Por Sandie Freed
Tengo una fe inagotable por lo sobrenatural. ¡Yo sé que usted también! Creo que como hijos e hijas de Dios estamos experimentando un derramar fresco del Espíritu de Dios y el poder que se profetizó en Joel 2:28-30. Muchos de nosotros estamos familiarizados con estos versos y somos conscientes que esta profecía se cumplió el día de Pentecostés. Esto está documentado en el pasaje de Hechos 2. Sin embargo, como usted sabe, la demostración del Espíritu Santo fue continua.
Sabemos esto por la oración que Jesús les instruyó a sus discípulos: “… venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10, Lucas 11:2). Cuando oramos como nos enseñó Jesús, estamos orando para que el cielo toque la tierra. Piense acerca de ello, ¡cuando Jesús vino nos entregó su mundo! Demostró el Reino de Dios en la tierra. Su ejemplo de la demostración del amor de Dios a través de señales, maravillas, milagros y manifestaciones poderosas, deben ser herramientas de enseñanza para que nosotros hagamos lo mismo en la tierra hoy.
Creo que es seguro decir que en el Cielo no existen las enfermedades y, en consecuencia, ¡no deben existir en la tierra! Además, no existen la pobreza, la escasez o la desesperanza en el Cielo. Por tanto, tampoco le pertenecen a la tierra. Jesús le ordenó a sus discípulos: “Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” (Mateo 10:8, Lucas 10:9).
Recuerdo que cuando recién me convertí me dijeron qué cosas “no debía hacer” y me enseñaron que necesitaba ser “perfeccionada”, haciendo mucho énfasis en mí, en mi habilidad y en mi desempeño religioso. Nunca me presentaron al libro de los Hechos hasta que fui capaz de seguir la dirección del Espíritu Santo y aterricé en una congregación llena del Espíritu donde me enseñaron sobre la demostración y el poder de Dios. Amados, la Iglesia estuvo atada con muchas limitaciones que le impidieron alcanzar la plenitud del Evangelio. Permítame aclarar más este concepto.
Una limitación principal es la creencia equivocada que Dios sólo usó a los profetas para declarar y demostrar los milagros en el Antiguo Testamento y esos milagros murieron con los apóstoles mencionados en el Nuevo Testamento. Quiero discutir más sobre las limitaciones que nos retuvieron a muchos de nosotros, porque deseo que cada uno camine en libertad completa. Por ahora quiero hablar de alguien que todos relacionamos con el Antiguo Pacto: Elías. Sin embargo, sigue siendo un ejemplo para todos los creyentes en el Nuevo Pacto.
Los días de Elías
La mayoría de los cristianos, aún aquellos que no creen que Dios hoy sigue llenando de poder a sus santos para moverse en lo sobrenatural, reconocen que Elías fue escogido para moverse en demostraciones poderosas de su poder real. Desafortunadamente, como dije antes, muchos limitan los milagros a los profetas del Antiguo Testamento y creen que cesaron cuando murieron los apóstoles de Dios ungidos del Nuevo Testamento. Sólo porque Elías fue usado en el Antiguo Testamento, no significa que no pueda ejemplificar el tipo de ministerio profético y el poder en el que nosotros podemos caminar hoy. De hecho, hacia el final del Antiguo Testamento leemos que Malaquías profetizó que el espíritu de Elías sería enviado a la tierra.
Por supuesto, Elías murió pero su espíritu, la misma unción que desplegó los milagros y demostró el poder de Dios para destronar al enemigo en todas sus formas, fue enviado desde el Cielo. ¿Por qué? Bien, Malaquías establece que esta unción traería reconciliación en los corazones de los padres hacia los hijos y vice versa. Además, en mi opinión, el espíritu de Elías fue enviado a nuestra vida hoy para volver nuestros corazones, como hijos, otra vez hacia el Padre (Malaquías 4:6). Como la gracia de Dios que nos conduce al arrepentimiento, creo que las demostraciones de señales y maravillas, sumadas a las manifestaciones del Cielo, son las herramientas para guiar a muchas personas al arrepentimiento (un cambio de mentalidad). Por tanto, podrán experimentar más del amor y el poder de Dios en sus vidas.
