sábado, 13 de noviembre de 2021

“¡Prepare el camino! ¡Un tiempo para levantarse y edificar!”

 

 

Por Naomi Byers

Desde junio de este año (2021), estuve oyendo al Señor que decía: “Si lo construyes, ellos vendrán”. 

Muchos de ustedes conocen la película de 1989 “El campo de los sueños”. Hace poco volví a verla. En esta película, Kevin Costner interpreta a un granjero de maíz en Iowa. En la película oye repetidamente el mensaje “si lo construyes, él vendrá”. En respuesta, construyó un campo de béisbol en una parte de esa granja de maíz.

Esta película fue la inspiración para esta palabra, junto con un clip reciente de las Grandes Ligas de Béisbol. Cuando vi este clip, supe que era la confirmación para lanzar esta palabra que estuve oyendo en mi espíritu durante unos meses. Este año, gracias al COVID, la Major League Baseball construyó un campo de béisbol en Iowa, no muy lejos del escenario original de la película. Los Yankees y los White Sox fueron a jugar a este “Campo de los Sueños”. Me encanta la pregunta que hace Kevin Costner durante este clip: “¿Esto es el cielo?”. ¡Me parece muy profético!

Vamos a sumergirnos en lo que el Espíritu está hablando en esta temporada de construcción. Hay cinco cosas que creo que el Señor está entregando en este momento. La mayoría de ellas vienen de Isaías 40.

1. Preparar el camino

Marcos 1 describe el ministerio de Juan el Bautista. Cuando entró por primera vez en la escena de la historia, comenzó a gritar como una voz en el desierto: “… Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas” (Marcos 1:3).

Creo que ahora muchos de nosotros estamos en una temporada de desierto. Es hora de preparar el camino del Señor llevando el Reino a todos los aspectos de nuestra vida diaria. Es necesario hacer un llamado al arrepentimiento en este momento. Después de todo, ¿qué gritó repetidamente Juan el Bautista? “¡Arrepiéntanse y bautícense!”. La Iglesia, su Esposa, necesita levantarse y ser audaz en esta hora, donde nuestras voces están siendo sistemáticamente silenciadas.

En medio de la terrible persecución que tiene lugar en todo el mundo (especialmente en Afganistán, Irán, China, Pakistán e India), tenemos que preparar el camino del Señor, enderezando sus sendas. Lo hacemos declarando la buena noticia del Evangelio. Jesús es la única esperanza para este mundo. No estamos haciendo conversos o prosélitos. Estamos haciendo discípulos de todas las naciones, como Jesús nos ordenó hacer. No estamos haciendo que la gente recite una oración del pecador, sin ningún cambio interior.

Es tiempo de levantar hijos e hijas que sepan quiénes son en Cristo. Son los que arden y viven en la justicia, la paz y la alegría, en medio del caos y la oscuridad de esta época. Estamos levantando a los que se someten al señorío de Cristo. No se trata de “hacer Iglesia”, sino de caminar con la gente intencionalmente para levantarlos. Así es como podemos enderezar sus sendas y preparar el camino.

2. Reclamar los lugares altos

Desde hace unos meses escuché la frase “reclama los lugares altos”, resonando en mi espíritu. Tradicionalmente, los lugares altos en Israel y Judá eran centros de brujería e idolatría. También eran lugares de autoridad, ya que quienes los ocupaban podían hablar sobre la tierra. Estos lugares altos fueron contaminados por el pecado y las prácticas idolátricas. Oigo al Señor decir que necesitamos retomar esos lugares altos; no sólo los lugares en el espíritu, sino también las localidades reales y físicas.

Yo vivo en Brisbane, Queensland, Australia. Mi marido y yo acabamos de comprar una propiedad a una hora hacia el oeste de donde vivimos actualmente. Es una gran parcela rural de 80 acres o 32,4 hectáreas. También es un lugar alto donde podemos pararnos y declarar sobre el valle de Brisbane y el sureste de Queensland.

