Por Bob Hartley
Tuve un sueño que se repitió varias veces a lo largo de los años donde Dios le cambiaba el nombre a muchas Iglesias, empresas y ciudades, así como en Isaías 62 y les ponía por nombre “esperanza”. En estos sueños, Dios me mostró que el Cuerpo de Cristo estaba asegurado en amor por sus experiencias de salvación. Pero ahora estaba implantando la esperanza en el Cuerpo de Cristo para manifestar su corazón. Sin esperanza, es fácil esconderse en la cueva y decir: “Jesús, el planeta no cambia, ¡vuelve pronto!”. Pero con un corazón lleno de esperanza, podemos avanzar con la vida abundante y tener algo que ofrecerle al Hijo de Dios cuando regrese.
Se está manifestando la realidad de Isaías 45, donde Él está sacando a la luz los tesoros escondidos de su naturaleza que estuvieron sepultados miles de años. “Te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre” (Isaías 45:3).
El encuentro: reforma de esperanza para el 2010-2020
Con el transcurso de los años, tuve una serie de encuentros con el Señor y registré lo que me hablaba. Pude hacerle una serie de preguntas sobre cómo estaba preparando, edificando y moviendo al Cuerpo de Cristo para avanzar en esta hora. Creo que tenemos el derecho de ser como los hijos de Isacar, quienes eran entendidos en los tiempos, para saber qué debía hacer el Cuerpo de Cristo, como en 1 Crónicas 12:32. Tenemos el derecho de ser socios con nuestro Dios y mientras nos guía, no debemos vagar por el desierto.
“Si el Señor se agrada de nosotros, nos hará entrar en ella. ¡Nos va a dar una tierra donde abundan la leche y la miel!” (Números 14:8).
Me propuse oír el corazón del Señor, no sólo por mis propios asuntos, también para el Cuerpo de Cristo y las naciones, particularmente para la década 2010-2020. A través de este proceso de encuentro y las respuestas del Señor, a menudo recibí la imagen recurrente de este sueño, donde estaba sentado en la mesa del Señor con otros. Allí me habló y desenrolló un escrito. A veces venía un guía que lo representaba y comenzaba a hablarle. Pude registrar eso durante la noche y reunir las piezas del escrito y el consejo que me daba el Señor.
“El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor” (Proverbios 19:21).
Recientemente, comencé a preguntarle al Señor por los próximos 10 años y esto es lo que me habló. Estaba anunciando un mensaje de milagros y una esperanza de reforma, declarando que el 2010 sería el año del corazón del Padre, asegurando a su pueblo en su amor y la voz del Padre por medio de los decretos para introducir a su pueblo y a las naciones en los destinos ordenados por Dios. Estos decretos ayudarían a la Iglesia a recuperar su coraje y esperanza.
El Señor me mostró que comenzando el 2010 y continuando por los próximos diez años, estará levantando patriarcas y matriarcas de todas las edades que decretarán lo que dice el Señor y un futuro diferente para el Cuerpo de Cristo. Job 22:28 dice que todo lo que decrete, ocurrirá si está de acuerdo con la voluntad de Dios. “Tendrás éxito en todo lo que emprendas y en tus caminos brillará la luz”. Él está levantando padres y madres en el Espíritu, como Pablo lo declara en 1 Corintios 4:15: “De hecho, aunque tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo, padres sí que no tienen muchos, porque mediante el evangelio yo fui el padre que los engendró en Cristo Jesús”.
Decretos de la voz del Padre para el 2010-2020
El primer decreto que el Señor me entregó en su mesa fue que “viene la esperanza en el 2010 y será a través de reformadores de esperanza”. Él me mostró a estos reformadores de esperanza que tenían una tercera perspectiva, no una perspectiva del mundo o propia, sino la perspectiva del Cielo. Estos reformadores de esperanza abandonaron toda perversión y engaño, regresando a un estado apropiado y piadoso, lleno de esperanza. Me mostró una imagen de Josué y Caleb en Números 13:25-33, mientras espiaban la Tierra prometida, con la esperanza que los hijos de Dios tomarían con toda seguridad la tierra, a pesar de los gigantes que había allí, ¡porque Él es más grande! Su perspectiva era la apropiada, piadosa y llena de esperanza. Sin lugar a la duda, el temor o el engaño que magnifican los desafíos por encima de nuestro grande y poderoso Dios. No, ¡podemos tomar la tierra! Pude ver a estos reformadores de esperanza que se levantaban y brillaban, como en Isaías 60:1. Surgirán con la voz de la esperanza del Padre en este año.