Además sabemos que Juan el Bautista, un ejemplo del Nuevo Testamento, demostró el mismo poder de Elías (Mateo 11:14). Luego el Ungido se transformó en nuestro ejemplo a seguir mientras avanzamos demostrando el poder de Dios sobre la tierra. Jesús les demostró el poder del Cielo a sus discípulos. Como creyentes tenemos el registro de las historias bíblicas como nuestra guía de instrucción para hacer lo mismo. Existen muchos hijos de Dios demostrando el poder del Cielo en la tierra, aunque muchos de nosotros seguimos tropezando con la inseguridad, las doctrinas religiosas y la incredulidad. Para demostrar completamente la voluntad de Dios en lo sobrenatural, cada uno de nosotros como creyentes, sea como recién convertidos o como discipuladores de otros, necesitamos recordar nuestro fundamento bíblico para lo milagroso.
Una vez más, en el Antiguo Testamento notamos a Elías decretando que no hubiera lluvia, desatando la prosperidad sobre una viuda y su hijo, resucitando un muerto, haciendo caer fuego del cielo, destruyendo a los profetas falsos de Baal y ungiendo a Jehú y Eliseo. En 1 Reyes 18-19 puede leer acerca de la unción de Elías, los milagros que realizó, la matanza de los falsos profetas y la unción de Jehú y Eliseo. Luego estudiamos sobre su siervo y sucesor, Eliseo, realizando también muchos milagros. En el Nuevo Testamento leemos sobre Juan el Bautista, quien caminó con el mismo espíritu de Elías sobre su vida. Juan bautizó a Jesús, luego el Maestro demostró el Reino de Dios sobre la tierra.
Avance más allá de sus limitaciones
Para mí es asombroso ver que hoy muchos de nosotros limitamos a Dios. Podemos ver un milagro e inmediatamente caer en la duda y la incredulidad. Cuando pienso en Eliseo, creo que mientras sirvió a Elías tuvo que perseverar a través de muchos pensamientos y posibles rechazos antes de recibir la doble porción de la unción. Aún así, hizo todo lo necesario para recibir el manto. Tuvo que dejar atrás cualquier limitación que pudiera impedir la apertura que lo llenaría del poder para hacer milagros.
El punto es el siguiente, ¡Eliseo tenía un destino y lo sabía! Su destino era demostrar el poder de Elías. Ocurre lo mismo con nosotros hoy, pero estamos llamados a demostrar el Reino de Dios, así como lo hizo Jesús mientras estuvo en la tierra. Sin embargo, esto no se puede cumplir en nuestras propias fuerzas, se demuestra obedeciendo para cumplir nuestra comisión divina en la tierra por la gracia de Dios.
Concretando destinos
Mi anhelo es alentarlo y recordarle que como fuimos salvos por la obra completa de Jesús en la Cruz, ese poder sobrenatural de Dios para transformar está disponible para concretar nuestro destino divino. Yo sé que lo estoy martillando con esto, ¡pero quiero que cambie! Sí, parte de nuestro destino como hijos de Dios es demostrar y experimentar el poder de Dios. Con eso en mente, permítame recordarle que usted nació con un propósito que debe cumplir. Dios lo hizo con un propósito específico. La palabra propósito significa “razón por la cual algo existe”.
Por tanto, fácilmente podemos concluir que Dios nos creó por una razón específica. La humanidad, como un todo, fue creada a imagen y semejanza de Dios con el propósito de ejercer dominio. Aunque este no quiere ser un “mensaje de dominio”, necesito ser claro respecto de algo: Cuando usamos la autoridad que Dios nos entregó, somos capacitados para demostrar su poder divino sobre la tierra. Amado, es tiempo de demostrar y experimentar el poder de Dios en nuestra vida.
