Por Mario Maxwell
Para mucha gente, el año 2013 fue uno de los más difíciles y desafiantes que alguna vez experimentaron. En el 2013 hubo toda clase de pruebas, situaciones y tragedias que dejaron a muchos preguntándose si eran capaces de resistir un día más. Toda clase de adversidades vinieron a nuestra puerta para convencernos que no podríamos salir de lo que estábamos enfrentando. Aún así, a pesar de todo eso, ¡algunos logramos resistir! Con lágrimas en los ojos y dolor en el corazón, atravesamos la enfermedad, la depresión, la pobreza o las calamidades, ¡perseverando hasta el día de hoy!
Nos levantamos a enfrentar todos esos desafíos y prevalecimos por la fortaleza de Dios. Como Pablo, fuimos muy presionados por todos lados, ¡aunque no pudieron aplastarnos! Quedamos perplejos, ¡pero no desesperados! Muchos de nosotros fuimos perseguidos y aún nos dejaron a un lado, pero nunca nos olvidó nuestro Padre. ¡No fuimos destruidos, porque creímos que veríamos el bien que Dios nos prometió en la tierra donde vivimos! Nuestra fe nos mantuvo de pie. Nuestra fe nos mantuvo perseverando cada día, y esa fe nos está por llevar hacia uno de los mayores avivamientos personales que hayamos visto.
Aunque la fe en Dios ha sido la fuerza que nos alentó y nos llenó de poder para mantenernos firmes, también es el objetivo que el enemigo odia y busca destruir. Es debido a que nuestra fe y nuestra posición con Dios es algo que nunca podrá recuperar, ¡entonces no quiere que nadie más la tenga! Por esta razón debemos seguir adorando, orando y sirviendo a Dios apasionadamente. Esto atormenta al enemigo porque le recuerda lo que perdió y nunca volverá a tener.
Dios no nos desamparó
En Daniel 6 vemos una historia que se desarrolla acerca de este personaje que fue señalado y atacado debido a su fe. La Biblia registra que el rey Darío nombró 120 príncipes para gobernar sobre la tierra y tres presidentes sobre ellos, uno de los cuales era Daniel. Darío favoreció a Daniel porque tenía un espíritu excelente y fue fiel sobre todo lo que le había confiado. Tanto Dios como el rey Darío sabían que cualquier cosa que le confiaran a Daniel, la cumpliría con fidelidad y no perdería nada. El favor sobre Daniel provocó que los otros presidentes, príncipes, capitanes, consejeros y gobernadores tramaran una trampa para matarlo. Ellos sabían que el único lado débil de Daniel era que servía a Dios apasionadamente.
Los presidentes y los príncipes que conspiraron para montar esta trampa ignoraban quién era Daniel. Los estudiosos creen que en ese tiempo Daniel tenía entre 80 y 90 años de edad. Ese es un tiempo más que suficiente para que la reputación de Daniel como hombre de oración y fiel administrador fuera notoria en el reino. La gente sabía cómo Daniel ayunaba y oraba desde su juventud, recibiendo el favor de sus captores. Sabían de sus amigos que desafiaron las órdenes de Nabucodonosor y salieron ilesos del horno de fuego. Sabían del poder que Daniel manejaba en la oración para interpretar los misterios y gobernar sobre las naciones.
Aunque Daniel sabía que si continuaba amando y sirviendo a Dios por medio de la oración moriría con toda seguridad, ¡se rehusó a dejar de hacerlo! Cuando Daniel conoció el decreto que estaba rodando, ¡fue directamente a su casa, abrió las ventanas y permitió que sus acciones declararan que nada lo separaría del Dios a quien servía! Cuando los demás oficiales vieron lo que Daniel estaba haciendo, fueron al rey y lo obligaron a arrojarlo al foso de los leones.