El segundo decreto que el Señor me dijo, fue que “aparecerán profetas llenos de esperanza en el 2010”. Estos reformadores de esperanza serán como los labradores en Zacarías 13:4-5. Son edificadores proféticos que no caminarán, correrán o se moverán en el sensacionalismo, sino plantarán una semilla y confiarán que la semilla traerá una gran cosecha. Pude ver que eran hijos e hijas como Abraham en Génesis 18:17, donde el Señor dijo: “¿Le ocultaré a Abraham lo que estoy por hacer?”.
Pude ver al Padre hablarles a estos hijos e hijas acerca de las ciudades cuyo arquitecto y edificador es Dios, con su voz patriarcal que es capaz de ver un largo camino y edificar conforme a ello.
El Señor me mostró en su mesa que su voz vendrá de una manera diferente. Es la voz del Padre que decreta realidades y futuros llenos de esperanza. No niega los desafíos, pero ve al “Gran Dios”, como en Deuteronomio 7:17-18: “¿Cómo podré expulsar a estas naciones si son más numerosas que yo? Pero no les temas, recuerda bien lo que el Señor tu Dios hizo contra el faraón y contra todo Egipto”. Me mostró que la profecía incompleta es ver los desafíos sin una respuesta en Él. Me dijo que no puedo edificar sobre lo negativo. Me mostró que Él es un Dios confiable, positivo y verdadero que consumó todas las cosas sobre su Hijo. Habló con la voz de la tercera perspectiva, no la de los hombres o los desafíos sobre la tierra, sino desde una perspectiva celestial, llena de esperanza y redención.
El tercer decreto que el Señor me mostró en su mesa fue que manifestaría el “sonido claro de la trompeta en el 2010”, para enfatizar lo más importante. El Señor me mostró, sentado en su mesa, qué cosas compartiría con mi hijo si no tuviera el tiempo suficiente sobre la tierra. Si tuviera unos pocos meses en esta tierra para compartir con él, ¿cuáles serían las cosas más importantes que le diría para ayudarlo a avanzar en la vida y tener éxito en Dios? Me dijo que esto es lo que quería hacer por el Cuerpo de Cristo. Esto es lo más importante que me dijo en este tiempo: existe una reforma de esperanza que viene y no es sólo sobre una seguridad eterna distante, aunque es nuestra ancla, es el llamado para vivir en un tiempo de reforma hoy. Es sobre la naturaleza de Dios expresada, así como la esperanza que trajo revelación a la vida de Josué, donde el Cuerpo de Cristo se afirma para decretar: “Podemos tomar la tierra”.
Estos son los decretos que el Señor me mostró para el Cuerpo de Cristo, mientras avanzábamos hacia la década del 2010-2020.
El Señor decretó para el 2010-2020: “Tengo un viaje real de esperanza para llevar al Cuerpo de Cristo hacia su reforma de esperanza”
El Padre comenzó a compartir conmigo los decretos que fueron clave para estos reformadores de esperanza, preparados para decretar sobre las naciones de la tierra. Decretó que hay una senda real y un camino para equipar a los “reformadores de esperanza” para transitar los tiempos y las estaciones actuales. Me dijo que siempre hay una casa para nuestro peregrinaje, una senda antigua y un camino justo para nosotros durante este tiempo particular que Dios nos está entregando sobre el planeta, así como en Jeremías 6:16: “Así dice el Señor: Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: No lo seguiremos”.
Me mostró un viaje real que el Cuerpo de Cristo emprendía junto y Él lo llamaba: “Viaje real de esperanza”. Pude ver 50 millones de personas que transitaban este viaje real de esperanza. Iban por las ciudades, las naciones y las empresas, eran capaces de moverse más allá del abatimiento y hacerlo en la esperanza, donde avanzaban hacia un futuro con una gran cosecha. El Señor me mostró que esta es la generación de Abraham que ve un largo camino para un futuro lleno de esperanza.
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “La devoción personal nos guiará hacia los decretos públicos”
Me mostró que el único camino para andar en su reforma de esperanza es la devoción personal llena de esperanza, porque eso nos guiará hacia los decretos públicos que nos ayudarán a cambiar la naturaleza del cristianismo. El Señor le dio un gran énfasis a la oración cara a cara. Me dijo que obtendríamos los decretos en el lugar privado con Él, cuando nos encontremos con Él y desarrollemos su corazón. Luego saldríamos con nuestra misión para ese tiempo y esa realidad.