En el momento de la creación, tanto Adán como Eva fueron creados para ser como Dios y experimentar lo que defino como una “vida sin límites”. Este estilo de vida implica experimentar nuestras vidas sin ningún tipo de impedimentos o limitaciones. Vivir sin límites no es por propósitos egoístas, sino experimentarla para que podamos cumplir nuestro destino y propósito. Y, sin limitaciones, podremos demostrar y experimentar en plenitud el poder de Dios sobre la tierra. ¿Cierto? Permítame explicarme un poco más.
Siempre creí que parte de mi propósito incluye darle gloria a Dios. Siempre fui una persona determinada y enfocada. También soy extremadamente apasionada sobre las demostraciones del Reino de Dios mientras esté en la tierra. Esto incluye no sólo tener un propósito, sino cumplir con nuestra asignación divina. De hecho, aún podemos considerarlas como una misma cosa.
Jesús tenía un propósito
Según 1 Juan 3:8, Jesús también tenía un propósito: “… deshacer las obras del enemigo”. Recientemente discutimos que Jesús introdujo su mundo dentro de nosotros. Sin embargo, necesitamos profundizar en esto un poco más. En griego la palabra propósito es “tupos” y significa “modelo o imitación”. Conforme a esta traducción, queda muy claro para nosotros que Jesús, cuando destruía las obras del enemigo, se transformó en un modelo para que lo imitáramos. Como nosotros también estamos en una asignación, en nuestro propósito, estamos imitando a Dios. De hecho, ¡imitarlo es una de las maneras de darle gloria!
Satanás es todo maldad, todos sabemos eso. Sin embargo, también se consume por atacarnos, como lo hizo con Eva en el Edén, tratando de provocarnos dudas acerca de nuestra identidad en Cristo. Si creemos lo opuesto a lo que somos (hijos e hijas de Dios, hechos a su imagen divina), perdemos la capacidad para imitar plenamente a Dios. ¿Qué es eso? Cuando dudamos de nuestra identidad en Dios, también dudamos de nuestra habilidad para demostrar su poder. Ambas van de la mano. De hecho, conocer quiénes somos en Dios nos capacita para demostrar el poder del cielo y manifestar su gloria. Wow, ¿no desea todo ese paquete? Quiero decir, ese paquete del cielo, ser creados a su imagen y demostrar su poder.
Amo los regalos y me deleito abriendo presentes y paquetes. ¡Creo que a todos nos pasa lo mismo! Por tanto, me siento en confianza para decirle que deseo que reciba regalos de Dios, los dones espirituales y los use para su gloria. El problema es que el enemigo estableció muchas limitaciones diferentes sobre nosotros para impedir que los demostremos. ¡Es tiempo de remover todas las limitaciones de nuestro pasado!
Demonstración de su poder
Para mí siempre fue importante concretar mi destino, pero existe un deseo creciente dentro de mí por ser alguien conocida por demostrar su gloria. Ser un demostrador del poder ilimitado de Dios en este tiempo ha sido uno de los viajes más excitantes que experimenté desde que nací de nuevo. La palabra “demostrar” significa que algo se está “mostrando o probando”.
En otras palabras, cuando permitimos que Dios nos use y oramos para que alguien se sane milagrosamente, somos imitadores del Padre. Así como Elías, Eliseo, Juan el Bautista, Jesucristo y otros. Probamos el amor de Dios mientras oramos por los enfermos o las necesidades de sus hijos. Pero además, considere este hecho: Cuando se sanan se cumple la perfecta voluntad de Dios, probada y demostrada. Qué privilegio es para Dios usarnos para probar su amor a través de la demostración.
