jueves, 14 de noviembre de 2013

“¿Se siente fatigado y tentado a desmayar? Esto es lo que debe hacer”

Por Al Thomas

clip_image001Gálatas 6:9 dice: No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.

Entienda qué lo debilita

Conforme a la Palabra de Dios, hacer el bien nos agota. ¿Qué es hacer el bien conforme a las Escrituras? Bien, las obras son buenas, pero ¿cuál es la mayor obra que podemos hacer? Amar a Dios y tener fe en Él. Amar a Dios es el mayor mandamiento y cuando tenemos fe, le agradamos (Hebreos 11:6).

Deténgase y vea esto desde la perspectiva de Dios. Muchos comienzan a sentirse inseguros o desvalorizados porque tienen la impresión que no son lo suficientemente buenos o no aman a Dios lo suficiente. Este es un gran engaño en la Iglesia y lisió a algunos en su caminar con Dios.

Mateo 22:36-38 dice: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente, le respondió Jesús. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. Entonces, el mayor bien que podríamos hacer es amar a Dios y, en consecuencia, tener fe en Dios (Romanos 12:3).

clip_image003Note que no dije que no podemos experimentar momentos esporádicos de duda (todos los tenemos) o que siempre debemos hacer lo correcto (sin tropezar o pecar). Dije: “¿Ama al Señor con todo su corazón? ¿Lo adora con toda su alma?”. ¿Nuestra mente a menudo piensa en Él día y noche? Estoy convencido que la mayoría de los creyentes lo hace.

Eso significa que tenemos fe en Dios y, aún más importante, estamos cumpliendo el mayor mandamiento. Estamos haciendo las obras mayores. Convénzase de ello y esa debilidad se irá de su vida. Muchos le agradan a Dios y ni siquiera lo saben. Deje de creer que está viviendo en condenación y acepte que Él ya lo aceptó. Permita que Efesios 1:6 penetre en su cabeza: “... Él nos hizo aceptos”.

Algunos están debilitados porque sienten que perdieron el llamado de Dios para su vida

Una vez más, las Escrituras son nuestra fuente para desmitificar este dilema que confunde a muchos cristianos. Jesús aclaró esto en Juan 6:28: ¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? le preguntaron. Algunos sienten que perdieron la obra de Dios para sus vidas.

Una mujer me preguntó cuál era la obra o la voluntad de Dios para su vida. Sentía que le había fallado a Dios porque no había ningún tipo de llamado específico. Esto es lo que me entregó el Espíritu Santo para ella: Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió” (Juan 6:29). Si creemos que Jesús es el hijo de Dios, automáticamente estaremos en la “obra de Dios”.

No, no soy inocente. Sé que necesitamos pelear la buena batalla de la fe (1 Timoteo 6:12) y esto no es una fiesta. Además, necesitamos buscar su dirección y su propósito para nosotros. También necesitamos orar, tener comunión y “esforzarnos como nos indica el Espíritu Santo”. Sin embargo, no debemos comprar la mentira que no amamos a Dios con todo nuestro corazón. Estamos haciendo la obra de Dios. Él nos ama y cumplirá las promesas que nos hizo porque no se olvidó de nosotros (Hebreos 13:5).

No debemos engañarnos pensando que le fallamos a Dios. No debemos cargar con la culpa o la vergüenza debido a alguna forma auto impuesta de santidad o una posición que Dios nunca quiso que alcanzáramos. Además, no debemos engañarnos pensando que Dios no termina de aceptarnos. Esta es una gran mentira (Juan 10:10). Veo muchos hijos de Dios (aún ministros) bajo la intimidación del diablo. Algunos están paralizados por el temor y la culpa. Esto hace que no puedan tener gozo y menos aún alcanzar victorias. Somos aceptos por el Padre. Somos muy amados porque Él nos favoreció. ¡Debemos rendirnos ante tan grande amor! Este viaje maravilloso no significa que siempre debe ser abrumador e insoportable. Sí, tendremos problemas, pero habrá gozo (Juan 17:13) y paz (Isaías 26:3) a lo largo del camino.

