domingo, 5 de diciembre de 2010

“2011 es el año de nuestra herencia y transformación profética”

Por John Mark Pool

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¡Su herencia es inmensa!

Este es el comienzo de muchas palabras que vendrán para el 2011 sobre lo que el Señor me mostró como el año del Profeta. Puede tomar las palabras para este año y profetizarlas para que se manifieste la transformación de las riquezas del Reino en el 2011 y más allá.

Hebreos 9:15 dice: “Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto”.

El 2011 también es el año para experimentar una nueva revelación. Mientras el Señor me entregaba las revelaciones para el 2011, tuve una serie de visiones de los tesoros del Reino de Dios y estoy seguro que usted quiere leerlas.

Cuando viajaba por Tierra Santa, caminé hacia la iglesia en Éfeso y la iglesia de San Juan. Sentía que el Señor estaba tratando conmigo y me detuve a observar la vasta región costera donde acabábamos de llegar por barco. Ni bien miré la expansión, el Señor me mostró cantidades inconmensurables de monedas de oro cayendo desde el cielo y acumulándose en toda esta área. Era un tesoro tan grande que también incluía muchas piedras preciosas como diamantes, rubíes, zafiros y muchas otras que hacían latir mi corazón con excitación. Luego volví a ver todas las ruinas como piedras y la historia pasada de estas iglesias.

Mi corazón estaba apesadumbrado por lo que esto significaba y pude oír al Señor diciéndome: “La unción de los sacrificios que hicieron mis siervos como Juan y Pablo, están provocando el derramar de las riquezas del Cielo sobre la tierra como un recordatorio eterno en mi Reino”. Sentí las penurias como los naufragios, el hambre, los castigos, la fatiga y las intimidaciones constantes que se lanzaron sobre sus ministerios para establecer esta Iglesia poderosa y continuar como un testimonio para todo el cristianismo. Dios me dijo con claridad: “Donde está tu tesoro, también estará tu corazón”.

Sentí las lágrimas cayendo por mi rostro mientras analizaba la resistencia que ejercieron las fuerzas de las tinieblas para impedir que se establezca el fundamento de la verdad de Dios que produciría la transformación del espíritu, alma y mente de la gente. El Padre me aseguró que la unción, el depósito de vidas por medio de su sangre sembrada en esta tarea nunca terminó, los tesoros del Reino eterno sólo se incrementarán. Recogí una pequeña piedrita del camino y sentí que era más valiosa en ese momento que cualquier riqueza que este mundo me pudiera ofrecer.

Esto fue lo que dijo nuestro Padre sobre los tesoros de esta tierra: sólo decaerán, se oxidarán y serán comidos por las polillas, pero sus tesoros eternos durarán para siempre. Parecía no tener sentido pensar en ese momento sobre todas las cosas que no necesitamos en contraste con el valor que tenía la iglesia de Éfeso para el Reino de Dios.

Luego en una investigación posterior de la historia leí que la Iglesia en Éfeso establecida por Pablo, fue esencial en la región porque era la capital de la adoración pagana de la diosa Diana. Pablo se dio cuenta que la vasta área de Asia Menor tenía que viajar legalmente todos los años para ofrecer sacrificios a los dioses paganos que dominaban ese territorio. Por eso los comerciantes que vivían de la adoración a la diosa Diana se opusieron con tanta tenacidad a la nueva forma de adoración al Dios desconocido que traía Pablo por medio de Cristo resucitado.

Para Éfeso fue un gran desafío estar en el nido de los dioses paganos, tanto espiritual como financieramente. Esto no sólo era un riesgo para los practicantes de la adoración pagana. Era un peligro directo para el gobierno local que muchos fueran liberados para adorar al Salvador eterno, quien no reclamaba que las almas locales pagaran sacrificios a los dioses paganos. Además era un riesgo enorme para la estructura financiera del gobierno local. Esto hizo que todo el mensaje cambiara su valor supremo, así como la tremenda tenacidad para establecer la Iglesia y el Reino de Dios en Asia Menor, donde no eran bienvenidos.