Como lo establecí anteriormente, creo que cada uno de nosotros tenemos nuestro propósito personal en la vida. Estoy completamente convencida que Dios me llamó a orar para que los cielos toquen la tierra y su voluntad se cumpla en la tierra como en el cielo (Mateo 6:10, Lucas 11:2). Mi propósito incluye tocar el cielo en oración y recibir revelación divina para desenvolver diferentes misterios ocultos.
Hablando claro, estoy llamada a soltar la revelación divina a través de mis libros, enseñanzas y directivas proféticas. Para mí, ese es todo un tipo de demostración. Sin embargo, debo ser honesta con usted y admitir que muchas veces me siento limitada. ¿Por qué? Porque satanás ataca mi mente con mentiras.
Las mentiras del enemigo que nos limitan suenan así:
• No eres lo suficientemente inteligente para enseñar la Palabra de Dios.
• ¿Qué te hace creer que Dios usaría a alguien con un pasado como el tuyo?
• Eres un completo fracaso en la vida. ¿Cómo te puede usar Dios?
• Si oras por los enfermos, quizá no se sanen. Sólo piensa en lo que la gente diría de ti.
• No estás calificado para demostrar el poder de Dios.
• Eres defectuoso. Dios no puede usar a alguien como tú.
Más limitaciones
Amado, existen muchas otras limitaciones que el diablo usa para robarnos el privilegio de demostrar el poder milagroso de Dios. La religión niega por completo nuestra necesidad de relacionarnos con Dios. De hecho, muchas veces la reemplaza. Pasé mucho tiempo discutiendo cómo se ve la religión, cómo comienza a arraigarse en nuestro sistema de creencias y además, cómo salir de ella para demostrar la gloria de Dios.
Otra limitación que discutí y creo que es un asunto serio en la Iglesia, es la presión por obtener resultados. Esta situación está arraigada en el desempeño, el perfeccionismo y la introspección. ¿Cuántas veces hemos creído la mentira que somos un fracaso porque no mostramos los resultados deseados? Amado, el enemigo usará esta mentira para limitarlo. Por otro lado, Dios desea que experimentemos su estilo de vida sin límites. Después de todo, ¿Jesús no dijo que todas las cosas son posibles para los que creen? ¿Existe alguna otra razón por la cual el diablo ataca nuestra fe? Sí, la falta de fe termina siendo otra limitación.
¿Qué nos retiene?
Permítame hacerle un par de preguntas:
¿Qué cree que lo está reteniendo?
¿Cuáles son sus limitaciones?
Creo que Dios desea llenarlo de poder para ser libre de limitaciones como:
• Confianza en sí mismo
• Esforzarse por agradar a Dios por sus obras religiosas
• Desengaños
• Dolor emocional y trauma
• Actitudes defensivas y derrotistas
• ¡Y muchas otras más!
Amado, una de mis enseñanzas favoritas sobre este punto es: ¡Dios nunca deja de perseguirlo! Sí, es correcto. Nunca se retira de buscarnos. Estoy muy contenta que Él crea en mí. Bueno, también cree en usted. Dios desea restaurarnos, sanar nuestro quebranto y demostrar el poder del Reino.
Permítame orar por usted:
Padre, oro para que cada lector hoy se llene de tu poder para demostrar tu Reino en la tierra.
Padre, me pongo de acuerdo con lo que dice tu Palabra respecto del destino y el propósito de cada uno, porque fuimos creados para darte gloria.
Padre, oro para que reveles las limitaciones que nos están robando la capacidad para demostrar tu Reino.
Padre, oro para que transformes a cada uno de tus hijos en tiempos permanentes de una vida sin límites. Decreto que no existen límites para lo que hacemos o experimentamos en Dios. En el Nombre de Jesús, ¡Amén!
Ahora sólo debe creer y la vida sin límites es suya para que pueda experimentarla. Sí, ¡estos son los días de Elías, Eliseo y usted demostrando el poder del Reino de Dios en la tierra!
En su gracia infinita,
Dra. Sandie Freed
(www.elijahlist.com)