jueves, 18 de julio de 2019

“¡Los próximos seis meses se moverá en victorias poderosas con la fuerza y el coraje de Dios!”




Por Christy Johnston

El manto del coraje: Una promesa doble
Julio marca la segunda mitad del 2019 y mientras le preguntaba al Espíritu Santo lo que estaba hablando para el resto de este año, pude ver un manto de coraje que descendía del Cielo como una nube, reposando sobre el Cuerpo de Cristo.

Pude oír al Padre hablándole a mi corazón: “En los próximos seis meses verás y sentirás el coraje reposando sobre tus hombros como nunca antes lo sentiste. Te estoy ungiendo con un manto de coraje. Es un manto de realeza y es el sello de tu autoridad real. Donde muchos de mis hijos fueron intimidados por el enemigo, hay una unción fresca que sentirás físicamente sobre tus hombros, moviéndote con una determinación valiente para alcanzar tus promesas”.

Muchos de ustedes estuvieron sintiendo la contienda y la guerra sobre sus promesas este año y así ocurrió. El cumplimiento de sus promesas es una amenaza directa contra el enemigo. Sus promesas cumplidas desmantelarán las fortalezas del enemigo por toda la tierra.

Creo que para muchas personas las batallas fueron muy intensas y puedo oír las preguntas: “¿Qué ocurrió con las profecías para este año? ¿Veré su cumplimiento?”. Puedo oír la voz del Señor diciendo: “Oye, amado, he visto las presiones que soportaste, caminé contigo a través de los fuegos y estoy respondiendo a tus clamores por ayuda. Estoy desatando este manto de coraje y osadía fresca sobre tus hombros, para que puedas cargar lo que viene por delante sin temor y atrapar en fe lo que te prometí”. 

Pude ver este manto de coraje como una promesa doble. Es para las promesas personales que Dios nos entregó individualmente y para el Cuerpo de Cristo como un todo. El manto de coraje irrumpirá grandemente y traerá confusión al enemigo que estuvo presionando por todas partes para silenciar al Cuerpo.

Un cambio de guardia y un segundo viento
Luego vi otra visión. Pude ver una película de una mujer con una corona sobre su cabeza y un manto real reposando sobre sus hombros. Estaba peleando un combate mano a mano contra una embestida de oposición, rodeada por muchos oponentes. Parecía debilitarse en sus fuerzas mientras peleaba, porque parecía que su enemigo la estaba venciendo. Luego se detuvo por un momento, con el caos aun rodeándola y la visión comenzó a transcurrir en cámara lenta, mientras ella cerraba sus ojos y respiraba profundo. Mientras cerraba sus ojos, salió de sus propias fuerzas y el manto apareció para cubrirla desde sus hombros, infundiéndole una unción fresca. Fue como una película de súper héroes y mientras ella tenía acceso a su fuente secreta de fuerza. Luego abrió sus ojos, estallando con fuego y en ese momento hubo un estallido sónico que brotó desde su interior, arrojando a todos sus oponentes por el terreno sin ningún esfuerzo.

Creo que esta es una imagen de la Novia de Jesús en este momento. Hubo una persecución que se levantó contra el Cuerpo de Cristo y aumentó la oposición en el espíritu, mientras los hijos de Dios avanzaron sobre las promesas y los lugares altos de la tierra. Sin embargo, muchos estuvieron peleando en sus propias fuerzas, pero hay una unción fresca del Espíritu que soltará un segundo viento sobre usted, soplando nueva vida y trayendo victorias sin esfuerzos por medio de las fuerzas del Señor.

Estuve viendo el tema recurrente del viento del Espíritu del Señor y sentí su impresión en mi corazón sobre este viento fresco del Espíritu. Estaba aquí para soplar un segundo viento en los corazones de aquellos que se debilitaron. La contienda sobre sus promesas fueron un ataque directo para abortar su cumplimiento, simplemente por lo que significan para el enemigo. Sus victorias son las derrotas del enemigo. Recuerde eso. Pude ver que muchas personas estuvieron perdiendo sus fuerzas, perdiendo esperanza e incluso perdieron su fe, dudando si se cumplirían sus promesas.

Dice el Señor Todopoderoso: “Los próximos meses no serán en tus fuerzas. En los próximos seis meses, mi Pueblo se moverá en victorias, mientras mis fuerzas y mi coraje reposan sobre ellos. Mientras reciben por fe, mi segundo viento soplará poderosamente sobre sus debilidades y los renovarán como las águilas que se elevan alto sobre los vientos. Donde la persecución se estuvo incrementando por todo el mundo, donde mis hijos se debilitaron en sus batallas personales, estoy haciendo que hagan retroceder las tinieblas por el poder de mi autoridad que reposa sobre ellos”. 

“Mi pueblo se está levantando con osadía, poder y coraje como nunca se había visto desde los días cuando Jesús caminó por la tierra. Incluso harán obras mayores, porque se moverán como uno con mi Espíritu, cada uno moviéndose con mi manto de coraje y poder reposando sobre ellos”.