Pero la Palabra de Dios se continúa predicando hasta el día de hoy en ese lugar. La gente sigue oyendo a diario la Palabra de Dios, el mensaje que llevaron Pablo, sus discípulos, Juan, Marcos y otros que declararon que el valor del Reino de Dios es eterno. Los que estamos en Cristo somos la misma familia de Dios con una herencia eternal que comienza cuando le dijimos sí a Cristo como el Señor de nuestra vida.

¡Decrete su aumento en el Reino!

El 2011 será un año para reordenarse frente al Reino de Dios. ¿Alguna vez profetizó, predicó, decretó y perseveró sólo para darse cuenta que sus frutos parecían muertos? No se rinda, decrete que su transformación comienza ahora. ¡Dios está tomando lo que el enemigo asumió como desorden y lo está transformando en un orden liberador! Comience a profetizar y decretar que su desorden se transforma en un nuevo orden de liberación. Reestructúrese por la transformación profética del orden de Dios. Cuando la Palabra comienza a cambiar nuestro entorno, no piense que es extraño que tenga que pelear con sus palabras de reordenamiento para ver la manifestación de su plenitud y liberación de los planes del enemigo para robar, matar y destruir su herencia. ¡Decrete ahora su aumento en el Reino!

¿Recuerda cuando el profeta Eliseo le profetizó un nuevo hijo para la mujer que edificó un cuarto para él? Le entregó una palabra a la mujer que hizo que se produjera un fruto invaluable desde la esterilidad. Cuando llegó el tiempo que su hijo creció para poder acceder a su llamado ministerial (incluso esto ocurrió en la época de la cosecha), el enemigo la atacó en el lugar más valioso para ella: el sitio de su herencia, porque su primogénito ahora estaba muerto.

¿Alguna vez alguien le preguntó qué debemos hacer ahora después que murió la promesa que nos profetizó? Hace que este llamado profético sea más comprensible que sólo ser un proveedor de palabras para otros. Aprecio tanto la fe y el carácter del profeta cuando fue con la Sunamita para que tomara posesión de esta valiosa promesa. Eliseo nos enseñó que debemos conocer lo que oímos de Dios y enseñarles a otros que vale la pena pelear por el valor eterno de nuestra herencia.

También debemos notar que esto era más que dar una palabra profética y seguir adelante. Esto requirió la confrontación para establecer el Reino de Dios sobre los reinos de este mundo. Esta mujer sabía que su fuente era el hombre de Dios y no temió el conflicto que reposaba sobre su cama. El profeta supo que Dios le entregó una palabra porque la herencia de la familia ahora tenía doce años y continuaba testificando del valor eterno de la herencia de Dios profetizada en el entorno natural.

Gracias a Dios Eliseo tenía el llamado, desde un entorno de obediencia, para aprender de Elías la determinación para enfocarse en el manto de la doble porción que no lo dejaría fallar en este conflicto satánico. Dios le estaba demostrando a la Sunamita y a la región que cuando Él establecía su Reino con una Palabra, quedaba a disposición de sus siervos los profetas para que continuaran el Reino decretando las cosas que no son como si fueran.

Este es un mensaje de la tenacidad de los llamados por Dios para demostrar que su llamado no es para los de corazón débil sino para aquellos que abrazan la copa de sufrimiento así como los tesoros de las bendiciones. Cuando estamos dispuestos a oír, sembrar y perseverar, podemos ser el mensaje del Reino de Dios, sin importar la localización, la circunstancia, la dificultad o la ocasión. Dios quiere que avancemos en Él para ser su palabra para aquellos que serán transformados en un tesoro eterno.

Sí, nuestro tesoro real no está hecho por manos de hombres, es la relación eterna con el Padre. Dios recompensará abiertamente a aquellos que lo buscan y le obedecen, estableciéndolos sobre las naciones y reinos de este mundo, dentro del Reino eterno de Dios para reinar por siempre con el Señor en las alturas.

¡Busque primero el Reino de Dios y comparta sus tesoros ahora!