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “Ve en este viaje y aprende cinco lecciones de esperanza que serán fortalezas de esperanza”
Tuve sueños recurrentes de personas que estaban en aulas de clase en el Cielo, donde debían aprender cinco lecciones de esperanza y luego se graduarían de esas lecciones, coronándose como “reformadores de esperanza”. Luego eran enviados desde ese lugar celestial con tal convicción que si le hablaban a las nubes para hacer llover, caerían diluvios sobre áreas geográficas enormes. En todos los lugares donde cayera la lluvia, la gente sería bañada por la esperanza. Pude ver personas llenas de esperanza que se manifestaban como Winston Churchill y Hans Nielsen Hauge, con un mensaje de esperanza en Dios y no se alteraban o movían por las circunstancias y los desafíos del día. En lugar de ello, cambiaban las circunstancias y los desafíos del día por medio del poder de la esperanza en Dios. Esto suministraba futuros con esperanza para los demás. Pude ver a estos reformadores moviéndose en cinco filas en esta aula de clases, mientras aprendía estas lecciones de esperanza.
La primera lección fue “esperanza en Dios”, donde se encontraban con Él como el “Dios suficiente para todas las situaciones de la vida”.
“Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa” (Génesis 15:1).
La segunda lección era “esperanza en la gente”, donde se encontraban con Él como el “Redentor y el buen Pastor”, mientras desarrollaban una gran esperanza en la habilidad de Dios para redimirnos y amarnos a nosotros y a los demás. Pude ver que había mucha decepción entre los seres humanos, donde veían a través de las lentes de la vida haciendo un análisis y una evaluación crítica. Pero también pude ver que les entregaban lentes llenos de esperanza para apreciar la situación, una vez que aprendían la lección.
“¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas y esto lo sé muy bien!” (Salmo 139:14).
La tercera lección era “esperanza en la siguiente generación”, donde se encontraban con Dios como el “Patriarca y el Padre extremadamente dedicado”. Cuando recibían esta revelación, Dios abrió la esperanza para la siguiente generación, llamándola “generación de esperanza” y no “generación X-Y-Z”. Allí comenzaban a ver a la siguiente generación hermosa y bendita.
“Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mateo 19:14).
La cuarta lección era “esperanza en la oración”, donde se encontraban con Él como el “gran comunicador y el que responde las oraciones”. Cuando recibieron esta revelación, tuvieron una “nueva visión”, donde eran capaces de ver a lo lejos, así como Abraham cuando vio el día de Jesús. ¡Edificarían sobre sus rodillas!
“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes” (Jeremías 33:3).
La quinta lección fue “esperanza en las ciudades y naciones”, donde se encontraban con Él como el “Rey benevolente de las naciones”. Cuando recibían esta revelación, surgía una fuerza de esperanza para aéreas geográficas y veían el deseo ardiente del corazón del Señor por las ciudades y naciones que se postrarían ante Él. Pude ver el nacimiento de una nueva generación que tenía la esperanza dentro de su ADN para las ciudades y naciones. Serán nuestras cuentas bancarias, donde tendrán una confianza sin contaminar en Dios. Así como Salomón no tuvo que pelear las guerras que peleó David, pero fue un hombre muy sabio capaz de gobernar y creer por toda una nación.
“Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!” (Salmo 2:8).
Una vez que estos reformadores de esperanza atravesaron todo el proceso y recorrieron estas tres filas de esperanza en el conocimiento y entendimiento de Dios en el lugar de la esperanza, al ser atraídos para oír como en Eclesiastés 5:1, hubo una gran coronación. Luego, estos reformadores fueron capaces de hablarles a las nubes de desesperanza y reprenderlas. ¡Atraían grandes nubes de gloria y sembraban regiones enteras con la esperanza en Dios!
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “Te estoy permitiendo (reformador de esperanza) ayudarme hoy con ciudades y naciones que recibirán Mi amor y Mí esperanza”
Específicamente, el 2010 es el año de la gran cosecha y habrá siete naciones que experimentarán tormentas de diversos tipos. Estas tormentas no son sólo geofísicas, serán financieras, políticas, etc. Justo después que Él me dijo esto, Haití tuvo una tormenta real. No creo que estas tormentas deban ser catástrofes literales. No soy un profeta de catástrofes, aunque en Grecia vimos una tormenta financiera. ¡Pero el Padre tiene una respuesta! Los reformadores de esperanza serán la voz del Padre con una devoción personal con Él para decretar con certeza, así afectarán estas naciones y a la gente clave en ellas de una manera apropiada. Podrán influir a la gente y poner sus manos en las de Jesús en estas horas de desafío.