Cuando arrojaron a Daniel en el foso de los leones, el rey estuvo en pie toda la noche y no pudo comer nada debido a su preocupación. El rey no se dio cuenta del verdadero propósito del decreto que echó a rodar. En un análisis superficial, Daniel se podría haber sentido traicionado y herido por el rey que lo había favorecido. Sin embargo, Daniel comprendió un principio muy poderoso: Aunque las armas se levanten en nuestra contra, no son responsables por esa orden. A veces la misma gente en la que confiamos se da vuelta o nos decepciona, pero debemos estar listos para perdonarlos. El perdón nos mantiene libres de las ataduras y nos permite vivir en libertad, mientras otros se encuentran emocional y espiritualmente encadenados.
La mañana siguiente, el rey se apuró a ir hacia el foso de los leones, preguntándose si Daniel había resistido toda la noche. Daniel saludó al rey y le dijo: “Oh rey, ¡vive para siempre!”. Daniel sabía que había prevalecido porque Dios estaba con él, por esta razón no salió del lugar oscuro lleno de amargura e ira. Daniel salió lleno de gozo, sabiendo que finalmente la victoria le pertenecía a Dios porque no lo había abandonado.
Dios oye todas nuestras oraciones
Mucha gente se siente desalentada porque perciben que sus oraciones no son respondidas. Sienten como si Dios los hubiera desamparado. Las profecías no se cumplieron como ellos pensaban, las cosas que les prometieron aún no se manifestaron y se sienten solos en la batalla que están peleando. Dicen: “Quizá no oré lo suficiente” o “Quizá hice algo malo que impide que Dios me oiga”. Dios quiere que comprendamos hoy que no estamos orando mal y no nos está rechazando. ¡Nuestras oraciones no están bloqueadas, sino nuestras respuestas!
Daniel 10:12-13 dice: “Entonces me dijo: No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé allí, con los reyes de Persia”.
Desde el minuto que comenzamos a orar, ¡Dios nos oyó! Ya nos respondió, pero nuestra respuesta se retrasó debido al accionar de los principados de resistencia que fueron asignados para detener la manifestación de lo que Dios habló. Debido al peso de lo que estaba por revelarse, el enemigo envió un principado para que resistiera la manifestación de la respuesta de Dios.
La palabra hebrea para principado significa “gobernador, jefe, capitán, principal, comandante, líder, regente y capataz”. En otras palabras, el enemigo envió a uno de sus agentes más poderosos, porque sólo el poder puede desplazar al poder. La respuesta de Dios fue enviar a uno de sus “príncipes en jefe”, uno de los ángeles de mayor rango, el arcángel Miguel, para soltar lo que el enemigo trató de retener.
Sin embargo, otro Príncipe está a punto de entrar en escena y su nombre es Jesucristo, el Príncipe de paz. ¡El Príncipe de paz está por entrar en nuestra circunstancia! La ayuda sobrenatural está llegando en nuestro tiempo de tribulación. Dios está a punto de sacarnos del foso de los leones, fuera de la oscuridad de nuestra calamidad, y manifestará su Paz en nuestras tribulaciones.
¡Mientras salimos del 2013 y entramos en el 2014, declaremos que el Príncipe de Paz, el Señor que hizo los cielos y la tierra, invadirá nuestra circunstancia y traerá su perfecta paz!
• Declaro que el poder de Dios se está soltando sobre nuestra vida para hacer que nuestros enemigos estén en paz con nosotros.
• Declaro que la voz del Señor se está soltando sobre nuestra vida para hablarle paz a cada tormenta que se está levantando en contra nuestra.
• Declaro que Jesús es nuestra paz. Declaro que cada forma de división o separación que se levantó entre nuestras promesas y nosotros se destruye por la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
• Declaro que el Dios de paz aplastará a nuestros enemigos debajo de nuestros pies. Caminaremos en la gracia de Dios que nos llevará hacia un nuevo tiempo, ¡en el Nombre de Jesús!
Hablo la bendición del Señor sobre nuestra vida y declaro que la ayuda sobrenatural ya llegó.
Suyo para soltar la plenitud del destino que Dios le entregó,
Dr. Mario Maxwell
(www.elijahlist.com)
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