Por Jennifer Eivaz
Tiempo de milagros
Ezequiel compartió
una visión sobre su viaje hacia las profundidades del río de Dios (Ezequiel
47). Primero el agua del río le llegaba hasta los tobillos, esto indicaba que
podía disfrutar de una medida de sus bendiciones, pero seguía manteniendo el
control. Luego avanzó con el agua hasta las rodillas y luego se lanzó dentro
del río. En este punto había perdido el control sobre su vida, pero estaba más
rendido al mover del Espíritu Santo.
Finalmente terminó sumergido en las aguas profundas. Había perdido por
completo el control, porque Ezequiel estaba totalmente inmerso en el río
sobrenatural que venía desde el trono de Dios. Lo que más me intrigaba acerca de este pasaje es que Ezequiel no se metió
en las aguas por sí mismo. ¡Creo que no podía hacerlo! En la visión tuvo que
ser guiado hacia las aguas profundas por un hombre celestial. Esto nos muestra que nuestros esfuerzos y luchas solo
pueden llevarnos más lejos.
“La anémona de mar puede
ser una advertencia para que ‘veamos un enemigo’. Es pequeña, pero tiene
tentáculos y veneno que pueden arrastrar cosas más grandes que ella”
En realidad, para ir
más profundo en el río del Espíritu Santo, debemos ser guiados por el mismo
Espíritu. Es una entrega dentro de una relación mucho mayor que la tribulación.
¡Debe rendir su vida! ¡Debe rendir su corazón! ¡Debe rendir todo y buscar una relación
de corazón con el Espíritu de Dios! En el futuro, el intercambio es ser guiado
hacia una experiencia que nos arruina por lo que conocemos y nos deja
completamente deshechos. No podemos encontrar
estas profundidades del Espíritu a menos que nos lleve a ese lugar. Tampoco
podemos nadar en las aguas profundas sin ayuda celestial.
“Quiero que mires el mar para ver con mayor
profundidad”
Soy profeta y
vidente. Eso significa que puedo ver, más que oír la palabra del Señor (1
Samuel 9:9). Aunque uno no es mejor que el otro. Es la manera como Dios elige
comunicarse conmigo. Puedo ver su palabra profética, sentir su palabra
profética y leer la voz de Dios sobreimpresa a mi realidad diaria. Con eso en
mente, recientemente el Señor guio mis ojos espirituales hacia el “mar”
y me dijo que lo observara. Hice lo que me ordenó. Observé el mar con los ojos
del espíritu y consideré lo que veía. Luego me preguntó por qué hacía eso y me dijo:
“Quiero que
observes el mar porque vas a ver más profundo y verás cosas nuevas”. Era un juego de palabras y un acertijo. También
era el comienzo de un nuevo camino y una palabra profética.
“El que ve es alguien que está en
autoridad” (Pastor Ron Eivaz)
Eliseo estaba rodeado
por sus enemigos, los Arameos, pero se encontraba tranquilo y en control de la situación
(2 Reyes 6:8-23). ¿Por qué? Porque podía ver lo que el Cielo estaba haciendo a
su favor. Pudo ver el ejército de ángeles en el horizonte y supo que estaba
divinamente protegido. Como podía ver lo
que otros no veían, Eliseo estaba en autoridad.
Eliseo se hizo cargo
de la situación y mientras sus enemigos se acercaban, le pidió al Señor que los
golpeara con ceguera. El Señor respondió su oración y sus enemigos
repentinamente quedaron ciegos y confundidos, sin saber su paradero. Eliseo,
ahora irreconocible para ellos, convenció a sus enemigos que iban por el camino
equivocado. Entonces los guio hacia una posición de rendición ante el rey de
Israel. El Señor le habló a mi corazón
sobre cómo está ungiendo a su Iglesia para ver con los ojos del Espíritu y ver
con una mayor profundidad que antes. Está
elevando el estándar en contra de nuestros enemigos, entregándonos el arma de
la visión espiritual. Si podemos ver lo que está en la oscuridad, ya
no estaremos a oscuras. Sabremos cómo orar y responderemos con inteligencia
porque conoceremos exactamente con qué estamos tratando.
Isaías 59:19 dice: “Desde el occidente
temerán el nombre del Señor, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque
vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del Señor”.
El Señor está
reemplazando los corazones de piedra por corazones de carne. Al mismo tiempo,
el Espíritu Santo está examinando nuestros corazones:
• ¿Ha dejado de
sentir?
