Por Nate Johnston
Mientras oraba a principios de esta semana, tuve una visión de personas con “blancos” pintados en sus espaldas y no estaban conscientes. Tenían unos enormes instrumentos como una hoz en sus manos y estaban abriendo caminos, cortando a través de los matorrales y arbustos de un terreno virgen.
Yo miraba sus rostros y ellos no se daban cuenta de lo que habían logrado en el espíritu y no se daban cuenta de que habían construido algo tan significativo. No se daban cuenta de cuán poderoso y avanzado fue su trabajo para el Reino de Dios, porque sentían el dolor de las flechas que volaban y golpeaban sus espaldas constantemente.
Eran palabras de calumnia, juicio y tergiversación de su carácter. Estaban acabando con ellos. Estaban logrando que se detuvieran y no siguieran adelante. Los hacían sentir que Dios los había abandonado. Estaban diciendo: “Dios, ¿por qué permites que la gente haga lo que está haciendo con nosotros? ¿Por qué permites que esta tierra continúe? ¿Por qué permites que estas circunstancias sigan arremolinándose a nuestro alrededor?”.
Pero Dios no te abandonó. Este es el llamado para el que estás ungido. Esta es la tarea para la que estás ungido.
El callejón sin salida
Garantizado, si alguna vez llegas a un umbral en el espíritu en tu viaje pionero, enfrentarás resistencia. Enfrentarás el ataque repentino de espíritus territoriales que tratarán de impedir que te abras paso en el terreno nuevo, por el bien del Reino. A través de los años, pude ver el mismo patrón sucediendo una y otra vez, donde estoy siendo un pionero “semi pacífico”, con un poco de guerra aquí y allá. Repentinamente, llego a un lugar que se siente como una barrera en el espíritu, sé que tengo que empujar a través de ella y puedo sentir la victoria en el otro lado. Todo dentro de mí sabe que debo convertirme en un ariete y abrirme paso hasta el otro lado. Pero entonces, en un momento, me golpean desde todos los ángulos.
Repentinamente suceden cosas en mi familia, en mi salud, en mis finanzas (conflictos, divisiones, incendios por todas partes a mi alrededor) y repentinamente me siento demasiado débil para seguir adelante. Muchas veces el desánimo se apoderó de mí, quise sentarme donde estoy y no avanzar más. ¿Te suena familiar en tu viaje? Pero ahora, sabiendo lo que sabemos, estos momentos son críticos para que empujemos hacia adelante... no sólo por el bien del Reino, sino por el bien de finalizar este capítulo pionero por el cual hemos pasado.
Desafortunadamente, tendemos a repetir capítulos una y otra vez en lugar de completarlos, encontrándonos dando vueltas alrededor de la misma montaña de guerra y enfrentando esos mismos espíritus territoriales familiares, una y otra vez, sin volver a sentirnos victoriosos. Pero hoy estoy aquí para decirte que esos días se terminaron. Es hora de abrirnos paso e irrumpir en el otro lado de nuestro viaje pionero. Es hora de que entremos en el siguiente capítulo, para experimentar las nuevas dimensiones de autoridad, bendición y favor que Dios tiene para nosotros.
Sólo hace retroceder el arco
La oposición, cuando se está construyendo y forjando algo nuevo, no sólo se espera, en realidad es parte del proceso. Permítanme repetirlo: “Pioneros, la oposición es parte del proceso”. Dios no la orquesta. No la diseña y Él no la envía, pero la usará para tu beneficio y para tu favor, si tú se lo permites. Si lo permitimos, la oposición en medio del pionerismo, en realidad nos hará avanzar hacia dimensiones de favor que nunca hubiéramos imaginado.
Isaías 54:17 dice: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.
Dios usa las cosas que el enemigo envía contra ti para bendecirte. Es como tensar el arco. Se siente como una disminución. Se siente como un descenso, pero en realidad nos envía hacia nuevas dimensiones de favor y bendición que no podríamos haber experimentado, si ese arco no se hubiera retirado. ¿Y qué sucede cuando el arco es tensado? La flecha es enviada más y más lejos, y es capaz de dar en el blanco con mayor precisión y fuerza de lo que podría haberlo hecho, sin esa oposición.
Creo que es importante que utilice la analogía del arco, porque las flechas que nos envía el enemigo, se convierten en las mismas armas que utilizamos de vuelta. ¿Tiene sentido? Son el mismo arsenal que utilizamos para hacer avanzar el Reino de Dios. No tengas miedo de esas flechas por ahora. El Señor las está arrancando de tu espalda y las está colocando en tu aljaba para la guerra. Él está quitando el trauma (las heridas que sufriste), sanándote y poniendo esas flechas en tus manos (las mismas que te hirieron), como flechas enviadas para ser colocadas en tu arco para dar en el blanco.
