lunes, 1 de febrero de 2021

“2021: Un año para recortar la mecha”

 


                                              Por Ryan Johnson

Creo que todos estamos de acuerdo que el 2020 quedó para el libro de los récords. Muchas personas terminaron exhaustas, frustradas, abrumadas o simplemente confundidas con todo el caos que rodeó a este año único. Entrando en el 2020, muchas personas tenían expectativas elevadas y si somos honestos con nosotros mismos, nadie pudo reconocer la magnitud de los desafíos que tuvimos que atravesar. Desde el distanciamiento social, el cierre de locales, el lavado de manos, las máscaras en la cara, las reuniones virtuales, la escuela virtual, la pérdida de empleos, no poder comer en lugares cerrados, no tener reuniones de festejos, no poder hacer fiestas, no poder visitar a nadie en el hospital, no poder desarrollar servicios fúnebres y tristemente… tuvimos que decirles adiós a muchos que pasaron a la eternidad.

Sin duda, fue un año muy problemático. Sin embargo, el año no fue un completo desperdicio. Nacieron niños, las familias se volvieron a reunir, hubo matrimonios, se vendieron y se compraron casas, se graduaron estudiantes universitarios, hubo salvaciones, la gente comenzó nuevos trabajos, ocurrieron sanidades sobrenaturales, muchos fueron bautizados en agua, se publicaron libros, se lanzaron podcasts, se celebraron cumpleaños y mucho más.

No todo en el 2020 fue la pesadilla que nuestras mentes tratarán de convencernos que fue. Sin embargo, como cualquier año anterior, todos los años llegaron a su final y dieron paso a uno nuevo. Mientras comenzamos el año nuevo, estamos enfrentando la esfera del COVID-19. Todavía debemos seguir usando tapabocas, hay distanciamiento social, cierre de negocios (en lugares específicos), la posibilidad de la escuela y las reuniones virtuales, las vacunas y mucho más.

Conciliadores vs Pacificadores

Actualmente está creciendo una división dentro del Cuerpo de Cristo. Desde la pandemia hacia la elección, esta división comenzó a ganar más y más momentum. Hay un llamado creciente a ser conciliadores, en lugar de pacificadores. Los conciliadores están dispuestos a ceder y a renunciar a lo que exija la mentalidad de la multitud. Hacen esto para mantener una opinión popular de paz.

Los conciliadores quieren mantenerse neutrales a cualquier costo, sin tratar de parecer controversiales. Como sea, necesitamos comprender que la pacificación no implica la ausencia de un conflicto. La paz (conforme a la Biblia) nunca se puede confundir con el pacifismo y/o evitar conflictos. Como cristianos, nunca se nos enseñó a huir de los conflictos (incluso al dar la otra mejilla). Los pacificadores no ponen sus cabezas en la arena, esperando que el conflicto llegue a su final debido a su silencio. Esta idea moderna de paz a cualquier precio, de ninguna manera está cerca de un mandato bíblico. Cualquier líder en la Iglesia de hoy que anhela aligerar los problemas para actuar como si todo estuviera bien, cuando no lo está, no es un pacificador. Entonces, ¿qué debemos hacer?

Un año para acortar la mecha

Recientemente hice una entrevista por podcast para un buen amigo que me preguntó por lo que estuve oyendo del Señor sobre el año nuevo. Mi respuesta fue: “Genuinamente creo que este 2021 es el año para acortar la mecha”. 

Mateo 25:7 lo expresa de esta manera: “Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas”. (Acortaron las mechas, repusieron el aceite y las encendieron).

Cuando miramos a cada evento que está aconteciendo, nos apresuramos para señalar que está maduro para una cosecha espiritual. Muchos están hablando sobre cómo estos eventos verdaderamente nos están preparando para la gran cosecha del tiempo final o para el tercer gran despertar. Honestamente, tiendo a estar de acuerdo. Cuando veo la gran oscuridad que nos rodea, estoy seguro que veremos un gran derramar de su gloria (Isaías 60:2).

Existe un propósito mayor. Sabemos que el Señor separará el trigo de la paja. Sabemos que el Señor protegerá a los corderos de los lobos. También sabemos que las tinieblas nunca consumirán la luz, porque siempre la luz vence a la oscuridad. Revisé los últimos años y puedo ver una tendencia constante y firme de perversión, oscuridad, manipulación, codicia, lujuria, envidia, celos y fortalezas demoníacas que se están levantando.