Estuve sintiendo desde hace algún tiempo que el avivamiento prometido (el tercer y último Gran Despertar), estallaría desde el sudeste de Queensland. Fue profetizado por muchos profetas. En particular, se dice que Smith Wigglesworth se paró en el monte de Toowoomba (no muy lejos de la ubicación de nuestra nueva propiedad) y declaró que el Gran Despertar estaba llegando a todo lo que su ojo podía ver. Esto incluye el lugar donde vivimos actualmente, nuestra nueva propiedad y todo el sudeste de Queensland. Algo está sucediendo en nuestra tierra. Incluye la Costa del Sol, la Costa de Oro y las regiones circundantes y Brisbane. ¡Está llegando! ¡Necesitamos reclamar los lugares altos en el nombre de Jesús!

Isaías 40:4-5 dice: “Que se levanten todos los valles, y se allanen todos los montes y colinas; que el terreno escabroso se nivele y se alisen las quebradas. Entonces se revelará la gloria del Señor, y la verá toda la humanidad. El Señor mismo lo ha dicho”.

Al reclamar estos lugares altos en nuestra tierra y despojarlos de la fortaleza de la brujería y la idolatría, vamos a ver la gloria de Dios estallando en nuestras esferas de influencia. Muchos de ustedes que leen esto, viven fuera de Australia. Déjenme decirles esto: ¡Lo que está sucediendo en Australia va a tocar el mundo entero! Puede ir a su ciudad, a su pueblo (dondequiera que viva), y reclamar también los lugares altos. Puede derribar los altares de Baal y todo lo que se construyó ahí. Pronuncie el Nombre de Jesús. Es mucho más grande que cualquier ídolo erigido y que la maldición de cualquier bruja.

3. Retomar la tierra

Nos encontramos en tiempos inciertos. Los gobiernos están ciertamente presionando contra el cristianismo y el conservadurismo en Occidente. Fue un ataque total hacia nuestros valores. En esta incertidumbre, sentí una urgencia en el espíritu por recuperar la tierra. Debemos tomar la tierra en la dimensión del Espíritu. También nos entregó recursos a muchos de nosotros para ir a comprar tierra, físicamente. Ahora es el momento. Sé que la porción de tierra que mi esposo y yo estamos comprando, es suficiente para albergar reuniones de avivamiento en carpas, levantar centros de entrenamiento y equipamiento y mucho más. Es tiempo de soñar en grande con Dios.

Isaías 40:9 dice: “Sión, portadora de buenas noticias, ¡súbete a una alta montaña! Jerusalén, portadora de buenas noticias, ¡alza con fuerza tu voz! Álzala, no temas; di a las ciudades de Judá: ‘¡Aquí está su Dios!’”.

En esta época estamos llamados a retomar la tierra. Si usted no fue llamado a hacer una compra física, entonces vaya como intercesor, vea la disposición de la tierra y retómela en la dimensión del Espíritu. Es tiempo de levantarse y ser contado en esta hora, y traer buenas noticias a los lugares altos. Levante su voz con la fuerza que Él le está impartiendo y no tenga miedo. Sea audaz en esta temporada, ¡en el poderoso nombre de Jesús!

4. Él da fuerza a los débiles

¿Se siente débil y cansado en este momento? Sé que yo estuve ahí. ¡Qué batalla! El enemigo hizo todo lo posible para provocar cansancio, fatiga, distracción, apatía y complacencia. Estuve luchando en esta temporada como si estuviera vadeando el lodo. ¿Se siente identificado?

El Señor le está impartiendo fuerza ahora mismo, en el Nombre de Jesús. Alcáncela y recíbala por fe. Él siempre da fuerza a los cansados. Él siempre fortalece el brazo del débil. ¡Qué Dios tan bueno!

Isaías 40:28-31 dice: “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”.

¿Le falta poder?

