lunes, 24 de noviembre de 2008

“Cuidado: Está entrando en su Tierra Prometida, cuídese de no murmurar y guarde todas sus relaciones”

 

Por Bill Yount

clip_image001“Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: ‘¿Qué vamos a beber?’” (Éxodo 15:24)

Los israelitas comenzaron a llorar y a clamar cuando oyeron los reportes negativos de los diez espías, en el mismo umbral de la tierra prometida.

“En sus murmuraciones contra Moisés y Aarón, la comunidad decía: ¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto!” (Números 14:2)

“Luego Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca, y Moisés dijo: ¡Escuchen, rebeldes! ¿Acaso tenemos que sacarles agua de esta roca?” (Números 20:10). Como resultado de la ira de Moisés en contra del pueblo, golpeó la roca en lugar de hablarle y eso le costó el acceso a la Tierra Prometida. El libro de Números podría llamarse el “libro de la murmuración”, porque los israelitas se mantuvieron murmurando contra Dios y contra Moisés.

¡Entrando en la Tierra Prometida!

Luego de pasar 35 años en la misma congregación, aprendí muy tarde en mi vida que Dios valora mucho más nuestras relaciones que nuestros sueños y visiones. Si su sueño o visión no se cumple, revise sus relaciones porque creo que heredaremos nuestra tierra prometida a través de nuestras relaciones. No sólo necesitamos a Dios para entrar en la Tierra Prometida, nos necesitamos los unos a los otros. “Donde no hay visión, el pueblo perece” (Proverbios 29:18). Podríamos ponerlo al revés y decir: “Sin pueblo, su visión perecerá”.

Su tierra prometida o su visión no son sólo para usted. ¡También es para otros! Aprendo que Dios utiliza gente para ayudarme a alcanzar mi sueño y llevarme hacia mi destino y propósito. Pude verlo utilizando a toda clase de personas, aún a gente que no me agradaba mucho. Pude ver a Dios usando a algunos de mis enemigos para lanzarme hacia mi propósito y destino divino. Encuentre a un amigo valioso y dígale: “¡Te necesito para que me ayudes a entrar en mi tierra prometida!”.

¡Tus relaciones actuales afectarán a tus hijos, a tus nietos y a las generaciones venideras!

Si tuviera que rehacer mi vida (en cuanto a mis sueños y visiones personales y para nuestra iglesia), cuidaría mucho más mis relaciones. Cuando comienzo a enfocarme en nuestra visión y le doy mucha más importancia que a nuestras relaciones, comenzamos a perder terreno. Cuando comenzamos a perder nuestras relaciones, comenzamos a abortar nuestra visión y nuestro destino.

Aprendí que la visión descansa mucho más en la gente que en los líderes. ¡Por eso los líderes están llamados a equipar y fortalecer los sueños y las visiones de la gente! También aprendí que las decisiones que ponen en peligro nuestras relaciones por causa de la visión o de lo que queremos, afectan directamente a nuestros hijos. Creo que una de las razones por las cuales la generación joven perdió el interés por la iglesia en nuestros días, es por la forma como nos dañamos unos a otros. Nuestros ataques y heridas sembrados en nuestras relaciones se multiplican y son cosechadas por nuestros hijos y nietos, afectando a las generaciones venideras.

¡Se está derramando un nuevo fundamento en el Cuerpo de Cristo!

Recientemente tuve una visión acerca de un camión de cemento estacionando fuera de la Casa de Dios. Estaba allí para comenzar a derramar un fundamento fresco y nuevo en lugar del viejo fundamento, porque estaba quebrado y echado a perder y no podía soportar lo que estaba por venir: el peso de la Gloria de Dios. Sentí al Señor diciéndonos a todos en Su Cuerpo que nos paráramos y rodeáramos este nuevo fundamento que se estaba derramando de una manera fresca. Se nos ordenó estirar nuestros brazos y levantar las manos de los demás, sin tocar el fundamento fresco hasta que hubiera fraguado. El Señor dijo: “¡No toquen nada! ¡Esta es mi obra y no la obra de los hombres!”.

Mientras levantábamos con firmeza las manos de los demás, muchos de nosotros queríamos hacer preguntas acerca de lo que debíamos hacer, como “Señor, ¿qué hay de la visión que nos entregaste?”. Sentí que el Señor respondía: “¡Sólo sosténganse unos a otros!”. También hicimos muchas otras preguntas como, “Señor, ¿qué pasa con esto o aquello?”. Cada pregunta que hacíamos recibía la misma respuesta: “¡Sólo sosténganse unos a otros!”. ¡Esa era la visión celestial que Dios tenía para cada uno de nosotros!

¡Cuídese para que sus dones no lo separen de la gente!

Estoy aprendiendo que Jesús murió más por la gente que por mi sueño o mi visión. A menudo, la gente me escribe y me dice que sus pastores o líderes no están abiertos a lo profético. Les digo, “¿Pueden bajar el tono de sus palabras lo suficiente como para que sus pastores puedan recibir al menos una parte de la palabra en vez de no recibir nada?”. Creo que esto no implica comprometer la Palabra del Señor. ¿Qué hay de bueno en tener una palabra del Señor si nadie es capaz de recibirla? Creo que cuando oímos de Dios, podemos declarar de una manera amorosa lo que recibimos para que todos puedan estar abiertos a ello, ¡incluso a los niños!

Después de pasar los últimos 35 años en la misma congregación, aprendí a remitir las palabras que recibo a los líderes que están sobre mí. Cuando no están de acuerdo, voy al Señor y me doy cuenta que Él está más interesado en moldear mi carácter a Su imagen y en refinar mi don profético a través de mis líderes. Después de todo este tiempo, ahora tengo un ministerio de alcance mundial y siempre estaré aprendiendo a través de mi liderazgo y de la gente que me rodea, ajustando mi don y mi llamado.

Por otro lado, ahora estoy en el liderazgo de nuestra iglesia. Nunca permita que su don se coloque entre usted y la autoridad que Dios estableció en su vida o sobre la gente que lo rodea. Permita que Dios use a la gente en su vida para refinarlo, mientras es conformado a la imagen de Jesús. Si el Señor lo guía a salir de su congregación por alguna razón, primero comparta con amor la razón que fundamenta su partida con su pastor y retírese con la bendición de su pastor ¡para que pueda ser de bendición por donde quiera que vaya!

¡Puede estar a una relación de distancia de su herencia! ¡Asegúrese de amar a todos, incluyendo a sus enemigos! ¡Es tiempo de avanzar!

Bill Yount

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