grandes piscinas con olas artificiales, autogeneradas. Las olas, al retroceder, dan la apariencia de una profundidad decreciente. En realidad, la misma profundidad sólo se redistribuye temporalmente.

Si estás en una temporada de un paso adelante y dos pasos hacia atrás, no te dejes engañar. No perdiste profundidad. Mira más allá de las olas.

No te limites a flotar

Hace poco, cuando nuestro hijo mayor fue a cabalgar las olas de la costa en su Boogie Board, tuve que recordarle que no debía limitarse a flotar. Le dije que mantuviera la vista en nuestra carpa de colores brillantes en la playa, para que no fuera a la deriva.

Ir a la deriva (ya sea en la carretera o en el agua) se convierte en nuestra tendencia natural cuando nuestros ojos no están fijos. Aunque mantener nuestra atención fija en Dios es más un ejercicio de dependencia que de independencia, ¡sigue siendo un ejercicio!

En una piscina o en el océano, debemos involucrarnos activamente ya sea pisando, plantando nuestros pies o sosteniéndonos en el borde para permanecer en una posición o una ubicación específica. Del mismo modo, en el espíritu debemos buscar a Dios para saber cómo permanecer activamente comprometidos, ya sea plantando espiritualmente nuestros pies, pisando el agua o aferrándonos a Él, dependiendo de nuestra estación. No será sin esfuerzo, requerirá ejercitar diferentes músculos espirituales.

La comunidad y el avivamiento fluirán de ti

En varios casos (Salmo 107:35, Isaías 41:18, Isaías 35:7, Salmo 84:6), vemos la “salida" del desierto o lugar seco y la “salida” a estanques de agua, como un indicador de bendición y fructificación espiritual.

El desierto puede utilizarse para describir tiempos difíciles, pero también puede describir tiempos tranquilos y aislados (en el buen sentido) con el Señor. Cualquiera de estos puede describir tu temporada anterior. Mientras que el tiempo a solas con el Señor es siempre necesario (como Jesús modeló), el subproducto más importante de nuestra “llenura”, es convertirnos en un conducto del consuelo del Espíritu Santo en la comunidad. Para la mayoría de nosotros, ir a la piscina o a la playa casi siempre significa que estaremos allí con otras personas. Dios nos saca del desierto y nos lleva al reposo, a la comunidad y al avivamiento.

Vienen lugares más profundos de sanidad a medida que continuamos profundizando en la piscina con el Señor. Para no “flotar” (perder la visión por la distracción) o “ahogarnos” (rendirnos), Dios nos está llamando a asociarnos con un movimiento de sanidad (tanto de los corazones como de los cuerpos), que Él está haciendo “en y a través” de todo el Cuerpo de la Iglesia.

El estanque de Betesda (Juan 5:4) y el estanque de Siloé (Juan 9:7), son estanques bíblicos famosos que Dios eligió para restaurar tanto la visión como la movilidad, de manera milagrosa y asociada con la creencia y los actos de obediencia de la persona. Dios está haciendo lo mismo en este día (tanto a nivel espiritual como físico), restaurando nuestra visión y movilidad a través del crecimiento de nuestra confianza y asociándose con nuestros pasos hacia adelante. Por eso es tan importante no darse por vencido, aunque parezca que las cosas no están cambiando mucho, porque este es el momento donde el Señor te está llevando a lo más profundo.

Oración de activación

Señor, confío, más allá de lo que puedo ver; que Tú me estás llevando más profundo. Digo “sí” a más, y te pido que me des las señales e instrucciones para esta profundidad actual, para que pueda ser obediente en asociarme con todo lo que quieres hacer “en y a través” de mí. Reaviva en mí esa esperanza, y ayúdame a ser flexible para progresar, incluso cuando las cosas parezcan diferentes a lo que esperaba. Gracias que a través de esto Tú estás trayendo avivamiento, sanidad, visión y movilidad. Oro en el nombre de Jesús, amén.

Sara Whitten

(www.elijahlist.com)

 

No hay comentarios: