Por Theresa
Phillips
El Reformador
Mientras me
encontraba sentada en mi rincón, meditaba sobre la reforma de Martín Lutero. El
coraje que tuvo este hombre, una determinación en su alma y su espíritu, por
ver al Espíritu del Dios viviente despertando a los creyentes sorprendidos. En
la medida que mi mente era cautivada por el pensamiento de la reforma, comencé
a recibir una palabra profética. Pude ver un ángel que tenía por lo menos 10
metros de alto o quizá un poco más. Estaba de pie con una espada en su mano
derecha y una bandera blanca de rendición en su mano izquierda. Dijo que su nombre era “Reformador”.
Luego lo oí hablar
con precisión, como si el sonido de su voz fuera como el estruendo de muchas
aguas. No era Dios, pero supe en un instante que era un ángel del Señor. Me di
cuenta que los océanos estaban oyendo el sonido de la voz de este ángel y toda
la creación respondía. Era un arcángel de alto rango.
Me quedé muy quieta
observando con mi espíritu, cuando la visión se interrumpió. Pude ver a un pájaro
volando en el lugar de este ángel masivo. El pájaro tenía el rostro de una
paloma, aunque era poderoso como un águila. Pasó volando cerca de este ángel
llamado Reformador. El ángel se inclinó con reverencia y toda la creación
también comenzó a responder en reverencia. Mi corazón comenzó a latir tan rápido
que pensé que se iba a salir de mi cuerpo.
El ángel comenzó a
moverse lentamente, aunque sin tocar el terreno. Sin embargo, la espada estaba
apuntando hacia la tierra y repentinamente la enterró en el terreno. Todo lo
que tocaba la espada en la tierra, se volvía verde y lleno de vida. Las flores
que nunca antes habían brotado, comenzaron a florecer. Surgía la vida donde
nunca antes había existido. ¡La vista era majestuosamente espectacular!
La Iglesia será
reformada
Luego el ángel habló
con claridad en la atmósfera. Comencé a comprender el sonido. Comenzó a establecer
su propósito único como vemos a continuación: “La Iglesia será reformada. Entrará en un
tipo de reforma escolar. La Iglesia Presbiteriana tendrá una visitación. Muchos
en la Iglesia Católica comenzarán a clamar ‘no, no, queremos el modelo de la
Palabra’. Sí, estas dos denominaciones comenzarán un movimiento. Fui asignado para hacer mi parte”, dijo el ángel. Esta vez el
ángel me miraba mientras hablaba y comencé a temblar.
Luego tuve otra
visión. Comencé a ver al liderazgo de todas las denominaciones uniéndose para
clamar por nuestro Hacedor Todopoderoso. Dijeron: “Todopoderoso ven y enséñanos tus caminos. Porque son mejores que los nuestros” (ver Isaías 55:8-9). Atrapada por la visión que estaba recibiendo, comencé a llorar. Pregunté, “¿Su majestad, esto podría ser realidad? ¿Esto es real Dios?
¿Realmente se unirán? ¿Clamaremos juntos?”.
Podía sentir las
lágrimas descendiendo por mi rostro, lágrimas rojas y calientes. El ángel se movió
cuando oyó mi llanto. Yo podía sentirlo de manera constante. Repentinamente, la
presencia amada del Espíritu Santo comenzó a tocarme la espalda. Me quedé muy
quieta y el Espíritu Santo, el Dios divino, comenzó a hablarme. A estas alturas
estaba deshecha por lo que acababa de ver.
¡Llámame por mi
nombre!
El Espíritu Santo
dijo: “Teresa,
escribe esto con claridad: Dile a la gente que el avivamiento que anhelaron será
una reforma de lo que fue, lo que es y lo que vendrá. Visitaré las jerarquías
denominacionales y habrá un cambio. Habrá un clamor
fuerte y sin límites (Isaías 58:1). Se expulsarán los demonios fuera de la casa
del Padre (Marcos 1:39). Habrá llamados al altar para que la Iglesia vuelva al
primer amor (Apocalipsis 2:4). Los niños volverán a la casa del Señor y
encontrarán gozo”.
“Todavía no es el final. Te dije esto antes.
Ahora ve y dile a mi pueblo que declare mi Nombre (Jesús) mientras estoy cerca (Isaías
55:6). Envié ayuda, su nombre es Reformador y lo envié para que golpee la
tierra en los próximos seis meses, y la Iglesia comenzará a clamar en unidad y
las familias se volverán hacia mí. Estoy trayendo una convicción fresca
para rescatar a mi pueblo. Estoy buscando gente que se pare en la brecha como
Moisés, Daniel y José. Los hallaré. Habrá una liberación de muchos cautivos por
todo el mundo por mi causa. Tomaré cautivos a los enemigos de la Cruz. Porque
muchos enemigos aparecerán como si hubieran perdido la mente y este no es el
final”.
Manifiéstenme
Por esta razón Dios envió
un engaño poderoso y creerán que miente (2 Tesalonisenses 2:11). El Señor me
preguntó: “¿Puedes
ver que esto ya comenzó? Te estoy pidiendo que les digas que le estoy dando una
nueva oportunidad a la Iglesia. Recuerda que la tierra está gimiendo y
anhelando por la manifestación de los hijos del Padre. ¡Manifiéstenme!”,
dice el Señor (Romanos 8:19). “Ahora te digo que habrá señales en los cielos, serán
llamadas ‘truenos de nieve’ y reconocerán mi voz. Serás asignada a mi pueblo y
dirás que estoy en la movida”, dice el Señor.
Que Dios nos bendiga
mientras obedecemos al mandato del Señor. Avanzaré y declararé esta reforma de
la Iglesia. Envía a ese ángel, Señor.
Envíalo. Amén.
Dr. Theresa
Phillips
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