Por Nathan Shaw
Espere lo inesperado. Esta no es solo una frase que
suena bonito, también es totalmente escritural. Cada año los eventos
inesperados cambian la historia, pero no solo eso, también cambian la vidas de
las personas y sus historias. Dios se especializa en lo inesperado.
La vida del profeta
Elías es un modelo profético. Desde su comienzo hasta el final, la historia de
Elías está llena de eventos inesperados. Santiago hace una declaración osada
sobre Elías: “Era
un hombre con una naturaleza como la nuestra” (Santiago 5:17). Aun así Dios lo usó para confrontar a los
demonios de alto nivel que operaban a través de la reina Jezabel.
Un profeta inesperado y un juicio
inesperado
Elías hizo una
entrada inesperada en el escenario de la historia y las páginas de la Biblia. No
había ninguna representación del primer evento registrado sobre su vida. Salió
de la oscuridad y se presentó directamente ante el rey Acab. No tuvo una
presentación política. En lugar de ello, desafió osadamente la adoración idolátrica
de Baal, declarando: “… Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a
quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años,
hasta que yo lo ordene”. Baal era
un principado y el dios de las nubes de tormenta. Las palabras de Elías tuvieron efecto inmediato.
Mucho más asombroso fue el hecho que la sequía
continuara durante tres años. Luego de desatar un juicio inesperado, Elías fue
instruido por Dios para escaparse hacia una ubicación remota.
Provisión inesperada
y una fuente inusual
La localización
remota donde se escapó Elías fue el arroyo de Querit, un tributario que alimentaba
el río Jordán. Aunque Dios proveyó agua para Elías desde una fuente natural, la
provisión de alimento fue inesperada e inusual. Los cuervos le llevaban pan y
carne a Elías cada mañana y cada tarde. Naturalmente los cuervos son oportunistas
y carroñeros. Sin embargo, bajo el mandato de Dios manifestaron generosidad y
piedad. Era una fuente de provisión que no se podía predecir. Luego de un período
de tiempo el arroyo se secó (1 Reyes 17:2-7). Dios usó este milagro para
preparar a Elías para el siguiente.
Un visitante inesperado y un pedido
inesperado
Dios instruyó a Elías
para que dejara Israel y fuera donde una viuda en Sidón, una ciudad extranjera
con dioses ajenos. En realidad, Sidón estaba dominada por la adoración a Baal. Así
como Dios le ordenó a los cuervos que proveyeran para Elías, ahora lo hizo con
una viuda. Esta mujer no solo era idólatra, también era indigente. La sequía
también había atrapado a Sidón. Los recursos de la viuda eran escasos, un
puñado de harina y un poco de aceite. Estaba por preparar una comida para sí
misma y para su hijo, antes de dejarse morir por inanición. Sin embargo, su
historia cambió por un visitante inesperado y un pedido inesperado. Elías le
pidió que horneara algo de pan para él primero. El pedido parecía irracional. Elías le aseguró que la harina no escasearía y el aceite seguiría corriendo
hasta que volviera a llover (1 Reyes 17:8-16).
Una muerte y resurrección inesperada
A través de las
series de eventos inesperados y sobrenaturales ya mencionada, la viuda y su
hijo fueron rescatados de una muerte inminente. A la luz de esto, lo que ocurrió
a continuación fue verdaderamente inesperado. ¡El hijo de la viuda murió de una
enfermedad seria! Elías
respondió haciéndose cargo. Tomó el cuerpo del niño muerto,
se recostó sobre el cuerpo tres veces y clamó a Dios. El niño volvió a la vida inesperadamente (1 Reyes
17:17-24). Si la viuda no se hubiera afirmado en obediencia como
la fuente de provisión para Elías, su hijo se habría muerto sin remedio y el
milagro de resurrección subsiguiente nunca hubiera ocurrido. El evento ilustra
un principio poderoso: Ser una fuente de provisión inesperada hoy (la viuda
horneó pan para Elías cada día), abrió la puerta para la provisión sobrenatural
mañana (su único hijo fue resucitado). En el mundo antiguo, el
hijo era el único recurso de la viuda para su provisión futura.
Una confrontación
inesperada
El rey Acab estaba
perplejo. Elías se había presentado ante él al comienzo de la hambruna, pero
desapareció durante tres años. Inesperadamente Elías se presentó ante el rey
una segunda vez. Le dijo a Acab que reuniera a la nación en el Monte Carmelo,
junto a los 450 profetas de Baal y los 400 profetas de Asera. Elías desafió
directamente a los profetas falsos: “El que responda por el fuego, ese será Dios” (ver 1 Reyes
18:24). Los profetas de Baal rogaron
todo el día para que cayera fuego sobre su toro sacrificado, pero no tuvieron
respuesta. Elías hizo su sacrificio y empapó el altar con agua. Cuando rogó que
cayera fuego, el animal y el altar fueron consumidos. Los profetas falsos
murieron y después de ese evento comenzó a llover (1 Reyes 18:1-46). Ocurrieron
tres cosas inesperadas en un solo día: “Elías se presentó ante Acab, descendió fuego del Cielo y
finalmente comenzó a llover”.
Una visita
inesperada del Ángel del Señor
Cuando la reina
Jezabel oyó lo que había ocurrido se puso furiosa y se maldijo a sí misma, si
Elías no era asesinado en 24 horas. Elías se escapó lleno de temor. Luego de un día
caminando por el desierto, Elías estaba exhausto, derrotado y anhelaba morir. Inesperadamente
se le apareció un ángel con una provisión sobrenatural de alimento. La comida
que le entregó lo fortaleció para seguir caminando 40 días y 40 noches hasta el
Monte Horeb (1 Reyes 19:1-8).
Una visitación y una comisión inesperada
de Dios
En el Monte Horeb, Elías
tuvo una visitación inesperada de Dios. Durante esta visitación, Dios lo
comisionó para ungir a Jazael como rey de Siria, a Jehú como rey sobre Israel y
a Eliseo para que ocupara su lugar como profeta (1 Reyes 19:9-18). Jazael, Jehú
y Eliseo derrotarían y destruirían a la reina Jezabel y la idolatría que
promovió en Israel. Elías llegó al Monte Horeb derrotado, desalentado,
desilusionado y desorientado. Por medio de una visitación inesperada, volvió a
tener dirección, propósito y visión.
La vida de Elías y la
historia están dominadas por lo inesperado. Esto mismo es cierto para todos los
que vivimos en el espíritu y el poder de Elías (Lucas 1:17). Elías es un modelo
profético para la generación de mensajeros proféticos del tiempo final. ¿Por qué
ocurrieron tantas cosas inesperadas en la vida de Elías? La respuesta es
simple: Él
propósito de Dios era que hubiera un testigo sobrenatural de su gloria en cada
generación. Esto fue así
para la generación de Elías y también es así para nosotros.
Aquí vemos lo que podemos esperar en
nuestros días:
• Audiencias inesperadas con personas en autoridad e
influencia.
• Provisión inesperada.
• Demostraciones públicas inesperadas de la gloria abrumadora de Dios.
• Visitaciones inesperadas de Dios y sus ángeles.
• Sin importar cuán imposibles sean las probabilidades o cuán difíciles sean las situaciones, espere lo inesperado.
• Provisión inesperada.
• Demostraciones públicas inesperadas de la gloria abrumadora de Dios.
• Visitaciones inesperadas de Dios y sus ángeles.
• Sin importar cuán imposibles sean las probabilidades o cuán difíciles sean las situaciones, espere lo inesperado.
Nathan Shaw
(www.elijahlist.com)