Por Lana Vawser
Recientemente escuché al Señor que decía: “estamos en un viaje de re-formación”. Cuando Él habló estas palabras, puso mucho énfasis en la palabra “re-formación”. Yo sabía que hubo un trabajo profundo del Espíritu Santo para traer cambio, realineamiento, renovación, transformación, transición, remodelación, corrección y reparación… un cambio y mucho más.
Hubo una “reconstrucción”, una sanidad profunda y una revisión divina que el Señor estaba llevando a cabo. Él estaba tratando con áreas donde el enemigo atacó fuerte contra muchos en el pueblo de Dios, para desordenar las cosas. El Señor estaba tratando con áreas desalineadas. El Señor estaba tratando con las áreas y los efectos de las temporadas anteriores, que el enemigo estaba usando para tratar de “sacar a la gente”. Áreas donde el alma estaba agotada, áreas donde hubo fuertes vientos que intentaron sacar a muchos de la posición de autoridad que Dios les había asignado. También vi que el Señor se estaba moviendo específicamente en el área de la identidad.
Las numerosas dificultades y ataques del enemigo que habían soportado y estuvieron soportando, los hizo sentir como si estuvieran viviendo en un remolino. Hubo casi una “amnesia espiritual” que sintieron que descendió sobre ellos y alrededor de quienes están en Cristo (específicamente alrededor de la revelación de ellos, como una nueva creación en Cristo y resucitados a la vida en Él). Sentían que esta revelación fue ahogada por el ruido de la temporada, los ataques que sufrieron y el cansancio profundo que llenó sus almas.
Observé cómo el mover poderoso de su Espíritu sobre ellos en esta hora estaba trayendo una profunda re-formación. La profundidad del cambio, la realineación por su mano, la liberación y la transformación que estaba ocurriendo para ellos era sin precedentes. No solo el Señor estaba realineando, re-formando y reposicionando, hubo una gran “adición” que estaba ocurriendo en la re-formación. Con tal gran cambio y transformación ocurriendo por su mano, comenzó a caer sobre sus vidas una gran multiplicación y un aumento increíble.
El Señor habló: “Esta re-formación es un alineamiento más profundo en lo que ya eres: ‘Una nueva creación’. Esta re-formación cambiará todo; habrá vida por todos lados”.
“Hay facilidad en Mi presencia y facilidad en la transformación. No hay esfuerzo. Es facilidad y desbordamiento descendiendo sobre ti en las re-formaciones por Mi mano en tu vida”.
Comenzando de nuevo
Entonces tronó la voz del Señor: “hoy comenzaste de nuevo”. Hubo un profundo reajuste, restauración y realineación. Fue un tiempo de cambio radical, transición, nacimiento y transformación. El cambio que estaba ocurriendo en sus vidas, estaba trayendo un “volver a empezar” en áreas donde casi habían sido noqueados, eliminados o quemados. El aliento de Dios estaba trayendo una renovación, un avivamiento y un reinicio. Y este “volver a empezar” estaba sucediendo con un mayor incremento, cambio y transformación.
Volví a escuchar la voz del Señor: “Estoy reiniciando todo”. Sabía que este momento de ir en un viaje de re-formación con Él, nos llevaría hacia un lugar de mayor profundidad de co-laboración con Él que nunca antes. Él estaba arreglando todas las cosas, llevando todas las cosas hacia una alineación divina apropiada, donde caminaremos hacia las nuevas dimensiones de crecimiento y las asignaciones que tenemos ante nosotros, mucho más fortalecidos en nuestra identidad en Él.
Su voz me rodeó una vez más: “Estás entrando en una nueva dimensión de restauración”. Ahora mismo está sucediendo un cambio grande y acelerado, así como la restauración desde todas las direcciones por el poder de su mano. Iglesia, ¡está sobre nosotros!
Dios está sanando la visión, la audición y el trauma
También vi a Jesús poniendo sus manos sobre los ojos y los oídos de muchos en el pueblo de Dios, y lo escuché decir: “Ya no serán traumatizados por lo que escuchen o lo que vean”.
El Señor trajo una profunda sanidad en la visión y el oído. Supe, en ese momento, que muchos estuvieron viviendo durante el último tiempo en el dolor y el trauma, casi en ciclos. Fueron traumatizados, no sólo por lo que habían visto y oído en lo natural, también por la guerra y el bombardeo constante del enemigo sobre su visión y su oído. Yo sabía que el Señor estaba hablando de la sanidad que ahora estaba ocurriendo en sus ojos y en sus oídos de una manera poderosa. Estaba removiendo el trauma y la pena, moviéndolos hacia dimensiones profundas de sanidad.
El Señor habló: “Hoy recibe tu sanidad. Recibe Mi visión. Recibe Mi corazón y Mi estrategia con gran aumento”
No solo hubo una poderosa sanidad ocurriendo sobre su perspectiva, su percepción, su discernimiento, su visión y su oído; el Señor les estaba entregando un aumento en la visión divina, la estrategia, el oído y la claridad, para la temporada en la que estaban actualmente y para el futuro.
La profundidad de la sabiduría, la revelación y la comprensión que Él estaba entregando era muy pesada, sagrada y profunda. Era una invitación a inclinarse y recibir la visión, el corazón y la estrategia del Señor, con mayor incremento en el lugar de comunión con Él, donde ya no habitaban el trauma y la pena.
Lana Vawser