Esto es lo que declaró sobre mi vida mientras estaba en el lugar de devoción con Él (aunque estos decretos son para todos). Esto es lo que dijo: “Primero, quiero mostrarte lo que estoy haciendo en toda la tierra. Comencé a decirte en 1983 que deseo establecer ciudades y naciones que me amen y tengan esperanza en Mí, como dice Apocalipsis 19:10. Todas las áreas de la sociedad recibirán el testimonio de Jesús y lo amarán”.
En 1983 le preguntaba al Señor día y noche, “Dios, ¿está en tu corazón?”. Me respondió por medio de la visión sobre un silo en Fort Collins, mostrándome varias imágenes progresivas. Pude ver cómo no se percibía a Jesús en las ciudades de la tierra, en medio del día y en las arenas de la vida como la política, la educación, el campo social, las artes, las familias y el mercado. El Señor me dijo cómo deseaba ver su Nombre reivindicado como en Ezequiel 36:23 y cómo su corazón ardía por ver las ciudades y las naciones amándolo a Él, recibiendo su amor y esperanza.
“Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente” (Ezequiel 36:23).
Desde 1983, pude encontrarme con varios reformadores de esperanza de los que vi en la visión original, porque eran personas reales en lugares concretos. Estos reformadores transformaban sus ciudades y naciones para ser los lugares que aman al Señor. ¡Está ocurriendo!
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “Hay tres tipos diferentes de naciones que surgirán este año”
Estas naciones tienen que tomar una decisión. Pueden tener un golpe preventivo de esperanza o entrar en el modo de crisis. El Señor me dio una imagen donde levantaba un niño. Me decía que yo también alzaría un niño en esperanza por su futuro, pero si no lo hacía, tendría que intervenir una crisis más adelante. Esta es una edificación proactiva de la esperanza del niño o una redención reactiva. Ambas son caras de Dios, el Edificador de esperanza y el Dios redentivo, pero les está dando a las naciones la oportunidad de elegir la esperanza y decretar un futuro diferente para ellas.
El Señor me mostró que el primer tipo de naciones era el de Zacarías. En Lucas 1, Zacarías recibió la promesa de un hijo y no ocurrió como él pensaba, entonces perdió la esperanza. El ángel se presentó para hablarle sobre el hijo prometido y no pudo creer. Así también hay naciones que los ángeles están visitando para llevar ayuda porque Dios está gritando, pero su abatimiento es tan grande que no son capaces de alcanzarlo. Pude ver un plan del Señor para llevarles su amor a estas naciones. Creo que estas naciones son Inglaterra, Alemania, Noruega, Grecia y Francia. Pude ver a los abridores que iban hacia esos lugares y eran de gran ayuda, para ser capaces de confrontar al abatimiento una y otra vez con la esperanza real en Dios. Una vez más, el Señor extendía la elección sobre estas naciones para que pudieran escoger la esperanza y decretar un futuro diferente para su nación.
El Señor me mostró un segundo tipo de naciones y eran como María. Esta mujer le creyó al ángel cuando le dijo que tendría un niño, aunque era virgen. Aunque no comprendía, dijo: “Sea conmigo conforme a tu voluntad”. Estas naciones sentirían el viento moverse como en Juan 3:8 y responderían al viento, aunque no lograran comprender todo. Haití es una de ellas. Hay una gran puerta abierta para Haití ahora mismo y Dios está derramando sus reformadores de esperanza para ayudar a las personas como María, en la misma forma que el ángel Gabriel para poner sus manos en las manos de Dios. Entregamos esta información para que la bañe con sus oraciones y conozca su parte para aportar los ladrillos correctos para edificar allí. Otras naciones como María son Egipto, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y EEUU.
El Señor me mostró el tercer tipo de naciones que eran como Simeón. Este hombre cultivó una relación tan estrecha con Dios que pudo ver el cumplimiento de todas las promesas en un pequeño bebé. María fue la que dijo: “Hago esto en fe, pero no entiendo” y muchas naciones serán así. Pero hay otras naciones que lo harán en fe y esperanza, luego lo entenderán. Creo que Canadá será una nación como Simeón. Pero también pude ver ciudades, partes de Sudáfrica, África e India. Verán su destino eterno, la esperanza de su llamado y su herencia en Dios, así afectarán a otras naciones. Saldrán de lugares como Betel, Toronto, Atlanta, Concord, Morningstar, Washington, DC y New York, para decirles a las diferentes naciones lo que ya saben acerca de quiénes son. Dios los envía para coronarlas.
