Por Rick Joyner
Estuve recibiendo informes desde los Estados Unidos y Europa, donde todos me reportan lo mismo: Están viendo toda clase de milagros y sanidades en un nivel que nunca antes habían visto. Este es un tiempo para una gran visitación de Dios sobre su pueblo. Aún así, sigo convencido que ahora sólo estamos experimentando contracciones espirituales que nos preparan para un mover de Dios mucho mayor que espero ocurrirá entre los meses de Setiembre y Octubre.
Las indicaciones que recibimos señalan a Septiembre 21 como una fecha significativa. Como “vemos y profetizamos en parte” (1 Corintios 13:9), no puedo decir con seguridad qué sucederá ese día, excepto que será un día muy significativo, especialmente en relación al avivamiento en América.
En los últimos dos meses, la fe en Dios por lo milagroso ha crecido de una manera dramática y el Señor siempre responde a la fe. Debido a esto, estamos experimentando una espiral creciente. Un mayor nivel de fe le permite a Dios moverse más, esto determinará otro incremento en el nivel de fe que le permitirá hacer obras aún mayores. ¡Dejemos que continúe!
Tan asombroso como pudiera parecer lo que estamos experimentando, aún nos resta un camino para trepar hacia aquello que es normal: El cristianismo bíblico. Nuestro derecho como cristianos y poseedores del Nuevo Pacto con Dios, es ver que ocurra en nuestros días todo lo que está escrito en la Biblia. El Señor es el mismo ayer y hoy. Su nombre no es “Yo era” o “Yo seré”, sino “Yo Soy”. El mismo Espíritu Santo que estaba presente en la iglesia en el Libro de los Hechos, está con nosotros hoy. Todos los cristianos tienen dentro de sí al mismo Espíritu Santo que habitaba en el Apóstol Pablo; por lo tanto, pueden ver el mismo poder manifestado que se soltaba a través de él o de cualquier otro.
La verdad del Nuevo Pacto y de todos los beneficios por los cuales ya se pagó
Se nos dice en 2 Corintios 3 que mientras los cristianos deberían ver un nivel de gloria mayor que el de Moisés, aunque él tuvo que colocarse un velo para cubrir su rostro por causa del nivel de gloria que recibió. Recibimos un “mejor pacto”, con un mayor nivel de gloria y ahora se están levantando algunos que tomarán esto como su derecho para ver y experimentar lo que el Señor estuvo esperando hacer por tanto tiempo. Como Jesús pagó el precio por nosotros para que caminemos en todos los beneficios del Nuevo Pacto, no sería justo para nosotros no poder caminar en ellos. La justicia de Dios aplicada a nosotros no es lo que merecemos, Él se merece que su pueblo se goce en todos los beneficios del Nuevo Pacto por el cual pagó semejante precio.
Los milagros animan a la gente. Dios se está moviendo una vez más y ahora se están haciendo muchas cosas entre nosotros que están más allá de la habilidad humana: Sólo pueden atribuirse a Dios. La verdad también anima y el mismo Espíritu que realiza estas obras entre nosotros, también es el Espíritu de Verdad y está a punto de derramar un gran amor por la verdad sobre su pueblo. Esto comenzará con la verdad del Nuevo Pacto y todos los beneficios por los cuales ya se pagó para que podamos recibirlos. La justicia más fundamental de Dios es para que su pueblo reciba los beneficios de su ciudadanía Celestial. A través de esto, el Cielo se manifestará a través de ellos en la tierra.
Una generación que no creyó los reportes malignos de los diez espías perversos, está a punto de ocupar su lugar. Se alinearon a sí mismos con el reporte de fe de Josué y Caleb, donde tomar su herencia no tiene nada que ver con el tamaño de los gigantes o con nuestra estatura, sino con el tamaño de nuestro gran Dios. Ahora se están alineando en los bancos del Jordán, listos para cruzar y tomar su herencia.
La verdadera sabiduría cree en Dios
Es asombroso para nosotros ver a nuestros niños y muchachos orando por los discapacitados, los ciegos, los sordos o por aquellos que tienen enfermedades terminales, creyendo que Dios los sanará… y lo hace muy a menudo. Pocas noches atrás, pude ver una conmoción en el fondo de nuestro salón y vi un par de nuestras muchachas adolescentes orando por un hombre en una silla de ruedas, quien de inmediato se levantó y comenzó a caminar. Tenía esclerosis múltiple y no había caminado en siete años. No mucho tiempo después regresó a su silla de ruedas, pero no por la enfermedad que tenía, estaba muy fatigado porque sus músculos estaban atrofiados por la falta de uso. Mientras hablábamos con las muchachas que oraron por él, se sentían muy excitadas pero no demasiado, porque ahora esperaban que el Señor hiciera esa clase de cosas cuando oraban. Realmente es una nueva generación que se está levantando, donde lo sobrenatural será natural para ellos.