Estos son los días de Elías
Esta frase seguía repitiéndose en mi espíritu: “Estos son los días de Elías”. Investigué en las Escrituras la palabra “manto” y asombrosamente encontré este pasaje que relaciona a Elías con el manto:

1 Reyes 19:13 dice: “Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?”.

En hebreo la palabra “manto” es “addereth”, que también significa “gloria, esplendor y magnificencia”. Elías estaba por salir de la cueva de la intimidación. Vio victorias maravillosas, pero también enfrentó una persecución y un temor intensos. Cuando Elías surgió de la cueva, envolvió su rostro con su manto. Otra manera de ver esto es que “envolvió su rostro en la gloria de Dios”.

Este manto que vi en el espíritu también es la gloria de Dios. Creo que el Espíritu Santo nos está invitando a “envolvernos” en él, contemplarlo, volverlo a ver a Él y sumergirnos en la magnificencia de su gloria. Esta es una invitación, así como fue con Elías, para salir de las cuevas del ocultamiento y la intimidación, salir de la cueva del temor y la incredulidad, envolverse en el manto de su gloria y oír su voz. El Señor lo está cubriendo con un coraje nuevo para moverse en la dirección que Él tiene para usted. El Señor lo está llamando a salir a un lugar abierto y entrar en su presencia. Solo cuando pueda salir, estará en condiciones de oír el susurro suave y quieto para direccionar sus próximos pasos. Ya no puede seguir en la cueva, debe salir para recibir las coordenadas para su próxima movida.

Pude oír la voz del Padre resonando sobre su vida:
“Mi pueblo nunca más estará en una cueva. Nunca más se retirarán con intimidación, porque están saliendo de las cuevas como leones y leonesas, rugiendo con fiereza con el sonido del Cielo reverberando a través de ellos. ¡Es tiempo para que surjan y comiencen a rugir! Es tiempo para que mi pueblo tome sus Tierras Prometidas, recuperando lo que el enemigo les robó y avanzando hacia los lugares altos de la tierra”.

“Observa cómo caen repentinamente las fortalezas poderosas a tu alrededor en los próximos seis meses. El retraso, la venganza, las represalias y la resistencia que enfrentaste, serán obliterados en un momento. Estoy frustrando los planes y los propósitos del enemigo, y caerá cada gigante que se levantó delante de ti. Vuelve a levantarte, poderoso mío. Levántate del campo de batalla, límpiate de las batallas del pasado, recibe mi fuerza y mi coraje para volver a avanzar, porque estás ante el umbral. Este no es el tiempo para retroceder. Mi victoria es tu victoria. Recibe hoy mi manto de coraje. Cúbrete en mi gloria”

Cómo salir de las cuevas y las celdas del temor
Finalmente, en mi estudio, el Espíritu Santo me guió hacia Hechos 12:7-8: “De repente apareció un ángel del Señor y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo: ‘¡Date prisa, levántate!’. Las cadenas cayeron de las manos de Pedro. Le dijo además el ángel: ‘Vístete y cálzate las sandalias’. Así lo hizo, y el ángel añadió: ‘Échate la capa encima y sígueme’”.

Pedro estuvo en prisión rodeado de cadenas y allí un ángel del Señor lo liberó milagrosamente. Le dijo que se levantara rápido, se ciñera, se pusiera sus sandalias, se envolviera en su manto y lo siguiera.

Aquí hay una imagen profética para mí y para usted que conecta nuestra historia con la de Elías. Siento que debemos quebrar la intimidación, el temor y la desesperanza en su vida. En mi espíritu pude oír las palabras: “No quiero leer otra profecía y volver a recuperar mis esperanzas”. Pude oír al Espíritu del Señor diciéndole esto hoy: “Tu fe y tu esperanza son la misma clave para quebrar la celda y la cueva en la que hoy estás atrapado”.

Creo que el Señor le está dando estas instrucciones hoy:
• Levántese del campo de batalla.
• ¡Ármese con esta Palabra!
• Colóquese su fortaleza (el calzado representa la paz con la fortaleza del Señor).
• Envuélvase en su gloria.
• Sígalo.

Es interesante que es lo mismo que le demandó a Elías. Levántate, colócate la fuerza del Señor, cúbrete con la gloria y luego sal de la cueva… solo allí vino la dirección.

La voz del Señor no se encuentra en la cueva, está en lo que surge. Muchos de ustedes estuvieron indagando por sus próximos pasos, una nueva dirección, con una sensación de pérdida, como si sus manos estuvieran atadas para este próximo tiempo. El Señor está diciendo: “Levántate por fe y surge de la cueva. Mi dirección para ti está esperando en el otro lado de tu obediencia para salir de la cueva”.

Declaración: ¡Quiebro todo temor o decepción en el que estuvo atrapado! Así como las cadenas que cayeron al suelo alrededor de Pedro, el pasado ya no tiene poder para retenerlo en cautividad, en el Nombre de Jesús. Usted tiene un llamado, un propósito más elevado y es necesario para esta hora.

Eleven sus ojos, gente poderosa, para que el Rey de Gloria pueda venir a través de ustedes. Reciban el manto de su gloria, lleno de coraje, que el Señor le está entregando este día. Envuélvase en ella, sumérjase en su gloria. Será su determinación y fuerza en los días por venir. Pelearán sin resistencia con facilidad, porque se moverán en la fuerza del Señor. Esta es su hora para atrapar el cumplimiento de sus promesas para este año. Porque las promesas que se cumplan este año afectarán grandemente los años que vendrán.

¡Declaro que los próximos seis meses lo asombrarán!

Christy Johnston


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