• ¿Está quebrantado
de corazón?
• ¿Su amor se enfrió?
• ¿Siente que su
corazón se endureció?
Ezequiel 36:26 dice: “Les daré un nuevo
corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra
que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne”.
Si este es su caso,
el Espíritu Santo le está aconsejando presentar su corazón a sus pies para que
lo repare, lo resucite y le provea sanidad sobrenatural. Él es el sanador de
los quebrantados de corazón y puede reparar un corazón de piedra. Promete visitarnos
con una intimidad sobrenatural para resucitar nuestro corazón y que podamos
volver a sentir y amar. ¿Por qué esto es importante?
Porque un corazón duro es un corazón ciego (Mateo 13:15).
“Para profundizar
verdaderamente en el río del Espíritu, debemos ser guiados por el mismo
Espíritu. Es una entrega dentro de una relación, mucho más que una tribulación”
No podemos ver lo que el Espíritu está diciendo, porque para hacerlo
necesitamos los oídos de nuestro corazón. Si usted no puede ver lo que Él está
diciendo, no caminará en autoridad. Sus enemigos tomarán ventaja de usted
porque no es capaz de verlos acercarse.
Oremos:
Espíritu Santo, te presento mi corazón. Te invito a ser el Arquitecto y
Constructor de mi corazón. Visítame con tu intimidad y restaura mi corazón para
que pueda volver a amar. Limpia las piedras de mi corazón para que pueda volver
a ver y sentir. Revive mi corazón y crea una nueva adoración dentro de mí. Extiende
mi corazón para que pueda correr detrás de ti fervientemente y sin
restricciones.
Veremos cosas nuevas porque el Señor está haciendo algo nuevo: “¡Voy a
hacer algo nuevo! Ya está sucediendo…” (Isaías 43:19).
Ya mencioné que el
Señor guio los ojos de mi corazón hacia el mar porque me estaba preparando para
ver con mayor profundidad y ver cosas nuevas. Luego de esto comencé a tomar
interés en las diferentes criaturas y aspectos del mar. El Señor habla de sí
mismo a través de la creación, pero nunca antes había notado nada mar adentro…
hasta ahora.
Estas son algunas:
• Preste atención a
las corrientes, porque ellas crean los climas.
• La anémona de mar
puede advertirnos sobre “un enemigo”.
Es pequeña, pero tiene tentáculos venenosos y puede atrapar cosas más grandes
que ellas.
• Los caballos de mar
tiene una vista excelente porque sus ojos están a ambos lados de su cabeza y son
capaces de mirar en direcciones diferentes, porque operan de manera
independiente. Esto significa que pueden mirar
hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo. Como una nueva camada de videntes
de Dios.
• Las líneas costeras
son como los mandamientos de Dios. Nos muestran nuestra necesidad de Dios.
• Un leviatán es una
serpiente marina. Espiritualmente es el rey del orgullo. Para derrotarlo hay
que humillarse, porque el Señor exalta a los humildes pero humilla a los
orgullosos.
• Una marea es
provocada por las condiciones de la superficie, pero un tsunami se genera por
las condiciones de abajo. Puedo ver lo mismo, pero con una fuente diferente.
Esto nos muestra que no podemos juzgar todo de la misma manera. No podemos orar
igual por todo. Debemos discernir la raíz
que provoca los problemas para saber cómo orar con inteligencia.
¿Por qué nuevos símbolos, señales y analogías?
Porque el Señor está expandiendo nuestra visión espiritual para incluir un
nuevo lenguaje en conexión con el mar. Dijo: “Mira al mar y verás con mayor profundidad,
donde están las cosas nuevas”. Preste
atención en los próximos días. Tendrá sueños y visiones sobre el océano o con
cosas relacionadas con el mar. Notará cosas en su vida diaria que dirigirán sus
ojos hacia lo que está mar adentro y sentirá el aliento del Espíritu Santo en
ello.
Preste atención. El Señor está
hablando y a través de ello está elevando su estándar en su vida. Le está dando
cosas nuevas que necesita llamar y decretar. ¡El
Señor le está entregando una autoridad fresca para levantarse sobre sus
enemigos!
Jennifer Eivaz
(www.elijahlist.com)
1 comentario:
Gloria a dios el señor le da respuestas a mi sueño. Gracias dios por está página y por tus profetas bendiciones ...
Publicar un comentario