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33). ¿Es importante buscar primero el Reino de Dios? Creo que esta palabra es un llamado para llevar al Cuerpo de Cristo otra vez hacia los valores básicos de dónde establecimos nuestro corazón así como el tesoro que demostraremos ante los demás. Como cristianos, los verdaderos herederos de las bendiciones del trono de Dios, debemos demostrarles a los perdidos el deseo de nuestro corazón por el valor correcto del tesoro mientras estemos sobre la tierra. Nuestros ejemplos vienen de Elías, Juan y Pablo, quienes no sólo nos enseñan a seguir a Dios y hablar su palabra, sino a compartir nuestra herencia eterna en el Reino con nuestra familia y los perdidos.

El ap. Pablo dijo: “… y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación, dando gracias con alegría al Padre. Él los ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz” (Colosenses 1:11-12). Dios es nuestro Creador y para todos aquellos que lo reconocen como Padre, estableció tesoros eternos como herencia para su familia.

“El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos” (Proverbios 13:22). Quizá no tenga muchos tesoros terrenales para dejarle a su familia en esta vida, pero Dios nos dice que debemos concentrarnos en los tesoros de valor eterno que nadie puede destruir. ¡Qué bendición tener semejante legado de las riquezas del Reino para nuestra descendencia!

¿Qué es valioso para usted?

“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21). ¡Dios quiere nuestra relación con Él como nuestro tesoro invaluable para deleitarnos hoy y siempre! ¡La relación con Dios es todo! No podemos valorar nuestra morada eterna por medio de los tesoros terrenales. Dios no quiere que veamos esto en lo natural sino en el plano sobrenatural.

Dios no quiere que sus hijos, los justos, padezcan necesidad o que sus hijos mendiguen pan. Cuando alineamos correctamente las prioridades del Reino de Dios, las cosas que necesitamos nos alcanzarán como una manifestación de su herencia desde ahora mismo. Cuando perseguimos al Padre se establece una demanda sobre nuestra herencia que nos permite acceder a ella.

Mientras esperaba delante del Señor, compartió conmigo que el próximo año mostrará su mano de juicio. No se alarme por esto, porque es una bendición para todos aquellos que lo buscan a Él con todo su corazón. Mientras lo hacemos, debemos darnos cuenta que el juicio de Dios está alineado con sus misericordias que se renuevan cada mañana. Mirar al Padre nos ayudará a llevar a otros hacia su herencia eterna y no hacia el juicio permanente.

Juan 3:19 dice: “Ésta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos”.

Sin embargo, Jesús vino para traer juicio y resurrección sobre nuestra vida, ahora podemos ser la misericordia que siempre triunfará sobre el juicio. Nuestras misericordias son nuevas cada mañana y podemos manifestarles el corazón de nuestro Padre a los que están en necesidad para que sean transformados proféticamente en herederos de la luz.

Si buscamos primero el Reino de Dios y no las ideas de las fortunas limitadas de los hombres, todas nuestras necesidades serán cubiertas abundantemente. Nuestro amado Padre, quien tiene todas las riquezas a su disposición, no quiere que sus hijos vivan en pobreza mental o física para que puedan manifestar las riquezas de su Reino. No debemos tener una existencia limitada con migajas que nos permitan subsistir, porque fuimos llamados como herederos del Creador del Cielo y la tierra. Cuando nuestros corazones se unen al del Padre, no sólo disfrutaremos de su abundancia integral, también nos contentaremos con menos en lo material, ganando una mayor abundancia por compartir con otros los tesoros espirituales que duran para siempre. ¡Eso es gastar la herencia de nuestro Padre desde ahora!

“He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan” (Salmo 37:25).

¡Visión de la restauración de la riqueza de la unidad familiar!

Al recordar el mensaje del hijo pródigo en las enseñanzas de Jesús (Lucas 15:11-32), el hijo le pidió la herencia a su padre y la recibió antes. El padre la dividió y se la entregó al hijo menor quien fue rápidamente a gastarla en las cosas equivocadas que no le trajeron recompensas o bendiciones. Sin embargo, esto lo hizo recuperar el sentido, pensando que los siervos de su padre disfrutaban más que él porque vivía en el cochinero.

Como el hermano mayor y los demás, la naturaleza humana juzga la insolencia del hermano menor. Parece una recompensa justificable que se arrastrara asumiendo el rol de un sirviente, mientras se rebajaba para recibir el favor de su padre. Sin embargo, Dios no quiere que veamos las cosas desde el punto de vista humano para justificar las acciones que se acompañan de consecuencias. Pero desde la perspectiva eterna, estaba perdido del Padre y luego fue restaurado a una herencia eterna que esta tierra no le pudo ofrecer.