La sabiduría es la combinación adecuada del conocimiento y la experiencia. Sin embargo, tanto el conocimiento como la experiencia de la generación emergente, serán diferentes a los de las generaciones pasadas. Muchos en mi generación creyeron que el Señor seguía hacienda milagros y sanidades en su tiempo, pero rara vez los veían. Debido a esto, crecieron más en un cinismo sutil que en la fe. Pude ver a algunos de estos tratando de enfriar la fe que se estaba despertando en los jóvenes para que no se decepcionaran cuando las cosas no ocurrieran. Si esta es nuestra tendencia, necesitamos arrepentirnos rápidamente.
El Señor removió por completo a toda una generación incrédula para que no fueran una piedra de tropiezo para los llamados a tomar la tierra y seguirá removiendo a todos aquellos de nosotros que persistamos en esa actitud. Podemos ser como Josué y Caleb, determinándonos a no perturbarnos por el tamaño de nuestro enemigo o por nuestra debilidad, sino por el tamaño de nuestro gran Dios, para que pueda prevalecer a través de nosotros si confiamos en Él.
La desilusión no es tan mala como la incredulidad. Comience a promover la fe y comience a esperar los milagros. La experiencia de la nueva generación no será la misma que la anterior. Siempre es sabio creerle a Dios. Hace falta fe para agradarlo y la verdadera fe en Él nunca fallará. Vivir en un espíritu que trata de rechazar la desilusión, siempre fallará.
Cuatro tendencias a considerar
Pude notar algunas tendencias interesantes en lo que está sucediendo con nosotros en el Centro Heritage que creo pudieran ayudar a otros que ahora están experimentando un avivamiento.
Tendencia 1
La primera tendencia es que algunos de los mayores milagros ocurrieron después que la mayoría de la gente abandonaba el salón. A este momento a veces lo llamamos “el resplandor”, cuando la gente sólo está conversando acerca de las cosas que sucedieron. ¿Por qué el Señor parece moverse tan poderosamente durante este tiempo?
Existe una diferencia entre la energía humana, la excitación y la fe que a veces es difícil de distinguir. A menudo la verdadera fe se acompaña de expectativa, pero no siempre es lo mismo y a menudo se confunden. La verdadera fe puede ser silenciosa, aún reservada. La verdadera excitación también puede ser quieta y reservada. Aunque también puede ser ruidosa y vivaz porque el Señor nos hizo diferentes.
Cuando comencé a ministrar por primera vez en Alemania, Suiza y Escandinavia, estaba desconcertado por el nivel de escepticismo. Luego el Señor me dijo que era un buen escepticismo y no uno malo. Cuando le pedí que me diera entendimiento, me mostró que el buen escepticismo quiere creer, pero es mejor tener las pruebas porque más adelante te van a chequear. Esta es la fe de los de Berea, cuando se determinaron a oír las enseñanzas de Pablo, pero corroboraron todo por medio de la Escritura. Por otro lado, el escepticismo malo nos lleva a la duda y aceptaremos con agrado cualquier evidencia que corrobore nuestra duda, mientras rechazamos una montaña de evidencia que nos dice lo contrario.
Vale la pena trabajar con aquellos que tienen un buen escepticismo. Luego de varias visitas pude notar que aquellos que dudaban de mis enseñanzas, ahora las valoran y años después no sólo las recuerdan con gran detalle, sino que luego de revisarlas y confirmarlas, las están viviendo.
Contrariamente a esto, conocí varias personas que parecían ser las más excitadas acerca del mensaje durante la reunión, pero al finalizar la reunión no fueron capaces de decirme una sola cosa de todo lo que dije. Años después, estas mismas personas se volverán a excitar en las reuniones, pero será muy difícil ver en sus vidas algún rasgo de madurez espiritual. ¿Qué auditorio le gustaría tener? Puede ser más divertido predicarle a los excitados, pero para buscar fruto que perdure, siempre prefiero escoger a los profundos. Por supuesto, siempre habrá gente muy demostrativa, profunda y con una gran fe, eso incluye la fidelidad. Mi punto no es juzgar a los demás por la carne, sino por el espíritu.