Todas estas cosas señalan a un mover potencial y sincero de Dios por todas las naciones de la tierra. Sin embargo, Dios no se moverá simplemente porque abunde el pecado. Dios se moverá debido a los que están en pacto con Él y están dispuestos a preparar todo para su gloria. Habiendo dicho esto, creo que continuaremos viendo un aumento de las tinieblas. Se pondrá mucho peor antes de mejorar. No se rinda y no ceda. Dios no está temblando en su trono por el aumento de las tinieblas. Habrá un remanente que acortará las mechas y añadirá aceite a sus lámparas.

El 2021 será un año donde su mecha será acortada. Para que su lámpara pueda brillar en toda su plenitud (hablando espiritualmente), se necesita aceite y una mecha limpia (pura). La mecha es lo que posibilita que la luz sea vista, pero es inútil sin aceite. Esta es una clave para recordar. Para que una mecha pueda arder de manera efectiva, debe estar empapada en aceite. ¿Por qué es importante recordar esto? En realidad, lo que se quema es el aceite, no la mecha. Sin una mecha, el aceite ardería y se consumiría rápidamente. Piense en encender una mecha seca. Arderá produciendo humo, pero con una llama débil o insignificante. La mecha sin el aceite nunca alcanzará todo su potencial.

En la medida que una mecha arde junta suciedad (la punta carbonizada), y es un borde muerto. Cuando su mecha tiene suciedad, puede ser un tipo y sombra de la familiaridad que produce la complacencia en su vida. Usted conoce suficiente de la Palabra para salir adelante. Cita la Escritura para situaciones comunes y, espiritualmente, comienza a dar por sentado el cumplimiento de la Palabra del Señor. No hay un crecimiento nuevo, su conocimiento se vuelve rancio y no está creciendo espiritualmente. Su llama quema humo, pero como tiene la apariencia externa correcta, en realidad nadie puede reconocerla, salvo usted. El discernimiento ahora está comprometido hasta el punto donde el engaño es bienvenido.

¡Debemos arder con un mayor brillo!

Hay muchos en el Cuerpo de Cristo que deben aprender a acortar sus mechas para que su llama pueda brillar más que antes. Nos hemos acostumbrado a una llama pequeña, mientras discutimos sobre la oscuridad invasiva. Estuvimos esperando en la invitación para influenciar, mientras perdíamos nuestra oportunidad para invadir y desalojar las tinieblas.

El 2021 será un año donde usted deberá acortar su mecha, para que la luz de Cristo en su interior, pueda brillar mucho más que antes. Requerirá disciplina. Requerirá la disposición a santificarse mucho más que antes. También requerirá algunas formas de separación. Si el mundo no puede detectar su relación de pacto con el Padre, ¿por qué el mundo querría ser transformado a la imagen de Cristo? Después de todo, el mundo estuvo haciendo un mejor trabajo de transformación.

Con frecuencia fallamos en brillar con la luz del Señor cada día, porque fracasamos para arder. Cuando nos determinamos con resolución a hacer brillar la luz del Señor, el reconocimiento de la iluminación de Cristo viene por la mecha encendida. Sin embargo, es imposible brillar a menos que usted arda primero. Nunca debemos olvidar eso. Si usted está dispuesto a brillar, es solo porque primero se comprometió a arder.

Demasiados de nosotros queremos brillar, pero no estamos dispuestos a dedicarnos a la obra, preparándonos para pagar el costo que debemos enfrentar para poder iluminar. La mecha se va consumiendo, centímetro a centímetro, mientras da luz a la oscuridad, pero nunca sin que arda el aceite dentro de la lámpara.  

Finalmente, cuando una mecha es acortada hasta una punta afilada, arderá con su mejor potencial. La forma parece crear la mejor llama, dando la luz más pura. Piense en esto por un momento. Ahora piense en cómo la Palabra de Dios es más aguda que una espada de dos filos. La Eclesia debe mantenerse continuamente afilada todo el tiempo en la Palabra.

Debemos mantener los filos continuamente limpios, asegurándonos que no hemos recogido cosas incorrectas que no nos pertenecen y comprometen la llama. Las tinieblas no son nuestra “pesadumbre y desaliento”; en lugar de eso, es nuestra invitación a acortar la mecha para que podamos hacer brillar la luz con más brillo que nunca.

Aunque el mundo está en agitación, el Reino está siendo equipado y avanzado. La cosecha está lista, pero los obreros son pocos. Dios está anhelando podarlo. ¿Está listo para acortar la mecha y agregar el aceite? ¡Prepare las lámparas!

Ryan Johnson

(www.elijahlist.com)

 

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