Por Lana Vawser
La semana pasada pude oír al
Señor declarando sobre muchos en el Cuerpo de Cristo “¡te estoy trayendo desde el límite!”.
El Señor me mostró
que demasiados creyentes en el Cuerpo de Cristo estuvieron “en el límite” en muchas maneras y todo está
gritando en ellos que van a ir más allá del límite, pero el Señor quiere que
sepa que no traspasará el límite.
El Señor está con
usted, lo está sosteniendo y su mano poderosa lo va a salvar. Su mano poderosa
de liberación viene sobre su vida. Quizá sintió que se estaba ahogando, pero la
mano poderosa de Dios lo salvará.
La mano poderosa de Dios
Recientemente tuve
un sueño y pude ver a algunos que se estaban ahogando en aguas profundas. Cuando
llegaron a su último aliento en ese lugar de ahogamiento y la muerte los estaba
esperando en su cara, repentinamente surgía una mano enorme desde el agua y los
salvaba.
Cuando la persona
era extraída del agua, hubo una sensación increíble de poder en la adoración
que llenaba la atmósfera. Me desperté con la sensación fuerte que todos
aquellos que se sintieron en el límite y se estaban ahogando; asustados,
aterrados y sin saber cómo salir. ¡Necesitan adorar! ¡No se muevan del lugar de
la alabanza y la adoración! La mano poderosa de Dios los libertará.
Muchos de ustedes
llegaron al final de sus fuerzas, sintiéndose más quebrantados que nunca. Llegaron
al final de sus propias fuerzas. No pueden ver el camino para salir, pero Dios
sí puede y ahora va a intervenir y lo va a libertar. Dios se mostrará fuerte a
su favor.
Salmo 68:20 dice: “Dios,
nuestro Dios ha de salvarnos, y de Jehová el Señor es el librar de la muerte”.
Salmo 34:7 dice: “Busqué a
Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores”.
Desde el límite hacia los días soleados y
brillantes
Cuando me senté
con el Señor, pude oír estas palabras de su corazón: “Desde el límite hacia días brillantes y soleados”.
Tuve una visión sobre
la mano poderosa de Dios liberando a su pueblo del límite, luego vi a Jesús
tomando sus manos y caminando con ellos hacia días brillantes y soleados.
Ahora mismo,
muchos de los que están en la orilla pueden ver todo oscuro, justo lo opuesto a
un día brillante y soleado, pero quiero animarlo con esto: ¡Excepto Dios!
El Señor me habló
a inicios de este año y me dijo que estaba reintroduciendo al Cuerpo de Cristo
a su poder. Usted está por ser reintroducido al poder de Dios, el poder en el
Nombre de Jesús, la persona de Jesucristo, el poder de su mano poderosa para
salvarlo y liberarlo de la orilla para que pueda verse a sí mismo de pie.
Pude ver a muchos con
tanta angustia en la orilla y con tanta ansiedad que clamaban: “No sé qué hacer con esto, no sé cómo ser libre. No sé
qué hacer para entrar en la apertura”.
Pude oír a Dios susurrando: “¡No temas, ten paz!
Ya estuve allí antes que tú”.
El Señor ya estuvo
allí antes que usted y preparó el camino. Jesús es la respuesta. Él liberará a
muchos de ustedes y a sus familias.
“Estoy removiendo las raíces y renovando tu
juventud”
Tuve una visión de
muchas personas en el Cuerpo de Cristo que estaban tratando con problemas en su
corazón. Estos asuntos del corazón fueron muy sofocantes, atemorizantes a la
vista, y una vez más experimentaron la sensación de no saber cómo tratar con lo
que estaba ocurriendo en el interior. Pude oír a muchos clamando: “Señor, ¿qué está ocurriendo en mi interior?”.
Pude oír al Señor
que decía: “Estoy removiendo las raíces y
renovando tu juventud”.
Luego tuve la
sensación fuerte de una invitación a confiar en Jesús, confiar que el Señor
está trabajando. Dios no se limitó a sentarse a un lado, esperando que usted
vea cómo “arregla esto”. El Señor está trabajando profundamente y su
poder y su amor removerán esas raíces de su corazón. Será por la mano del
Señor. Aquiétese y repose en su corazón, y siga invitando al Espíritu Santo a
hacer lo que sea necesario para remover las raíces. Él no lo ignora y no se
olvidó de usted. Está exponiendo las cosas para que puedan salir. Está
transformando la amargura en dulzura.
El Señor me mostró
que estas “raíces” dentro de los corazones de las personas, raíces de amargura,
trauma, dolor, temor y angustia, le robaron y despojaron muchas cosas a su
pueblo. Las raíces que los mantuvieron prisioneros, robándoles su juventud
porque cargaron esos pesos demasiado tiempo, pero la ola de amor del Señor, la
ola de su amor, está cayendo sobre ellos. Esta no será solo una ola, sino ola
tras ola, tras ola. Esas raíces están siendo removidas y el Señor está renovando
su juventud.
Todo está en su cara
Muchos de ustedes
sintieron que el dolor, el trauma y la debilidad están escritas “en su cara”. Sin embargo, mientras se
arrepienten, ocurren alineamientos, como sanidades profundas, cambios
milagrosos y transformaciones milagrosas del corazón, el Señor me decía: “Te las mostraré en tu propia cara”.
Muchos de ustedes
verán sus rostros resplandecientes con el amor, la esperanza, el gozo y la
gloria del Señor. Habrá una diferencia notable en su rostro, revelando lo que
el Señor hizo dentro de usted.
Isaías 40:31 dice: “… pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán”.
Este es el golpe definitivo
Pude oír a muchos en
el pueblo que clamaban: “Señor, ¡este es el
golpe definitivo! Ya no resisto más”. Pude
ver al Señor sosteniendo sus manos y diciéndoles: “Sí,
mi amado. Este es el golpe definitivo”.
Estaba un poco
perpleja por lo que me había dicho y luego recibí un entendimiento repentino.
Hay disparadores
del corazón y las heridas del corazón que el enemigo usó una y otra vez para
mantener al pueblo de Dios en ciclos de desesperanza, ira, desánimo, decepción
y pesadez. Sin embargo, el punto central que el enemigo estuvo usando para
mantener al pueblo cristiano en el límite, recibirá sanidad de una vez y para
siempre por la mano de Dios y el amor de Jesús que quebrará ese punto
disparador.
¡Este es el quebrantador de quebrantadores!
Esta es la
apertura que cambiará y transformará todo para terminar con los ciclos que lo mantuvieron
encerrado y preso demasiado tiempo. Esta es la apertura milagrosa que lo
cambiará de sentir que está “muriendo” a ver que está “prosperando”. Verdaderamente entrará en la vida abundante que
le pertenece en Cristo (Juan 10:10).
Pude oír al Señor
que decretaba: “Esto es una vez y para
siempre. ¡Estoy decantando estos asuntos de una vez por todas!”.
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
La victoria de
Cristo se está manifestando en su vida, la victoria que es suya en Cristo. ¡Toda
cadena y todo ciclo, se inclinarán en el nombre de Jesús!
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los
principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en la cruz” (Colosenses 2:13-15).
Lana Vawser
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