Dios sana porque ama a su pueblo
En las Escrituras podemos ver que Jesús usualmente hizo grandes milagros como caminar sobre las aguas, en presencia de muy pocas personas. Después de algunos de los mayores milagros de sanidad, les dijo a las personas que no dijeran nada a nadie, sino que fueran a los sacerdotes y le agradecieran a Dios. ¿Por qué no querría que le dijeran a todo el mundo para que mucha más gente pudiera creer en Él?
Aquí vemos una verdad única: Dios sanó a pocas personas para que pudieran creer en Él. En la mayoría de los casos, sólo sanó a aquellos que creían en Él. Si Dios quisiera hacer milagros para que la gente creyera en Él, podría hacer cosas mayores que sanar a los enfermos, aún a los tullidos y a los ciegos. Los judíos le pidieron eso cuando quisieron una señal del Cielo. Querían que hiciera algo en el cielo, como detener el sol o algo como lo que hizo Josué. El Señor podría detener el sol o escribir su nombre en los Cielos con las estrellas con mucha facilidad para que nadie pudiera negarlo, pero eso no es lo que trataba de hacer.
Luego que el Señor hizo muchos de sus mayores milagros, los corazones de algunos se habían endurecido más, persiguiéndolo aún con mayor vehemencia por las obras que hizo. Tenían el corazón tan duro que aún después de resucitar a alguien, estaban resueltos a matarlo. Los grandes milagros y la fe usualmente resultan en una mayor persecución, no en una mayor cantidad de gente viniendo con fe a Jesús. También vemos que esto sucedió con los apóstoles y con Esteban en el Libro de los Hechos.
Podemos esperar que la manera como el Señor se está moviendo ahora, finalmente resultará en muchas personas acercándose a Él en fe, pero no necesariamente debido a los milagros, sino por causa de la predicación del Evangelio con gran entusiasmo a través de su pueblo. El verdadero evangelismo no depende de los milagros, sino de la convicción de pecado por parte del Espíritu Santo y la necesidad desesperada de ser redimidos por la Cruz. Por supuesto, hay excepciones a esto y todos conocemos a alguien que se acercó a Cristo cuando vio un milagro o cuando fue sanado por Él, pero creo que este es un pequeño porcentaje de aquellos que verdaderamente lo sirven. De los diez hombres ciegos que fueron sanados, sólo uno regresó para agradecerle. Creo que el Señor quiere seguir sanándolos porque los ama, pero aún los mayores milagros no tienen por qué guiar a alguien a seguirlo.
Dios sana porque ama a la gente y no quiere que sufran. Él sigue haciendo milagros porque los necesitamos. Por eso la compasión es tan crucial para un verdadero ministerio de sanidad. No es la compasión humana, sino la compasión de Dios y tenemos que aprender a distinguirlas muy bien. La compasión humana o aquellos que tratan de usar los milagros para testificar, probablemente tratarían de sanar a todas las personas sentadas alrededor del estanque de Siloé, pero la compasión de Dios guió a Jesús a sanar a uno sólo. Jesús debe haber pasado por encima de algunos casos peores para llegar a ese, pero Él no estaba motivado por la compasión humana y sólo hizo lo que vio hacer al Padre. Cuanto más obedientes seamos, mayor poder se nos confiará.
Tocando el borde del manto del Señor para ser sanos
Aún así, una atmósfera de fe es necesaria para que el Señor pueda hacer milagros. Aún el Señor mismo no pudo hacer mucho cuando hubo un ambiente de incredulidad. Por esta razón, a menudo es apropiado que aquellos que fueron sanados, den testimonio público porque eso puede ayudar a otros a creer por su milagro. Nunca debemos olvidar la gracia del Señor y cómo hizo muchas cosas para ayudarnos en nuestra debilidad, aún en nuestra incredulidad. Sin embargo, necesitamos aprender a discernir entre la excitación humana y la fe verdadera, la cual puede ser muy silenciosa y aparentemente reservada, como la mujer tímida que sólo pudo alcanzar el borde del manto del Señor para ser sana.
No descarte a los tranquilos o tímidos, aunque pudieran parecer tan presuntuosos que hubiera que empujarlos hacia adelante para orar. No irán hacia adelante hasta que todo lo demás se haya calmado. Tuvimos algunos de los milagros más grandes ocurriendo en gente que era demasiado tímida como para ir hacia la plataforma a testificar acerca de ello. Esto no significa que no estuvieran agradecidos, obviamente tenían una gran fe en Dios, pero eran incapaces de hablar ante una multitud. Personalmente no queremos avergonzar o forzar a nadie a testificar, a menos que se sienta cómodo con ello. Podemos pedirles que nos escriban un mail o una carta explicando lo que les sucedió, pero creo que veremos más milagros si mantenemos nuestra atención en que la gente reciba lo que necesita y no limitarnos a obtener testimonios.