No hace mucho tiempo, el Señor me mostró el mejor final que desea para que podamos completar el mensaje desde la parábola del hijo pródigo.

Meditaba sobre la restauración de la unidad de la fe en la familia de Dios para el crecimiento del Reino, cuando de inmediato me vi ante el cuadro del pródigo regresando a su casa. Caminaba junto a él y su padre lo veía esperando que llegara. Mientras nos acercábamos, la excitación era evidente porque para el padre su hijo era el mayor tesoro de la tierra. Inmediatamente abrazó y besó a su hijo, poniéndole un anillo y sandalias nuevas para dar comienzo a la fiesta de celebración porque el hijo muerto ahora estaba vivo.

Luego entré a la habitación del hijo mayor que estaba incubando y pronunciando maldiciones sobre esta celebración. Cuando el padre lo oyó, le explicó que su hijo menor estaba muerto pero ahora está vivo. Le dijo que todas las riquezas terrenales de su padre siempre fueron de él, pero esta relación con el menor que regresó ahora era causa de gozo.

Luego el Señor me mostró qué nos quería decir hoy por medio de esta parábola. En mi visión, todos estábamos sentados en la mesa de la fiesta y el hermano menor vino a disculparse con el mayor dándole un gran abrazo. El hermano mayor estaba renuente a perdonarlo, pero se sintió aliviado cuando el hermano menor le aseguró que nunca quiso su herencia terrenal. Usó estas palabras: “A través de esta dura experiencia encontré la recompensa eterna de la relación con nuestro padre y la restauración de nuestra familia”.

Lloré mientras me alejaba de la visión porque muchos de nosotros en realidad somos alguno de los personajes de esta parábola. Sin importar si usted ha sido estafado, fue el padre fundador del negocio familiar o el Jacob que se enfrentó con Esaú, lo que importa es que conocemos las riquezas sin medida del tesoro eterno del Reino de Dios. Pude ver que la visión llegaba a un final feliz. El hermano mayor comenzó a llorar a los gritos y luego le pidió perdón por alimentar una animosidad infundada sobre los asuntos terrenales. Ambos comenzaron a recordar los tiempos pasados y a hacer chistes sobre los días de su juventud, mientras el padre lloraba de alegría porque toda la familia volvía a estar más unida que antes.

¡2011 es el año de nuestra transformación profética!

Dios no sólo quiere remendar corazones rotos o vidas perdidas, vino para restaurar lo que se había perdido por el pecado de un hombre. Vino para que no sólo tengamos vida, cuando le decimos sí a Jesús podemos comenzar una nueva relación con nuestro Padre celestial. ¡Debemos compartir el mensaje de las Buenas Nuevas con todos para comenzar a gastar nuestra herencia desde ahora!

Ok, comencemos a entregar ese mensaje eterno y sembremos tesoros eternos en los corazones y las vidas desesperadas por el tesoro infinito de la vida eterna. Comparta este tesoro con aquellos a quienes Dios lo guíe y dígales cuando le pregunten que se supone que debe invertir en ellos la herencia de su Padre.

John Mark Pool

1 comentario:

EDITORIAL ITER dijo...

EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL, Comentarios a la encíclica Caritas in Veritate de BENEDICTO XVI

La primera encíclica social del Santo Padre Benedicto XVI Caritas in veritate anuncia desde el comienzo un principio capital que orientará todo el texto pontificio: “La caridad en la verdad es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad”
La obra tiene como objetivo ayudar a descubrir, reflexionar y profundizar en algunos mensajes de la encíclica, especialmente relevantes desde una perspectiva ético-social, y con especial énfasis en el desarrollo humano integral en nuestro tiempo. En ella, se recogen de una forma estructurada y rigurosa, extensos y riquísimos comentarios de carácter interdisciplinar, a diferentes temas que integran el contenido de la encíclica Caritas in veritate. Lo realizan una veintena de autores, teólogos, filósofos, juristas, economistas, expertos en ética, en dirección de empresas y en otras ramas del saber.

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