Por Anita Alexander
Palabra profética publicada en “Elijah List” el 15 de agosto de 2022:
Isaías 48:3 dice: “Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad”.
El Señor cumple las promesas que salen de su boca de manera repentina. La palabra del Señor que vino a José en un sueño cuando era joven, se cumplió repentinamente muchos años después. En un día, todo cambió.
Probados por causa de la Palabra
Salmo 105:17-19 dice: “Envió un varón delante de ellos; a José, que fue vendido por siervo. Afligieron sus pies con grillos; en cárcel fue puesta su persona. Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó”.
Los sufrimientos por los que pasó José fueron, de hecho, por causa de la palabra. La palabra lo probó. Tus palabras proféticas a veces pueden enviarte hacia una temporada de prueba y tribulación; de hecho, incluso puede parecer que vas en la dirección opuesta a la promesa. Aún podemos sentirnos prisioneros del proceso de la palabra del Señor sobre nuestras vidas.
Fíjate que esta Escritura dice que incluso su alma entró en prueba, “hasta que...”. Cuando atravesamos esas temporadas de prueba y juicio debido a la palabra profética declarada por la boca del Señor sobre nuestra vida, nuestra alma entra en aflicción. El peso del proceso de preparación para los enviados “adelante” para ser pioneros y preparar el camino del Señor, es bastante significativo. Pero alabado sea Dios, porque esta Escritura dice que hay un momento “hasta que…”. Hay un cumplimiento al final de la purificación y la prueba, el pesaje y la medida.
Dios habla y envía su palabra “adelante”, tal como lo dijo en Isaías 48:3. Cuando Dios habla esa palabra, comienza el “hasta que…”. Cuando Dios pronuncia esa palabra, comienza a prepararnos para lo que está por venir. Los bordes y las estacas de nuestros corazones necesitan expandirse para recibir el futuro. Pero también, cuando nos sometemos a esa palabra declarada, el futuro comienza a obrar en nuestra vida.
Los enviados llevan el futuro
José fue impulsado hacia el futuro. Fue enviado hacia adelante. Aún no estaba preparado para gobernar en ese espacio futuro y se encontró en el extremo de la injusticia... dentro de una prisión.
Cuando Dios nos envía “adelante”, somos pioneros de lo que está por venir. Puede que lleves el proyecto de algo que no se hizo antes o para lo que no existe una red. O puedes ser uno de los llamados a restaurar los caminos antiguos. El camino antiguo se perdió tanto para esta generación, que fue considerado como una “cosa nueva”. Pero en realidad, es una restauración de lo que está en el orden correcto de Dios, el camino antiguo: “el camino de Yah” [Yahweh].
Aunque es antiguo, sigue siendo “pionero”, porque el presente no es una representación correcta del plano del corazón de Dios para su pueblo. Por eso, para restaurar su camino, hay que enderezar los senderos torcidos, allanar los lugares escabrosos, nivelar las montañas y elevar los valles.
Cuando cargamos con el futuro, vivimos en la tensión de un lugar contrario: el presente. Cargar con el futuro no es una tarea fácil. El proyecto del futuro es aquello de lo que estás embarazado y es más real que la realidad que te rodea. De nuevo, si eres un portador del antiguo camino de Yahweh, experimentarás la tensión y la rebelión (hacia su camino) que está desalineado con el presente. Esto provoca la aflicción del alma.
Los que llevan el futuro, a menudo sufren el desdén y el desprecio de aquellos que están envueltos en un presente que está desalineado con “el camino de Yah”. Ser enviado “adelante” no siempre se ve glamoroso y cómodo. De hecho, la mayoría de las veces, ser pionero es traicionero, peligroso y muy costoso. A cada paso podemos enfrentar persecución, injusticia, traición, guerra y desesperación.
Puede que algunos te miren en tu prisión de promesa y te consideren un fracasado, pero desde el punto de vista del Cielo, te están preparando para gobernar. No te preocupes por aquellos que te desprecian y se burlan de ti; ellos necesitan que estés posicionado allí en esa prisión, porque se beneficiarán cuando cambie tu estación y tomes tu asiento de gobierno.
Oh, cómo la opinión y el punto de vista del hombre son vanos y malinterpretados, siendo equilibrados y medidos contra un reino corruptible. La perspectiva de éxito del cielo es muy diferente a las conclusiones vanas de esta tierra.
Repentinamente, los José están entrando en su destino
A veces, para llegar a nuestro destino de gobernar y hacer justicia, debemos caminar y recorrer caminos de injusticia durante largas temporadas, igual que José. Como José, podemos encontrarnos en situaciones desfavorables; sin embargo, estamos siendo posicionados para convocar a la corte a las puertas del gobierno y traer justicia a una generación.
Los José están entrando en su momento “hasta que…”. Repentinamente, te quitarán los grilletes y ya no recordarás el hedor de la ropa de la prisión. Diga el débil “¡fuerte soy!” y el pobre diga “¡soy rico!”. Que ahora se volteen las mesas y los José salgan y se sienten a las puertas de la justicia.
Anita Alexander
No hay comentarios:
Publicar un comentario