Así que, pioneros, no se den por vencidos sólo porque están maltrechos y cansados de su viaje pionero. No piensen que éste es el final. Aún no vieron ese martillo. Todavía no vieron el arma que Dios forjó para ustedes, pero Él la está recogiendo y la está empuñando, y está listo para eliminar a sus enemigos antes que ustedes.
La promoción se parece a esto
A través de los años pude notar una tendencia. Cuando me estoy acercando a un avance y estoy a punto de entrar en un nuevo nivel de autoridad, unción y favor, el enemigo envía gente en tropel para calumniarme, maldecirme, difamarme y bombardearme por todos lados con las mentiras del pozo del infierno. Solía sacudirme, pero ahora sólo me excita, porque estuve aquí antes, ¡y así se ve la promoción!
Sí, a través de los años estuve en este lugar, muchas, muchas veces antes y he visto los mismos patrones surgiendo en el Reino espiritual. Pude ver el mismo caos tratando de surgir en mi familia. Pude ver la enfermedad tratando de levantar la cabeza, la decadencia financiera, el desánimo, la derrota, el cansancio y luego una avalancha repentina de calumnias y difamación. Es cuando ya estás deprimido, pero la bota te patea aún más profundo. ¡Ouch!
Conozco este patrón. Sé de qué se trata. Es cuando el enemigo grita una y otra vez: “¡Degradación, degradación, degradación! ¡Fracasaste!”. Pero hoy quiero decirte lo que realmente significa. Es el Señor declarando sobre ti: “¡Promoción, promoción, promoción!”. Esta es la señal de que estás entrando en una temporada de promoción y no en una temporada de degradación.
Permítanme compartir una última historia con ustedes. En 2022, cuando estábamos atrapados de vuelta en Australia, sentía que todo se estaba cayendo a pedazos. Recuerdo estar en mi carro un día y gritarle al Señor: “¿Qué estoy haciendo aquí en Australia? Mi misión no está aquí. Dios, ¡siento que me estoy tambaleando!”. Sólo dos días después, recibí un correo electrónico en mi bandeja de entrada, donde se escupían las mismas palabras que yo le había dicho al Señor y se utilizaban como confirmación demoníaca de que yo tenía “razón”.
Al principio mi corazón se sintió destrozado, dándome cuenta de que tal vez había fallado. Tal vez esta persona tenía razón. ¿Había desobedecido a Dios? ¿Qué estaba pasando? El Señor comenzó a hablarle a mi espíritu y dijo: “No, hijo, eso no viene de Mí. Mantente firme y mira lo que voy a hacer”. Solo tres meses después, nuestras visas fueron aprobadas y empezamos a planear el regreso a los EEUU. Y aquí estamos.
Sí, pude ver este patrón una y otra vez. Pude ver las guerras de palabras. Pude ver los juegos del enemigo. Pude ver el levantamiento de las brujas en mi “bandeja de entrada”, maldiciéndonos, juzgándonos, tratando de limitarnos y hechizándonos, pero todo eso siempre cae por el suelo. Pasé por temporadas de profunda traición y desamor... Pero cuando te quedas a los pies de Jesús, Él lo revierte y convierte todo en tu bendición. Permítanme repetirlo: “Cuando te quedas a los pies de Jesús, todo eso se desarma y Él lo usa para aumentarte”. De hecho, todas esas palabras caen al suelo como polvo y entonces Dios las usa como la argamasa entre los ladrillos de lo que estas construyendo para Él.
¿No es esta una revelación asombrosa? Él usa esas flechas y las convierte en tu armamento o en el polvo que usas como argamasa para lo que estás construyendo para Él. Anímense, pioneros. Este puede ser un lugar por el que tengan que pasar, pero no es un lugar donde se van a quedar.
Isaías 9:5: “Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego”.
Una mesa preparada ante ti
Sí, pioneros, no se dejen conmover ni intimidar. Aquí es donde el Padre te unge delante de aquellos que no pueden soportar la gloria sobre tu vida. Aquí es donde Él te honra en medio de las pruebas de la deshonra y te exonera frente a los fariseos. Tú eres su premio y su posesión, la niña de sus ojos. Lo que Él bendice no puede ser maldecido. Lo que Dios separa, no puede ser quebrantado.
Salmo 23:5: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”.
¡Profetizando aumento y promoción
sobre ti!
Ahora escucho al Señor hablar esto sobre ustedes: “No se desanimen ni se desalienten, pueblo de Dios, porque no voy a permitir que disminuyan ni que caigan en el pozo. Porque el enemigo es como un león paseándose alrededor de ustedes ahora mismo y hablando sus mentiras sobre ustedes, ¡pero sus palabras son falsas! Yo no te estoy disminuyendo, te estoy llevando hacia una temporada de crecimiento y promoción. ¡Te estoy sacando del robo y llevándote hacia una temporada donde recuperas todo!”, dice el Señor.
Nate
Johnston