Debido a lo que aprendí acerca de los buenos y los malos escépticos, no vamos mucho más allá para verificar los milagros. Algunos milagros han sido innegables porque ocurrieron justo delante de nuestros ojos. Sin embargo, algunos dudaron, ¡aún al verlos con sus propios ojos! ¡Figúrese! Tienen tanto miedo de entrar en eso que no quieren salir de su oscuridad. Preocuparse demasiado por tratar de convencer a esa clase de personas puede ser una trampa tan mortal como caer junto con ellos en ese agujero negro. Cuando sea conveniente, podemos obtener la verificación de sus registros médicos, pero resolvimos mantenernos enfocados en seguir al Señor y a su obra, permitiendo que los buenos escépticos los corroboren y los prueben; y que los malos escépticos crean lo que quieran.
Tendencia 2
La segunda tendencia que pude ver es que muchos de los milagros más importantes que observamos, ocurrieron sin que nadie supiera quién oró por ellos. Amo esto porque Jesús recibe la gloria y la fe del pueblo en Él crece, en lugar de creer en aquellos que oraron por ellos. Siempre aprecié eso en los ministerios como el de Benny Hinn. Él sólo provee la atmósfera de fe y expectativa, comparte algunas palabras de conocimiento y la gente comienza a sanarse a lo largo de todo el auditorio sin que nadie ore por ellos personalmente. Las Iglesias que experimentaron las mayores sanidades y milagros, usualmente son aquellas que proveen una atmósfera de fe y expectativa dirigida hacia el Señor, en lugar de hacerlo hacia la iglesia o hacia los ministerios de sanidad. Podemos resumir esto como aprender a ser un buen anfitrión para el Espíritu Santo.
Tendencia 3
Una tercera tendencia que pude ver en muchos, es que fueron sanados o experimentaron un gran milagro después de irse a sus casas. Esto puede suceder al día siguiente o aún en los días posteriores a recibir la ministración. Todas las sanidades provienen de Dios, sin importar cuánto tiempo requiera o cómo suceda. Aún si esto sucede por los mecanismos que Él puso en nosotros para pelear contra la enfermedad, quien lo hace es el Señor. Lo que nosotros llamamos “sanidad” es más que eso. Básicamente, es una aceleración del proceso, saltando los pasos naturales mucho más rápido. Vimos una cantidad de huesos quebrados que se sanaron instantáneamente o en un par de días cuando hubiera requerido semanas; pero aún cuando llevó semanas, le agradecimos a Él.
Aún así, mientras vemos muchas enfermedades en el horizonte o sobre nosotros que están más allá de la solución humana o de la habilidad del cuerpo para pelear, debemos saber que Jesús es nuestro Sanador. Agradecemos por la medicina y los remedios humanos, porque el Señor entregó la sabiduría y las habilidades para desarrollarlos. Sin embargo, debemos perseguir en desarrollar un ministerio de sanidad en el cuerpo de Cristo que sea tan poderoso y confiable que su pueblo no necesite los hospitales o los remedios humanos. Los tiempos en los cuales estamos ingresando requerirán esto. Pero por ahora, si no nos sanamos milagrosamente, no debemos sentirnos rechazados o condenados. Por el contrario, debemos estar agradecidos con los médicos que Dios proveyó. Sin embargo, cuando sea posible, necesitamos volvernos a Él en primer lugar y siempre confiar en Él, sin importar qué provee para nosotros.
Tendencia 4
La cuarta tendencia es que cuanto más pequeñas sean las reuniones, tienden a ser más ponderosas. Esto fue tan pronunciado que comenzamos a sentirnos más excitados cuando había poca gente en las reuniones. Tuvimos reuniones tan numerosas que nuestro equipo no pudo atravesar la multitud y orar por las personas. Acerca de las multitudes, estas reuniones son grandiosas, nos alientan y nos sentimos felices por ellos cuando hay muchas personas buscando a Dios. Cada vez que esto sucede, unos pocos días después tenemos reuniones pequeñas y parece que allí el Señor se mueve con mayor poder. ¡No desprecie las reuniones pequeñas! Tenga en mente que el Señor hizo grandes milagros en grupos pequeños.
Rick Joyner
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