Debemos aceptar su amor incondicional y luego la debilidad se irá

¡Necesitamos darnos cuenta cuánto nos ama Dios! Los predicadores nos dicen que debemos tener fe para agradar a Dios, pero muchos casualmente pasan de largo la enseñanza que la fe obra por el amor y que Dios es amor (Gálatas 5:6). Si vamos a vivir alineados con la Palabra de Dios, no sólo debemos ser hijos de fe sirviendo a un Dios de fe. Necesitamos saber que ya cumplimos el mayor mandamiento al amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente… ¡lo estamos haciendo ahora y al hacerlo, cumplimos el mandamiento más grande!

Aún así, demasiado a menudo habitamos en lo “grandioso”, lo “dramático” o aún en lo “negativo”. Sin embargo, Dios también está interesado en las pequeñas cosas de la vida.

Ejemplo: Ocasionalmente paseamos al perro de nuestro hijo. Es un perro enorme y amoroso con una cola fuerte. Un día me trajeron al perro y noté que su cola no se movía para nada. Eso me extrañó. Mi hijo me dijo: “El veterinario la diagnosticó como una cola muerta. Suele suceder. El músculo simplemente muere y desde ahí no se mueve más”. Pensé, “¿Qué tiene un perro en la vida? Come, bebe agua, ladra y mueve la cola. No es demasiado. ¡Mover la cola es importante para los perros!”. Pude ver miles de personas sanarse en nuestras reuniones. ¿Por qué no un perro? Llamé al perro e impuse mis manos sobre él, creyendo que Dios haría el milagro. A los diez minutos estaba moviendo la cola y continúa haciéndolo hasta el día de hoy. Dios nos ama y también a nuestros perros. Si Él cuida de un perro, ¿cuánto más no cuidará de nosotros? (Mateo 10:31).

Cuando reconozcamos que le agradamos a Dios, la debilidad se evaporará

En un retiro de hombres cristianos el predicador le pidió a cada hombre presente que le preguntara a Dios: “¿Qué hacer para agradarlo?”. Los hombres pasaron 30 minutos buscando a Dios. Cuando regresaron, uno por uno compartieron lo que pensaban que Dios les había dicho. Respuestas como: Cuando somos más amorosos con nuestras esposas, cuando le damos a los pobres, cuando leemos la Biblia cada día, cuando testificamos, etc.

Todos los hombres expresaron respuestas similares, excepto uno. Era conocido por sus luchas espirituales continuas y sus momentos de duda. Algunos lo juzgaron mal por esto. Este hombre respondió: “Sentí que Dios me dijo que Él se agradaba cuando nadie trataba de agradarlo…”. Eso es tener revelación. Dios se agrada cuando queremos agradarlo. ¿Alguna vez trató de agradar a Dios? Eso le agrada a Dios. No habite en sus errores. Debemos descansar en su amor por nosotros. Es real y es tenaz.

Lucas 18:1 dice: Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse. Pero por si acaso a usted le llegara a ocurrir, Isaías 40:29 dice: Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Mi palabra es que no podemos perder. Isaías 40:31 dice: … pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

clip_image005Para los que esperaron demasiado y oraron mucho, la victoria finalmente ocurrirá. Para algunos no será como lo imaginan o piensan, pero las respuestas repentinas del Espíritu pasan por encima de las circunstancias y los eventos, cambiándolos a nuestro favor. La paz vendrá tan imperceptible que nos asombraremos al darnos cuenta que “estamos descansando en Él como no ocurría en años… todo está bien en mi alma”.

Romanos 8:28 parece pasar la página y calmar nuestra alma. Nos regocijaremos grandemente. Sí, es real. Pero hay más, sus hijos vendrán, su sanidad se manifestará y aún sus dudas comenzarán a desaparecer. Parece que después de todo obtuvimos la victoria por fe. Vemos las cosas de una manera diferente. No perdimos nuestra esperanza. Es tiempo de regocijarnos. Si fuera usted, estaría excitado por esto.

Al Thomas

(www.elijahlist.com)

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