“Espíritu de Poder, respira sobre tu pueblo de nuevo e infúndele tu poder en el Nombre de Jesús”. Qué hermosa promesa de Dios para esta temporada de pruebas.

5. Esta es una temporada para levantarse y construir

Nehemías fue enviado por el rey de Persia para reconstruir los muros de Jerusalén: “Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: ‘¡Manos a la obra!’. Y unieron la acción a la palabra. Cuando lo supieron, Sambalat el horonita, Tobías el oficial amonita y Guesén el árabe se burlaron de nosotros y nos preguntaron de manera despectiva: ‘Pero, ¿qué están haciendo? ¿Acaso pretenden rebelarse contra el rey?’. Yo les contesté: ‘El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no tienen arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén’” (Nehemías 2:18-20).

¿Qué hay en sus manos ahora mismo? No mire sus manos y piense: “No tengo mucho. No hay nada que pueda hacer con esto”. Piense en el muchacho con los cinco panes y los dos peces que se acercó a Jesús. No parecía mucho, pero mire la multiplicación que vino de esa simple ofrenda entregada con fe. Construya con lo que tiene y observe cómo se manifiesta el aumento.

¿Tiene detractores en su vida actualmente? ¿Conoce a algún Sanbalat? ¿Tobías? ¿Geshem? ¿Hay personas que destrozan sus sueños? Si tiene uno de estos “Sanbalats” (o sus ‘compañeros’, como diríamos en Australia) en su oído (ya sea que estén hablando a través de personas o es sólo el enemigo como un gusano del oído), recuérdeles que no tienen herencia en Cristo. Tenemos que levantarnos a construir y decir: “No te escucho. Voy a hacer lo que Dios ha puesto en mis manos ahora mismo”.

Esta es una temporada para levantarse y construir. Si lo construimos, ¡ellos vendrán!

¿Quiénes son “ellos”? Creo que son todos los cansados y los quebrantados.

¿Recuerda la parábola del banquete?

“Jesús le contestó: ‘Cierto hombre preparó un gran banquete e invitó a muchas personas. A la hora del banquete mandó a su siervo a decirles a los invitados: Vengan, porque ya todo está listo’. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. El primero le dijo: ‘Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes’. Otro adujo: ‘Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes’.

Otro alegó: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir’. El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le mandó a su siervo: ‘Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos’. ‘Señor’, le dijo luego el siervo, ‘ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar’. Entonces el señor le respondió: ‘Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa’” (Lucas 14:16-23).

El dueño de la fiesta invitó a “cualquiera” después de haber sido rechazado por la “gente de influencia”. Estos son como los perdidos y los quebrantados que reconocen que necesitan a Dios. Si construimos lo que Él nos pide que construyamos en esta temporada, ¡ellos vendrán! ¿Lo emociona eso?

Oración

Padre, en el Nombre de Jesús, nos sometemos a tus planes en esta temporada. Nos aferramos a Tu promesa de que podemos traer el Cielo a la Tierra. Si construimos lo que Tú has puesto en nuestros corazones, tenemos la oportunidad de asociarnos con el Cielo. Te agradecemos por el “cualquiera” que escuche y esté dispuesto a arrepentirse y volverse a Jesús. Te agradecemos por la cosecha de almas maduras para ser rescatadas, como nunca antes hemos visto en el planeta Tierra.

Danos fuerza en nuestras debilidades. Danos fuerza para vencer en esta temporada. Tomamos autoridad sobre los detractores, los espíritus de Sanbalat, Tobías y Gesem, en el Nombre de Jesús. No nos dejemos distraer por estos planes del enemigo. Renunciamos a la distracción, la complacencia, la apatía y el desánimo. En el Nombre de Jesús, ¡despierta al pueblo de Dios! Danos el enfoque divino en esta temporada para mantener nuestros ojos fijos en el premio: levantarnos y construir. ¡Aleluya y amén!

Naomi Byers

(www.elijahlist.com)

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