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “Estoy cambiando la naturaleza del cristianismo para llenarlos de esperanza”
Hubo un cambio en la expresión del cristianismo desde la auto indulgencia hacia el estilo de vida del Sermón del Monte y ahora habla de una nueva naturaleza del cristianismo o el entendimiento de Dios que está surgiendo. Me mostró que está desenterrando continuamente el tesoro de su naturaleza como Dios de Esperanza que estuvo sepultado miles de años, como en Isaías 45. Esto cambiará la naturaleza del cristianismo desde la desesperanza hacia la plenitud de la esperanza.
“Te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre” (Isaías 45:3).
El guía me mostró que el Cuerpo de Cristo a menudo se sentó en el cuarto trasero, lamentándose con lágrimas, pero luego pude ver que atravesaban una puerta hacia una esperanza radiante para el día y el futuro en Dios en el 2010. Pude ver que el Cuerpo de Cristo estaba listo para avanzar y tomar el territorio, mientras ayudaban a manifestar la celebración de Jesús sobre las ciudades y naciones de la tierra. Pude ver que esto ocurría en las empresas y en las familias, como en la comunidad de creyentes de Hechos 2 y fui tan tocado que lloré y lloré. Luego comencé a clamar por esta realidad.
Me mostró que la esperanza no es una palabra abstracta, es una expectativa confiable y apropiada en nuestro Dios. Si tiene un hijo o hija lleno de esperanza, sonreirán hacia su futuro. Si es un cristiano lleno de esperanza, sonreirán ante su futuro y traerán una gran cosecha. Las ovejas serán caballos de guerra a través de este proceso de esperanza, hasta el punto que no podrán reconocerse.
Me mostró las áreas pequeñas que contaminaban nuestra esperanza como las zorras pequeñas de Cantares 2:15. Pero tiene una respuesta para nosotros: Cada uno en este escrito debía seguir un viaje de esperanza. Cuando comenzaban a sentir el sabor desagradable de la desesperanza al mirar a otras personas, quizá por impaciencia o frustración, avanzaban derecho por sus caminos, tomando sus promesas de esperanza y atacando esa área. Llegaron a ser como Gulliver, el camino que rechazaron los dejó atados al suelo por los “problemas pequeños”.
Soñé con la apariencia que tendría el pueblo con una esperanza radiante. Era la realidad de Daniel 12:3: “Los sabios resplandecerán con el brillo de la bóveda celeste, los que instruyen a las multitudes en el camino de la justicia brillarán como las estrellas por toda la eternidad”. Veremos surgir grandes luces. Esa pequeña área de tristeza en el lugar secreto de nuestros corazones donde no accedemos y reina la desesperanza, se encontrará con la naturaleza de la esperanza del Señor.
Luego el Señor decretó para el 2010-2020: “Habrá alianzas santas y llenas de esperanza, este año los matrimonios se celebrarán en el Cielo”
Se unirán grandes luces este año y se ayudarán a sostener unos a otros. El guía me mostró que Dios está levantando reformadores de esperanza a través de matrimonios celebrados en el Cielo, haciendo que los ministerios correctos se reúnan para decretar públicamente los planes del Señor para ayudar a estas naciones. Este año surgirán naciones como ovejas. El guía también me advirtió que si las personas iban a las naciones donde no fueron enviadas, sufrirían una muerte espiritual o física prematura porque traspasaron la tierra y caminaron fuera de la bendición del Señor. ¡Estas personas deben ser enviadas!
¿Cuál es su parte?
Su parte es ver este viaje de esperanza al cual el Señor nos está llevando entre el 2010 y el 2020. Nos está llevando hacia el salón de la esperanza donde nos encontraremos con Dios para decretar y donde comenzaremos a caminar el resto del día como reformadores de esperanza. Confesaremos y viviremos por quién es Él y luego decretaremos su voz en esperanza. Creo que muchos de los que lean este artículo están llamados a ser reformadores de esperanza, moviéndose en la fuerza de la esperanza en Dios a través de la adoración y la devoción, oyendo la voz del Padre y soltando los decretos sobre las naciones y sobre el Cuerpo de Cristo para este tiempo.
¡Abrace su camino de esperanza!
Bob Hartley
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