miércoles, 10 de febrero de 2021

“Profetas: ¡Profeticen en el presente! Quiero manifestar mi gloria en el presente”

Por Barbie Breathitt

El Señor me habló recientemente. A continuación, relato una paráfrasis de lo que me impartió:

Albergando la plenitud de su gloria

“Mis profetas necesitan construirme una plataforma sustancial que sea lo suficientemente grande como para que Yo pueda habitar, albergando y mostrando mi gloria. Mi pueblo sigue posponiendo mi venida, incluso con la terminología que utilizan para alabarme y adorarme. Muy pocas canciones me invitan a manifestarme y mostrar mi grandeza o declarar el poder y la autoridad de mi presencia en el presente”. 

“Mis profetas profetizan: ‘Vendrá un tiempo...’, ‘Me estoy preparando para...’, ‘Comenzará una nueva temporada...’ o ‘Dentro de dos años sucederá esto o aquello’. Cuando Mis profetas profetizan de esta manera, como honro las palabras de mis profetas, no puedo manifestarme en el presente”.

“¡Quiero manifestar mi gloria en el presente!”

“Estoy limitado a manifestarme sólo en esa medida, debido a la plataforma pequeña que me construyen con sus palabras restrictivas y futuristas. Quiero que mi pueblo comience a exagerar mi palabra (profética), para que puedan empezar a entrar y exponer mi grandeza con una palabra de fe presente. Mis profetas están preocupados porque si profetizan una palabra presente, temen que no me manifieste o no suceda. Su miedo a la vergüenza me detiene. Pero mi Hijo Jesús no se hizo famoso. Sólo hizo lo que me vio hacer a Mí (el Padre). Quiero que mis profetas hablen lo que me oyen decir y hagan lo que me ven hacer, en una escala mayor”.

Luego me entregó pasajes en Ezequiel donde Dios le instruyó que les ordenara a los huesos secos que vuelvan a la vida, profetizando como Él le ordenó: “Entonces el Señor me dijo: ‘Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: Ven de los cuatro vientos y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’” (Ezequiel 37:9).

Daniel 7:2 dice: “…y esto es lo que escribió: ‘Durante la noche tuve una visión, y en ella veía al gran mar, agitado por los cuatro vientos del cielo’”.

Cuando profetizamos como Dios nos ordena, se libera un sonido particular, se produce una sacudida y la conformación de “Un nuevo hombre”, y el Cuerpo de Cristo resurge del desierto como un Cuerpo unificado y lleno de poder. Dios sigue llamándonos a dejar de escondernos, agazapados en los rincones, para ponernos de pie en un nivel de operación elevado y espiritual como personas unidas como la Esposa de Cristo, habiéndose preparado para levantarse como “Un hombre nuevo”.

Para poder ver lo que el Padre está haciendo y profetizar como Él ordena, debemos operar en la cuarta dimensión de la gloria expansiva y espiritual, no en la tercera dimensión limitada y mundana. Debemos hacer la transición de operar desde un nivel de “dones”, a operar desde el nivel de la gloria. Donde normalmente hemos operado en un nivel de “dones” o de “unción”, estamos siendo llamados a pasar detrás del velo, hacia un nivel maduro del “ministerio de Cristo”, el nivel de plenitud del oficio de los “Siete Espíritus de Dios”, donde quedan eliminadas todas las limitaciones (ver Apocalipsis 4:5).

Los Siete Espíritus de Dios

Dios siempre se está comunicando con nosotros, seamos conscientes o no de ello. Dios se comunica con nosotros a través de sus Espíritus multidimensionales. Las distintas dimensiones de los Espíritus de Dios son...

El Espíritu del Señor

El Espíritu de Sabiduría

El Espíritu de Entendimiento

El Espíritu de Consejo

El Espíritu de Poder

El Espíritu de Revelación/Conocimiento de Cristo

El Espíritu del Temor Reverencial del Señor 

Los siete Espíritus habitan dentro de cada creyente, en diferentes grados.

Dios creó un sistema específico de comunicación individual para cada persona, un vocabulario personal dependiendo de cómo se interprete. Él habla en juegos de palabras, parábolas y símbolos. Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús por qué hablaba en parábolas, Jesús les explicó que recibieron los símbolos (a nosotros) para entender el Reino de Dios que está dentro de cada creyente. Recibimos ilustración para percibir por el lenguaje simbólico de Dios, mientras el mundo se confunde con el (ver Mateo 13:10-17).

Dios habla en frases parabólicas para que podamos llegar a su conocimiento (la dimensión espiritual) a través del Espíritu de Entendimiento y obtener la sabiduría para movernos en su consejo y en su poder. Al nacer del Espíritu, la Palabra se hace viva para nosotros. Ahora Dios puede hablarnos a través de la Palabra, los símbolos, las visiones y los sueños (véase Job 33:14). Él encuentra maneras diferentes y distintivas de hablarnos a cada uno de nosotros, y no habla siempre de la misma manera. Dios es muy diverso (la multiforme sabiduría de Dios).

Imaginación: La clave de la dimensión creativa de Dios

La comprensión del lenguaje simbólico de Dios es posible gracias a la capacidad expansiva de la imaginación. La capacidad creativa de la imaginación es el conducto, por así decirlo. Dios quiere que nos comprometamos con la imaginación (la plataforma mayor), para que Él pueda entrar en ella y expresarse de una manera mucho más grandiosa para nosotros, que por medio del conocimiento o el intelecto. La imaginación aporta la dimensión creativa que Dios quiere utilizar, para que pueda expresarse a cada persona individualmente y satisfacer nuestras necesidades específicas.

La imaginación nos capacita para vivir y experimentar la vida de una manera mucho más grandiosa. Cuando aprendemos a vivir de acuerdo con nuestra imaginación, viviremos la vida abundante, en los mejores y en los peores momentos. El uso creativo de nuestra imaginación nos hace aspirar a alcanzar todo nuestro potencial. Cuando accedemos al poder supremo de Dios, al conocimiento y a la sabiduría a través del Espíritu Santo, tenemos la capacidad para operar como Dios nos diseñó. Cuando obtenemos la comprensión de los misterios de Dios ocultos en el alma, por medio de nuestros pensamientos y sueños espirituales, podemos vivir en las dimensiones futuras del aumento. Aceptar el aumento de Dios nos prepara para entrar y luego para administrar la magnitud de sus bendiciones multiplicadas.

El Espíritu de Jesucristo, ingenioso y creativo, habita en la imaginación de cada creyente nacido de nuevo. Conocemos a Dios como nuestro Creador al convertirnos en herederos de la naturaleza divina de Jesús. La naturaleza divina de Dios nos da el poder para crear cosas (en y a través de la imaginación) que actualmente no se ven o no se sabe que existen. Descansar en la naturaleza divina de Dios nos hace imitarlo a Él cuando elegimos y nos ponemos de acuerdo con un futuro próspero. Hay muchos futuros que Dios diseñó para nosotros. Los futuros en espera ya existen en el Reino del espíritu para que nuestra imaginación los descubra. Tenemos el poder para elegir el destino que vamos a cumplir en la vida.

Dr. Barbie L. Breathitt

(www.elijahlist.com)

 

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